La Familia Li Kinomoto

Por Selesme Cari

Capítulo 3

"Invitados"

Y la sangre del padre debe ser derramada por la espada del hijo…

Y el ejército sólo surgirá de los suelos, cuando la sangre de Shaoran Li sea derramada por obra de su heredero.

Nadeshico estaba perpleja, no podía creer lo que acaba de escuchar. No podía ser cierto, ¿cómo estaban tan seguros? ¡Debe ser mentira! Kikyo no puede estar usándola, ¿verdad?

-Señorita Nadeshico, lo siento mucho. –murmuró compasivo Hitoski.

-Nos cree… ¿No es así? –Kasumi se acercó un poco a la niña.

Nadeshico tenía la mirada perdida. En su mente solo pasaban todos los momentos vividos con Kikyo. Gruesas lágrimas empezaron a brotar de sus ojos verdes.

-Es que… no puedo… ella… ella es mi amiga… ¡No puedo creer esto! –gritó llorosa.

La mayor de los hermanos Li salió corriendo, dejando a los dos niños sirvientes parados sin saber que hacer.

-¡Te dije que no nos creería! –espetó el niño.

-Pero hicimos bien. ¡Kikyo es una aprovechada! –recalcó la sobrina de Wei.

-La hicimos llorar, Kasumi. ¿Cómo fuimos capaces? –en los ojos de Hitoski se reflejaba una profunda tristeza.

-Teníamos que decirle la verdad.

-Pero… ¡No soporto verla llorar! –gritó lleno de amargura.

Kasumi lo miró asombrada. Por lo visto, Hitoski le tenía un gran afecto a la primogénita de Shaoran y Sakura.

Ambos niños se quedaron en profundo silencio, cada uno tenía mucho en que pensar.


Detrás de un árbol, una pequeña lloraba desconsoladamente. Nadeshico no se percató de eso y se le unió en el llanto.

-¿Na… deshico?

-¿Ie… ran?

Ambas se miraron con los ojos llorosos. Y en un sollozo soltaron:

-¡Mi papi no me quiere!

-¡Mi amiga quiere a mi papi!

-¡¿Qué! –preguntaron las dos al mismo tiempo.

Ambas respiraron hondo. Se quedaron viendo fijamente por un par de segundos, en espera de quien sería la primera en hablar. Nadeshico le hizo una seña a su hermanita, indicándole que ella empezara a explicar el motivo de su llanto.

-Es que papá me ignoró… Me trató muy fríamente. –dijo secándose las lagrimas.

-Pero eso no significa que no te quiera. Sabes que papá tiene un carácter muy estricto. –trató de sonreírle.

-¿Enserio crees eso? –se le acercó con ojos soñadores.

-¡Claro! Tú eres su princesita.

-Nadeshico… -la pequeña tuvo la gracia de sonrojarse.

La mayor solo le sonrió con dulzura.

-Oye… ¿y a qué te referías con que tu amiga quiere a tu papi?

-Bueno… es que me acaban de decir que Kikyo está enamorada de papá. –le dijo con la voz temblorosa.

-¡¿QUÉ!

-S… sí.

-Oye… ¿Y eso qué significa? ¿Qué es estar enamorada?

Nadeshico se fue de espaldas.

-¡No seas payasa! –Ieran se indignó.

-¡Perdón! Bueno… es… mmm… ¿Cómo explicar? No se que se sienta o como se da uno cuenta, pero supongo que… una persona enamorada debe verse como mamá y papá.

-¿Elegantes?

-¡No!

-¿Amables?

-¡No! Me refiero a la forma en que se miran

-¡Pero Nadeshico, todos nos miramos igual! ¡Con los ojos!

-¡Ayyy, no me estás entendiendo!

Ieran parpadeó rápido. Su hermana se llevó una mano a la barbilla.

-Mira… cuando papá mira a mamá o cuándo mamá lo mira a él. Da la impresión de que por un momento, para ellos no existe nadie más que el uno y el otro.

Nadeshico estaba embelesada, Ieran la miraba atentamente.

-La verdad no se mucho de estas cosas. –Dijo con una gota, saliendo de su embelesamiento.- Pero supongo que es así.

-Ya veo. Entonces, ¿Kikyo mira a papá de la misma forma en que lo mira mamá?

-Sí. –su voz se escuchó abatida.

-¿Y eso te pone triste?

-¿Ah?

-Muchas señoras miran de la misma forma que mamá a papá. A mi no me gusta eso… ¡me dan ganas de pellizcarlas a todas! Pero, hay algo que me pone contenta y me hace sentir muy tranquila.

-¿Y qué es?

-Que papá solo mira de esa forma a mamá. –sonrió enormemente.

-Ieran… -la mayor estaba boquiabierta.

-¿Eso es todo lo que te pone triste?

-En parte… verás… es que también me dijeron que, Kikyo solo es mi amiga para estar cerca de papá.

-¿Y tú crees eso? Yo no me llevo mucho con Kikyo. Me cae mal, es una odiosa… sea lo que sea que signifique esa palabra. Pero, tú la has de conocer ¿no? Dime… ¿Te parece qué sea falsa?

-No… es solo que, algo oculta. ¡Y me entristece que ella no me tenga confianza para decirme!

