Sora forcejeaba con todas sus fuerzas ante el agarre apretado al que estaba siendo sometida por parte de Yamato. Antes de entrar por la puerta el joven había escuchado varios murmullos, parecía ser que había una reunión de los altos mandos de la banda. Sora sin apreciar la conversación que se desarrollaba en el interior de la habitación seguía moviéndose escandalosamente, pensando que el "rubio pervertido" quería meterle mano debajo de la camisa negra ajustada que había debajo de su corsé ahora completamente desgarrado. Yamato en un arrebato de impaciencia le tapó la boca y la bloqueó completamente, y con una gélida mirada que emanaba de sus cristalinos ojos y penetraba en los suyos la sostuvo frente suyo.
No hagas ningún ruido si no quieres morir.
La pelirroja dejó de hacer movimiento alguno, no por lo que había susurrado Ishida, que aún así le había provocado un leve estremecimiento, sino porque se había percatado de los murmullos antes inaudibles para ella y que eran el verdadero motivo de que el rubio le mantuviera la boca cerrada, se decidió a escuchar como su compañero, ya que seguramente la conversación sería una información muy valiosa para su misión, aunque la verdad, no soportaba estar sujetada de una forma tan posesiva por el joven, le hacía sentirse como una muñeca de trapo.
Parece ser que los Teenage Wolves están ya de camino hacia la sede, señor.
"Punto importante, así que estos cuatro despreciables chicos se hacen llamar Teenage Wolves, cuando nos hayamos librado de ellos, mandaré a los soldados de Eliseo que les troceen parte por parte" pensó Sora.
Sí señor, deben de estar al caer, ¿hago llamar a la guardia?.
No, de momento no será necesario – una voz mucho más grave y estruendosa que las dos anteriores sonó esta vez, tras la primera frase hizo un leve carraspeo y continuó – dejaremos que Yamato llegue hasta aquí y nos de toda la información de la misión. Según los últimos datos que nos dieron tienen a cuatro chicas provenientes de Eliseo, ese es el factor fundamental, debemos dejarles actuar hasta que nos entreguen a las jóvenes, cuando lo hagan ya no nos serán necesarios. Matadles a todos.
Las facciones blanquecinas de Yamato parecían invisibles del estupor que invadió su rostro. Sora notó al contacto un temblor procedente de todo su cuerpo, sin duda el joven estaba conteniendo la ira. La pelirroja se vio temblando a sí misma cuando escuchó trs una breve pausa la continuación del diálogo.
¿Y las chicas? ¿qué se sabe sobre ellas?.
Tenemos los datos principales, y hay algo que le gustará saber.
Adelante.
Parece ser que no son simples habitantes de Eliseo, dominan también la magia de cada una de las cuatro principales castas de los Exaltados.
Asombroso...
Le mostraré la información en la pantalla.
Unos leves zumbidos invadieron la sala acompañados de un último pitido agudo y molesto.
Miyako Inoue, especialista en informática y electrónica, parece ser el cerebro del grupo, sus conocimientos sobre las dos materias son impresionantes, aunque no es de extrañar habiéndose educado en la Escuela Superior de Eliseo, pertenece a la casta del Cenit.
Interesante... prosigue.
Mimi Tachikawa, tiene grandes habilidades en el uso de armas a distancia y proyectiles, se podría decir que sus conocimientos sobre este tipo de armas son infinitamente superiores a los mayores expertos del mundo, pertenece a la casta del Crepúsculo.
Hikari Yagami – prosiguió la segunda voz – con un increíble talento en cuestión de magia y conjuración, ha sido entrenada por las mejores sacerdotisas de Eliseo y tiene un enorme potencial, pertenece a la casta del Alba.
Sora Takenouchi, superdotada en todo lo referente al uso de armas de cuerpo a cuerpo, de filo y cortantes, parece ser que utiliza técnicas de velocidad ultrarrápida, aunque todavía está en fase de aprendizaje respecto a esto último, pertenece a la casta de la Noche.
Vaya vaya... esas cuatro jovencitas no son moco de pavo.
Señor, ¿qué debemos hacer cuando tengamos a las chicas en nuestro poder?.
Sencillo... debéis preparar la máquina Temporis, dudo que digan una sola palabra por mucho que las torturemos, sin embargo, la tortura mental hará mella en ellas, por muy fuertes que sean físicamente, mentalmente no están preparadas para enfrentarse al mundo exterior, esa máquina conseguirá arrebatarles de su cabeza todos los conocimientos que ellas poseen y que nosotros anhelamos.
¿Y después?.
Sino se vuelven locas acabarán siendo simples cuerpos inertes, las utilizaremos como cobayas para nuestras investigaciones.
A Sora le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo. ¿Así eran lo humanos del mundo exterior?. ¿Así eran los hombres?. Se supone que debía estar preparada para afrontar situaciones como esa o peores, pero dentro de su mente no cabía la sola idea de hacerle a un ser humano semejante cosa. Tenía que huir, tenía que hacerlo a toda costa y alertar a sus amigas del peligro que corrían. Entonces notó que la presión que Yamato había estado ejerciendo sobre ella se desvanecía, pronto ambos cuerpos se separaron y Sora notó la ausencia de calor que emanaba del joven. Con otra expresión fría y distante, el joven le ordenó mantenerse callada. Pronto observó cómo Yamato desnudaba su antebrazo izquierdo de la camisa negra y con la uña del dedo índice de la mano derecha comenzaba a arañar el antebrazo, pequeñas gotas de sangre comenzaron a manar.
