Aquí va el siguiente capítulo, espero que os guste.
Contesto reviews abajo ;-D
Capítulo 36: Obligado a la fuerza
En el desayuno del domingo, vio que muchos de los Slytherins habían vuelto de la enfermería, pero el sitio donde Draco se sentaba seguía vacío. No podía preguntar a nadie sin que sospecharan de su interés. Las lechuzas entraron en el alborotado comedor trayendo el correo. Una de ellas dejó sobre la mesa el ejemplar del periódico a Hermione, al que estaba suscrita.
La primera página decía: "Alumnos de Hogwarts atacados por dementores en Hogsmeade"
En cuanto lo vio, dio un codazo a Ron para que lo leyera también.
– Por fin publican algo ¿no?- dijo Ron, sorprendido de que El profeta hubiera publicado aquello, últimamente no publicaba ninguna noticia preocupante a excepción de cuando desapareció Fudge.
– Bueno, más bien habría puesto "alumnos de Slytherin".- apuntó Hermione.
"Según fuentes directas, El profeta informa de que ayer tuvo lugar una incursión de dementores en Hogsmeade, produciendo afectados leves entre los alumnos de Hogwarts que se encontraban en la localidad en su día libre.
El Ministerio piensa tomar cartas en el asunto, pues al parecer, no tenían constancia de que un grupo de dementores hubieran abandonado la prisión de Azkaban.
El ministro de magia, Lucius Malfoy, ha declarado que en vista del desastre que habría podido ocurrir, se volverá a asignar a una persona capacitada para el cargo del Departamento de seguridad mágica..."
– En ningún momento especifican que los atacados fueron exclusivamente Slytherins.-dijo Hermione al terminar de leer el artículo.
– ¡Esto es lo último! ¿Ahora considera a Percy un incompetente?- exclamó Ron indignado.
Hermione se quedó mirando a Ron con cara de sorpresa. Había olvidado ese detalle, que Percy era el jefe de Seguridad mágica.
– Yo creo que Percy mandó a esos dementores a posta a por los Slytherins, no se qué hay detrás de todo esto, pero si sumamos el ataque a los Parkinsons... más o menos todo cuadra con nuestra teoría ¿no Hermione?.- expuso Ron.
– Es verdad, Ron.
– Y ahora quieren poner a otro en el cargo de Percy, seguramente uno de los suyos que no maneje al departamento en contra de los mortífagos.- dijo Ron.
Hermione empezaba a asombrarse de la capacidad de Ron para crear teorías lógicas, cosa que antes nunca había podido tomarle en serio.
Aquella mañana, Hogwarts recibió una visita inesperada: el mismísimo ministro de magia, Lucius Malfoy, que entró en el colegio como un vendaval buscando a Dumbledore, visiblemente irritado.
– Minerva, ¿cómo está Draco?- preguntó bruscamente Lucius a la profesora.
– Está mucho mejor, Poppy cree que tal vez esta noche ya pueda volver a su habitación.-contestó McGonagall.
Hermione pasaba cerca de allí y pudo oír perfectamente la conversación pues el tono de Lucius no era discreto. Se sintió muy aliviada al escuchar aquella noticia sobre Draco.
– Tengo que ver a Dumbledore, ahora.- ordenó Lucius.
– Albus está muy ocupado en estos momentos, Lucius.-contestó McGonagall sin amilanarse ante Lucius.
– Soy el ministro de magia, exijo prioridad, además de ser miembro del consejo escolar. Una situación como la de ayer merece una explicación ¿no crees?- dijo Lucius sin perder las formas pero con el tono intimidatorio que le caracterizaba.
– ¿Una explicación? ¿Y vienes a pedirla a Hogwarts?- dijo Minerva incrédula.
– A quién si no. Está comprobado que los alumnos de este colegio no están lo suficientemente protegidos. Ah, además creo que me llevaré a Draco a San Mungo.
– Es tu hijo, Lucius, haz lo que creas más conveniente.- apuntó McGonagall con desgana- Te acompañaré al despacho.
Aquella última parte de la conversación volvió a intranquilizar a Hermione, ¡no podía llevarse a Draco!
Lucius Malfoy estuvo bastante tiempo reunido con el director, cuando salió del despacho Snape le esperaba. Ambos discutían airadamente de camino a la enfermería.
– Voy a llevarme a mi hijo de aquí ahora mismo y tu no eres quién para impedírmelo.- decía Lucius.
– Soy el jefe de Slytherin y se que Draco está más seguro en Hogwarts.-dijo Snape.
