Disclaimer: Si, ya conocen la historia.. que esto bla, bla, bla... y ningún personaje bla, bla, bla...
Autora: Este capítulo me encanta... les recomiendo escucharlo con las canciones:
-Comptine d'un autre été- Yann Tiersen (de Amelie)
-La valse d' Amelie piano- Amelie Soundtrack
-I don't Want to miss a thing- Aerosmith
-Hero- Nickleback with saliva (spiderman)
Los dejo con mi capítulo... este me encanta...
Capítulo 12
Por Amor
«Recuerden a Cedric. Recuérdenlo si en algún momento de su vida tienen que optar entre lo que está bien y lo que es cómodo, recuerden lo que le ocurrió a un muchacho que era bueno, amable y valiente, sólo porque se cruzó en el camino de Lord Voldemort»
"Recordando a Cedric"- Albus Wulfric Percibal Brian Dumbledore
—Nos vemos mañana—le dijo Harry, despidiéndose de ella con un abrazo. Su amiga se casaba… se casaba… pero con Viktor Krum.
—Está bien—dijo Hermione, amagando una sonrisa por su rostro. Su mejor amigo abrió la puerta y se fue caminando rápidamente. Hermione sabía que era difícil para él festejar e ir a una fiesta, cuando Sirius todavía estaba en coma… y sólo iría por ella—. Harry!—lo llamó. El chico se dio vuelta, extrañado.
—Si?
—Nada… Sólo quería darte las gracias…—repuso Hermione, sonriendo imperceptiblemente. Harry le dirigió una leve sonrisa y se fue hacia Hogwarts.
De repente se percató de algo.
Hacía cuánto tiempo que no sonreía abiertamente, y no con esas medias sonrisas algo forzadas? Hace cuánto no sonreían también sus ojos? Desde hace cuánto tiempo…?
Mucho tiempo. Muchos años.
Cerró la puerta con melancolía, recordando el momento en que se había encontrado con el recuerdo de Harry… ahí él también se veía más alegre, con sus ojos verde esmeralda brillando intensamente… no como ahora, que estaban como apagados, como casi sin vida.
Cómo y cuándo podría finalmente ser feliz?
Sintió que alguien habría la puerta de su habitación, en Hogsmeade, que había arrendado para alojarse antes de la boda, que sería al otro día, allí mismo en una iglesia de Hogsmeade.
—Hola Hermione!—la saludó Viktor, yendo hacia ella para darle un beso.
—Hola, Viktor—dijo Hermione, apartándose de él y tomando una drástica decisión.
El búlgaro la miró extrañado por el rechazo tan abierto y poco sutil.
—Ocurre algo?—preguntó, con cautela.
Hermione tomó aire.
—Viktor… tu sabes que yo te quiero mucho y te aprecio por todo lo que has hecho por mí todos esto años…—paró un segundo, sintiendo que los ojos se le llenaban de lágrimas—. Tú sabes que yo no podría haber continuado si tú no me hubieses acogido y cuidado cuando estuve mal…
—Si, lo sé mi amor—dijo él, tiernamente.
—Pero…—no podía seguir… no podía hacerle eso a él…
—Pero qué?
—Yo… yo…—reprimió un sollozo y la cara se tensó al evitar un grito de angustia. Una voz en su cabeza le susurró "¿Lo correcto o lo cómodo?"
—Yo no puedo casarme contigo.
Viktor se quedó de piedra.
—Qué?
Hermione tomó su maleta, su varita y la caja en donde estaba su túnica de matrimonio.
—Lo siento, Viktor…—susurró, sin poder mirarlo a los ojos, mientras las lágrimas surcaban su rostro sin poder contenerlas—… lo siento… pero no puedo hacerte esto… y tampoco puedo hacerme esto a mí misma…
—A qué te refieres?—preguntó el, con dolor, dejándose caer en una silla.
—Me refiero…—respiró tratando de tranquilizarse y no sollozar—… a que no te podías casar, ni yo tampoco podía… con alguien a quien quiero mucho… pero que no amo.
Abrió la puerta con un movimiento de varita y unas palabras pronunciadas apenas, salió apresuradamente sin hacer caso al toque de queda y caminó sin saber muy bien hacia dónde iba.