"Está... ¿escribiendo?" fue todo lo que Sora atinó a pensar en ese momento.
Tras la extraña acción del rubio, éste se dirigió a la pelirroja agarrándola de la mano.
Debemos escapar de aquí cuanto antes – susurró – ya he avisado al resto, nos esperarán en el vehículo, procura no hacer ni el más mínimo ruido, intentaremos pasar lo más desapercibidos posible.
¿Qué has... informado al resto?.
Dispuestos a partir inmediatamente, la pareja se aventuró unos cuantos pasos, a mitad de pasillo les salió al paso un pequeño ser. A simple vista parecía un simple ruiseñor, sin embargo toda su estructura física era de un metal centelleante y los pequeños ojos parecían lupas que les enfocaban directamente. El extraño pajarillo comenzó a emitir un canto, al principio suave y pausado, casi insonoro, sin embargo a los pocos segundos, el ritmo del canto fue acelerando convirtiéndose en una ráfaga de sonidos ensordecedora e insoportable para el oído.
¡Mierda, corre o nos descubrirán! – dijo Yamato exasperado.
Antes de comenzar a correr atinaron a escuchar las mismas voces que antes.
¡Señor, intrusos!.
El hombre de la voz grave volvió a toser y con tono malhumorado respondió.
Dadles caz y matadles.
Yamato y Sora comenzaron la veloz carrera en pos de su huida.
Takeru se movía con acusada intranquilidad en el exterior del edificio, sus dos compañeros aguardaban apoyados en el lateral del descapotable negro, sin aparentar el nerviosismo que el joven rubio pero con los mismos temores, mientras que las prisioneras habían vuelto al refugio en el maletero del coche.
Hacía ya rato que había recibido el mensaje de parte de su hermano. Su brazo izquierdo había comenzado a temblar, al descubrirlo observó un mensaje grabado en su antebrazo, el único con quien podía comunicarse mediante este método era su hermano Yamato, ya que la misma sangre los unía y por eso mismo se extrañó.
"¿Habrá pasado algo?" se preguntó el muchacho.
Al comenzar a leer el mensaje su rostro palideció completamente:
"Nos han tendido una trampa, huid hacia el coche y esperadnos ahí".
Y eso es lo que había hecho, sin dar ninguna explicación, ordenó a sus dos compañeros que cogieran a las chicas y las llevaran hasta el vehículo, ellos, extrañados ante su actitud fueron reticentes al principio, pero al ver la contraída expresión de sus facciones intuyeron que algo malo había pasado y obedecieron al instante. Las jóvenes nada pudieron hacer, ya que habían sido bloqueadas mediante las esposas que llevaban y una cinta que les había sido colocada en la cabeza, la cual les impedía articular palabra alguna.
Ya había pasado bastante tiempo desde el aviso, y Yamato aún no llegaba. Takeru comenzó a notar un leve hormigueo por todo su cuerpo, su hermano bien podía estar en serios problemas y mientras tanto él esperando sin hacer nada.
"Tal vez debería ir a ayudarle".
Volvió a esperar, el hormigueo se hizo cada vez más intenso, hasta que la paciencia pudo con él, agarró su rifle de francotirador y avanzó hasta la entrada. Sin embargo sintió que una mano se apoyaba en su hombro, frenándole.
¿Adónde crees que vas? – preguntó Ken inquisitivamente.
¿Estamos tontos o qué, es obvio que mi hermano tiene problemas, sino ya estaríamos alejándonos de este lugar.
No vayas, es peligroso, y lo que menos nos hace falta es perder a otro de los nuestros.
¡Jodido imbécil! ¿¡estás insinuando que Yamato está muerto, porque si es así te mataré con mis propias manos.
¿Y qué si lo está? ¡no podemos hacer nada! ¡tenemos que mirar por nosotros mismos, esperaremos otro rato y sino salen, nos marcharemos – dijo Ken, Taichi asintió desde un tercer plano.
Takeru notó la rabia hervir en su sangre, sin más dilación le dio un puñetazo en la cara al peliazul.
Cabrón...
No pudo seguir con la sarta de insultos porque Ken le respondió al ataque con otro golpe en la cara del mismo calibre.
Piensa Takeru, debemos mantener la sangre fría.
El menor de los Ishida inclinó el rostro hacia el pavimento y se quedó inmóvil durante unos segundos ocultando su mirada bajo su cabello dorado. Decididamente volvió a alzar el rostro.
Quince minutos...
Ken y Taichi abrieron los ojos como platos.
Dadme quince minutos más, si para entonces ninguno de nosotros ha salido, coged el vehículo y partid.
Sin más dilación, Takeru armó el rifle y se aventuró al interior de la estratégica mansión.
