Aquí va el segundo del día jejejeje.
Por cierto, si alguien se entera si los de esta página arreglan lo de los guiones, que me avise, que es un fastidio tener que cambiar todos los ff de guiones a comillas ¬¬
Capítulo 33: Pansy Parkinson
Las vacaciones pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Todos tenían muchas tareas que hacer, sobre todo los de 5º y 7º que se enfrentaban a los temibles Timos y Éxtasis. La próxima cita con Sirius sería el fin de semana, porque tanto Ron como Harry tenían mucho que estudiar y poner al día. Harry tampoco había insistido demasiado en adelantar la cita, porque seguía con sus dudas. El fin de semana siguiente, cuando habían quedado con Sirius era la salida a Hogsmeade de ese mes. Ron pasaba la mayor parte del tiempo con Padma, en la biblioteca, estudiando o haciendo deberes, aunque no todo era estudio, también pasaban buena parte del tiempo paseando por los terrenos del castillo, como cualquier otra pareja de Hogwarts, al fin y al cabo, entre Harry, Hermione y él, ellos eran la única pareja oficial que podían mostrarse como tal. El poco tiempo que le quedaba a Ron, intentaba pasarlo con Harry, que estaba muy solo porque Cho pasaba las vacaciones en su casa y entrenando con su equipo. Por otro lado, Hermione estaba desaparecida en combate, apenas si la veían a la hora de las comidas, y curiosamente, Malfoy también parecía haberse vuelto invisible. Cosa que no les importó demasiado. Y es que Malfoy y Hermione tenían mucho tiempo que recuperar... y aprovechar que Lavender y Parvati no estaban. Claro que estudiaban y todo eso, como el resto de los alumnos. El encuentro nocturno se había repetido todas las noches de las vacaciones, sin que nadie sospechara nada. Todo había salido a la perfección.
Cuando la última tarde de las vacaciones volvieron los alumnos que se habían ido a sus casas, un rumor entró con ellos en Hogwarts. En la torre de Gryffindor, Parvati y Lavender deshacían las maletas. Parvati sacaba unos regalos que había traído de Rumania.
'Oí en el tren a algunos Slytherin que Parkinson no estaba. La verdad es que me importa muy poco. ¿Tu la viste, Lavender?' comentó Parvati desinteresadamente.
'No, en realidad no me fijé, pero no la he visto' dijo Lavender.
Hermione estaba sentada en su cama, viendo el libro que Parvati le había traído como souvenir, y al escuchar a la chica se extrañó. También ella había escuchado ese comentario, pero no le había dado importancia.
'¿Entonces Pansy Parkinson no ha vuelto con vosotros en el tren?' preguntó Hermione.
'¿Desde cuando te preocupas por Parkinson?' dijo Lavender entre risas. 'Creía que no os llevabais bien.'
'Y no nos llevamos bien, pero me parece raro que no haya vuelto.'
'Tal vez se haya quedado unos días más con sus padres ¿no estaban en San Mungo?' dijo Parvati.
Hermione la miró arqueando las cejas, incrédula.
'Lo dudo. Ya viste el último día a Snape, le dijo que le permitía ir a ver a su familia como si le estuviera haciendo el favor de su vida, no creo que le permitiera quedarse allí más tiempo después de vacaciones' dijo Hermione, buscando mentalmente una explicación.
'Por mi como si la echan de Hogwarts' dijo Parvati sin inmutarse.
'¿No lo entendéis, ¿no os preocupa lo que pueda estar pasando fuera de Hogwarts?' dijo Hermione exasperada.
'Ciertamente, no' comentó Parvati, sacando una camisa que se había comprado en Rumania y enseñándosela a Lavender. '¡A qué está muy chula!'
Hermione se levantó y abandonó la habitación con un bufido.
'A veces Hermione es un poco exagerada' dijo Parvati cuando Hermione se había ido dando un portazo.
'Seguro que cree que quien-tu-sabes ha vuelto y está haciendo de las suyas' dijo Lavender.