-Pues… cuando yo no quiero hablar de algo es porque me entristece o desagrada. No tiene nada de malo no hablar sobre lo que nos entristece o desagrada.

-Eres increíble… para tu edad, sabes demasiado. Ya no me pareces tan caprichosa.

Ieran se sonrojó.

-¿Sabes, Ieran? Aún así yo…

-Quieres comprobar que tan sincera es la amistad de Kikyo. –Eso no fue pregunta, la pequeña niña le había leído el pensamiento a su hermana o al menos, esa impresión daba.

Nadeshico parpadeó. ¿Qué planeaba su hermana menor?


Shaoran caminaba en busca de su pequeña hija. La conversación con Sakura lo había hecho reflexionar, estaba siendo demasiado estricto.

Miró su reloj; aún había algo de tiempo para hablar con la niña, antes de que los invitados llegasen.

Iba muy concentrado en su búsqueda, ¡cuando un pequeño torbellino color café pasó muy cerca de él, tumbándolo!

-¿I… eran? –dijo desde el piso al reconocer a su hija.

-¡Ahora no, papi! ¡Llevo prisa! –gritó sin dejar de correr y pasando por alto el hecho de que su querido padre le estuviese hablando.

La niña dejo tan solo un rastró de luz que Shaoran siguió con la mirada. Nadeshico se le acercó.

-¿Qué pasa? –le preguntó a su primogénita.

-Eh… Ieran trata de ayudarme.

-¿Ayudarte?

-Sí. ¡Nos vemos luego, papá! –hizo un reverencia y después se echó a correr.

Un sirviente se acercó al confundido Shaoran.

-Señor Li, los invitados han comenzado a llegar.


Sakura estaba muy nerviosa. En cuanto le anunciaron que los invitados empezaban a llegar, los nervios se apoderaron de ella. Apretaba con fuerza la tela de su fino vestido, arrugándolo sin darse cuenta.

-¡Señora Li, no pierda el porte!

La antigua card captor dio un brinquito del susto. Se giró para ver a quien le había llamado la atención. Grande fue su sorpresa al ver a Mei Ling Li y su familia.

Sakura dio un suspiro lleno de alivio.

-¿Te asuste? –la prima de su esposo rió divertida.

-Por un momento crei que era… ¡cualquier otra persona! –dijo con una enorme gota

-Sakura, tú nunca cambiaras. –Mei ling sonrió.

-¡Tía Sakura! –saltó el pequeño Isao.

-¡Ah, hola Isao! –Sakura sonrió enormemente.

-Buenas noches, Sakura… ¿Está todo listo, ya? –le saludó el esposo de Mei Ling.

-Buenas noches, Hiromi. Sí, todo listo… aunque… ¡me estoy muriendo de los nervios!

-¡Ay no! ¡Tía no te mueras! –Isao se alarmó.

Los tres mayores comenzaron a reír, incluso la pequeña Noa en brazos de su madre, estaba riendo.

-Buenas noches, bienvenidos. –Shaoran hizo su aparición en el gran salón.

-¡Hola primo! –Hiromi le dio un fuerte abrazo.

-¡Hiromi! –Lo regañó Mei Ling- Este es un asunto formal… ¡evita las familiaridades!

-¡Es cierto! –al apuesto esposo de Mei Ling le salió una gotota.

-Señores, los Hongo han llegado. –Un sirviente se acercó.

-¡Ayyy! Esto ya comienza…. –Sakura se erizó.

-Tranquila. Yo estoy contigo ¿recuerdas? –Shaoran la tomó del brazo.

-¿Y los niños? –preguntó Isao.

-Hace unos momentos vi a Nadeshico y a Ieran jugando por ahí. –exclamó Shaoran.

-¡¿Jugando! ¡Ay no! Le diré a una de las muchachas que las busquen… deberían estar por aquí… -Sakura estaba temblando.

-¡Sakura, cálmate! –la sopló Mei Ling.

La puerta del enorme salón se abrió. Sakura se puso aparentemente firme, Shaoran podía sentirla temblar como gelatina. Le sonrió con dulzura y murmuró a su oído: "Todo estará bien, ¿recuerdas?" Sakura sonrió sintiéndose más tranquila, es cierto. ¡Todo estaría bien! Ese era su lema y no podía olvidarse de aquella frase en ningún momento y menos en momentos como estos. Es solo una reunión… con mucha gente importante… pero, al fin y al cabo una reunión ¿no?

Una hermosa mujer de cabellera negra caminó a paso firme hacía ellos. Detrás de ella iba un niño de siete años, con la frente en alto y la mirada fría.

-Buenas noches. –saludó cortésmente Sakura.

-Señores Li. –la mujer hizo una reverencia.

Jun Hongo, viuda desde hace tres años. Una mujer de carácter firme. Tiene dos hijos: Hotohori de siete años y quien le acompañaba a esta clase de eventos, y Miaka.

-¿La señora Ieran Li aún no llega? –preguntó la imponente mujer mirando a Shaoran.

-No, todavía… -respondió Sakura.

-Debo suponer que soy la primera en llegar. –volvió a dirigirse al señor Li.

-No. Mei Ling Li y su esposo Hiromi Asamiya ya están aquí. –le señaló Sakura, tratando de sonar más segura.

-¿Y las señoritas Li? –volvió a mirar a Shaoran.

