¡Holas!

He vuelto, aunque estoy liada estudiando, pero aquí os traigo un par de capítulos más, a ver si termino de subir el ff prontito.

Os cuento que he investigado y no he encontrado por ninguna parte donde digan en esta pagina que está prohibido responder reviews, así que responderé reviews jejejeje. Lo que sí está prohibido es utilizar un capítulo solo para notas de autor.

¡Ah! Se me olvidaba. No os conté que gané el concurso al que me presenté (organizado por Story Weavers y Potter y Cía (sede de la Orden siriusana). Me hizo mucha ilusión, porque me costó horrores acabar el ff a tiempo de subirlo y además era una idea rara que tenía por ahí merodeando y decidí adaptarla para el ff. Si queréis leerlo está en mi profile como Killing me softly. Y ahora a ver si puedo leer el resto de ff que se presentaron al concurso, que seguro fueron geniales.

Bueno, no me enrollo más y os dejo con el capítulo. Ya os comento después ;-D

Capítulo 45: Un plan frustrado

La vista del lunes llegó rápidamente. Después de la mañana de clases en estado de nervios total, el consejo escolar formado por profesores y algunos padres de alumnos, se reunió al medio día.

El día anterior, Harry fue a poner a Sirius al corriente de la situación, éste admitió que trataría de defenderle en lo que fuera posible aunque su opinión de poco sirviera si todos los demás estaban en contra.

Harry no sabía la posición que tomarían el resto de profesores e integrantes del consejo escolar, pero de lo que sí estaba seguro era de que entre ellos tendría a dos opositores seguros: Snape y Lucius Malfoy.

En cuanto el nuevo ministro llegó a Hogwarts, no dudó en ejercer su autoridad para sacar a su hijo de las clases. Tenía una conversación importante que mantener con él antes de la vista del consejo escolar.

Draco caminaba hacia la sala de profesores, donde su padre le esperaba. Se sentía muy orgulloso de su actuación, y esperaba encontrarse por primera vez en su vida con el elogio de su padre. Sin duda, empezaba a comportarse como se esperaba de él. O al menos eso creía.

Cuando entró en la sala de profesores, Lucius le miraba con profundo desprecio. Nadie más estaba en la sala, excepto ellos dos. Lucius se levantó y fue hasta él sacando su varita con la mano izquierda. Draco no se esperaba aquella reacción, y miraba a su padre con los ojos muy abiertos preguntándose qué había hecho mal esta vez.

Notó la punzante varita de ébano oprimiéndole el cuello a la vez que la mano derecha de su padre le propinaba una fuerte bofetada que le hizo tambalear.

-Si no fuera porque el parecido físico es más que evidente, dudaría de que fueras mi hijo. No sé cómo saliste tan estúpido.- dijo Lucius.

-Pero padre...yo pensé...- dijo Draco sin comprender, llevando su mano a su mejilla dolorida.

-Yo pensé, yo pensé...- murmuró Lucius.- a veces me cuesta creer que eres capaz de pensar.

-Si no me dices las cosas no sé como voy a complacerte.- dijo Draco, tragándose su orgullo. Ahora tenía que actuar como mortifago, no podía contradecir a su padre.

-Sabes de sobra qué es lo que tienes que hacer, pero por si se te olvidó, te lo recuerdo: observar e informar, pero NO actuar. Por tu culpa se ha desbaratado el plan.- dijo Lucius dando la espalda a su hijo y volviéndose a una de las ventanas. Teníamos la oportunidad perfecta para sacar información útil a Potter y acabar con él sin su sospecha, claro que por tu gracia, ya no nos vale. Ahora expulsarán a la novia de Potter y se acabó nuestro plan.

Draco no entendía bien a qué se refería su padre.

-No tienen que expulsarla si el consejo no lo decide así.- contestó Draco.

-No todo es tan sencillo. Es una norma del colegio, además de que tengo una postura que defender. No puedo permitir que se sospeche del ministerio. El que tiene la última palabra en esto es Dumbledore, y cómo no, no permitirá que Harry sea expulsado sabiendo a los peligros que enfrenta, y menos aún quedando únicamente un mes de curso. En cuanto a la novia de Potter, no creo que tengan problema en expulsarla si supone un peligro para su niño mimado.- explicó Lucius.

-¿Eso quiere decir que ya sabías quien era la novia de Potter¿y que también es cierto lo que contó de la maldición Imperius?- preguntó Draco.

-Claro que lo sabía, antes de que tu ni siquiera lo sospecharas. Ese Potter ha estado engañándote delante de tus narices todo el curso...debería avergonzarte tu ineptitud. Y por supuesto que era cierto lo de la maldición Imperius, Potter la liberó de la maldición pero no hubiera sido difícil volver a hacérsela, a no ser porque ahora ella será despedida.- dijo Lucius.

