Capítulo 3:

Como ser un Prefecto... o Protector

En la oficina del director, los chicos que iban a concursar los esperaban y el director, el señor Trump, los esperaba ansioso.

- ¡Bienvenidos chicos! ¡Me alegra que hayan aceptado venir aquí... para instruir a mis niños, que necesitan una autoridad... sé que hay maestros y eso, pero, debo decir que es más respeto y obediencia hacia un compañero!

Los chicos sonrieron nerviosos.

- Les explico brevemente, aquí no hay muchos alumnos, sólo tenemos 140 alumnos de todo el mundo, que pagan una suma considerable de galeones cada año, y se han contratado a los mejores maestros del mundo... (Harry pensó que los mejores estaban en Hogwarts... y es cierto)... cada años tiene dos grupos Alfa y Beta. – Dumbledore permanecía en silencio

- Son pocos alumnos, pero bueno, de los grupos de quinto y sexto, se han elegido representantes, para ser aleccionados y uno pasará a ser "Protector".

- Les diré quien les toca – dijo Titi – su director, decidió repartirlos así...

Tomo una lista y comenzó a leer:

- Elektra con Ronald y Anthony. Helena acompañara a Draco y a Blaise. Alma a Justin y Ernie. Ana a John y Hayden (estos que habían llegado últimos).

Harry y los gemelos, ellos solo se encargarían del quidditch.

- Y los chicos para el quidditch, ellos estarán mañana en la cancha a las nueve...

Los chicos se pusieron de acuerdo para comenzar al día siguiente, y por la noche, comentaban sus miedos.

- ¿Qué piensas Harry?

- Nada bueno, estamos rodeados de niños mimados.

- Y parientes de magos oscuros...

- O conocidos...

- ¿Cómo creen que nos irá mañana?

- Espero que sobrevivamos.

- No sean pesimistas – dijo Justin – nosotros somos autoridad, nos tienen que respetar...

- Yo no estoy tan seguro de ello...

- Eso es cierto.

Al día siguiente, desayunaron en sus habitaciones y luego fueron a sus actividades. Elektra esperaba en la estancia, para comenzar su instrucción, y a ver quién podía más con la disciplina, aunque a ella no parecía hacerle gracia, pues Anthony era un sangre sucia y Ron, un traidor a la sangre.

- No hay que darles la espalda – dijo Ron – por si acaso...

- ¿Tú eres figura de autoridad en Hogwarts? – le preguntó Elektra a Ron en un tonito burlón, y este se puso rojo.

- Sí... – respondió mientras caminaban a un salón de segundo.

- Bien... dinos como controlas esto – abrió un salón en el que un grupo de Alfa hacía tremendo desastre, no había maestro por lo cual, dos chicos se enviaban hechizos desde unos libreros que estaban de pared a pared, otro más se dedicaba a romper las hojas de unos libros de la biblioteca, mientras que otra chica más tenía atada a una compañera y la hacía comer las hojas de los libros rotos...

Un par de chicas leían revistas que parecían ser muggles y no aptas para menores. Otra más cantaba melodías funestas de hip hop a todo lo que su garganta daba (aquellas de sé quien eres, algún día iré por ti y te eliminaré) y uno más prendió fuego a los escritorios con todo y tareas.

- ¡Ese mi tareaaaaaaa! ¡Que me costo doce galeones que la hicieraaaaaan!

- ¿Qué haces wey? – se quejaban mientras sacaban sus varitas para atacarse

En fin, era un griterío adentro del salón, que no era posible escuchar los pensamientos.

- ¡Niños, niños, silencio! – gritó Anthony como pudo, sacó su varita para enviar un hechizo para calmarlos y apagar el fuego de los escritorios. Pero alguien fue más rápido que él.

- ¡Hechizo Anfibio! – gritó uno de los niños que enviaban hechizos y en seguida... Anthony tenía cara de rana (no me lo imagino) para el susto de Ron, y Elektra, solo rió entre dientes.