– ¿Qué me importa que seas el jefe de Slytherin? Dumbledore no puede impedir que me lo lleve de aquí, y tu menos, Severus. En este momento yo tengo toda la autoridad, y podría sacar a Draco incluso si estuviera en Azkaban.
– Puede ser que tal vez Draco no quiera ir a San Mungo.- dijo Snape.
– Me lo llevaré tanto si quiere como si no. Yo soy su padre ¿acaso lo has olvidado?
Aquellas palabras se le habían clavado como dardos envenenados a Snape. Aquello mismo era lo que más odiaba de Lucius, se creía que por ser el padre de Draco podía manejar su vida a su antojo, cuando el mismo Draco no le soportaba y consideraba como un padre más a Snape que al suyo propio.
Lucius no había pasado por alto que Snape lo miraba como si quisiera asesinarlo allí mismo.
– A lo mejor eso es lo que tu quisieras ¿no Severus? Que Draco fuera hijo tuyo.- dijo Lucius en tono de burla.
– O a lo mejor tu no eres un buen padre para él, Lucius.-respondió Snape en el tono que sólo él era capaz de utilizar.
– No te pongas sentimental, ya veo que Draco ha despertado tus instintos paternales. Deberías haberte casado y tener hijos propios, así sabrías lo duro que es que sigan el camino correcto.
Eso había sido la gota que colmó el vaso. Snape sacó la varita y apuntó a Lucius mirándole fijamente con el rostro contraído. Sabía que aquellas palabras no habían salido de su boca por azar.
– Oh, olvidé que estuviste a punto de conseguirlo, si los aurores no hubieran matado a aquella novia tuya. ¿Akasha se llamaba? Estaba embarazada ¿verdad?- dijo Lucius con despreocupación. Pero Snape lo empujó contra la pared clavándole la varita en el cuello.
– Ni te atrevas a nombrarla, no ensucies su nombre con tu asquerosa boca.
Lucius miró a su alrededor, vio que a lo lejos se acercaban Dumbledore y McGonagall.
– No parece el momento adecuado para desvelar intimidades ¿no, Severus?
Snape también vio a quienes se acercaban y soltó a Lucius.
– Como algo le ocurra a Draco te las verás conmigo.- le dio tiempo a decir a Snape antes de que los profesores estuvieran lo suficientemente cerca.
– ¿Qué pasa aquí?- dijo Dumbledore que había visto la escena de lejos.- cualquiera diría que te enfrentabas a Sirius Black- añadió Dumbledore en broma.
– Nada, profesor, ya me iba.- dijo Snape no sin antes dirigir una mirada fulminante a Lucius. Y encima Dumbledore andaba con bromitas sobre Black. Para tener el día completo. Se alejó hacia su habitación.
Dumbledore, McGonagall y Lucius Malfoy se dirigieron a la enfermería.
Hermione había estado esperando a que acabara la reunión con el director, para intentar averiguar algo sobre Draco, había permanecido oculta y había escuchado la discusión entre Lucius y Snape. En esos momentos estaba horrorizada. Sabía que Snape protegía a Draco,y si no quería que su padre se lo llevara era porque temía que algo le ocurriese. También lo que había oído decir a Lucius le dio que pensar, algo que sumado a lo que Draco le había contado sobre Snape, hizo que sintiera algo de lástima por él. ¿Quién sería Akasha...?
No vio como se llevaba a Draco pero lo supo en la cena cuando oyó a algunos Slytherins comentarlo. Ahora sólo le quedaba desear que volviera pronto.
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La tarde del martes, Draco volvió a Hogwarts totalmente recuperado. Intentaba mostrarse tan orgulloso e insolente como siempre, creciéndose ante las atenciones de sus compañeros de Slytherin, pero Hermione le conocía bien y sabía que algo había pasado. Durante la cena, Draco en todo momento evitó la mirada de Hermione, que estaba en la mesa de Gryffindor sin apartar los ojos del chico.
En los días que Draco había faltado de Hogwarts se habían suspendido el resto de visitas a Hogsmeade, además de haber nombrado un nuevo prefecto de Slytherin para cubrir la vacante de Pansy Parkinson, quien todavía no se sabía si estaría en condiciones de volver antes de fin de curso. Nada más sentarse en la mesa de Slytherin, todos los alumnos le fueron inmediatamente con el cuento a Draco. " ¿Stuart Bennington nuevo prefecto? Después de todo seguro que es mejor que aguantar a Pansy, y menos mal que no han nombrado a Potter" pensó Malfoy.
