Capítulo 6:

¡Que le Corten la Cabeza!

Malfoy se regodeaba con Madison en el pasillo, Diana, acomodándose la túnica y el cabello, el cual parecía brillar, y era muy sedoso, se acerco hasta el chico, sin importar si pasaba sobre la boba Madison.

- Hola chico...

- Hola – respondió el viendo el arete que la chica tenia en el labio inferior y contrastaba con el labial rosa que ella cargaba.

- ¿Cómo te llamas?

- Draco Malfoy – respondió tajante – y para ser sincero, tu nombre no me interesa.

Pero Diana no se inmutaba.

- ¿Por qué?

- Porque desde que las pusieron en una casa perdedora, es porque ustedes lo deben ser americanas.

- ¡Ah! Así que no te gustan americanas... bueno, no todas somos americanas ¿sabes?

- No...pero igual No me gustan las mezclas de sangre...

- Já – rió Madison con ganas.

- ¿De que te ríes Forrest Gump?

- ¿Que me dijiste?

- Olvídalo tu todavía eres... ¡una tarada!

- ¡Que grosera! – y se marcho muy ofendida.

- ¡Oye! – chilló Malfoy.

- Nada chiquito (pero de chiquito nada, ella apenas y le llegaba a la barbilla) yo soy lo que te conviene, no una muñeca rota.

- ¿Qué?

- Cinco minutos conmigo y jamás me olvidaras...

- ¿Estás loca? – espetó - ¡Déjame en paz!

- Pero si Neny y Sara eran vengativas a largo plazo, Diana lo era a corto plazo.

- ¡Resbalo! – dijo entre dientes azotando su varita y el rayo luminoso fue a dar a los zapatos de Malfoy, el cual comenzó a trastabillar y su rostro se fue a estrellar directamente al piso.
Diana ahogo la risa, y salió dignamente de los pasillos.

¡Se lo merecía!

- ¿Y bien chicas que tal su día? – preguntaba Ana.

- Bueno y malo – respondieron las tres.

- Los chicos nos dieron calabazas… aunque nos pudimos desquitar…

- Entonces soy la última…

- Me pregunto que harás para que Harry Potter se fije en ti…

- En verdad te digo, si nosotras no tuvimos suerte, tu tampoco…

- ¡Gracias por dudar de mis capacidades persuasivas!

- Entonces dime…

- No porque me salo, pero ya lo verán, así como están las cosas, lo mejor es que mi ataque sea duro y directo…

- ¿Y si lo espantas?

- Mejor, así sabrá quien manda.

- ¡Yo quiero ver eso!

No hubo que esperar mucho tiempo, Harry se encontraba leyendo el diario el profeta junto al lago, esperando a Ron y Hermione, cuando la dulce y tierna Ana se acercó, el chico alzó la vista y el brillo del arete en la ceja lo cegó por un momento.

- ¡Hola!

- Hola – saludó Harry perplejo.

- Me llamo Ana…

- Lo sé… soy Harry…

- ¿Por qué tan solito?

- Espero a mis amigos – respondió tajante y extrañado… pues sus dos amigos ya habían sido abordados por las compañeras de ella ¿acaso seguía él?

- ¿Te puedo hacer compañía?

- Sí… claro – respondió desconfiado.

- Y dime una cosa Harry… - le lanzo una mirada coqueta, cautivadora y sexy - ¿tienes novia?

- ¿Yo? No… ¿Por qué?

- ¡Es que estoy aburrida… y me gustaría jugar semana inglesa! ¿Qué te parece?

- ¿Y que tiene que ver si tengo novia con jugar semana inglesa?

- Pues como se trata de bofetadas… y BESOS…

- Yo no he dicho que quiera jugar…

- ¡Otro tarado! – pensó Ana, pero ella no se iba a ir sin nada a cambio – pues si no quieres jugar tú… yo sí… y deduzco que de los siete días… ¡seis gane y uno perdí!

- ¿Y que con eso?

Pues resultó que con eso… Ana se le fue encima, y como el pobre chico estaba sentado, lo atrapo fácilmente, un zapato y sus lentes volaron cuando la chica lo atrapó entre sus brazos propinándole tremendo besote en la boca.

