HADA: Gracias Hada, pero no, la Tierra me escupió a los dos segundos de haberme tragado... creo que soy muy dura de roer - y no tardé a propósito, sino que mi traductora tardó casi seis meses en mandarme los caps. Pero bueno, ya tengo todos y los iré poniendo de a poco... o sea, cuando me de el tiempo. Gracias por tu review!

Elena: Sú, lástima que Hilda tiene un padre tan metiche - pero bueno, ya lo va a agarrar a Sigfried solo MWAHAHA!

Capítulo 08

Sigfried se quedó viendo a la puerta lanzándole una mirada escéptica, estaban encerrados juntos... solos.

Hilda negó con la cabeza suavemente, se sentó en la alfombra que era bastante cómoda, además, estaba cerca de la chimenea.

"¿Te quedarás ahí o prefieres sentarte aquí conmigo?" Preguntó, él estaba como una estatua de hielo, tenía los ojos clavados en la puerta, pero cuando escuchó la voz de la princesa, volteó hacia ella y sonrió, rascándose la nuca, era obvio que estaba bastante nervioso.

"P-pero deberíamos intentar conseguir a alguien que abra la puerta" Dijo aún plantado en el mismo lugar, Hilda suspiró, Sigfried no se lo haría más sencillo.

"Podemos arreglar eso luego, ahora necesitamos hablar, siéntate" Dijo con tono autoritario que parecía ser la única cosa que lograría hacer que él se moviera. Sigfried hizo lo que le ordenaron, pero intentó no estar demasiado cerca de ella, pues eso lo afectaba de manera muy extraña.

"¿De que necesitamos hablar?" Preguntó, sabiendo de antemano la respuesta.

"En primer lugar me gustaría saber lo que opinas de lord Derek" Sigfried la miró sorprendido y suspiró.

"No lo se, no tuve la oportunidad de conocerlo bien... pero era obvio que la estaba cortejando" Respondió, claramente dolido en la última parte. Hilda sonrió y continuó.

"En segundo lugar. ¿Por qué siempre te molestas cuando un hombre se acerca a mi con esas intenciones? No es tu trabajo el asustar a mis pretendientes" Dijo muy seria. Sigfried estaba acorralado, no sabía como contestar sin mostrar sus sentimientos.

"Sé que no es mi trabajo... pero no quiero que ningún hombre la lastime. Eso es todo" Hilda se acercó a él, demasiado para los nervios de Sigfried. Ella tomó su cara entre sus manos, obligándole a mirarla a los ojos.

"En realidad me gustaría encontrar a alguien, ¿sabes? Así que por favor, si tienes algún problema conmigo, quiero que me lo digas en este momento" Dijo, él quito las manos de Hilda de su cara y las sostuvo sobre su pecho.

"No creo que sea un problema, pero yo..." Al fin estaba intentando confesarle lo que sentía, pero justo en ese momento alguien tocó a la puerta.

"Hilda, ¿estás ahí? ¿Por qué cerraste la puerta?" Preguntó Royce, golpeando con más fuerza. Hilda maldijo a su padre por interrumpirla. Sigfried liberó sus manos en un segundo, se paró y ayudó a Hilda a hacerlo también. Hilda caminó hacia la puerta para intentar detener a su padre.

"¡¡Papá! ¡No tengo la llave! Alguien cerró creyendo que estaba vacío. ¡Ve a buscar a la ama de llaves para que abra!" Dijo y su padre desapareció en un segundo, pero había arruinado todos sus esfuerzos, y los de Brigitte.

"Uhm, creo que alguien lo hizo a propósito, tal vez alguien quería jugarnos una broma" Dijo aproximándose a Hilda, ella suspiró y volteó a verlo.

"¿Qué era lo que ibas a decirme?" Preguntó con su tono más inocente. Pero el destino estaba del lado de Sigfried esa noche, y antes de que él pudiera decir nada, el ama de llaves abrió la puerta.

o

Hilda estaba otra vez en su habitación, tenía la cara más aburrida del mundo, además, estaba enojada con su padre, quería tanto que Sigfried le dijera que estaba enamorado de ella, no esas estúpidas excusas que le había dado.

