NOTA: esta historia debe tener unas aclaraciones.

1º: Kuno y Ranma se supone que tienen la misma edad, Kodachi un año menos, para hacerse una idea. Nabiki un años más que Ranma y Kuno, aunque Kuno nació más cerca de Nabiki que de Ranma.

2º: Por si alguien no lo ha notado, adoro a Kasumi, me parece dulce, pero en este fic tomará más relevancia. Será uno de los personajes secundarios principales, pore así decirlo.

3º: Tasuke es primo de Sazuke. Físicamente son iguales, de comportamiento son iguales. Son clones. Es que no quería pensar demasiado. Además, el nombre lo he escogido parecido y todo…

4º: Akane puede parecer mala, pero no lo es. Sólo está frustrada ligeramente. (o no tan ligeramente) y teniendo en cuenta su carácter, es normal que en ocasiones responda así. Pero no penséis que la odio ni nada por el estilo. De hecho, me parezco bastante a ella menos por las artes marciales. También cocino igual de mal, excepto en lo que a dulces se refiere. No creo que haya nadie que pueda decir que mis pastas, mis bollos y mis tartas no son estupendos. Jejejeje.

5º: la línea temporal irá según el curso académico. Es decir, cuando ponga: octubre, año dos, significa que es el octubre del segundo año que estén en la universidad.

WARNING: esta historia, aunque en un principio no lo parezca, en los últimos capítulos (pero muy últimos, eh), se derivará a un ligero shounen-ai, pero no hay de qué preocuparse, hasta casi el final no se aprecia.

AGRADECIMIENTOS: Davinci. Gracias por animarme a publicarlo. Aunque no esté tan contenta de éste como del primero.

"texto" pensamientos

Textodiálogo

(…) ó (N/A: …)notas de autor, paridas varias mías.

Y ahora sí… ¡la historia!


Capítulo 1


Miró hacia arriba, sonriendo. La Luna Llena. La Hermosa Luna Llena. Adoraba observar la luna desde el tejado del dojo, simplemente, mirarla y sonreír a la imagen. Reflexionar sobre su vida, sobre sus amigos, sobre sus problemas, sobre todo. Tranquilo y en paz. Las bellas noches de Luna contemplada mientras analizaba su vida eran su refugio. Odiaba cuando Akane, Kodachi, Shampoo, Mousse, su padre, o cualquiera violaban su refugio. Nadie entendía que necesitaba esos momentos de paz en los que no era juzgado. Simplemente, serenidad, silencio, paz, tranquilidad, reposo, suspiros silenciosos, y las tiritantes estrellas sobre él. Exhaló un suspiro. Odiaba su vida, sus miles de prometidas, los miles de chicos celosos de sus miles de prometidas, el hecho de que todos le odiasen – sí, porque todos le odiaban – le atosigaba. Ahora iría a la universidad, y no quería pensar en que ninguna de las locas que le perseguían llegara hasta allí. Él quería ser abogado. Ser un gran abogado. Su sueño… Adoraba las artes marciales, iría a la Todai (de las mejores universidades japonesas) gracias a una beca debido a sus logros deportivos. Aunque nunca había sido buen estudiante, debido sobre todo a que nunca tuvo casa fija ni se escolarizó, de sus numerosos viajes aprendió mucho: idiomas, costumbres, apertura de ideas. Y cuando decidió ser abogado, tras otra infructuosa búsqueda para su cura, lo decidió. Sería el mejor. No importaba el esfuerzo. Y lo había conseguido, Takewaki Kuno y él tenían las notas más elevadas del instituto Furinkan. Tatewaki Kuno podía ser un pervertido imbécil, pero tenía una memoria prodigiosa. Y una capacidad de razonar fuera de lo común (excepto para lo que chicas se refiere).

Por otro lado, nunca obtendría la cura para su maldición. Tras un viaje, el verano del año pasado, adonde Ryoga había conseguido curarse, le habían explicado la verdad: al año y medio exacto, la transformación era permanente, y Ryoga se había curado al año y 4 meses, y teniendo en cuenta su sentido de la orientación… Tardó tres en llegar a Nerima. Un mes tarde. Un mes y su vida se resquebrajó. Pero al menos sería abogado, pensó. Nadie, ni una estúpida maldición, arruinarían su maravilloso sueño.

