Capítulo 10
Pretextos para sufrir y vivir
«Encuentra tu camino,
No quieras burlar al destino.
No mientas, no engañes…
No vuelvas a ignorar…
Mira con verdad tu vida…
Tus sentimientos, tus sueños…
No busques más pretextos…
Para sufrir en vez de vivir»
"ojos vendados"- Lady Faith Athelé
—Qué te casas?—exclamó sorprendido, Hagrid.
Hermione sonrió a modo de disculpa.
—Si, Hagrid—repuso la chica de cabello castaño ondulado—. Como Harry salió de la inconsciencia y los profesores ya están mejor… además ya hay muchas personas ayudando! Yo sólo estorbo aquí!
Hagrid la miró seriamente mientras le servía una taza de té y un trozo de pastel de aspecto podrido que la chica apartó disimuladamente de ella.
—Sabes que eso no es verdad, Hermione—dijo Hagrid, sorbiendo de su taza, que era del tamaño de una olla a presión grande—, tú sola podrías ser la reemplazante de todos los profesores de Hogwarts a la vez… eres buena en todo.
La joven se sonrojó furiosamente ante el comentario de Hagrid.
—Bueno, pero ya aplazamos la boda, no podemos hacerlo más, no te parece?—dijo Hermione, intentando convencerse así misma de lo que decía.
La verdad es que casarse era su cable a tierra, era la única conexión que le quedaba hacia el mundo real del que se había separado las dos últimas semanas. Casarse con Viktor Krum, su novio desde hacía cinco años, era su refugio, su escape de lo irreal…
Aún no había dicho nada de lo que guardaba en secreto durante casi tres semanas, y ahora estaba comenzando a dudar de decir algo… sus vidas girarían irremediablemente y no sabía bien si quería eso o no…
Hagrid esperó el tiempo razonable para que la chica se perdiera en sus divagaciones antes de interrumpirla.
—Pero porqué te vas a casar, Hermione?—preguntó Hagrid, mirándola a los ojos.
Hermione lo miró como diciéndole «cómo-me-puedes-preguntar-algo-así?»
—Por que llevamos cinco años de noviazgo, porque él es mi cable a tierra, mi refugio…—dijo Hermione—… porque… porque él me salvó de la depresión en que estaba cuando ocurrió todo lo de…—la muchacha lo miró, nerviosa—, bueno, tu sabes…
—Sólo eso?—preguntó el semi-gigante.
—Pues… si—repuso Hermione, encogiéndose de hombros. Por alguna razón sintió la extraña sensación que siempre había tenido de pequeña cuando olvidaba poner algo en sus deberes.
Se observaron durante mucho tiempo, en silencio, hasta que Hagrid dijo:
—Entonces no te puedes casar—declaró él, rotundamente.
Hermione se escandalizó.
—Por qué me dices eso?—preguntó, sorprendida—yo me voy a casar, Hagrid… yo me tengo que casar.
Hagrid sonrió un momento antes de responder.
—No te puedes casar por la simple razón, de que entre todos los motivos que me diste, ninguno era "porque lo quiero"—dijo Hagrid—y porque… te casas sólo para escapar de tu destino Hermione, que NO es estar sentada en la casa de un famoso jugador de quidditch sin hacer nada por la eternidad, si lo haces… te arrepentirás de eso para toda tu vida.
• • •
Los alrededores del colegio estaban tranquilos, no había habido ni un solo ataque en las semanas que llevaba ahí, pero el panorama en otros lugares era distinto… Hogsmeade había sido saqueada una noche sin que pudieran hacer nada, ya que cuando los pocos aurors que habían en el Ministerio habían llegado, ya no había nada que hacer, la vuelta del Innombrable había tomado desprevenido a todo el mundo, por lo que las defensas eran escasas, faltaba alguna organización que se uniera pronto para combatir a los mortífagos, que estaban sembrando el terror por doquier.