- Maldición – gritó el niño de 13 años – ¡No se convirtió todo!

- ¡Es porque eres un inútil bueno para nada que solo se la pasa comprando calificaciones!

- ¡Cállate que tú aún sigues con ese look de niña tonta que tu mami te puso para entrar a este colegio!

Y mientras ellos discutían, Ron trataba de finalizar el hechizo porque cuando Anthony quería hablar, croaba. Y Elektra ya no aguantaba más la risa sarcástica, y terminó saliendo para poder reírse a gusto.

Ron le quitó el hechizo de inmediato, y Anthony estaba alterado y muy avergonzado para su primer día, porque los niños parecían no reparar en ellos.

De pronto, alguien los empujó y entro con paso firme al salón.

- ¡Petrificus total! – apuntó a los niños arriba del librero - ¡Reparo! – apuntó a los libros y estos volvieron a su estado original - ¡Finite Incantatem! – apuntó a las tres mesas que se incendiaban - ¡Reparo!

Ron y Anthony se percataron que Ana era acompañada por otras chicas, Katherina y Diana.

Diana era alta, delgada, pero con curvas, el pelo negro largo y rizado y los ojos verdes.

Kath de estatura media, ojos rojos y brillantes, muy llamativos, pelo negro y liso hasta el pecho, tez clara, cuerpo escultural, muy atractiva y piercing en la ceja, la lengua y el ombligo, y con algunos tatuajes escondidos por el uniforme.

- ¡Escúchenme bien bola de retrasados mentales pubertos imberbes, los quiero a todos callados que tenemos una clase importante al lado, al primero que haga un ruido más le arranco la cabeza! ¿Oyeron?

Ninguno contestó, todos la miraron serios en silencio.

- ¿Oyeron niñitos?

- ¡Sí Makarios! – respondieron al unísono y antes de salir, arrebató las revistas a las chicas y se dirigió a Ron y Anthony.

- ¡Creo que necesitarán más que túnicas de Hogwarts para enseñarles a ellas como controlar a estos monstruos! ¡Bien, a ver Diana, quédate con Elektra para ayudar... Kath, vamos que te toca ir con Helana!

Y salió dándole un saludo a Elektra.

A los que parecía irles regular, eran a Malfoy y Zabini, pues estaban en un salón vació con Helena Prewet, la cual encendió un cigarrillo muggle, con filtro y comenzó a fumarlo, mientras hablaban de todo menos de ser prefectos.

- ¡Hola! – llegó Kath de pronto – sabía que estaban aquí – le quitó el cigarro a Helena y comenzó a fumarlo, dirigiéndoles miradas hostiles a ambos chicos.

- ¡Cuando se corra la voz de que el hijo de Lucius anda aquí, todos esperarán que hagas grandes cosas... Malfoy!

- ¿En serio? – preguntó Blaise

- Claro, tendrás a muchas niñas tras de ti, queriendo comprobar que lo dicho por Eleonor es cierto – continuó la chica – así que tendrás que demostrar que tan malo eres...

- No creo que sea apropiado...

- Ya lo veremos...

Kath y Helena cruzaron miradas evaluatorias y siguieron fumando. Aquello no le gustandaba a Malfoy.

Por otro lado, George, Fred y Harry esperaban al equipo de quidditch. Cuando vieron que Ana llegaba acompañada de su equipo.

- ¡Estamos aquí!

- Buenos días – sonrieron nerviosamente los chicos. Ana estaba acompañada por la Regis y Sax, y más atrás otras chicas más.

- ¡Mi equipo! – dijo Ana fríamente - ¡Mis golpeadoras Regina y Saxana, y Helena junto conmigo y Enywen somos cazadoras... Diana es guardiana y Mariana es buscadora!

