Bueno, os cuento que este es uno de mis capítulos favoritos de todo el ff (junto con los capítulos finales jejejeje). No se, pero la verdad es que me gusta mucho como me quedó y también la historia. Espero que os guste.

Capítulo 34: El espejo

El sábado, después del desayuno, los alumnos hacían fila para salir a Hogsmeade. Harry esperaba a que llegara Ron, hasta que cuando estaban a punto de irse, éste llegó corriendo.

'Ya pensaba que no venías' dijo Harry.

'En realidad es que me tocaba quedarme en Hogwarts, pero conseguí convencer a Hermione para que me cambiara el turno, además Padma también libraba hoy y así podríamos ir a tomar algo a Las tres escobas.'

Una vez en Hogsmeade, hicieron algo de tiempo hasta que llegara la hora de ir a La casa de los gritos donde Sirius les esperaba. Con la edad, las salidas a Hogsmeade habían perdido cierto interés para los alumnos de cursos mayores, pero el entrenamiento con Sirius les había devuelto la ilusión por las salidas al pueblo.

Dentro de la casa, Sirius les esperaba. En cuanto Harry vio el espejo que habían utilizado en su anterior sesión, sintió un escalofrío "esta vez no puedo negarme", pensó sintiendo un cosquilleo en el estómago debido a los nervios.

'No voy a preguntaros si habéis practicado porque es obvio que no, pero espero que recordéis donde lo habíamos dejado.' dijo Sirius mirando a Harry bastante serio. '¿Quién quiere empezar?'

'Ron.' dijo Harry rápidamente.

'Bueno, está bien, pero no te vas a librar hoy, Harry, además he traído aquello que te dije que podía ayudarte.' contestó Sirius sacando una pequeña botella del bolsillo de su túnica.

Comenzaron la sesión de entrenamiento con Ron. Éste no había olvidado lo aprendido la última vez, así que continuó tratando de conectar con su interior para conseguir transformarse sin varita. En el espejo, se reflejaban las mismas imágenes que la semana anterior, sólo visibles para él mientras Sirius y Harry sólo veían la imagen de un Ron totalmente concentrado. Llevaba casi media hora plantado delante del espejo, como en trance, cuando su cuerpo empezó a temblar, pasando de unos ligeros estremecimientos hasta unos espasmos realmente alarmantes. Harry al verlo corrió hasta él, para intentar sacarlo del trance, pero Sirius le detuvo agarrándole del brazo.

'No interrumpas la conexión.' dijo Sirius en voz baja para no desconcentrar a Ron, que a pesar de los espasmos seguía con la mirada fija en el espejo, como si nada le estuviera pasando. '¿Realmente Ron es tan bueno en Transformaciones? No lo sabía.'

'Ron no es bueno en Transformaciones.' replicó Harry, con una pizca de envidia.

'Está progresando muy rápido.' contestó Sirius.

Como si la tensión invisible que mantenía a Ron fijo ante el espejo se hubiera roto de repente, éste cayó de espaldas al suelo.

'¿Estás bien?' dijo Sirius arrodillándose a su lado para ayudarle a levantarse.

Ron estaba algo aturdido después del estado de concentración al que había estado sometido, y también por el golpe que se había llevado al caer. Al levantarse, se sacudió la ropa, que estaba llena de polvo, y al mirarse las manos se quedó totalmente estupefacto.

'¿Qué pasa?' preguntaron Sirius y Harry al ver la cara del chico.

Sin decir nada, y con la boca aún abierta por la sorpresa, giró las palmas de sus manos para que ellos las vieran. Allí habían varias plumas rojas.

'Bien hecho.' dijo Sirius dando una palmada en la espalda a Ron.

Harry soltó un gruñido, cruzándose de brazos. "Tampoco es para tanto" pensó. Y es que le molestaba no ser el primero o el único en conseguir algo.

'¿Y bien, ¿sabes por qué te han salido esas plumas en las manos?' preguntó Sirius sabiendo a donde quería llegar.

