AÑO 4 DESPUES DE.......

Después de unos meses Harry había deducido donde se encontraba, los elfos lo llamaban simplemente escuela, pero tras una observación del entorno más detallado y alguna que otra escapadita por la noche.......

Se encontraba en la academia de Aurores, MADRE. La llamaban ellos. Era más pequeño que Hogwarts pero igualmente llena de vida, cerca de 400 estudiantes estaban ahora terminando de prepararse para sus exámenes de final de curso. Más de 50 habían muerto durante ese año, ni siquiera habían podido llegar a graduarse.

Harry les miraba con cariño durante sus largas horas de estudio en su forma animaga preferida desde sus días en Azkaban. Un mariposa. Le permitía acceso libre por todo el castillo sin que nadie llegase a reparar en un pequeña y preciosa mariposa que se escurría entre las puerta mal cerradas y los agujeros sin tapar.

Nunca se había sentido tan libre, lleno de vida. El clon que se encontraba meditando en su celda hacía prácticamente imposible que nadie se diese cuenta de su ausencia. Incluso le avisaba si alguien se encontraba a 20 metros de él. Para que pudiese volver antes de que la falta de reacción por parte del clon pudiese generar alguna sospecha.

Durante todo el año había estado muy cerca de sus amigos aunque estos nunca llegaron a saberlo. Vio como en varias ocasiones tuvieron que pasar varios días en la enfermería para recuperarse de sus lesiones. Según la enfermera, tenían el record de permanencia en ella, aunque siempre les decía que eran los que antes se recuperaban de sus lesiones. Harry tenía parte de culpa en eso, siempre les ayudaba cuando estaban profundamente dormidos y aunque en más de una ocasión hubiera podido curarles complemente era preferible que no pareciese un milagro.

Ellos siempre decían lo mismo. "Eso es por que no conoces a Harry, él se pasaba más tiempo en la enfermería que en el dormitorio". A Harry le hacía mucha ilusión ese tipo de comentarios. No había semana que no pudiera escuchar algún comentario por el estilo."Si Harry estuviera aquí él sabría que hacer......" o "Dentro de un año volveremos a estar completos".

Harry no guardaba ningún aprecio por el mundo mágico, ya no.... Su encarcelación injusta había causado eso.... No debía lealtad a ningún estado o nación. Con los únicos que se sentía en deuda era con sus amigos, Albus, toda la familia Weasley. Eran los únicos que habían creído ciegamente en él. Nunca le había puesto en duda ni siquiera cuando el propio Harry las tenía. Y el último merodeador, Remus, había llovido durante 15 días seguidos en Azkaban cuando Harry se enteró por casualidad de su muerte. El comedor de la muerte que lo había hecho pagaría, Lucius Malfoy, como lo haría la prima de Sirius.

Tal como dice la gente sabia el venganza en mejor servida fría. Y en este caso llevaba 4 años enfriándose pero no por eso había dejado de hervir.

Llevaba todo el día revoloteando con la escuela sin encontrar ni a Hermione ni a Ron. Seguro que habían tenido que salir en alguna misión, con un poco de suerte esa noche se enteraría de los detalles.

Tres días pasaron sin tener noticias de ellos. Empezaba a preocuparse, nunca antes había tardado tanto en completar una misión. Confiaba completamente en ellos, eran buenos, los mejores de su promoción sin dudarlo pero el enemigo no era fácil de batir y luchando siempre en desventaja era sencillo caer en el campo de batalla.

Por mucho que intentó enterarse por sus compañeros donde se encontraban o que misión estaban realizando no obtuvo respuestas. Ninguno de ellos tenía la información. Ni siquiera el director lo sabía, simplemente conocía que la orden había llegado de lo más alto y que era una misión extremadamente peligrosa. Harry estaba realmente preocupado.

Esa misma noche, tres Aurores llegaron donde se encontraba él. Eso era extraño, después de un año allí nunca había recibido ninguna salvo los elfos que se encargaban de sus necesidades. Al parecer llevaban a un prisionero con ellos.

