El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros., 2000
Tus días están contados
Capítulo séptimo
El resto de la semana pasó sin altibajos. Ginny había logrado controlar sus emociones un poco, Harry tuvo una semana normal de trabajos y Hermione no había recibido respuesta de Hogwarts, pero sí una entrevista en uno de los institutos y un rechazo en el otro, porque ya no tenían cupo. Por lo que Harry habló con Ron en la semana, se enteraron de que a Clarissa le faltaba poquísimo para tener al bebé.
El día miércoles ninguno de los dos vio a Hermione en todo el día. Pensaron que había ido a entrevistarse al Instituto Flamel para hechiceros, a pesar de que no dijo nada y salió muy misteriosa en la mañana. Ya casi a las 10 de la noche se apareció en la sala con muchas bolsas llenas de 'algo' en las manos, que llevó y escondió en su cuarto. Luego salió frotándose las manos y encontró a Ginny en el pasillo, mirándola con mucha curiosidad.
"¿Qué estás ocultando, Herms?" preguntó intentando mirar hacia adentro de la pieza, pero la mano de Hermione fue más rápida y cerró la puerta.
"Mañana te enterarás, no te preocupes. Confía en mí" La fue instando a caminar hacia la salita, donde cayó rendida en un sillón y se quitó los zapatos. "Caminé toda la mañana y tarde... al menos el clima estuvo de mi parte"
"Ajá" asintió, haciendo una mueca con la boca.
"¿Y Harry?"
Ahora negó.
"Habrá salido..."
"Oye, y la TV muggle que teníamos en el otro departamento?"
"Guardada por ahí... creo que está en ese mueble" Apuntó el mueble sobre el cual estaba la radio.
Hermione se acercó y se agachó, para encontrar una caja de cartón del tamaño de un 'cubo misterioso' detrás de una puerta. Lo sacó, puso en el suelo y con la varita que llevaba en el bolsillo lo amplió y abrió la caja. Después de unos diez minutos tuvo la TV instalada y encendida en un canal de películas. Así llegó la 1:30 de la mañana, que fue cuando Harry llegó desde la chimenea, riendo, y la película sobre unos niños superdotados del futuro terminaba. Ginny se levantó y se despidió con un gesto de mano, sin decir palabra alguna.
"¡Harry, feliz cumple!" exclamó Hermione, poniéndose de pie de un salto y abrazándolo.
"¡Gracias!" dijo riendo y devolviéndole el abrazo. "Aunque aún es pronto para celebrar..."
"¿Dónde Fuiste? Digo, no es por ser metida..." Se volvió a sentar frente a la TV y cambió de canal usando el control.
"Salí con Jacqueline. ¿Sabías que ella estudió en el instituto donde no te dieron cupo?" Hermione negó. "Veo que encontraste el televisor" agregó alegrado, mirando el aparato a la vez que se quitaba su capa.
Hermione hizo ademán de ponerse de pie, pero Harry gritó '¡Espera, espera!' y se sentó junto a ella, que apagó la TV.
"¿Te puedo hacer una pregunta... sobre Ginny?"
De pronto a ella se le quitaron todas las ganas de irse a dormir y sonrió.
"Sí, dime. Digo, pregunta!"
Harry se asustó un poco por la reacción de su amiga.
"Pues..." Bajó su vista al suelo y se puso una mano en la sien, luego la miró. "¿Sabes si ella tiene algún problema personal con Jacqueline? Porque me cuenta que Ginny..." Alzó las cejas. "...no la trata exactamente bien"
"Mmm, cómo así?" preguntó, haciendo como que no sabía nada.
"No sabría explicarte exactamente" Ahora miraba hacia la pared del fondo. "Pero eso dijo. Además, a veces está pesada con todo el mundo, bueno menos contigo..." Volvió a mirarla. "...creo. Y a veces está tan cambiante..."
Hermione recordó la conversación que había tenido con ella antes de la tormenta.
"A ver, Harry, escucha" Se acomodó en el sillón. "Ella ha estado pasando por algo difícil, y supe por allí que igual ha tenido sus problemas contigo..." Harry asintió. "Y sí, tienes razón, con todo el mundo" Frunció el entrecejo. "Y cualquier cosa, no sé, mejor le preguntas directamente..."
"Antes no era así, te acuerdas?"
"Sí, pero antes todo era diferente. No sólo ella, tú también... y Ron... Cuando me fui..."
"Lo dices como si fuera culpa tuya" Harry esbozó una sonrisa.