Así que él no podía ni levantarse, por la presión del cuerpo de la chica sobre él, y sobre todo por la… ligerita succión de boca que estaba recibiendo y que no lo dejaba respirar, y nadie acudía en su auxilio.

Y eso de tener a una chica encima, moviéndose… pues… digo, ¡el pobre chico no es de metal! Ya estaba sintiendo el despertar del diablo…

- ¡Oye, espérate! – dijo con dificultad sin resultado, cuando medio logro zafarse de su boca.

- ¡Tu flojito y cooperando mi negrito santo, yo que sos un hombre buenísimo!

Y volvió a atacar su boca, metiéndole… hasta la lengua, cosa que ninguna chica, hasta el momento, había besado de esa manera salvaje a Harry.

- ¡Ana! – le grito Sara a lo lejos – los amigos de Harry ya iban directo a ellos.

- ¡Maldición! – chilló y se puso de rodillas… el maltrecho, desarreglado, sucio, pastoso Harry también se incorporó, buscando sus lentes, tanteando el suelo.

- ¡Se me olvida algo! – le dijo Ana levantando la barbilla de Harry quien no encontraba sus lentes.

- ¿Qué?

- ¡Esto! – ¡¡¡PLAFF! le dio una ligera bofetada… más bien, una buena bofetada.

- ¿Qué te pasa? – gruño Harry… ¿primero besos y después cachetada?

- ¡Es por el día que perdí y… por no querer jugar a la buena!

Y la chica salía huyendo de ahí, pasando al lado de Ron y Hermione que las miraron extrañados. Harry daba con sus lentes, pero estaba hecho… un desastre.

El chico tenía los cabellos más alborotados que nunca, los lentes disparejos, la túnica maltrecha, pasto pegado a la espalda y... los labios con un tono de lápiz labial escandaloso, rojo pasión para ser exacto.

Respiraba agitadamente cuando Hermione y Ron llegaron.

- ¿Qué te paso amigo? – pregunto Ron, pero al verlo besuqueado.

- Vamos Harry… no pensé que te gustaba pintarte los labios – bromeo Hermione. Pero Ron le envió una asesina mirada.

- ¿Esa americana te besó?

- Sí – alcanzo a decir – aun jadeaba.

- Pues… estuvo duro – señalo Hermy – porque como te dejo…

- ¡Es el colmo! – chilló Ron - ¡creo que nos andan siguiendo!

- ¡Ay si pobrecitos, unas chicas acosan a los mejores de quiddicht!

- ¡No te burles Hermione!

- ¡Vamos Ron, son solo chicas… a lo mejor ustedes les gustan y quieren pasarla bien! Podrán ser raras, pero feas no son…

- ¡Pues lo siento por ellas, no me interesan! – dijo Ron, volviendo a su altivez.

- ¡Pero que necio! – Chilló Hermy - ¡con esa actitud que has tomado, no llegaras lejos! – respondió su amiga y se alejó de ellos.

- ¿Qué le pasa? – se levantó Harry. Sacudiéndose la ropa.

- ¡Pues es mujer, tiene que estar de su lado!

- Tengo una idea – dijo Harry al entrar al colegio – traeré consigo el mapa del merodeador… si alguna esta cerca, lo sabremos.

- ¡Bien echo amigo!

- Voy por él – salio Harry rumbo a la sala común… Pero…

- ¡Esto lo sabrán las chicas! – dijo Enywen que había escuchado todo, si… los estaba espiando.

- ¿Estas seguras? – pregunto Aliance.

- Hablaban de un mapa con él que pueden saber si andamos cerca.

- ¡Entonces hay que localizar a Harry y quitarle el mapa… Ana, tu fuiste la ganadora el día de hoy… quédate es mejor que el chico no te vea.

- ¡Ay… sí! ¡Tiene unos labios deliciosos!

- ¡No hagas que te odiemos Ana!¡Tu hablando de comida delante de los pobres, que fea eres! – dijeron las chicas y salieron para interceptar a Harry.

