¿Qué pasa cuando los papeles se intercambian?
-Diálogos.-
-"Pensamientos.-
(Na. Notas de autora)
Capitulo 5.
Un error de los grandes.
Recostado en el asiento de su amplio escritorio, se encontraba Miroku, recordando la pasada noche del martes, esa noche agitada en la que descubrió que el sexo y la pasión habían hecho erupcionar algo hasta ese entonces desconocido para él.
Aunque a sabiendas de que lo que estaba haciendo estaba mal, puesto que Yuca estaba de por medio, no le importó seguir con esto, pues había algo más fuerte que su voluntad y sus principios, que le impulsaba a seguir.
FLASH BACK.
Abrió los ojos enfocando el lugar donde se encontraba, reconoció la estancia, pero esa no era su habitación, trató de levantarse pero se dio cuenta de que alguien estaba a su lado, la miró, placidamente dormida, con los labios entre abiertos y algunos cabellos cruzando su rostro.
La observó más detenidamente, se dio cuenta de que sus rasgos en una primera impresión eran algo rudos, pero que observándolos mejor mostraban la verdadera esencia de Sango, la dulzura y la ternura que casi nunca dejaba salir.
No era una belleza, pero era linda, contando que tenía una personalidad arrolladora, y una forma de pensar que distaba mucho de la de él, pero eso era lo que más le gustaba.
De pronto recordó todo lo sucedido la noche anterior, y el remordimiento se hizo presente.
-"¿Cómo pude hacerle esto a Yuca? Ella no se lo merece." Pensaba Miroku, mientras que él seguía con sus pensamientos, ella despertó.
-Me duele la cabeza, ¿tienes una pastilla?-dijo Sango sacando a Miroku de sus pensamientos.
-Ahora te la doy.-dijo él, saliendo de la cama y poniéndose su boxer, se dirigió a su recamara. Una vez que regresó le entregó el medicamento y un vaso con agua.
-Tenemos que hablar Sango, esto que pasó no está bien, tu y yo…no.-se cortó el discurso cuando Sango le hizo una señal de stop.
-¿Qué pasa?-preguntó Miroku confundido.
-Ahora no, sé que no está bien, pero ahora no quiero hablar, más tarde.
Dicho esto Sango se escondió entre las sábanas y se dispuso a dormir. Miroku la miró incrédulo, pero al ver la reticencia de la chica, se dio por vencido y salió dispuesto a darse una ducha y salir a su trabajo.
Cuando él hubo regresado, horas más tarde, Sango no se encontraba solo había una nota pegada en la puerta de la habitación de ella, él se acercó y la tomó, ingenuamente creyó que le avisaría que había salido, pero gran sorpresa se llevó al leerla.
"Muchas gracias por todo, me voy a casa de Kagome.
Olvida lo que pasó."
Se quedó estático, ¿olvidar? Cómo olvidar así como así.
Salió inmediatamente con dirección a la departamento de Kagome, al llegar ahí se encontró con que las chicas no estaban sino solamente Inuyasha era el que se encontraba ahí, ya pasaban de las cinco de la tarde.
Él le dijo que Sango llegó muy enojada, Inuyasha estaba sorprendido cuando abrió la puerta y vio a Oda en su puerta con todo y maletas. No sabía el porqué de su mudanza, pero sabía que Miroku había tenido que ver, así que dispuesto a interrogarlo, lo sentó (a Miroku) en el sofá y se dispuso a preguntar.
-¿Y bien? ¿Hay algo que me quieras decir?-preguntó el futuro esposo.
-¿Ella no te dijo nada?
-No, solo se veía molesta y cuchicheaba con Kagome en todo momento.
-¿Pero porqué se molesta? Si el ofendido aquí ¡soy yo!
-¿Ofendido? ¿Por qué? ¿Te violó o qué?
-No exactamente…
-¿No exactamente? ¿Define "no exactamente"?
-Pues que no me violó sino que yo acepté.
-¿Tuvieron sexo?-preguntó un incrédulo Inuyasha.
-Si, si tuvimos un gran sexo.-dijo el hotelero.
-¡Descarado! Pero si tú tienes novia.
-Mira a mi no me vengas TÚ con clases de moral, si antes ni te importaba ponerle el cuerno a tus "noviecitas"
-Era diferente, yo no iba en serio, pero tú si vas en serio con Yuca, digo des pues de… ¿3 años juntos?
-Si 3 años ya, pero no sé Inuyasha, tengo mis dudas, y después de lo de Sango ya no sé nada.
-No me digas que quieres algo más con ella.
-¡¡Te digo que no sé!
-Bien, pues piénsatelo y muy bien.
En eso estaban cuando Kagome y Sango hicieron su aparición, la primera llegó anunciando su arribo alegremente, la segunda se quedó parada en el quicio de la puerta, mirando fijamente al ocupante del sofá y no era precisamente Inuyasha.
-¿Sango podemos hablar?-preguntó Miroku dubitativo.