"Quizás nunca debí haberme ido" le contestó seriamente.
"Hey, sólo bromeaba" Se asustó. "Y no digas eso, que no tiene nada que ver... ¿Por qué mejor no culpar a Ron?" le dijo, intentando hacerla reír.
"Lo que él haya o no decidido hacer con su vida no es problema más que de él..." habló apresuradamente. Harry la abrazó. "Y mejor nos vamos a dormir que mañana espera un largo día..."
Se levantó, murmuró un 'buenas noches' y se fue directo a su pieza, dejando a Harry bastante intrigado.
Hermione despertó exactamente a las siete en punto. Se odio por un segundo porque estando de vacaciones no se vale levantarse temprano, pero al segundo siguiente se recriminó que todo era por una buena causa. Debía poner en marcha cuanto antes la fase 1 de su plan.
Fue dando brincos como una niña de seis años al baño. Se lavó la cara y los dientes, y brincando otra vez se metió a la habitación de Ginny. Pegando un salto se lanzó contra la cama, aplastando a Ginny en el acto, quien no alcanzó a dar un grito que hubiera despertado a todo Londres, pues Hermione le tapó la boca.
"¿Qué manera de despertarme es esa, Granger, tienes tres años o qué!"
"Cálmate y baja la voz" le susurró, sonriendo y tomando asiento en la parte libre del colchón.
Ginny respiraba agitadamente con la mano en el corazón, sentándose también.
"¡Casi me da un paro!"
"¡Es broma! Bueno, tengo que darte instrucciones..."
"¿Instrucciones, para qué?"
"Ya te vas a enterar, pero para que todo resulte bien tienes que seguirlas al pie de la letra"
"Todavía no me convences" Se talló los ojos y se levantó, tomando su bata.
"¿Confías en mí, o no?" Se hizo la ofendida. Revelar lo menos posible era parte importante del plan.
"Claro que sí..."
"Entonces no tienes por qué dudar" Hermione también se paró y le cerró la puerta para que no saliera de la pieza hasta escuchar todo, haciendo que Ginny se sentara cruzada de brazos sobre la cama. "Necesito de que antes de que salgan del Ministerio a la hora del almuerzo invites a Harry a comer a cualquier lugar que no sea aquí o el casino del Ministerio. Luego a la tarde regresen al trabajo y después de la salida te lo lleves a otro lado. Inventa alguna cosa, y lo traes a las nueve aquí.
"Para... allí... ¿Le vas a hacer una fiesta sorpresa?" preguntó, incrédula.
"Algo así, el caso es que quiero que hagas eso. Y lleguen por la entrada muggle. Ni aparecerse ni red flú ni nada. Deja tu llave aquí y como estoy segura Harry nunca anda con la suya, tocas a la puerta con tres golpes secos, dos veces"
"¿Eso es todo?"
"Sí, tu misión es mantenerlo alejado de este departamento todo el día. No escatimes en recursos. Yo te voy a dar dinero extra, muggle y mágico, por si necesitas. Y si lo gastas todo usa el tuyo que después te voy a devolver lo que deba. Ahora..." Se hizo a un lado y abrió la puerta. "ve a ducharte a hacer lo que debas hacer. Con permiso" Y salió de allí para ir de regreso a su pieza, dejando a Ginny anonadada y aturdida. Su amiga sí que estaba loca.
Se sobó el brazo que aún le dolía por la caída libre de la castaña y se puso de pie. Apenas dio un paso fuera de la pieza, se sonrió. Nada iba a salir mal hoy.
Como siempre, fue la primera en llegar al Ministerio de Magia cuando sus dos compañeros de departamento todavía ni desayunaban. Hermione había regresado a su pieza para revisar su 'lista de deseos' y organizarse para lo que aún le faltaba. Harry despertó minutos después y una vez vestido y listo para salir se sorprendió mucho que no le hubiera llegado carta alguna de felicitación por su cumpleaños. Miró a su lechuza dentro de su jaula dormir bajo el ala y se encogió de hombros. Desayunó rápidamente mirando un matinal londinense y cuando iba a comenzar la repetición de la emisión nocturna del reality apagó la TV y se fue a la oficina. Apenas hizo esto, Hermione salió de su pieza y por la chimenea llegó hasta Hogsmeade. Necesitaba conseguir un pensador rápidamente y aprovecharía de averiguar si su carta había o no llegado a Hogwarts. En el Ministerio, apenas Ginny vio aparecerse a Harry en su cubículo se le acercó.
"Hola...!" saludó, nerviosa.