.-Lo hemos capturado hace una hora, tenemos que interrogarlo inmediatamente.- Dijo el más alto de los tres.

.-Estás seguro que sabe algo?

.- Seguro, Weasley le marcó como siempre hace para seguirles después, estaba allí ayer por la noche.

.-Maldito bastado, por tu culpa un compañero está en el hospital, pagarás por esto.

.-Antes debemos saber donde está Granger, no estaba junto a Weasley. Seguro se la llevaron a algún sitio.

Tras atarle fuertemente le administraron tres gotas del suero de la verdad.

.-Cual es tu nombre?

.-Wilson Mcnoll

.-Atacasteis ayer por la noche a unos Aurores?

.-Si.

.-Quien estaba contigo.?

.-No se sus nombres. Nunca nos damos los nombres.

.-Donde se encuentra la Auror.

.-Nos la llevamos, al parecer uno de los preferidos de nuestros señor tiene especial predilección por esa sangre sucia.

.-Cual es el nombre de ese preferido?

.-No se su nombre, solo que no está marcado, es de los pocos que no está marcado.

.-Hace mucho que sirve a quien no debe ser nombrado?

.-Solo unos años, después de salir de Hogwarts, era....

No pudo continuar, la puerta de la celda donde se encontraba Harry estalló en mil pedazos, la ira, lo que estaba escuchando, Ron y Hermione tenían problemas.

Los Aurores levantaron sus varitas en dirección a la nube de polvo que inundaba el lugar. Que estaba pasando, únicamente Potter se encontraba ahí, nunca había dado problemas, por que ahora?

Únicamente unos ojos verdes relucientes podían verse entre la polvareda, unos ojos verdes que no estaban contentos. Esos Aurores era muy experimentados, gente curtida en la batalla pero esos ojos, ninguno pudo pronunciar ningún hechizo para defenderse, estaban completamente congelados en su sitio sin poder moverse, ni decir nada mientras la figura de Harry se les acercó, el prisionero estaba paralizado por el miedo. Como sabiendo que la ira de esa bestia era por su culpa.

Dejando de lado a los Aurores se acercó al prisionero, no tenía ningún sentido seguir haciéndole preguntas, no sacaría nada de él, no al menos con preguntas.

Poniendo su mano encima de su cabeza, el prisionera empezó a chillar. Las imágenes desde su niñez hasta apenas unas horas antes pasaron por su cabeza en segundos. Cuando finalizó se desmayó.

El hombre no era inocente, desde luego, ahora sabía lo mismo que este hombre, hasta que notas había sacado en la escuela, un montón de información sin valor, despreciando toda la información irrelevante se quedo únicamente con lo que realmente importaba. El nombre y la ubicación de su punto de encuentro después de capturarla. Una taberna llamada Serpiente divina en el callejón Knockturn. Su punto de enlace el tabernero de ese local. Seguramente no era más que un intermediario sin importancia pero al menos era un punto de partida.

Andes de ir allí tendría que hacer unas cuantas cosas. Ron estaba muy grabe en el hospital, seguramente no pasaría de esta noche, las heridas eran demasiado severas y su nivel mágico bajo mínimos.

Poniéndose de nievo delante de los Aurores inmovilizados les dijo.

.-Volveré en una semana, tengo algo que hacer.... Por vuestro bien espero que no interfiráis, a mi me da igual matar mortífagos que Aurores. Volved a vuestras casas y encerraros en ella durante una semana. Será mucho más seguro.

Tras decir esto chasqueó sus dedos y desapareció.

Inmediatamente los Aurores quedaron libres del hechizo inmovilizador pero seguían sin moverse. Como demonios había desaparecido? Ellos había llegado por Portkey, era imposible desaparecerse en un radio de 5 Km. de la escuela.

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Cuando reapareció se encontraba vestido de verde con una careta del mismo color y un gorrito a juego en la cabeza. Estaba en san Mungo su mejor amigo estaba allí con su vida pendiente de un hilo. Necesitaba respuestas y las quería ya. Se dirigió al mostrador donde se encontraba la recepción.

