"Todas las decisiones que tomemos en nuestra vida siempre tendrán consecuencias... depende de nosotros el que éstas sean buenas, o sean malas..."
"GERMINACIONES DEL AYER"
Por Roxana Janet
DISCLAIMER: Shaman King no me pertenece... BUAAAAAAA! Sin embargo mas le vale a Hao que no ande haciendo travesuras… ¬¬
NOTAS DE LA AUTORA: Ohayo a todo el mundo! Solo esta aclaración para decir... que en realidad tiene muy poco que comencé a investigar de Shaman King, así que si encuentran cosas que no concuerden... please sigan leyendo! haré mi mayor esfuerzo! X3
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La lluvia caía a cántaros en la ciudad de Tokio; las hojas se doblaban pesadamente con las gotas estrellándose fuertemente sobre ellas, al momento que los truenos retumbaban en el cielo... y pese a que el techo de la posada Funbari les resguardaba de la tormenta del exterior, no lo hacía de la misma manera con la que había en el interior. Habían pasado apenas 10 minutos, y aún así, su pequeño cuerpo permanecía inmóvil, de pie, sin poder articular palabra o reaccionar, mientras que enfrente suyo, sentados alrededor de la mesa de madera, dos adultos sentados uno al lado del otro; el primero de ellos, una mujer hermosa rubia, cabello largo y semblante serio, delgada y muy hermosa, usando un vestido negro con un suéter de botones rojo; el segundo, un joven de cabello al hombro castaño oscuro, ojos negros, usando una camisa blanca de botones y un pantalón negro, ambos de 21 años, mantenían su mirada fija en el niño.
"Hanna..." volvió a llamarle la mujer de largos cabellos rosas sentada con ambos jóvenes, al otro extremo de la mesa, al momento que mantenía su mirada en la misma "Ellos son tus padres..."
Un trueno resonó por el cielo y retumbó por toda la casa, el momento que ambos jóvenes se miraban entre sí, nerviosos, sin saber que decir o hacer... tras un largo silencio, el joven de cabellos castaños finalmente dio un suspiro, al momento que se ponía se pie, y tras meter sus manos en sus bolsillos se acercó al niño, y hincándose enfrente suyo y poniendo una de sus tan tiernas y características sonrisas, tratando de aminorar el ambiente pesado que de pronto se había formado.
"Hola Hanna! Mi nombre es Yoh, soy tu padre! Wow! has crecido mucho desde la última vez que te vi! No sabes cuanto ansiaba verte!" dijo el chico al momento de presentarse y dirigir su mano a la cabeza del niño.
"No es verdad". La voz seca y fría de Hanna resonó por los oídos de los presentes, al momento que Yoh detenía su mano justo antes de hacer contacto con la cabeza del niño, y no podía evitar poner en su rostro una expresión de melancolía y sorpresa rara vez visible en él "¡Mamá, eso no es verdad! Lo que me estás diciendo no puede ser verdad!". La mirada del chiquillo se clavó en la mujer de cabello rosado, mas al no obtener respuesta de la misma se giró hacia el gran hombre que le miraba recargado en la puerto, al momento que sus ojos imploraban por una respuesta suya, algo que le dijera que todo ello era una gran broma "T-Tío...?"
"Lo siento Hanna, pero es verdad... el maestro Yoh y la Sra. Anna son tus padres..." se limitó a responder Ryu, al momento que el niño simplemente negaba en silencio con su cabeza.
"Hanna, escúchame..." llamó Yoh mirándole compasivamente, al momento que trataba de sujetarle, sin embargo, el chiquillo le apartó violentamente al momento de dar un par de pasos hacia atrás "Hanna..."
"ES MENTIRA! TODO LO QUE ME ACABAN DE DECIR ES MENTIRA!" y sin decir más, el niño rubio se echó a correr hacia el interior de la posada, siendo Yoh el único que tratara de detenerle, pero en vano; tras escuchar como una puerta se azotaba, el chico de cabello castaño se giró hacia su esposa, la cual mantenía su mirada en la mesa, un gesto inexpresivo en su rostro.
"¿Por qué no dijiste nada?"
"¿Qué querías que dijera? Sabes que mientras no lo quiera creer, no podremos hacer nada..."
"¿Esa es tu respuesta, Anna¿Nuestro propio hijo se niega a reconocernos como sus padres y te limitas a responderme eso? Creí que estabas tan emocionada como yo de volver a verle! Creí que querías abrazarle como cuando era bebé!" el chico se pasó una mano por su cabello, al momento de dar un suspiro.
