La tormenta pareció estar incrementándose cada minuto que pasaba, el viento sobraba descontrolado y más violento que en la vida. Algunos muggles se habían agolpado en las iglesias pensando que díos habían enviado un segundo diluvio a la faz de la tierra.
Las predicciones meteorológicas avisaban de no salir de sus casas bajo ningún concepto y daban consejo de cómo cerrar puertas y ventanas seguramente.
Los magos por otra parte permanecían en sus casas notando el poder creciente de los elementos, preguntándose si era este el principio del reinado del innombrable. Por suerte, ningún incidente se había registrado por parte de Voldemort desde el inicio hace 2 días del diluvio universal como algunos lo llamaban. Dándoles de ese modo algo de esperanza.
Albus Dumbledore se encontraba en Hogwarts mirando por su ventana como las gotas golpeaban incesantemente el cristal de su oficina, como esperando la señal para introducirse dentro.
Todas la ventanas se habían reforzado convenientemente y los prefectos estaban en sus cuartos comunes tranquilizando a los primeros años. Los duendes de la casa tenían la orden de llevar continuamente chocolate caliente a las casas comunes para intentar paliar el creciente insomnio.
Cada momento que pasaba la tormenta se volvía más violenta y feroz al igual que el poder mágico que los alimentaba. Oh si, el sabía que alguien era el responsable de esta tormenta, y más pretenciosamente el nombre. Harry Potter. De algún modo sus emociones se conectaban a los elementos y al parecer no se encontraba de buen humor en estos momentos.
Había historias antiguas, que se remontaban a la era de los fundadores en los que se narraban sucesos parecidos. Una era en que había magos con la habilidad de doblegar los elementos. Los elementales eran llamados, aunque nunca, en ninguna de sus historias había nada parecido a lo que estaba sucediendo ahora. Toda Inglaterra estaba siendo afectada, el epicentro de la tormenta cambiaba continuamente moviéndose de un lado para otro sin razón aparente a ojos muggle.
Pero él lo conocía, el primer movimiento significativo se había centrado en San Mungo, después en el cementerio donde Harry había sido visto por el guardia después el callejón diagon. Después pareció calmarse durante la noche, continuando lloviendo pero sin centro fijo hasta que de nuevo había empezado peor que antes.
Harry estaba rastreando a su presa como un animal salvaje. Se movía entre sombras con una rapidez y ferocidad dignas del mejor depredador.
Muchos aurores se habían negado a intentar apresarle. Algunos habían dejado el servicio alegando enfermedad o por tomarse vacaciones. Muchos le habían visto como el único capaz de salvar a un compañero. Hermione Granger. Su mejor amiga de la infancia.
Pero Albus creía que Harry tenía sentimientos más profundos por su amiga. La falta de aprecio de este hasta su llegada a Hogwarts le habían hecho incapaz de identificar sus propios sentimientos. Pero su corazón los conocía, y cada gota de agua era una lagrima suya, cada aullido del viento un grito de dolor.
No quería ni pensar lo que podría pasarle al infortunado que había despertado al dragón durmiente.
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Todas las innumerables chimeneas que habían en la mansión estaban encendidas pero aún así la humedad era patente en el ambiente. Era el problema de tener una casa tan grande, era difícil mantener todas las estancias a una temperatura agradable con el tiempo que hacía en estos momentos.
Por suerte, su despacho disponía de múltiples sistemas mágicos para compensarlo. Su señor no había dado señal de vida en casi una semana, cosa que agradecía. No le sería grato tener que dejar la comodidad en la que se encontraba para tener que dar cuenta de sus acciones o para escuchar las torturas de otros.
Además, esta noche disfrutaría de su último trofeo, la srta Sabelotodo, la sangre sucia Gryffindor que tantas veces se había salido con la suya durante su estancia en Hogwarts. Miembro del trío destronado de oro. Formado por cara rajada, pobretón Weasley y como no Hermione Granger. La estudiante de la cima. Como disfrutaría de aquello. Casi tanto como cuando se enteró de los planes de su señor para mandar a cara rajada Potter a un infierno en Azkaban.