'Soy... un fénix.' contestó Ron.

Como si no se lo creyera y pensara que las plumas estaban en sus manos por alguna otra razón, cogió una y la arrancó, y realmente le dolió.

'Bueno, has dado un gran paso, Ron, pero ahora tienes que conseguir que al igual que han aparecido esas plumas, desaparezcan.' explicó Sirius.

Ron, que parecía tener ese día una seguridad en sí mismo fuera de lo normal, se colocó de nuevo frente al espejo. Parecía totalmente seguro de poder conseguirlo. Harry mientras, miraba la escena con desgana sentado en un sillón. "Para él es muy fácil, sabe que no va a encontrarse con una visión desagradable. Yo también lo conseguiría así de sencillo si no supiera a lo que me enfrento" pensaba Harry.

Con Harry sumido en sus pensamientos y sin prestar atención a lo que hacía su amigo, Ron consiguió hacer desaparecer las plumas de sus manos. Se volvió hacia Sirius con expresión triunfante y luego hacia Harry.

'¿Has visto, casi lo consigo.' dijo Ron, eufórico.

'Qué bien.' gruñó Harry casi sin mirarle, sonando algo sarcástico.

Sirius se percató de la situación. Conocía de sobra a su ahijado, y no podía negar que se parecía a su padre. Harry era orgulloso, estaba acostumbrado a ser el centro de atención, aunque no quisiera. Y en aquel momento se sentía celoso de su amigo.

'Venga, Harry, es tu turno.' dijo Sirius.

'Tal vez yo no lo consiga tan rápido.' dijo Harry envenenando sus palabras a conciencia.

'Te he traído esto, puede que te ayude a sentirte más relajado. Es un filtro de paz.' dijo Sirius pasándole la pequeña botella.

Harry estuvo tentado a decirle que no la necesitaba, quería poder decir que era capaz de conseguirlo sin ayuda de "drogas", pero sabía que el nerviosismo le volvería a jugar una mala pasada, bloqueándole sin conseguir ningún resultado. Sin rechistar se tomó la poción, y segundos después despareció el cosquilleo de su estómago y el tic nervioso que le había dado en la pierna.

Ahora se sentía con valor de enfrentar lo que el espejo le deparara. Frente a aquel reflejo donde sólo se veía a sí mismo, cayó sin dificultad en una especie de sueño profundo. Estaba conectando con su interior, cosa que la última vez no había logrado. Aunque tenía los ojos abiertos, era como si se hubiera dormido, pues no veía nada, sólo una densa negrura que desapareció de súbito cuando su mente se puso en marcha a una velocidad vertiginosa. De repente, la oscuridad dio paso a flashes de imágenes muy rápidas, que apenas le daba tiempo a distinguir. La sucesión de situaciones se detuvo en una en concreto.

Entonces vio aquella escena que tantas veces había oído y que nunca había querido imaginar, creándola en su mente como una imagen difuminada. Desde su propia perspectiva pudo ver a su madre, que se acercaba a él cogiéndole en brazos y estrechándole contra su pecho. Un ruido sordo. Una ráfaga de viento. En medio de la habitación, Voldemort apuntaba a su madre con la varita. El Voldemort que vio no era el que había visto la última vez, sino que tenía un aspecto totalmente humano, como lo había visto en su visión de la clase de Adivinación, aunque más joven. Recordaba muy bien el sonido de aquella escena, pues era lo que oyó cuando fue atacado por los dementores. Voldemort amenazando a su madre, diciendo que se apartara. Los gritos desesperados de Lily. Una luz verde inundó la habitación a la vez que el sonido de una tormenta que se aproxima. El rayo del Avada Kedavra salido de la varita de Voldemort, dirigido hacia él, fue interceptado por el cuerpo de su madre, que cayó instantáneamente al suelo sin vida pero aún sujetándole con fuerza. Harry volvió la vista hacia Voldemort, sin duda con la expresión inocente de un bebé que no sabe lo que ocurre, y un segundo rayo verde le dio de pleno en la frente acompañado de una estruendosa carcajada de satisfacción.