Si… había echo lo correcto… pensó, mientras andaba en medio de la oscuridad, caminando con dificultad sobre la nieve…
—Si, porque yo no amo a Viktor—se dijo, tratando de no escuchar lo que repetía cada vez con más fuerza su corazón… "Yo amo a Ron Weasley"
• • •
—Por nosotros—dijo Parvati sonriendo, mientras ella y su novio alzaban unas copas con un líquido que parecía que flameaba en su superficie.
—Por nosotros—respondió Ron, sonriente, antes de beber un sorbo de su whisky de fuero en las Tres Escobas, que a esa hora sólo funcionaba para los que se hospedaban en el local, como Ron y Parvati, que habían alquilado una pieza esa noche que él había tenido libre.
Había poquísimas personas en el lugar, ya que desde los ataques a Hogsmeade, la actividad del pueblo y sus visitantes habían disminuido considerablemente, sin embargo, en ese momento, el ambiente en el local era cálido y relajante.
Hacía mucho tiempo no iba por esos lugares, a Parvati siempre le había gustado más el Callejón Diagon, por lo que desde que había vuelto de Italia no había ido mucho a Hogsmeade, excepto ahora, que tenía que vigilar el colegio y el pueblo por el trabajo… era bueno volver al pueblito de Hogsmeade…
Afuera la nieve se arremolinaba en las ventanas y cubría el camino, dificultando su acceso, los negocios y casas parecían encantados, sumidas en una luz extraña que embargaba el lugar… Hacía unos momentos había estado tenso y nervioso por algún extraño motivo, pero de repente se había sentido relajado… incluso contento, un estado que no experimentaba completamente desde hacía mucho tiempo.
—Mañana tienes que trabajar?—preguntó Parvati, interrumpiendo sus pensamientos.
—Ah… qué?—preguntó despistado el pelirrojo.
—Que si mañana vas a trabajar.
—No… bah, digo sí!—exclamó Ron, aturdido. Sonrió, haciendo que sus orejas se le pusieran rojas, como cuando se azoraba—tengo turno al mediodía…
—Ah…—repuso Parvati.
De repente se sumió entre ellos un silencio incómodo, Ron se movió inquieto en su silla… ¿Por qué se sentía incómodo con su novia?
—Y tú? Tú vas a hacer algo?—preguntó Ron, intentando romper la pequeña barrera que se había formado entre los dos.
—Yo… tengo que quedarme a cargo de la tienda—dijo Parvati, refiriéndose a «Madame Malkin: túnicas para cada ocasión», en donde había conseguido trabajo—. Mañana madame Malkin tiene que ir a ayudar a Hermione Granger con su vestido de novia, porque mañana será la boda con Krum…
Ron se sobresaltó con la noticia sin querer… así que mañana se casaba ella?
Bueno, eso seguramente sepultaría para siempre todo vínculo entre él y Harry y Hermione, que ya habían vuelto a ser amigos, como antes…
Como antes…
Sintió un nudo en la garganta y unas ganas inmensas de llorar. Cómo antes… esas palabras que tanto añoraba…
Volteó la cabeza hacia la ventana, haciendo como que miraba por ella para disimular ante Parvati.
Lo último que habría podido esperar ver fue a una mujer de cabello castaño llorando sentada sobre un banco de piedra y algo que parecía extrañamente ser una túnica blanca sobresaliendo del basurero que se encontraba a unos pocos metros de ella.
• • •
—Qué pasa, por qué tanto escándalo?—preguntó Harry, medio dormido, yendo hacia la puerta de su dormitorio, que alguien estaba aporreando por fuera.
—Harry!—exclamó una pelirroja, entrando raudamente en el dormitorio del muchacho—Harry, sabes dónde está?
—Dónde está quién?—preguntó, mirándola mientras se refregaba los ojos para despejarse—por qué tanto escándalo, Ginny? Quiero dormir…
Se tiró sobre su cama y se quedó dormido. Ginny se sentó a su lado y se acercó a su oído para gritarle algo, cuando de repente se dio cuenta de que él llevaba unos shorts cortos de pijama y ella llevaba un corto camisón, ya que había pasado la noche en Hogwarts.
—Hermione!—le gritó fuertemente en el oído para apartarse rápidamente de él.
El ojiverde dio un terrible salto, despertando completamente cuando Ginny le tiró agua con la varita.