"Quizá no debería de meter mi fleco, pero creo que en cierto modo, la Sra. Anna tiene razón, maestro Yoh..." comenzó Ryu captando su atención "Dele tiempo para que lo piense esta noche... tarde o temprano tendrá que aceptar el hecho... después de todo, sus mismas características físicas pronto le ayudarán a darse cuenta de ello"
"No pretendía que las cosas llegaran a este punto, joven Yoh... de verdad lo lamento..."
"No te preocupes Tamao, lo sabemos..." dice el chico al momento de girarse a la misma chica a la cual Hanna había llamado madre "después de todo, se acordó esto... así que mejor vamos a tranquilizarnos y a esperar hasta mañana para hablar bien con él... "
"Su habitación está lista por si gustan retirarse a descansar..."
"Yo tomaré un baño antes... ¿puedes prepararlo, Tamao?" la joven asiente al momento que se pone de pie y sale de la habitación, seguida de Anna. Yoh por su parte deja escapar un gran suspiro al momento de recargarse sobre uno de los muros del lugar, mientras Ryu le miraba.
"¿Cómo ha estado...?" preguntó Yoh repentino, y tras notar un gesto de confusión por parte de Ryu, se apresuró a sonreír "Tu sabes, hablo de Hanna..."
"Es un chico fuerte y sabe manejar el par de dagas que le dejaste... es bastante temperamental... sin embargo, es un buen niño... justo como usted y la Sra. Anna..." Yoh suspira al momento de bajar su mirada.
"Tal vez no sea el momento mas adecuado para preguntar, pero... ¿han arreglado "aquello", maestro Yoh?" tras recuperarse del leve choqueo que el chico dueño del nombre había sufrido tras la pregunta, dio un suspiro al momento de negar levemente "Ya veo..."
"No hay rastro suyo, aunque para ser sincero, tengo la esperanza de que haya cambiado... solo espero no equivocarme..." respondió el chico dando un suspiro, para enseguida, cruzarse de brazos al momento de poner su mirada afuera, donde continuaba lloviendo.
Por su parte, Hanna se encontraba en su habitación sentado sobre su cama, al momento que trataba de apartar un par de lágrimas que se habían acumulado en sus pupilas azules... ¿por qué nunca le habían dicho nada¿por qué le habían ocultado todo eso durante tanto tiempo? Si se lo hubieran dicho lo hubiera entendido, después de todo, ya tenía 6 años... tras dar un suspiro, el crío miró a través de la ventana, mientras veía las gotas de lluvia resbalar por el cristal...
Repentinamente, el niño se apresuró a acostarse tras escuchar un par de pasos deteniéndose frente a su habitación, y se cubrió con el cobertor totalmente justo en el momento en que la puerta se abría. Su corazón latía rápidamente, sin embargo, supo como controlar su respiración lo suficiente como para fingir estar dormido. Esperó un par de segundos, sin embargo nada pasó... el niño comenzó a impacientarse al momento que una gran curiosidad le invadía, mas aún así, decidió no moverse... justo cuando se disponía a descubrirse siquiera un poco para ver a la figura enfrente suyo, su respiración se cortó momentáneamente al sentir una mano cálida acariciando su pelo... sabía que esa mano no era la de su "madre", sin embargo, aún así, por alguna razón que no supo describir, realmente disfrutó aquel roce tierno, cuidadoso, al momento que unas ganas enormes de levantarse y abrazarle le invadían, pero no dejaría ver que aún estaba despierto.
"Probablemente no me recuerdes, Hanna, después de todo, solo eras un bebé en ese entonces... sin embargo... aún pese a lo que pienses de nosotros... tú sabes, hablo de tu padre y de mi... aún así... esperamos que algún día entiendas por que nos fuimos por tanto tiempo... y esperamos que un día, nos aceptes... descansa mi pequeño..."
Tras éstas palabras, la rubia se inclinó sobre su pequeño para besarle la frente, mientras su largo cabello caía sobre él, dejándole aspirar aquel dulce aroma que vagamente recordaba... tras ello, escuchó los mismos pasos alejándose y saliendo del cuarto, y tras un par de segundos mas, el sonido de la puerta cerrándose se hizo presente. Por unos segundos, Hanna no supo que pensar, ni tampoco supo que decir... simplemente se quedó acostado, aspirando la fragancia que se había quedado impregnada en su almohada, al momento que sus ojos comenzaban a cerrarse, deseando en su interior que a la mañana siguiente, cuando despertara, las cosas regresaran a la normalidad.
CONTINUARÁ
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