Al principió pensó que Potter podría de alguna forma salir bien librado, huidizo como era a los planes perfectos de su amo. Pero no había sido así. Había sido una obra maestra ejecutada magistralmente por la rata de Pettigrew.
En su formulario de rata, había entrado en el santuario de Potter e introducido una dosis de somnífero muggle en su comida, no tan eficaz como las pociones pero mucho menos rastreable que estas. Toda prueba de su ingestión desaparecía a las 24 horas, y claro, los estúpidos del ministerio habían tardado casi 3 días en hacerle las pruebas que habían dado negativo. Su señor había sido hábil, como solo un Slytherin puede serlo, utilizando su propia fuerza en su contra, conocedor del entrenamiento en Occlumency que había sufrido a manos del muggle amoroso Dumbledore y de su capacidad innata para resistir los efectos de la maldición imperius.
El supuesto salvador del mundo mágico se había enviado derechito a Azkaban sin terminar siquiera su 7 año. Su amo se había librado de su peor enemigo sin siquiera derramar una gota de sudor. Usando el sistema que él quería derrocar en su propio beneficio.
El único lunar en ese plan majestuoso había surgido cuando los dementores habían unido las filas de su señor. Al parecer, una gran numero de Aurores se encontraba justo en el pasillo donde Potter se encontraba. Haciendo imposible conseguirlo para su nuevo amo. Le hubiera gustado ver a un Potter destrozado por su estancia en Azkaban rogar por su vida y unir como un esclavo a las ordenes del señor oscuro.
Pero ese tiempo aún podría venir, su amo era paciente cuando lo consideraba necesario, su destierro le había enseñado a serlo. Cuando el mundo estuviera sumido en las más oscuras de las tinieblas buscaría el lugar donde escondían a Potter y le sometería. Y cuando eso sucediese, él se encontraría a su derecha, y junto a él, una esclava sumisa totalmente controlada por su adicción, la droga más potente que el mundo había conocido jamás. Mucho más potente que le cocaina muggle y mucho más adictiva que una vez ingerida durante 5 o 6 tomas convertía al enfermo en dependiente para el resto de su vida.
Él mismo le daría la 5 toma a Granger, quería ver sus ojos cuando comprendiera que el resto de su vida dependería de él para detener el dolor provocado por la abstinencia, no de sus supuestos amigos, no de su preciado Potter. El Draco Malfoy, la mano derecha del innombrable sería el único al que podía acudir para que su sufrimiento cesara durante unas horas. De su voluntad únicamente dependía las pocas horas de paz que una toma podía concederle hasta que la próxima fuera necesaria.
No había escape posible. Podría dejarle las puertas abiertas y ni siquiera intentaría escapar de él. No cuando era el único que podría darle su preciada toma. La formula, inventada hace siglos por uno de sus antepasados y olvidada en el tiempo entre sus innumerables posesiones había sido encontrada por él por pura casualidad entre un montón polvoriento de libros y diarios de sus ancestros.
Y ahora conseguiría para él un interminable flujo de esclavos deseosos de cumplir sus más oscuros deseos. Disfrutaría viéndole rogar por toma de poción, le haría traicionar todos sus secretos a cambio de unas horas de paz. Y lo disfrutaría inmensamente.
Mientras nuestro querido Draco Malfoy se deleitaba con sus oscuros pensamientos la tormenta que asolaba toda la zona movía su epicentro en su dirección. Mientras una sonrisa cruzaba la cara de la mano derecha del peor señor oscuro de todos los tiempos un figura misteriosa parecía moverse velozmente en su dirección con una sed de venganza que haría temblar a su preciado señor.
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Moviéndose entre la tormenta Harry James Potter llegó a la entrada principal de la Mansión Malfoy, el lugar, donde el único descendiente de la familia Malfoy habitaba era bien conocido en la comunidad Mágica. Al parecer, no tenía miedo de posibles ataques a su persona. Como demonios iba a tener miedo siendo como era su familia una de las que primero había jurado lealtad a la propia oscuridad.