—Qué ocurre con ella?—preguntó él, mirándola, ceñudo.
—No está en Hogsmeade, no está por ningún lado…—dijo Ginny, entregándole una carta—lee…
Harry tomó la carta, extrañado y la leyó rápidamente, abriendo los ojos cada vez más, con cada palabra que leía.
—No lo va a hacer?—preguntó, anonadado.
—No—respondió Ginny, sin saber porque sonreía, si se suponía que esa noticia era mala.
—Bien!—exclamó Harry, dando saltos triunfantes en el aire.
Ginny rió alegremente, hace tiempo que no se sentía tan feliz.
De repente se encontró dando saltos medio-extraños en el aire, abrazada a Harry. No pensaban en la situación, sólo comenzaban a creer en una secreta esperanza que se estaba formando en sus corazones, Ginny se percató que los ojos de Harry parecían un poco más vivos, más brillantes… y eso la puso aún más contenta.
Súbitamente perdieron el equilibrio y cayeron sobre la cama, aún abrazados.
Harry sintió el aliento cálido de la chica sobre él, sintió su proximidad y su suave aroma, miró sus ojos azules y se percató de que la veía perfectamente, a pesar de estar sin gafas.
Ella también se dio cuenta de la situación y se separó rápidamente de él.
—Bueno…—dijo Harry, tratando de romper el silencio que de repente se había tornado, aunque por una extraña razón no le era incómodo—… no deberíamos haber celebrado de esta forma, pero… bueno… estoy feliz de que mi mejor amiga no se casara con alguien a quien no amaba en realidad…
—Si…—repuso ella—, pero no le digamos lo que ocurrió ahora, si? Tal vez más adelante, cuando no esté afectada todavía… ella lo quería mucho y le fue difícil tomar esa decisión.
Se quedaron mirando unos minutos, hasta que Ginny murmuró algo ininteligible y se fue rápidamente, mientras Harry se dejaba caer nuevamente en la cama, extrañado por la radiante sonrisa que tenía en la cara.
• • •
La noche se presentaba apacible y tranquila.
Desde la ventana podía observar el lago y la tenue luz de Luna que lo bañaba, los terrenos del colegio se hallaban sumidos en un silencio profundo, quebrado sólo por el leve murmullo de los árboles al mover sus hojas en danzas desconocidas… todo parecía tan sereno, tan lleno de paz…
Hoy habían tenido una reunión global con todos los miembros importantes del ED, toda su familia, exceptuando a Ron, estaban participando de la organización… en la reunión se había dicho que Voldemort preparaba un gran Ataque y se habían comunicado con las ayudas de parte de otras comunidades, como los Altos elfos y un gran número de gigantes contactados a través de Grawp y Hagrid… pero la noticia más importante…
Nadie se la había esperado.
Sirius había reaccionado.
Estaba contenta, tranquila, en paz consigo misma y con su alrededor… quedaban muchos sueños que deseaba realizar, pero en aquel momento se permitió un segundo, un respiro de paz…
Recordó con alegría como habían brillado los ojos verde esmeralda de Harry, como todos se habían mostrado optimistas, como todos trabajaban unidos para derrotar al Señor Tenebroso. Recordó como Hermione había vuelto a tener esa fuerza e iniciativa de antaño, como Luna se había permitido hacer notar sus excentricidades como hace tiempo no hacía, como chispeaban alegres los ojos de Dumbledore mientras se comía un sorbete de limón y veía una de las bromas de Fred y George en acción, nada más y nada menos que en Snape, quien esbozo una sonrisa sin quererlo, dejándolos a todos asombrados. Como Remus rejuvenecía diez años al enterarse de que uno de sus amigos volvía a la vida nuevamente, como Sirius había alcanzado a esbozar una débil sonrisa a todos y a decirle lo mucho que quería a Harry y Remus…
Un día de añoranza, un día casi utópico… irreal…
Un día de paz…
Cerró los ojos dejando que la suave brisa revolviera su cabellera de fuego…
Miró el cielo…
Marte estaba brillante esa noche.
• • •
Había valido la pena.