"Ah, hola Ginny" respondió él, sentándose.
"Feliz cumpleaños"
"Gracias" Se puso a revisar qué tenía sobre el escritorio.
"¡Harry! Esto... Mmm... Yo quería..." Estaba realmente nerviosa. ¿Adónde había ido a parar el valor Gryffindor cuando más lo necesitaba? "¿Te... puedo invitar a almorzar a alguna parte?" Harry la miró. "Porque no tienes planes, verdad?"
"No, no tengo planes" respondió, algo sorprendido. "Bueno, vale"
"Ah, bien" dijo ya más aliviada. "Entonces... a la una vengo a... aquí mismo... y vamos caminando... ¿sí?"
"Dale, no hay problema"
"Entonces... yo... ¡Adiós!"
Se dio media vuelta y caminó hasta el cruce de pasillos para ir a su propio cubículo, no sin antes percatarse de que Ron no estaba en el suyo. ¿Por qué, habría nacido ya el bebé? Pensó en averiguar eso en cuanto se desocupara.
Diez minutos antes de la una Ginny tomó su abrigo muggle del perchero sin intenciones de usarlo en realidad -afuera el día estaba precioso-, y se fue en busca de Harry al cubículo. Él aún estaba firmando unos papeles pero al verla cerró la carpeta y la guardó en su cajón con llave.
"¿Ya nos vamos?"
"Si terminaste..."
"Sí, sí terminé" respondió rápidamente. Se puso de pie, guardó la varita en el bolsillo de la chaqueta y salió por atrás del escritorio.
Cuando pasaron caminando por el pasillo Ginny notó que su hermano de nuevo brillaba por su ausencia y preguntó:
"¿Has sabido algo de Ron? Parece que hoy no vino a trabajar..."
"No sé nada desde el viernes. Sabes que si uno no le habla él no se acerca"
"Sí" susurró reflexiva. "Hay veces en que de verdad lo desconozco... Y ahora creo que va a ser peor cuando nazca su hijo. Pienso que si siempre anda como con la cabeza en otra parte ahora imagínate.
"Yo espero que Ron recupere un poco la humanidad al ser padre"
"La semana pasada dijo algo muy curioso, bastante preocupante, pero luego pareció olvidarlo"
"¿Qué dijo?"
"Bueno, sabes que estaba medio... raro, por esto de que regresó Hermione y eso. Y a veces no sé cuándo habla a conciencia, cuando con el corazón y cuándo con ambas cosas"
"¿A dónde vamos?" preguntó Harry. Habían llegado frente a las chimeneas.
"Ah, no. Es que no vamos por chimenea" Siguió de largo. "Vamos a un restaurante muggle"
Ya se había encargado de hacer reservaciones en el famoso Rules, un lugar casual y formal a la vez donde se podían saborear algunas de las mejores carnes de toda Gran Bretaña.
Salieron por la cabina telefónica y fueron hasta el Metro de Londres. Desde allí viajaron hasta quedar cerca de Maiden Lane. Caminando llegaron al número 35. Harry observaba extasiado la hermosa arquitectura externa del restaurante de turismo. Nunca antes había comido allí pero sabía lo difícil que era encontrar mesa. Sólo atinó a decir:
"¿Cómo lo lograste?"
"Magia" bromeó ella, quizá satisfecha por la expresión de incredulidad de Harry. "¿Entramos?" Le ofreció el brazo, haciendo que se riera y lo tomara para entrar.
Hermione tenía EL desastre en la cocina. Pudo haber cocinado con magia, pero su madre una vez le dijo 'Las cosas hechas con cariño y con amor quedan mejor' y eso lo había interpretado como un 'si vas a cocinar, hazlo a lo muggle, que te queda mejor'. Quién sabe si eso era verdad o no, el caso es que ella le había hecho caso a sus instintos y decidió preparar todo con sus propias manos (o como solía decir, con la varita guardada en el cajón). ¿El resultado? Una verdadera porquería: la cocina más sucia que un chiquero al aire libre después de un día lluvioso y un revoltijo de ingredientes e intentos fallidos por todo el sector. Pero estaba decidida a no tocar un átomo de la varita y como última opción siempre tendría el teléfono de un servicio de banquetes con reparto a domicilio.
Los canapé habían sido los más fáciles, los tragos aumentaban el nivel de dificultad y los tres pasteles que se había propuesto hacer estaban fuera de su alcance. Pero ya se las arreglaría.
Como siempre, el constante 'no me voy a dar por vencida' la ayudaría más de la cuenta.