Por lo que se había enterado, Draco había sabido mover sus fichas después de que se hiciera patente que su padre era uno de los más fervientes partidarios del innombrable. Había repudiado públicamente el nombre de su padre, diciendo que era una deshonra para el buen nombre de su familia y tomando el control de su fortuna.
Incansables obras de caridad y una mano dulce con los miembros del Wizargamon habían conseguido que mantuviera su fortuna y su posición en estos tiempos difíciles.
El callejón Diagon estaba bajo su completo dominio, la mayoría de las tiendas, teniendo que ser reconstruidas una y otra vez por culpa de ataques del señor oscuro no habían tenido más opción que cerrar sus puertas o pedirle dinero prestado al único que parecía deseoso de dejárselo. Malfoy.
Malfoy era la viva imagen de lo que puede conseguirse con el dinero y paciencia. Una imagen externa intachable y unos contactos de toda clase esparcidos por el mundo. Desde capos de la mafia muggles hasta el propio Vaticano estaban entre sus muchas amistades. Nadie parecía ver que se trataba de un lobo con piel de cordero.
Y todo ese conocimiento estaba ahora en manos de alguien al que le había robado lo que más amaba, a Hermione, SU Hermione. No sabía en que momento dentro de la búsqueda había llegado a esa conclusión. Ella siempre había sido una amiga, casi como una hermana. Hay un dicho Muggle que dice que no sabes que amas a una persona hasta que la pierdes, y eso exactamente era lo que estaba pasando ahora.
En su corazón sabía que la estaba perdiendo, él, que había visto más torturas y crueldades de los que 100 hombres habrían visto en 1000 años se le ocurrían miles de cosas que podrían estar haciéndole en estos momentos. Y ninguna de ellas le gustaba.
Cuanto más se acercaba más rabioso estaba, sabía que tenía que contenerse si no quisiera volar toda la casa en su ira con su querida Hermione dentro, pero la verdad su sed de sangre le dominaba en cada nuevo pensamiento de lo que podrían estar haciéndole en ese preciso instante.
Ahora tenía que tomar una decisión, entrar arrasándolo todo a su paso o intentar burlar los sistemas defensivos de la mansión. La opción más rápida sin duda atacar brutalmente las defensas, en cuestión de minutos estarían hechas añicos sin posibilidad de restauración, pero entonces todas las alarmas se activarían y llegarían todos los aurores del ministerio pensando que se trataba de un ataque de mortífagos.
El maldito cabrón había armonizado sus sistema de defensa con el ministerio alegando que él, como figura publica renombrada podría sufrir un ataque de este tipo y al mismo tiempo que estaría más tranquilo si las fuerzas de seguridad del wizargamon velaban por su seguridad. Eso había inflado los egos de los funcionarios, el propio sr Malfoy confiaba su vida a las fuerzas del estado.
En estos momentos lo último que quería era tener enfrente a un posible inocente, tal como estaba sus ánimos no dudaría en quitarlo del medio sin tener en cuenta las repercusiones posteriores.
Tendría que ser discreto, doblar las defensas a sus testamento, buscar una posible entrada. Si algo sabía de Malfoy es que al menos tendría una salida no conocida por el ministerio para usar en caso de necesidad. Sería cuestión de averiguarlo.
Poniendo sus manos en la tierra empezó a pronunciar un cántico, sus manos brillaron y la luz empapaba la húmeda tierra de las cercanías. Hundiéndose, investigando, buscando. Por más de 30 minutos el cántico no cesó, al contrarío cada vez se hacía más fuerte y rápido. La tierra empezó a temblar suavemente por la tensión pero no le importaba, quien se daría cuenta de un suave temblor cuando la tormenta estaba justo encima iluminándolo todo con su luz celestial. Poco a poco Harry expandió sus sentidos como el árbol que expande sus raíces, tocándolo todo, acariciando las formas, formando un plano de lo que tenía enfrente de él. Ningún hechizo ocultador podía resistirse a ese scanner, era como si la misma tierra le susurrase sus secretos.