Los profesores insistieron a Draco que no estaba obligado a hacer la ronda nocturna si no se encontraba del todo bien, pero él lo rechazó, no era ningún blandengue, si tenía obligaciones las cumpliría.
Esa noche, Hermione lo único que tenía en mente era hablar con Malfoy. Se cruzaron por uno de los pasillos y con un susurro "tenemos que hablar, después de la ronda en la clase de adivinación" Draco, sin pararse si quiera, dejó concertada la cita.
Después de la ronda, los dos se encontraron en el aula de la torre norte, Malfoy la miraba como si estuviera avergonzado.
– He estado muy preocupada ¿estás bien?¿te ha pasado algo?¿viste a Pansy Parkinson en San Mungo?- preguntó Hermione con impaciencia.
– No estuve en San Mungo, Hermione.- contestó Malfoy.
La chica se quedó con los ojos como platos. ¿El irresponsable de su padre lo saca de la enfermería y ni lo lleva a San Mungo?
FLASH BACK
Draco despertó en su habitación de la mansión Malfoy. Estaba totalmente solo y aunque se sentía débil y algo aturdido se levantó como pudo. No esperaba encontrarse allí, apenas recordaba nada de lo ocurrido y había perdido toda noción del tiempo. ¿Desde cuando estaba allí?¿Cuánto tiempo había pasado?¿Por qué no estaba en Hogwarts?
Salió al pasillo, buscando a la única persona en quien confiaba dentro de aquella casa; su madre. Mientras bajaba las escaleras, uno de los elfos domésticos que trabajaban para los Malfoy salió a su encuentro.
– El señor Malfoy no debe salir de su habitación.- dijo la criatura.
– Llama a mi madre.- ordenó Draco.
El elfo desapareció y al poco su madre subía las escaleras seguida de la criatura.
– Draco, no debías haberte levantado, podrías haberte caído por las escaleras, aún estás débil.- dijo Narcisa.
Narcisa ayudó a su hijo a volver a la habitación, una vez allí despachó al elfo. Draco miraba a su madre sentado en la cama, esperando una respuesta.
– Tu padre te trajo de Hogwarts, te atacaron los dementores.
– Pero allí tienen una buena enfermería, no puedo faltar a las clases.- contestó Draco, dando a entender que no le gustaba que le hubieran sacado de allí.
– Te han tratado los mejores medimagos que conoce tu padre.
– ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
– Desde ayer.
Mientras Draco se ubicaba en el tiempo se dio cuenta de la expresión de tristeza que embargaba a su madre. Una mezcla de tristeza y miedo se podían leer en sus ojos grises iguales a los suyos. Sin decir nada, Narcisa abrazó a su hijo con los ojos vidriosos.
– Mamá, ya estoy bien no te preocupes.- dijo Draco sonriendo a su madre.
La relación que les unía era muy diferente a la que tenía con su padre, desde siempre había encontrado en su madre el apoyo y el cariño que su padre le había negado, a ella la llamaba mamá, mientras que su padre lo llamaba padre, un término distante y frío que disfrazaba el temor y el odio que sentía hacia él.
Narcisa miró el reloj.
– Tu padre está a punto de llegar.- dijo ella acariciando la mejilla de Draco y avanzando hasta la puerta. Antes de salir le miró como si fuera la última vez que iba a verlo.
Draco se quedó intranquilo, sabía de sobra que su padre no acostumbraba a informar a su madre de sus trapicheos más ocultos, pero estaba claro que esta vez su madre sabía algo y que temía por él.
A lo lejos se oyeron las voces de sus padres discutiendo en el vestíbulo, no alcanzaba a entender lo que decían. Después unos pasos que se acercaban por las escaleras y el pasillo, y luego la puerta de su cuarto se abrió de golpe, haciendo que los cuadros de las paredes estuvieran a punto de caerse.
– Vístete ahora mismo, nos vamos.- ordenó Lucius.
Ni siquiera un "¿cómo te encuentras?"salió de su boca. Draco, murmurando para sus adentros obedeció y se vistió. Los dos bajaron hasta el sótano de su casa. Cuando pasaron por el vestíbulo, Draco volvió la mirada hacia su madre. Lo miraba como si se fuera a la guerra, con lágrimas en los ojos.