Ahora Draco comprendía hasta qué punto había metido la pata. Él le escribió a su padre contándole cosas que había descubierto de Potter, entre ellas lo de que les engañaba para visitar a su novia, pero por lo visto su padre lo sabía antes que él. ¿Cómo?

-Yo no tenía ni idea de ese plan. Lo siento.- dijo Draco mirando al suelo, se sentía completamente un inútil.- Yo sólo quería hacerle la vida un poco imposible a Potter, no tenía ni idea...

-Pues ahora lo sabes, has fastidiado un plan perfecto para deshacernos de él.

Draco volvió a sus clases con una sensación amarga. Hiciera lo que hiciera nunca estaría bien a los ojos de su padre. Aunque esta vez admitía que verdaderamente se había fastidiado el plan por su culpa.

La sesión del consejo escolar se desarrolló tal y como Lucius había adivinado. Desde el primer momento quedó claro que Harry no sería expulsado, además de porque sólo faltaba un mes para terminar el colegio definitivamente, porque todos los profesores sabían a los peligros que se enfrentaría, y consideraban que cuanto más tiempo permaneciera al cobijo de los muros de Hogwarts, más tiempo estaría seguro.

En cuanto a Cho, también estaba claro que había quebrantado una regla. Lucius no podía insistir en que no la despidieran, claro que a él le convenía mucho que no lo hicieran. Si Cho se quedaba en Hogwarts podría ser puesta de nuevo bajo la maldición Imperius, pero se relacionaría inmediatamente su insistencia en que la chica se quedara con la maldición. Así que para evitar sospechas tuvo que posicionarse firmemente en que Cho debía ser despedida.

Eso no fue muy problemático, los defensores de Harry no querían que alguien quien había estado bajo un Imperius, permaneciera mucho tiempo al lado de Harry poniéndole en peligro.

La espera se hizo muy tensa. Harry en el Gran Comedor era incapaz de probar bocado, a parte de que todas las miradas curiosas se posaban en él. El descubrimiento de Malfoy había corrido como la pólvora entre el colegio, y a esas alturas no había ni un solo alumno, por muy despistado que fuera, que no supiera lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos.

En la mesa de Gryffindor, Ron estaba sentado muy alejado de Hermione, necesitaba mantener las distancias con ella porque cada vez que la veía sentía impulsos agresivos. Exactamente lo mismo le pasaba con Malfoy, sólo que con él afortunadamente apenas si tenía que cruzarse en las clases y poco más. No se sorprendía nada de la sucia jugada de Malfoy con Harry, y aquello hacía que entendiera aún menos qué era lo que Hermione había visto en él. Sin quererlo, su mirada pasaba alternativamente a un Malfoy orgulloso en la mesa de Slytherin y una Hermione que más parecía un espectro que una persona, en la mesa de Gryffindor. Le hervía la sangre. " Seguro que ha sido ella quien se lo contó todo a Malfoy..." pensaba Ron.

Mucho antes de que el almuerzo acabara, Harry se levantó para ir donde estaba siendo la vista, no aguantaba más los nervios.

-¿Preocupado, Potter?- dijo Malfoy con una sonrisa de oreja a oreja. Se sentía muy satisfecho de ver a Harry en aquel estado.

-Muérete, Malfoy.- soltó Harry, debatiéndose entre sacar la varita y echarle un Avada Kedabra, si no lo hacía no era por falta de ganas.

Caminó hasta la puerta de la sala donde se celebraba la reunión. Aún seguían dentro, pero Cho ya estaba allí esperando. La chica tenía el rostro descompuesto por la preocupación y en cuanto vio acercarse a Harry fijó sus ojos húmedos en él. Había estado llorando.

-Llevan mucho rato ahí dentro.- alcanzó a decir Cho en un susurro.

-Todo saldrá bien, ya lo verás.- dijo Harry tratando de que sus palabras parecieran seguras.

Ninguno de los dos sabía que decir en esos momentos de tensión. Al cabo de un rato oyeron ruidos en el interior de la sala y poco después la puerta se abrió. Los integrantes del consejo y los profesores salían de la sala.

Cho y Harry los miraban intentando adivinar lo que había pasado, todos salían muy serios. Harry esperaba únicamente a que Sirius saliera, todos los demás le parecían unas simples sombras, pero en cuanto vio salir a su padrino lo supo. Podía ver en los ojos de Sirius una mirada de compasión, éste al pasar por su lado le dio una palmada cariñosa en el brazo y siguió su camino. Los últimos fueron Snape y Lucius Malfoy. Al ver la expresión de Lucius, Harry tuvo un rayo de esperanza, el ministro no parecía muy contento, lo que Harry tradujo en un posible veredicto a su favor. Estaba clara la aversión de Lucius Malfoy hacia él y cualquier cosa positiva para Harry debía causarle contrariedad.

