Capítulo 5:
Cuando los suegros AtakanAl día siguiente, todos los chicos estaban escondidos, pareciera que ninguno tenía muchas ganas de recibir a sus padres, a decir verdad, la primera en llegar muy puntual, fue la madre de Mariana, la cual lucía aún sus ropas del hospital, y con un rostro serio y estricto, fue conducida al gran salón, en donde había muchas sillas apiladas, en donde se sentarían.
Mariana suspiró profundamente y se acercó como si no hubiera echo nada.
- ¡Hola mami!
- Mariana, hija… ¿Ahora que hiciste?
- ¿YOOOOO? ¡Nada! Todavía….
- ¡Entonces el director nos citó para felicitarnos seguramente! – dijo con algo de ironía - ¡ay hija, tengo mucho trabajo en San Mungo como para estar aquí, escuchando quejas, las cuales ya se me de memoria!
- ¿Cómo cuales?
- "Señora, su hija no entra a clases, su hija no hace sus deberes, su hija practica magia oscura desnuda a la media noche" – canturreó
- ¡Mentira madre, ya no hago magia oscura sin ropa! – protestó - ¡Ahora si me pongo ropa! Digo, por aquello de los resfríos…
- ¡Ay Marian! – suspiró, cuando Terry se acercó muy sonriente a la madre de Mariana
- ¡Mi querida Sanadora Mental! – la saludó Terry coquetamente - ¡Pensé que traería a mi madre la loca atada a una camilla y con un bozal!
- ¡No es gracioso muchacho!
- ¡Oh, pues, yo solo decía!
- ¡Hola hijo! – llegó de pronto Horace Cannavaggio, el padre de Terry, con el cual se parecía mucho a su hijo.
- Hola pá
- ¿Qué hiciste ahora hijo?
- ¿YO? ¡Nada!
- Já
- ¡Te lo juro padre, esto es un complot en mi contra, porque mi madre cuando estuvo aquí hizo desastre y medio y el que menos la quiere, solo la odia con toda su alma y como yo soy su hijo santo, pues todos me odian porque piensan que soy el instrumento de su venganza que ha llegado para salvar su honra de este colegio y…!
- ¡TERRY!
- ¿Qué pasa padre santo?
- ¡Cállate hijo que me vuelves loco!
- ¡Oh, no , no ¡ - gimió Mariana jalando a Terry - ¡Creo que es suficiente con una madre loca! ¡A mi se me hace que tu volviste loca a tu madre y no Harry Potter!
- ¿Crees que yo, con esta carita dulce y tierna, volvería loco a sus padres? A las chicas tal vez, pero no a mis padres queridos…
- Ajá si, ¡vete al demonio Terry!
- jajaja
- ¡Suficiente! – dijo Horace – ya veremos cuales son las quejas.
Mariana y Terry se fueron a sentar al fondo como niños buenos… o al menos hacer el intento, aunque seguían peleando, cuando de pronto, entró a la sala, una mujer alta y delgada, muy guapa y morena, con el cabello muy largo y de inmediato, Darren apareció y se arrodilló a sus pies.
- ¡Salve, oh, emperatriz de la noche, aquí está tu humilde siervo que mataría por ti si lo pidieras… PIDEMELO, PIDELO Y LO HARE!
- Aunque me beses los pies, Darren, querido, juro que si hiciste mal, te cortaré la cabeza…
- ¡Ay no madre! Mejor córtasela a mi padre…
- ¿Qué hiciste esta vez Darren? ¡Me prometiste que te portarías bien!
- ¡Yo me porto bien! – dijo con voz melosa y tanto Terry como Marian, hacían señas de vomitar y de enterrarse la varita en el pecho, de burla – lo que pasa es que como mi padre da pociones y es un asco pues todos me odian.
- ¡Darren Severus Snape! – chilló Linda, que así se llamaba su má - ¿Qué te he dicho sobre el irresponsable bueno para nada de tu padre?
- Eh…
- ¡Te he dicho que sea lo que sea… esa cosa que tienes como padre, le debes aunque sea un poquito de respeto!
- Si má Linda…
Linda se fue a sentar junto con la madre de Mariana, a hablar mal… de sus ex – parejas y de sus hijitos santos y de paso averiguar cual de ellos habían echo la mayor travesura hasta el momento… hasta que de pronto entró otra mujer rubia, alta, era Narcisa Malfoy, con su porte de reina y mirando a todos con cierto desprecio.
Así que Isis iba tras ella, y le dio alcance.
- ¡Hola madre!
- Hija – le saludó - ¡Así que no puedes ser como tu hermano!
