¡Holitas!
OH, aquí acaba ya el ff. Dios mío, que penica me da, pero bueno, os agradezco mucho todo vuestro apoyo y espero que ahora que está acabado más gente siga leyéndolo. Nunca me cansaré de ver las opiniones de la gente que ha invertido su tiempo leyendo esto.
Estoy muy contenta de que le hayáis dado una oportunidad a esta historia, en serio. Éste es el primer ff que escribí y soy consciente de sus carencias, sobre todo al principio. Por supuesto habrá cosas que nos os hayan gustado, o cosas que quizás hubieseis puesto de otra forma, seguramente yo también, ahora que llevo dos años en esto del ff puede que hubiera puesto cosas diferentes, no sé, pero cada vez que leo algún trozo me da nostalgia y tengo que admitir que me gusta como quedó al final, a pesar de que no se tengan en cuenta muchas cosas del 5º y ya ni os digo del 6º, que ya había acabado de escribir la historia cuando me lo leí jejejeje.
Después os comento más cositas. Eso sí, os cuento que parte de este capítulo lo escribí mucho antes de acabar el ff (sí, yo como JK que tiene guardado el capítulo final de HP en una cámara de alta seguridad XDDDDD) en su día me replanteé reescribir aquella parte que ya tenía escrita, pero no lo hice, fue como una especie de homenaje a mi evolución como escritora jejejeje.
Bueno, sin más, espero que os guste.
Capítulo 57: Una vida nueva
La mañana del Lunes amaneció inocente, como si no hubiera ocurrido nada relevante durante el curso que pudiera haber hecho cambiar sus actitudes frente a los Éxtasis. La escena podría haber sido vista sin siquiera advertir la madurez adquirida por los chicos mientras hacían los repasos de última hora en las salas comunes. Todo había pasado y ahora su inminente preocupación eran los exámenes, pero cada uno de ellos guardaba en su interior las numerosas lecciones que les había deparado la vida durante aquellos meses, lecciones más importantes que cualquier mero trámite estudiantil como lo eran el valor de la amistad, del amor y de la verdad.
El Gran comedor aguardaba tal y como lo recordaban de sus pasados Timos, con numerosas mesas orientadas hacia la mesa de los profesores. Ron bromeaba con Hermione en el vestíbulo porque la chica estaba histérica pidiéndole que le preguntara al azar cualquier pregunta del temario. Parvati, cuyo embarazo comenzaba a ser visible, trataba de adivinar junto con Lavender las preguntas del examen mediante un extraño método adivinatorio a base de cartas. Luego de que llegaran los alumnos de Ravenclaw y Slytherin, Padma se unió al nervioso grupo que ahora formaban Harry, Ron y Hermione, los tres juntos, como siempre habían estado, con su amistad renovada y afianzada. Aunque en todo aquel bullicio había algo diferente, ahora Draco Malfoy ya no se encontraba respaldado por sus inseparables Crabbe y Goyle, estaba solo, pero no le importaba porque tenía aquello que quería y que daba sentido a su vida: Hermione.
La semana de los Éxtasis pasó, los chicos esperaban haber conseguido superar los suficientes Éxtasis para el futuro profesional que habían escogido, aunque no tendrían los resultados hasta unas semanas después. Hermione, como siempre era la que más nerviosa estaba por los resultados, sobre todo porque las calificaciones exigidas para ingresar en la escuela de aurores eran muy estrictas, pero no tuvo ningún problema para realizar los exámenes, su memoria estaba perfectamente, no había olvidado nada de lo que había estudiado a lo largo del curso además de que el castigo que ella y Draco tuvieron que hacer durante todo el curso resultó ser de gran ayuda.
Después de que los exámenes hubieran acabado todos estaban ya relajados. Hogwarts se veía lleno de alumnos ociosos que paseaban por los terrenos, jugaban al quidditch o se entretenían conversando en las salas comunes. Tan sólo un par de días separaban su vida de estudiante de la vida real y aquello era algo que inquietaba a los alumnos de séptimo curso que ya empezaban a mirar el castillo con ojos melancólicos, aquel lugar donde entraron siendo niños y de donde saldrían hechos hombres y mujeres, el lugar donde habían crecido, habían reído y llorado, habían disfrutado y conocido amigos para siempre.
