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Tus días están contados
Capítulo 14: Cómo quiero que me quieras
"Déjame intentarlo"
"Para qué, si incluso creo que ya lo sabes. Tú mismo lo dijiste. Y sí, es Ron; todo es por culpa de Ron"
El pelirrojo apretó un puño que tenía apoyado de la pared. Era su culpa, Hermione lo culpaba, y estaba en lo cierto.
"El problema parte por ti, Hermione. Tienes que encontrar... otro rumbo, no sé"
"Todo este tiempo he estado intentándolo, pero qué?. ¿Qué obtengo, si vuelvo a caer en lo mismo?. ¡No puedo hacer nada por intentar cambiar el maldito destino!"
"No existe ningún destino, Hermione. El destino se forja, y cada uno hace el suyo con las decisiones que va tomando, y no hay camino, uno lo hace avanzando. ¿No es lo que tu siempre decías?" Hermione bufó. "El caso es que hablé, es decir, hablamos con el doctor sobre muchos temas, sobre ti. Y necesitas ayuda"
"No me enviarán a un psicólogo a estas alturas de mi vida" se quejó.
"Más que eso. Sería bueno que te inscribieras en un grupo de rehabilitación apenas salgas de aquí"
"¿Pero por qué?" se alarmó.
"Elemental, mi querida amiga. No queremos llegar a casa el día de la boda y encontrarte... muerta"
Suficiente. Había tenido suficiente. Ron cerró la puerta dando un portazo y procedió a marcharse de la clínica. Ya no quería ver a Hermione, porque aunque le doliera en el alma, no iba a ser él la causa por la cual Hermione hiciera un viaje sin retorno al mundo de Hades. No esperó nada, abordó uno de los taxis estacionados junto a la salida de la clínica y le ordenó salir de allí; cuadras más allá le daría la dirección del departamento que compartía con Clarissa.
Así que ella siempre había tenido la razón, cómo no se dio cuenta. Todos sus males, todos sus problemas empezaban y terminaban en él. Qué desaire. Qué terrible vivir así. Pero el corazón te atormenta, y tú, qué puedes hacer? Absolutamente nada. Aunque todo sea verdad. Que, por más que intentara buscar sus propios motivos, no habían más que errores que confirmaban lo idiota que era, así de simple.
.:Flashback:.
Dos días habían pasado ya desde el fatídico día en que Hermione se marchara a Holanda, y él, sentado en su recién estrenado cubículo de Auror no podía concentrarse, preguntándose una y otra vez qué era lo que había hecho mal, en qué había fallado. Por qué no había evitado que ella se fuera. Por qué, mejor, no haberla secuestrado y habérsela llevado lejos, lejos para no tener que haberse separado más. La amaba. Siempre lo había hecho y estaba claro que siempre lo haría, pero entonces, qué había pasado?
Ese mismo día en la tarde y después de volver del casino del Ministerio con un vaso con café con leche en mano encontró a una chica de cabello muy negro y largo, y lindos ojos celeste calipso sentada frente a su escritorio, con una cajita extraña en la mano, que al verlo ocupar su puesto le sonrió.
"¡Hola! Tú debes ser Ronald Weasley, cierto?"
"Sí, y tú eres...?" inquirió, alzando las cejas y cruzándose de brazos.
"Clarissa. Clarissa Parsons, periodista del programa de radio 'La hora 25'. Tengo que hacerte una entrevista"
"¿Ah, sí?" Ron abrió un cajón de su escritorio y sacó su agenda de allí. Era cierto, el día anterior le habían pedido una cita para entrevista y con lo de Hermione se había olvidado completamente. "Creo que sí"
"Bien, empezamos?"
La chica sacó un pergamino escrito de su bolso y apoyó la cajita sobre la mesa, la cual destapó. Lo más extraño era que no tenía nada de especial; la caja estaba vacía.
"¿Qué es eso?" preguntó Ron, olvidando los modales y apuntando la caja.
"Es un captura voces, para grabar la entrevista, observas?" Sacó la varita y le dio un golpecito a la caja, probó diciendo un par de palabras al azar y por cada palabra que decía la cajita vibraba y emitía un resplandor dorado. "Es como un grabador, pero mágico, obviamente"
"Sí, bueno. Comienza"
La entrevista fue, la verdad, bastante extensa para sólo hacer un análisis -después de tres años de la caída del mago oscuro- de la seguridad del mundo mágico y que era lo que hacían los Aurors actualmente para mantenerla.
