Capítulo 6:
Invocaciones Espirituales e Infernales- ¿Cómo se llama el profesor?
- Freddy Krueger...
- ¿Dónde he oído ese nombre?
- ¡Vamos chicos, que les va a encantar esta clase!
- Apuesto a que se les para...
- ¿QUÉ?
- El corazón... ¡Ay, que mal pensados!
- ¡Como que esta clase no me gusta! – dijo Dan al ver que el salón era oscura, olía mal, y había un montón de cabezas de gallinas en un trasto en medio del salón, frascos grandes con sangre y un alumno en medio retorciéndose.
- ¡No me digan! – dijo Elektra al ver al chico así - ¡Jim quiso hacer las invocaciones y nuevamente fue poseído por un poseído maligno!
- ¡Pero si es un inútil!
- PERRASSSSSSSSSSSS – gritó de pronto Jim con una voz horrorosa, herrumbrosa y macabra – TODAS SON UNAS PERRASSSSSSSSS
- ¡Mira chica que bien te conoce! – codeó Alma a Ana y esta le lanzó una mirada asesina.
- ¡Oiga profesor Krueger, o le quita ese espíritu chocarrero o le enterramos una daga en el corazón!
- ¿A Jim o al profe? – preguntó Elektra con ironía.
- ¿Te respondo?
- Creo que... mejor salimos de esta clase – dijo John
- ¿Miedo? – se interpuso Elektra con una cruel cara de burla - ¿Tienes miedo?
- Créanme – dijo Ana – aquí estarán mejor que afuera...
Los chicos tragaron saliva, mientras veían como Jim se retorcía y sacaba espuma por la boca, mientras el profesor Freddy Krueger, on sus largas y afiladas uñas destripaba una gallina pa un nuevo ritual.
Ana no andaba equivocada, Anthony no podía quitarse de encima a tres niñas beta de cuarto año, una de ellas le acariciaba el cabello, otra más andaba levantándole la túnica y la última lo tenía apretujado sobre una puerta.
- ¡Ya basta niñas, respétenme!
- ¡Peor nosotras no queremos respetarte... o que nos respeten!
- ¡Escuchen, no quiero hacerles daño, por favor... suéltenme!
- ¡Oh, que caballeroso! ¡Los de aquí son un poco bestias!
- ¡Oye, no me toques ahí! – protestó cuando las manos inquietas de las chicas andabas en salvan sean las partes.
- ¡Ustedes, largo! – gritó de pronto Nenyeina con varita en mano.
Las chicas se pusieron en pie y le miraron desafiante.
- ¡Piérdete Nen!
- ¡Impedimenta! – chilló Nen, dejando fuera de combate a las tres, y dejando sorprendido a Anthony.
- ¡Eso... eso no era necesario! – quiso justificarse el chico.
- ¿En serio? – sonrió – Será mejor que no aceptes ninguna invitación de ninguna chica para entrar a alguna celda... ni siquiera si soy yo – dijo con coquetería y paso caminando encima de las chicas, que apenas volvían en sí.