- ¿Cómo? ¿Patán, grosero, irreverente, presumido, presuntuoso, mete líos, chismoso, escoria y guapo? ¡Ay, pensé que yo lo había superado!
- ¡Hija! ¡Eres mi única hija (gracias a Dios) y no te comprendo! ¿Por qué no puedes ser una Malfoy normal?
- ¡Trato de serlo! ¿Acaso el que te hayan mandado a llamar a esta junta no es el comienzo de mi mal comportamiento?
- ¡Sabes que no me refiero a eso!
- ¡Ya lo sé! Y bueno… ¿Cómo esta papá? ¿ya le llevaste sus cigarritos al reclusorio?
- ¡Isis!
- ¡Ah, si, lo olvidé… papá no fuma!
- ¡Es suficiente Isis, ya escucharé cuales son las quejas!
Isis hizo un gesto y se acercó a sus amigos, que ya comían cacahuates y tenían un montón de cáscaras, listas para alguna travesura.
- ¿Qué dice tu jefa?
- Que porque no soy una hija normal…
- Si fueras normal, serías como tu hermano…
- ¡Oye!
- jajajajaja
Poco a poco iban llegando, hasta que hicieron su entrada triunfal, los Denevi, ambos con ropas negras, elegantes y con una pequeña discusión interna acerca de su pequeña e inocente hija, Alkyon.
- ¡Te he dicho que la nena estaría mejor en otro colegio!
- ¡Pero si casi la expulsan de ese último! ¡Y para colmo, con su mala reputación, ya los que quedan no la quieren aceptar!
- ¡La culpa la tienes tú por mal criarla!
- ¿Y tú que? ¡Tú le das todo a manos llenas!
- ¡Mentiras!
- ¿Quién le compró ese unicornio azul? ¡Carísimo! ¿Quién le compró toda la edición completa de ese compendio de Magia Oscura de los 101 mortífagos, escritos por Ryddle?
- ¡En algo tenía que aprovechar su tiempo libre?
- ¿Quién le compró la mantícora que guarda en el baño de su habitación y que ya se comió tres elfos y un troll?
- ¡La nena quería una mascota!
- ¿Y quien le compró a ese lugareño de 18 años que estaba escondido en su armario, amarrado de pies y manos?
- ¡Ah, no, eso si que no Querida, yo le compraría de todo a la nenis, menos un lugareño de 18 años! Eso lo consiguió solita… suerte que el joven no fue almorzado por la mantícora.
- ¡Sí, pero tuvimos que hacerle un hechizo desmemorizador al pobre!
- No te preocupes querida, ya le dije a tu hija que no vuelva a secuestrar lugareños… aunque me pregunto ¿para que los secuestraba?
La madre de Alkyon solo se tapó los ojos y negó con la cabeza… ehhh… si Alk ¿para que secuestrabas lugareños de l8 años?
Otro que hizo su entrada triunfal y que le lanzó unos ojos terribles a Narcisa, fue Sirius Black (vivo para este fic) que estaba acompañado y abrazado por sus mellizas traviesas y por Elektra, una por el cuello y las otras por ambos brazos, que no lo dejaban ni caminar.
- ¡Vamos padre, es verdad, tu nos conoces, no somos revoltosas!
- Sí claro
- Solo un poco - aseguró Lie
- ¡Somos tan bien portaditas como lo eras tu! - dijo Lia
- ¿Como lo era yo? - gruñó Sirius - ¿están seguras que no las expulsarán? ¿y tu Elektra?
- Soy la ultima virgen que espera el cielo, Sirius - dijo Elektra poniendo ojos mustios - lo que quiere decir, que soy inocente.
- ¡Esa ni tu te la crees! - sonrió Lie
- ¡Bueno, esperaré a que me den las quejas y luego veremos que castigo les pondré?
- ¿Castigo? ¿tas loco o que te pasa?
- ¡Niña, mas respeto para tu padre!
- ¡Tú no nos puedes castiga apá!
- ¿Por qué no?
- ¡Porque nos podrías provocar un gravísimo daño mental!
- ¡Sí daddy, nosotras no estamos acostumbradas a los castigos!
- ¿Perdón? Les recuerdo que en su colegio anterior, siempre se la pasaban castigadas
- ¡Ah, pero castigo de maestros, no de padres! Es diferente ¿verdad Elektra?
- ¡Ah, yo no se que signifique la palabra castigo!