Yamato y Sora habían estado corriendo durante diez minutos por los pasillos de la enorme mansión, la joven pelirroja apenas sabía cuál era su ubicación, pero veía en el rostro de Yamato tal decisión, que supo que iban en la dirección correcta. A pesar de que sabían que los estaban buscando, todavía no había salido a su paso ningún impedimento.
¡Rápida, ya casi estamos!.
Sora en su carrera miró al atractivo muchacho con sorna.
¡Perdona guapo, pero estoy corriendo a la misma velocidad que tú!.
Yamato se sorprendió al descubrir en la chica el enorme grado de orgullo que tenía.
¿¡Hasta en una situación como esta estás dispuesta a discutir conmigo? – vio cómo Sora fruncía el ceño – bueno... si así lo quieres y tanto dices que corres a mi misma velocidad, veremos a ver si me alcanzas.
Yamato aceleró de forma estrepitosa, adelantándose un par de metros.
¡Ya verás pedazo de chulo!.
De la misma forma en que Yamato había huido, Sora le alcanzó, sin apenas dificultad. Ahora la carrera que habían emprendido hace rato, parecía más una competición de velocidad que una huida.
"Esta chica es genial" – pensó Yamato.
En su ansia por la competición, ninguno de los dos se dio cuenta de que una figura esperaba al final del largo pasillo, en cuanto volvieron a dirigir la vista al frente frenaron al instante.
Cuánto tiempo Yamato...
Kyo Wakashizumo, comandante en jefe de los White Snake, el principal grupo de la mafia kartiana, permanecía estático en su lugar. A Sora realmente le sorprendió su aspecto. Una larga melena blanquecina, casi como la nieve, caía con gracia hasta más de la mitad de su espalda y unos pequeños y afilados ojos de un gris claro les observaban con desprecio. Su atuendo también fue objeto de curiosidad para la pelirroja, sus ropajes eran holgados y sencillos, de color gris plata, una túnica parecida a un abrigo sin mangas las cubría y llevaba oculto su brazo derecho mediante una capa que le cubría la mitad de su cuerpo, aquel hombre no parecía para nada un asesino, sino un monje, sin embargo la mirada que les ofrecía no aparentaba compasión alguna.
Libérame de las esposas, juntos será más fácil derrotarle... – susurró Sora al oído de Yamato.
Que te lo has creído – sonrió el joven rubio – no te voy a dejar libre para que huyas después del combate.
Serás imbécil...no es un adversario fácil...
Yo tampoco lo soy, tu permanece en tu sitio – dijo el joven guiñándole un ojo y encaminándose al frente.
Sora fue invadida por una tonalidad parecida al color de sus ojos por la ira, desde luego que el asesino a sueldo que le había capturado era un completo prepotente.
Yamato dio unos cuantos pasos para situarse frente a frente ante el líder de los White Snake, tan solo a unos tres metros. Pasó delicadamente la mano por el cabello apartando parte de su flequillo de la cara y sonrió.
Kyo, hace ya mucho desde nuestro último enfrentamiento... veo que has venido a mi encuentro carcomido por el fracaso...
Estúpido, aquella vez hicimos una retirada estratégica.
¿Así le llamas ahora a tu derrota?.
Kyo ignoró el comentario de Yamato, hizo una reverencia y fijó su mirada en la pelirroja que se situaba varios metros detrás suyo.
Señorita Takenouchi, es un placer conocerla, me han encomendado la misión de llevarla con los superiores de esta organización, la Mano Negra, en unos instantes le llevaré con ellos – Sora le dedicó una mirada desdeñosa.
Ishida desenfundó de la nada su mandoble de dos metros, lo agarró con una mano y apuntó directamente hacia su oponente.
¿Tanta vergüenza te da que ahora cambias de tema, ni en sueños te la vas a llevar muchacho, porque ni en sueños me vencerás.
Ah Yamato... muchas cosas han cambiado desde la última vez que nos vimos – fue entonces cuando descubrió su brazo derecho, el cual portaba un arma casi idéntica a la de Yamato, pero lo más curioso...
Lo más curioso es que el brazo que la portaba no era normal y corriente, varios cables se interconectaban en aquella estructura metálica. Yamato observó asombrado el nuevo miembro que poseía su adversario.
Precioso, ¿verdad, la extremidad que me arrebataste ha sido reemplazada por una mucho mejor. Aleación de titanio, comprobarás en tus propias carnes el potencial de mi nueva técnica, la nanotecnología nos ha dado muchas ventajas últimamente, ya no sólo son los chips, ahora podemos construir máquinas humanas. La velocidad con la que manejo ahora el mandoble se ha triplicado, y la potencia de ataque es muy superior, no vencerás, Yamato.
El rubio chasqueó la mandíbula e hizo una maniobra con su arma, colocándola ahora en posición ofensiva, con el brazo libre hizo otro movimiento. Lo extendió al frente y con expresión burlona meneó la mano hacia sí mismo.
Entonces si tan poderoso te crees que eres ven y comprobaremos el potencial de ambos ataques.
Kyo rió.
Esto va a ser muy divertido.
En una abrir y cerrar de ojos ambos saltaron desde sus posiciones y una fugaz lucha se abrió ante la asombrada pelirroja, que permanecía inmóvil en su sitio, intentando observar la precisión de los movimientos de cada uno. Sombras centelleantes se movían a la velocidad de la luz, haciendo sonar de vez en cuando el rugir del metal de sus armas al encontrarse.
