¡Hola!

Bueno, me ha llegado el momento de subir una nueva historia. Esta vez es cortita, el narrador es Ray en primera persona y me vino a la cabeza mientras escuchaba "What you're made of" de Lucie Silvas y Antonio Orozco. Tal vez escribo esto porque, aunque nunca haya sido una gran admiradora de Ray, y aunque para mí la inminente boda (digo inminente para mí, porque aún no la he visto) era lo que estaba predestinado a ocurrir, el pobre chico me da pena...

Espero que os guste. Dedicado a todos los que lo leáis, a Lady Rocket por picarme con su "He is not me" y hacer que me muriera de ganas de escribir esto, y especialmente a todos los que dejéis reviews (sí, soy un poco chantajista, lo siento).

Ahora... leed y adelante.

ESTÁ BIEN

No puedo creer que el momento haya llegado.

Te veo, y veo que te escapas de mí. Veo que me has dado falsas esperanzas durante todo este tiempo, o puede que no, que yo me haya creado solo mis falsas esperanzas, que tú en realidad nunca me quisiste. En fin. Ahora estamos en un punto de no retorno, tú vas a dar un paso y yo no soy nadie para evitarlo. Querría poder mirarte a los ojos, sonreírte y decir que me alegro por ti, que deseo que seas feliz, pero no puedo. No puedo. Soy un egoísta, lo sé, pero sólo quiero que seas feliz conmigo.

Me gustas. No puedo dejar de pensar en ti un solo segundo, constantemente te veo, en los brazos de él, y me lamento. Tal vez yo debería haberlo hecho antes, tal vez si te lo hubiera pedido también te habrías casado conmigo...

Te he escuchado en tus buenos y malos momentos, he estado a tu lado, y tú no me has obligado a nada, lo he decidido yo mismo, porque quería. Solamente que a veces me parece que tengo derecho a que me devuelvas algo lo que hice. Sólo quiero algo de ti.

Me hundiré si no estoy contigo, porque me encuentro en medio de una encrucijada: si te digo que te amo, que le dejes, quizá me odies por intentar separaros, y te pierda para siempre. Pero si no lo hago, si te dejo ir, te perderé de todas maneras. No sé, me parecía que eras sincera, pero ahora veo que le quisiste a él todo el tiempo, y me asombra que hayas podido conservar ese amor por tanto tiempo. Haces que vuelva a envidiarle por despertar en ti un amor tan fuerte. Y ya le envidio demasiado. Envidio que pueda tocarte, que pueda besarte, que pueda oír tu voz un día tras otro para siempre. Porque eso sí, si te deja, si algún día se marcha de tu lado, es que no se merecía que le quisieras.

Da igual que lo entiendas o no... esta es la verdad. No hay otra explicación. Ni otra manera de seguir adelante, has cambiado, o quizá has mostrado una parte de ti que yo no conocía. Y sé que ahora hay cosas que nunca me entregarás, por mucho que me sacrifique, nunca será suficiente para recuperarte.

Así que ahora, mientras busco las palabras que puedan convencerte para que vengas conmigo, para que escapemos juntos y nos perdamos antes del amanecer (como en esa canción de Evanescence que tanto te gusta), una voz en mi interior me dice que todo es inútil y que trate de consolarme. Por eso sólo intento pensar que si no estás aquí, para esto, no eres lo que estaba buscando. Que merezco más de lo que puedes darme, de lo que está dispuesta a decirme. Porque si no eres tú, soy yo quien que me equivoqué contigo. Puede que estuvieras dispuesta a darme más, sólo que no pudiste.

Ya lo sé, no me quieres, no estás enamorada... está bien.