BUENO, ANDO CORTA DE TIEMPO, ASÍ QUE DE INMEDIATO A LOS REVIEWS:

Maria Duff: Ya actualicé... lamento haberme demorado . En serio la consideras tan triste? Bueno, es que a veces me paso un poquito, un poco... bueno, en realidad bastante . Espero que sigas leyendo y mandando reviews!

Biased: Gracias por comprender lo de los reviews! Es que es frustrante no saber si las personas lo leen o no... No sabes si lo haces bien, cuales son tus errores o si gusta... Ojalá que no pierdas la costumbre de enviarme! Aquí dejo otro capítulo... No sé si hago sufrir mucho a Ron, pero seguro que todos me matan si llega a pasar... Besos!

Herms Weasley: Linda! Siempre enviando reviews! Me encanta! Parece que con respecto a Ron me vas a tener que matar... lo siento :(. Jjeje, bueno... yo soy de La Florida... una pregunta... cuantos años tienes? Muchos besos... espero ansiosa otro review tuyo!

Hey! Esto no es mío y bla, bla, bla...

Aquí va:


Capítulo 17

Destinos de Medianoche II

«La vida o la muerte

Separadas por un espejo de piedra.

El amor es la clave para lograr el perdón»

"La puerta"- La Muerte


Un frío espeluznante le recorrió la espalda.

—Ya están aquí…—susurró Luna, sujetando la varita con fuerza, en el Vestíbulo de Hogwarts, junto a todos los miembros del ED.

—Tenemos que tratar de que no entren en el castillo!—dijo Harry con voz clara, aunque nunca había sentido tanta incertidumbre en su vida… las decisiones que tomaría ahora podrían costar vidas humanas… y lo que menos quería era equivocarse. Como comprendía ahora a Dumbledore…

—Tranquilízate y confía en que todo saldrá bien—le dijo el Director, poniendo una mano en su hombro—, ya lo has vencido antes… y puedes hacerlo ahora nuevamente.

—Gracias, profesor—murmuró Harry con la voz seca—. Bueno… los alumnos de sexto se quedarán dentro del castillo, por pasillos y pasadizos, los de séptimo vigilarán las torres… los profesores y el ED estaremos en los terrenos…

—Luna…—susurró a su amiga en voz baja, mientras pequeños grupos se iban en distintas direcciones—. Sabes algo de Hermione?

—Está igual—respondió Luna abatida—, pero hay que tener esperanzas… a durado más de lo que pronosticó Madame Pomfrey, así que…

BUM!

Las puertas del Vestíbulo temblaron potentemente.

—Yo lucharé con él primero, entendido?—indicó Dumbledore a Harry.

El chico de ojos color verde esperanza asintió.

El Director de Hogwarts fue hacia las puertas y levantó su varita, murmurando algo que nadie alcanzó a oír. Cuando levantó la cabeza las puertas crujieron y comenzaron a abrirse lentamente.

El escenario que vieron hizo que todos soltaran un grito ahogado.

El Ejército de Dumbledore caminó detrás de él y su líder, Harry Potter, hacia los terrenos, arrasados por el fuego y que estaban cubiertos por una bruma que no auguraba nada bueno.

Ya afuera, una risa inundó el silencio, haciendo que todos temblaran de horror.

—Veo que has llegado por fin, Tom—dijo Dumbledore, como si estuviera diciendo «Hola! Buen día, no?»

—Al parecer me esperabas con ansias, Dumbledore—siseó Voldemort con maldad.

— Si… esperaba hace tiempo el día en que por fin pudieras ser vencido… preparado?

—Preparado… pero para ganar.

El tiempo pareció quererse detener en ese instante. Nunca el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería había estado tan silencioso como en ese instante… el bosque se quedó quieto, expectante, el cielo detuvo su danza constante, la tierra quedó en reposo, con dolor… y todas las personas decidieron su destino y el de todo el mundo aquella noche.