Al momento en que cerró la caja y dijo 'hemos finalizado', Ron se ponía de pie para despedirla. Se sorprendió mucho al verla a ella parase también y darle un beso en la mejilla, sonreírle coquetamente y marcharse fugaz. Ron se sentó con el entrecejo fruncido, miró su mesa y notó un papelito doblado sobre su pila de carpetas. La tomó, desdobló y leyó un atrevido 'llámame' precedente a un número y firmado por 'Clarissa P'. Suspiró y pensó en el anuncio de un banco: 'oportunidades hay pocas'. ¿Cuándo iba a volver a encontrarse con una chica bonita que estuviera interesada en él? Y además, qué otra cosa podía hacer para sobreponerse a lo de Hermione mientras se encontrara en Holanda? Miró su reloj y esa misma noche al aparecerse en el departamento la llamó y concertaron su primera cita, y el principio o la entrada al túnel sin final en el que se perdería...
.:Fin del Flashback:.
"¿Harry, qué fue eso?" preguntaba Hermione al interrumpirse por el portazo un cuarto de hora atrás.
Harry se paró y corrió a abrir la puerta para ver, mas afuera ya no había nadie. Pero Harry no era tonto, estaba seguro que Ron había escuchado toda o casi toda la conversación. Cerró la puerta y se volvió a Hermione.
"Tiene que haber sido el viento; una corriente de aire"
"Mmm..." Harry volvió a su asiento. "¿Y en qué estábamos?"
"En que a sugerencia del doctor te vas a inscribir en un centro de..."
"Alcohólicos y drogadictos. Qué amargo"
"Es eso o te internaremos allí"
"¡Pero Harry!"
"Lo siento, sola te lo buscaste. Ahora cambiando de tema, te dijo tu madre que a ellos igual les llegó la invitación de la boda?"
"¿Cómo es eso? No creo que Ron se atreviera..."
"No fue Ron, fue Clarissa. Dijo que tus padres conocen a los suyos y como casi la totalidad de Londres está invitada al evento"
"Vaya, ni idea"
"¿Ves?"
"Ah, y... ¿Harry?"
"Dime"
"Él... ¿vino a verme?" preguntó sonriendo tímidamente.
"¡RONALD BILIUS WEASLEY, SE PUEDE SABER DÓNDE HAS ESTADO LOS ÚLTIMOS TRES DÍAS?"
Clarissa entró gritando a la salita a recibir a su futuro esposo, con Christopher llorando en sus brazos. Ron colgó su campera y la miró, desafiante.
"En el trabajo, dónde más"
"Mentiras, Weasley, mentiras! Tú con el celular apagado, papá salió y yo necesito ayuda con el bebé. Te voy a buscar al Ministerio y me dicen que pediste permiso para seguir el trabajo desde afuera unos días, pero aquí no has estado. ¿DÓNDE ESTABAS?"
"Primero que nada, siéntate. Segundo, deja de gritar que dañas los oídos delicados del bebé, y en tercera escucha: si nos vamos a casar se supone me deberías tener un poco de confianza, sino no quiero y me da miedo saber el futuro. ¿Qué tenías que ir a preguntar al Ministerio?"
"¿Ronnie, dónde estabas? Sólo eso quiero saber. En nueve días es la boda y el bebé aún está muy pequeño" Sus ojos se humedecían. "Estaba preocupada por ti"
"Tuve unos asuntos en Cambridge y me quedé allá, incluso a alojar. ¿Eso querías saber?"
"¿Por qué no avisaste?" Ya lloraba.
"No alcancé. Mira Clarissa, el tiempo es escaso y más ahora. Quiero avanzar lo más que se pueda, sí?" mintió desfachatadamente.
"Quiero saber qué haces, merezco saber al menos dónde estás. Pero... ¿sabes qué más?" Le pasó el bebé, sacó un pañuelo bordado del bolsillo y se secó la cara. "Tengo que salir"
"Sal. Yo lo cuido" Lo acomodó en sus brazos.
"Tienes que darle..."