Como todos los años, el curso se despediría con el banquete de fin de curso al cual había que añadir fiesta de despedida para los alumnos de último curso. Por esta vez, Harry, Ron y Hermione no tuvieron que preocuparse por encontrar pareja para la fiesta. Harry iría con Cho, que aunque ya no era profesora, había sido invitada para la graduación de Harry, Ron iría con Padma y Hermione guardaba celosamente para ese día el anuncio público de su relación con Draco. Era algo que tenían acordado, aunque para ello tuvieran que seguir viéndose a escondidas hasta ese momento, de todas formas a estas alturas ya les resultaba incluso cómico.
El último día llegó, y además de los preparativos de la fiesta también comenzaron a hacer las maletas. Harry se preparaba para guardar sus cosas en el baúl. Un montón de ropa aguardaba sobre la colcha de color verde de su cama. Al abrirlo vio en el fondo su antigua túnica de Gryffindor. Le asaltó una sensación mezcla de nostalgia y remordimiento. Después miró su túnica de Slytherin, cuya serpiente brillaba a sus ojos, y la colocó encima de la de Gryffindor, como queriendo así aceptar definitivamente lo que era. Siempre había sido un Slytherin aunque lo hubiera rechazado durante años, era la serpiente de Slytherin la que había hecho que venciera al final, era aquella casa verde y plata a la que siempre había pertenecido y a la cual debía su futuro libre de amenazas, su libertad, y la que como bien dijo en una ocasión el sombrero seleccionador, le ayudó en su camino a la grandeza. Él, Harry Potter, era el heredero de Slytherin. Sonrió al mirar a su alrededor y se sorprendió al pensar que incluso podría echar de menos aquella habitación que al principio había asumido como un castigo ligado a su destino. Recordó como en su primer curso, en el momento de la selección, lo que más le preocupaba era no ser seleccionado para Slytherin porque a esa casa habían pertenecido todos los magos malvados. Rió por la ironía del recuerdo. Ahora era él el heredero de Slytherin quien había derrotado a Voldemort, y pese a ser Slytherin no era malvado. Tampoco lo era Draco, como había podido descubrir aunque fuera tarde. Al final, muchos de los prejuicios infundados que creyó cuando llegó al mundo mágico habían caído por su propio peso.
Un ritual similar aconteció a cada uno de los chicos. Habían sido siete años llenos de recuerdos, y mientras llenaban sus baúles con objetos físicos iban rememorando otras muchas cosas que quedarían en sus memorias para siempre. Draco hizo su equipaje con cierta tristeza, siempre había tenido la seguridad de adonde volver, pero ahora ya no tenía familia, tan solo una enorme y fría mansión vacía, y el peso de la conciencia y el temor por su asesinato. Tanto Snape como Dumbledore se habían encargado de tranquilizarle al respecto, dándole su apoyo y convenciéndole de que el juicio que se realizaría saldría bien. Además tenía por delante muchos trámites en cuanto a su herencia, sólo que le aliviaba que Snape, que ahora se había convertido en su tutor, le ayudaría. El mundo en el que había vivido desde siempre se había derrumbado, el claro futuro al que le habían destinado había desaparecido, y ahora él era el único dueño de su vida. Había tomado una decisión secreta, que no había comentado ni siquiera a Hermione, y que había tomado forma durante esa última semana, sabía que era una locura y que jamás había pensado en ello, pero los días de reflexión después de lo ocurrido, perdido como estaba, habían hecho que se perfilara como una opción prometedora.
Ron preparaba la ropa para guardarla en el viejo baúl, heredado como tantas cosas de uno de sus hermanos mayores. Aunque esta vez ya no se sentía a la sombra de uno de ellos. Seguía siendo impulsivo y cabezota, sólo tenía que pensar en cualquiera de sus discusiones con Harry o Hermione para recordarlo, pero había ganado algo que nunca había tenido y que era lo que le mantenía a la sombra de sus hermanos. Había descubierto la confianza en si mismo. Siempre había estado al lado de Harry como fiel amigo que era, pero tenía que admitir que en cierto modo se refugiaba detrás de Harry y Hermione. No se consideraba especialmente hábil para nada además de que para cualquier cosa siempre tenía alguien a quien tomar como ejemplo. En el futuro que le esperaba ya no tendría todos los días a sus amigos a su lado, le daba algo de tristeza pero en el fondo sentía ilusión por enfrentarse él solo a la vida. Había conocido el amor junto a Padma, había llegado a ser prefecto y capitán de Gryffindor, había usado el patronus para salvar a sus compañeros, había conseguido hacerse animago, había perdonado a su amiga y salvado la vida a su enemigo Malfoy, había descubierto su vocación profesional… En resumen, había conseguido tanto o más que cualquiera de sus hermanos o amigos, o quizás no fuera suficiente, pero la verdad era que él se sentía orgulloso y realizado por lo que había logrado.