'Bueno, es que en realidad volvió hace dos años...' Parvati empezaba a plantearse la posibilidad.
'Si, pero no ha pasado nada desde entonces, a lo mejor se ha muerto o vete tu a saber. Además, olvidas que tenemos nuestra alarma personal: Harry, y no parece que le hayan pasado cosas extrañas este curso' dijo Lavender.
Parvati ya no estaba muy segura de qué pensar.
'Es cierto, pero... Harry está ahora en Slytherin y eso si que no es normal.'
'Vamos Parvati, ¿no irás a ponerte paranoica tu también?'
Hermione había bajado a la sala común a buscar a Ron para hablar sobre lo que había escuchado, pero Ron no estaba allí. De todos los que estaban en la sala no había nadie con quien pudiera tratar el tema sin que se pusieran como lo habían hecho Parvati y Lavender.
En realidad deseaba poder vivir en la ignorancia, como lo hacían la mayoría de los alumnos, sin preocuparse por esas cosas, pero le era imposible. Quería poder ir a hablar con Draco, aunque estaba segura de que él no tenía nada que ver, se lo había repetido hasta la saciedad durante toda la semana.
No tuvieron que esperar mucho para despejar dudas. Cuando todos estaban en el Gran comedor para cenar, Dumbledore les dirigió unas palabras.
'Lamento tener que dirigirme a vosotros para daros una mala noticia' dijo Dumbledore con expresión seria, levantándose de su asiento.
Los alumnos se volvieron con mirada expectante hacia el director, y todo el murmullo se disipó dando paso al más tenso de los silencios.
'Como habréis notado, tenemos una ausencia entre los alumnos de Slytherin. La señorita Parkinson sufrió un ataque durante las pasadas vacaciones y se encuentra ingresada gravemente en San Mungo. Esperamos que su evaluación sea favorable y que pueda volver a incorporarse al curso antes de que termine.'
Cuando Dumbledore volvió a sentarse, todos empezaron a murmurar. En la mesa de Gryffindor, Hermione le dirigió una mirada elocuente a Ron, que estaba a su lado. En la mesa de Slytherin, el murmullo era aún más intenso, la mayoría de los Slytherins se miraban con miedo unos a otros, incluso Draco, tenía una expresión extraña, mezcla de lástima y desconcierto. Harry, que se sentía ajeno a ellos, miró la mesa de los profesores, deseando poder encontrar una respuesta en la mirada de Sirius, pero éste no estaba allí. De hecho nunca estaba allí, nunca compartía las horas de las comidas con los demás profesores, y esa vez no iba a ser menos. Era una medida que él mismo había establecido para evitar encontrarse con Snape. El odio que sentían mutuamente no había desaparecido, pero al menos no habían tenido altercados durante ese curso.
Una vez que había terminado la cena, Hermione iba hablando con Ron.
'Míralos, la verdad es que me alegro de que por una vez lo malo les pase a ellos' dijo Ron al ver pasar a algunos Slyhterins que iban más pálidos de lo normal.
'Esto es serio, Ron' dijo Hermione.
Ron miró a Hermione como si no creyera lo que decía, últimamente era él quien tenía que ponerle los pies en la tierra en cuanto a las desgracias de Pansy Parkinson se refería.
'¿Me estás diciendo que te da pena Parkinson?' preguntó Ron extrañado. '¿Se te ha ablandado tu corazoncito?'
En ese momento, Harry se acercó a ellos, seguramente para hablar sobre el incidente, pero se encontró con la fría mirada de Hermione, que luego, de inmediato apartó la cara con aires de suficiencia.
'Mejor me voy' dijo Hermione, sin mirar a Harry e intentando que sus palabras sonaran lo más hirientes posibles.
'Ya veo que no' dijo Ron para sí mismo, apenado por la situación de Harry y Hermione. "Ya veo que tu corazoncito sigue igual de frío" pensó Ron.
Harry se sintió algo incómodo, pero intentó disimular que la actitud de Hermione le había hecho daño. Ni siquiera veía la posibilidad de que ella algún día accediera a escucharle.