"Lo sé, lo sé, sé todo. Ve Clarissa, aprovecha"
Ron lo meció unos segundos y Christopher Matthew se durmió. Clarissa se dirigió a la habitación y no regresó más. Miró a su hijo. No le lograba sorprender su palidez ni sus ojos -ahora cerrados- celestes. Pero no tenía el pelo rojo. Raro sí, como suelen decir, pues esa es la característica Weasley por excelencia. Quién lo diría. En fin, había muchas cosas que el tiempo debía resolver.
"¿Hermione Granger?"
El doctor volvía a entrar a su habitación esa noche. Controló las máquinas.
"Dígame"
"Desde que despertaste has evolucionado muy bien"
"¿Sí?"
"Correcto. Tanto así, que mañana temprano te podría estar dando el alta"
"¿En serio?" preguntó emocionada.
"Si todo sale bien, sí. ¿Te hablé del centro de rehabilitación ya o..."
"Usted no lo hizo, pero mi amigo Harry sí" le dijo, con angustia.
"Bueno, te traje estos folletos" Le entregó cuatro trípticos. "Para que los vayas viendo. Todo se explica allí; de qué se trata, qué hacen, los horarios para terapia externa..."
Pasó la noche. La mañana del 8 de Agosto Ginny pasó a buscarla, dejó todo pagado en recepción y regresaron al departamento. Todo estaba en orden.
"Eliminamos cada botella de alcohol de esta vivienda. Imagina el inmenso sacrificio que con Harry estamos haciendo por ti" le contó Ginny, logrando arrancarle una sonrisa. "En la tarde vamos a salir a ver los centros que el doctor O'Hio recomendó. ¿Vas a estar lista?"
"Peor no puede ser..." opinó Hermione, recostándose en el sillón. Hacía calor y una tibia brisa se colaba por la ventana abierta. "Supongo que tampoco puedo fumar"
"Ojalá no fumaras. Eres un poco obsesiva con tus vicios y cualquier cosa en exceso es mala. Aparte me da un asco..." Sonó el timbre. "Abriré, espera"
Ginny fue hasta la puerta y abrió. Se encontró cara a cara con Ben, el barman del Claroscuro; ramo de claveles rosa en mano.
"¡Hola!"
"¡Hola!. ¿Salió Hermione de la clínica? Le traje..." Le mostró el buqué.
Ginny asintió sonriendo y lo hizo pasar. Hermione se levantó a saludarlo.
"¡Qué sorpresa! No tenías para qué molestarte..." dijo ella, recibiendo las flores y haciendo aparecer un jarro con agua para ponerlas sobre la mesita. "¿Cómo te enteraste?"
"Ayer iba a invitarte a salir, pero al venir tu amiga pelirroja me dijo que estabas hospitalizada..." En efecto, Ginny ya había procurado marcharse a su habitación. "¿Ahora estás mejor?"
"¿Debería? Soy una maldita alcohólica..." Se sentó apoyando la cabeza en una mano.
"Tienes suerte. En los cuatro años que llevo trabajando he perdido a varios clientes"
"Toma asiento, por favor. Disculpa" le indicó.
Ben se sentó en la butaca individual.
"¿Sabes? Te conozco hace bien poco y me da la impresión que... No sé cómo decirlo..."
"Dale, da lo mismo"
"Vives muy al extremo"
"Si no lo hiciera así..." Suspiró. "Ocuparía el tiempo sobrante en autodestruirme, porque en eso me he convertido. Me cuesta pensar si sobreviviría de otra manera..." Miró el suelo, melancólica.
"¿Qué pierdes con intentarlo?"
"Pues... es todo un desafío"
Hermione miró uno de los muebles con libros y adornos a espaldas de Ben. Se levantó y tomó una tarjeta que antes no había visto y que allí reposaba. Se volvió a sentar y la leyó, negando con la cabeza. La dejó también en la mesita y miró a Ben.
"El próximo sábado tengo que asistir a una boda. Si no tienes nada que hacer... ¿Querrías acompañarme?"
"Si quieres. No tengo problema. ¿De quién es la boda?" Hermione le alcanzó la tarjeta, que él leyó: "Clarissa Parsons y Ronald Weasley..." repitió en voz alta. "Weasley... me suena"
"Es el hermano de Ginny"
"Nunca supe el apellido. Pero de antes"
"Ah, no sé. Tal vez conociste a alguno del clan" Soltó una carcajada. "¿Quieres algo de beber?"