Por primera vez en su vida, Harry fue consciente del momento en que se produjo su famosa y fatídica cicatriz. Sintió un calor abrasador en la frente, como si hubiera sido marcado con un hierro al rojo vivo. Pensaba que el dolor había sido peor, otras veces lo había notado con más intensidad. Aquel calor fue disipándose, penetrando en su interior, recorriéndole por dentro desde el cerebro hasta la última gota de sangre que corría por sus venas. La magia había sido transmitida, fundiéndose con su propia persona, y la notaba en su recorrido como un hormigueo. El destello cegador de la maldición desapareció, y Voldemort, que esperaba verle muerto junto al cuerpo de Lily, se encontró con un bebé que lo miraba impasible, sin el menor llanto. Harry no podía saberlo, pero algo debió ver el Señor oscuro para que su rostro cambiara de repente del júbilo al horror. El cuerpo de Voldemort comenzó a consumirse, como si la carne fuera desapareciendo poco a poco, la piel arrugándose al perder su soporte y pegándose al hueso. Harry no pudo ver cómo Voldemort terminaba de consumirse porque desapareció de la habitación antes de finalizar su conversión en espíritu. Pero lo que Voldemort vio tras el destello de la maldición fue un niño, con una cicatriz en forma de rayo que brillaba como una llama incandescente, que le miraba fijamente con unos grandes ojos verdes... que iban cambiando alternativamente del verde al rojo a la vez que también se contraían sus pupilas hasta quedar como una línea vertical.

Harry esperaba más imágenes después de aquella visión, pero se encontró de nuevo a sí mismo frente al espejo. Reparó en que la cicatriz le dolía en extremo. Se llevó la mano a la frente, dándose cuenta de que tenía la frente sudorosa, la cara mojada y algo le caía por la boca.

Al ver el gesto de Harry, comprendieron que la conexión de Harry con el espejo se había roto, y Sirius seguido de Ron acudieron en su ayuda.

'¿Qué es esto?' dijo Harry limpiándose la boca con la mano.

'Echabas espuma por la boca y tenías convulsiones. Pensábamos que te había dado un ataque epiléptico.' dijo Ron, bastante preocupado.

Harry volvió la vista a Sirius pensando "Anda que has venido a sacarme del trance..." La mirada de Harry era de reprobación y Sirius notó al momento a qué se refería con ella.

'Habías conseguido una conexión muy fuerte, no podía echarlo a perder.' se excusó Sirius.

'¿Has visto muchas cosas?' preguntó Ron con tiento porque sabía que el humor de Harry no estaba muy fino ese día.

Harry se quedó pensativo. Sabía que Ron había visto muchas situaciones pero él sólo había visto una. Se llevó la mano de nuevo a la cicatriz, le dolía aún, aunque no tanto. Después de lo que le había contado Ron debía tener un aspecto horrible.

Se volvió de nuevo hacia el espejo a mirar la cicatriz. Estaba algo más roja de lo normal, pero nada fuera de lo común. Tenía mala cara, como si hubiera estado la noche entera sin dormir, algo pálido y con ojeras. Había algo más. Se acercó hasta estar a un palmo de su reflejo y vio que sus ojos ya no eran del precioso color esmeralda, sino rojos como la sangre. Las pupilas se volvieron verticales como las de las serpientes.

Dio un respingo al verse. Desde algo más de distancia, su reflejo lo miraba burlonamente, riendo a carcajadas con una extraña mueca. Su nariz empezaba a reducirse hasta quedar un rostro plano, con dos únicas rendijas oblicuas donde antes estaba su nariz. Horrorizado, se tocó la nariz, seguía allí como siempre, pero el reflejo seguía riéndose de él, una versión Potter del Voldemort que él recordaba.

