Miríada de Miradas
Cap. 4. Venganza.
.-.RON, QUE TIENES?-
Nada, no tengo nada. Lo miro de soslayo y lo encuentro tan perdido como si ni recordara haberse dirigido a mi hace segundos. No entiendo por qué pregunta si los tres estamos acostumbrados a vernos así día tras día y tanta es la costumbre que sabemos que algo anda mal y no preguntamos por pura flojera.
Al menos yo no pregunto porque sé que es lo que anda mal en ellos.
A lo mejor Harry se ha dado cuenta de que algo más anda mal en mí... ¿Algo más anda mal? Imposible. No ha pasado nada tan importante como para desencajarme.
.-.Ron, que tienes?-
O sí?
Mentira! Estoy tan estúpido que pienso que puedo engañarme a mí mismo. Claro que ha pasado algo, no sé si importante, pero no he podido quitar cabeza de él desde que sucedió.
Ahora es la mirada de Hermione la que se posa sobre la mía, pero no me interroga, sabe que si es que no les he contado es por algo y no me quiere forzar. Ojalá sea eso.
Sus ojos enormes se han achicado, están más cansados, menos vivos que antes y sin embargo no deja de mirarnos con tanto.. amor. Sus miradas hace tiempo han dejado de recordarme a las de MacGóngall para convertirse en las de una madre joven y preocupada.
Eh..
Admito que.. que por un tiempo detesté que me mirara ni siquiera como un hermano, si no como a un hijo. No podía soportar que me quisiera tanto y no de la manera en la que yo quería... traté mil veces de hacerle entender que no era su hijo y que no quería que me siguiera viendo así, le insinué que había cambiado, que había madurado, busqué demostrárselo de mil maneras... de pronto, cuando me daba cuenta que nuestros abrazos había dejado de ser lo que eran antes y que se estaban convirtiendo en algo realmente familiar, dejé de abrazarla por un tiempo, dejé de hablarle con cariño, dejé de hacer todo lo que solía... pensaba que la había aburrido o a lo mejor que nos estábamos acostumbrando y eso no era bueno. Nos peleamos mucho más que nunca, buscaba cualquier pretexto para gritarle y alejarme, para hacerla sentir celosa, quería verla celosa.. pensaba que a lo mejor lejos de mi se iba a dar cuenta de que estaba enamorada y de que me necesitaba.
Con el tiempo me di cuenta de que ya no le gustaba y por primera vez fui a pedirle disculpas. El último rezago de esperanza desapareció en el momento en el que me dio un beso en la mejilla y me dijo "No importa Ron, yo entiendo que estamos pasando por tiempos difíciles y es bastante duro concentrarnos en nosotros mismos cuando tenemos tanto de Harry por pensar. No te preocupes, busca un momento para aclarar tus ideas, como yo y te vas a dar cuenta de que algunas preocupaciones son realmente innecesarias".
Palabra por palabra como el gran fanático de recordar decepciones que soy.
No sé cuando mi cerebro empezó a funcionar con tanta prisa pero al instante y mientras la sonrisa más falsa que he hecho se formaba en mi rostro, me di cuenta de que yo era parte de esas preocupaciones realmente innecesarias. En ese momento le di la espalda, mascullando quien sabe que cosas pero maldiciendo el malparido momento en el que se me ocurrió ir a buscarla.
Desde ese momento y por unos cuantos más me dediqué a preguntarme que diablos había pasado en los pocos días que habíamos estado separados, por qué mientras a mi me crecían las ganas por estar junto a ella y me imaginaba que estaba cada vez más cerca el día en el que por fin nos íbamos a besar, a ella yo dejaba de gustarle y me retenía en su corazón, sí, pero como un amigo. Pensé en mil cosas, en que había conocido a un tipo muggle inteligente y la había enamorado, en que Voldemort la había asustado tanto esa vez que prefirió desligarse sentimentalmente de todos para no sufrir una nueva pérdida, en que estaba enamorada de Dean, de Harry, de Neville, hasta de MacGónagall! No podía dejar de ver a quien conversara con ella como presunto culpable de su desamor... hasta que la vi un día responderle sonriente una pregunta a Lavender y como si me acabaran de quitar la venda de un contundente puñetazo supe que el verdadero culpable había sido yo.
Siempre supe que la tenía a mi lado y pensé que siempre iba a estar así. Ella pensó que ya no la quería y que lo más fácil sería dejarme también de querer.
.-.A donde vas?-
.-.A.. caminar-
Me puse de pié de golpe y Harry despertó con el ruido que hice, enfocó sus ojos en mis piernas ahora estiradas y por primera vi al Harry que se suponía debía ser a sus 17.
Sin poderlo evitar, antes de cruzar la puerta miré a Hermione y ella asintió con una sonrisa en los labios, con los ojos brillando tanto como deberían brillar siempre, como de alguien de 17.
Mientras camino por los pasillos, pendejamente más largos, una duda me asalta... más bien es un recordatorio de la persona esta que me ha puesto a pensar. Es mi sentido común que no me deja de repetir que es Luna Lovegood en la que estoy pensando, es la tipa histérica que se asusta con el ulular de las lechuzas y no deja de gritar que la dejen en paz cada vez que una se le acerca, es la que me invitó chicles con sabor a frijoles y cebolla, la que usa pendientes de zanahorias a escala real, es la loca de la que todo el mundo se burla, la que no pierde la oportunidad de hacernos sentir incómodos con sus comentarios (que crudos como son, son la pura verdad), la que usa un enorme sombrero de león que ruge cada vez que voy a jugar quidditch, la que sigue gritando mi nombre hasta cuando dejo entrar una pelota, la que siempre me pregunta primero como estoy, antes de empezar las lecciones de E.D., la que siempre levanta el pulgar cuando hago algo y estoy buscando aprobación, la que captaba mis miradas con algo de pena cada vez que buscaba la de Hermione.
No sé si me gusta o no sé si esté listo para aceptarlo... pero no pienso volver a perderme una oportunidad.
Ahí esta, de espaldas, hablando con un retrato.
A lo mejor ella lo pensó mucho, lo planeó o simplemente se levantó y se propuso no terminar al día hasta hacerlo, tal vez pensó en mi todo el día y en la manera en como acercarse, quizá evaluó pro's y contra's...
...pero yo soy Ronald Weasley, no tengo tiempo para conjeturas.
.-.Luna!-
Recibió lo que merecía, mi venganza. Porque nadie me besa y espera que no haga nada al respecto.
.-.Que pasó?- me pregunta asustada cuando nos separamos, mientras sus ojos enormes se clavan en los míos. A lo mejor ha sido demasiada venganza la que le he dado y por mucho tiempo.
Que pasó? Que la besé, que no la dejé hasta sentir que no podía respirar... por qué? No sé. Porque me gusta, porque la quiero, no sé, porque cada vez que me habla me hace olvidar lo que pasa, porque de pronto me he puesto nervioso junto a ella, porque no quiero que me deje, porque no quiero perder la oportunidad, no sé, pero sé que ha dejado de mirar sorprendida y ha empezado a sonreír. De pronto sé que la estoy abrazando y que no puedo pensar en nada más, que no hay Hermione o Lavender... de pronto sé que los brazos de una demente están rodeando con fuerza mi espalda y que debo estar demente yo también, porque no quiero que me suelte
