¿Qué pasa cuando los papeles se intercambian?
-Diálogos.-
-"Pensamientos.-
(Na. Notas de autora)
Capitulo 7:
NUEVA MISION
El día de la boda de Kagome e Inuyasha llegó, la ceremonia así como la celebración fue magnifica, los rostros de los novios radiaban felicidad, la recepción fue buena:
Sango evadió a Miroku durante toda la noche y soportó las malacaras que la acompañante de éste le hacía, y él por su parte no intentó acercársele pues por un lado iba a cumplir su palabra: no volvería insistir, y por otro lado estaba la presencia de Yuca, quien lanzaba miradas desagradables hacía la periodista y a cada momento enfatizaba a su novio que cómo había podido acostarse con esa cosa tan insignificante.
Al siguiente día Sango partió hacia Tokio, llevándose de Osaka un buen recuerdo y esperando no volver a ver ni a saber sobre Miroku Onahi, su vida habitual había regresado, lo único que lamentaba era no haber podido hacer la entrevista en la forma que ella realmente quería, pero se conformaba con tener la esencia de la misma, ya que durante su estadía en el departamento de Miroku, durante sus largas platicas se había encargado de sacar los temas que le interesaban, ahora solo faltaba ordenar esa información correctamente.
Lo único que no se había planteado era si avisarle a Miroku que ella sacaría a relucir esos temas en una entrevista, le parecía que era lo mejor, pero como esta vida es injusta no lo hizo y decidió hacer caso omiso a su conciencia.
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Dos semanas después de su regreso a Tokio:
La periodista se despertó enredada en la suavidad de las sábanas satinadas de su cama, hoy precisamente era el día de su cumpleaños, una capricornio en casi toda la extensión de la palabra.
Se levantó con pereza, se dirigió al baño para tomar una ducha matutina que la despejara, lavó su cuerpo recorriéndolo palmo a palmo, su imaginación voló, mientras lo hacía, se imaginaba que sus manos eran las de un hombre, específicamente las de Miroku Onahi, y es que desde su regreso pareciera que su alma se hubiese quedado en Osaka, aunque ella no lo reconociera, extrañaba las charlas amenas que sostuvo con él, extrañaba el cuerpo tibio de él, su sonrisa colgate, en sí, lo extrañaba a él.
-"¡Peros si apenas lo conocí! Debo estar loca, para extrañarlo." Pensaba la chica, cayendo abruptamente en la realidad.
Salió del baño, se vistió y se fue hacia su trabajo, necesitaba mantener ocupada su menta para no pensar en tonterías.
Al llegar a su oficina, Kaede la recibió con su habitual cortesía, al entrar se topó con su superior: Naraku, recostado en el sillón lateral de la oficina, mirando interesantemente sus uñas, y al verla se levantó de un salto, Sango se fijó que había una revista encima del sillón.
-Sango querida, me alegro que hayas llegado.-dijo alegremente el señor.
-¿Qué quieres de mi Naraku?
-Oh tu siempre tan directa.-dijo él sonriendo
-Te conozco, escúpelo ya.-dijo ella dirigiéndose a su escritorio.
-Pues mira, resulta que de camino a aquí, paso por un puesto de revistas y me topo con que el Tokio Times, esa revistilla de cuarta, tiene la nota de algo sumamente importante, y eso es algo que como bien sabes un prestigioso diario como el nuestro no se puede permitir, resulta que en la entrevista que te dio Onahi, en ningún momento habla sobre si va a casarse, y en esa revista me entero de que lo hará en una semana, querida, ¿dime cómo es que se te escapó algo así?
-¿Qué?-preguntó Sango desconcertada.- ¿Cómo es que tú sabes?
-Lo dice aquí mismo.-dijo él extendiéndole la revista.
-¡¿Aquí! ¿Pero cómo es posible que lo haya divulgado? ¡Eso no es de caballeros! Maldito me va a oír-mascullaba enfadada la periodista.
-Calma querida, es algo natural el que lo dé a conocer.-dijo él
-¿Natural? Cómo va a ser natural exponer tus aventuras a una revista de cuarta.
-Bueno en eso tienes razón, pero no es de cuarta sino de quinta, es una porquería que no debiera existir.
-Eso es lo que menos me importa, lo que me importa aquí es que lo dijo, me ha arruinado!-dijo ella desesperada.
-¿Te ha arruinado? ¿Por qué? Si tú vas a ir a entrevistarlo y a sacarle todo lo relacionado a la boda, esa es tu nueva misión. Si lo haces, no será tu ruina, sino un peldaño más en tu exitosa carrera.
-Un momento ¿De qué hablamos exactamente?
-De la boda de Miroku Onahi, uno de los empresarios más ricos de Osaka, dueño del excepcional hotel Osakas'Diamond, al que tu entrevistaste hace exactamente dos semanas, y que…-la lista de elogios hacia Miroku hubiese seguido sino fuera por la interrupción de Sango.