Akane se acercó a donde yacía Ranma mirando la Luna. Ranma quiso lanzarla al estanque donde ella le lanzaba siempre. Irrumpiendo en su espacio personal, en su refugio. ¡Y se había sentado!

Ranma… - empezó dubitativa la joven.

– ¿Qué quieres Akane?

Pensaba… Te irás a Tokio en una semana.

Sí.

– Te echaré de menos, baka. – se puso totalmente incandescente.

Ranma la miró y le sonrió.

Yo también Akane. Ahora ¿quién me lanzará a un estanque para impedir que pase cinco horas seguidas en mi verdadero cuerpo?

Akane le miró.

¿Nunca puedes ser romántico? No te voy a ver en tres meses, hasta Navidad.

No me echarás de menos. ¿Por qué no sales con Ryoga?

Finalmente, Ryoga se estableció en Nerima, y su sentido de la orientación mejoró un poco. Mientras no saliera de la cuidad, no se perdería.

¡IDIOTA! – Akane le lanzó al estanque del jardín y suspiró.

Ranma, convertido en chica, salió del agua y se fue a quitar la ropa empapada, sin decir nada ni protestar. Eran las tres de la mañana, no era plan de montar un espectáculo a esas horas…

A la mañana siguiente, Kasumi le recibió con su sonrisa de todas las mañanas.

Hola, Ranma. No has dormido demasiado¿no?

No, Kasumi, tuve ciertos problemas.

Toma, tu arroz.

Gracias, qué haré yo sin ti en la universidad…

Echar de menos mi comida…

¡Exacto! Jejeje

Soun y Genma, en su forma panda, se sentaron a la mesa y empezaron a comer, Nabiki igual, ella estudiaba en la universidad local, así que no se había ido de casa. Akane también estudiaría ciencias del deporte en la universidad local, su nota no daba como para ir a la todai como Ranma.

Gracias Kasumi. – Ranma se incorporó, y decidió ir arreglando unos asuntillos antes de irse.

Por ejemplo, romper con TODAS sus prometidas (cuyo número había crecido esos dos años, gracias a las maravillosas ideas de su padre) y evitar así que le siguieran a Tokio. La única persona que toleraría sería a Ryoga, ahora que no le atacaba porque no tenía necesidad (le había dicho que invitara a Akane, que él no la quería, tantas veces, que al final lo entendió) y a Kasumi, la que consideraba como una suplente a la inexistente madre que había tenido. Sí, echaría de menos a Kasumi. Los okonomiyakis de Ukyo también, pero ahora ella estaba feliz junto a Mousse… Eran la pareja perfecta. Extraña tal vez, pero perfecta.

Fue asaltado por Kodachi, la Rosa Negra, la más petulante de todas sus prometidas.

¡Ranma, amor mío!

Kodachi, quítame el lazo de gimnasta de alrededor del cuerpo – siseó fríamente, hasta Kodachi se sorprendió, y lo retiró. Suspieró, habló largamente sobre sus sentimientos y concluyó – Mira, yo no te amo, y no te podré amar nunca. Deberías buscar a alguien más adecuado para ti. Alguien que pueda quererte y entenderte. Alguien que no sea yo. Perdóname. – espetó inmediatamente y a bocajarro, sin respirar en todo el discurso.

Kodachi observó el talante serio de Ranma. Y supo que ya no habría nada qué hacer, así que se fue corriendo, llorando.

Ranma empezó a sentirse mal. Esto es por lo que lo hacía una semana antes, para intentar alejar ese sabor agridulce y empezar con buen pie su nueva vida.

Caminó silenciosamente hasta el restaurante de Shampoo.

Hola, nietecito.

Buenos días, Cologne. Quisiera hablar con Shampoo.

¡Ranma! – una chica de pelo azul se colgó de su cuello. Ranma la retiró con suavidad, pero con firmeza, y le explicó en chino, para que entendiera perfectamente, lo que pretendía decirle. Shampoo comprendió, le dio un beso en la mejilla, y se retiró al interior, llorando.

Cologne, cuide de ella, por favor – pidió Ranma a la anciana.

Descuida Ranma. Entiendo que no quieras que esté en tu nueva vida.

Sólo espero que no me odie. Llevo años intentando que me entienda, pero simplemente, se negaba. Pero…

No, has sido delicado, Shampoo ha entendido. Ve Ranma, y que tengas suerte con tu nueva vida.

Gracias, Cologne. Por favor, cuide de ella. Espero verlas en Navidad.