Todos los lugares mágicos habían sido blancos de ataques… el Callejón Diagon, Valle Godric, Hogsmeade, el bosque de Cornualles, hasta el ministerio!… el ministro no sabía que hacer, los dementores se habían retirado de Azkaban… estaba quedando un caos sólo comparable al que había ocurrido cuando había estado en su sexto curso de colegio…
—Ya terminó tu turno—dijo Laura, llegando a su puesto—vete a descansar, tienes unas ojeras…
—Está bien, Laura—murmuró Ron, poniéndose la capa encima, ya que había comenzado a llover. Se fue caminando lentamente hacia los terrenos del colegio, en donde se estaba quedando mientras hacía los turnos que le tocaban. Se sentó en una roca, frente al lago y observó a los jugadores del equipo de Gryffindor como entrenaban para la copa.
Sonrió al recordar su pasado como guardián, sino se hubiese hecho un auror… seguramente hubiese sido un jugador de quidditch. Se lo habían propuesto, pero se había negado… como le gustaría volver a jugar quidditch…
—Dejé muchos sueños atrás…—murmuró en voz alta, cerrando los ojos—… pero siempre pienso en como hubiese sido si todo hubiera sido distinto… que hubiese pasado si hubiera elegido algo que no elegí…
—Yo también—susurró una voz, delante de él.
Abrió los ojos con sorpresa e indignación.
—Qué haces tú aquí!—exclamó, apartándose de ella con enfado—no quiero tenerte cerca, vete!
Hermione lo miró y se mordió el labio, nerviosa. Ron la miró y casi sonrió al reconocer ese gesto que tanto le gustaba… pero luego recordó que la detestaba y su cara se endureció nuevamente.
—Ron… escúchame por favor—suplicó ella—, sólo escucha lo que tengo que decirte y luego me voy, por favor…
—Yo no tengo porque escucharte—dijo él despectivamente, tomando con fuerza su varita mágica. Se dio media vuelta y se fue hacia el castillo.
—Se trata de Voldemort!—gritó Hermione, rezando para que se detuviera.
Ron se volteó lentamente y la miro con sospecha, la observó unos segundos y luego, despacio, fue hacia ella.
—De qué estás hablando?—preguntó, entrecerrando los ojos.
—De Voldemort—dijo Hermione, agradecida de que su plan hubiese dado resultado—. Del plan que hizo Voldemort antes de morir, para que nuestra amistad se destruyera si él era derrotado por Harry, del plan… que destruyó nuestra amistad sin que nos diéramos cuenta.
• • •
Una mano se posó en su hombro en un gesto de apoyo.
—Gracias…—murmuró Harry, con la voz quebrada.
—Gracias porqué?—preguntó Ginny, con una sonrisa triste en los labios—es lo que haría por cualquiera…
—No, no es eso…—dijo el chico de ojos verde esmeralda—gracias por todo… por tu apoyo, por… por todo…
Ginny sintió el impulso de abrazarlo y llenarlo de besos, pero sabía que no podía hacerlo. Volteó la cabeza para ver al hombre que se encontraba sobre la camilla y luego observó nuevamente a Harry.
—Me gustaría hablar algo muy importante contigo—dijo Ginny—. Sé que a lo mejor no es el momento, pero tengo que hacerlo…
Harry la observó un momento y luego se levantó con pesadez.
—Bueno, si es importante…—dijo. Lo cierto es que Ginny se había vuelto un apoyo casi fundamental en su vida los últimos días, aunque tenía miedo de estar un momento a solas con ella… a pesar de todo le dijo—: Pero vayamos a otra parte, la enfermería no es el mejor lugar…
La pelirroja se levantó asintiendo con la cabeza, nerviosa… pero resuelta. Ya era hora de saber… de preguntar…
Caminaron en silencio hasta llegar a un aula vacía.