Brigitte entró a la habitación y vio a Hilda en el balcón, su cara lo decía todo.

"Supongo que no funcionó, ¿cierto?" Dijo la criada, Hilda se volteó hacia ella y suspiró dramáticamente.

"¡No es justo! ¡Estaba por decirme algo importante y a mi padre se le ocurre llegar en ese preciso momento! ¡Me siento tan frustrada!" Dijo caminando de un lado a otro de la habitación, como un animal enjaulado. Brigitte negó con la cabeza, esto iba a ser más difícil de lo que creía.

"¿Por qué no intentas ir con él al altar hoy? No a rezar, claro" Le dijo a Hilda, la chica detuvo su frenético andar y asintió, esa era una mejor idea.

Ya en la tarde, Hilda casi arrastró al pobre Sigfried al establo, donde había dos caballos preparados.

"¿A dónde vamos, princesa? Preguntó cansado. Sin responder, ella tomó las riendas de su caballo, Sigfried la imitó, le ayudó a montar y montó él también. Hilda espoleó a su caballo y corrió rápidamente, Sigfried intentó alcanzarla, pero era muy complicado. Ella se detuvo cerca del altar y desmontó, para alivio de Sigfried, que la alcanzó ahí en un momento.

"¿Princesa? ¿Está enojada conmigo, o algo?" Ella volteó a verlo y luego regresó su mirada al horizonte. No iba a hablar. Sigfried frunció el ceño, ella nunca se había comportado así con él, y eso lo preocupaba.

"¡Vamos princesa! ¿Qué es lo que pasa?" Preguntó él, nuevamente sin respuesta. Se estaba enojando también, se acercó a ella y la tomó del hombro para que volteara a verlo.

"¡¡Hilda! ¡¡Por Odín, deja de ignorarme!" Le gritó, ella frunció el ceño, pero al final suspiró.

"¿Ahora me dirás que es lo que te pasa?" Le preguntó tranquilamente. Él quitó sus manos del hombro de Hilda y la miró.

"¡Se que me castigarán por esto, pero no me importa!" Dijo, tomó la cara de Hilda con sus dos manos y la besó con toda la pasión que sentía dentro, era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Al principio Hilda no supo que hacer, sólo atinó a pasar sus brazos alrededor del cuello de Sigfried y lo besó de la misma manera.

Se quedaron así por algún tiempo, besándose y abrazándose, hasta que Hilda se separó un poco para tomar algo de aire. Él la miró sorprendido y sonrió alegremente, Hilda sonrió también y se abrazaron nuevamente.

"Te amo tanto" Susurró él, ella frotó su mejilla contra el pecho de Sigfried y sonrió nuevamente.

"Yo también te amo tonto" Dijo, y lo besó nuevamente.

"Quería decírtelo esta tarde... pero tenía miedo, no quería que me rechazaras" Hilda se sentó en su regazo y lo besó repetidamente en la mejilla.

"Lo sé, ¿por qué crees que coqueteaba con lord Derek? Solo quería que te sintieras celoso, para que así confesaras que me amabas" Dijo bastante orgullosa, Sigfried sonrió, ella pagaría por eso luego.

"¿Qué le diremos al rey? No soy de sangre noble, sólo soy tu guardián" Dijo, ese era su mayor problema. Hilda acarició su cabello y lo pensó un momento.

"¿Sabes? Me importa un bledo, tu serías un mejor rey que cualquier 'sangre noble', además, mi padre quiere que sea feliz y yo no lo sería si tú no estuvieras a mi lado..." Dijo suavemente, Sigfried asintió, él también creía eso.

"Es mejor que regresemos, necesitas estar ahí para la hora de la cena" Dijo tomando a Hilda en brazos, la montó sobre su caballo, tomó las riendas del caballo restante y montó tras la princesa.

"¿Sabes? Se preguntarán porque estoy cabalgando contigo" Dijo acomodándose junto a él.

"¿Te importa?"

"No realmente" Dijo y los dos emprendieron el camino de regreso al castillo.

FIN

Hay un epílogo, así que este no es el capítulo final, espero que les haya gustado la historia hasta ahora.