- Ay sí, ay sí, ahora resulta…
- Bueno niñas, si me esperan, tengo que hablar con Harry…
- ¡Sí padre! – rieron las mellizas, solo Elektra hizo un gesto desdeñoso
De pronto, hubo un gran tumulto, se escucharon unos gritos, y un correteadero por los pasillos, Brandon entró a prisa al salón y se sentó entre Terry y Darren, como escondiéndose, los chicos le miraron sonriendo, cuando de pronto, las puertas del gran salón, se abrieron de par en par y lo primero que entró fue…
Un hombre, alto, vestido de rojo, despidiendo un delicado aroma a azufre, el traje muy elegante, rodeado de fina pedrería, con un cabello rojo fuego y ojos amarillos, y un par de colmillos que se asomaban bajo sus labios, portaba un fino bastón, y lanzó una mirada a todos, desdeñosa y localizando a Bren, escondido y con la pluma de su cuello cambiando constantemente.
- Brandon – le llamó su padre con vos herrumbrosa y siniestra – ven aquí… o todos creerán que le tienes miedo a tu padre
- No padre – suspiró el chico y se acercó a su padre, el cual era demasiado alto y fuerte.
- Esos no son modales – de pronto entró una joven señora, alta, delgada y muy fina, de largos cabellos rubios, sonrisa y mirada angelical, que miraba bondadosamente a su hijo.
- ¡Madre! Pensé que no bajarías… o que mi padre no subiría…
- Coincidimos los dos – sonrió Angélica, la madre de Brandon y le lanzó una mirada seductora y tierna a su esposo, Azura – espero que no te moleste Brandon que hayamos venido los dos…
- Claro que no madre…
- Entonces ve con tus amigos… nosotros tomaremos nuestros lugares…
- Sí – respondió Brandon, quien ya sentía algo de mareo por el intenso cambio de color de la pluma y de sus ojos.
Tamy que había entrado al ver a aquellos seres, estaba ya con los chicos, muy intrigada.
- ¿Esos son los padres de Brandon?
- Sí
- ¿Un ángel y un demonio?
- Por así decirlo… sí…
- ¿Y como pudo ser esa unión?
- Solo ellos lo saben…
- ¡Vaya! A decir verdad, pasar unas vacaciones con el padre de Bren no me apetece – dijo Tamy – no me gusta mucho el calor….
- XDDDDDDDDDDDDDD
Nikky miraba a todos lados, esperando a sus padres, y temiendo que su madre se diera cuenta sobre Itkar, pero su sorpresa fue mayúscula, cuando llegó su tío favorito, en representación de sus padres.
- ¡Tío Cliver!
- Sobrina
- ¡Así que mis padres no pudieron venir!
- Si, ya enviaron excusas al director, y aprovechando que vine en su lugar,me traje a alguien para inscribirla…
- ¿A quien?
- ¡Primita! – salió de pronto, su prima menos preferida, con la que siempre se la pasaba peleando (pero que en el fondo se querían mucho) Nenyeina…
- ¡Nen!
- Que fea luces hoy primita, como se nota la mala vida que llevas en este colegio – le dijo sin el menor recato
- ¡Bueno, como me veo te verás, queridita!
- ¡No se peleen niñas, que estarán juntas!
- NOOOOOOOOOOOO
- Y no hagan dramas, que de todas maneras ya está decidido, Nenye se queda aquí a terminar de estudiar…
- ¡Ah! ¿Pero estudia? - se mofó Nikky – así que por lo menos sabes lo que es un libro…
- ¡Para tu información, estudio, primita, lo que se me pega la gana, pero estudio… pero que conste – se volvió a los chicos - ¡que no soy una sabelotodo comelibros! ¡Yo no me mato estudiando, no señor!
- ¿Y porque no? – preguntó Nikky con sarcasmo - ¿acaso no te matas estudiando?
- ¡Querida!¿matarme estudiando yoooo? Si me matara estudiando ¿de que me serviría ser un cadáver culto e inteligente, wey?¡Aplícate Nicolle!
- XDDDDDDDDDDDD
Nicolle y Nenyeina ocuparon sus lugares asesinándose con las miradas, mientras otros padres llegaban, y casi hasta el último, Itkar apareció y se sentó junto a Nikky como si nada pasara.
- ¿Y tus padres Itkar? – preguntó burlonamente
- Esta por llegar… mi "madre"
- ¿Está viva? – volvió a preguntar con burla
- ¡No me molestes… ama!
Y de pronto, entraron dos personas a la sala de juntas, una era una mujer de edad madura, pálida, pálida, alta y muy delgada, con ojos enormes y expresivos, con unos cabellos largos de color malva, iba con un muchacho, como de su edad, igualmente pálido, de cabellos oscuros, alto y nada feo.