No quería seguir viendo aquello ni oír la espantosa risa que salía de su propia imagen. Sin ser muy consciente de lo que hacía, estrelló el puño contra el espejo, resquebrajándolo en grandes pedazos que cayeron al suelo. La imagen había desaparecido, ahora su reflejo en los trozos que había en el suelo era la de siempre, sólo que empeñadas por las gotas de sangre que resbalaban de su mano.

Sirius y Ron no sabían por qué Harry había hecho aquello, pues ellos sólo habían visto en el espejo la imagen del Harry que tenían delante.

'Ven que te cure esto hasta que vayas a la enfermería.' dijo Sirius haciendo aparecer unas vendas.

'No es nada, sólo algunos rasguños.' alcanzó a decir Harry viendo que de los "rasguños" salía bastante sangre.

Ron tenía muchas preguntas que hacer a Sirius sobre su transformación, pero sabía que aquel no era el momento y que Harry necesitaría más atención.

'Sirius, tengo que irme.' dijo Ron mirando el reloj. 'He quedado con Padma en Las 3 escobas. Ya hablamos otro día.'

'Sí claro, Ron, no importa.' contestó Sirius que seguía afanado en el vendaje de Harry.

A Ron no le importó tener que irse, pues sabía que Harry le contaría lo que había visto en el espejo en cuanto se hubiera recuperado del susto. A solas en la habitación, Sirius preguntó a Harry:

'¿Qué fue lo que viste?'

Harry le miró con algo de fastidio, no le apetecía tener que contar todo, pero sabía que Sirius era la única persona de la que podía sacar información sobre aquel asunto. Entonces, un poco a regañadientes, le contó la primera parte de la visión; el momento en que Voldemort mató a su madre y luego desapareció.

'Y después de eso, no vi nada más, esa fue la única escena que vi.' dijo Harry.

'Es lógico, aquel momento es el que más te ha marcado en tu vida.' explicó Sirius.

'Pero Ron vio muchas cosas, y yo sólo eso ¿es que nada de lo que he hecho en mi vida cuenta?'

'Harry, claro que todas tus vivencias a lo largo de tu vida han contado para ser quien eres, pero cuando sólo viste esa escena... quiere decir...'

Sirius hizo una pausa, un silencio de incomodidad. No sabía cómo explicarle a Harry sin que se enterara de aquello que le habían ocultado desde siempre. Mientras Sirius se decidía a contestar, Harry lo miraba impaciente arqueando una ceja.

'Podría decirse que sí, todo se reduce a aquel momento, Harry.' contestó Sirius, sabiendo que su respuesta era muy ambigua y no dejaría satisfecha la curiosidad de su ahijado.

'Vale, me has dejado las cosas muy claras.' dijo Harry irónicamente.

'¿Qué fue lo que pasó después, ¿qué pasó con el espejo?'

El chico estuvo tentado a responderle con evasivas, pero una vez más, sabía que nadie a parte de Sirius podía aclararle las cosas, aunque visto lo visto, no parecía muy por la labor de aclarar cosas. Aunque eso no era del todo cierto, porque estaba completamente seguro de que Dumbledore lo sabía todo y le tenía viviendo dentro de una burbuja, ajeno a la verdad.

'Cuando me miré en el espejo, había algo raro, mis ojos ya no eran verdes, sino rojos, mis pupilas cambiaron, estrechándose hasta una delgada línea. Mi reflejo se reía de mi y... desapareció mi nariz. ¡Tenía la misma cara de serpiente que Voldemort! Bueno, tu no le has visto desde que volvió, pero yo sí, y tenía ese horrible aspecto como de humano-reptil mutante.' explicó Harry, a medida que contaba el relato se hacía más evidente la desesperación de su voz.

La expresión de Sirius se tornó a una ligera sorpresa que dio paso rápidamente a la reflexión. No esperaba una manifestación tan clara pero se esperaba que algo parecido podía ocurrir. En su mente procesaba la información intentando encontrar una respuesta adecuada para Harry. Él quería mucho a Harry y había aceptado guardar el secreto a Dumbledore, pero desde que Harry había ido a Slytherin todo estaba sucediendo muy rápido y no estaba seguro de que seguir ocultándole la verdad fuera lo mejor. Harry no era tonto y se estaba dando cuenta de que algo pasaba, más aún cuando sabía que se tendría que enfrentar a Voldemort en un plazo cada vez más inminente. Pensaba que sería mejor para Harry saberlo antes de que llegara el día, pero no estaba en su mano revelárselo sin traicionar la confianza de Dumbledore.