Podía ver a Hermione, Luna y Ginny conversando animada y relajadamente bajo un árbol, como si fuera un retrato de nueve años de antigüedad, pudo ver a Dumbledore berreando alegremente mientras perseguía a los gemelos, que habían hechizado su barba para que se pusiera de un color rosa chillón, pudo ver como Harry hacía una guerra de nieve contra Remus y Snape, mientras Sirius los miraba, divertido, desde una silla, observado muy de cerca por Madame Pomfrey y McGonagall.
Sintió que una sonrisa se extendía por su rostro, el esfuerzo que había hecho estaba siendo recompensado. No importaba que Voldemort estuviera de vuelta aterrorizando al mundo entero en ese momento… no importaba nada…
Había logrado pagar su deuda, bueno… no completamente… aún faltaba algo, faltaba que alguien se diera cuenta, se percatara…
Y cuando pasara eso, él y todos los demás serían libres para siempre.
Tan contento y satisfecho se encontraba…
Que no se percató del movimiento que había comenzado a haber a su alrededor… y no alcanzó a reaccionar cuando lo petrificaron cayendo pesadamente al suelo, tal cual muchos años atrás le había ocurrido en su Sala Común mientras intentaba detener a tres personas que querían salir en la noche.
• • •
No habían podido evitar el salir afuera en un día tan espléndido. Todos estaban contentos y tranquilos, y nada parecía indicar que algo malo ocurría, así que se habían olvidado un rato de los problemas y habían salido a disfrutar.
Ella hablaba con Ginny y Luna sobre lo que haría ahora, después de su ruptura con Viktor. Tenía pensado retomar las riendas de la P.E.D.D.O. Pero dudaba… Bueno, en todo caso, ahora en la guerra sólo se iba a dedicar al ED, para ayudar a su mejor amigo, su hermano.
Sonrió con alegría al ver como Harry arrancaba de dos bolas de nieve gigantes, que amenazaban con acabarlo como Voldemort no había hecho nunca y vio como George y Fred salían en su ayuda, ahora que habían llegado de su viaje de promoción de los Sortilegios Weasley por Asia. Cho no había querido salir reclamando que tenía mucho frío como para estar en la nieve, pero al parecer, a Harry no le importó en lo más mínimo y salió afuera con sus amigos y padrino.
—Me siento extraña—dijo de repente, Luna—, siento un aroma que me recuerda…—se detuvo y rió suavemente—. Bah, olvídenlo, no tiene importancia…
—Saben? —dijo Ginny, después de un momento de silencio—como están todos aquí… o sea, me refiero a mis hermanos, a nuestros ex-compañeros que vinieron por la reunión que se hizo en la mañana… por qué no hacemos un partido de quidditch?
Hermione y Luna le sonrieron afirmativamente, entusiasmadas, pero cuando estaban levantándose…
—Qué fue eso?—preguntó Hermione, deteniéndose al escuchar el sonido de algo pesado cayendo al suelo.
—Qué cosa?—preguntó Ginny despistada.
Hermione no alcanzó a responder, porque al segundo siguiente quedó demasiado ocupada mirando lo que ocurría a su alrededor.
De repente el cielo se cubrió, tapando al sol reluciente que había habido… un silencio espectral se sumió en el bosque, haciendo que todos se quedaran quietos, expectantes.
—Hermione—dijo de repente la voz de Harry a su lado—, por favor, ayuda a Madame Pomfrey y a McGonagall a llevar a Sirius a dentro y avísale a todo el ED que venga, ya!
Hermione corrió sintiendo que el miedo se expandía por su cuerpo como una corriente eléctrica, tomó de un brazo a Sirius y con la enfermera y la profesora de transformaciones llevaron a Sirius rápidamente adentro.
Cuando llegaron a la enfermería, la castaña salió corriendo lo más rápido que sus pies le permitían hacia la Sala de los Requerimientos.
Abrió la puerta rápidamente.
—Afuera todos, tengan cuidado, peligro de un ataque!—les grito—Blaise, ve a Slytherin a avisar a los pequeños, Hanna, tú ve a la torre de Hufflepuff, Cho, encárgate de Ravenclaw, Dennis, por favor ve a la lechucería y al gran comedor, tú, Susan, ve a la biblioteca y a la Sala de los Profesores, yo me encargo de la torre de Gryffindor y de lo demás, por favor todos apúrense… puede ser grave!