Adiós – la anciana hizo ondear su bastón en el aire y penetró en el restaurante a consolar a su desolada nietecita.

Ranma suspiró. Sólo llevaba dos y ya se sentía como la escoria del Universo.

Estuvo todo el día destrozando corazones. Finalmente, se echó un cubo de agua fría encima.

Ahora, los hombres. Odio mi vida – suspiró.

Ranma se despidió de dos chicos que siempre la invitaban a helado, a veces se pasaban por el dojo con la esperanza de verla y eran muy amables con ella. Lo sintió por ellos, puesto que en el fondo eran buenos chicos y le trataban con respeto, lo que no mostraba nadie por él.

Finalmente, uno de los días más largos de su vida acabó con Ranma llorando sobre la almohada, sintiéndose como basura. Basura, impuro, sucio, todo eso era él. Y desgraciado. Por haber hecho infelices a tantas personas en sólo unas horas. Era idiota. Y un desconsiderado, romper tantos corazones en un solo día…

Una semana después, en el aeropuerto.

Adiós, Soun, gracias por mantenerme todo este tiempo. – abrazó a Soun, quien lloraba a moco tendido.

Un panda sacó un cartelito "Te quiero hijo" Le dio la vuelta. "Vuelve pronto"

Ranma abrazó al panda, después a Nabiki, quien susurró a su oído.

¿No podrías quedarte un poco más? Eres mi principal fuente de ingresos.

Ranma rió un poco y respondió:

Yo también te voy a echar de menos, Nabiki Tendo.

Se despidió de Akane con un abrazo. De Kasumi con otro. Finalmente, Ryoga, Ukyo y Mousse habían venido a despedirle. Abrazó a todos.

Os voy a echar de menos.

– ¡Feh¡Si en nada estarás aquí! Yo me tiraba más tiempo perdido por las montañas europeas… - intentó consolarle Ryoga, con una triste sonrisa.

Baka, no te librarás de mí. Te llamaré a las tres de la mañana sólo para despertarte JUAJUAJUAJAUAJUAJUA – rió Ranma, y abrazó a uno de sus mejores amigos.

La voz mecánica de una señorita resonó por toda la sala de espera.

"El avión destino Tokio despegará dentro de 10 minutos. Por favor, embarquen sus equipajes. The plane to Tokio is leaving in 10 minutes. Please…"

Ranma despidió a todos y se subió al avión. Tratando de no llorar. Tarea imposible, realmente.

Detrás de él oyó un sollozo contenido, la voz le resultaba familiar…

Se puso de rodillas sobre su asiento, mirando hacia atrás y descubrió a Tatewaki Kuno sin sus prendas de practicante de kendo, simplemente vestido como un chico normal. Ranma pensó que se veía mejor así, menos serio.

Oye, Kuno¿por qué lloras?

Por la misma razón que tú, monstruo Saotome.

Kuno se levantó y le imploró muy educadamente a la señora que se sentaba al lado de Ranma si le importaba intercambiar con él sus asientos, para poder hablar mejor con su amigo. La señora accedió amablemente cuando Kuno sacó un ramo de rosas rojas de sólo-dios-sabe-donde y se lo entregó.

¿Qué le has hecho a mi hermana? – amenazó, acercándose peligrosamente a Ranma, quien retrocedió hasta que su espalda chocó contra la ventanilla.

¿Yo? Nada…

Lleva una semana llorando y ni siquiera le ha pegado a Sazuke. Exijo saber qué le hiciste. Como mi hermana esté sufriendo por ti, te juro que te mataré. Nadie toca a mi hermana.

Ranma tragó el nudo de su garganta, Kuno era extremadamente protector con Kodachi, desde que se hizo cargo de ella cuando se quedaron solos, de niños. Además, el rostro de Kuno estaba realmente cerca, y se sonrojó al recordar cuántas veces había intentado besarle Kuno.

Lo siento, yo pretendía evitar que sufriera más, llevo dos años intentando explicarle que…

Sí, lo sé, pero… - Kuno tenía la voz más fría que Ranma había oído nunca.

Le expliqué que no podría amarla nunca. Y pareció entenderme. Pero siento mucho haberla hecho sufrir, Kuno, de verdad. Yo no quiero dejar cabos sueltos en Nerima.

Kuno reflexionó breves instantes y finalmente, asintió.

En el fondo, tú nunca le diste esperanzas. No tengo por qué culparte. Sería pueril por mi parte.