Los mortífagos superaban por mucho a las defensas del colegio, que eran apenas el ED y los profesores, ya que los alumnos defendían el interior… Los dos ejércitos quedaron frente a frente… y entre los dos estaban Voldemort y Dumbledore… la oscuridad y la luz.

—Que los mares representados por el agua, el cielo por la brisa que recorra entre estos terrenos de sangre y lucha, y la tierra que es el bosque y el suelo sean testigos de lo que a continuación ocurrirá… que sean los jueces y veladores de la última batalla entre la luz y la oscuridad… la batalla definitiva y definitoria del futuro del mundo!

—Destruidlos!

—Por Hogwarts!

Fue como si una explosión de luz se detonara en las inmediaciones… de un segundo a otro el aire libre se había convertido en un medio de transporte para cientos de hechizos que volaban en cientos de direcciones… y en el medio una lucha sin tregua entre dos magos poderosísimos…

Harry se vio luchando como nunca lo había hecho en su vida… Primero había estado junto a Luna, pero ahora no la veía y peleaba con unos soquetes de mortífagos… se deshizo de ellos con facilidad y alzó la cabeza, buscando algún rastro de alguien a quien quería ver… para encararlo y luchar contra él… pero nada, no lo encontraba…

Agachó su cabeza a tiempo, y un hechizo le pasó rozando la nuca al mismo tiempo que tenía que rodar para esquivar otro rayo…

—Expelliarmus!—gritó con furia al que le había enviado el hechizo, que también lo esquivó y se repuso, mirándolo a través de su máscara, con malicia…

—Al fin, Potter… Extrañas mucho a tu puta Weasley?—susurró.

Harry sintió que la sangre le hervía.

—Bastardo hijo de perra!

Para la sorpresa del rubio, que esperaba cualquier tipo de maleficio y hechizos, el pelinegro no hizo nada mejor que tirarse sobre él con fuerza y derribarlo, para comenzar a golpearlo como nunca, y siempre había esperado, desde el momento en que lo había visto por primera vez en una tienda de túnicas.

—Ésta es por Ginny y Hermione…!—su puño se hundió con fuerza en el pómulo blanco— ésta por Neville…—el rubio quedó sin aire al sentir el puño de Harry en su estómago— ésta por mis padres… por Sirius… por Ron…—Harry lo tomó por el cuello, respirando agitadamente y Malfoy sintió miedo al ver un brillo de descontrol que nunca había visto—. Pagarás una a una todas las que me has hecho desde que te conozco, serpiente…—susurró, lo alzó y lo tiró hacia atrás con un golpe en la nariz.

—Estúpido!—gritó Malfoy, apartándose la sangre que comenzaba a salir por la nariz y que le había arrancado la máscara blanca.

Desmaius!

Protego!—alcanzó a gritar Harry, haciendo gala de sus reflejos al ver a Bellatrix acercándose con rapidez hacia él.

Crucio!

Degeneratus!

Petrificus Totalus!

Impedimenta!

Avada Kedavra!

Imperio!

Harry logró esquivar a duras penas los dos maleficios imperdonables dirigidos hacia él. Respirando con agitación se levantó de un salto, preparado.

—Te mandaré al infierno, Potter—escupió Malfoy.

—Jajaja! Eso es lo que tu quisieras Malfoy!—exclamó Harry, burlonamente—. Seré yo el que hará que pagues todas tus cabronadas y asquerosidades.

Levantó el brazo derecho.

Insomnia total!—gritó, agitando su brazo como un latigazo a su alrededor.

Al instante, Bellatrix y Malfoy cayeron al suelo.

Se permitió un segundo para sonreír triunfalmente

—Cuidado!

—Auch!—gritó Harry, sobándose el codo y poniéndose de pie para quedar rodeado por diez mortífagos. Miró hacia el lado y vio a Luna, mirándolo, enojada.

—Cómo se te ocurre hacer bobadas en estos momentos!

—Hey, ustedes!—gritó uno de los mortífagos, con rabia—. Tengan más respeto ante nosotros, si es que no quieren morir.