-Aún no se ha requerido su presencia. Están en sus aposentos, cuando el resto de los invitados lleguen, se les mandara llegar. –le explicó la Señora Li.

-¿Debo suponer que mi llegada no es tan importante, como para que sus herederas vengan a recibirme? –por primera vez la mujer miró a Sakura.

-No… por supuesto que no es así. –Sakura se sintió muy incomoda.

Mei Ling observaba el intercambio de frases, con desgano. Esa mujer seguramente estaba probando a Sakura. ¡Era evidente! En primer lugar porque, lo más normal es que el intercambio de frases sea exclusivamente con la señora Li, sin embargo esta mujer en todo momento buscó que Shaoran hiciera alguna intervención. Eso indicaba que estaba poniendo en duda la capacidad de Sakura. Obviamente, esto lo había notado Shaoran y por eso no había intervenido. Él confiaba en su esposa y sabía que ella no se iba a dejar intimidar fácilmente.

-Lo correcto sería que las señoritas Li estuvieran presentes. Para las presentaciones oficiales.

-No veo la necesidad de que así sea. Le repito, que cuando yo lo crea correcto las mandaré llamar. -dijo Sakura con firmeza.

-¿Cuándo usted lo crea correcto? –la mujer hizo un gran énfasis en el "usted" y miró a Shaoran.

-Sí, cuándo yo…

Sakura dudo un poco. Shaoran le lanzó una mirada rápida, la cual interpretó como aprobatoria. Sonrió con gentileza y continuó:

-Cuando yo, la señora Li lo disponga.

-Es usted una insolen….

-Es mi esposa, la jefa del clan Li. ¿Qué de insolente tiene que en esta casa todo se haga tal y como ella lo disponga? –Shaoran intervino finalmente, esa vieja debía callarse de una buena vez.

Jun Hongo torció la boca, gesto nada elegante en ella. Se dio la media vuelta y se alejó de la pareja.

-Con permiso, señor y señora Li. –el pequeño Hotohori hizo una reverencia y rápidamente siguió a su madre.

-¡Creí que me golpearía! –exclamó Sakura olvidando las poses por un momento.

-Yo temí lo mismo. Afortunadamente para ella, no lo hizo.

-¿Cómo que afortunadamente para ella? –Sakura lo miró intrigada.

-Si se hubiese atrevido a hacerte algo… te aseguro que me habría olvidado de las poses y formalismos y me lanzó sobre ella.

-¡No digas eso! -Sakura se sonrojó profundamente.

-Esa mujer es complicada. ¿Y sabes? Quiere ser tu consuegra. –dijo divertido.

-¿Mi consuegra? –Sakura parpadeó muy rápido.

-Hace unos días solicitó una audiencia conmigo… quiere comprometer a su hijo mayor con algunas de nuestras hijas.

-¡¿Qué!

-Por supuesto que no voy a aceptar tal cosa… y estoy seguro que tú tampoco.

-¡Por supuesto que no! Por dos motivos: uno tendríamos que aparentar con ella… ¡no quiero que a mis hijas les toque una suegra tan canija! Y además… yo quiero que ellas se casen por amor… así como tú y yo. –se sonrojó levemente al decir esto último.

-Y así será, Sakura. –Shaoran besó la frente de su esposa.

-Y hablando de ellas… ¿En dónde están?


Kikyo estaba en el pasillo que daba a uno de los jardines de la mansión, esperaba con impaciencia a la mayor de los hijos de Shaoran Li.

Los invitados comenzaban a llegar y ella aún no llevaba a cabo el encargo de su hermano.

Ella no sabía que estaba siendo observada. Detrás de unos arbustos, Ieran y Nadeshico Li, la "vigilaban".

-No creo que esto sea una buena idea Ieran… -murmuró la mayor.

-¡Silencio! ¿Quieres que se descubra que la espiamos?

-No… ¡no deberíamos estar haciendo esto! Además los invitados ya empezaron a llegar y…

-Eso puede esperar… lo importante ahora es descubrir que tan sincera es tu amiga.

-Pero…

-¡Baja la voz! ¡Oh, está volteando para acá! ¡Agáchate!

Rápidamente ambas niñas se agacharon. Kikyo había sentido que alguien la observaba, por eso volteó. Luego suspiró: había sido su imaginación, seguramente su conciencia le jugaba una mala pasada.

-¡Estuvo cerca! –exclamó con alivio la más chica.

-Ya estás peor que Shotaro… ahora entiendo porque pelean tanto, son igualitos.

-¡Eso no es cierto! ¡Y ni me lo menciones! ¡Por su culpa mi papá no me habla! –hizo un puchero.

-Pero Ieran, papá te habló hace un rato…

-¿Ah si?

-¡Sí! ¡Y prácticamente lo ignoraste!

-¿De veras?

-¡Sí!

-¡Ay no! ¡Ni cuenta me di! ¡Papito! –lanzó un chillido.

-¡Ieran! ¡Kikyo te va a escuchar! –tembló Nadeshico.

Demasiado tarde…

-¿Qué pasa? ¿Qué hacen ahí? –Kikyo las miraba intrigada.

-¡Ah! Nosotras solo… ¡jugábamos al escondite! –Ieran rió nerviosa.

-Los invitados ya están llegando. –Kikyo ignoró a la menor y le habló a la mayor.