—Y bien?—preguntó Harry, sentándose en una mesa, quedando frente a frente a Ginny Weasley—que querías decirme?
Ginny lo miró y tragó con dificultad mientras sacaba un sobre de una de los bolsillos de su túnica.
—Quiero que me expliques…—tomó aire y juntó valor—… esta carta… que significa.
Le pasó el sobre al chico y esperó, expectante.
—Esto es una broma, no?—preguntó Harry levantando la vista y mirando a Ginny, dolido.
—No!—se apresuró a decir la pelirroja—como se te ocurre…! Es algo que encontré hace un poco más de una semana…
—Una semana…? pero si esto yo te lo envié hace siete años, Ginevra—exclamó, extrañado, de pronto llevó sus manos a su cara, en señal de súbito cansancio—yo… yo te amé tanto… y me sorprendió que te enamoraras de Malfoy, pero comprendí que a lo mejor te había hecho demasiado daño como para que me pudieras perdonar…
—Pero… y no fuiste tú el que me dijo que te habías equivocado?—preguntó Ginny, aturdida, bajando la cabeza—yo conocí a Draco después de que mandaras esta carta… yo nunca te pude haber escrito algo así, porque ni siquiera había hablado con Draco alguna vez!
Los dos se quedaron mirando, extrañados…
—Entonces…—comenzó Harry—quien envió esas cartas? Quién pudo haber querido separarnos?
—No lo sé…—murmuró Ginny, consternada… Siete años… siete años amando en secreto a una persona, creyendo que ese amor no era correspondido, siete años… siete años!
Harry quedó pensativo un buen rato, hasta que súbitamente levantó la cabeza, con un brillo extraño en los ojos—. En dónde dijiste que encontraste esta carta?
—En el escritorio de Draco—contestó Ginny, encogiéndose de hombros… pensó un momento en las palabras que había dicho… y de repente comprendió—. En el escritorio de Draco… tú… no creerás que fue él, o si?
—No lo sé—repuso Harry, mirándola a los ojos—, supongo que tu no crees eso, como es tu novio…
La pelirroja suspiró.
—Ya… ya no somos novios—dijo, bajando la cabeza—… rompimos el día del baile…
—Oh, lo siento—repuso Harry, se acercó a ella y la abrazó en señal de apoyo, como ella lo había apoyado también a él—porqué ocurrió…?
—Por…—Ginny se separó un poco de él y sintió como quedaban a centímetros el uno del otro… se acercó un poco más…—por…—cerró lentamente los ojos…— por…
—No!
Harry se separó bruscamente de ella, como si le hubiera dado un golpe eléctrico.
—Yo… Cho…—farfulló, negando con la cabeza—. No Ginevra… no… esto terminó… se terminó hace siete años, ya no te amo Ginny, ya no…
Y sin decir más, salió corriendo hacia los terrenos del colegio.
• • •
Silencio.
No aguantaba ese maldito silencio.
"Lo siento, no puedo creerte". Esas palabras le atravesaban el cuerpo como flechas mortíferas. Cómo había podido creer que eso sería tan fácil? No tenía pruebas más que su palabra y una carta…
En cierto modo comprendía a Ron, pero no podía dejar de causarle tristeza el hecho de que no le hubiera creído nada de lo que había dicho… y decepción… y rabia… y…
Necesitaba tanto a alguien a su lado, necesitaba tanto a alguien en quien apoyarse… siempre había tenido que ser fuerte, soportar con entereza todo lo malo y lo adverso… pero ahora no podía, simplemente no podía…
Antes siempre los había tenido a ellos… y ahora cuanta falta le hacían… oh, Dios, cuanta falta…
El día estaba nublado y no hacía nada por mejorar su deplorable estado de ánimo. El pueblito de Hogsmeade estaba desierto, los negocios cerrados porque ya eran las ocho, y a las siete tenían que cerrar por orden ministerial… la última vez que los mortífagos habían atacado era de noche…
En Hogwarts estaba segura por el momento, ya que Dumbledore le había ofrecido refugio a todo aquel que quisiera quedarse y eso la hacía sentirse un poco más protegida ante el peligro… como Viktor viajaba constantemente ella se quedaba sola temporadas enteras porque no le gustaba ir de allá para acá y eso podía ser peligroso…
Su vida era tan monótona y aburrida… era tan frustrante…
De repentote sintió que algo raro recorría todo su cuerpo débil y antes de que se diera cuenta soltó un sollozo que resonó en todo el lugar.