El sótano de la mansión Malfoy era un lugar húmedo y lúgubre, que contrastaba con la suntuosidad del resto de la vivienda. Para acceder a él se necesitaba una contraseña que Draco no sabía, además de que Lucius la cambiaba constantemente. Las únicas veces que había estado allí había sido en compañía de alguno de sus padres. Aquel lugar tenía el aspecto de una mazmorra medieval, con numerosos objetos extraños y desconocidos, y otros objetos que parecían útiles de tortura de la Edad media. En una sala contigua, había estanterías que cubrían por completo las paredes de la estancia, repletas de libros polvorientos y antiquísimos, aquella era la mayor biblioteca sobre Artes oscuras existente en el mundo mágico, ni siquiera comparable en interés con la sección prohibida de Hogwarts.
Draco miraba a su alrededor intentando grabar en su memoria todo aquello que contenía el sótano, las otras veces que había estado allí era un niño que curioseaba sin tener idea de lo que podía haber entre todos aquellos artilugios.
Lucius volvió a donde estaba Draco con un objeto en la mano.
– Estoy muy decepcionado contigo Draco.- dijo Lucius.
El chico estuvo a punto de reírse, estaba acostumbrado a que su padre comenzara con esas palabras una larga parrafada sobre su ineptitud como mortífago.
– Nunca te he encomendado tareas complicadas, entre otras cosas porque dudo de que fueras capaz de llevarlas a cabo correctamente.- el tono de voz de Lucius era despectivo, pero aquello seguía sin ser ninguna novedad- No hace falta que te repita que debería haber sido Marius y no tu el que estuviera en estos momentos a mi lado, él habría sido un gran apoyo, no como tu, que sólo eres un niñato consentido que no sabe apreciar el esfuerzo de su padre por llevarle por el camino correcto.
Draco pensaba "bla,bla,bla,bla...", estaba empezando a ser inmune a lo que su padre le decía, después de oír lo mismo cientos de veces, las cosas perdían su sentido. Estaba a punto de responderle en mal tono, pero no le apetecía que su padre le pegara, sobre todo porque se encontraba débil y no podría defenderse como quisiera.
– Ya sabes que pienso que nunca has tenido madera de buen mortífago, pero tengo que admitir que antes, al menos mostrabas interés, últimamente noto cierto pasotismo en lo que te digo o te mando. ¿Cuánto tiempo hace que no me informas? ¿Cuánto tiempo hace que no se nada sobre Hogwarts o Harry Potter o aunque sea un comentario despectivo sobre Weasley, la sangre sucia o cualquier otro inepto de esos que abundan por allí? ¿Se te está ablandando el corazón? ¿O es que es mejor pasearse por el colegio siendo admirado por todos por ser el hijo del ministro? De verdad que no se qué admiran de ti, debe ser tu apellido o tu insignia de Slytherin, que es lo único de ti que merece la pena.
– Estoy harto de que manejes mi vida a tu antojo, no puedes obligarme a ser algo si no tengo aptitudes para ello.- Draco tuvo que contestar, una cosa era estar acostumbrado y otra dejarse pisotear sin impedirlo.
– Oh, claro que puedo. Puedo obligarte a aceptar cuales son tus prioridades. – respondió Lucius con ironía- Hay momentos en la vida que te marcan, donde una vez que llegas ya no hay vuelta atrás. Eso mismo es lo que vas a hacer hoy. Tus prioridades quedaran marcadas en ti para siempre, quieras aceptarlas o no.
Lucius puso la mano de Draco sobre el objeto a la vez que él lo sujetaba. Una espiral de luces los transportó a otro lugar, una especie de caverna donde apenas entraba la luz. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad vio dos figuras.
– Ya estamos aquí, amo.- dijo Lucius arrodillándose en el suelo y tirando de Draco para que hiciera lo mismo.
Draco, arrodillado en el suelo, se sentía bloqueado, no era capaz de levantar la vista para mirar la figura que se había acercado a ellos con voz siseante, a quien su padre besaba el borde de la túnica. La figura se puso delante de él, esperando a que Draco hiciera lo mismo que había hecho su padre. Dudó. A su lado, Lucius lo miraba fulminándolo, ordenándole con los ojos que lo hiciera si no quería ser castigado. El chico accedió, sintiendo que mientras besaba aquella túnica todo su interior se revolvía. Sentía náuseas sólo de pensar ante quien estaba arrodillado, humillándose de aquella forma.
– Levántate, joven Malfoy.-ordenó aquella voz de la que no quería ver el rostro de donde provenía.