"No, gracias" Miró su reloj. "Es tarde, tengo cosas que hacer" Se puso de pie, procedido por Hermione. "Nos estamos viendo"
"Sí, eso creo" respondió ella, y lo acompañó hasta la puerta. Se despidió de beso en la mejilla y cerró.
"Tu amiguito se las trae" exclamó Ginny, saliendo de la cocina.
"¿De qué hablas?" preguntó Hermione, con intriga.
"Nada, cosas mías. Así que ya tienes pareja para la boda del año"
"Eso parece..."
Al mismo de llegar de la clínica, Hermione recibió la carta donde confirmaban que había sido admitida como profesora de Defensa en Hogwarts, lo que la hizo muy feliz por el resto de la tarde, pero que a la vez le hizo pensar que quizás ellos no querrían una alcohólica dando clase, pero no tendrían por qué saberlo. Y el resto de los días pasaron rápidamente.
Ya a la semana siguiente, viernes 15 de Agosto, a eso de las nueve de la noche, Hermione regresaba del centro de rehabilitación El Roble, al cual cada día acudía a tomarse exámenes y asistir a charlas. Harry la había pasado a buscar y caminando llegaban al departamento. Ginny los esperaba con una cena de alitas de pollo y ensalada rusa, lo que a los pocos minutos se estaban sirviendo.
"Es un asco, como ir a la escuela de nuevo. A la escuela muggle, digo, porque Hogwarts lo amé. Se suponía que ahora yo era la profesora y otros los estudiantes..."
"Eso ya va a ser cuando entres a trabajar. Pero dime, cómo lo piensas hacer con la rehabilitación mientras estés en Hogwarts?" preguntó Ginny.
"Tendré que venir una vez al mes a Londres a seguir con el tratamiento"
"¿Definitivo?"
"Al menos todo un año, y te pediré cambiar de tema, no hemos hablado de otra cosa en toda la semana"
"Si no quieres hablar de eso... ¿qué otro tema hay?. ¿Acaso quieres hablar de la boda de mañana?"
"Hecho" dijo Hermione, entrelazando sus dedos bajo su barbilla y apoyando los codos en la mesa, muy decidida. Ya había terminado.
Harry desorbitó los ojos.
"¿De verdad quieres...?"
"Sí, por qué no? Eres el padrino de Ron, Ginny es dama de honor... ¿Se saben la rutina?"
"Más o menos, hubo ensayo de la boda hace dos días, recuerdas?"
A Ginny se le revolvía el estómago hablando de un tema tan delicado, y para variar todavía no terminaba de comer. Harry todavía miraba sorprendido a Hermione por tener el valor de hablar de la boda sabiendo que le dolía tanto.
"¿Y ya les tienen regalo?"
"Su padre dijo que mejor los encargaran a una tienda para dárselos de regreso de la... luna de miel. Y la respuesta es no, al menos yo no les he comprado nada" dijo Ginny.
"Menos" respondió Harry. "¿Tú?"
"Aún no sé... Como ya tienen hogar propio se hace más difícil" Hablaba como si de otra persona, y no de Ron y 'su novia' se tratara.
"Herms. ¿Qué te vas a poner mañana?"
"El vestido blanco con flores" respondió la castaña de inmediato. "¿Te encargaron traje?"
"Clarissa dijo que usara el que quiera, así que me compré uno nuevo. Ya mañana lo verás" le dijo, alzando las cejas y sonriendo.
Hermione se rió y miró a Harry.
"No te irás a poner algo verde..."
"De hecho el traje es azul oscuro y la corbata negra"
"¿Y la camisa?"
"Blanca. ¿Me perdonas la ropa interior?" Se rieron. Harry terminó su plato y Ginny ídem.
"Quiero té" exclamó Ginny, y con un hechizo cambió el plato vacío por una taza.
"Necesito un sueño reponedor" dijo Hermione, reprimiendo un bostezo y levantándose. "Harry, mañana te toca el almuerzo"
"¿Por qué yo?"
"Porque tu pseudonovia y yo nos demoraremos más en arreglarnos" Le guiñó un ojo a Ginny. "Adiós"
Se fue, pero a Harry le quedó dando vueltas algo en la cabeza. Recogió la mesa y se volvió a sentar, mirando a Ginny fijamente.
"Ginny..."