Durante la ronda nocturna, Hermione buscó a Draco, que en realidad ya se veía menos preocupado y parecía que lo único que le contrariaba era el hecho de tener que hacer la ronda de él solo. Entraron en un aula vacía y por la mirada de Hermione, él ya sabía por dónde iban los tiros, así que se adelantó, hablando antes de que ella lo hiciera.
'No tengo nada que ver, no sé nada de lo que le haya pasado a Pansy ni a sus padres' dijo Draco con voz cansina, como si hubiera repetido mil veces la misma frase.
'Ya lo sé, yo confío en ti, por eso eres la única persona a quien puedo hablar sobre esto' dijo Hermione.
'No sé qué quieres que te diga, no tengo ni idea.'
'¿Tú sabes si los padres de Pansy son mortifagos?' preguntó Hermione.
Draco se quedó un poco sorprendido por aquella pregunta tan directa.
'No lo sé, mi padre no me cuenta quienes son mortífagos y quienes no. Tienen una especie de pacto secreto' contestó Malfoy.
Hermione lo miró algo decepcionada.
'Sí te puedo decir que los padres de Crabbe y Goyle lo son' dijo Malfoy.
'Eso no me ayuda en nada' dijo Hermione para sus adentros.
'Ellos me lo contaron, y bueno, también saben que mi padre lo es. Pero Pansy... nunca hemos sido tan amigos como para que me cuente algo así. Por lo general es una medida de seguridad contra veritaserum, legeremancia y cosas así.'
Hermione asintió pensando "lo comprendo".
'No tiene sentido que los mortifagos ataquen a los Parkinson, y menos a Pansy, en eso estamos de acuerdo ¿no?' dijo Hermione.
'Sí, claro, los seguidores del Señor Oscuro no atacan a sangres limpia a no ser que sean unos traidores.'
'Yo creo que fueron los aurores los que les han atacado, y viendo que Pansy también ha sido atacada, no puedo evitar pensar en ti... tu padre es el ministro de magia. Draco, ten mucho cuidado' dijo Hermione con un claro desasosiego en la voz.
'¡No va a venir ningún auror a atacarme en Hogwarts!' exclamó Malfoy, pensando que aquello era una tontería.
'Por favor, si ves que pasa algo raro, dímelo, yo te ayudaré en lo que sea' dijo Hermione, quien ni siquiera pensó en lo que acababa de decir. '¿Estás seguro de que tu prima no consiguió leer nada en tu mente?'
'Yo juraría que no, aunque no puedo asegurarlo al cien por cien. De todas formas yo no se nada sobre lo de Pansy, si es que te refieres a eso.'
Malfoy abrazó a Hermione apoyando la cabeza de ella sobre su hombro, reconfortándola. Pero las sospechas de su novia habían conseguido que el temor empezara a burbujear en su interior.
La nueva semana comenzó con cierto alboroto en los alumnos de Slytherin, que se preguntaban si ellos también estaban seguros. Ron intentaba sacar el tema de conversación con Hermione, pero ella se mostraba reticente. Estaba preocupada, pero sentía que su interior estaba dividido. Por un lado, le daba miedo lo que pudiera estar ocurriendo fuera de Hogwarts, pero por otro lado tenía miedo hacia lo que pudiera pasar, algún otro ataque contra hijos de mortífagos, y sobre todo hacia Draco. Por primera vez en su vida, no es que simpatizara con los mortífagos, pero las circunstancias que rodeaban todo aquello le hacía dudar.
Una mañana, durante el desayuno, el correo le trajo una carta a Hermione.
'A ver ¿ha pasado algo?' preguntó Ron, intentando mirar por encima de la carta que Hermione leía.
'Nada que te importe' dijo Hermione doblando la carta. '¿No sabes que el correo es algo privado?'
'Sólo preguntaba si había pasado algo, no me interesa lo que tu querido Vicky te cuente' contestó Ron.