En el dormitorio de las chicas en la torre de Gryffindor, Hermione trataba de hacer su equipaje inútilmente, ya que Parvati y Lavender aún tenían la habitación llena de cosas por todos lados, más preocupadas por arreglarse para la fiesta que por ordenar sus baúles. No pudo evitar pensar en que echaría de menos el alboroto que las chicas solían armar con la más mínima cosa, en otro momento tal vez la habrían puesto de mal humor, pero ahora le daba pena no volver a compartir con ellas alguna noche de cotilleos o veladas adivinatorias que tanto la habían sacado de quicio.
Sobre su cama tenía, aparte de la ropa, una montaña de libros, el triple de lo que cualquier estudiante había acumulado en los siete años en Hogwarts. Pensaba que el hechizo que había hecho sobre el baúl para que el interior se agrandara fuera suficiente. Guardó la Nimbus 2001 que entró perfectamente, sonrió, aquella escoba significaba tanto para ella… Sin darse cuenta se llevó la mano al colgante que nuevamente lucía sobre su escote. Se iba de Hogwarts encontrando el amor de su vida, a quien había rescatado de las tinieblas. Agradecía sin palabras que sus destinos se hubieran cruzado. Muchas veces había pensado en que no habría creído si alguien le hubiera dicho que acabaría siendo novia de Draco Malfoy, pero con lágrimas en los ojos sonreía alegrada al recordar todo lo que había vivido junto a él y mejor aún, impaciente por ver lo que le deparaba el futuro.
- ¿Qué te parece este vestido?- dijo Parvati sacándola de sus ensoñaciones.
Hermione se dio la vuelta sonriendo e intentando disimular sus ojos empañados.
- ¿Crees que se me marca demasiado la barriga?- dijo Parvati poniéndose de perfil.
- Creo que te queda muy bien.- dijo Hermione.
La voz de Hermione sonaba algo tomada y Parvati se giró para mirarla.
- Ay Hermione ¿por qué lloras?- dijo Parvati abrazándola amistosamente.- No te pongas sentimental, mujer. También te echaré de menos, puedes visitarme en Rumanía cuando quieras. ¡¡Querrás ver a mis gemelos!¿no? Además ¡tienes que venir a la boda!
Parvati se separó para mirarla, Hermione lloraba pero sonreía a la vez.
- Claro que si.- dijo Hermione sonriendo pero volviendo a llorar sobre el hombro de su amiga.
Eran lágrimas de tristeza y alegría mezcladas. Sólo el hecho de ver a Parvati le había hecho tomar conciencia de todo lo que habían crecido y madurado. Ahí tenía a Parvati, que sin dejar de ser igual de alocada que siempre, también había madurado e iba a ser mamá y formar una familia.
- Por cierto, Hermione ¿con quien vas a ir a la fiesta?- preguntó Parvati.
- No cambias ¿eh?- respondió Hermione sin tener más remedio que reírse.- Es una sorpresa…
Y tanto que fue una sorpresa. Nadie se sorprendió al ver entrar al Gran Comedor a Harry y Cho, Padma y Ron o Charlie y Parvati, pero todos los ojos se volvieron a mirar curiosos y sin dar crédito cuando vieron entrar a Draco y Hermione, exultantes, podría decirse que incluso un aura los rodeaba. Era su primera aparición pública juntos y ambos estaban algo inquietos pero contentos. Cuando pasaron por las mesas donde estaban los Slytherins se estrecharon aún más las manos entrelazas, ni siquiera pensaron en devolverles la mirada, pero algunos de los Slytherins que no eran prejuiciosos les vitoreaban, como Stuart y Adam. Draco se giró entonces para saludarlos y Hermione aprovechó para girarse también y mostrarles a todos el colgante que llevaba orgullosamente en el cuello. Claro que había también un grupo que les miraban recelosamente, incluso con asco. Aquellos que antes habían sido sus amigos ahora le miraban con desprecio, como si fueran superiores. Al ver la cara de Crabbe y Goyle, incluso Pansy Parkinson, que se agarraba fuertemente al brazo de Goyle como para demostrar que no le traumatizaba aquella visión, Draco sintió lástima por ellos. Le inspiraba lástima que siguieran pensando de una forma tan retrógrada, y para colmar el vaso de lo que la cara roja de Pansy Parkinson era capaz de soportar, se giró hacia Hermione y la besó delicadamente en los labios. Ella sonrió. Sabía por su mirada lo que significaba pero él quiso confirmarlo con un "Gracias". Era un agradecimiento por haberle hecho ver la luz, sino hubiera irrumpido en su vida revolucionándolo todo, sin duda estaría sentado con Crabbe y Goyle sumido en la oscuridad de una actitud estúpida.