—CÁLLATE! Desmaius TotaLus!—exclamaron Harry y Luna a la vez.

El hechizo fue más que efectivo: los diez mortífagos cayeron a la vez, incluso algunos que iban más allá del campo creado.

—Ten más abiertos los ojos, Harry… Casi te llega un Crucio!—exclamó Luna—. Me extraña que todos estos años con Moody no te hayan dejado en claro que siempre hay que estar en "Alerta Permanente"…

—Es que… ya, lo siento Luna… no volverá a ocurrir—repuso Harry, como un niño a quien le han pillado en una falta grave.

Luna lo miró sonriendo, y luego pareció reaccionar y fue a pelear.

Harry sacó el escudo y fue a ayudar a Sirius, que tenía un poco de dificultades con Theodore Nott.

Una brisa recorrió los terrenos del colegio, arrasados de cuerpos inertes y personas batallando.

En ese preciso momento un rayo de luz verde atravesó los terrenos e iluminó la cara de Dumbledore antes de llegar a él.

—No!

Fawkes fue más rápido que él y se interpuso entre su dueño y el hechizo mortal.

El fénix le había salvado la vida a su dueño… pero ahora sólo era una criatura indefensa y pequeña rodeada de cenizas.

Nadie más podría salvar a Dumbledore nuevamente… Y el anciano mago se veía totalmente agotado.

La mirada de Dumbledore se dirigió hacia él y negó casi imperceptiblemente con la cabeza. Harry se sintió terriblemente impotente.

De pronto y sin previo aviso un rugido descomunal atravesó en aire, haciendo que los defensores del colegio se miraran entre sí, asustados.

Eso no era algo humano.

Todos los presentes observaron como el bosque temblaba y se movía como si en él se estuviera desatando un huracán. Harry jamás había visto algo así en su vida.

Y en el momento en que lo vio, quedando paralizado en el suelo, supo que jamás volvería a verlo.

Del bosque salían moles de unos ocho o nueve metros de alto, incluso Hagrid parecería un bebé al lado de ellos si estuviera ahí. Pero eso no era todo, de entre ellos habían unas criaturas con capuchas negras que se deslizaban en el suelo y había otros que parecían hombres extremadamente pálidos y con los ojos de un extraño color, por el aire aparecieron Druidas, unas especies parientes de los dragones, que tenían una mancha blanca en el sector del cuello. Estos no escupían fuego… escupían ácido.

«Druidas» pensó Harry desesperado.

—NO SE ASUSTEN! NOSOTROS PODEMOS CON ELLOS!—gritó Harry con toda su fuerza.

—Hagrid… Hagrid aparece por favor…—susurró Harry, mientras materializaba a su Patronus y lo embestía contra los cientos de Dementores que había intentando sorber almas. Lo bueno era que ellos no distinguían: no se preocupaban en realidad si las almas eran de mortífagos o miembros del ED.

De pronto la tierra tembló nuevamente.

No podía ser que llegaran más criaturas…

Harry sintió que la desesperanza se apoderaba de él y cerró los ojos, derrotado.

Y de pronto se sintió muy cansado.

Pero cuando alzó la mirada divisó a lo lejos el rostro amable de su amigo semigigante (aunque en esos momentos su cara fuera todo menos amable) acompañado por al menos veinte gigantes, y no pudo menos que sonreír.

«Tienes que ser paciente mientras el sol no brilla» se reprochó así mismo, con humor, mientras iba hacia Rubeus Hagrid.


• • •


Observó como Luna Lovegood caía sobre la hierba, manchando la tierra con sangre que manaba abundantemente de su cabeza. Miró a su alrededor y se dirigió con sigilo hacia ella.

—Resiste…—susurró, cerrándole temporalmente la herida con un hechizo eficaz que su propia hermana alguna vez le había enseñado… Aquellos tiempos parecían tan lejanos que dudaba si habrían existido realmente alguna vez.