.-Perdona Ana.- dijo mirando la tarjeta que llevaba en su bolsillo. Tan disimuladamente como pudo hizo aparecer otra igual con el nombre de Miguel Strogof.- Me han informado que un amigo de cuando estudiaba en Hogwarts se encuentra en el hospital muy grave. Su nombre es Ron , Ron Weasley

.-Espere un momento doctor Strogof , enseguida lo busco.- tras agitar varias veces su varita dentro de un mar de fichas apareció la requerida.- Ron Weasley, habitación 204 en la segunda planta. Al parecer tiene las visitas restringidas y un grupo de Aurores custodia la entrada.

.-No se preocupe srta. Muchas gracias.

Al llegar allí se encontró con dos Aurores custodiando la puerta, pero igual que los que se encontraban en su celda no pudieron ni pedirle el nombre.

Tranquilamente se adentró en la habitación, la luz era tenue y podían escuchar unos llantos ahogados. La sra Weasley se encontraba sollozando sentada en un cómodo sillón. Al parecer los médicos había sido muy francos con ellos y no le habían dado falsas esperanzas.

.-Se encuentra bien señora?.- Preguntó tímidamente.

.-Sniff, snifff, si doctor, ha venido a examinar a mi pequeño Ronny?. Es el más valiente de todos los hermanos y el más inteligente. Es una desgracia que no se pueda vivir en paz.

La verdad es que Ron no tenía buena cara, cerca de una docena de hechizos impedían que perdiera la vida aunque no le ayudaban en nada para recuperarla. Con mucho cuidado se aproximó, leyó el informe medico que se encontraba al lado de la cama. Heridas internas de extrema gravedad, fuerte contusión en la cabeza. Exposición a varios Cruciatus. Por suerte en Azkaban había aprendido medicina que si no.....

Lo más peligroso para su vida eran las heridas internas si no curaban rápidamente su corazón no lo resistiría y había una posible falta de riego sanguíneo en el cerebro. Poniendo sus manos en el pecho empezó a concentrar su energía. Inmediatamente sus manos empezaron a brillar con luz cegadora, palabras susurras como un cántico celestial que nadie en aquella sala podía entender, si alguien supiese la lengua se daría cuenta que se trataba de arameo antiguo, si alguien las conociera, se daría cuanta que eran las mismas palabras que Jesús utilizaba cuando se le atribuyeron curaciones milagrosas.

Durante más de 10 minutos continuó con esta operación desplazando lentamente sus manos por todo el tronco. Ningún cambio parecía haber sufrido el convaleciente cuando el sudor perlaba la frente del doctor y sus oraciones detuvieron, aunque una leve sonrisa denotó cierto aire de victoria.

Poniendo las manos en la cabeza del enfermo, volvió a empezar el ritual. Las palabras llenaron la estancia del mismo modo que lo hacia la cegadora luz. Como si de un interruptor se tratase, cuando el doctor detuvo sus cánticos los ojos de Ron Weasley se abrieron lentamente.

.-Hermione...

.-Juuuu, descansa. Yo me encargo de eso....- Dijo Harry posando sus dedos en sus párpados e induciendo al enfermo en un sueño restaurador.

La sra Weasley lloraba viendo la escena, no sabía que había hecho el doctor pero estaba segura que su hijo viviría. Había abierto los ojos y eso era buena señal. Esperó paciente hasta que el doctor volvió a acercársele.

.-Se pondrá bien.

.-Gracias doctor, no se como agradecérselo.

.-Soy yo quien estaba en deuda contigo.

La señora Weasley miró a los ojos del doctor, unos ojos verdes luminosos, unos ojos que la miraban como lo hacían sus hijos. Con cariño.

No llegó a decir nada, el desconocido desapareció delante de ella. Como si nunca hubiera estado ahí.