Tembloroso, Draco se levantó, viendo por primera vez en su vida a Voldemort. Nunca habría podido imaginárselo así. Tenía un cuerpo totalmente normal, algo más bajo que él, ya que él era alto, pero toda la normalidad desaparecía en aquel rostro repugnante de ojos rojos y rasgos de reptil.
– Tu padre me ha hablado mucho de ti. Te pareces mucho a tu hermano, fue un buen muchacho, muy fiel y servicial, lástima que lo perdiéramos.- dijo Voldemort.
Draco sentía más que nunca ganas de responder a aquel "ser", pero tenía que callárselo si quería sobrevivir. Voldemort podía notar la mirada del chico, los sentimientos encontrados que se agolpaban en su interior. Clavó sus ojos rojos en los grises de Draco, y su mente empezó a generar imágenes muy rápidas que se sucedían.
De repente, Voldemort se quedó sorprendido. Draco había bloqueado su mente y no podía extraerle recuerdos, aquellos pensamientos que sabía que Draco negara su condición de mortifago.
– ¡Oclumancia!- exclamó Voldemort casi divertido mirando a Lucius- después de todo tu hijo no es tan inútil como lo pintas, Lucius. La Oclumancia es una de las Artes Oscuras más difíciles.
Hubo un momento de silencio. Lucius no sabía explicar de donde Draco había aprendido Oclumancia, pero él ya lo sabía porque varias veces había intentado entrar en su mente sin conseguirlo. Por otra parte, Draco trataba de seguir bloqueando su mente, costándole un gran esfuerzo porque Voldemort era muy poderoso. Pero tenía que resistir si no quería poner en peligro a Hermione, Snape y a él mismo.
– Dame tu brazo, Draco.- ordenó Voldemort.
Draco estaba paralizado, sabía lo que iba a ocurrir y sus músculos se negaban a responder. Voldemort cogió el brazo del chico en un movimiento brusco subiéndole la manga. Sacó la varita y apuntó al antebrazo. Un hilo resplandeciente salió de la varita dibujando sobre su piel la Marca tenebrosa. Draco gritó de dolor pues sentía como si un fuego invisible le quemara la piel. Segundos más tarde, la Marca brillaba, recién impresa, pero el dolor permanecía como una quemadura.
– A partir de ahora eres un mortífago, me perteneces, me servirás y obedecerás. Cualquier desobediencia por tu parte será castigada con la muerte así como cualquier tipo de deslealtad hacia mi o cualquier otro mortífago. Puedes irte.
Lucius y Draco se despidieron del Lord al igual que llegaron, arrodillándose y besando su túnica. Draco se sentía avergonzado de si mismo con unas ganas enormes de llorar y gritar de impotencia por no haber podido evitar que ocurriera aquello. Ahora entendía por qué su madre se encontraba en aquel estado. Pero muy en el fondo sentía alivio porque no le habían encomendado ninguna misión, aunque presentía que sólo era cuestión de tiempo.
FIN DEL FLASH BACK
Draco no sabía como contárselo así que decidió ir al grano. Se levantó la manga de la túnica y le enseñó la Marca que ahora estropeaba su perfecta piel.
Hermione ni siquiera pudo gritar porque se había quedado sin habla. Draco seguía sintiéndose avergonzado, sentía que había fallado a la única persona que quería.
– Yo no quería, Hermione, tu lo sabes.- intentaba disculparse- mi padre dijo que era el momento de confirmar mi unión al Señor tenebroso. Decía que mi actitud últimamente dejaba mucho que desear para ser un buen mortífago, que mi fe estaba decayendo y que era el momento de afianzarlo definitivamente. No tuve elección. Si me hubiera negado me habría matado mi padre o el mismo Señor Tenebroso.
Hermione puso su dedo índice en los labios de Draco, en un gesto de que no debía seguir hablando.
– No me importa, yo se que no has podido hacer otra cosa, que no era tu intención. Que seas uno de ellos no va a apartarme de tu lado.- dijo ella besándole suavemente en los labios.
– Yo le vi, vi al que no debe ser nombrado, me vinculó a él para siempre a través de esta marca.- Draco miraba su brazo con repugnancia- sólo es cuestión de tiempo que me llame para alguna misión.
– ¿Viste a quien no debe ser nombrado? ¿Dónde?¿Había otros mortifagos?
– No, sólo mi padre, él y su sirviente y yo. No se donde era, utilizamos un traslador.
– Snape lo sabía...- murmuró Hermione.- él intentaba impedir que tu padre te llevase, lo oí todo cuando iban a la enfermería.