- Pues... mucho gusto... Harry Potter y Fred y George Weasley – dijeron los gemelos muy sonrientes - ¿creen que podrían demostrarnos lo que saben?

- Claro...

- Haremos dos equipos – dijo Harry – ustedes contra nosotros.

- Bueno, ok, pero les hará falta jugadores

- Entonces que dos de ustedes que jueguen con nosotros... sin buscador – dijo Fred – sólo con el guardián, dos cazadores, y dos golpeadores.

- ¡Vamos Ana, tú conmigo – dijo Helena – y con Enywen, y Diana con Sax y Regis.

- ¡Escuchen, no vamos a discutir sus posiciones! – dijo Ana – Diana y Enywen que vayan con Potter y los Weasley.

Los chicos sacaron sus escobas, eran Saetas de Fuego Megarrapid Ultra sensorial, de modelo reciente, tanto, que hacía ver como modelo obsoleto la Saeta de Fuego de Harry, y ni que decir de las barredoras de Fred y George, que hasta las cerdas de la escoba lucían mustias.

Hicieron dos equipos de cinco, y se pusieron en posición, flanqueados por Harry y los gemelos, Harry lanzó la quaffle para que comenzara el juego.

Mariana se puso en los aros, Sax y Regis de golpeadoras como siempre, y Ana con Helena de cazadoras.

Por el otro lado Harry se puso de cazador junto con Enywen, los gemelos de golpeadores y Diana se fue a los aros. El juego comenzó con regularidad, hasta que de primera instancia, Harry lanzó la quaffle a la portería de Mariana, y esta se alisaba el cabello atado a un elegante moño, y apenas y pudo desviarla.

Y sucedió la transformación...

- ¿QUÉ DIABLOS CREES QUE HACES REGINA, DEJANDO QUE ESA MALDITA PELOTA LLEGUE A MI PORTERÍA? ¡VENGANZA, EXIJO VENGAAAAAAAZAAAAAA! ¡LA MALDITA QUAFFLE CASI ENTRA A MI PORTERÍA, EXIGO VENGANZAAA! – chilló Mariana quien del coraje se le enrulo de nuevo el cabello.

- ¡Lo siento Mariana!

- ¡YA SABEN COMO ME GUSTA QUE JUEGUEN, DE SER POSIBLE TÍRENLOS DE SUS ESCOBAS PERO NO DEJEN QUE LA QUAFFLE LLEGUE A MI Y MUCHO MENOS LA BLUDGER! – gritó Ana también desde su posición.

- ¡PUES QUE MARIANA DEJE DE ARREGLARSE EL CHINO!

- ¡Ok Ana!

- ¡Y SI UNA MALDITA BLUDGER SE ACERCA UN CENTÍMETRO DE MI PERFECTA NARIZ VOY A DESPEDAZARLOS! – gritó de último Mariana

- ¡Ya, ya! – hizo un gesto Sax

- ¡VAMOS, VAMOS QUE ESPERAN PARA REGRESARLE EL BALÓN A ESOS INÚTILES! – protestó Ana

Ana no parecía tan dulce, gritando a todo pulmón y furiosa, ella tomó la quaffle dirigiéndose a toda prisa a la portería de los chicos, siendo interceptada por Harry que intentó quitarle la quaffle, pero Regina le dio una patada en el trasero, de una manera magistral e hizo que el chico se tambaleara con su escoba.

- ¡Eso es trampa! – gruño Harry, pero Regis tenía una mirada complaciente y divertida.

De pronto aventaron la pelota a la portería de Mariana y la quaffle entró, Helena tomó con furia la pelota y se dirigió a toda prisa a la portería de Diana, y Harry en un segundo le robó la pelota.

Cuando Sax le bateó una bludger directo a su cabeza y al agacharse, perdió el balón, Fred golpeó a la bludger que fue a dar cerca de la nariz de Ana, la que se puso como fiera.