El resto de las casas fueron bastante más comprensivas aunque también estaban muy sorprendidos. Hermione y Draco se dirigían hacia la mesa donde estaban Harry y Ron, y la chica dedicó una pícara sonrisa y un guiño al pasar frente a Parvati y Lavender, que aún no habían podido cerrar la boca ni los ojos. Minutos más tarde, después del shock inicial, las dos chicas se enfrascaron en una divertida discusión sobre cómo no habían conseguido averiguar tan jugoso cotilleo, poniendo en duda sus métodos de adivinación.
Harry y Ron aceptaron sonrientes que Draco se sentara con ellos en aquella noche tan especial, pero no les dio tiempo a hablar ya que Dumbledore se disponía a hacer el discurso de final de curso que daría inicio al banquete y a la fiesta.
- Un año más se va, como es inevitable en el ir y venir de Hogwarts.- comenzó Dumbledore.- Pero este curso quedará en la memoria de todos como aquel en el que terminó la amenaza de Voldemort. Todos sabéis la historia, no es el momento de repetirla.- Dumbledore miró a Harry sabiendo que éste no quería volver a ser halagado, nunca había buscado el protagonismo aunque hubiera sido acusado de ello muchas veces.- Pero sí es el momento de decir que Hogwarts se enorgullece de haber forjado entre sus muros a valerosos jóvenes, inteligentes compañeros, nobles personas y astutos alumnos. Hogwarts se enorgullece de haberos enseñado parte de los secretos del mundo mágico para que lleguéis a ser sin duda unos excelentes magos y brujas, pero lo más importante es que Hogwarts se enorgullece de haberos inculcado algo más importante que meros conocimientos escolares, aquellos principios que nos hacen crecer como personas. Habéis crecido al cobijo de las milenarias piedras de Hogwarts, llenas de sabiduría, pero también habéis crecido aprendiendo valores importantes para la vida como el sentido de la amistad, de la responsabilidad, de la verdad…- Dumbledore iba mirando Hermione, Parvati, Draco…- podría seguir diciendo cosas que habéis aprendido los cuarenta alumnos que hay en séptimo curso, pero es más valioso que vosotros mismos seáis descubráis qué es aquello que habéis aprendido. En vuestra vida futura tendréis muchas oportunidades, muchas situaciones donde poner a prueba aquello que habéis aprendido. No se puede esperar que todo el mundo escoja el camino correcto, pero lo que no debéis olvidar nunca es que no somos lo que somos sino lo que elegimos. El futuro depende de nuestra elección- Dumbledore miró a Harry de nuevo y éste asintió sonriendo. La gente empezó a aplaudir creyendo que el discurso había acabado.- Un momento, aún hay algo que anunciar. Ciertas personas fueron castigadas a principios de curso, pero me consta que finalmente lograron salvar sus problemas con diferencia.- Draco y Hermione se miraron sonriendo.- Por ello, los cien puntos que fueron restados a principios de curso tanto a Slytherin como a Gryffindor, serán devueltos. Y con esto…me parece que no se han arreglado mucho las cosas…¡Hay empate! Por lo tanto Gryffindor y Slytherin ganan la copa de las casas. Y ahora, que comience el banquete.
El Gran comedor se llenó de los colores verdes y rojos, plateados y dorados, el banquete y la fiesta se alargaron hasta bien entrada la noche, pues ninguno quería que llegara el inevitable día siguiente en el que tendrían que salir fuera del amparo de Hogwarts. Tanto la noche y el día siguiente estuvieron llenos de despedidas, aunque la mayoría de ellos sabía que se volverían a ver pronto, ya fuera en sus estudios profesionales o por un simple contacto de amistad. Todos se llevaban de Hogwarts a grandes amigos para toda la vida.