Harry y Ginny salieron riendo del Rules. La comida había estado maravillosa, aparte a Harry le cantaron las mañanitas a coro todas las personas del local, habían conversado de todos los temas habidos y por haber -eso sí, saltándose olímpicamente el del romance si la situación los incluía personalmente-, y como guinda de la torta, a Ginny le bastó un tercio del dinero muggle que Hermione le había pasado esa mañana. Recordó algo: todavía tenía que mantener a Harry ocupado el resto de la tarde y no tenía idea qué hacer. ¿Adónde llevas a una persona el día de su cumpleaños para intentar no encontrarse con conocidos?
Harry miró su reloj, preocupado.
"¿Qué pasa, Harry; tienes que regresar a la oficina?" preguntó Ginny, un poco asustada.
"Mmm... no. Es que... no sé, ha sido un día raro. Cuando vivía con los Dursley antes de Hogwarts estaba acostumbrado a que se pasara por alto mi cumpleaños, pero hoy, aparte de ti, Hermione, el portero del Atrio y una horda de muggles desconocidos, son los únicos que me saludaron..."
"Ah, eso" Ginny recordó el plan una vez más y un escalofrío recorrió su espalda. "Olvídalo, Harry. Es apenas poco más de las dos. Ya te saludarán"
"Eso espero"
Y Ginny al ver un niño pasar lengüeteando una gran paleta colorida por su lado, se iluminó.
"¿Quieres ir a una feria o a un parque de diversiones muggle? Yo invito!" exclamó emocionada.
"Si no tengo alternativa..." le respondió Harry en broma, haciéndola reír. Ella llamó a un taxi que abordaron.
Ya entradas las nueve de la noche, Ginny y Harry iban por el pasillo hacia el departamento del fondo. Habían pasado una tarde muy divertida. En la feria lo pasaron muy bien y luego Ginny arrastró a Harry hasta un cine para ver una película de historia épica que le atraía mucho, pero después salieron decepcionados de la sala. La película era pésima y Ginny se odiaba por haber elegido tan mal. Aún hablaban de eso cuando se pararon frente a la puerta.
"De verdad lo siento, Harry..." repitió por cuarta vez revolviendo su bolso, buscando la llave que sabía que no tenía.
"No importa. No sería muy buena pero igual sirve para salir de la rutina, no crees?"
"Tarde o temprano te tendré que compensar por eso"
"Tranquila, Ginny. No pasa nada" le dijo una vez más, pero esta vez tomándola por la barbilla, así ella dejó de registrar el bolso al instante. "Pasé una tarde muy linda contigo. A pesar de que algunos se han olvidado de mí, gracias a ti ha sido uno de los mejores días de mi vida..."
Ya la tenía muy cerca de su boca. Ginny se quería morir pues Harry parecía a punto de besarla, pero ella recordó el verdadero motivo que los esperaba tras la puerta y contrariando sus sentimientos se escabulló dándose media vuelta, y siguió revolviendo el bolso.
"¡Ay, Harry! Creo que dejé las llaves adentro..."
"Oh. ¿Y por qué no usas la varita?" peguntó un poco contrariado de que ella interrumpiera algo que ni fue y sacó su varita.
"¡No, Harry, guarda eso! Tenemos tres vecinos muggles, se te olvida?" lo regañó, haciendo que la guardara. "Voy a golpear. Seguro Hermione está adentro y me abre..."
E hizo lo que Hermione le había indicado. Golpeó tres veces la puerta. Al parecer hubo un revoloteo dentro por la demora, pero no se escuchó nada de seguro por un encantamiento insonoro. Ginny golpeó tres veces más y la puerta se abrió sola, dejando entrever sólo oscuridad.
Harry dejó pasar a Ginny primero y encendió la luz a la vez que decía:
"¿Cómo puede estar tan oscura esta sala?"
"¡SORPRESA!"
Allí estaban. Miles de caras que lo miraban sonrientes en un escenario de gran festejo y fiesta, y luego todos se lanzaron a saludarlo, aún estando él muy aturdido. Eran todos sus amigos: los ex-compañeros de Hogwarts, ex-compañeros de la Academia, algunos Aurors, profesores, compañeros, en fin; gente de todas las edades con las que compartió más de una sonrisa desde que se enteró que era mago, y que eran de sus más cercanos. Segundos después, Hermione hizo su aparición llevando un gran pastel con velas y una sonrisa radiante a la vez que todos empezaban a cantar el cumpleaños feliz. Harry se emocionó y también dejó escapar un par de lágrimas que por suerte logró disimular con facilidad. Sopló las velas, hubo aplausos, más felicitaciones y luego todos comenzaron a conversar en pequeños grupos que iban y venían. Incluso le pareció gracioso el hecho de que entrara tanta gente y se movieran cómodos por el departamento, pero no le sorprendió en absoluto. Más tarde fue a hablar con Hermione que terminaba de servir vasos con una bandejita.