La mansión........... un único pasaje hacia lo que parecían unas catacumbas a más de 20 metros de profundidad, imposible que ningún ruido llegase jamás a la superficie, sin contar con múltiples hechizos que impedían que nadie del ministerio sospechase lo que el mecenas de la sociedad tenía escondido bajo su casa.
Un cementerio a casi 800 metros de la casa, la cripta de los Malfoy, una ruta de escape.
Inmediatamente dejó de cantar y empezó a respirar trabajosamente. El hechizo que acababa de realizar era realmente agotador, pero al menos había resultado tal como esperaba.
Había visto una ruta de escape desde las catacumbas de los Malfoy hasta el cementerio situado a la derecha de la casa. Por ahí sería por donde entraría. Las defensas serían considerablemente menores por no decir nulas. Y me llevaría directamente al sitio donde previsiblemente se encontraba Hermione.
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Un leve temblor sacudió toda la casa interrumpiendo el trabajo de amo de la mansión. Maldita tormenta pensó, parece que está justo encima.
Decidiendo que ya era hora de encontrarse con su invitada, se dirigió a los estantes de libros situados a su derecha y recogió una redoma pequeña de un color plateado. Con movimientos ágiles cambió un par de libros de sitio y de ese modo activó el mecanismo que abría la trampilla hacia las mazmorras de los Malfoy.
Puso la poción en uno de los bolsillos de su capa ,cubrió su rostro con ella y descendió por las oscuras escaleras en forma de caracol que parecían descender al mismísimo infierno.
Antes de entrar observó a su cautiva por la mirilla. Unos grilletes la sujetaban fuertemente a la pared contraria, en sus muñecas y tobillos podía apreciarse la carne desgarrada por los intentos de esta de escapar.
Sus ropajes medio hechos jirones por la batalla al capturarla mostraban parte de una espléndida figura fruto de un intensivo entrenamiento. Si, disfrutaría mucho de ella, pensó al ver la imagen delante de él. El pelo enmarañado por encima de la cara solo dejaban ver unos ojos llorosos.
El sonido al abrirse la puerta pareció despertarla de sus pensamientos.
.-Hola mi querida dama. Como se encuentra mi invitada?
Ella ni siquiera contestó, no valía la pena.
.-Veo que no está muy habladora, bueno he pensado que podía traerle personalmente tu "medicina",. Dijo mostrando la redoma de poción plateada. Sus ojos se posaron inmediatamente en la poción.
.-Muérete quien quiera que seas, LARGATE.- Aunque sus palabras decían lo contrario sus ojos no apartaban la vista de la posición con mirada suplicante.
.-Uiiii, que modales son estos, tal vez si que deba marcharme y volver en otra ocasión.- Draco se regocijaba en la mirada de ella. Ni siquiera le estaba mirando a él. Solo a la poción, su querida poción.- Además como mínimo podrías mostrar cierta cortesía por un antiguo compañero de colegio.- Le contestó mientras levantaba lentamente su capucha.
.-Malfoy.- Llegó a decir en un susurro.- Debí imaginármelo.
.-Si Granger, debiste hacerlo.
.-Que quieres de mi Malfoy?.
.-De ti, nooooo, creo que la pregunta más acertada sería que és lo que tu quieres de mi.- Dijo jugando con la poción entre sus dedos.- Que estarás dispuesta a darme a cambio de esto.
.-Maldito cabrón, tendré tu pellejo por esto.- Dijo intentado agarrar a Malfoy por el cuello olvidándose de que estaba sujeta por grilletes.
.-No, yo creo que no, soy el único que puede proporcionarte tu medicina, NUNCA OLVIDES ESO!!!!!. Como tu mente deductiva habrá supuesto ya a estas alturas es una poción altamente adictiva que nadie más en el mundo mágico o muggle es capaz de reproducir.
.-Alguien me vengará. Pagarás por esto Malfoy- Dijo dando su batalla por perdida.