Salió corriendo nuevamente hacia la torre de Gryffindor, estaba aterrorizada… y si ocurría algo malo?
Justo ahora que todo andaba tan tranquilo…
Luego de avisar a los alumnos pequeños y grandes la situación que corrían, recorrió algunos pasadizos y atajos, después de cerciorarse que ningún alumno andaba suelto por ahí, se dirigió afuera, sintiendo que algo frío le bajaba por la espalda.
• • •
Súbitamente la temperatura del ambiente descendió hasta hacer que todos sintieran un frío insoportable, la tensión y la preocupación se podía sentir en los que custodiaban los terrenos de Hogwarts y en los que también se incorporaban al salir a través de las puertas de roble, Harry vio como Cho salía e iba hacia él, con miedo reflejándose en su cara, luego miró al profesor Dumbledore, quien tenía una cara neutra, pero tenía la varita preparada. Tonks lo miró, inquieta, pero logró esbozar una pequeña sonrisa de nerviosismo más que nada.
Y ocurrió.
Decenas y decenas de encapuchados y unas criaturas que descendían la temperatura del lugar, haciendo que todos se sintieran extrañamente vacíos, como si ya no pudieran volver a ser felices, aparecieron desde el bosque prohibido.
Harry comenzó a escuchar los fragmentos de una carta que le habían enviado hacía siete años y que le decía que alguien a quien amaba mucho ya no lo quería, Ron le decía que su amistad se había acabado, Sirius caía a través del velo una vez más, la cara de Neville muerto apareció en su cabeza…
—EXPECTO PATRONUM!—gritó con todas las fuerzas de su corazón, pensando en todos los momentos felices que había vivido a lo largo de su vida…
Uno a uno comenzaron a salir los patronus, pero el ciervo había tomado un tamaño y había adquirido una luz que cegaba a muchos, los dementores comenzaron a dispersarse, mientras que los mortífagos comenzaban a atacar al mismo tiempo que los del ED.
—Spoiluto! Desmaius! Expelliarmus! Petrificus totalus! Rictusempra! Tarantallegra!—gritó Harry en un segundo, haciendo que cinco mortífagos cayeran al suelo y uno saliera hacia un dementor bailando una danza parecida a la árabe. Corrió a ayudar a Colin, quien peleaba con tres mortífagos a la vez, esquivando una sarta de rayos rojos, violetas, azules y verdes. Sintió que algo lo golpeaba como con una sartén y se sostuvo de Susan para mantenerse en pie.
Vio como una pelirroja luchaba contra dos mortífagos a la vez y fue hacia ella en el mismo momento en el que un mortífago atacaba a Ginny por la espalda, noqueándolo de un puñetazo antes de que pudiera hacerlo.
Notó que llegaba Hermione cuando repentinamente se acordó de algo.
—Hermione, ve a las entradas del colegio—le pasó la capa invisible, al mismo tiempo que evadía un hechizo—Hay aurors desprotegidos en las entradas del colegio… les puede ocurrir algo, están desprevenidos… apúrate!
• • •
Ese había sido el día más apacible y tranquilo que había visto en años, definitivamente.
Se sentó a descansar un momento, sacando un cigarro muggle y prendiéndolo con la varita, al mismo tiempo que Laura, Madison y Michael lo miraban como si fuera un extraterrestre.
—Es un cigarro muggle—, les explicó, rodando los ojos—es como una pipa, tiene tabaco y lo demás…
—Oh, discúlpenos, señor «yo-sé-todo-sobre-muggles»—replicó Madison burlonamente, mientras imitaba a Ron y se sentaba apoyándose en un enorme pilar coronado por un gran cerdo que tenía unas pequeñas alitas.
Ron la ignoró y aspiró con deleite el humo, hacía tiempo que había tomado ese gusto… Sintió que el olor a tabaco le despejaba su atribulada mente y repentinamente se sintió intranquilo.
—Qué ocurre?—le preguntó Michael, extrañado, al ver que Ron miraba inquisitivamente hacia todos lados, como si buscara algo.
—Nada, nada…—susurró Ron, arrugando el entrecejo y negando con la cabeza—me pareció oír algo, nada más… creo que estoy algo paranoico…
—Si, luego vas a ser la segunda versión de Moody si sigues así, francamente…—dijo Laura, como siempre tirándolo todo a broma…
—No debió ser nada, no creo que algún mortífago venga y nos ataque en este día tan espléndido—dijo Madison.
