N/A: Sólo un par de cosillas: como la Sra. Takahashi aún no dice como se llama la mamá de Kagome, quise ponerle un nombre para no tener que llamarla 'mamá de Kagome' o 'Sra. Higurashi', pero mi musa de nombres se fue y no la encuentro... ¬¬... así que bueno, así es la vida, no le puse nombre... ignoradme. Si este fic merece ser alabado, me dicen, y si merece ser quemado y borrado de la memoria de la humanidad, también me dicen: prometo que no les va a doler.

En fin, Inuyasha y todos los personajes relacionados al manga pertenecen a Rumiko Takahashi y a toda aquella empresa que haya pagado por los derechos de autor, entre los cuales, NO me incluyo...

... Y No, no estoy ganando dinero con esto.

"Mamá Aprehensiva."

Inuyasha entró a la habitación de Kagome, dispuesto a llevársela a su lado del pozo, sin importar nada, ni siquiera la triste perspectiva de una espalda muy adolorida y que no lo dejaría dormir bien durante varias noches: era mucho tiempo desperdiciado y un par de 'sits' valían la pena... pero, Kagome no estaba allí. Buscó a su alrededor y olfateó el aire. Su aroma lo rodeaba, obvio, era su habitación, pero era viejo por algunas horas. De pronto, oyó algo justo afuera, como si alguien se hubiese tropezado y tirado algo al suelo.

Olvidando toda precaución (o mucha curiosidad), abrió la puerta repentinamente. Frente a él, la Sra. Higurashi, quien recogía un montón de fotos, libros y cajas del suelo, chilló tan fuerte como le fue posible en cuanto le vio.

KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!"

"¡Tranquila, Señora, Soy Yo¡Cálmese!" Dijo Inuyasha, tratando de calmarla, al tiempo que movía sus manos frenéticamente. Se sentó en el suelo cuando dejó de gritar. "¡Ahora sé de quien heredó Kagome sus pulmones!" Dijo con cuidado.

Por experiencia, sabía mejor que nadie, incluso mejor que Kagome, que no era buena idea asustar a la Sra. Higurashi. Además, y por alguna extraña razón, prefería tenerla como aliado... no podía explicarlo, pero sentía que era lo correcto.

"¡Por Kami, Inuyasha¿NO sabes que puedes matar a una persona así?" Lo regañó bastante molesta. "¿Qué estás haciendo aquí¿Ya te vas a llevar a Kagome de su casa otra vez?... ¡Argh¡No sé ni para qué te pregunto si ya sé que a eso vienes!"

"Feh... entonces¿Dónde está esa hija suya?"

"En el colegio, como debe ser¿dónde más?" Dijo la Sra. Higurashi, aún medio enojada. Ella volvió a recoger cosas del suelo, e Inuyasha aprovechó la ocasión para acercársele.

"¿Qué tiene ese lugar de especial? Kagome siempre me deja solito para ir allá y realmente no le veo el chiste a ese lugar." Dijo al aire, mientras recogía una fotografía. "¿Quiénes son ellos?" Preguntó inocentemente; a la Sra. Higurashi le cambió la cara por completo y olvidó de pronto todo el mal humor.

"¿Te gusta esa fotografía?" Preguntó llena de alegría. "Esa es mi Kagome, creo que tenía un par de horas de vida. Y el señor que la sostiene... era su papá." La cara de la mujer se suavizó mucho. Tomó la fotografía de las manos de Inuyasha y la miró tiernamente. "¿Puedo hacerte una pregunta, Inuyasha-kun?"

"Si eso la hace feliz..." Contestó Inuyasha sin ponerle mucha atención... la verdad es que estaba más distraído mirando lo linda que Kagome había sido de bebé. "Me pregunto si sus cachorritos serán así de bonitos." Pensó de pronto.

"Me hará feliz." Dijo la Sra. Higurashi, no muy contenta ante el distraimiento de Inuyasha. "¿Puedo hacerte la pregunta o no?"

"Mande." Dijo Inuyasha, aterrizando otra vez. La Sra. Higurashi se puso de pie, con un montón de cosas en sus brazos. El Hanyou la imitó y se encontró con que de pronto, la mamá de Kagome lo miraba directo a los ojos.

"Cada vez que mi niñita cruza por el pozo hacia tu tiempo, quizás porque has venido por ella o por su propia voluntad de ir… bueno… yo… me pongo muy ansiosa." Comenzó la Sra. Higurashi. "Verás, yo quiero que mi niña cumpla sus sueños, y que haga muchas cosas buenas en su vida, me ha contado cosas muy bellas y hermosas de ese lugar, pero… No sé que tan peligroso pueda ser allá donde va, y siempre me cuenta cosas horribles y peligrosas cuando vuelve… mira, siempre sido muy aprehensiva con mis niños, sobretodo después de..."

"¿Después de qué?" Interrumpió Inuyasha algo inquieto. La Sra. Higurashi se mordió el labio.

"En tu tiempo... ella ¿corre riesgos?"

Esa pregunta por poco hace que Inuyasha cayera al suelo. ¿Cómo se supone que eso debe responderse?

"Feh… bueno… si me pregunta, Kagome grita tan fuerte como Ud. señora." Dijo intentando animarla en algo, usando las mejores palabras que se le ocurrieron. La Sra. Higurashi se sonrojó un poco. "Mis orejas saben que digo la verdad."

"¿Y eso que tiene que ver con mi pregunta, jovencito?"

"Siempre la estoy cuidando, Nunca Permitiré Que Algo Malo Le Ocurra, no me lo perdonaría… Er… digo… ¡TODOS la cuidamos MUY bien¡NO Sólo Yo: no se preocupe más por Kagome-chan." Sentenció finalmente el Hanyou.