-Bueno Inuyasha yo quiero mostrarte algo, ven vamos a la recamara (No piensen mal libidinosos)-dijo Kagome tomando a su novio de la mano y arrastrándolo al recinto.
-Pero estoy hablando con Miroku.-dijo él poniendo resistencia.
-No, ahora vas a venir conmigo, ¡anda camina!-así fue como se lo llevó, dejando al hotelero y a la periodista solos.
-¿Y bien? ¿Me quieres dar alguna explicación?-cuestionó Miroku dándose importancia.
-¡Y eres tú el que viene a pedirme explicaciones a mi!
-Pues sí, te vas de mi casa así como así, después de haber pasado lo que pasó entre nosotros, sin siquiera darme una buena explicación.
-¿Quieres una explicación? Bien ahí te va, me fui porque me enteré que tienes novia, cosa que nunca me dijiste, me entero de que no llevas con ella unos meses sino ¡tres años! y todavía tienes el cinismo de venir aquí a exigirme una explicación.
-Pues si, no te lo dije ¡pero tampoco tu preguntaste! Además no creo que hubiera hecho la diferencia.-dijo él airado por el comportamiento de la chica.
-Claro que la hubiera hecho, ¡y no te imaginas cuánto! Porque en primera yo no me hubiera acostado contigo, en segunda ni siquiera te hubiese seducido ni nada por el estilo, porque yo puedo ser todo lo que tú quieras Miroku, pero jugar el rol de la "otra" ¡jamás!
-Bueno pues creéme que a mi tampoco me parece jugar el rol de novio infiel, pero lo que pasó ya está hecho y…quiero pedirte disculpas por ello.
-Disculpas, tú todo lo arreglas con disculpas, mira ¿sabes qué, mejor olvidemos el asunto y actuemos normalmente, como bien dices lo que pasó ya nada lo puede echar atrás.
-Bueno si tienes razón, solo te voy a pedir que no lo divulgues.
-¿Divulgarlo? ¿Pero quién crees que soy?-dijo Sango indignada.
-Bueno es que eres periodista y yo pensé…-Miroku ya no pudo decir nada porque en ese momento la chica le proporcionó una bofetada que lo dejó bizco.
-En verdad me decepcionas, eres como todos los demás estúpidos ricachones. Siempre anteponiendo el qué dirán, y no soy tan tonta como para andar divulgándolo imbecil.
END FLASH BACK.
Después de esa pelea entre ellos dos, Miroku se había distanciado de ella, si tenía que hablar algo acerca de la boda, que ya estaba más próxima, lo trataba por el teléfono, no sabía muy bien porqué pero la corta presencia de Sango en su casa había dejado mella en él, y aunque él no quisiera reconocerlo la extrañaba.
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Sabes
los apuros que das,
que mis ojos son dos islas
donde no
viajas más.
-"Fue solo una noche de sexo, nada más, ya quitatelo de la cabeza ¡tonta!"-pensaba Sango recostada en la cama. "Pero ¡qué sexo! Si de esos te han tocado pocos" seguía pensando, hasta que Kagome la sacó de sus pensamientos.
-¿Sango te apetece salir?-preguntó la chica que estaba buscando alguna ropa en su closet.
-No, no quiero ser chaperona.-dijo ella.-Yo me quedo aquí, no tengo ganas de salir.
-No nos estorbarás, anda vamos.-animaba la futura esposa.
-No en verdad, no tengo ganas de salir.-y era verdad, no tenía ganas de salir a ningún lado.
-Pero si es viernes social.-dijo Kagome alegremente.
-Si y mañana sábado sexual y el domingo de arrepentimiento.-dijo Sango mirando divertida a su amiga.
-¡Ay Sango tu no cambias! Esta bien si no quieres ir, no te llevaré a fuerzas XP
Así Kagome e Inuyasha salieron a gastar la noche, pues estaban demasiado estresados que creyeron que de un momento a otro podían colapsar, así que dejaron sola a Sango. Momentos más tarde el timbre sonó, Sango se arropó con su bata de baño, y salió rumbo a la puerta principal, se preguntó quién sería a esa hora de la noche. Su pregunta quedó respondida cuando la abrió.
Ha
durado un flash,
ilusionada aún estoy,
pero el
instinto es otra cosa
-Buenas noches.-dijo la voz de Miroku.
-Inuyasha y Kagome no están.-fue la cortante respuesta de ella.
-No vengo a verlos a ellos, sino a ti.
-Bueno ya me viste, ahora vete.
-No me voy a ir.-dijo el haciéndola a un lado para poder entrar al recinto.
-Yo no te di permiso de pasar.-dijo ella molesta x la actitud de él.
-Ya lo sé. Pero he venido a hablar contigo y no me voy a ir hasta que lo haya hecho.
-Bien, entonces habla.-cedió ella, cerrando la puerta.
-Pues bien, sé que actué mal al dudar de ti, sé también que te mentí por no haberte hablado sobre Yuca, pero te juro que en esos momentos no se me pasó por la mente.