De repente ambos volvieron a sus respectivas posiciones, Kyo irguiéndose y con una notable expresión de aburrimiento, y Yamato encorvado y apoyado sobre su enorme espada. Su respiración era contínua y fatigada, y haciendo un gran esfuerzo, se irguió al igual que su enemigo.
Te lo dije Yamato, mi superioridad ante ti es abismal.
¡¡Cállate!.
Y volvieron a luchar, por mucho que Yamato le asestara golpes, Kyo los esquivaba sin ninguna dificultad o los bloqueaba velozmente con su arma, haciendo resonar en el espacio el eco de las dos espadas enfrentadas.
Con un ágil movimiento Kyo alzó su mandoble, haciéndolo chocar contra el hombro de Yamato, éste a duras penas consiguió esquivarlo y hacer que la profunda herida que podría haber sido fuera un simple corte. La dura lucha continuó desequilibrándose a favor de Kyo, Yamato cada vez estaba más cansado y recibía golpes que por los pelos esquivaba, dejando en su cuerpo numerosos cortes superficiales. Kyo aprovechó un descuido del rubio para agarrarle del cuello de la camisa y atraerlo hacia sí.
Me estoy aburriendo, Yamato... tal vez tenga que ir a por la chica para sacar tus últimas fuerzas. A tus jefes no les importará que se la entregue con algún miembro amputado.
A Yamato se le entrecortó la respiración. Al alzar la vista hacia Kyo vio que éste estaba prácticamente al lado de Takenouchi. La joven pelirroja miraba impotente al hombre que se alzaba ante ella, quien portaba el arma con la intención de dañarla a ella. Lo que vino a continuación fue extremadamente rápido, Sora creía que iba a morir, el arma se dirigió en picado hacia ella, y entonces oyó el contacto del metal con la carne, de su brazo salió un pequeño reguero de sangre y al abrir los ojos vio a Yamato enfrente suyo, el arma había atravesado su hombro derecho por completo, llegando incluso al brazo de la muchacha, el cual tenía un pequeño rasguño.
La sangre cayó a borbotones, empapando el torso de Yamato y parte del pecho de Sora, quien trataba de sostenerle. Kyo se volvió a acercar, estaba bastante enfadado, su ataque había fallado.
Con que esas tenemos... ahora te las das de príncipe azul... – sacudió la sangre de la espada – pues terminemos con esto cuanto antes...
¡Pum! El sonido de un arma de fuego cortó la escena, el brazo de Kyo comenzó a emitir pequeñas corrientes eléctricas, éste se dio media vuelta.
El juego termina por hoy, Kyo.
Takeru Takaishi avanzaba hacia el lugar apuntando con el rifle de francotirador todavía humeando.
Aunque si quieres podemos seguir.
No me importaría – respondió el afectado.
Takeru no vaciló, y disparó de nuevo hacia el brazo metálico, un leve estallido eléctrico resonó en el lugar, varios cables habían sido seccionados y Kyo se había quedado inmovilizado. El joven Takaishi al acercarse le dio con la culata del rifle al oponente de su hermano, haciendo que cayera al suelo unos metros más allá. Cogió a Sora y la ayudó a llevar al rubio.
Hay que darse prisa, pronto se desbloqueará la avería de su brazo y entonces no saldremos vivos.
Se echaron a la carrera, seguidos al instante por Kyo. Doblaron unas cuantas esquinas que daban lugar a pasillos extremadamente largos, parecía que el camino nunca acabaría cuando la vieron ante ellos, la puerta principal estaba entreabierta y podían divisar la forma del elegante descapotable negro.
¡¡¡Ken, activa el blindaje! – se le oyó gritar a Taichi.
Sora paró un segundo sorprendiendo a Takeru.
Déjame alejar a este tipo – le dijo a Takeru.
Estás... loca... – Yamato se volvió a erguir – no te dejaremos...
¡¡No voy a huir! ¡¡No puedo huir! ¡¡Jamás huiría abandonando a mis amigas!.
Ni hablar – contestó Takeru.
Sora, llena de rabia, hizo un movimiento increíblemente rápido y le arrebató al joven Takaishi la llave de sus esposas, que anteriormente, cuando llegó en su ayuda, le había visto que colgaba desde su cinturón.
¡¡Maldita...!
Takenouchi se despojó de sus esposas, y Takeru y Yamato, que se había zafado de su hermano, no lograron alcanzarla.
La atlética joven esperó erguida la llegada de Kyo, hizo su grácil movimiento, y las cuchillas salieron de sus antebrazos, seguían relucientes, casi intactas y su forma curvada se anteponía a Sora, ya que se había colocado en posición de combate.
Y ahí apareció el jefe de los White Snake, doblando la esquina. Al ver a la pelirroja preparada para el ataque, sonrió cada vez más y aceleró la carrera.
La embestida fue bestial, Sora apenas la pudo resistir, los dos hermanos se dirigían hacia la escena, Yamato volvía a portar el arma en posición de ataque, aunque la sangre seguía resbalando a mares por su torso.