'Ya te dije que Voldemort te transfirió una parte oscura.' dijo Sirius.

'¡Ya lo sé, ¿pero qué significa el reflejo que vi, ¡por mucho que tenga en común con él, yo no soy él, ¿y qué tiene eso que ver con mi animago?'

'Lo que viste es un reflejo de tu interior, tu interior está relacionado con tu animago.'

'¿Quieres decir que mi animago es Voldemort?' Harry no entendía nada.

'No, tu animago no puede ser otra persona, es un animal.'

"Si es que a Voldemort se le puede llamar persona..." pensó Harry.

'¿Una serpiente?' dijo Harry, aquello era lo que se había temido desde el primer momento. Últimamente hacía demasiadas migas con las serpientes sin quererlo.

'Sí, Harry, según lo que me has contado, tu animago es una serpiente.'

'Pues entonces, lo siento mucho, pero no quiero seguir con esto.' dijo Harry con determinación. Desde que se planteó la posibilidad de que eso ocurriera lo había tenido claro. 'No quiero tener más cosas en común con Voldemort aparte de las que sean inevitables.'

Sirius comprendía que Harry no quisiera seguir con aquello, tampoco podía obligarle a hacer algo que no quería, así que lo asumió con resignación.

'Quiero que sepas que si decides volver a intentarlo, yo estoy dispuesto a ayudarte.' dijo Sirius con una sonrisa de complicidad.

'Gracias, pero no lo creo.' dijo Harry abrazando a su padrino.

'Dile a Ron que, bueno, aunque tu no quieras seguir, él puede seguir contando conmigo para esto.' dijo Sirius.

'Tranquilo, se lo diré. Voy a ir a buscarle a Las tres escobas, supongo que estará allí.'

'¡Pero está con su novia! No seas entrometido.' dijo Sirius bromeando arrancando una sonrisa a Harry, la primera que le había visto en ese día.

'¿Te apetece tomar algo? Todo esto me ha dejado un poco aturdido, necesito cambiar el chip.' dijo Harry.

'Lo siento, otro día, tengo que ir a Hogwarts, reunión de profesores.' dijo Sirius con cara de fastidio, sin duda porque lo que menos le gustaba de las reuniones de profesores era Snape.

'Está bien, pues lo dejaremos para otro día.' dijo Harry.

Salieron de la casa tomando caminos diferentes, Sirius hacia Hogwarts y Harry hacia Las tres escobas. Mientras caminaba pensaba en todo lo que había ocurrido, en cómo le contaría a Ron que iba a dejar lo de la animagia, y también en todo lo que Hermione se estaba perdiendo. Lo cierto era que en ese momento le habría apetecido hablar con ella, estaba seguro de que se escandalizaría por lo que le había pasado con el espejo, pero seguro que al final su inteligencia le habría ayudado a averiguar cosas. Hermione siempre sabía cosas que ellos no sabían. Sintió un pellizco en el estómago. "¿Será verdad que la he perdido para siempre?". No pudo sino recordar como le ignoraba y evitaba mirarle, y cuando lo hacía era con desprecio y superioridad, igual que la mirada de Malfoy. La verdad era que la actitud de Hermione le recordaba mucho a la de Malfoy sólo que éste, al menos, se dignaba a dirigirle la palabra, ya fuera para insultarle o no. Se estremeció. "Debería haber traído algo de abrigo."

Bueno, hasta aquí la sesión intensiva de hoy. Espero que os hayan gustados todos los capítulos. Ya he dicho que este capítulo en concreto me gusta mucho jejejeje.

Besitos, y espero no tardar tanto la próxima vez.