-El director quiere hablar con ustedes.- dijo Snape, encargado de dar la noticia como jefe de Slythrerin.

Harry y Cho entraron en la sala como si se dirigieran a la guillotina. Dumbledore tenía el mismo aspecto calmado de siempre, pero Harry había ido a visitarlo en numerosas ocasiones y sabía que aquella vez había algo distinto. Sin aguantar más la espera Harry habló sin pensarlo dos veces.

-Van a expulsarme ¿verdad, director?- dijo mirando a los ojos a Dumbledore.

Aquellos ojos azules tras gafas de media luna siempre eran sinceros.

-No, Harry, no vas a ser expulsado.- dijo Dumbledore con media sonrisa ensombrecida.

Harry y Cho se miraron sonrientes.

-Pero el consejo ha decidido que la señorita Chang sea despedida.- dijo Dumbledore antes de que los chicos pudieran hacerse falsas ilusiones.

Por la expresión de Dumbledore era obvio que dar aquella noticia le causaba gran dolor, pero había sido la decisión del consejo, además de que Harry había estado expuesto a un grave peligro por culpa de la profesora Chang.

Cho miraba al suelo desconsolada mientras Harry trataba de animarla.

-Señorita Chang, quiero que entienda el grave peligro al que Harry ha sido expuesto. En lo que a mi concierne, lo menos importante es que ustedes mantengan una relación, pero no para el resto del consejo. Hemos decidido que en cuanto Harry acabe Hogwarts, usted sea readmitida como profesora para el curso que viene.- dijo Dumbledore esperando que al menos aquello sirviera de consuelo para la pobre chica.

Cho dejó escapar un débil suspiro de alivio. Bien mirado, aquello no era lo más grave que podría haber ocurrido, a Harry sólo le quedaba un mes de clases, podría seguir sus estudios y únicamente tendrían que estar separados hasta que llegaran las vacaciones, además de que ella conservaría ese empleo para el curso siguiente...Podría haber sido muchísimo peor.

Los dos salieron de la sala con una sensación agridulce, a sabiendas de que debían sentirse muy afortunados.

-Me alegro mucho por ti, Harry, podrás acabar el colegio y no queda nada para que termine el curso.- dijo Cho.

-Siento mucho que tengas que dejar el curso ahora.- dijo Harry.

Estaba apenado al recordar sus primeras citas con Cho, donde ella no se sentía segura de entablar una relación con un alumno por temor a lo que acababa de ocurrir.

-No voy a negar que me de pena también, pero pensándolo fríamente ahora es el final de temporada en la liga de quidditch y mi equipo me necesita más que nunca, creo que después de todo hasta me venga bien.- dijo Cho sonriendo.- Y..bueno, hay un ojeador por ahí muy interesado en ti, no lo olvides, quien sabe si el año que viene tendremos que vernos las caras en algún partido como rivales.

Harry sonrió un poco por compromiso, el ojeador del que Cho hablaba no le vería jugar, y lo que más le fastidiaba era que podía estar abriéndole el camino al quidditch profesional a Hermione.

Se quedaron mirando unos segundos hasta que la situación se volvió incómoda.

-Tengo que irme a recoger mis cosas.- dijo Cho sin levantar apenas la vista del suelo.

Cho echó a andar por el pasillo. Todo aquello estaba siendo una despedida en extrañas circunstancias, todo estaba resultando un poco frío y ninguno de los dos se atrevía a preguntar si aquello era un adiós o un hasta luego.

-¡Espera, Cho!- dijo Harry haciendo que Cho se parara.- Voy a pedir permiso a Dumbledore para ir a despedirte a Hogsmeade.

-Como quieras, pero no quiero causarte más problemas.- dijo Cho.

Siguió su camino hacia su habitación, sintiendo que cada paso que daba alejándose de Harry le hacía estar más seguro.

Harry permanecía parado en el mismo sitio hasta que la perdió completamente de vista. Tomó aire y se dio la vuelta hasta la puerta, tras la cual sabía que aún estaba Dumbledore.

-Adelante, Harry.- dijo Dumbledore cuando Harry llamó.

-Verá, profesor Dumbledore, yo quería pedirle permiso para ir a despedir a Cho a Hogsmeade. Se que después del ataque de los dementores nos está prohibido salir del colegio pero...