"Ni lo sueñes" respondió ella, cortante, bajando la taza y en tono serio. "Conoces a mamá. Querrá que nos casemos enseguida... o algo así"
"¿Y qué importa?"
"Harry, créeme que sí importa" Le dio otro sorbo al té.
"Si quiere que nos casemos, nos casamos y punto"
"No seas tonto..."
"En serio"
Lo miró. Harry no parecía estar bromeando.
"Creo que ya no quiero té" comentó. Hizo desaparecer su taza y se levantó. "Buenas noches"
Se fue, dejándolo solo con sus dudas. Sabía a lo que se refería. Harry quería formalizar la relación, o al menos hacérsela saber al mundo, específicamente a sus padres y llevaba toda la semana insistiendo con que en la boda sería el mejor momento cada vez que se quedaban solos. Pero ella no quería. La única vez que eso había sucedido, su madre empezó a elaborar todo un plan familiar a futuro, el novio terminó por espantarse -aunque tal vez ese fuera el secreto propósito de Molly Weasley- y quebró la relación con Ginny. No quería que lo mismo pasara con Harry. A él lo quería, y de verdad que mucho. No estaba dispuesta a repetir la historia. ¿Pero si él seguía insistiendo? Se volvería loca, o peor, podía llegar a tomarlo mal, a pensar que ella no quería nada serio; y en realidad por el contrario, claro que le encantaría ser su novia, pero aún no era el momento. Habría que esperar.
Harry pensó unos segundos más en qué era lo que estaba haciendo mal, o en qué se estaba equivocando. Terminó por vencerlo el cansancio y también se fue a dormir.
Hermione se levantó despotricando contra el sol. Le dolía un poquito la cabeza, pensó que era una reacción normal, por el matrimonio. Se desperezó y caminó hasta el armario. Lo abrió, sacó el vestido y lo observó unos segundos en sus manos. Era tan bonito, demasiado para una ocasión donde más adecuado sería vestir de viuda...
Lo dejó sobre una silla y tomó la bata, saliendo de la pieza. Se encontró con Harry en boxers y camiseta sin mangas saliendo del baño.
"Te levantaste temprano, chico exhibicionista"
"¿Temprano? Son las diez y treinta. ¿Vas a ocupar el baño?"
"Sí, y dónde está Ginny?"
"Me parece que salió a buscar su vestido a la tintorería"
"Su vestido es nuevo" dijo Hermione, alzando una ceja.
"Entonces no sé, no la he visto" Harry se escapaba hacia su habitación.
"¿Se pelearon de nuevo?" preguntó, abriendo la puerta.
Harry hizo un gesto de 'olvídalo' con la mano y se encerró. Hermione alzó los hombros rápidamente y entró al baño.
Ella sólo comió una manzana de desayuno, entre que se peinaba y se alisaba el pelo. Harry se puso a ver monitos animados en la TV y ni saludó a Ginny cuando ésta llegó por la puerta principal, cargada de bolsas y con un peinado muy vistoso.
"¿Cuántas horas llevas peleando con tu cabello?"
"Dos. ¿Fuiste a la peluquería?"
"Sí, y pasé a comprar algo de comida. ¿Todavía no hay almuerzo?"
"Pregúntale a Harry"
"Paso" respondió Ginny, sentándose sobre su cama y mirando todo el proceso de peinarse de Hermione.
Mientras tanto sacó su vestido nuevo y se lo mostró. Era verde manzana, sin mangas y con caída de vestido de princesa, hasta el suelo.
"¿Cuánto te costó?"
"Digamos que bastante. Al menos me ahorré zapatos y bolsito, porque ya tengo. ¿Tu vestido?"
"En mi cuarto"
"¿Lo traigo?"
"No, gracias. Me vestiré después" Ahora andaba con buzo deportivo.
"Bueno. ¿Hermione?"
"Dime"
"¿Harry no te ha dicho... nada?"
Hermione se detuvo y giró su cabeza hacia ella.
"¿Nada de qué?"
"¿Nada de...? Eh, bien. Pues... si está enojado conmigo. ¿No te ha comentado nada?"
"¿Y qué se supone debió haber dicho?" Se volteó completa, aliviada en todo caso porque no se refería a...
"Pues... ¿Algún comentario indigno contra mí?" Se apuntó Ginny, e hizo una mueca de disgusto.