Los exámenes de ingreso para la escuela de aurores no eran hasta finales de Agosto, y Hermione pasó la mayor parte del verano estudiando. Apenas se habían visto después de salir de Hogwarts ya que tras recibir sus calificaciones de los Éxtasis, que les fueron bastante bien, todos tenían solicitudes y papeleos que cumplimentar para sus carreras profesionales. Tampoco había podido ver a Draco todo lo que quisiera porque él también había estado muy ocupado con temas que el Ministerio debía poner en orden después del suceso de sus padres, como el juicio, que se solucionó satisfactoriamente. Lo que más le apenaba era que le esperaban cinco años en la escuela de aurores y seguramente sólo podría verlo en vacaciones. Ninguno de los dos había cumplido los 18 años, por lo que no podían utilizar la magia para verse. Hasta Septiembre no serían mayores de edad, pero Draco estaba estudiando para aprobar el examen que le permitiera aparecerse y así poder ver a Hermione siempre que quisiera.
El día que empezaban las clases, Hermione se sentía triste. Estaba en la puerta de la escuela y veía a muchos jóvenes por allí, entusiasmados por el comienzo del curso. Ella, sin embargo, echaba de menos Hogwarts, y sobretodo a Draco, Harry y Ron. Estaba allí, de pie, pensando en que una nueva etapa empezaría para ella en cuanto subiera aquellos escalones cuando una voz detrás suya le habló:
-¿Qué te pasa?
Hermione se dio la vuelta y vio a Draco, fue corriendo hacia él, se abrazaron y se besaron con muchas ganas, porque hacía un mes que no se veían.
-¡Has venido!- dijo Hermione ilusionada.
-Claro, la lechuza que me mandaste el otro día me dejó preocupado. No podía perderme tu primer día de clase.- dijo Draco mientras le sonreía.
Hermione pudo ver que Draco llevaba varios libros también. Pensó que se habría olvidado de comprar algunos.
-Pero... ¿para que traes esto? Creo que los compré todos.- dijo Hermione mirando los libros, que ella ya tenía.
-Verás, te quería dar una sorpresa, también voy a ser auror.
Hermione no sabía como se las había apañado para que no se enterara, ni cuando había estudiado, ni cuando había hecho el examen, y mucho menos...¿Malfoy auror? Si se lo hubieran dicho cuando entró en Hogwarts se lo hubiera tomado a broma. Draco, sabiendo lo que estaba pensando por la cara que ponía Hermione, le explicó:
-Por eso apenas he podido verte este verano, he tenido que estudiar en un mes todo lo que tú has estudiado durante el curso. Hice el examen de ingreso otro día porque ya sabes los líos que he tenido con el Ministerio y me hicieron un justificante. Y bueno... después de lo que ocurrió con mis padres, pensé que era lo que tenía que hacer, ser auror, y así limpiar el nombre de mi familia. No quiero que cuando algún día tengamos hijos te avergüences de que lleven el apellido Malfoy.
Esto último emocionó a Hermione.
-Yo nunca me avergonzaría de algo tuyo.- dijo Hermione.
-Y había pensado otra cosa...- dijo Malfoy poniéndose colorado.- pronto podremos hacer el examen para aparecernos y...quizás te gustaría venir a vivir conmigo, estoy muy solo en aquella casa tan grande...
A Hermione casi le da algo al escucharlo. Era una buena idea, si aprobaban el examen, podrían vivir juntos, solo aparecerse por las mañanas y después volver a casa apareciéndose de nuevo.
-¡Por supuesto que si!.- dijo Hermione muy emocionada solo de pensar en irse a vivir con Malfoy.- ¿Qué llevas ahí?
-Ah, pensé que te gustaría verlo. Es la portada de hoy del "Quidditch al día"- dijo Draco entregándole el periódico a Hermione.
El "Quidditch al día" era el periódico deportivo del mundo mágico. Hermione contuvo un grito de alegría cuando vio la portada "Presentado ante los medios y la afición el nuevo buscador de los Tutshill Tornados: Harry Potter". Y luego vio la foto donde salía Harry mostrando la túnica de quidditch de los Tutshill Tornados con H.Potter bordado en la espalda. Hermione no sabía mucho de quidditch pero si sabía que era el mejor equipo de Inglaterra.