Entonces los dos jóvenes se quedaron asombrados. Aquella pelirroja comenzó a hacer movimientos apenas perceptibles para el ojo humano, parecía un destello danzante. Dio una voltereta en el aire y se colocó detrás de Kyo, seccionando los poco cables que quedaban intactos de su extremidad.
Y después, un enorme estallido, el aparato mecánico estaba calcinado por varias, aún así seguía funcionando, porque Kyo, en un arrebato de ira, logró golpear a Sora quien atravesó la cristalera con una potencia de impacto bestial, Yamato se dirigió a la ventana para ayudar a la joven.
Sora vio que iba a impactar en el suelo y casi automáticamente se colocó en posición fetal para que el golpe fuera menor, de repente se vio rodeada de dos masculinos brazos.
"Yamato".
El joven la recogía entre sus brazos, el impacto llegó al instante. Sora se levantó intacta, una expresión de horror invadió su rostro al ver a Yamato.
La sangre se esparcía en el pavimento como si hubieran tirado un globo de agua al suelo desde una altura de 20 metros. Yamato mantenía los ojos ligeramente abiertos, sin embargo había perdido el brillo en ellos, su mirada se tornó opaca, parecía que el joven estuviera en el mundo de los muertos pero luchara por volver al de los vivos. Takeru llegó al momento, cogiendo a su hermano por el hombro y a Sora de la mano. Se metieron en el vehículo y se perdieron en la negrura de la noche.
Llegaron a gran velocidad a la cabaña del bosque. Una choza bastante disimulada que se escondía bastante bien entre los numerosos arbustos, helechos y árboles que adornaban el natural paraje. El coche aparcó bruscamente y rápidamente salieron los integrantes que lo ocupaban, Sora se encargó de abrir a sus compañeras, con las prisas de la huida montó en el asiento del copiloto con Yamato mientras Takeru asumía el mando al volante. Las chicas salieron, y al comprobar que su amiga estaba sana y salva les embargó un sentimiento de alegría y tranquilidad que demostraron dando calurosos abrazos a la pelirroja.
Sora, amor... temíamos lo peor... – sollozaba una acongojada Mimi.
Dios... creíamos que estarías muerta o en manos de esos rufianes... ¿qué es lo que ha pasado? – preguntó Hikari.
Es una larga historia... os la contaré más tarde, lo único que debéis saber es que los planes se nos han ido de las manos, he reunido demasiada información...
El ruido de pasos interrumpió la conversación de las jóvenes, Takeru, Ken y Taichi, corrían de un lado a otro con el material médico. Entraron en la cabaña y cerraron la puerta.
Sora se miró el brazo, estaba completamente empapado de sangre... sangre que no era la suya, sino la de Yamato... sangre de aquel que le había salvado dos veces consecutivas aquella noche, se sorprendió a sí misma con los ojos cristalizados por lágrimas que comenzaban a brotar, tenía ganas de... ¿llorar?.
Takeru y Taichi salieron de la cabaña, y para asombro de sus amigas, Sora dio media vuelta y corrió al interior del edificio. Al entrar vio al joven rubio tendido en el suelo, Ken permanecía a su lado, aplicando ungüentos y pomadas sobre la herida ahora vendada de la que no dejaba de manar aquel líquido rojo. Después entraron el resto de las chicas, sorprendidas por la actitud de su compañera, al ver el espectáculo sangriento que se daba en el lugar, el aire de la zona les robó el habla.
Me salvó... – murmuró Sora – me salvó dos veces seguidas... – su mirada seguía fija en la profunda herida del joven.
Miyako se adelantó dos pasos, y sin pensarlo se arrodilló junto a Ken.
Entonces querida amiga, encontraremos el remedio para salvarle.
Miyako y Ken llevaban largo rato con la ardua tarea de "enmedar" la fatal suerte del rubio Ishida. Sora mientras tanto se mantenía al otro lado, al margen del asunto, pero manteniendo su mirada translúcida en aquel atractivo joven.
Mimi e Hikari salieron de la habitación, sería mejor dejar a esos cuatro solos. Ninguna de las dos dijo nada, cada una fue por su lado, Hikari en dirección al río, pues había escuchado el crepitar del agua no muy lejos, mientras que Mimi decidió esperar afuera, sentada en el capó del automóvil.
Fue cuando Tachikawa se quedó sola, que vio a Taichi apoyado en un árbol, al lado de la choza, con paso sigiloso se dirigió hacia el joven de cabellos alborotados.
¿Qué ha pasado, por qué tu amigo está en esas condiciones?.
No creo que sea de tu incumbencia – respondió fríamente el moreno.
Tachikawa se enfadó.
¿¡Cómo que no es de mi incumbencia, ¡¡nos habéis arrastrado hasta aquí en contra de nuestra voluntad! ¡¡creo que merecemos saber por lo menos qué es lo que ocurre! ¡¡primero nos metéis de nuevo en el maletero y luego al salir uno de tus compañeros está divagando entre la vida y la muerte! ¡¡ni siquiera sé por qué ha pasado todo esto!.
Taichi dio un tremendo puñetazo contra la madera del troncó del árbol.