"De poder no lo hizo, creo que no quería discutir nada"
"Oh" Suspiró serenada. "¿Te falta mucho?"
"Sólo un poco, unos minutos. Espero..." susurró Hermione, volviendo a su cabello. "Me voy a permitir darte un consejo, amiga"
Ginny, que empezaba a abrir un paquetito de galletas saladas, se detuvo y miró hacia arriba.
"No seas tontita y no dejes que una estúpida pelea te separe de quien quieres" Ginny volvió a mirar sus galletas, pensando. "El afecto es algo que se gana con muchísimo esfuerzo, pero se puede perder así" hizo sonar sus dedos "de fácil. No sé por cuál motivo se habrán peleado Harry y tú, pero estoy segura de que se puede resolver bien, antes de que sea demasiado tarde. Lo digo porque lo sé, y el sufrimiento es algo gratuito que nadie desea. Hazme un favor a mí; ve, habla con él y solucionen sus asuntos. Más tarde me lo vas a agradecer"
Ginny volvió a mirar a Hermione -quien se repasaba con crema los últimos mechones de cabello- y se dio cuenta de que era cierto. Los pequeños conflictos hay que solucionarlos antes de que se acumulen y no se pueda volver atrás. Se puso de pie, agitó las manos y movió el cuello para liberar tensiones, y salió de su habitación, directo a la salita.
"Harry" dijo con firmeza, y antes de que él respondiera tomó el control de la mesita y apagó la TV.
"¡Hey, qué onda!" exclamó, mirándola ceñudo.
"Hay que hablar" Se sentó junto a él.
"¿Sobre qué?" Harry se acomodó en el sofá para quedar de frente a ella. Aún seguía algo enojado.
"Mira" Bajó la vista a sus manos. "Sé que te contesté mal anoche, y quiero disculparme por eso" Lo volvió a mirar. Al menos, Harry había relajado el ceño. "Pero, el gran pero dice que lo que tú propones es un tema delicado, me sigues?" Harry asintió. "Y no quiero que me sigas presionando..."
"No es tema que te presione, sólo quiero saber hasta cuándo vamos a seguir ocultándolo! Yo te quiero, Ginny" Le tomó las manos. "y necesito una buena explicación de tu parte. Creo que no podemos seguir así"
"¿Cómo?"
"¿Qué tienes en contra de un compromiso formal? Quiero decir... puedes tener trabas familiares y todo, pero más bien parte de ti. ¿No quieres que seamos novios?" Harry hizo la pregunta más retóricamente que esperando una respuesta, y justo en ese momento sonó el timbre. "Voy a abrir" La soltó, se levantó y fue a abrir la puerta.
Era un repartidor de pizza con una caja en las manos. Harry sacó su billetera del bolsillo trasero y le pagó. El repartidor le entregó la caja y se fue, cerró la puerta y yendo a la cocina gritó:
"¡Llegó el almuerzo!"
Ginny se puso de pie negando con la cabeza y fue también a la cocina, donde Harry ponía la caja en medio de la mesa redonda, la abrió y sacó un trozo, tomando asiento. Ginny se sentó cruzada de brazos.
"Harry, no lo entiendes? Vamos muy rápido. Apenas llevamos una semana o algo más saliendo y ya quieres..."
"¿Pizza?" Hermione entró a la cocina, amarrando su cabello con un pañuelo. "¡Se suponía que tenías que cocinar!" Se sentó y también sacó un trozo de pizza, pero cuando se lo llevaba a la boca notó la mirada de odio que Ginny le lanzaba a Harry. "Perdón" Se detuvo. "¿Interrumpí algo?"
"Déjalo" respondió Ginny, negando con la cabeza otra vez.
Pero Harry terminó su trozo, tomó un trago de jugo y dijo:
"Ella está un poco irritable, Hermione. No le hagas caso"
"¿A ver, perdón?" alzó la voz Ginny, mirando con el ceño fruncido a Harry. "¿No será que gracias a ti el día haya comenzado pésimo?"
"No tienes para qué enojarte"
"Ya, basta. Deténganse un segundo. ¿Pueden discutir después, por favor, cuando terminemos de almorzar?
Ambos se quedaron callados. Siguieron comiendo en completo silencio hasta que la pizza se acabó y Hermione y Ginny se fueron para la habitación de esta última y Harry a la suya.