-¿Sí? Este… entonces, vamos. –Nadeshico estaba nerviosa.

Ambas niñas comenzaron a caminar. Nadeshico miró a su hermana menor, ésta le hizo una seña indicándole que las alcanzaría después.

Ieran miró como su hermana y su joven "amiga" se alejaban.

-¡Salgan de una vez! –ordenó en voz alta.

De unos arbustos salieron Kasumi y Hitoski.

-¡Se-señorita Ieran!

-¿Por qué nos espiaban?

-¡No es lo que usted cree! –tembló Kasumi

-¿Y cómo sabes tú, lo que yo creo? –mirada asesina, marca Shaoran Li.

-Eh…

-Yo le puedo explicar.-intervino el niño sirviente.

-¡Pues empieza ya! Tengo muchas preguntas que hacerle… sobre todo, relacionadas a Kikyo.

-Es precisamente por ella, que las espiábamos… -explicó la sobrina de Wei.

-¿Ah sí? A ver… empiecen a contarme todo lo que sepan.


-¡¿Qué! ¿Qué clase de juego es este? Primero Hitoski me dice que mi papá quiere que esté en la fiesta, ahora tú me dices que dijo lo contrario. ¡Ya decídanse!

El pequeño Shotaro Li se encontraba sentado en el césped del jardín, con los brazos cruzados y en entrecejo fruncido. Kerberus estaba sentado a su lado, con la vista al cielo.

-Yo solo te digo lo que me dijo aquel chiquillo.

-¡Pero él me había dicho que…

-Ya sabes como es tu padre, tal vez fue otro de sus inesperados cambios de humor.

-¡Oh! ¡No es justo!

-Ya, ya. Mejor quédate aquí conmigo… después de hoy y por el castigo que nos pusieron, quien sabe cuanto tiempo pasara sin que nos podamos acercar.

-Es cierto… lo había olvidado.

Shotaro se recargó en la enorme bestia guardián. Ambos miraban la luna.

-Kero… ¿Por qué estás tan triste?

-¿Triste? ¿Y quién dice que estoy triste?

-Lo digo yo… se te ve.

-¿Se me ve?

-Sí… tus ojitos reflejan mucha tristeza. ¿Por qué? ¿Es por el castigo?

-¿Eh? No… no es eso.

-¿Y entonces?

-Bueno, eso es porque… extraño mucho a un amigo.

-¿Un amigo? ¿Vive en Japón?

-Sí, él está en Japón…

-¿También es amigo de mi mamá?

-Sí, lo es.

-¿Y cómo se llama tu amigo?

-Él es… su nombre es… Yue.

-¿Yue? Ah… ahora entiendo porque te gusta tanto mirar a la luna, aunque eso te ponga triste. –sonrió con ternura.

El pequeño Li cerró los ojos y hundiéndose en el hermoso pelo de Kero, comenzó a quedarse dormido.

La antigua bestia del sello, solo sonrió y respiró el suave aroma del niño.

No muy lejos de ellos, alguien los observaba:

-"Ah… pero que dulces son. Je, tanto que empalagan"

Ryo Sendo sonrió maliciosamente, mientras cruzaba los brazos.

-"Espero que Kikyo haya hecho lo que le encargue. Después de eso… solo faltara un ultimo detalle" –clavó la mirada en el niño de tres años que dormía placidamente, recargado en Kerberus.


-Nadeshico… todo luce tan, majestuoso. –exclamó embelesada Kikyo.

El enorme salón se encontraba ahora ya repleto de invitados. Muchos eran familiares, otros eran miembros de clanes muy importantes.

Kikyo notó que su pequeña amiga tenía un semblante pensativo, incluso triste.

-¿Qué ocurre?

-Kikyo… ¿somos amigas?

-¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso no sabes la respuesta?

-Creo que no… -la mayor de los hermanos Li bajó la mirada.

-¿Qué? –Kikyo la miró llena de sorpresa.

-Es que… -Nadeshico apretó la tela de su vestimenta.

En ese momento…

-¡Nadeshico! –le gritaron a lo lejos.

Tres niños de su misma edad, se acercaron corriendo a ella.

-¡Ah! ¡Key, Makoto, que gusto verles! –sonrió la hermosa niña de ojos verdes.

Kikyo arqueó una ceja.

Key Li era una especie de primo lejano. Era sobrino de Mei Ling, hijo del hermano mayor de ésta. Mientras que Makoto Li era hijo de Shiefa, una de las hermanas mayores de Shaoran.

-¿Tiene mucho que llegaron? –preguntó alegremente la primogénita de Sakura.

-Sí, ¿en dónde estabas tú? –le preguntó Key Li.

-En el jardín, con Ieran. –les respondió con gentileza la heredera.

-¿Y en dónde está ella? Aki la está buscando y ya sabes como se pone si no la ve.

Aki Li, la hija mayor de Fuutie Li.

-¿De veras? Le diré que está en el jardín… así pondrán jugar juntas.

-Sí, Aki está de mal humor… la han puesto a cuidar a su hermanita. ¡Dice que ella es muy pequeña para estar cuidando bebés!

-Lo mismo dice Ieran cuando le toca cuidar de Kaori.

Los tres niños empezaron a reír. Kikyo torció los labios. De repente, Nadeshico notó la presencia de otra niña parada junto a sus primos. ¡Cierto! Cuando ellos se acercaron a saludarla, lo hicieron en compañía de aquella niña… ¿Quién podría ser?