¡¡Joder! ¡¡ni yo mismo sé qué coño pasa! ¡¡lo único que sé es que por culpa de mi falta de confianza Yamato está a punto de morir!.
Taichi fue cayendo lentamente hasta quedar de cuclillas, no hizo ni un solo movimiento, simplemente se mantuvo agachado con la cabeza enterrada entre los brazos. Mimi entonces pudo ver sentimientos humanizados en el joven. Instintivamente se inclinó junto al muchacho y delicadamente lo tomó entre su brazos estrechándolo fuertemente contra su pecho, el joven no hizo nada por impedirlo, simplemente escondió el rostro en el regazo de Mimi.
"Tal vez estos hombres no sean simples máquinas de matar, sino seres maltratados por el mundo que buscan el alivio de sus heridas a cualquier precio, que buscan el camino que les lleve a la paz". Los pensamientos de Mimi se fundieron con el abrazo que le proporcionó al joven Yagami.
Hikari se encontraba a la orilla del pequeño riachuelo que circulaba a varios metros de la estancia a la que habían llegado. Se despojó de su calzado para meter los pies en el agua y dejarse masajear por el flujo líquido, alzó la vista en dirección a las numerosas ramas de los árboles que se entrelazaban simulando la tela de una araña.
¿Te gusta este lugar?.
La joven se dio la vuelta y se topó con el hermano menor del herido, que miraba en la misma dirección en la que lo había hecho ella momentos antes.
Es tranquilo – respondió ella a la vez que se levantaba para acercarse al joven.
Sí... tienes razón.
Hikari observó a Takeru durante un largo rato, el joven seguía con la mirada vacía, con una angustia interna que no le dejaba respirar.
No fue culpa tuya – dijo de repente la joven
Takeru la miró incrédulo.
Tu hermano sabe a lo que se enfrenta, no fue culpa tuya...
¿¡Y tu qué coño sabes, ¡¡tal vez si hubiera llegado antes nada de esto habría ocurrido!.
Tal vez... pero no lo hiciste, y aún así conseguiste salvarle.
¡¡Cállate!.
El rubio Takaishi cogió abruptamente de la muñeca a Hikari y la estampó contra el árbol. La muchacha cerró los ojos fuertemente, por la inesperada actitud del zagal, al abrirlos vio la expresión de dolor que se dibujaba abiertamente en la faz de Takeru. Hikari deslizó su mano libre por la mejilla del joven.
Tú... eres un hombre bueno...
Qué sabrás... he cometido muchos más pecados de los que imaginas.
Pero... pero... yo veo que tu corazón es honorable, eres una buena persona, por eso yo... yo...
Takeru miró asombrado a la jovencita que le dedicaba una dulce sonrisa. Hikari se acercó lentamente al rostro de Takeru, liberó la mano anteriormente cogida por el joven sin ninguna reticencia por parte de éste, y fue entonces cuando tomó el rostro del muchacho con ambas manos y se inclinó para darle un tierno beso en los labios. Takeru respondió al gesto cogiendo delicadamente a la muchacha por la cintura y atrayéndola hacia sí. Probablemente hubiera sido la primera acción casta que hubiera hecho en su vida.
Ya está, todo listo, es un chico demasiado fuerte como para morir por esto – dijo Miyako satisfecha ante el trabajo.
Miya...
Probablemente con los ungüentos de Ken y mi tecnología reconstructora esté como nuevo en un par de días, suerte que tuviera una estructura ósea recubierta de titanio, sino las posibilidades de recuperación hubieran sido nulas.
Tienes razón – dijo Ken.
Sora volvió a mirar a Yamato por enésima vez, se recuperaría... un extraño cosquilleo invadió todo su ser, estaba loca de alegría, él... se encontraba a salvo... ya no corría peligro...
Será mejor que me retire, necesito respirar algo de aire fresco – dijo Miyako a la vez que se levantaba.
Te acompaño – Ken también se levantó de su sitio – toma, si se despierta dale esto – el joven le tendió a Sora un bol con una crema en su interior – probablemente se maree por la pérdida de sangre, esto es una especie de sustituto, así el mareo será bastante más leve.
Sora lo cogió y lo colocó a un lado de su regazo. Los dos muchachos salieron al exterior. Miyako suspiró apoyándose en la pared, a la vez que Ken estiraba los brazos y respiraba el aire fresco.
Parece ser que formamos buen equipo – susurró la joven de cabellos color lila.
Tal vez...
La primera vez que estuvimos a solas nunca imaginé que acabaría hablando así contigo – dijo alegremente Miyako.
Ken se dio media vuelta, quedando justo enfrente de la chica. En su rostro se dibujó una sonrisa traviesa.
Es verdad, había dicho que te utilizaría como entretenimiento – comentó el joven mientras se acercaba a la muchacha.
Oye... tampoco es plan de rememorar completamente enemistades pasadas ¿no? – dijo Miyako a la defensiva, tenía la estúpida manía de hablar más de la cuenta, y eso con aquel joven siempre acarreaba graves consecuencias, en este caso, acabar despedazada – yo creo... que si te fueras de caza... saciarías tu ansia asesina... y tal vez... no tendríamos más de un disgusto.