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Desde la noche anterior una tormenta desgarradora asolaba Londres. Había aparecido de golpe y unas negras nubes habían cubierto todo el cielo descargando una tormenta eléctrica de proporciones gigantesca. Los rayos iluminaban fugazmente antes de volver a la penumbra en que estaba sumido el día.

Eran las 7 de la mañana cuando se dirigió a su trabajo, era un trabajo sencillo. Era vigilante de cementerio mágico de londres. No era el mejor de los trabajos pero era una forma decente de ganase la vida y no solía tener problemas.

Al llegar entró en la pequeña cabina que daba a la entrada del cementerio, era pequeña pero acogedora, una pequeña estufa mantenía la estancia siempre a la misma temperatura. Fuese verano o invierno. Decidió prepararse una taza de chocolate antes de empezar su ronda. La verdad es que este tiempo no invitaba a hacerlo pero cuanto antes la hiciera antes podría descansar.

De lo único que tendría que preocuparse era de los nuevos visitantes que no conocían la ubicación de la tumba de sus seres queridos. Les vendería un plano detallado de la zona en el que diciendo el nombre o el apellido mostraba la forma más rápida de llegar a ella. De todas formas no esperaba que hubiera muchas visitas este día. Quien en su sano juicio iría a un cementerio en un día como este.

Tras tomarse el chocolate, su cuerpo pareció recuperarse el frío día. Cogió una capa tupida y reforzó los hechizos impermeables que contenía.

Empezó como cada día en el ala este, aunque el día era oscuro, los frecuentes rayos iluminaban perfectamente su camino y las tumbas circundantes. Tardó 20 minutos en llegar a su último destino el ala Sur. En 5 minutos volvería a encontrarse en su pequeña cabina, a cobijo del tiempo. Con paso firme y seguro abrió la verja, esa ala era la de más categoría, descansaban los miembros de las más antiguas de las familias mágicas. Era algo parecido a las bóvedas de Gringotts, la bóvedas por debajo de la 100 eran ocupadas por las más ricas y prestigiosas.

Cuando casi estaba terminando la ronda le pareció ver una figura bastida de blanco, sentada en el suelo. Tubo que esperar verías rayos antes de estar seguro que la vista no le hubiese engañado. Al penos lo parecía, sería mejor echar un vistazo, no fuera que algún gamberro hubiera entrado sin permiso. Esas familias no eran muy tolerantes a los fallos.

Tal como fue acercándose pudo percibir más detalles. Era un joven, sus ropas eran sencillas, blancas aunque ahora empapadas completamente. Estaba calado hasta los huesos. Estaba sentado en el suelo mirando las lapidas y moviendo los labios como si estuviera hablándoles.

.-Señor, se encuentra bien?.- Pregunté desde la distancia. El desconocido se giró. Tenía unos ojos verdes que parecían desprender una luz tenue. Tal como fui acercándome pude apreciar su cara.

Sus ojos estaban rojos por el llanto, aunque en estos momentos no podía decir si estaba o no llorando, por la cara totalmente mojada que tenía.

.-Cogerá frío señor, será mejor que vuelva en otro momento.- Dijo un poco nervioso el vigilante a pocos metros de donde se encontraba Harry.

Una mirada bastó para hacerle comprender que al visitante no le importaba coger frío y que deseaba seguir solo. Viendo que no estaba haciendo nada malo decidió dirigirse hacia su cabina, pero antes de dio una mirada a las tumbas donde se encontraba.

Las dos primeras eran muy conocidas, James Potter, junto a él Lily, su esposa. A cada lado se encontraban unas más recientes, la de Sirius Black y Remus Lupin, sus mejores amigos. El visitante se encontraba sentado entre la de Lily y James, aunque más de una mirada se escapaba a la de Black y Lupin. Al parecer les conocía a ambos. Sin poder contenerse le preguntó al desconocido.

.-Por favor, podría indicarme su nombre, es para el registro.- El desconocidó volvió a mirarle antes de contestar.

.-Harry James Potter.

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Espero que les haya gustado el capitulo, no olviden dejar su apinión, es el motor que inspira a mi musa.

UN saludo