-Hola… ¿Cómo estás? –saludó animadamente Nadeshico.

La niña se sonrojó profundamente.

-Buenos noches, señorita Nadeshico.

-¡Deja a un lado las formalidades! ¡Puedes llamarla solo por el nombre! –agitó la mano Makoto.

-¿Y cómo va a hacer eso? ¡Ni siquiera las has presentado, tonto! –le señaló Key.

-¡Es cierto! –a Makoto le salió una gota.

Ahora los cuatro comenzaron a reír, Kikyo nuevamente hizo muestra de fastidio.

-Mira, ella es Nuriko Watase. Es hija de unos amigos de mis padres… es algo así como la protegida de mis papás. –le explicó Makoto.

-Mucho gusto, Soy Nadeshico Li. – le sonrió con gentileza.

-No… el gusto es mío… -Nuriko se sonrojó.

-¿Y tus papás también vinieron a la fiesta, Nuriko? –le preguntó Nadeshico.

-No… ellos, murieron… hace un año. –murmuró con tristeza la niña.

-Discúlpame… no sabía. –Nadeshico se mostró muy apenada.

-¡No! ¡No se disculpe! No hay cuidado… -la trató de calmar la niña.

-Bueno, ahora que ya las presenté… ¡Nuriko puedes dejar de hablarle de usted a Nadeshico! -Makoto intervino para "aligerar" el ambiente.

-¡Es cierto! Puedes hablarme de tú. Me pone nerviosa cuando me hablan de usted…

-Entonces… no volveré a llamarte de "usted", Nadeshico. –sonrió Nuriko.

Ambas niñas rieron.

-¡Oye, Nadeshico! Makoto no te dijo un pequeño detalle…. –sonrió maliciosamente Key.

-¿Qué detalle? –parpadeó la aludida.

-¡Cierra la boca! ¡No tienes que estar divulgándolo! –Makoto se puso muy rojo.

-¿mmm? ¿Qué pasa? –Nadeshico estaba muy confundida.

Nuriko estaba levemente sonrojada, Makoto bastante rojo y Key muy divertido.

-Resulta que… ¡Nuriko y Key van a casarse cuando sean grandes! –soltó Key burlón.

-¡¿QUÉEE! –Nadeshico se sorprendió.

Nuriko se puso completamente roja, Makoto ya pasaba al color morado y Key parecía muy divertido.

-Mis padres nos han comprometido. –le explicó Makoto.

-¡Oh! ¡Eso no me lo esperaba! –Nadeshico estaba muy asombrada.

-Nadeshico… -Kikyo interrumpió la charla.

Los cuatro niños la miraron.

-¿Qué pasa? –preguntó Nadeshico.

-Iré a ver si no se ofrece algo… ¿está bien? –los azules ojos de Kikyo se clavaron en la verde mirada de Nadeshico.

-Sí, claro. Está bien. –por primera vez, Nadeshico no le sonrió.

La pelirroja niña se alejo del cuarteto.

-Oye… ¿aun sigues llevándote mucho con esa niña? –Makoto se mostró desconfiado.

-¡Makoto no seas entrometido! –lo regañó Key.

-¡Mira quien habla de entrometidos! ¡Tú les has dicho a todos que Nuriko es mi prometida!

Los dos niños empezaron a discutir. Nuriko solo bajó la mirada, muy avergonzada.

Nadeshico solo se limitó a seguir con la vista, el camino tomado por Kikyo.


Ieran acaba de entrar al salón. Miraba a todos los invitados, pero no parecía estar muy concentrada en ellos.

Después de aquella conversación con Kasumi y Hitoski, había quedado muy preocupada. Tal vez era cierto, tal vez realmente esa niña –Kikyo- solo buscaba escalar posición social.

Estaba sumida en sus pensamientos, cuando el murmullo de los invitados la hizo prestar atención a la fiesta. Y esto fue debido a que, dichos murmullos… eran comentarios respecto a su persona.

-"Mira, es Ieran Li… la hija menor. ¡Vaya que es muy hermosa! Cuando crezca será mucho más bella que Nadeshico… tal vez incluso que la propia Señora Li."

-"¡Que porte tiene la pequeña Ieran! ¡Igualita que su abuela, la respetable señora Ieran Li!"

-"Tiene una presencia majestuosa… si así es de niña, ya me imagino como será de grande"

-"Parece una verdadera princesa"

-"Como me gustaría que Shaoran Li aceptara comprometerla con alguno de mis cuatro hijos"

Ieran estaba muy roja, todos esos comentarios la habían hecho sentirse muy apenada… y a la vez orgullosa de sí misma –después de todo, era una niña muy vanidosa- ¡No podía darse el lujo de sonrojarse! ¡Hay que cuidar el porte!

Lentamente comenzó a caminar hacía el otro extremo del salón, sabiéndose el centro de casi todas las miradas.

-¡Ieran-chan! –le gritaron a lo lejos.

Poco tiempo le dio de reaccionar, porque una extraña masa violeta la arrojó al piso.

Ieran trabajosamente se incorporó, con todo y aquella "masa violeta" sobre ella.

-¿Aki? –la niña la reconoció una vez ya incorporada.