Se levantó, vigilando nuevamente que no hubiera ningún mortífago mirando, y se alejó de la rubia para ir a combatir contra algún otro de sus ex-compañeros.

Claramente ellos estaban ganando. El bando de Dumbledore y Potter estaba muy disminuido, y aunque habían hecho bastante mella entre las huestes de Voldemort, aún no era suficiente. Los gigantes hacían temblar la tierra al luchar entre ellos sangrientamente… Había cuerpos desfigurados y mutilados por el ácido de los Druidas … Por todas partes había gente muerta… por todas partes se respiraba el hielo de los Dementores… que apenas tenían resistencia por parte de los magos…

Era una masacre…

Hasta él tenía miedo.

Por un segundo había visto como Dumbledore miraba sin hacer nada un maleficio mortal del que sólo se había salvado por Fawkes… en ese momento había divisado a Harry yendo hacia él… Y había visto como Dumbledore le decía sin palabras que todavía no luchara con Voldemort…

Y se había dado cuenta de que él ni siquiera se había inmutado.

Se estaba volviendo realmente malvado? La oscuridad había cubierto definitivamente su alma?

No quiso responder esa pregunta.

Cerró los ojos y aturdió a Lavender, por la espalda.

Cerró Los ojos nuevamente y lanzó lejos a Dean.

Afirmó la cabeza entre las manos y, con su mano temblando con violencia, pronunció susurrando un hechizo:

Crucio!

Los gritos de uno de sus antiguos compañeros le llegaron a los oídos y llenaron su cuerpo como si mil cuchillos le atravesaran por todas partes. Levantó la varita, asustado y corriendo con todas sus fuerzas hacia el bosque, donde se dejó caer al lado de un árbol gigante.

Abrió los ojos y reconoció ese claro.


FLASH BACK

Ustedes crees que la guerra termine definitivamente alguna vez?—preguntó Hermione a Ron y Harry, mientras miraba el cielo plagado de estrellas, acostada en el césped con sus dos mejores amigos a cada lado.

Por lo menos yo espero que sí—murmuró Harry, apenas—. Haré lo posible porque así sea… Creo que merecemos que un día podamos vivir tranquilos sin miedo… sin temor a nada…

Creo que todos haremos lo posible porque así sea—dijo Ron, sentándose y mirando a sus amigos con una sonrisa—. Lucharemos porque así sea hasta el final… para así poder estar los tres juntos por la eternidad… tranquilos, felices y en paz.

Harry se incorporó también y lo abrazó, con emoción. Al segundo siguiente Hermione se unió al abrazo y los tres se quedaron así mucho tiempo… disfrutando un segundo de paz… Seguros y con la esperanza de que ese momento nunca terminaría… Que esa amistad nunca acabaría.

FLASH END


Abrió los ojos nuevamente, pero estos se le nublaron de inmediato al recordar…

Un terrible sollozo lo sacudió hasta los pies.

Y una lágrima cayó hasta sus pies.

Y siguieron bajando hasta que las lágrimas se convirtieron en llanto, y los llantos se convirtieron en terribles sollozos, sollozos que salían de él con pena, con rabia, con un sentimiento de soledad y desesperanza que nunca había sentido en su vida. Lloró como nunca lo había hecho, como si nunca hubiera llorado… lloró porque ahora no tenía a nadie, había perdido a todas las personas que alguna vez había querido, lloró porque ya no tenía una segunda oportunidad, lloró porque había tocado fondo, había torturado a alguien y eso era lo peor que alguien podía hacer… lloró porque su vida se había arruinado…

Lloro porque su corazón ya no sentía…

Lloró porque ya no había salida…

Lloró porque había logrado destruir definitivamente su alma…

Y lloró porque había logrado destruir definitivamente su vida


• • •


—Cuiden la entrada! NO PERMITAN QUE ENTREN AL CASTILLO!

Harry se plantó en las puertas de roble y comenzó a luchar contra la avanzada de Voldemort, que ya había llegado hasta la puerta del colegio y pretendía entrar a toda costa.