Ken la ignoró por completo y siguió avanzando, la joven comenzaba a contornear la expresión en una mueca que demostraba horror. En cuanto estuvo a dos centímetros de distancia...
Apoyó el dedo índice sobre su nariz respingona. Miyako no daba crédito a sus ojos, o mejor dicho a su nariz...
Miyako Inoue, me acabo de enamorar de ti, y olvidando episodios pasados, haré que te enamores de mí y que seas solamente mía.
"No puede ser... el mundo está completamente loco..." pensó la chica.
Pero... pero eso no... ¡¡eso no va contigo!.
Me da igual lo que digas, preciosa, te haré mi mujer.
El rubor tomó asiento en el rostro de Miyako, recordó con rabia lo que le había hecho en su último encuentro a solas, hace apenas un día. "Osea... que primero me tortura y luego me dice que se ha enamorado de mí... Esto es una broma".
Pues no lo tendrás tan fácil como tú crees – terminó de decir la joven ladeando la cabeza a espera de que el rubor se marchara de su cara.
La oscuridad invadía la estancia, sin embargo los rayos de la luna se colaban por las rejillas de la ventana iluminando fugazmente el cuerpo maltratado y varonil de Yamato. Sora cogió el bol del ungüento y observó los detalles del dibujo que lo adornaban, dio un leve suspiro y volvió la vista hacia el joven, sorprendiéndose...
Los gatunos y azulados ojos de Yamato estaban abiertos de par en par acechando a Sora, la cual de la sorpresa que se llevó estuvo a punto de tirar el recipiente, con movimientos torpes consiguió mantenerlo en sus manos y lo volvió a depositar en el suelo.
Qué susto me has dado... – dijo Sora avergonzada.
El susto me lo has dado tú a mí... no esperaba descubrirte velando por mi salud... – murmuró el joven.
Bueno... es que el resto no está... y como sólo quedaba yo...
Ya... claro...
Sora cogió el bol nuevamente.
Ken me ha dicho que te de esta pomada... por si te mareas...
Eso ahora no me interesa.
Sora le miró de reojo sorprendida.
¿Cómo te encuentras? – preguntó Yamato – estás bañada en sangre, ¿tiene alguna herida importante? ¿te hizo algo aquel cabrón?.
Yamato abrió los ojos como platos ante la escena que siguió a sus preguntas. Sora le miraba sorprendida y lágrimas resbalaban por sus mejillas, Yamato recogió con el dedo una de las gotas del líquido salado, y Sora se sorprendió a sí misma llorando.
Yo... no sé por qué lloro... pero es que... yo estoy bien... – la pelirroja se intentó secar las lágrimas con su antebrazo ensangrentado, lo que dejó el rastro de sangre por toda su cara – la sangre de mi cuerpo y ropa no es la mía... es la tuya Yamato... es la tuya... no te entiendo... ¿por qué? ¿por qué me haces esto, primero me secuestras junto con mis amigas... y ahora das tu vida por mí... no quiero sufrir más... no quiero verte sufrir más.
Yamato se irguió en un segundo, quedando frente a Sora. Alzó su mentón, su rostro estaba manchado de sangre, de su sangre... y se mezclaba con ese precioso líquido cristalino que manaba de sus preciosos ojos.
Eres preciosa... – susurró a la vez que se acercaba a ella – y me estás volviendo completamente loco...
Yamato recostó a Sora entre sus brazos, y se besaron... sus labios se mezclaron con la sangre, el sudor y las lágrimas que habían padecido juntos en aquel día, sus corazones... se iban uniendo poco a poco, sus espíritus comenzaban a comprenderse... y ellos comenzaban a sentir en todo su ser aquel sentimiento que les aterrorizaba, amor...
CONTINUARÁ...
Notas de autora... aloha:
Sísí... supuestamente iba a actualizar el fic de Esencia de amor antes que hacer un nuevo capítulo de éste... pero que queréis que os diga me comenzaron a venir ideas a la mente... y he escrito este capítulo en toda una noche! Son las 6 de la mañana y no he dormido nada, mañana me levantaré a las 1000 y una horas y mi madré se enfadará muchísimo conmigo, así que pliss, mandadme reviews diciéndome si ha merecido la pena que me pasara toda la noche en vela.
Por cierto, lo de Teenage Wolves (que como todo el mundo supongo que sabe es el nombre del grupo de música en el que toca Yamato) es el nombre del grupo que conforman Yamato, Takeru, Taichi y Ken, me pareció el más apropiado, jeje... Respecto a la mafia kartiana y a la organización en la que trebejaban los Teenage Wolves, en futuros capítulos se explicará más sobre ellas...
Otras cositas... ¡¡hoy es el cumpleaños de mi amigo Victor! 21 añazos que me hace el chaval, ¡¡felicidades!. Y dentro de 22 días hago dos años con mi novio... dios... ¡¡qué horror! ¡¡llevo aguantándole dos años! (ejem... aunque bueno, por algo será...!