"Gracias por todo esto, amiga. Es maravilloso" dijo mirando alrededor. Hermione sonrió, recibiendo el abrazo de Harry.
"Oh... de nada. Hay que hacer algo diferente de vez en cuando, no?" Se separaron. "Además la mitad del crédito le pertenece a otra persona... no fui sólo yo" Volvió a sonreír.
"¿A quién?" preguntó Harry, pero su pregunta fue inmediatamente respondida porque Ginny se paró en ese momento junto a Hermione y le pasó algo que ésta guardó en su bolsillo trasero y después sonrió a Harry.
"¿Ves que al final no era que se habían olvidado de ti?" le dijo, feliz.
Harry interrogó -para cerciorarse- a Hermione con la mirada y ella asintió.
"Vaya. Ustedes son las dos mejores amigas que alguien pueda tener" Y las abrazó al mismo tiempo. La palabra 'amigas' retumbó en el cerebro de Ginny haciéndola enojar un poco, pero cualquier cosa era mejor que nada. Harry las soltó. "¿Recuerdas lo que te dije hace un rato, Ginny? Que este era uno de los mejores días de mi vida. Mentí. Es el mejor hasta ahora. Y sería más que perfecto si ahora estuviera aquí Ron, no les parece? A propósito, dónde está?" preguntó, mirando a todo el mundo conversar en la sala. No debió haber dicho eso, pues Hermione inmediatamente borró su sonrisa y la trasformó en un gesto hosco. "¿Qué pasa, Herms?"
"Ron no vino, Harry" masculló.
"¿Cómo que no vino?" se preguntó muy extrañado y decepcionado Harry, ahora mirándola fijamente.
"Le envié la invitación, pero no confirmó nada. No lo encontré en el Ministerio y en su departamento nadie abrió cuando fui. De hecho me dijeron que ni a trabajar fue" anunció con la voz seca, grave.
"Eso es cierto" corroboró Ginny. "Yo no lo vi en la mañana en la oficina"
"¡Pero es imposible que no le haya avisado a nadie!" se vio gritando Hermione, haciendo que algunos de la fiesta se voltearan hacia ellos. "Asimismo se supone que es tu mejor amigo, Harry. ¿Qué mejor amigo pasa por alto tu día del año?"
"Hermione, shht!" susurró Ginny, intentando calmarla. "Baja los humos. Es la fiesta de Harry, no la arruines, vale?"
"No estoy arruinando nada, Ron ya lo hizo" sentenció, y se fue a conversar con un grupo que se reía de algo cerca del aparador de la TV, y en el camino tomó una botella de cerveza de una mesa y la vació de un trago.
Harry, que había aguantado la respiración hasta ese momento, exhaló.
"Quizás ya nació el bebé de Clarissa"
"¡Vamos, Merlín no lo quiera! Sé que es mi hermano y sé que le tiene mucho aprecio a Clarissa, pero no la ama! Ese inocente va a ser sólo un desastre para su vida"
"Es como sí... No quisiera decirlo, pero es mejor que ese bebé no nazca, o que tenga alguna complicación y..."
"...que Ron pueda tener su segunda oportunidad con Hermione"
Compartieron una mirada de tristeza y entendimiento, más pasados unos segundos fueron a unirse a otro grupo de conversación.
Continuará...
Ha recibido un SMS de 95011xxx: Buenas. Un siglo. En la vida me había demorado tanto en actualizar. Lo juro. Esto fue una completa locura. En especial que ahora mi padre (al fin!) va a poner banda ancha pero cuando volvamos de vacaciones y eso va a ser después de la hermosa fecha de mi cumpleaños número 17, el 31 de Julio. Y conociendo al caballero que me engendró temo que eso quiere decir mitad de agosto. Por otra parte ya salí de vacaciones el jueves 5 y estoy escribiendo como quien se llama enferma. Voy a colarme donde sea para subir los capítulos de una vez puesto que Half-Blood Prince ya me ganó la carrera xD. Y no sé qué haré. Ustedes sólo dedíquense a leer, que creo esta es la última nota de autor que pongo, o me las mandaré... (yo me entiendo).