-¿Que Miroku Qué? ¿Se casa? OO
-Sango ¿qué tú eres de efecto retardado o qué? Eso ya te lo dije antes, y que por cierto en la entrevista que te dio no lo menciona por ningún lado, yo te pregunto cómo se te fue a escapar algo así.
-"¡Ah! Era eso por un momento pensé que Miroku había abierto la boca" pensó aliviada la chica.-Bueno es que, él no lo mencionó, y creo que no quiso hacerlo, él es muy supersticioso, dice que si hablas sobre tu futuro tal vez no se cumpla, en fin, ya sabes, esas cosas.
-Como sea, tú te vas la semana siguiente a conseguirme esa entrevista exclusiva, sabes que no me gusta que otras revistillas me ganen los peces gordos.
-Lo siento muchísimo, pero yo no pienso regresar a Osaka, y mucho menos a entrevistar a Onahi otra vez.
-Claro que irás querida, de eso depende tu estancia aquí, y no lo digo yo, lo dice el jefe de jefes, así que...
-Y porque está tan interesado él en que yo haga la entrevista, ¿no puedes enviar a cualquier otra?
-No, no se puede, ya que como sabes Onahi casi no da entrevistas, y tú de todos los periodistas que laboran aquí lo has logrado, así que tú lo volverás a hacer.
Y el jefe está interesado en que se publique este artículo porque simple y sencillamente no puede permitir que otras revistas tengan lo que uno no, ya sabes.
-Pues me niego a ir otra vez, y esta vez no me chantajearás con Sakamoto, no me vas a convencer con esa vieja treta.
-No sino pensaba chantajearte con eso, sino con tu despido.-dijo él calmadamente.
-No te atreverías.-dijo ella no muy segura.
-Yo no, pero mi jefe que también es tu jefe, si.
-¡Pero tu puedes escoger a alguien más! No es decisión de tu jefe que yo haga esa entrevista Naraku.
-Lo sé, pero yo quiero que tú la hagas, porque simplemente eres mi periodista estrella, la mejor y además me harías quedar muy bien con el jefe.
-No, no puedo. No quiero hacerlo.-dijo ella con voz de niña haciendo berrinche.
-Bueno tengo una idea, tu consigues la entrevista y te llevas a la segunda mejor que tu.
-¿Quieres que lleve conmigo a Sakamoto? Pero tú estás loco, ¡podría matarme durante el vuelo!
-Qué exagerada eres, yo creo que es tu oportunidad, la única que te daré, tu consigues esa entrevista pero no la harás, qué más quieres, te doy todo en bandeja de plata.
-Eres un malvado, ¡y un tirano!
-Y a todo esto ¿Por qué no le quieres hacer la entrevista a Onahi? ¿Por qué tan molesta con él?
-No estoy molesta con él, sino que es un tipo bastante duro de convencer.-mintió ella.
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-¿Aló? Puede comunicarme con el señor Onahi, por favor.
-¿De parte de quién?
-De Sango Oda, una amiga.
-Enseguida.
-¿Sango?-habló él con un matiz alegre en la voz.
-Hola Miroku, me atrevo a llamarte porque quiero pedirte un favor.
-¿Qué clase de favor?-preguntó él curioso
-Necesito hacerte una entrevista, ya sé que tu no concedes muchas entrevistas pero en verdad, necesito tu ayuda con esto, está en juego mi empleo.-Sango sonaba tan sincera.
-Ah, y ahora si piensas hacer esto en forma, como se debe hacer… ¿no te piensas acostar conmigo para sacarme información y después publicarla como hiciste la vez pasada?
-Siento mucho no habértelo dicho antes, pero…se que no hay excusa pero está vez sí no pienso hacer nada sin tu consentimiento, lo prometo.
-O sea que esta vez yo mando ¿no es así?
-Haré lo que tú quieras, pero ayúdame por favor.
-Muy bien entonces, este fin de semana te veo.
-¿No puede ser vía telefónica?
-No, tendrás que venir aquí, sino no hay entrevista.
-¿Dónde?-cuestionó ella, en un suspiro.
-En mi departamento, ya sabes donde está.
-Muy bien señor Onahi, ahí lo veré…un saludo a su futura esposa.-dicho esto colgó.
No supo muy bien el porqué del nerviosismo al escuchar la voz de él, pero sin duda le alegró escucharla, así como tampoco supo porqué había dicho esto ultimo…
Sin embargo ese fin de semana lo volvería a ver, y esperaba "curarse" de ese mal que padecía, el cual ella atañía a su conciencia que se sentía mal por haber hecho lo que hizo…cuán equivocada estaba.
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¡¡¡Falta poco pa' terminar!
¡Byes!
