Capítulo 44:

Una Cena, un Duelo, y un Perdida... digo, una Pérdida

Kath con templaba el vestido rojo pasión, y no podía evitar arreglarse muy bien, para ver al Conde Romanov, el vestido realmente le sentaba bien, aun que era muy estorboso, pues como era antiguo, tenia faldones y demasiado en caje.
-¿Lista para el s u i c idio, digo, para el com promiso?
-Tí rate al ex cusado y jala del retrete Regina...
-¡Tra nquila chica! solo es una cena, a lo mejor y se des iluciona de nuevo
-¡No qui ero compro meterme! ¡Quiero vivir la vida loca!
-Todas... pero a veces no se puede, Fred por ejemplo, no ent iende mis ma nias y me huye cada que me le acerco...
-Tu eres una ma n iát ica
-¿A que hora es tu cena rom ántica?
-A las nueve, es mejor que suba, porque con este ve stido
-¿Por que no te lo a marras al cuello? o mejor aún... sube en ropa in terior y co rset y arriba te vi stes
-¡Que linda, gracias!
-"Ella que sera She's livin' la vida loca Y te do lera Si de verdad te toca Ella es tu final Vive la vida loca Ella te dira Vive la vida loca She's livin' la vida loca" - se alejó Regina cantando de burla, mien tras Kath ya come nzaba su reco rrido a la ter raza, donde sería su ado rable cena con Hendrix.

Pero Regina, alias la veneno, de inmediato se dirigió a donde Blaise, se encontraba en la sala de juegos, con una cara de pocos amigos.
-¡Oye morenazo!
-no me digas moreno…
-Ta bueno, oye güerito…
-¡Déjate de cosas Regina! ¿Qué quieres?
-Solo informarte que Kath tiene una cena importante…
-¿A si?
-Con el Conde Pátula, digo, el conde Romanov…
-Pensé que ya habían terminado – dijo un poco pálido
-Pues que según, que el quiere volver… reanudar el compromiso y el casorio para el año que entra
-Increíble – gruñó
-Yo se que tu no piensas en matrimonio… ni en esas cosas… pero… a Kath le gustas harto, o sea mucho… y ella estaba dispuesta a entregarte todos sus afectos… o sea, todo lo que lleva bajo la túnica…
-¿En serio?
-Si, digo… tal vez si sea con descendencia vampírica, pero… de que te quiere echar… te quiere… y tu… ¿Vas a dejar que se comprometa con la lechuga romana? Digo, con Romanov?
-Pero… yo…
-¡Vamos Blaise… se hombre por una vez en tu vida y salva a mi amigui de un hombre como Hendrix… sube a esa terraza y dile que Kath es tuya y de nadie mas!
-¡No puedo hacer eso!
-¿Por qué no?
-¡Ese conde debe ser un vampiro!
-¡Entierrale una estaca al corazón!
-¿Estás loca?
-¡Que cobarde! – se puso de pie la chica - ¡Preferible que Kath se comprometa con Romanov a que termine con una vergüenza de hombre como tu!
-¡Es que yo!
-¡No me digas nada… lo he oido todo! – y se marchó, solo que en su camino se topo con Fred - ¡Fred, amorcito!
-¡Oh, no!
-¡Ven aquí Fred, lo oscurito nos espera!
-¡No quiero! – chilló el chico y salió a prisa, con Regis tras el y dejando a Blaise pensativo ¿valía la pena morir por ella, por Kath? (eso de morir si que fue exagerado)