-Pensándolo bien, si tenemos hijos... al menos serán sangre limpia.- dijo Hermione, que le hubiera dado vergüenza sacar el tema de los hijos si no lo hubiese sacado Malfoy antes. El tema de los sangre limpia y los sangre sucia había sido el tema principal en su relación con Malfoy durante todos los años que habían estado en Hogwarts.
-Eso es lo de menos.- dijo Draco.
Besó en la mejilla a Hermione, y subieron la escalera de entrada cogidos de la mano, a empezar una nueva vida.
Diez años más tarde, Inglaterra volvía a celebrar los Mundiales de quidditch. Era una buena ocasión para reunirse de nuevo, ya que hacía al menos tres años que no se veían, desde la boda de Ron, donde Harry fue el padrino. Inglaterra había llegado a la final, y finalmente había ganado la copa. Tanto si ganaban como si no, habían quedado para cenar en el Caldero Chorreante.
Los medios de comunicación abarrotaban el bar, todo estaba lleno de fotógrafos y periodistas que trataban de hablar con Harry, que era el buscador de la selección nacional, y gracias a él habían ganado. El dueño del Caldero Chorreante les había guardado una sala privada para que no los molestaran. Harry y Ron miraban el reloj, Hermione se estaba retrasando demasiado. Si no hubiese podido ir les hubiese avisado, pensaron, o quizás había surgido algo, con todo el jaleo de los mundiales los aurores estaban puestos en alerta, por si pasaba algo. Empezaban a preocuparse cuando la puerta de la sala se abrió.
Entró Malfoy y mientras, sujetaba la puerta para que entrase Hermione. Malfoy llevaba sobre el otro brazo a un niño de unos dos años, con el pelo rubio platino. La imagen les hizo gracia, quien se lo iba a decir. Pero más gracia les hizo ver entrar a Hermione, tras una prominente barriga y andando con dificultad hasta la mesa, estaba embarazada por lo menos de 8 meses. Se saludaron todos efusivamente, dieron la enhorabuena a Harry y se sentaron a la mesa.
-Dios mío, tengo los pies que me van a estallar.- dijo Hermione.
-Hemos tardado más porque Hermione no puede ir muy deprisa, y además estaban todos los periodistas ahí fuera y no hacían más que preguntarnos.- dijo Malfoy.
Hermione y Draco también se habían sorprendido al entrar. En la mesa junto a la chimenea, estaban Harry, Cho, Ron y Padma. Harry tenía sentada sobre su regazo a una niña, que era igualita que Cho, pero con el pelo azabache revuelto y los ojos verdes de Harry. Por el otro lado, Padma mecía una sillita donde dormía un niño pecoso y pelirrojo.
-Ya pensábamos que los aurores habíais tenido algún aviso. Habría sido una pena porque con el trabajo que nos ha costado organizar todo y lo bien que había salido...- dijo Padma.
-Leí en "El profeta" que habíais estado en el extranjero cogiendo a algunos magos tenebrosos que tramaban algo ¿no?- dijo Harry.
Hermione y Draco se habían convertido en unos renombrados aurores, y a menudo salían en "El profeta". Ron, que trabajaba como sanador en San Mungo, estaba más al tanto que Harry, porque Padma trabajaba en el Ministerio.
-Si, bueno, Hermione se quedó en casa porque estaba embarazada del pequeño Draco y podía ser peligroso, pero me ayudó mucho ¿verdad?.- dijo Draco a Hermione.
-Ya sabéis, los libros y yo... si algo nos dejaron los padres de Draco era una surtida biblioteca sobre Artes Oscuras, y nos ha venido muy bien.- dijo Hermione.
El niño rubio, que también se llamaba Draco, era una copia en miniatura del padre, llevaba una pequeña túnica verde de quidditch, de Slytherin y jugaba con una serpiente de peluche.
-Veo que ya estáis enseñándolo para cuando vaya a Hogwarts.- dijo Harry al fijarse en el niño.- ¿Cuántos años tiene?
-Dos.- dijo Hermione.
-Entonces igual que Lily y Viktor.- dijo Cho señalando a su hija y al niño de Ron.
Diciendo esto, Lily intentó quitarle la serpiente de peluche que tenía Draco jr en la mano, el niño dio un tirón y se la quitó mirándola como con ganas de pegarle además de decirle "Tonta", entonces Lily se puso a llorar. Harry la acunaba intentado que dejara de llorar y le dio una escoba de juguete a ver si se callaba.