Después vino otro… y después otro… y no pudo reprimir el dolor, el sufrimiento de sentir que estaba perdiendo y fracasando en la meta más importante que se había impuesto en la vida…
—Estamos perdiendo la batalla sin darnos cuenta—dijo entre sollozos, tenía la sensación de querer liberarse con alguien… de al menos decirlo…—ni Ron ni Harry se han dado cuenta de que Voldemort nos tendió una trampa… de que fue él el que planeó todo eso de la pelea, Harry tampoco me creerá… por qué no me creen!—gritó, enfurecida. Escondió la cara entre las manos, desesperada, y acabó con un susurro—no quieren creer que Voldemort fue el que planeó todo, que ninguno de nosotros había dicho lo que escuchamos decir… que Voldemort nos separó sin darnos cuenta…
De repente algo se movió cerca suyo. Asustada, se volteó apuntando con la varita a la persona que había tras ella.
No pudo reprimir un sonido de sorpresa.
—Es cierto lo que dices?—preguntó él, con una voz casi inaudible—es cierto que fue Voldemort el que…?
Hermione bajó la varita.
—Si—respondió, parpadeando con cansancio—fue él el que creo un plan para separarnos… Harry.
• • •
"El plan era que tres mortífagos tomaran la poción multijugos y se hicieran pasar por cada uno de nosotros, diciéndonos cosas terribles a los verdaderos Harry, a tí y a mí…" "Neville lo dejó escrito en una carta antes de morir"
Era absurdo.
Por qué se habría molestado en inventar tamaña mentira? Qué se creía, que él le iba a creer?
"Pero parecía que decía la verdad, o no?" le dijo una voz infantil e impertinente en su cabeza.
—No—se dijo él, firmemente y enojado. Miró a través del vidrio para comprobar que no había nadie y luego entró a la enfermería, en donde estaba Sirius.
Se dejó caer en una silla cercana a la camilla de Sirius, observando triste y consternado la escena que representaba a la crueldad que podían cometer los seres humanos… como alguien podía ser tan malvado? Cómo le habían podido quitar a aquella persona a la cual le tenía afecto, su vida, sus anhelos, su poca libertad…?
La vida a veces era muy injusta con algunas personas que ni siquiera se merecían lo que les pasaba… y las personas que se merecían lo peor, la vida les sonreía…
Oyó pasos que se acercaban a lo lejos, así que se levantó rápidamente y salió hacia el pasillo.
Sin saber a donde lo llevaban sus pies, de repente se vio frente a la bruja tuerta, murmuró la contraseña y bajó por el túnel hacia Hogsmeade.
Cuando llegó al pueblito, comenzó a pasear entre la poca gente que había y aprovechó de poner sus ideas claras, ya que últimamente andaba muy confuso…
Súbitamente se encontró vagando fuera del pueblo, sin ánimos de nada se sentó sobre una roca y cerró los ojos.
• • •
—Entonces…—balbuceó, Harry, sorprendido—todos estos años… todo lo que sufrí… fue por Voldemort?
Hermione asintió, mirándolo con tristeza.
—Pero…—susurró Harry, sintiendo que los ojos se le llenaban de lágrimas—cómo pudo llegar a hacer algo así… primero Neville, después Sirius… luego lo de Ginny… ahora esto… porque sigue pasando, por qué…?