-Está bien, pero tendrás que ir acompañado por un profesor.

-¿Puede ser Sirius?- contestó Harry rápidamente antes de que a Dumbledore se le ocurriera proponer a Snape.

-Si al profesor Black no le importa...

-Seguro que no, muchas gracias.- dijo Harry disponiéndose a salir de la sala.

Antes de que Harry alcanzara el picaporte de la puerta, la voz de Dumbledore habló de nuevo.

-Harry ¿hay algo que quieras contarme?

A Harry aquellas palabras le transportaron al pasado, tantas veces que había oído exactamente la misma frase cuando algo le preocupaba. Estaba seguro de que Dumbledore sabía mucho de lo que había pasado durante aquel curso aunque sólo hubiera ido a visitarlo en una ocasión; cuando tuvo la visión que hizo que cambiara a Slytherin.

-No, profesor, todo está bien.- dijo Harry, como en tantas ocasiones anteriores.

Dumbledore asintió amigablemente y Harry salió de la habitación. Recordó todas las veces en que Dumbledore le había ofrecido ayuda de aquella manera y él había rehusado. En aquellos momentos deseaba más que nunca preguntarle sobre sí mismo, descubrir todos los secretos que ni él mismo sabía pero como siempre, había rechazado la oportunidad. De todas formas no estaba seguro de que Dumbledore le contara lo que él quería saber ¿si no por qué no se lo habría contado ya si estaba dispuesto a hacerlo?

Se había tragado sus ganas de saber, esta vez más que ninguna otra había más personas implicadas y graves infracciones que los pondrían a todos en un aprieto sólo por satisfacer su curiosidad. No estaba dispuesto a que otros sufrieran por su culpa. Él se estaba preparando para la lucha con Voldemort y sabía que tendría que hacerlo solo.

Pasó el resto de las clases de la tarde sabiéndose observado por los alumnos. Estaba asombrado de a la velocidad que corrían las noticias en Hogwarts. Se sentó con Ron en las clases, su amigo trataba de animarle. Cada vez que veía a Malfoy tenía que reprimir las ganas de abalanzarse sobre él y estrangularle, más aún cuando le veía hacerle gestos burlones.

Hermione, por supuesto, también se había enterado de lo que había pasado, y pese a encontrarse en estado de depresión tuvo un momento para sentirse contenta. Estaba siendo una época muy dura para ella. Se sentía muy sola, las únicas personas a las que quería ahora la odiaban además de tener que guardarse celosamente todo lo que sabía por culpa del oportuno hechizo que le había hecho Lucius Malfoy.

Pero en todo su dolor, la actuación de Draco la hizo alegrarse además de sentirse orgullosa de él. Recordó cuando le había dicho a Harry que se encontraría sin novia y sin amiga, y sonrió. "Tal vez no me habría ido tan mal en las clases de Adivinación si hubiera seguido con ellas" pensó Hermione con la sonrisa en sus labios, pero rápidamente la alegría se borró de su cara. Vio entrar en el aula a Harry seguido de Ron. Por lo menos Harry tenía a Ron, ella no tenía absolutamente a nadie. Dirigió su mirada hacia Malfoy disimuladamente para que sus miradas no se cruzasen, y lo encontró burlándose de Harry con la misma actitud que había tenido siempre. Aquello también le hizo sonreír, pero esta vez había un halo de tristeza en esa sonrisa. Ella le seguía queriendo, era algo inevitable, y estaba segura de que él aún no la había olvidado porque muchas veces le había visto mirándola con disimulo y apartando la vista cuando ella se daba cuenta. Pero la reciente actuación de Malfoy le había confirmado lo que se temía, estaba actuando como un mortifago en toda regla, lo que significaba que la opción que ella había elegido era cada vez más fuerte. Draco iba camino de ser buen mortifago y aquello hacía cada vez más difícil el que alguna vez pudieran volver a estar juntos. Si el plan de Lucius resultaba completamente, en poco tiempo, Draco sólo vería la verdad en Voldemort y habría olvidado a Hermione, que pasaría a ser simplemente una sangre sucia traicionera. Lo único que la alegraba de todo aquello era que si Draco no podía estar con ella, por lo menos que fuera el mejor mortifago de todos. Aún dudaba de hacia qué bando sentía más simpatías y por las noches la idea de haber escogido la otra opción le seguía quitando el sueño.

Muajajajajaja, supongo que estaréis contentas ¿no? Chang a la calle!

Bueno, como veis ya se va desvelando un poco el tema. Al ff le quedan 8 capítulos, y os adelanto que para mi, son los mejores del ff (los del final jejejeje)

Ya respondo reviews en el siguiente ;-D