Capítulo 3: El viaje
-¡Yo no soy amigo tuyo! ¡Lárgate de aquí antes que te despelleje!
-Tranquilízate Mascarita… - dijo Saga – No hay necesidad…
-¡Así se habla Saga! – gritó Seiya – Por eso siempre me caíste bien.
-No hay necesidad que le hagas daño Mascarita… - continuó en caballero de Géminis – No hay necesidad… ¡porque yo mismo los mataré! ¡Explo…! ¡¿Quién me ha detenido!... ¿Shion?
-Así es Saga, cálmate.
-Estoy calmado…- dijo Saga con el cabello totalmente gris y los ojos rojos - ¡Ahora suéltame¡
-Ya veo – dijo el Patriarca - ¿Alguien me puede traer la medicina de este loco?
Entonces Kanon tomo un palo de madera que estaba cerca y… PAMM! justo en la cabeza de su hermanito.
-¡¿Te has vuelto loco! – preguntó Shion
-Esto es más efectivo y más rápido que la medicina… llámalo… remedio familiar jejejeeje
-Si tu lo dices… - comentó Shion – Bueno, ahora bien… - se voltea hacía los caballeros de bronce y esboza una sonrisa – Me pueden explicar… - deja de sonreír - cuarteto de intrometidos bastardos, consentidos de Saori… ¡¿Qué demonios hacen aquí! ¡¿Se les perdió algo! ¡¿La bruja está en peligro!
-Shion… que carácter… ¿dormiste mal anoche? Jajajaja – preguntó Ikki.
-¡Cállate gallina piromaniaca, ¡ya díganme que hacen aquí!
-Nos vamos de vacaciones con ustedes claro está – respondió Hyoga.
-¡Ah no! ¡Eso si que no! ¡Lárguense! – gritaba Shion.
-Jajaja … nos vamos con ustedes y no pueden hacer nada al respecto jajaja – se reía Ikki.
Dos horas más tarde, en un avión…
-No puedo creer que estemos volando hacia Las Vegas… - decía Aioria.
-Por fin unas merecidas vacaciones, era justo – comentaba a su vez Milo.
-¿Creen que fuimos muy severos con los muchachos de bronce? – preguntó Aldebaran.
-Nah…no lo creo… pasaran unas vacaciones muy… ¿cómo decirlo?... refrescantes – respondió Camus.
Mientras, en el Santuario de Athena, 5 caballeros de bronce estaban cada uno encerrado en un ataúd de hielo hechos por Camus, reforzados a su vez de un muro de cristal made by Mu Company.
-¿Cuánto falta para llegar? – preguntó Aioros.
-Mucho… así que deja de preguntar – le dijo Shura.
-Tengo hambre – replicó Aldebaran.
-Tú siempre tienes hambre gordinflón, te aguantas – respondió Kanon.
-¡Yo no soy gordinflón! Tengo los músculos y huesos grandes…
-Ssi claro… - murmuró Afrodita que estaba en la fila de atrás.
-¡Ahora verás! – Aldebaran se levanta de su asiento…
Mensaje del intercomunicador: ding… Señores pasajeros, vamos a pasar por una zona de turbulencia, se les agradece quedarse en sus asientos y abrocharse sus respectivos cinturones de seguridad… ding.
-Señor, le agradezco que se siente… - le ordenó una azafata a Aldebaran.
-Jummm… esta bien… luego me encargo de ese otro…
Entonces, el avión entró en la zona de turbulencia. Se movió hasta más no poder. Pero como caballeros de Athena, supieron mantener la calma, la serenidad, la…
-¡Vamooos a mooriiirrrrr! – gritaba Milo.
-¡Nooooooo! ¡Justo hoy que no me pinte las uñas! ¡No es justoooo! – gritaba también Afrodita.
-Amigos… la muerte no es el fin…- decía Shaka - la muerte es otro paso a … ¡No quiero moriiir! ¡Auxilioooooo!
-¡Soy muy joven para morir! – gritaba Dohko.
-Cric Cric Cric – ni los grillos se oían…
Mensaje del intercomunicador: Ding… Señores pasajeros, la turbulencia a cesado. Le pedimos disculpas por los inconvenientes ocasionados. Por favor, disfruten del resto del viaje… ding
-¡Rayo de Plama!
-Uy… nos quedamos sin intercomunicador… - dijo Camus.
-Aioria exagerado… - replicaba Shura.
Entonces salió una aeromoza, medidas 90-60-90, toda un Miss, no caminó por el pasillo, más bien desfiló.
-Dohko, recoge tu baba – dijo Camus.
-Mi amor… mi ricura… mi cosha peshosha… - decía Milo.
-¿Se les ofrece algo caballeros? – preguntó la azafata.
-Si… todo tu amor mi vida…
-¡Shaka! – gritaron todos.
-¡¿Qué! ¡Soy hombre también!
-Así es… como yo… como todos nosotros... – respondió Afrodita
-Cof Cof Cof – se oyeron ciertos tosidos dispersos.
-Pareciera que nunca hubieran visto a una mujer… cuerda de hienas… - se quejaba Camus.
-¿Y tú deseas algo mi rey? – preguntó la aeromoza mientras acariciaba el cabello de Camus.
-Yo… este…
-Jajajaja como que se derritió el cubito de hielo jajajaja – reían todos.
Mensaje del intercomunicador: Señores pasajeros…
-¿Pero cómo? Si yo… - preguntaba Aioria
Mensaje del intercomunicador: Hay 9 intercomunicadores en este avión, imbecil… como les decía, mis queridos pasajeros, en breves minutos aterrizaremos. Por favor abróchense sus cinturones y coloquen sus asientos en posición vertical, en especial el joven que tiene el asiento reclinado, está en traje de baño y que cree que se está bronceando…
-Jeje… ese soy yo…- reía Dohko
-U.U – todos.
-¿Vieron? Me llamó jovén…
-Sólo vístase… - le dijo Shura.
Cinco minutos después, habían aterrizado. Por fin habían llegado a su destino, por fin la diversión, los hoteles, los casinos, los espectáculos, los…
-¡Todos una fila por acá! Revisión de seguridad…
Continuará…