—No lo… sé—respondió Hermione en un susurro. No lo sé… como odiaba tener que decir esas tres palabras, ahora no podía ir a buscar una respuesta a algún libro, ni a la biblioteca, como siempre había hecho…
Harry cayó sentado en la fuente de piedra del pueblo, con la cara entre las manos y no pudo reprimir el llanto pese a sus esfuerzos. Por qué…? Por qué después de tanto tiempo seguían y seguían pasando esas cosas…? lo único que quería era que parara, que terminara todo de una vez…
Hermione sintió que se quebraba también. Se sentó junto a su amigo que hace tanto tiempo no tenía y lo abrazó con fuerza, reconfortantemente… pero por su cara caían lágrimas igualmente. Ella también quería que todo parara, que pudieran ser felices y estar tranquilos, sin desapariciones, sin muertes…—Ya…—susurró, intentando tranquilizarlo—… tranquilo… ahora estoy contigo, no estás solo… ya verás que Sirius se recuperará y volverá a ser todo como antes, cuando éramos pequeños y felices… todo va a terminar, Harry, sólo tienes que ser fuerte y aguantar esta última batalla…
—Soy yo, Hermione—masculló Harry, con una leve nota de miedo en su voz— soy yo el único que puede derrotarlo… pero no puedo… no sé como hacerlo…
Permanecieron un rato así, abrazados. La verdad es que había olvidado lo tranquilizadora y—cuando se necesitaba—optimista que podía llegar a ser su amiga… ella no sabía la emoción que lo embargaba al sentirse así. Hacía tanto, tanto tiempo no lo abrazaban así, como sólo un amigo sabe hacerlo…
—Estás mejor?—preguntó Hermione, mirándolo con ojo crítico. El joven asintió—. Entonces sería bueno que volviéramos al castillo, podría ser peligroso andar por el pueblo a esta hora.
Los dos caminaron en silencio hacia Hogwarts. Cuando atravesaban las estatuas de cerdos alados (los dos saludaron a Tonks, que hacía guardia y los miró con los ojos como platos al verlos juntos), Harry dijo:
—Esta vez Voldemort es más fuerte que nosotros. El ministerio cuenta con poquísima defensa, son pocos los Aurors que hay… y estamos separados, alguien tiene que juntarnos para luchar…
—Si…—respondió Hermione, pensativamente. De repente se dio cuenta de que estaba hablando con Harry y sonrió imperceptiblemente. Nunca pensó que todo se iba a dar tan naturalmente… es como si nunca hubiesen pasado esos siete años…—. La Orden se deshizo hace mucho, y si se volviera a juntar ya no sería lo mismo, porque de la segunda guerra quedan muy pocos… murieron muchos en la última batalla.
—Pero tiene que haber algo para contrarrestar a los "mortidiotas"—murmuró Harry.
La chica sonrió suavemente al recordar que su amigo siempre llamaba así a los mortífagos, e incitaba a otros a hacerlo, por lo menos así lo hacía siempre en el ED, en donde también los instaba a llamar a Voldemort por su nombre…
Fue como si su mente despertara de un trance, como si dentro de su cabeza se prendiera una ampolleta…
Eso era!
—Harry…—musitó, parándose de repente—creo que sé lo que podemos hacer…
Harry la miró expectante.
—Es un grupo grande que sabe de defensa y combate—dijo, ansiosa—, sólo hay que juntarlos…—lo observó un par de segundos a los penetrantes ojos color verde esmeralda—… el ED Harry, la Entidad de defensa.
• • •
—Sala de Requerimientos… sala de requerimientos—murmuraba Ginny, avanzando rápidamente por los pasillos del colegio.
Hacía dos días, Harry le había dicho que fuera a la sala de requerimientos ese día, ya que iba a haber una reunión de no sabía que cosa, también le había dicho que le dijera a Ron si quería ir, como ello nos se hablaban…
Estaba algo atrasada, hace diez minutos debió haber estado allí.