Kath subió a la terraza, y la cual lucía como un sueño… de funeral por supuesto, todo el decorado era negro con rojo, en medio una elegante mesa con mantel, velas y listones negros, y una fina vajilla esperando una deliciosa cena… pero Katherina no tenia nada de hambre, todo lo contrario, quería vomitar.
-¡Ah! Mi amada ha llegado – sonrió Hendrix desde la oscuridad
-Hendrix – gruñó Kath -¿Qué clase de juego es este? ¡Acaso no me habías cortado?
-Ya me arrepentí…
-¿Qué?
-Si, he decidido que tu eres lo mejor que me puede pasar ¡y no me importa que ya no seas… quiero que seas mi esposa!
-¿Qué ya no sea qué?
-Pues que ya hayas metido la pata con otro…
-¡Oh! ¡Pero Hendrix, yo no te…!
-¡Basta Kath, no arruines el momento, tus padres están felices por que he decido casarme siempre contigo!
-¡Ay, pero que lindo! – dijo en un gruñido
-¿Acaso no quieres casarte conmigo?
-¡Pues no! ¡NO TE QUIERO! Y soy demasiado joven y hermosa para casarme…
-¡Kath, no eches a perder la cena, quiero que cenemos tranquilamente como la pareja feliz que somos y discutamos la fecha de la boda!
-¡NO!
-¡Kath no me obligues a…! – se abalanzó sobre ella y le tomó de las muñecas
-¡Suéltala! – gritó de repente… ¿Quién, quien? ¿Batman? Nooooooooo ¿robin? Nooooooooo ¿superman? Nooooooooo ¿el chapulín Colorado? Pos tampocoooooo, nada menos que ¡Zabini! UH UH UH UH ¡ZABINI, ZABINI, ZABINI!
-¿Perdón? – se volvió Hendrix al verlo y lo reconoció de inmediato
-Discúlpame, pero MI PROMETIDA Y YO estamos en una conversación privada…
-¿Y por eso la maltratas?
-Eso no te importa… mi prometida y yo…
-¡Ella ya no es tu prometida! – gritó y se interpuso entre el y Kath, Hendrix lanzó un gruñido mostrando sus bien afilados colmillitos y que por un momento casi le provocan un desmayo al pobrecito.
-¡Tú eres el inútil mago de quinta con quien durmió!
-¡Pues si, yo soy, ya fue mia, así que ahora exigo los derechos, digo, ahora exijo que la dejes en paz porque Esa chica es mía, casi casi mía está loca por mí, pero aún no se fía Esa chica es mía, casi casi mía está loca por mi, y por eso ella es mía!
-JA
-¿Verdad Kath que solo a mi me amas? – se volvió a preguntarle, aunque con un poco de palidez por el susto, porque Kath también ya andaba con los colmillos de fuera (si pues ¿Qué tal si cambiaban de opinión y Zabini era la cena?)
-¡si, si… amo a Zabini, fui suya esa noche y lo volvería a hacer! (UUUUUUUUUUUH)
-¿Lo oyes? ¡Déjala en paz! ¡Además es muy joven para comprometerse!
-¡Eso a ti no te importa maguito barato! ¡No eres mejor que yo! ¡Yo provengo de una familia de linaje, somos vampiros evolucionados, pero si me sigues fastidiando, haré lo que no he hecho en muchos años…
-¿Qué cosa?
-Morder directamente a un humano… - y abrió la boca, con los colmillos afilados y hasta brillositos. Pero Kath de pronto hizo a un lado a Zabini
-¡Deja en paz a mi novio! – gruñó mostrándole los colmillos
-¿Un humano mágico, tu novio? – gritó
-¡Si, cuando me terminaste comencé a andar con el!
-¡No lo creo, este tipo es un miedoso, casi se muere del susto!
-¡Pues es muy, MI miedoso!
-¡Guay! – gimieron Mariana, Di, Nen y Alk que habían subido a la terraza – ¡Duelo de vampiros!
-¡Se van a matar!
-¡Ahora si tendrán lo que les gusta!
-¿Qué cosa?
-¡Sagre!

-¿Me estas desafiando Katherina De Lioncourt Black? – gruñó Hendrix
-¡Si! Hedrix Romanov Drácula.
-¿y por este simple humano?
-¡SI! Zabini es mio, yo soy suya y tu sales sobrando…
-¡Esto no se queda asi! – dijo Hendrix con los ojos rojos, rojos y brillantes, y Blaise, nuestro valiente caballero, que casi se meaba del susto, tragó saliva y se volvió a interponer, si moría, pos sería con mucha dignidad
-¡Largo de aquí Romanov, deja a mi novia en paz!
-AAAAAAAAAAAAAAAHHHH – gimió Romanov a punto de lanzarse sobre Blaise… mejor dicho, se le lanzó y lo tomó por el cuello - ¡Me beberé toda tu sangre!
-¡Te puede hacer daño! – gimió el chico tratando de patearlo, y haciendo que su varita se le cayera
-¡Oye Kath que se cenan a tu novio! – gritó Mariana
-¡Y se supone que tú debes cenartelo, almorzarlo y desayunarlo primero! – especifico Diana.
-¡No dejes que se coman a tu amorcito! – chilló Alky
-¡Basta Hendrix! – Kath hizo un movimiento con sus manos y Hendrix salió disparado por un lado y Zabini por otro.
-¡Auch! – se quejó Zabini y ella corrió a sus brazos (ay, que romántico)
-¿Estás bien Blaise, te duele algo?
-¡Mi lindo cuerpecito! – murmuró levantándose como pudo
-¡Que alguien le lance una estaca a Zabini! – gritaba Mariana
-¡Directo al corazón de Hendrix!
-¡Esto es inaudito! – gritó el Conde, dispuesto a todo, pero de pronto… desde el cielo, una carroza negra tirada por pegasos negros y ojos rojos, zurcó los cielos y dio varias vueltas, buscando donde aterrizar, suerte que la terraza era enorme y espaciosa
-¿Y eso? – gruñó Blaise
-¡Ay no! – chilló Kaht
-¡En la madre! – dijo Mariana
-Y con su padre – completó Diana
-¡Los padres de Kath! – gimió Nenye
-¡Eso es todo, ahora si se cenan a Zabini! – musitó Alky
-¡Y a nosotras por chismosas! ¡vamos, que no nos vean, bájense chicas!