.-A si?????, quien????, lo último que supe de pobretón Weasley era que estaba a las puertas de la muerte en San Mungo donde los medimagos no le daban más que unas horas de vida. San Potter? Sigue prisionero de tus propios compañeros. Dumbledore???? Es demasiado viejo y amante de las normas para ni siquiera irrumpir en la mansión aunque supiese que estabas en ella. La famosa orden del Fénix, ninguno de sus miembros actuales es capaz de preocupar en lo más mínimo a nuestro señor, por eso siguen con vida, son meros estorbos a algunos planes menores. QUIEN??? DIME, QUIEN VENDRÁ A RESCATARTE???
.-Yo
. (Sería un buen momento para dejar el capitulo no???????)
Malfoy giró su cuerpo en dirección a la voz que había contestado. Delante de él un hombre completamente empapado vestido con una capa que le cubría hasta la cabeza.
Gotas de agua que se desprendían de su indumentaria y que goteaban hasta el suelo de la mazmorra.
Con un rápido movimiento su varita apareció en sus manos solo para encontrarse sumido en dolor. Su gritos se propagaron por el interior de las catacumbas como la fría luz de la noche.
.-Malfoy.- Gruñó el hombre que tenía frente a él.- Dame una razón para no despellejarte vivo.
.-Que es lo que quieres, Dinero????? Cuanto quieres?- Llegó a decir
.-Me crees tan estúpido como para venir aquí por dinero??????? MIRAME A LOS OJOS!!!!
Draco hizo lo que le dijo el hombre, situó su mirado en el negro agujero donde estaba su cara, y entonces tubo miedo, más miedo del que había sentido jamás en presencia de su amo, dos orbes verdes era lo único visible, dos orbes verdes sedientos de sangre y venganza. Dos orbes verdes que conocía demasiado bien de sus tiempos en Hogwarts.
.-Potter
El hombre delante de él se despojó de su capucha para mostrar la cara llena de ira de su antiguo Némesis escolar. Un escalofrío recorrió su espina dorsal. Mirándole a la cara supo muy bien que ese sería su último día.
.-Harry???.- Llegó a decir Hermione impactada al ver después de tanto tiempo a su amigo delante de ella. Aunque este ni siquiera la miró, su mirada asesina se encontraba centrada íntegramente en su capturador.- Harry no.....
.-No te preocupes Mione, no voy a matarlo, aunque creo que se lo merece más que cualquier otro que conozco. Sería demasiado sencillo..... demasiado misericordioso para él.- Sus palabras eran frías y cortantes. Pronunciadas lentamente para que llegaran con todo su poder a su victima.
Malfoy empezó a gritar apretando sus manos contra su pecho, un grito desgarrador. Harry únicamente mantenía su mano derecha en su dirección murmurando unas palabras. Una extraña fuerza levantó el cuerpo de Draco empezando a brillar. Una luz brillante del tamaño de una nuez podía verse subiendo por su estómago hasta su boca. Cuando llego a su garganta ya no podía ni gritar.
De su boca salió una pequeña pelota de energía, brillante en su interior pero ennegrecida en los bordes dirigiéndose hacia la mano extendida de Harry.
Cuando la tubo encima de su palma, cerró bruscamente la mano convirtiéndola en meras chispas como si fueran fuegos artificiales. El cuerpo de Draco calló pesadamente al suelo, dejándole semiinconsciente.
Fue entonces cuando Harry se giró en busca de Hermione que estaba llorando desconsoladamente. Antes de llegar a ella sus ataduras desaparecieron fundiéndose los dos en un abrazo de esperanza.
Cuando Hermione posó su mirada en el rostro de sus amigo se quedó maravillada, ningún rastro de ira quedaba en ella, solo amor, cariño podía verse en esos ojos verde luminosos que tanto tiempo hacía que no veía.
.-Ohhh Harry, Harry..... Ron está…. Está……..
.-Jjjjjjjjjjjj, no te preocupes por Ron, ya me ocupé de eso..... se pondrá bien.... volveremos a estar juntos..... no te preocupes......
.-Ohhh Harry, cuanto te he echado de menos..... No sabíamos donde estabas, no nos permitían verte... oh Harry yo..... yo....- Hermione empezó a temblar ingobernablemente.