"Eso es cierto, Kagome siempre me dice lo mismo." Comentó la Sra. Higurashi al cabo de un rato, luego sonrió traviesamente. "Y también me ha dicho lo dispuesto que estás ahí para rescatarla… de youkais peligrosos que siempre quieren secuestrar a mi niña." Añadió con dulzura. Inuyasha se pasó una mano por detrás del cuello, algo avergonzado... por supuesto, su expresión se endureció en cosa de segundos.

"Cierto... Pero Kagome Siempre Tiene Toda La Culpa Por Meterse En Problemas¡¡NO se queda donde le digo y Siempre Se Está Metiendo En El Camino De Todo¡Y Claro...!."

"Veo que te preocupas muchísimo por ella. Es bastante obvios que la quieres mucho." Le interrumpió la Sra. Higurashi sonriendo. Nuestro Hanyou favorito se puso rojo como tomate, sin saber si sentir alegría o rabia.

¡Ah! El Amor...

"¡NO es VERDAD!" Exclamó alzando la voz. "¡No La Quiero¡El Único Interés Que Tengo En Ella Es Que Puede Sentir Los Malditos Pedazos De La Joya Shikon!" La mamá de Kagome lo ignoró olímpicamente y comenzó a peinarle el flequillo.

"Seguro." Le dijo maternalmente, con una cierta nota de ironía. "Ella te quiere mucho a ti¿sabías, Te ama mucho y se preocupa a rabiar por ti... quizás por eso se pone en el camino de todo." Dijo con misterio. "Aunque se vea peligroso."

"¿En serio?" Preguntó Inuyasha involuntariamente. "¡Argh! Este… ¡NO ME IMPORTA! ¿A quien podría importarle?" Se corrigió en vano.

"Quisiera pedirte un favor, jovencito." Dijo la mamá de Kagome con suavidad. "No la trates mal, te ama mucho y su corazón es muy frágil, igual que el mío: Kagome es muy sensible, sabes, y como mamá que soy, me doy cuenta que mi niña daría su vida por verte feliz, créeme en lo que te digo… y por favor… No te trates mal tampoco, no seas tan orgulloso: no hay nada de malo en querer a alguien. Intenta escuchar tu corazón."

Inuyasha asintió sin haber comprendido ni la mitad de lo que la mamá de Kagome acababa de decir (Bueno… la verdad entendió, pero digamos la parte conciente de su mente decidió dejar el 'memo' a un lado para poder meditarlo después), y mientras asentía con la cabeza, decidió que a partir de ese día en adelante, todas las mujeres Higurashi eran MUY extrañas. ¡Hombres!

"Supongo." Respondió Inuyasha aún algo confundido. De pronto, y sin previo aviso o tiempo de meditar en las palabras de la mamá de Kagome, todo lo que estaba tirado en el suelo apareció casi por arte de magia en sus brazos. "¡HEY!"

"Ahora jovencito: sé algo útil en la vida y ayúdame con estas cajas. Sígueme… a propósito." La mamá de Kagome se detuvo en seco y se le acercó con cara de súbita preocupación. "¿Estás comiendo como Kami manda¿Te estás alimentando bien?" Le preguntó, tocándole la frente.

"Sí… ¿por?" Preguntó Inuyasha algo confundido.

":angustia de madre: Te ves muy delgado... ¡Ay Kami¡Mírate¡Estás muy Pálido¡¡Tú NO Estás Comiendo Bien! Pero Claro, con toda esa comida chatarra que Kagome se lleva eso no me sorprende… ¡Podrías estar necesitando vitaminas en este momento!" Declaró la Sra. Higurashi mientras se aseguraba que Inuyasha no estuviera enfermo. A nuestro Hanyou gruñón le habría encantado hacer algo al respecto, pero… tenía las manos ocupadas :u.u:. "Suficiente: A partir de hoy, Kagome se lleva comida saludable, nutritiva y balanceada o me cambio el nombre. ¿Desayunaste algo¿Algo nutritivo, como un vaso de leche¡Esa Niña Me Va A Escuchar¡Por Kami Sama¡¡Estás TAN Pálido¿Seguro no te duele la cabeza, mi niño?"

SOY PÁLIDO! Oyaji era un Inu-Taiyoukai BLANCO." Protestó Inuyasha algo confundido ante ese despliegue de maternidad del cuál hacía años que no era víctima. La Sra. Higurashi lo agarró de una oreja y lo arrastró a la cocina, con todo el montón de cosas que tenía en los brazos. "¡HEY!" Protestó de nuevo, en vano. "Ahora me explico muchas cosas." Pensó.

"¡Nada¡Estos niños de hoy en día, no saben como comer! Ahora mismo podrás estar enfermo y necesitando Kami sabe qué proteínas: Vas a Almorzar aquí Y NO vas a ir a ningún lado hasta que TE ACABES TODA LA COMIDA. ¡Y Vas A Estar De Acuerdo¡¡Y No Te Vas A Escapar A Tu Tiempo!... AY KAMI. ¿Cuándo Fue La Última Vez Que Te Lavaste Las Orejas¡Aaayyyy¡Mira Esa Mugre en Tu Cuello¡Esto Sí Que No¡Primero Tomas Un Baño!"

PERO…!"

NADA DE PEROS! Si nadie les pone atención a como comen estos niños, podrían caer muertos por desnutrición en cualquier momento…"

Fin.

Por

Misao-CG

PS: Por si acaso... las oraciones escritas así son pensamientos.

Sólo Por Si Acaso.

Oyaji: Forma despectiva de dirigirse al padre de uno.