De la carroza, bajaron los padres de Kath, los Condes de Lioncourt, que parecían deslizarse sin tocar el suelo, y ambos con miradas severas, mientras Kath abrazaba y hasta le enterraba las uñas a Zabini, del susto.
-¡Que bueno que llegaron! – gruñó Hendrix - ¡era mi sorpresa Kath, había invitado a tus padres a cenar, para reanudar el compromiso!
-¿Qué sucede aquí? – preguntó el padre, mirando de reojo a su hija que abrazaba a Zabini
-¿Es tu cena querida? – preguntó La condesa, mirando como Kath se aferraba a Blaise
-¡Es el tipo por el cual no quiere casarse conmigo! – gritó Hendrix
-OOOOOOOOH
-¿Cómo? – Espetó el padre - ¿Siempre ya no hay compromiso?
-¡Su hija, señor Lioncourt! Que me ha cambiado por un simple humano, ¡le dije que ella debía asistir a el colegio Vampírico en el inframundo, en esta escuela le dan malos ejemplos!
-Nosotros no somos vampiros comunes – dijo la condesa – y este instituto es perfecto para nuestra niña querida
-¡Pues ahora mi honor ha quedado humillado por que su hija me ha cambiado por ese humano!
-¡Soy mas que un humano, soy un mago! – gruñó Blaise ofendido
-¡Para mi solo eres un horrendo humano!
-¡Bueno, pues ultimadamente… ¡Kath es mía, te guste o no! ¿Cómo la vez?
-¡Katherina! ¿Te has liado con este muchacho?
-¡Si madre!
-¿Acaso no amas a Hendrix?
-¡Claro que no! Si me iba a casar con el, fue porque ustedes le dieron mi mano… malos padres… no dejan que yo elija al que me guste…
-¡Yo no le ofrecí tu mano! – gimió su madre y se volvió al padre que carraspeaba
-Mj…mj…
-¿Tú le ofreciste la mano de MI hija sin mi consentimiento y a la fuerza?
-Bueno… querida… comprende… Hendrix es el hombre perfecto para nuestra niña… ¡quien mejor que el, para llevar los linajes de la familia en alto!
-¿y tu lo aceptaste Katherina? – se volvió su madre a ella con bastante furia en los ojos.
-Pues si me negaba no me harían caso ¡Y pensé que todos estaban de acuerdo!
-¡ESTO ES INCONCEBIBLE! NINGUNA HIJA MIA SE CASA CON ALGUIEN A LA FUERZA, ESTOY DECEPCIONADA DE TI, ESPOSO MIO, ASI QUE AHORA, ESTE COMPROMISO QUEDA SUSPENDIDO…
-pero querida…
-¡SUBAN A LA CARROZA TU Y HENDRIX, PLATICAREMOS LARGO Y TENDIDO EN EL CAMINO DE REGRESO A CASA! – Ordenó la condesa señalando la carroza - ¡AHORA!
-si querida…
-¡VAMOS HENDRIX, SUBE O TE OBLIGO!
-Si Condesa…
-y tu querida – se volvió a kath - luego vendré a hablar contigo…
-si madre…
-Ahora llévate a tu cena… digo, a ese chico, necesita algo, está muy pálido y no es el color habitual de los humanos…
-Ok… - apenas la carroza se elevó, Kath respiró tranquila y las chismosas se asomaron, Blaise… se desmayó… pobrecito, demasiada tensión.