-¡Hola, Ieran-chan! –le sonrió la "masa violeta".

-¡Te he dicho muchas veces que no me saltes así! ¡Y no me digas Ieran-Chan, no me gusta!

-¡No puedo evitarlo, te quiero tanto! –la "masa violeta" la abrazó con fuerza.

-¡Ayyyy no hagas eso! –trató de despegarse.

-¿Por qué, Ieran-chan?

-¡No me gusta! ¡Y además todos nos están mirando! –Ieran se apartó de ella.

-Oh… ¡Ieran-chan no me quiere! –comenzó a llorar.

-¡No, Aki, no llores! –Ieran trató de calmarla.

-¡Nunca dejas que te abrace! ¡No quieres que te demuestre mi cariño! ¡Eres mala Ieran-Chan! ¡Buah Buah Buah!

A Ieran le salieron miles de gotitas por la nuca.

-No digas eso… ¡Aki, compórtate!

-¡No quiero! –le sacó al lengua.

-¡Aki!

-¿Qué?

-Mira… eh… ¿por qué no vamos a otra parte? –le sonrió con nerviosismo la pequeña Ieran.

-¿A otra parte?

-Sí… donde nadie me vea contigo. –agregó con incomodidad.

-¿Eh?

Ieran se preparó para un chillido: "¡Ieran-Chan no quiere que nos vean en público juntas!". Pero, en vez de eso solo obtuvo un fuerte abrazó de Aki Li.

-¡Como tú quieras, Ieran-chan!

-¿En serio?

-Sí… ¡yo sé que tú quieres estar a solas conmigo! ¡Para que podamos jugar juntas sin que nadie nos moleste!

-Ah… sí, aja.

-¡Te quiero mucho, Ieran-chan!

Aki comenzó a restregar su mejilla con la mejilla de Ieran. La tercera de los hermanos Li, solo tenía una enorme gota en la cabeza.


-En cada una de las cuatro esquinas del gran salón, vas a esparcir el contenido de este costal.

La voz de su hermano retumbaba en sus oídos. Sacó el saco que contenía el ejercito de Oyr… dio unos cuantos pasos acercándose a una de las esquinas del salón.

-"¿Y si no lo hago? Nadeshico me tiene mucho cariño… tal vez, no debería… Shaoran, todo lo hago por ti"

Aún dudosa, comenzó a esparcir aquel polvo en las esquinas correspondientes, cuidando que nadie la viera. Cosa que parecía imposible, ya que el salón estaba repleto de gente. Pero, al ser Kikyo una simple sirvienta, nadie le prestaba atención… así que, al final de cuentas, no fue tan difícil.

-"Ahora… solo queda esperar a que mi hermano cumpla con su parte del trato y me de a Shaoran Li"

Kikyo sonrió satisfecha, ante la idea de tener pronto al jefe del clan a su lado.


En el jardín de la mansión, Shotaro estaba profundamente dormido.

-El mal se acerca… Sakura, Shaoran…están en peligro y también aquellos a quienes aman.

¿De quién era aquella voz? ¿Por qué había tantas plumas? Aquella alas… tan blancas, tan parecidas a las de Kerberus… ¿Cabello plateado? Él no conocía a nadie que tuviera de ese color el cabello.

-Yuriko…

¿Yuriko? Tampoco conocía a nadie llamado así… ¿Por qué sus ojos reflejaban tanta tristeza? Para ser un ángel, luce bastante triste…

-Shotaro…

¿Cómo sabía su nombre? ¿Aquel ser lo conocía?

-Joven Li, despierte por favor. –esta voz no provenía de ningún sueño.

-¿Eh? ¿Ryo? -Shotaro se restregó los ojos con la mano.

-Si su padre lo ve aquí, podría enfadarse.

-¿Y Kerberus?

-Él tuvo que ir a atender unos asuntos…

-¿Asuntos? ¿Y me dejo aquí en medio de la noche? ¡Que desconsiderado!

-Me pidió que lo cuidara. Pero, creo que es mejor que regrese a su alcoba o nos metera en problemas.

-¿Los metere en problemas?

-Sí, a Kerberus, a Hitoski, a mi y a usted mismo.

-¿Hitoski?

-Sí. Él fue quien le ayudó a encontrarse con Kerberus, ¿cierto?

-Sí…

-Lo acompañaré a su cuarto.

-Espera… -Shotaro miró a la luna.

-¿Sucede algo?

-Esta noche… la luna luce extraña.

-¿Extraña? Tan solo hay luna llena.

-Es como si tratara de avisarnos algo.

-No entiendo a que se refiere.

Shotaro negó con la cabeza.

-Lo llevaré a su habitación.

-Sí…

Los dos niños empezaron a caminar rumbo a la casa.


En la cocina de la enorme mansión, los sirvientes estaban muy atareados.

-¡Hey, muchachos!

Los sirvientes gritaron del susto.

-¡KERBERUS!

Kero los miró muy confundido.

-¿Qué hace en la cocina? ¡Los señores se enfadaran! ¡No podemos darle dulces! ¡Por favor, no nos meta en problemas!

-¿Problemas? ¡Pero si ustedes me mandaron llamar! –espetó Kero, ofendido.

-¿Nosotros?

-Sí. Ryo me dijo que Kanna me estaba llamando. –les señaló la bestia.