No sé a qué ha venido esto, pero me apetecía ponerlo. ¿Sabéis en lo que he estado pensando últimamente?. En que me encantaría que todas las fans del sorato pudiéramos reunirnos en algún lugar recóndito del planeta y conocernos, porque sinceramente... ¡¡para mí ya sois como de la familia, jeje!. Sísí... sé que estoy poniendo una sarta de estupideces, pero tenía ganas de hacéroslo saber... además hay que tener en cuenta que estoy medio dormida...
Bueno, dejo de dar ya tanto el coñazo y paso a los reviews (que por cierto, creo que son 12... me parecen muchos, jeje!):
Angel Nemesis: vale vale... entendido! Eso me gusta más, amí la pareja de Aoshi – Misao me gusta tanto como la de Kenshin – Kaoru. Es que para mí, Misao es uno de los mejores personajes de la serie... bueno, aquí se desvela la conversación... pero que malos que son estos jefes de los Teenage Wolves! Espero que hayas disfrutado del capítulo, besos!.
Priss Yoshisuky: ya sé que las chicas están un poco paradas en cuanto a acción se refiere, pero eso es algo que tiene que pasar en la historia, por lo menos antes de que ocurriera esto... a partir de ahora les daré más papel en la acción, y créeme los chicos se sorprenderán de muchas cosas, porque nuestras chicas guardan muchos secretos. En fin, que no te pienses que soy machista, que creo que soy una de las chicas más feminista que hay por aquí, jejeje! Besos y disfruta del capi!.
hillary: bueno, en este capítulo sólo hay romance al final... pero como tú dices todos se han hecho un poco más cercanos. Lo de unir fuerzas... ya lo verás en el próximo capítulo, tengo varias ideas en mente, así que todavía no estoy segura de lo que haré. Buenos, muchos besos!.
sorita-DG1: gracias por tu comentario, la verdad es que para mí Yamato siempre está sexy... en este capítulo Yamato se vuelve más protector y dulce con Sora... pero tranquila, que no dejará de ser ese chico picante que tanto nos gusta. Muchos saludo y gracias por tu review.
izumi frontier: Sora dark... Matt dark... ¡¡me encanta que los veas así, en cierto modo era una de las formas en que quería que se vieran, gracias por tu apoyo, tranquila, no te controles, amí también me parece que el Sorato es la mejor pareja del mundo, jejeje! Besos!.
Alexeigirl: bueno, en este capítulo ha salido la primera máquina nanotecnológica, aunque sea un brazo de titanio, tiene más funciones que hacer de brazo... aparte de eso... bueno, es que ya ni me acuerdo de lo que he escrito. Espero que te gusten el Yamato y la Sora de este capítulo, están más... tiernos... y es que me apetecía hacer una escena romántica del todo, pero como he dicho antes, Yamato no dejará su faceta de Casanova tan fácilmente. Gracias por tu apoyo, espero verte en el próximo capítulo, besukiss!.
Atori-chan: bueno, la actituda de Ken ha cambiado completamente en este capítulo, por lo menos con Miyako, y es que Ken ha sacado a relucir una personalidad bastante divertida... que le traerá de cabeza a Miyako... no todos van a ser tan serios como Takeru, ¿no?. Saludos, y muchas gracias por el apoyo.
ichi-san: los cuatro capítulos a la vez? No sé si la historia lo merece pero bueno... tranki tranki, que roces entre nuestra pareja preferida ya hay, pero hay que dejar que ellos solos se den cuenta de sus sentimientos, y para eso ya estoy yo, jejeje! Muchos saludos!
SkuAg: uys! Me has hecho sonrojar con el review! Lo de la ambientación... lo vuelvo a repetir, no creo que vuelva a hacer un fic futurista en mucho tiempo, porque me trae por el camino de la amargura, si que he cogido información, pero el otro tanto me lo tengo que imaginar yo... y luego darle explicación a todo... y sinceramente... tengo un cierto número de neuronas, y necesito conservar algunas, jeje! Me alegro de que te haya parecido genial, muchas gracias, besos!.
Puchiko Tsukino: me alegro de que cada vez te guste más el sorato, eso es muy buena señal! Bueno, lo de la ropa de Sora... sinceramente, me diste una idea para comenzar este capítulo, qué quieres que te diga, jeje! Yo también me identifico bastante con Sora, y para hombres guapos... ¡¡qué mejor que Yamato! (por lo menos para mí), gracias por tu review, espero que disfrutes con este nuevo capítulo, besazos!.
Kibun No Tenshi: gracias por tus felicitaciones, a mí también me encanta la idea de que Yamato acose a Sora, es que se ve tan sumamente atractivo que dan ganas de comérselo, aunque Sora se resista. Bueno, espero que leas este capi y lo disfurtes tanto como el anterior, saludos!.
Kari: bueno, como puedes comprobar, aunque no yo misma me lo crea... he actualizado relativamente pronto, eso es lo que hace estar ya de vacaciones y sin exámenes... ¡toma ya, me siento libre, gracias por el review, espero volver a verte, saludos!.
Bueno, y esto es todo por ahora, dios mío... ya son las 7 menos 20 de la mañana... no voy a dormir ni 4 horas, estas venadas que me dan son realmente criminales...
En fin, espero veros pronto, actualizad todas vuestros fics y yaaaaaaaaa!
Jeje! Saludos a todos y muchos, muchos besos!
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