—Ah, no?—dijo una voz burlona, a unos cuántos metros del lugar en que se encontraban.
Los cuatro aurors se levantaron de un salto, con las varitas preparadas.
—No… en realidad no creo siquiera que puedan hacernos algo—dijo Ron, mirando desafiante a los mortífagos que habían aparecido, especialmente a uno con ojos claros que le recordaban a alguien.
—Insolente!—exclamó la voz de una mujer.
En un segundo todo se transformó en un haz segador de luces de todos los colores.
—Experto Patronum! Expecto Patro… Expecto…—Ron, intentó moverse del lugar en que estaba, un dementor se acercaba lentamente y se estaba levantando la capucha. ¿Por qué no acudía ningún recuerdo alegre a su mente, por qué no podía hacer el maldito patronus?
De pronto, en medio de la oscuridad apareció una imagen poco nítida de tres niños juntando las manos y conjurando algo, luego apareció la imagen de una mujer de cabellos castaños sonriéndole tiernamente bajo la sombra de un gran abeto…—EXPECTO PATRONUM!
El dementor huyó o desapareció, no pudo describirlo exactamente. Cuando pudo abrir bien los ojos, vio que Laura había caído y que unos siete mortífagos yacían sobre el suelo. Fue el ayuda de Michael y comenzaron a lanzar maldiciones a diestro y siniestro.
Los seguidores de Voldemort estaban venciendo, sólo quedaban cuatro aurors contra unos veinte mortífagos…
—Estupefi!—dijo Ron a la mujer que había hablado al principio, cuando se le cayó la capucha al caer, vio con desagrado el rostro inconsciente de Pansy Parkinson.
Lo que pasó a continuación fue todo muy confuso.
Se volteó con lentitud al mismo tiempo que escuchaba algo pronunciado en un idioma desconocido, vio como un rayo de luz negro se dirigía de lleno a él sin que pudiera alcanzar a reaccionar.
Escuchó que alguien gritaba su nombre. Estaba cerrando los ojos, preparándose para el impacto cuando alguien lo abrazó con fuerza.
—Te quiero…—susurró una voz conocida.
Lo último que vio fueron unos ojos color miel muy abiertos, vidriosos y como sin vida.
Lo último que sintió fue un suave aroma a canela, antes de caer bajo el peso muerto de una persona.
• • •
—Gracias!—le gritó Ginny a Harry al ver como caía un mortífago producto de un gran golpe de Harry.
Él sólo tuvo tiempo de asentir con la cabeza antes de esquivar otro hechizo, vio como le entregaba su capa de invisibilidad a Hermione y le decía algo antes de que su amiga saliera corriendo con una mirada asustada en sus ojos hacia las entradas del colegio.
Sintió un mal presentimiento.
—Mucumuerciélago!—gritó, mientras corría detrás de Hermione y tuvo permiso de reírse al ver a un mortífago huyendo de unos gargajos enormes que volaban tras él. No pudo dar unos pasos más, cuando un encapuchado le salió al paso.
—Locomotor mortis!—le gritó el mortífago.
Sintió como sus piernas se unían cual estatua, perdió el equilibrio y cayó en redondo al suelo, haciendo que su varita se le cayera. Con susto vio como el mortífago esbozaba una sonrisa tras la máscara y le apuntaba con una lenta satisfacción, aprovechó que se demoraba y se tiró abrazando sus piernas, haciendo que él también cayera. Tomó su varita y lo congeló con un hechizo antes de deshacer el encantamiento que le aquejaba.
Se levantó de un salto con las piernas entumecidas y corrió lo más rápido que pudo, esquivando y enviando hechizos. Se percató de que el bando de ellos ganaba esa batalla y se sintió orgullosa. Vio como Luna arrastraba a Cho hacia un lado, ya que estaba inconsciente, pero no se detuvo a ayudarle… tenía que averiguar porque Hermione se había asustado tanto y había salido corriendo tan deprisa luego de las palabras de Harry…
Esquivó a un par de dementores, ya que no se le daban bien los Patronus y se internó en el bosque para correr más segura.
De pronto, cuando llegaba hasta las verjas de las entradas oyó un ruido de pelea y se apresuró.