- ¿Y esos?
- Mis familiares – dijo Itkar como quien no quiere.
- ¿Son tu madre y tu hermano?
- Eh… si…
Aquella mujer, saludó a Itkar y fue a sentarse, mientras que el otro joven, fue directo a Itkar y se sentó a su lado.
- Estamos aquí
- Gracias…
- Es raro estar entre vivos…y… ¿ese no es Sir Nicolás?
- Sí ¿lo conoces Ikis?
- Yo sí, espero que él no a nosotros…
- ¿Estás seguro que Ileana hará bien el papel de mi madre?
- Creo que si, 700 años de muerte la avalan…
- ¿Y tu ama?
Itkar le hizo un gesto y Nikky se asomó mirando a Ikis de pies a cabeza y resopló con fuerza.
- ¿Qué pasa ama?
- Para estar muertos, parecen mas vivos que nosotros…
- Somos sólidos,…
- Aunque hay un hechizo que nos puede volver humanos – dijo Ikis
- Es muy complicado… además ¿Quién quiere estar vivo? ¡Debería tener una razón muy poderosa para que un espíritu sólido quisiera volver a la vida!
- Eso si…
Ileana se fue a sentar junto al padre de Brandon, quien le lanzo una mirada furtiva y ella hizo lo mismo
- ¿Qué?
- ¡Yo no sabía que espíritus sólidos también vinieran a la escuela!
- No fastidies criatura del averno…
Azura sonrió malignamente, mostrando su hilera de afilados dientes, cuando Angélica se acercó a Ileana.
- ¿Te está molestando mi esposo?
- Casi nada… tú eres mitad ángel mitad hada ¿Qué haces con un ser del averno? ¿Por qué no lo dejas y te consigues un lindo elfo del Norte?
Angélica sonrió con ternura haciendo que todo pareciera celestial y rosa, mientras que Azura, gruñó ligeramente, a punto de querer llevarse a ese espíritu a sus dominios y atormentarlo.
- Tranquilo querido – advirtió Angélica – O nuestro hijo estará decepcionado…
Y en la puerta del gran salón, un nutrido grupo de alumnos verían a esos extraños padres, encabezados por Luna, quien suspicazmente deducía que los que habían llegado de último no podían ser parientes de Itkar, pero si sus similares.
- Creo que ya llegaron las quejas – dijo Nikky
- ¿Qué sugieres? – preguntó Mariana
- ¿Una huida graciosa?
- Y rápida – dijo Darren
- ¿Ahora?
- ¡Si!
- ¡Ni lo intenten! – de pronto se puso de pie la madre de Mariana chasqueando los dedos y la puerta se cerró en las narices de… Harry y Luna que estaban de chismosos al frente.
- ¡Ay, Madre! – gimió Mariana y todos se tuvieron que sentar.
- ¡Y tu no hagas nada! – chilló Nikky a Itkar, por si pensaba desaparecer en ese momento.
- Que mandona – sonrió Ikis
- Es cruel y despiadada conmigo, me maltrata, no me comprende y yo que la idolatro a mi amita adorada – respondió Itkar con cinismo
- ¡Si claro! – respondió Nikky con el pensamiento, roja de ira.
- ¿Qué te pasa primita? ¿Por qué estás asi?
- ¡No te importa nenyeina?
- Uy, que genio… te urge un novio… pobrecita…
Los chicos tuvieron que recetarse… mejor dicho, sus padres tuvieron que recetarse todas las travesuras y el ultimo desastre en el comedor, y por ejemplo, la madre de Mariana, tomaba un dictado, sobre el comportamiento irracional y poco sensato de su hijita, la madre de Darren, le echaba la culpa al padre, o sease, a Severus.
El padre de Terry, decía que la locura se hereda y era lógico que su hijo se comportara como su madre, el tío de Nikky, más tranquilo, los regaños le entraban por un oido y salían por otro.
Sirius solo ideaba la manera de cómo le haría para castigar a sus mellizas si solo seguían sus pasos como alborotadoras en turno, el tío de Nikky pensaba… los padres de Brandon, con sus conflictos internos, la madre negaba y el padre aplaudía y la supuesta madre de Itkar… estaba mas entretenida en una araña viuda negra que caminaba por su cabello y ya tenía una telaraña hecha en el sobrero que cargaba.
Al finalizar, McGonagall, dijo a los padres que los alumnos serían castigados estrictamente, algunos asintieron, otros no, como Azura, satisfecho de las travesuras de su vástago.
