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Pasen todos a disfrutar...
Capítulo 1:
¿Entrada al Infierno?
Los chicos perfectamente vestidos, portando orgullosos el uniforme de Hogwarts, se quedaron en el vestíbulo mientras Dumbledore era llevado por una profesora hacia la dirección.
Ellos miraban a todas partes, viendo que el colegio, era demasiado lujoso para su gusto, así que todos sacaban conclusiones, debía llover mucho oro por esos lugares... y de los bolsillos de los alumnos.
- No creo que deba imperar tanto lujo en un colegio – dijo Ernie – porque distrae, pero luce muy impecable...
Ron estaba boquiabierto, pensando que tan solo en la estancia, cabía su casa. Pero al mirar de reojo a Malfoy, trato de disimular, pues sabía que de un momento a otro podría darse cuenta de lo embobado que estaba.
- ¿Qué te parece este palacio Harry? – pregunto George.
- Demasiado para mi gusto – respondió – estoy de acuerdo con Ernie...
De pronto, la puerta que había en el fondo, se abrió de golpe, y un trío de chicos salió rápidamente, todos portaban túnicas azul marino, con una insignia de plata en medio del pecho, el cual tenía las letras del colegio, el IAM, una corona y unas estrellas que centelleaban animosamente.
Los chicos venían discutiendo alguna cuestión, y una de ellas anotaba en un pergamino que flotaba cera de ella.
- Es de toda la vida – chillaba la de las dos coletas – los grupos son pequeños, empieza el año y resulta que todos anduvimos con todos. ¿No es así Davide? ¡Hasta con las arañas!
- Eh... a propósito Davide ¿tú y yo ya fuimos novios o todavía no? Pudo haber sido una semana, un día, una hora o solo una sesión corta de besos.
- ¡Hijote! Ya no me acuerdo, creo que sí... ¡un día!
La otra chica de pelo trenzado se topo de frente con Anthony Goldstein y le preguntó distraída:
- ¿Y tú y yo ya anduvimos?
- ¿Qué? ¡No!
- Estos chicos no son del colegio – señalo Davide.
- ¿Y eso qué? ¡Aunque esté unas horas! ¿Cómo te llamas?
- A... Anthony...
- Bien... te anotaré en mi lista y te diré cuando esté disponible... chau! – y los niños subieron las escaleras principales, desapareciendo.
- ¡Que chicas locas! – gruño Goldstein.
Harry y Ron cruzaron miradas de burla y todos se sentaron en la sala que había en la estancia. De repente por la puerta principal, entraron tres chicos más, desenfadados, cargando gruesos libros que parecían nuevos, se detuvieron un instante, y la chica rubia, alta, se detuvo un momento en Malfoy, sonrió, les dijo algo a sus amigos y se acercaron a ellos con aires de... superioridad.
La chica que iba al frente bien podría ser la hermana de Malfoy, tenía el cabello rubio platinado, que le caía a los hombros, rostro pálido y afilado, pero maquillada discretamente, su uniforme era impecable y traía pendientes y pulseras de oro.
El otro era un chico alto, de cabello castaño, largo y crespo que le tapaba la cara y caía a los hombros, usaba lentes pero era buen mozo y la otra era una chica más bajita, guapa, también rubia, con el cabello atado a una coleta.
- ¡Draco Malfoy¡ - dijo la líder al verlo al fondo y sonrió - ¡Dichosos los ojos!
- Vaya, sí que tiene conocidos – murmuro George.
- Eleonor – saludó Malfoy de mala gana
- Patrick, Lindsay, les presento a mi vecino, Draco Malfoy... – dijo la chica – estudia en Hogwarts. Mis amigos Patrick de Suecia y Lindsay de Canadá...
- Proletarios – dijo Patrick al dar una vista de los chicos y eso hizo que les diera un dolor en el estómago antes el insulto, supusieron que todos eran de la misma calaña de Malfoy.
- ¡Jamás pensé que mi vecino favorito, estuviera aquí... y pensar que en el verano pasado nos divertimos en la cena que tu padre organizó al tuyo!
Harry se preguntó si también era mago oscuro.
- También me da gusto verte...
- ¿Así que ellos y tú son los que vienen a instruirnos?
- Bonito grupo – espetó Patrick.
- Bueno Draco, el chico malo de la colina... me alegra que estés aquí. Aunque a tus amigos, no les pueda decir lo mismo, porque... ¿son tus amigos verdad?
Malfoy abrió la boca pero ninguna palabra salió.
- Si ellos son sus amigos... que bajo ha caido – dijo Lindsay y los chicos comenzaron a rumiar ¿cómo se atreve?
- Más respeto Lindsay – intervino Eleonor – que ellos, serán por un tiempo, la autoridad, a ver si pueden dominar a los egos del colegio.