- ¡PERO QUE TARADAS SON DE VERDAD! – gritó la dulce chica, y George estaba con la boca abierta - ¡NO CABE DUDA DE QUE TODO LO TENGO QUE HACER YO! ¡QUIERO VER SANGRE EN ESTE MALDITO JUEGO!

- TRANQUILA ANA

- ¡QUIERO GANAR ESTE PARTIDO COMO SEA! – gritó Ana y Sax le envió una mirada a Regis y ambas asintieron. Y a toda velocidad, bateo la quaffle en vez de la bludger y la pelota salia disparada de la cancha.

- ¡Sobre la pelota! – gritaron todos y salieron fuera del campo persiguiendo a la quaffle mientras las bludger los perseguían a su vez, Ana paso rozándole los talones a Harry y George, quienes por mas que le gritaban, los ignoraban y jugaban como se les pegaba la gana.

La pelota atravesó los campos del colegio con una velocidad impresionante y las saetas eran, claro está, mas veloces. Por lo que Helena alcanzo la quaffle y la lanzó, pero Enywen la capturó, deseaba que terminara tan terrible espectáculo.

- ¡Han soltado la snitch! - gritaron y la pelotita amarilla pasó zumbando cerca de Harry quien no pudo evitarlo y se lanzó hacia ella

- ¡Mariana ve por la snitch, te cubro! - gritó Helene y Mariana siguió a Harry

- ¡VAMOS MARIANA TIENES QUE TOMAR LA SNITCH ANTES QUE HARRY!

Pero el chico le llevaba ventaja, en eso, el dúo dinámico de Sax y Regis, que habían desaparecido y regresado, le gritaron cerca de él.

- ¡ESE POTTER, MIRA ESTO!

- ¿Qué? - en un momento de distracción Harry las miró y las chicas que ahora traían gabardinas y volaban lentamente, ambas se abrieron la gabardina.

- ¡SORPRESA HARRY, DISFRUTA LA VISTA! - gritaron las chicas muertas de la risa... y yo no sé que es lo que Harry vió cuando ellas abrieron sus gabardinas, pero enrojeció y Mariana lo pasó, tomando primera la snitch.

- ¡Suficiente! – dijo George y todos se acercaron a el, rodeándolo - ¿No se saben las reglas o si?

- Las reglas son para romperse– respondió Sax.

- ¿Acaso no te gusto como jugamos? – le sonrió Regina coquetamente, con la mirada suave y un dejo natural simpático.

- Juegan horrible – dijo Fred -creo que primero deberán aprenderse las reglas – y se dirigió a sax – y no son para romperse.

- ¡Pues que aburrido, asi no es divertido el juego!

- ¡No tiene que ser divertido!

- ¡Tranquis, tranquis chicas! – dijo Diana agitando las manos - ¡vamos, no somos todos recuerden que hay otras chicas que también son reservas en el equipo y esperan su turno de jugar!

- Está bien – afirmó.

- Necesito tomar algo antes – apunto George.

- Yo también - gruñó Fred - ¿y tú Harry?

- Si... definitivamente - dijo aún enrojecido y siguió a los gemelos, mientras las chicas rodeaban a Regis y Sax.

- ¿Qué fue eso? - protestó Ana

- ¿Qué cosa?

- ¿QUE LE ENSEÑARON A POTTER?

- ¿SUS MISERIAS O QUÉ?

- ¡no le enseñamos nada! - dijo Sax inocentemente

- ¡Y no son miserias! - protestó Regis - mi talla de sostén es mas grande que el tuyo.

- ¡Vamos ya, a ver, que le enseñaron! - les jalonearon las gabardinas

- ¡No se lo diremos!

- ¡Primero muertas!

- ¡Díganlo ya! ¿les enseñaron sus cosas?

- ¡Tendrás que quedarte con la duda Ana! - sonrió Sax y tanto ella como Regis salieron corriendo con las gabardinas bien sujetas.