Se paró respirando agitadamente de tanto correr para llegar al lugar, abrió despacio la puerta, entró y vio a decenas de ojos clavados en ella.
—Siento… siento llegar tarde—murmuró Ginny, sonrojándose terriblemente.
—No importa!—gritó Harry desde una tarima que quedaba al final de la sala—bien, ahora que estamos todos les voy a decir para qué los cité hoy en este lugar…
Ginny fue acercándose de a poco hasta llegar adelante, para su sorpresa, Hermione estaba al lado de Harry, la castaña le sonrió tímidamente y Ginny respondió a esa sonrisa, anonadada… ¿Se habrían reconciliado esos dos?
—Como ustedes saben, cuando estábamos en Hogwarts se formó un grupo para aprender defensa Contra las Artes Oscuras, en ese momento éramos jóvenes, pero aún así quisimos hacer algo iba más allá que un deber más, que era más importante porque sabíamos que nos ayudaría cuando saliéramos del colegio y nos enfrentáramos a la vida real, a lo que ocurría en esos tiempos en el mundo mágico—dijo Harry, mirando a todos los ex-alumnos que había en la Sala—. A lo largo del tiempo se fueron uniendo cada vez más alumnos, de distintos cursos… y casas—añadió, mirando a Blaise Zabine, un ex Slytherin—Esas clases y entrenamiento nos sirvieron para luchar contra los "mortidiotas"—hubo una risa general, que aligeró la cordialidad entre todos—, y nos dimos cuenta de que juntos éramos un grupo… un "ejército"… fuerte, muy fuerte…—Harry se detuvo unos segundos y tomó aire—… algo que, ahora que Lord Voldemort ha vuelto, nos serviría para luchar una vez más contra él y sus seguidores… Yo, Harry Potter, los he llamado para saber si ustedes quieren volver a formar parte de esta entidad de defensa, si quieren formar parte de algo que ahora será más que un grupo estudiantil, que será el movimiento que se opone a Voldemort.
Un estallido de murmullos se oyó por toda la Sala.
—Desde luego—exclamó Hermione, parándose al lado de Harry— yo estoy contigo.
—Yo también—dijo Cho, sonriendo.
Ginny observó como cada uno de los que estaban allí se ponían de pie para apoyar al que siempre había sido el líder innato de todos ellos: Harry. Pero todos sabían que ahora ellos serían los protagonistas, sería algo más que un grupo estudiantil… ya que La Orden del Fénix ahora no existía.
—Yo también estoy contigo, Harry—dijo Ginny yendo hacia él, haciendo caso omiso a la mirada impertinente que Cho le dirigía, con una dosis extra de odio, que siempre se había reservado para la pelirroja.
Harry sonrió abiertamente al ver que todos querían formar parte, nuevamente, del ED, miró a Hermione, como indicándole algo. Ella asintió, y cuando todo el mundo se cayó, habló:
—Bueno—comenzó, nerviosa—. Todos sabemos que ahora nuestra labor podría ser peligrosa… Primero que nada, nuestro sistema de comunicación tendrá que ser seguro, habrán grupos de personas que trabajarán en distintas áreas, otros tendrán que hacer de espías… será un trabajo duro, pero confío… perdón, creo que TODOS confiamos en que no le vamos a hacer las cosas tan fáciles a Voldemort.
En ese momento, Ginny y todos los que estaban allí, sintieron que ahora Voldemort si que no tenía ninguna posibilidad en esa guerra, la tercera desde que el mago oscuro había ascendido al poder. Ahora ellos serían los vencedores definitivos, ella y los demás estaban seguros… No por nada habían sido la mejor generación de estudiantes que nunca Hogwarts había tenido, no por nada habían estado en la última batalla, no por nada… su líder era uno de los magos más grandes y poderosos que nunca había existido.