Y como tenían suerte las malditas, lo encontraron caminando a toda prisa, de regreso al comedor en donde Ron lo esperaba.

- ¡Ya hemos hecho esto antes niñas coquetas! – Dijo Diana – el ataque del humo… pónganse en posición… Nenyerina, tu eres la más hábil… ¡atenta!

- Muy bien…

Con el pasillo semivacío, y ellas en lugares estratégicos, comenzó el ataque.

- ¡Resbalo maximus! – dijo Giang apuntando su varita a los pies de Harry el cual de inmediato trastabilló y resbaló dejando que la mochila volara por los aires.

- ¡Diffindo! – hechizo Diana la mochila prácticamente en el aire, esta se rasgó y todo lo que contenía se desparramó a unos metros de el chico, quien también había perdido sus lentes por el golpe.

- ¡Humo denso! – maldijo Giang y de pronto la sala comenzó a llenarse de humo grisáceo y los chicos que habían comenzaron a salir corriendo.

- ¡Accio útiles de Harry! – dijo Nenyi y los útiles volaron hacia donde estaba ella, de inmediato localizo el pedazo de pergamino enrollado y desparramo el resto a unos metros de Harry justo cuando el humo se disolvía lentamente, las tres desaparecieron con el mapa. Cuando las chicas, muy lejos de ahí, abrieron el mapa, pues este no tenia nada escrito.

- ¿Qué significa esto?

- ¡No tiene nada!

- ¿No te equivocaste chica?

- No, era el único pergamino que traía en la mochila.

- Debe estar bajo un hechizo…

- Déjame intentar… - dijo Aliance - ¡Revela tus secretos!

Pero como una vez sucediera, parecieron unas letras que decía "Canuto, Colagusano, Cornamenta y Lunático… los saludan, y les piden que aparten sus narizotas de lo que no les importa!
Las chicas se vieron unas a otras y soltaron una risotada, ese debía ser el mapa y no podrían abrirlo fácilmente.

- Pues por lo menos ya no lo tienen ellos… y no sabrán cuando les lleguemos.

Harry y Ron recogían sus cosas, cuando el chico se percato que algo muy importante le faltaba.

- ¡Oh, no! ¡El mapa Ron!

- ¿No lo tienes?

- ¡Debió caerse!

- ¡Hay que buscarlo!

- ¡Accio mapa del merodeador! – dijo Harry. Y con las chicas el mapa comenzó a levitar.

- ¡Lo andan buscando! ¡Protego! – dijo Nenyeina.

- Es mejor llevarlo a la sala y dejarlo bien hechizado para que no acuda a su dueño…

Y los chicos esperaron inútilmente que el mapa, regresara a ellos.

- ¡Lo perdí, lo perdí Ron!

- ¿No será que te lo quitaron? – pregunto Ron y los chicos se miraron… con miedo.

(Yo también exijo venganzaaaaaaaaaa) pero bueno, los chicos estaban con el corazón latiendo a mil por hora, buscando a las chicas por todas partes, pero ellas estaban bien encerradas en Ravenclaw.

- Si esto es muy importante para Harry, nos cortara la cabeza a todas.

- Yo escuche que con esto, pueden localizarnos, y no nos conviene eso…

- ¿Y que hacemos?

- Es obvio que no podremos saber como se usa, por eso le puse un fuerte hechizo protector… además… eso te pude ayudar mucho Ana

- ¿Por qué?

- Por una cosa llamada "Chantaje" que les puede servir a Neny y Sara - dijo Aliance.

- ¡Que crueldad!

- Si Harry quiere el mapa, tendrá que ceder… al igual que sus amigos…

- Lastima que para el platinado no sirva.

- Con ese tengo mis planes…

- Bueno niñas… debemos andar con cuidado... Harry, dicen, es el mejor de la clase de Defensa, inclusive oí que tiene su grupo que lo apoya… y algunos están en esta casa…

- Por eso no me confío en nadie, ni en las chicas – aseveró Nenyeina.

- No se porque presiento que nos metimos en un gran lío, al tomar el mapa.

NO… DEFINITIVAMENTE NO LO SABEN.