Cuando Hermione cerró la puerta después de entrar miró acusadoramente a su amiga.
"¿No escuchaste nada de lo que te dije?"
"Él no entiende, no es mi culpa. ¿Qué más puedo hacer?"
"Uff, vale. Dejémoslo hasta ahí. Tenemos el gran evento" marcó las dos últimas palabras "encima de nosotros y no hay que estar tensos"
"Hay algo que creo no haberte dicho" dijo Ginny, poniendo cara de culpabilidad. "Con Harry tenemos que llegar antes... por bueno, soy la dama de honor y... ya sabes"
"Ah, no hay problema. Mira..."
Hermione se soltó el cabello, dejando caer como una cascada el liso sobre los hombros. Ginny abrió mucho los ojos y sonrió.
"¡Lindo!"
Pasó el tiempo. Eran quince para las tres cuando ambas se encontraban listas y salieron al pasillo. Harry estaba ya listo mirando fútbol en la TV. Al verlas llegar la apagó y se puso de pie, y al parecer todo el enojo por Ginny se esfumó en ese segundo. La pelirroja se adelantó unos pasos hacia la puerta, apresurando a Harry con la mirada.
"¿En qué se van?" preguntó Hermione.
"El padre de Clarissa dijo que nos pasaría a recoger" contestó Ginny.
"¿Cómo, tú no vas con nosotros?" le preguntó Harry, extrañado.
"Ben quedó de recogerme antes de las cuatro"
"¿Quién es Ben?" preguntó Harry.
"Un amigo de Hermione" le respondió Ginny, guiñándole un ojo a Hermione y abriendo la puerta. "¡Apura! Ya debe estar esperando"
"¡Adiós!" se despidió Hermione, y cerró la puerta cuando salieron.
Aprovechó que estaba sola y sacó un cigarrillo de la cajetilla que llevaba en la bolsa. Lo encendió y abrió una ventana, mirando el hermoso día.
Ginny y Harry bajaron por el ascensor sin decirse nada. A ella también se le había quitado el enojo, pero como no estaba segura en cuanto a él, prefirió no decir nada. Salieron del edificio y en efecto, una reluciente suburbana del año estaba estacionada frente a las puertas y Ron iba de copiloto. Se subieron.
"Buenas tardes, señor Robinson" saludó Harry.
"Buenas tardes, caballero. Hola hermano" dijo a su vez Ginny.
El auto arrancó y Ron miró hacia atrás.
"¿Dónde está Hermione?" preguntó de inmediato.
Harry y Ginny intercambiaron una mirada de incertidumbre. Ella prefirió cambiar de tema, por si acaso.
"¿No estás nervioso?"
"No, pero..."
"¿Ni un poquito?" preguntó Harry.
"Bueno..." se volteó, mirando hacia el frente otra vez. "Supongo que un poco, sí..."
"¿Te cortaste el cabello?" Esa fue Ginny.
"¿Se nota?" preguntó Ron, llevándose la mano de inmediato a su cabeza.
"No tanto" sonrió Ginny, agradeciendo a Merlín lo vanidoso que podía llegar a ser su hermano.
El auto se detuvo frente a una casa de grandes dimensiones. Un hombre trajeado abrió el portón, y entraron al camino directo a esa mansión.
"¿Quién vive aquí?" preguntó Harry, mirando maravillado el lugar.
"Frankie" respondió Ron, rodando los ojos (cosa que, obviamente, ellos no vieron).
"¿Frankie?" repitió Harry.
"La que no te dejaba tranquilo en la cena del otro día" agregó Ron, riéndose. "Ah, cierto, que ahora quieres con mi hermana"
"¡Ron!" exclamó Ginny, indignada.
Un mayordomo seguido de Frankie, que llevaba un largo abrigo de piel (Ginny pensó que la muy estúpida se ahogaba de calor) se acercaban a la suburbana. El mayordomo abrió la puerta corrediza del auto y Frankie subió, sonriendo.
"Hola a todos ustedes" saludó en general, sentándose al lado derecho de Harry. "Hola, Harry" saludó coquetamente y le dio un beso en la mejilla.
Ginny le lanzó una mirada asesina de segundo grado y Ron, mirando la escenita por el espejo retrovisor, moría de la risa en silencio.