Un grupo reducido de miembros del ED quedaba defendiendo a duras penas el colegio, que estaba repleto de niños. Ellos apenas tenían unos cuantos magos y un par de gigantes… El ejército de Voldemort tenía cientos de mortífagos, Druidas, Dementores, Gigantes, Vampiros… Estaban en total desigualdad… pero seguían aguantando… Seguían poniendo resistencia…

Aunque ya no sabía cuanto más resistirían así.

A su lado estaba Tonks, y al otro lado estaba Kingsley, quien había llegado hacía aproximadamente una hora con todos los refuerzos que el Ministerio había podido enviar. No habían sólo aurors, sino que también había funcionarios comunes que se habían querido unir a la Batalla decisiva.

No había visto hace mucho rato a Luna, ni a Dean, ni a Seamus, ni a Lavender… estaba preocupado… Sabía que había muchos muertos y esperaba que no fuera ninguno de ellos.

—Insomnia total a la de tres!—gritó Tonks, a su lado.

—UNO, DOS, TRES… INSOMNIA TOTAL!

Al menos veinte mortífagos cayeron a su alrededor, pero otros tomaron su lugar inmediatamente después.

—AH!

Tonks cayó a su lado, gritando de dolor.

Impedimenta!—gritó al mortífago que torturaba a su amiga.

Harry alzó la varita y creó un escudo alrededor de los cinco magos que había defendiendo las puertas.

—No aguantaremos mucho más así—dijo Kingsley, tomándose un costado de donde le salía sangre.

—No hay más magos… no sé que más podemos hacer—susurró Tonks, temblando mientras se afirmaba en Harry.

—Tenemos que resistir… si nos rendimos entrarán al castillo y matarán a los alumnos…—dijo Harry, mirándolos a todos.

—Ya no sé que hacer—dijo Parvati, tapándose la cara con las manos—. Son cientos más que nosotros! Tienen apoyo de criaturas mágicas!

—Lo sé—dijo Harry—pero tenemos que aguantar… tenemos que hacerlo por nosotros y todo el mundo mágico! Hoy se decide el destino del mundo, y tenemos que lograr que sea a nuestro favor!

Deshizo el escudo y siguió luchando, enviando hechizos a diestro y siniestro, lo que se le venía a la cabeza… Estaba cansadísimo, pero nunca permitiría que le hicieran daño a Hogwarts, su verdadero hogar por más de diez años.

Cuando vio caer desmayada a Tonks sólo deseo que no estuviera muerta… cuando cayó Kingsley intentó no pensar en otra cosa que no fueran más y más hechizos para los mortífagos, cuando cayó Parvati, quedando inconsciente después de cinco minutos de cruciatus, sin poder hacer nada esquivando los diez maleficios asesinos que le enviaron en ese transcurso de tiempo, apretó la mandíbula y siguió luchando… incansablemente… No prestándole atención a sus músculos agarrotados, su respiración agitada y las lágrimas de rabia que caían por su cara… pero cuando cayó Blaise sintió que su cuerpo no respondía y por un segundo sintió que se le cerraban los ojos y sus piernas se doblaban y todo giraba a su alrededor… mientras una docena de rayos se dirigían hacia él…

—IMPEDIMENTA!

Alguien lo tomó por un brazo antes de que cayera al suelo, despertándose de inmediato. Entornó los ojos para ver quien era y no pudo creer lo que sus ojos veían…

—N-Neville!

—Hola Harry—murmuró el chico, casi sonriéndole.

—P-per… c-cómo…?

—No es tiempo de preguntas! Hay que defender a Hogwarts!—gritó el chico, tendiéndole una mano.

Harry sonrió y tomó la mano de su amigo, sintiendo que las lágrimas de cansancio y sufrimiento se transformaban en lágrimas de emoción al ver que un amigo que creía muerto aparecía en el momento en que más lo necesitaba.