Hermione miró a Ron de reojo, pero éste había visto el sobre donde venía la carta y vio que era de su hermano Bill.
'¿Ahora te carteas con Bill? No lo sabía' dijo Ron algo sorprendido.
'Sólo le escribí para pedirle consejo sobre Gringotts' contestó Hermione al fin, antes de que Ron sacara alguna de sus conclusiones.
'¿Has decidido trabajar en Gringotts?'
'Pues sí.'
Aunque Hermione había tratado de quitar importancia al hecho de que ya no quisiera ser auror, Ron no había quedado del todo convencido, aguardando la posibilidad de que la decisión no estuviera tomada del todo. Pero ahora que veía que le había pedido consejo a Bill, empezó a tomárselo en serio. Aquel cambio de actitud en Hermione no era habitual en ella.
Las clases de esa semana pasaron con normalidad, aunque con bastantes tareas puesto que se acercaba el fin de curso, además, Malfoy y Hermione seguían con su castigo y tenían que hacer el trabajo y el examen. Esto ya no les suponía un problema, porque a pesar de tener que hacer esa tarea extra, sus notas iban cada vez mejor, incluso Snape les había puesto sobresaliente a los dos, cosa que a Hermione le sorprendió.
Harry había estado bastante inquieto durante la semana debido a la inminente cita con Sirius el sábado, además de que también quería seguir practicando los hechizos. Como tampoco podía acaparar todo el tiempo de Sirius, continuó practicando con Ron con algunos libros que Sirius le había prestado. La noche del viernes volvió a quedar con Cho, que había estado fuera las vacaciones de semana santa y tampoco había podido verla durante la semana. Como siempre, con la ayuda del mapa del merodeador y la capa invisible, fue hasta el dormitorio de Cho, donde ella le esperaba.
'¿Cómo te han ido las vacaciones?' preguntó Cho, después de saludarse con un romántico beso.
'Uf... tengo tanto que contarte.'
'¿Ha pasado algo?' dijo la chica al ver la cara de Harry.
'Pues han pasado muchas cosas desde la última vez que te vi' dijo Harry sentándose en el sofá, frente a la chimenea.
'Parece que esto va para largo ¿no?' dijo Cho. '¿Te apetece un té?'
'Bueno vale.'
Cho preparó té y se sentó con Harry en el sofá.
'Supongo que te habrás enterado de lo que le pasó a Pansy Parkinson' dijo Harry y Cho asintió. '¿Sabes de algo raro que esté pasando fuera de Hogwarts? Es que me siento como si intentaran mantenerme al margen.'
'La verdad es que no se de nada raro, mis vacaciones han sido básicamente entrenamiento con mi equipo' contestó Cho. 'Además en El profeta no ha salido nada sobre Pansy Parkinson ni sus padres.'
'Aunque nadie me crea, yo vi a Lucius Malfoy con los mortifagos, y ahora es el ministro de magia. Sólo eso ya es una mala noticia.' dijo Harry. 'Lo que no entiendo es quién ha atacado a los Parkinson.'
Cho puso cara de tampoco comprender nada.
'No debes preocuparte, si estuvieras en peligro ya te lo habría advertido Dumbledore.' dijo Cho para tranquilizarle.
'¿Y si me está protegiendo sin que yo lo sepa?' dijo Harry, que ya sabía muy bien de qué iba la cosa, ya le pasó cuando Sirius se escapó de Azkaban, y al final todo lo que se montó fue para protegerle.
'Harry, ya se que Sirius te lo ha dicho, pero lo único que puedes hacer es prepararte. Y sólo espero que aquella visión que tuviste a principios de curso... no sea verdad.' dijo Cho, recorrida por un escalofrío.
'He estado pensando en eso. Y quería pedirte algo, que no me atrevo a pedirle a Sirius... ¿Podríamos practicar las maldiciones imperdonables?'
Cho miró a Harry con miedo. ¿Las maldiciones imperdonables? Si alguien los pillaba irían de cabeza a Azkaban.
'Harry... yo... no creo que tenga poder suficiente para hacer una maldición de esas.' contestó Cho.