-¿Es eso cierto, señora Kanna? –preguntó una de las muchachas a la líder de las sirvientas.

-No. Yo no lo mande a llamar. –declaró Kanna.

-¡Ugh! Seguramente ese niño me jugó una broma de mal gusto. –se quejó Kero.

-¿Por qué haría algo así el jovencito Ryo? Él es muy serio y correcto.

-¡Pues ya ven! ¡Las cosas no son lo que parecen! –bramó Kerberus.

Y dicho esto, salió de la cocina. No sin antes llevarse consigo algún postre.

-¡Kerberus! –gritaron los sirvientes ante "el robo".

-¡Que Ryo, ni que nada! ¡Fue una excusa para entrar a la cocina!

-¡Kerberus no tiene remedio!


En el enorme salón, la llegada de Ieran Li –madre de Shaoran- había sido anunciada.

Todos los presentes le demostraron su respeto, haciendo reverencias.

Sakura tragó saliva, no importa que ya no fuese una niña: La madre de Shaoran, siempre le causaría intimidación.

Shaoran le sonrió con dulzura a su esposa, tratando de tranquilizarla. Seguidamente, caminó hacía su madre para darle la bienvenida a su fiesta –obviamente, seguido de Sakura-. Después de un rato, el ambiente armonioso volvió a reentablarse; Ieran Li, no era alguien que causara molestia, es cierto que era una mujer intimidante… pero, muy querida por todos.

Kikyo se acercó a Nadeshico, la mayor de los Li Kinomoto ya no estaba acompañada de sus primos y Nuriko.

-Nadeshico… ¿por qué estás tan seria? No me digas que aun estás nerviosa.

-Kikyo… ¿Es cierto que estás enamorada de mi papá?

Kikyo palideció… ¡Eso sí que no se lo esperaba!

Las hermanas de Shaoran conversaban animosamente con Sakura, Shaoran se encontraba en el centro del salón. Algo no estaba bien… tenía un mal presentimiento.

-Wei…

Cayendo en la costumbre de que su fiel mayordomo estaría junto a él, olvidó que el anciano se encontraba en cama. Meneó la cabeza en señal de negación y llamó a otro de los sirvientes.

-¿Se le ofrece algo, señor?

-Sí… quiero que vayas a la habitación de Shotaro y te asegures de que esté dormido.

-Como usted ordene. –hizo un reverencia y se alejó.

Shotaro… en realidad no importaba mucho si el niño dormía o no. Shaoran solo quería asegurarse de que él estuviera ahí. Clavó la mirada en Nadeshico, quien estaba en compañía de Kikyo. El apuesto jefe del clan buscó con la mirada a Ieran. Otro mal presentimiento se apoderó de él al no verla en el salón. Silenciosamente se acercó a su prima.

-Mei Ling…

-¡Ayyy! ¡Shaoran me asustaste! ¿Qué pasa?

-¿En dónde está Ieran?

-Mmmm… a ver… ¡Ah sí! La vi irse rumbo a los jardines en compañía de Aki. Ya sabes que esa niña no se despega de tu hija nunca y a Ieran eso le incomoda bastante.

-¿Podrías ir… a buscarla?

-¿Sucede algo? –Mei Ling notó el aire preocupante de su primo.

-Por favor, ve por Ieran.

-Sí, está bien.

Mei Ling se dio la media vuelta y caminó rumbo a los jardines de la casa.

Shaoran suspiró, solo podrá estar tranquilo hasta que Mei Ling regrese acompañada de Ieran y el sirviente que mando, le diga que Shotaro descansa tranquilamente en su alcoba. De repente… ¡Kaori! La más pequeña de sus hijos… ¿Cómo pudo pasarla por alto?

Salió del salón a paso firme, aunque por dentro los presentimientos de que algo terrible se aproximaba, lo inundaban.

Sakura notó la repentina salida de su esposo, dentro de ella, sintió algo agitarse.

Nadeshico solo quería que Kikyo le confesara todo, la verdad y nada más que la verdad.

-Nadeshico… ¿Por qué me preguntas eso?

-¡Dime! ¡Te he hecho una pregunta! ¡Contesta, por favor!-gruesas lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos verdes.

Kikyo dudó… ¿Tenía caso seguir ocultándolo? ¿Qué importancia tenía ya? Dentro de muy poco… Shaoran Li sería suyo, solo era cuestión de tiempo. El ejército de Oyr despertaría y nadie podría detenerlo.

-Sí, es verdad. Estoy enamorada de él….

Nadeshico se estremeció….

Mei Ling buscaba por los jardines a las niñas, ¡nada! Parecía que se las había tragado la tierra…

El joven sirviente, siguiendo la orden de Shaoran, había llegado a la alcoba de Shotaro:

-Joven Shotaro… ¿Estás despierto?

Nadie contestó. Quizás ya estaba dormido. Accidentalmente se recalcó en la puerta… ésta se abrió, dando paso a una habitación completamente vacía… llena de las cosas del niño, pero sin el dueño en ella.

Shaoran caminaba rumbo a la habitación donde dormía la menor de sus hijos.

-¿Señor, Li? –Unas sirvientas se toparon con él.

-Necesito que vayan a la alcoba donde está Kaori, tráiganmela.

-Pero, la niña duerme…

-Es una orden.