-Es igual que su padre.- dijo Hermione riéndose.
-Será de Slytherin, por supuesto.- dijo Draco.
-No, de eso nada, será de Gryffindor.- dijo Hermione.
-No, no, será de Slytherin.- insistió Draco. Parecía que no era la primera vez que hablaban sobre el tema.
-Bueno, pero la pequeña Hermione será una Gryffindor seguro.- dijo Hermione mientras se tocaba el vientre.
Hermione le quitó la serpiente al niño y le dio un libro infantil donde salían dibujos de hechizos y que hizo que se entretuviera.
-Lily será buscadora ¿verdad?.- dijo Harry a la niña, que no parecía que la escoba de juguete la hubiera calmado, pero se puso a mezclar cosas en una copa vacía, muy entretenida.
-Parece que le van más las pociones, no es por nada.- dijo Ron.
-Por lo que veo, los tres coincidirán en el mismo curso en Hogwarts.- dijo Harry.- espero que den menos problemas que nosotros.
-Hermione Malfoy.- dijo Cho pensando en la niña que iba a tener Hermione.- a los profesores de Hogwarts les va a parecer raro cuando tengan que llamarla ¿no?
-Me imagino que sí.- dijo Hermione.
El colgante de plata con una D y una H engarzadas con una serpiente, relució ante la luz de la chimenea, al igual que las alianzas en forma de serpiente que ella y Draco llevaban. Así empezaron a recordar los años que habían estado en Hogwarts y así fue como contaron esta historia que acabo de escribir.
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¡Bueno! Ya está aquí el final. Aunque sea resumido ya todos sabemos un poco lo que pasará con ellos después de unos años jejejeje. Y bueno, admito que me gustó mucho escribir la parte de cuando dejan Hogwarts, el discurso de Dumbledore (tan típico de los finales de los libros jejejeje) y bueno en general era como un resumen de todo lo que habían madurado a lo largo de los años que habían pasado en Hogwarts.
Me comentáis muchísimas cositas, intentaré resumirlas:
Me alegro que me digáis que mis personajes no son muy OOC (aún estoy riendo por el comentario de Sirenitus que me decía que por fin un ff con el Harry odioso de los libros jejejeje). Sé que muchos de vosotros querían que Harry se convirtiera en animago, pero no lo hice. Bien podría haber retomado sus lecciones con Sirius después, pero para mí lo importante de todo eso era darle importancia al personaje de Ron. Es un personaje que me gusta mucho, y no quería que en este ff estuviera infravalorado. Además, también me harta que Harry siempre se salga con la suya ¿es que siempre tiene que conseguirlo todo? Pues no, así que no Harry animago XDDDDD (qué mala soy jejeje)
Reconozco que cuando escribí este ff atravesaba mi etapa de "odio a Sirius Black" jejeje (ya veis, las vueltas que da la vida XD) y aunque intenté escribirle lo mejor que pude, está claro que su personaje me vino muy bien para muchas partes del argumento, como me decía tb Sirenitus "me quedó muy Lupin" XD.
Por ejemplo, Isa, que empezó a leer el ff el otro día y me dejó mensaje en el cap 17, pues nada, a todos aquellos que empiecen a leerlo ahora ¡no os olvidéis de dejarme vuestras opiniones! Si me mandáis reviews firmados puedo seguir contestándolos aunque el ff haya acabado.
Me alegro también que os gustara el "reencuentro" de Draco y Hermione, ya dije que quedó algo empalagoso para mi gusto, como bien secunda Amsp14 q dice q le gusta mas el dialogo y la acción jejeje, pero necesitaba hacer ese reencuentro, después de todo lo que les hice pasar a los pobreticos…
Bueno, muchísimas gracias a todos los que me han dejado reviews a lo largo de los 57 capítulos y que han estado leyendo la historia, o dejaron de leerla, igualmente, muchas gracias a todos de corazón:
Muchas gracias por los reviews de este capítulo a: Lady Lathenia (¡gracias por re-re-re-leer el ff ¡es un orgullo para mi), Amsp14, Danybel, Hermiwg, Moony, Isa, Pauly (parotida), Kenya, Terry Moon, Nulka90 y Sirenitus.
Y no hace falta que os diga que ya sabéis por donde encontrarme, cualquier cosita y enviarme un mensajito, mail o lo que sea.
Eternamente agradecida
Vuestra amiga
Akasha Bennington