Harry ya sabía a qué se refería. Por eso mismo le había pedido aquello. Recordó cuando Moody les explicó las maldiciones y les dijo que seguramente si intentaban hacer un Avada Kedavra no le harían ni un rasguño. Había que tener mucho poder para que una maldición de esas fuera totalmente efectiva. Y ahí es donde quería llegar Harry. No quería que si enfrentándose a Voldemort tenía que hacer un Avada Kedavra, éste saliera ileso, quería que fuera lo suficientemente potente como para eliminarle.
'Tu eres más fuerte que yo, Harry, no quiero que me pase nada' dijo Cho, sintiéndose un poco mal al rechazar la petición de Harry.
'No te preocupes, Cho, no voy a hacerte un Avada Kedavra, sólo practicar el Imperius y el cruciatus.' dijo Harry.
'¿El cruciatus?' dijo Cho con cara de espanto.
'No seas tonta, no voy a hacerte daño.' dijo Harry con una sonrisa de complicidad.
'Está bien, pero si me duele mucho... para ¿vale?' dijo Cho, no muy convencida.
Harry pensó que para empezar, hacerlo con Cho podía estar bien, pero sin duda, un cruciatus enviado por Sirius sería más difícil de soportar. Cuando hubiera practicado un poco se lo pediría a Sirius. Estaba algo impaciente y decidieron empezar esa misma noche.
Cho le lanzó a Harry un imperius, pero éste ya se había opuesto a un imperius lanzado por Moody, así que el que Cho le había hecho fue pan comido, casi ni se enteró. Luego, un cruciatus enviado por Cho, apenas si notó una ligera presión en el estómago. Harry tenía una clara expresión de decepción.
'Harry, entiéndeme, nunca antes había hecho esto' dijo Cho disculpándose.
'Bueno, así también te sirve a ti de entrenamiento' dijo Harry, pensando que debería habérselo pedido a Sirius. 'Ahora voy a hacerlo yo.'
Harry le lanzó un Imperius a Cho, que aunque estaba seguro de que no era muy fuerte, porque él tampoco lo había hecho antes, fue suficiente para notar que una personalidad se doblegaba a su voluntad. Era una sensación extraña, notaba una conexión con el interior de Cho, pero no notaba ninguna oposición por parte de ella. Le ordenó cosas sencillas y ésta obedeció sin resistencia.
'¿Qué has notado?' preguntó Harry.
'Pues una voz en mi cabeza... no podía negarme.' dijo Cho, que nunca antes había estado bajo un Imperius.
Harry intentó explicarle como hacer para bloquear las órdenes, no le serviría de mucho si Cho no era capaz de resistirse aunque fuera un poco.
Continuaron una y otra vez, unas veces Cho y otras veces Harry, pero no había mucho avance. Cho era demasiado débil. Harry le lanzó un Cruciatus. No pensaba que fuera muy fuerte, pero tuvo que pararlo antes de que Cho se pusiera a gritar y despertara a medio colegio.
'No se si esto es buena idea.' dijo Cho con lágrimas en los ojos mientras se miraba el brazo dolorido por el Cruciatus.
'Quizás será mejor que sigamos otro día.' dijo Harry agachándose junto a Cho. 'Lo siento, no tendría que haberte metido en esto.'
De vuelta a su habitación, Harry pensó que no habría creído que sus maldiciones fueran tan efectivas, pero sabía que aún podían mejorar. Al día siguiente tenía cita con Sirius, se lo propondría, necesitaba hacerlo con alguien realmente fuerte.
Jejejee cuando Marin Black lea esto me dirá ¡Cho fea, muere yegua! Vale que todos odiamos a Cho, pero "mi" Cho no es tan idiota jejejeje, como cuando empecé el ff no había leido el libro 5 pues me quedé con mi versión de Cho jejejeje, y ya luego no lo iba a cambiar porque tengo cosas importantes para ella en el ff.
Bueno voy a dejar el siguiente capítulo.