De ahí en adelante el recorrido fue rápido y sin paradas. Llegaron a la casona donde se haría la boda. El padre de Clarissa aparcó en un enorme estacionamiento cubierto al costado de la casa, se bajaron y un sirviente los condujo hasta el patio trasero, donde cada detalle era de lujo.
Ron de un momento a otro se desapareció.
Se había preparado un sector bajo un gigantesco toldo con cientos de sillas tapizadas en blanco, un altar y un piano de cola. En otro sector había muchísimas mesas para alrededor de seis personas cada una con todos los cubiertos y las lozas para el té a disposición, una larga mesa cubierta de una inimaginable variedad de dulces y pasteles, y en medio la torta de bodas, de unos cuatro pisos. Todo esto, decorado con más manteles blancos. Había también un sector vacío al centro de las mesas y en un costado un escenario con instrumentos musicales. Cabe destacar que adornos florales no faltaban y que varios hombres y mujeres con trajes blancos corrían de un lado a otro afinando que todo estuviera OK. En resumen, no se había escatimado en recursos.
"Clarissa está preparándose en uno de los salones de la casa. Sería bueno que ustedes, niñas, fueran a acompañarla"
El padre de Clarissa se dirigía a Frankie y Ginny. Ambas asintieron y caminaron hasta lo que era la entrada trasera de la antigua mansión, sin hablarse. El hombre se fue a hablar con otro tipo un poco más joven que llevaba un block en la mano -de seguro el organizador- dejando solo a Harry. Éste le dio una mirada al cielo despejado y celestísimo, y suspiró. Luego bajó la cabeza y a lo lejos, sentado en una de las sillas bajo el toldo conversando con otro hombre, divisó a Ron. Caminó a paso rápido hasta allí.
La enorme casa, como pudo apreciar Ginny, estaba ostentosamente decorada al estilo barroco. Al poco caminar por el pasillo se les cruzó una sirvienta que les indicó una puerta. Frankie fue hacia ella y la abrió sin más, dando con una lujosa habitación llena de espejos donde a Clarissa terminaban de maquillarla.
En todos los canales no daban más que teleseries con parejas besándose, peleándose, separándose o muriendo. Apagó la TV y se levantó para abrir un poco más la ventana. Ya iba en el tercer cigarrillo y no lograba calmar sus ansias. Hermione miró hacia abajo por la ventana; dos niños se notaban en el parque jugando a la pelota. Felices. De ser la felicidad comprable, ya hubiera invertido una buena parte de su dinero en ella. Es que la necesitaba, pero también sabía que aunque toda la alegría del mundo estuviera en sus manos, de nada valdría si Ronald Weasley no estuviese con ella. Podía sonar muy repetitivo, y aún siendo imposible, no lo podía superar. Porque cuando te enamoras, no es cosa de decir 'Listo, hasta aquí llegó esto y no me acuerdo más'. Tiene toda su dedicación y su tiempo, y viéndolo desde su punto de vista tomarían más de un par de años y un par de amantes para poder hacerlo. En ningún otro momento de su vida había deseado más poder volver en el tiempo y no haberse ido nunca. Eso no quería decir que hubiera tomado la decisión equivocada al irse a Holanda, pero pudo haber... ¿Qué pudo haber hecho? Bueno, ya no importaba, ya no lo había actuado a tiempo. Y su vida era tan poco interesante que sentía no poder pensar en otra cosa.
Continuará...
Un regalito. Ya se lo querían eh? Porque no, no, no, otra vez están flojitos con los reviews y eso saben que no me gusta, pero como soy buena persona les hago el cap más largo igual... El próximo capítulo: La Boda. Narwen Weasley me preguntabas dos capítulos atrás que cuando me voy a Alemania. La respuesta es 5 de Noviembre y por un mes. Jessi Weasley me preguntabas cuántos capítulos más tendrá esto, y respondo que no estoy segura porque ahora pienso pasarlos más largos, pero calculando por el grosor de mi cuaderno no debería pasar de los 20 capis, o sea quedan 6. Rosely preguntabas cuál era la buena parte de la noticia del doctor sobre Hermione, la respuesta es el que ella estaba estable y que mejoraría. Más preguntas? Opiniones y comentarios? Denle a GO, porqué se que allá atrás hay más de 90 personas que casualmente 'se les pasa' ¬¬.