.-Es esa poción verdad????.- Dijo Harry dulcemente en su oido.
Hermione únicamente podía llorar más ruidosamente abrazado a su amigo.
.-Entre los dos superaremos esto, como siempre hemos hecho antes. Yo...
.-AHORA PAGARAS POR ESTO POTTER.- Dijo una voz desde su espalda. Hermione dejó de llorar inmediatamente para mirar a Draco Malfoy apoyándose trabajosamente en las paredes para no caerse al suelo con su mano izquierda mientras con su derecha sujetaba su varita firmemente.- NO SE QUE ME HAS HECHO POTTER, pero te prometo que te aré sentir haberme dejado vivo. CRUCIO....
Nada pasó, ni siquiera una tenue chispa de magia salió de la varita de Malfoy. El hechizo de Potter me ha agotado más de lo que creía pensó. Concendrando su fuerza volvió a gritar con fuerza. CRUCIO. De nuevo nada pasó.
-.No te imaginas que ha pasado Malfoy???? Que era ese hechizo que he lanzado?????? Te has convertido en lo que más odias....... un ser sin magia............- Dijo Harry mientras dejaba suavemente el cuerpo de Hermione en el suelo y encaraba a su enemigo..
.-Eso.... eso es imposible.- Gimió Malfoy.
.-No, no lo és...... Ya no posees ni pizca de magia, ni siquiera puedes considerarte un Squib, ellos al menos la sienten..... Y lo peor de todo Malfoy, aun no he terminado contigo, cuando menos te lo esperes, cuando más confiado te sientas... Yo volveré para terminar lo que hoy he empezado.- Con cada palabra iba acercándose más a Draco.- Vivirás con la incertidumbre de nunca saber cuando será tu último día, tal vez una semana, un més???? Un año????? No tengo prisa, he esperado mucho tengo paciencia, cuando sientas que alguien te observa seré yo mirándote para ver si ha llegado el momento de terminar mi obra.
Los que considerabas tus amigos, ahora te darán caza como el perro que eres. El que considerabas tu señor, ahora te despreciará como hace con todos los que le sirven.
Yo te maldigo Draco Malfoy, a ser el último de tu estirpe.... a que el nombre de los Malfoy muera contigo.... a que tu nombre sea repudiado por todos y cada uno de los magos. A vivir de la forma que más odias, a sentir el mismo dolor que has infligido en los demás.- Mientras Harry pronunciaba estas palabras llenas de poder, había cortado una de sus muñecas y dejado caer su sangre al suelo.- Yo Harry James Potter te maldigo a una vida sin amor y sello esta maldición con el poder de mi sangre.
La cara de Malfoy era simplemente fantasmal. Nunca antes había escuchado una maldición, era una rama demasiado imprecisa de la magia negra como para decidir dedicar su tiempo a estudiarla.... pero, por alguna razón, sabía que esta lo era, había notado el poder en cada una de las palabras pronunciadas, en cada gota de sangre que goteaba de la muñeca abierta de su enemigo. Estaba condenado........
Cuado los dos se encontraron frente a frente Harry posó su mano en la cabeza de Draco para absorber sus conocimiento. Un alud de recuerdos pasaron de una mente a otra en el espacio que dura un parpadeo. Dejando la figura de inconsciente de Draco apoyada contra la fría roca.
Ahora Harry sabía de que constaba de poción que Malfoy le había dado a Hermione, uno de sus ingredientes era sangre de unicornio y recordó inmediatamente su primer encuentro con Firenze.
"Solo alguien que no tenga nada que perder y todo para ganar puede cometer semejante crimen. La sangre de unicornio de mantiene con vida, incluso si estas el borde de la muerte, pero a un precio terrible. Si alguien mata algo tan puro e indefenso para salvarse a sí mismo, conseguirá media vida, una vida maldita, desde el momento en que la sangre toque sus labios."
Ahora, como demonios curo a Hermione se preguntó........
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Bueno, hasta aquí el capitulo, espero que les guste...... y que mantenga la emoción hasta el final.
Un saludo. REVIEW PLEASE