Cuando llegó vio a Laura, una compañera de trabajo de su hermano, cayendo inconsciente al piso.
Y cayó en la cuenta: su hermano estaba aquí y le habían tendido una emboscada
Se acercó corriendo al centro de la pelea mientras aturdía a dos mortífagos, que no se habían dado cuenta de su llegada, vio el cabello inconfundible de su hermano, que se estaba volteando hacia ella, cuando vio que un rayo color negro atravesaba el aire hacia él…
—RON!—gritó con todas sus fuerzas, sabiendo que estaba todo perdido.
Corrió con todas sus fuerzas, cuando súbitamente apareció una mujer de cabellos castaños que se interpuso entre su hermano y el rayo de luz.
Quedó paralizada, al ver que su mejor amiga caía lentamente al suelo, sujetada apenas por un sorprendido Ron.
Volteó la cabeza con furia para ver quien había hecho el hechizo y hacerle pagar, cuando unos ojos grises que la miraban con sorpresa hicieron que perdiera de súbito las pocas fuerzas que tenía y cayera lentamente al suelo.
• • •
—Por aquí, por aquí…!—susurró apremiantemente un pelirrojo de diecisiete años, jalando fuertemente del brazo a su mejor amiga hacia un agujero que había tras la pintura de Urk, el violento matando a unos inocentes hinkypunks.
—Que no nos pille, que no nos pille…—susurró Hermione, nerviosamente, mordiéndose las uñas y mirando con miedo a Ron.
—Si sigues haciendo ruido, lo harán—murmuró Ron, pegándole un codazo a la castaña—tranquilízate, Hermione… Harry y yo hemos usado mucho este escondite cada vez que escapamos de Filch o Snape, y nunca nos han pillado…
—Ojalá tuviéramos el mapa… Por lo menos así sabríamos si podemos regresar a la sala común…
—Pues ve resignándote a pasar aquí la noche—le dijo Ron, encogiéndose de hombros.
Los dos se quedaron callados, intentando escuchar cualquier sonido, pero a sus oídos no llegó ni el más mínimo ruido… el pelirrojo estaba a punto de quedarse dormido… cuando…
—Ron?—preguntó la voz de su amiga, con cautela. Se extrañó al reconocer una leve nota de miedo en su voz.
—Qué pasa Herms…?—preguntó Ron, aún medio dormido.
—Te… eh… te molestaría si hago luz con mi varita?
Ron la miró con duda.
—Pero Herms, tengo sueño, no puedo dormir con luz…—rezongó.
Vio como la chica bajaba la cabeza y se mordía el labio inferior, pareciendo avergonzada y eso lo extrañó aún más.
—Si, tienes razón… bueno, no importa…
Hizo un ruidito extraño con la garganta, parecido a un… sollozo?
—Qué pasa, Hermione?—preguntó Ron, preocupado.
—Lo que pasa… es que… yo… prometes no burlarte?
—Por supuesto que no
Hermione levantó la cabeza, con dos lágrimas surcando su rostro. Acercó su boca al oído de su amigo, como contándole un secreto.
—Le tengo miedo a la oscuridad…
Ron abrió los ojos, sorprendido. Salió de su aturdimiento al cabo de un par de segundos y pronunció —lumos!
Ron nuca había visto a su amiga tan apenada. Levantó delicadamente su cabeza y le secó las lágrimas tiernamente.
—Tranquila… ya está todo bien, no tengas miedo—la abrazó con fuerza—. Nunca tengas miedo cuando esté junto a ti, Hermione… sabes que te protegeré hasta de la misma muerte… es una promesa…
Abrió los ojos con pesadez, escuchaba ruidos y gritos por todas partes…
—Despertó… que bien…—murmuró una voz burlona, desde una parte más alta.
Miró a su alrededor entornando los ojos, y vio con miedo a diez mortífagos que lo rodeaban, mirándolo con desprecio.
Y vio lo que más temía mirar en aquel momento.
La muchacha inerte que estaba aún entre sus brazos.
—Ríndete Weasley, estás muerto—dijo una de las figuras.
Entonces recordó ese día en que por un simple acto había hecho una promesa, un juramente que ahora menos que nunca rompería.