-Qué oportuno.
-Sango, tú me gustas y mucho x eso pasó eso la otra noche. Me dejé llevar por ti por todo lo que tú me haces sentir.
-Yo no quiero herir sentimientos de un tercero Miroku, yo no juego en esas ligas.
-Pero tú has venido a mover todo mi mundo, a dejarlo todo de cabeza, ya no sé si quiero estar con ella o contigo.-dijo Miroku tomándola del brazo y acercándola a él.
Un
juego para no ganar,
un error de los grandes,
que rabia que
me da.
-Miroku por favor, deja esto de un lado.
-No quiero, no puedo.-fue la corta respuesta de él
-Yo sé en carne propia lo que duele una infidelidad.-declaro ella antes de que él siquiera pudiese rozar sus labios.
-Yo también lo sé. Pero no siento que la traiciono, y creo que es porque no la amo.-dijo él en un susurro tibio que hizo estremecer a Sango.
-Miroku…-ella ya no pudo decir más, pues sus labios fueron sellados por los de Miroku.
La
trampa en que caí
sin red, sí, un error de los
grandes,
más repetiré.
Miroku la rodeo de la cintura y ahondó el beso, definitivamente esta mujer ejercía en él un poder supremo, era como si fuera empujado por algo más fuerte que él, el contacto de sus cálidos y delgados labios lo hacía estremecer, ella tampoco se quedó atrás, rodeó con sus brazos el cuello de él.
Le gustaban los besos de ese hombre, la forma de mover esos labios carnosos sobre los suyos, sobre su piel. Las caricias proporcionadas por sus manos duras y grandes, definitivamente masculinas.
La temperatura irremediablemente subió, el movió sus manos hacia las caderas de ésta pegándolas con las de él.
Mientras tanto sus lenguas seguían dando masajes una a la otra, Sango en un momento de coherencia se separó de él, pero fue en vano porque él aprisionó su rostro para besarlo mejor.
Me contradigo, con mis besos.
Ya
lo sé, apaga todas las luces,
porque así, me vuelvo
loca por ti.
-Miroku esto no está bien.-dijo Sango entre beso y beso.
-¿No quieres seguir?-cuestionó él, mirándola fijamente.
Sango no respondió solo acercó su boca a la de él, dejando hablar a su cuerpo por ella.
Las manos de Sango recorrían la espalda de él, dejó sus labios para besarlo en el cuello, no pudo contener el gemido que salió de su garganta al sentir la mano de él introducirse por su bata y tocar su entrepierna, acariciándola suavemente logrando así humedecerla poco a poco. Él la empujó levemente hasta quedar pegados a la pared, con sus manos desató el nudo de la bata de Sango, quedando al descubierto esos preciosos senos que tanto quería volver a probar.
Ella sintió como los labios de él se posaban sin ningún aviso, ni preámbulo en su pezón logrando ponerlo rígido. Ella de alguna forma logró desabotonar la camisa siempre inmaculada de él, dejando su pecho al desnudo, tomó su rostro entre sus manos y lo guió hasta su boca, besándolo con pasión desbordante, como si su vida dependiera de ello. Miroku se deshizo de la bata que ya le estorbaba mucho, haciendo lo mismo con su camisa.
Sango buscó presurosa el cinturón de él para desatarlo, cosa que resultó bastante fácil, pues él se encontraba muy concentrado lamiendo y besando su cuello. Miroku emitió un sonido ronco al sentir la mano de Sango tomar su pene para terminar el proceso de erección. Una vez cumplida la misión Sango dirigió sus manos a las nalgas de éste restregándose en contra de él, haciéndole saber que ya era hora…
La respuesta no se hizo esperar, él la tomó por las caderas y la elevó, ella ayudó en esto enroscando sus piernas en la cintura de él, logrando así sostenerse, Miroku la recargó en la pared y la embistió. Las embestidas eran fuertes y rápidas, los gemidos se escuchaban por toda la estancia, la fricción que provocaba cada una de ellas en Sango la hacían gemir con fuerza, y pegarse al cuerpo sudoroso de éste.
Prontamente Miroku sintió las leves punzadas en su vientre que indicaba que eyacularía de un momento a otro, por lo que decidió contenerse, no quería terminar esto, se sentía tan bien estar rodeado de ella.
Ella por su parte, gritó al sentir la oleada de placer que la sucumbió, haciéndola temblar como una hoja ante una gran corriente de aire. Pero al ver que Miroku no paraba de embatirla, su excitación fue en aumento nuevamente, se aferró a su cuerpo suspirando el nombre del causante de su ardor.
Una vez más Miroku sintió las punzadas en su vientre pero incapaz de poder prologarlas por más tiempo dejó escapar todo su semen, esparciéndolo en las entrañas de Sango, que al sentir la calidez de este liquido emitió un grito agudo.
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Hola!
Bueno ya regresé. Espero que este capi les haya gustado, sino pues ni modo, se aguantan XD.
La canción es de Laura Pausini, se llama un Error de los grandes.