Ranma respiró mientras Kuno se sentaba correctamente en su asiento.

Lo siento de veras. Por cierto¿qué haces aquí?

Voy a estudiar en la todai.

¡Yo también¡Derecho!

Al igual que yo. Parece que estamos condenados a encontrarnos.

Ranma sonrió ante la ocurrencia de Kuno, parecía hasta agradable.

¿Y dónde piensas vivir, Kuno?

Mi familia tiene una mansión cerca de allí, a unos veinte minutos a pie. Viviré allí.

Ranma asintió.

¿Y tú, Saotome?

Vengo antes para buscar alojamiento. Un piso compartido, una residencia, no tengo mucho dinero, a diferencia de ti. Vengo becado por nota y deportes, la matrícula es gratis mientras mantenga un nivel de notas elevado y practique arte marciales, pero el alojamiento y manutención me lo tengo que pagar yo. Y no tendré tampoco demasiado tiempo para trabajar, con las clases, los deportes, y estudiar.

Kuno sintió lástima por Ranma, si se lo tenía que pagar todo él. – Obviamente, si su padre no trabajaba y Soun tenía dos hijas en la Universidad, otra que tampoco ganaba dinero, y tenía que mantener a Genma además, el dojo requería reparaciones costosas de forma continua…

Dado su talante honorable (N/A: bien, Kuno puede ser idiota, egocéntrico, egoísta e insoportable, pero es un idiota egocéntrico egoísta e insoportable honorable, al menos), sugirió sin pensar.

Puedes quedarte en mi casa hasta que te asientes. Si quieres. – añadió, como quitándole importancia.

Ranma abrió los ojos y, llevándose también de sus impulsos, abrazó a Kuno, provocando que todo el avión los mirara como si fueran bichos raros.

¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!

Aleja tus manos de mí, por favor.

Uy, perdona, no quise incomodarte, Kuno. – se disculpó, desasiéndolo de su abrazo. – Por cierto¿te has dado cuenta de lo incómodos que son estos asientos de avión? – cambió de tema bruscamente, arrancando una sonrisa al interlocutor.

El resto del viaje hablaron sobre la Todai y sus expectativas de futuro, ambos sorprendidos gratamente del hecho de que podían mantener una conversación "normal" y hasta agradable con el otro.

Por fin, llegaron a Tokio, donde salió a su encuentro un ninja-sirviente.

¡Sazuke! – Exclamó Ranma alegre – ¿No estabas en Nerima? – el criado le miró extrañamente, pero no respondió.

No, él es Tasuke, primo de Sazuke. También es criado mío.

¿No es su gemelo¿Seguro?

No, pero ven, vamos.

¿El chico de la trenza viene también? – preguntó Tasuke.

Sí, vivirá con nosotros una temporada hasta que encuentre algún sitio.

El criado asintió, y tomó las maletas de ambos. Ranma le detuvo y le quitó las suyas, además de un par de las de Kuno, quien llevaba tres veces más equipaje que Ranma.

Deja que te ayude. No tienes por qué cargar con esto tú solo – Tasuke miró asustado a Ranma. Kuno no dijo nada. – Kuno, ya mismo le estás cogiendo un par de maletas a Tasuke, me parece cruel y poco honorable por tu parte.

Kuno asintió y tomó una maleta, sin saber por qué, no quería que Ranma pensase que era poco honorable, o algo así.

Pero… Es mi trabajo.

No, tu trabajo es ayudarnos, no ser un esclavo explotado. – aseguró Ranma.

Llegaron en coche hasta la mansión. Ranma se quedó con la boca abierta. Era una mansión tradicional japonesa, de grandes dimensiones, parecida a la de Nerima, pero con jardines más extensos.

¿Ranma-sama? – Tasuke se dio cuenta de que el amigo de su señor no se movía, así que le zarandeó suavemente,

Perdona, Tasuke¿qué decías?

Que lleva diez minutos contemplando la fachada de la casa.

Es que nunca he vivido en un lugar tan lujoso. – explicó Ranma sencillamente y sin pudor alguno. Poca gente habría vivido en un lugar tan lujoso.

No es para tanto. – comentó Kuno.

Gracias Kuno, gracias – Ranma asintió mirando al kendoista (N/A¿Se escribe así?) y Kuno interpuso la espada de bambú entre ambos, previendo otro abrazo de oso, que igualmente tuvo que soportar.