Recostó con suavidad a Hermione en el suelo y se levantó reprimiendo el dolor que le causaba su pierna rota.
—Jamás me rendiré…—murmuró casi inaudiblemente.
Jamás se rendiría… lo sabía muy bien.
La protegería aunque fuera lo último que hiciera, le debía la vida.
Era una promesa… y la cumpliría.
• • •
Había algo que le empujaba a ir hacia el bosque, hacia donde había ido su amiga, pero ahora estaba demasiado ocupado encargándose de la lucha en los terrenos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería como para ir a otro lugar.
La batalla ya duraba demasiado… y su cuerpo comenzaba a demostrar signos de agotamiento que a menudo eran aplacados por la determinación a no rendirse, a no ceder ni un segundo a las personas que querían arrebatarle lo único que no había perdido aún…
Su vida.
—Ah!
Un dolor agudo le llegó de repente en el pecho, haciendo que sus rodillas se doblaran y que sus ojos se le pusieran vidriosos por las lágrimas… puso su mano libre en su pecho, preguntándose que diablos había sido eso cuando, inesperadamente, a su cabeza llegó claramente el sonido ahogado y desesperado de una voz
—AYUDA…
Se levantó de un salto y, esquivando a todo lo que se le interpusiera en su camino, corrió como un alma que lleva al diablo hacia las entradas de Hogwarts, sintiendo que el camino que ahora recorría nunca en su vida le había parecido más largo.
—Expelliarmus!
Oyó como una voz áspera pronunciaba el hechizo, desde la espesura del bosque y fue rápidamente hacia donde había oído el hechizo.
—Illiasto!—gritó Harry, con furia, saliendo de entre los matorrales al claro en donde se podía ver a un pelirrojo protegiendo con su cuerpo a una mujer de cabellos castaños, mientras que un mortífago lo apuntaba con su varita , ahora que el compañero que segundos atrás había tenido había sido atacado por Harry.
—Suelta esa varita—siseó el recién llegado con odio a la figura corpulenta que sostenía una varita gruesa y larga en dirección a Ron, que lo observaba con aborrecimiento, al igual que el ojiverde.
El encapuchado, en vez de tirar su varita de madera lanzó una carcajada fría, prolongada y demencial.
—Jajajaja, mi señor no se equivocó… JAJAJAJAJAJA… EL NUNCA SE EQUIVOCA!
—De qué hablas idiota!—gritó Harry, yendo hacia él, arrebatándole la varita y agarrándolo por el cuello, con furia—de qué mierda estás hablando!
Pero el mortífago no dijo nada, sólo siguió riéndose hasta que Harry lo aturdió, enrabiado. Luego se volteó hacia Ron y le tendió una mano para que éste se levantara y apoyara en él, ya que su pierna estaba rota y los signos de pelea en él eran evidentes.
—Ferula…—murmuró Harry hacia la pierna de Ron, para entablársela. Luego de que su pierna estuviera asegurada, el pelirrojo se agachó y, con ayuda de Harry, tomó a Hermione entre sus brazos.
—Hay que llevarla con los otros heridos—dijo Harry, viendo con miedo la cara pálidamente mortal de su mejor amiga. Cerró los ojos un segundo y nuevamente sintió una punzada en el pecho, levantó la cabeza y vio de inmediato como la cara de Ron se trasformaba al mirar por sobre su hombro.
Éste giró su cabeza, sintiendo que , súbitamente, un peso gigante le caía de repente sobre su estómago…
Lo único que alcanzó a ver fue a cinco encapuchados llevando con algo de dificultad a una mujer que se debatía con uñas y dientes para soltarse, sin lograrlo, antes que desaparecieran en un remolino de colores, mientras que violentamente Hogwarts quedaba sumido en un profundo silencio.
La batalla había terminado.
Uh! me encantó este capítulo (seré muy egocéntrica)
Que les pareció a ustedes?
Que hará Ron ahora que le debe la vida a Hermione?
Qué hará y como reaccionará Harry ante el secuestro de Ginny?
Sobrevivirá Hermione?
Quien es el personaje extraño que apareció?
Respuestas que encontrarán en los próximos capítulos.
Dejen reviews para saber que les pareció.
Saldudos y esperanzas para todos...
Quid Morgan (nadie quiere adoptarme? no soy problemática!)