Entonces, mientras lanzaban un nuevo Insomnia Total, Un hechizo destructor chocó en las puertas de roble. El primer hechizo que caía sobre las puertas del castillo.

El suelo comenzó a temblar, pero no como cuando caminaban los gigantes, era mucho más fuerte. El bosque Prohibido se agitó violentamente y un sonido extraño comenzó a salir desde las profundidades de él.

Harry se quedó anonadado al ver que del bosque salían Thestrals, Unicornios, Centauros que gritaban con ira y miles de criaturas… Divisó a una horda de Arañas gigantes que cazaban a los Vampiros como si fueran moscas… Hipogrifos… Incluso vio a un Escreguto!

Las criaturas del Bosque se habían unido a la lucha.

Aún seguían en desventaja… pero ahora podían estar más seguros.

—Cuidado, Harry!

Alguien lo tiró hacia un lado, viendo como un rayo verde pasaba por donde se habían encontrado un segundo atrás e impactó nuevamente en las Puertas de Roble.

Éstas crujieron por lo que pareció una eternidad.

Y luego un nuevo hechizo asesino impactó en ellas y estallaron en mil pedazos, emitiendo un sonido terrible.

—NO!

—Neville, haz un hechizo escudo, rápido! YO HARÉ UN ESCUDO MÁGICO LIGADO, PERO ME TOMARÁ TIEMPO!

Neville asintió y hizo lo que Harry le pedía de inmediato.

Harry cerró los ojos con fuerza y buscó rápidamente su núcleo mágico dentro de él. Sintió como fluía su magia por cada partícula de su ser… lo había hecho antes… pero nunca la había sentido tan fuerte como en ese momento…

Se concentró y comenzó a sentirla… a percatarse de su presencia en todo su cuerpo…

—Harry, apúrate que no aguantaré mucho más… Son muchos!

El chico pelinegro canalizó toda su magia en un lugar y pronunció lentamente:

ESCUDAE MAGICUE!

Un rayo rojo comenzó a salir de su varita, fluyendo como agua y acumulándose en donde habían estado las puertas de Hogwarts.

Cuando todo estuvo de color rojo, las fuerzas le flaquearon y cayó de rodillas en el vestíbulo del castillo.

—Harry… Haz hecho el mismo escudo que había en Hogwarts! Cómo pudiste!

El chico respiró con cansancio y no respondió… ni siquiera él sabía muy bien como lo había hecho.

—Ven Neville, nosotros somos los únicos que podemos atravesar el escudo… Hay que seguir luchando… Hasta el final… Y quiero que termine pronto para que me expliques de donde apareciste…

Neville asintió, y antes de atravesar el escudo, le dio un fuerte abrazo… sintiendo por primera vez esa noche que la Batalla se inclinaba a favor de la luz.


• • •


El cielo se veía más claro que nunca.

Todo parecía brillar de una manera especial ese día, la Luna casi llena… las estrellas que bañaban el firmamento… y en medio de todo el cielo oscuro, Marte brillando con una intensidad extraña… en ese momento relucía más que nunca.

Entonces, como si todo y todos quisieran escuchar y ver lo que ocurría, criaturas y magos dejaron de luchar por un segundo… y cielo, tierra y agua descansaron por un momento y dirigieron su atención al centro de los terrenos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.

Todos los presentes vieron como un rayo azul impactaba a Dumbledore, dejándolo inconsciente sobre la hierva.

—MALDITO!

Todas las miradas se dirigieron hacia un hombre que luchaba por liberarse de los brazos de su amigo, que lo sujetaban con fuerza.

—Suéltame, Lunático! Suéltame, que yo le daré su merecido a ese desgraciado!

—Vaya, vaya… Black—susurró Voldemort, dirigiendo su mirada despiadada hacia los dos hombre—. Quieres vengarte de mí? Quieres darme mi merecido por pasar todos estos últimos años encerrado… solo… sufriendo… torturado…? Realmente crees que podrías hacerme siquiera el más mínimo daño? Por que si tu amiguito James Potter no pudo hace veinticuatro años, cuando lo maté… menos podrás hacerlo tú.