Ante aquella frase: "Es una orden", las sirvientas no tuvieron más opción que asentir, hacer una reverencia y encaminarse a la habitación de la bebé.

Shaoran se quedó de pie, pensando en si debía o no, volver al salón.

-Shaoran Li…

Se giró bruscamente… ¿Quién lo había llamado? Nada, oscuridad total… el pasillo estaba vacío.

Y sin siquiera planearlo, un recuerdo le vino a la mente: Una conversación sostenida con Ryo Sendo, ahí: En ese mismo pasillo.

-¿Este pasillo conecta al gran salón, señor?

-Sí, así es.

-Esta casa es como un enorme laberinto… todo conecta a todo.

-Estás en lo correcto, y así debe ser… todo debe tener una conexión.

-Por motivos de seguridad y por motivos de magia… -una sonrisa sombría iluminó el rostro del niño.

-¿A qué te refieres?

-La magia es como el agua… fluye, se conduce por túneles…este pasillo da al gran salón, fácilmente la gente de la casa y los invitados pueden conducirse a él. Pero… eso no es lo único que puede conducirse a través de este pasillo.

-¿Y qué otra cosa puede ser?

-Señor Li, ¿Puedo darle un consejo?

-¿Ah?

-Tenga mucho cuidado cuando esté en medio de este pasillo.

Shaoran Li palideció….

Tenga mucho cuidado cuando esté en medio de este pasillo.

Y sin poder reaccionar, sintió el frío del metal atravesarle el pecho. La oscuridad comenzó a apoderarse de él, todo se veía tan nubloso… alcanzó a tocar la filosa espada, la reconoció… muchas veces él la había llevado consigo, cuando niño.

De la misma forma en que reconoció la espada, también logró reconocer a su atacante… antes de perder conciencia total, antes de hundirse en la oscuridad, pudo ver a Shotaro Li hundiéndole la espada. Su propio hijo… Su propia espada…. Su propia sangre.

-Y la sangre del padre debe ser derramada por la espada del hijo…Y el ejército solo surgirá de los suelos, cuando la sangre de Shaoran Li sea derramada por obra de su heredero….

Y el gran salón comenzó a temblar, cuando la sangre del jefe del clan tocó el piso.

Continuará...



N/A: ¡AHHHHHHHH! ¡No puede ser! ¡Me da un infarto! ¡Ayyyy! ¡Pueden matarme si quieren! ¡Estoy lista para recibir bombas y demás! Pero, debo admitir…. ¡Que me encantó como quedó! ¡Ayyy, ¿Shotaro que has hecho! ¡OHHHHH! ¡No puede ser! ¡Ejem! De veras que yo lo escribí, no se porque hago drama… ¡yo solita hice que Shotarito dañara a su papito! Bueno, no todo podía ser color de rosa… ¿verdad? Ya había sido demasiada dulzura… ¡Tenía que haber algo gris!

DISCULPENME por haber tardado tanto en actualizar! La escuela no me había dejado, entre otras cosas, jeje… clásico de mí, lo sé.

Aquí me tienen, actualizando a vísperas de mi examen de matemáticas, que fue el martes, pero yo lo presentaré mañana… (Eh, me guardare el motivo de esto). ¡Al fin lo termine! Este capítulo no quería salir… creí que no lo terminaría nunca. ¡Pero la inspiración empezó a fluir de pronto! ¡Así sin más!

Bueno, ahora pasaré a lo que más me gusta y emociona… ¡y el motivo de que (aunque tarde) actualice mis fanfics!

¡Los Reviews!

Hik-Chan: ¡Muchas gracias! Bueno, ya ves que no pude actualizar pronto… ¡Lo siento! Jajaja, alguien más que opina que Shaoran y Sakura no perdieron para nada el tiempo, jeje. Aunque, ¿Sabes? Si esa historia fuera real… ¡el pobre Shaoran tendría que pagar impuestos muy altos! Jajajaja.

LadyAmatista: Mi fantasma es quien escribe… ya que sufrí de una muerte larga y dolorosa por no haber actualizado pronto. ¡Pero no importa! ¡Aun desde el más allá, sigo escribiendo! Ya en serio MUCHISIMAS GRACIAS!

Pantera-Li: MMM, ya sé… ¡Aun nada de acción! Lo siento, no soy muy buena en eso. Ya el capítulo que viene va a haber combate, pero… ¡no sé que tan bueno sea! ¡Espero no decepcionarte! ¡Gracias por leer!

Selenne Kiev: ¡Tocaya! ¡Gracias por leer mi fanfic y por dejarme review! Lamento haber tardado mucho… tanto la otra vez, como ahorita. ¡Ojala sigas leyendo!

Arika: ¡Me da mucho gusto que aun no hayas abandonado la historia! ¡Gracias por seguir conmigo! Fíjate que mi consentido también es Shotaro…. Eh, espero que con lo ocurrido en este capítulo, el pequeño Shotaro no te deje de gustar. Mi segunda favorita es Ieran… jejeje, me divierto mucho con ella, no se porque.

Bueno, ahora sí… me despido, es tarde y tengo que estudiar. (Eso ni yo me lo creo…)

Ojala que este capítulo haya sido de su agrado. La batalla contra Oyr ya viene en camino… ¡será en el siguiente capítulo!

HASTA LA PRÓXIMA!