Tasuke miró a su amo con duda.

Perdona Kuno, pero estoy tan acostumbrado a que todas mis prometidas me abracen que para mí es algo normal… – se autodisculpó cuando se separó.

Mi hermana a veces me abrazaba… - Kuno añoraba ya a su hermana, lo único que tenía en la vida, pero ella todavía estaba en el instituto (era un año menor, como mínimo) y no podía simplemente traérsela a Tokio.

No pasa nada, yo también añoro a mi padre y a Kasumi.

¿Kasumi Tendo?

Sí, es la única que me trata como a una persona con sentimientos… El resto pensáis que soy un pervertido sin escrúpulos…

Caminó hacia la lujosa y espaciosa habitación que le señaló Kuno, admirando todo a su alrededor.

¡Es fantástica!

Bien, nos veremos para la cena. Adiós, Ranma Saotome.

Ranma cayó en la cuenta de un hecho significativo. ¡Se seguía transformando en la chica pelirroja! Tragó saliva. Tal vez no debería haber aceptado, no quería ni pensar la reacción de Kuno si se enteraba de cierta maldición…

Bajó al comedor, y allí se encontró una mesa abundante. Kuno ya estaba preparado para comer. Tasuke se iba a ir cuando Ranma se hizo un poco a un lado.

Siéntate, Tasuke, come con nosotros.

Pero, señorito Ranma… No puedo.

Claro que puedes – Ranma lo tomó por lo hombros y lo obligó a sentarse, ante la mirada de Kuno, que no sabía qué pensar en ese momento.

Anda, sin miedo, Tasuke.

Tasuke asintió, lágrimas en los ojos, y comió lentamente…

Ranma, al acabar con gran cantidad de comida, se levantó y empezó a juntar platos y a recoger la mesa.

¿Qué haces?

Recojo la mesa – Ranma pensó que Kuno debía de haberse dado un golpe en la cabeza, no lo recordaba tan tonto.

Ya lo veo. ¿Por qué? Está Tasuke.

Es tarde, y hago lo mismo en el dojo. Desde hace tiempo, recojo yo la mesa y friego los platos en agradecimiento a Kasumi. Y no pienso perder la costumbre.

Dicho esto, se levantó y recogió la mesa, sin permitir a Tasuke moverse. Lavó los platos y aseó la cocina. Después barrió la sala donde habían comido y le dio las gracias a los sorprendidos Tasuke y Kuno, antes de retirarse a dormir.

Kuno-sama –empezó Tasuke tímidamente.

– ¿Sí, Tasuke?

Saotome-sama es muy raro. ¿No cree? – esperó un golpe por su insolencia que no vino nunca.

Sí, Tasuke, sí.

Kuno se retiró a su cuarto. Se durmió. A la mañana siguiente, Ranma abrió el grifo de la ducha y ¡oh, maravilla de las maravillas¡No quedaba gas! Se maldijo a sí mismo, ahora como explicaba que él había sido sustituido por la chica de la tranza pelirroja, y que estaba duchándose en el cuarto de un hombre… Dios, no salía de esa, tendría que acabar de ducharse y después deslizarse sin ser visto, hervir agua, gracias a dios, tenían vitrocerámica, y rociarse. Pero Tasuke estaba en la cocina.

Afortunadamente, la furiosa voz de Kuno resonó por el inmenso palacio.

¡Tasuke¡Gas¡Agua caliente!

En menos de cinco minutos, el ninja había salido, comprado y vuelto con una bombona de butano. Ranma respiró aliviado.

En la mesa para comer, estaba sentado Kuno.

Tasuke, siéntate. – le indicó Ranma.

Tasuke miró interrogante a Kuno.

Es un criado.

Es una persona. Y vive con nosotros, y nos hace la vida más fácil, que menos que un poco de respeto por ella. ¿No?

Obligó a sentarse a Tasuke, quien comió finalmente, al no observar resistencia en Kuno. Y Ranma sonrió.


Gracias por haber leído. Os pediría que, si leéis esto, tanto si os gusta como si no, dejéis un rewiew, o la pobre autora pillará una depresión… buaaa. Por cierto, las críticas también son bien recibidas, podéis hacer sugerencias de historia, criticar diálogos, decir si parece muy forzado (que lo está) o si está mal redactado. Cualquier cosa. Gracias anticipadamente


VenusOfHeaven