—Eres un asqueroso desgraciado, mierda humana—susurró Remus Lupin, gélidamente.

—No me insultes, Licántropo—exclamó Voldemort, sonriendo torcidamente—. Si no quieres morir no te lo recomiendo.

—Aquí el único que morirá serás tú… Voldemort.

—No lo creo… primito—susurró una voz en el oído de Sirius, mientras sentía algo que le clavaba la espalda, a la altura de su corazón.

—Siempre atacando por la espalda, Bella—murmuró Sirius, sintiendo que su corazón se agitaba y algo frío le bajaba por la espalda.

A lo lejos, sin poder hacer nada, ya que estaba rodeado por cinco mortífagos, Harry vio lo que ocurría. Miró intensamente a Sirius… no podía morir de nuevo… no podía abandonarlo por segunda vez…

—Agáchate Sirius!

Su padrino lo miró con sorpresa y alcanzó a agacharse antes de que un hechizo pasara por donde había estado un segundo atrás y le impactara a Bellatrix Lestrange, dejándola inconsciente.

Remus aprovechó el momento y le tiró un hechizo aturdidor a Voldemort, que alcanzó a formar un escudo antes de que llegara a él.

Insomnia!—gritó Sirius.

Expelliarmus!—gritó Lupin.

Voldemort los bloqueó sin ningún problema, y luego levantó una mano, susurrando unas palabras.

Sirius intentó voltearse para decirle algo a Remus, pero se dio cuenta de que no se podía mover.

Canuto y Lunático se miraron por el rabillo de los ojos y supieron que estaban perdidos… ahí iba el fin de dos merodeadores… Estaban petrificados.

AVADA KEDAVRA!

El rayo verde atravesó los terrenos con una morbosa lentitud, Sirius Black y Remus Lupin cerraron los ojos y a su mente sólo llegaron recuerdos y recuerdos… El momento en que se habían conocido en un tren color escarlata… el momento en que Sirius, Peter y James se habían hecho animagos… el momento en que se había casado James… el momento del nacimiento de Harry… el momento en que habían jurado nunca olvidarse los unos de los otros…

—Hasta pronto, Remus…

—Nos vemos, Sirius… Allá vamos James…

Y entonces…

Perdónenme

Sirius y Remus abrieron mucho los ojos… y en ese instante, un rayo color verde impactó en el cuerpo del cuarto merodeador… Peter Pettigrew… Colagusano.

Finite!—gritó Harry, corriendo con toda su alma y viendo asustado como Lunático y Canuto caían en el suelo.

—Sirius! Remus!—exclamó Harry, asustado… temiéndose haber llegado demasiado tarde…

Pero no.

Remus levantó la cabeza.

—Nos salvó…—susurró muy bajito, como intentando convencerse a sí mismo—. Él… nos salvó la vida… Peter… murió.

En ese momento una carcajada gutural retumbó en los oídos de Harry.

Levantó la cabeza, con la sangre hirviéndole en las venas…

Lord Voldemort giró su cabeza en ese instante, y su mirada despiadada se clavó en los ojos verde esmeralda que caminaba lentamente hacia él.

La medianoche había llegado, por fin.

Y, en el centro de la batalla se encontraron por fin dos magos: Harry Potter y Lord Voldemort.

—Vienes a cometer suicidio?—preguntó Voldemort, con burla en cada palabra.

—Yo sólo vengo a cumplir mi destino… Vengo a vengar a todas las personas a quienes has arruinado la vida… incluyéndome a mí…Vengo a acabar contigo y con toda tu maldad… Tom Riddle…

El fin de una era se acercaba…

Y el inicio y término de dos personas llegaba también.


Por fin supieron quien había llegado!

La batalla comenzó... Peter pagó su deuda, por fin.

El próximo capítulo va a ser emocionante... y llegará lo que todos esperan...

Me despido para no decir nada más.

Quid Morgan

ESPERO REVIEWS!