– Si se lo cuento a Snape le meteré en problemas con mi padre, y es lo último que quisiera. Snape es un mortífago también pero ante todo quiere que no me pase nada, y menos aún que pase lo que ya ha pasado.- contestó Draco con tristeza.
Hermione tuvo que simular sorpresa. Ya sabía que Snape iba con los mortifagos a espiar para Dumbledore, pero aquello no podía revelarlo.
Siguieron hablando. Aquel fue un encuentro algo triste, marcado por algo inevitable. Pero aún así hubo algo que habría roto todos los esquemas del mundo mágico. La amarga situación que vivían no impidió que los dos enamorados se amaran, la consumación del amor entre un mortífago y una sangre sucia era algo tan bello que nadie habría podido imaginarlo. La grotesca marca en el brazo del chico trazaba una línea invisible que no podían traspasar, ahora más que si alguna vez lo fue, lo suyo era una relación prohibida. Verdugo y víctima unidos por el amor, rompiendo las barreras, los prejuicios... como alguien dijo una vez, el amor lo puede todo.
Bueno, en este capítulo es donde se me ocurrió hacer el bonus de "Los mortífagos también lloran", si queréis leerlo, está en mi perfil. Como estaba frustrada por la escasa aparición de Snape en el ff, dejé intuir una pequeña historia sobre él, que luego desarrollé en ese One Shot. ¿Será coincidencia que la chica se llamara Akasha? XDDDDD
Contesto los reviews:
Ana María: Ay, si me llegaron los reviews ¡menos mal! Pero no se qué significan los mensajes naranjas que te salían, hasta el momento no me ha salido ninguno así. ¡Le diré a Hermione que invente poción anteojeras y me pase la receta, que falta me hace! XDDDD Lo de Cho… pues si, la pobre es tontica, pero Harry sólo le pidió ayuda para practicar hechizos, ella al menos es consciente de que no es buena en eso. Siiiii, ¡las aventuras del Fénix y la serpiente! XDDD (por cierto, creo que es una mala combinación jejejeje) Esto se está enredando, como tu dices, pero al final todo queda perfectamente resuelto. Hermione y Harry seguirán enfadados, pero demostrarán con hechos que, a pesar de todo lo que quieran aparentar, siguen creyendo en su amistad ;-D ¡besitos, guapa! Y actualiza pronto Galilea!
Carly: ¡¡my little sis! No sabes la ilusión que me hizo que me enviaras un review felicitándome los 100 reviews Aunque sigo afirmando que Ginny/Neville son la pareja ideal. ¿No te gustó lo de Luna/Harry? XDDDD no me des ideas que soy capaz de hacerte un ff venganza con esa pareja ¡muajajajaja! (otra vez me poseyó ¬¬). ¡¡Besitos!
Marian: ¡Qué bien que ya tengas cuenta! Ahora te obligaré, como buena twin, a dejarme review en todos los ff XDDDDD. Muchos besitos, mi sis.
Yeraid: Me alegro que te guste el ff. Cada vez se va poniendo más interesante ¿verdad? Espero que sigas leyéndolo, y gracias por dejarme mensajito. Besos.
Marin Black: Me alegro que te gustara la escena de Draco y Hermione. Pues sí, las conversaciones entre Harry y Sirius cada vez serán más filosóficas ¡el bebé peshosho me salvó la vida en este ff, es como la versión guay de Dumby! XDDD ¡A mi también me gusta mucho el capítulo del espejo! Pero ya ves, espero que con estos caps tengas suficiente para calmar tu curiosidad (aunque me da que no jejejeje. No te preocupes, la yegua de Cho desaparecerá de un momento a otro XDDDDD. Besitos y ¡vuelve! Que te echamos de menos. Snif snif
Gina Herms88: ¡¡hola! Bienvenida, me alegro que te guste el ff y espero que sigas leyéndolo. Muchas gracias por el review, hacen mucha ilusión ;-D ¡Ah! Yo te agrego al msn, pero ya ves, no voy a estar últimamente porque me voy de vacaciones, pero bueno, algún día coincidiremos ;-D ¡besitos!
Mjgranger: Gracias por el review ¿así que hace tiempo que lo sigues? Pero me extraña algo; cuando recibí tu review hacía no más de dos semanas que subí los caps nuevos, no se, revísalo, tal vez te hayas saltado algún capítulo por leer o te perdiste alguna actualización. Te aconsejo que actives la alerta de Autor o de Story, así te avisan. Por supuesto que lo terminaré, de hecho ya lo tengo escrito jejejeje.¡Besitos!
