Capítulo 5: La Trampa.
Era el peor comienzo de clases que Ginny hubiera podido desear, y eso que solo iban 3 semanas. Si, solo tres semanas y todavía estaba castigada por haber llegado tarde la primera clase de pociones del ciclo escolar, bueno, a decir verdad, seguramente ya no tendría que limpiar las mazmorras por las noches si no hubiera tenido el atrevimiento de responderle a Snape la última noche que tenía de castigo, pero ver el rostro de Snape escandalizado habían valido las dos semanas más de castigo. Una pequeña sonrisa de triunfo apareció en el rostro de Ginny al recordar como el labio inferior de Snape había temblado cuando ella le había dicho que era un amargado.
Esas tres semanas había sido terribles, Malfoy la confundía cada vez más, a veces, la ignoraba causándole un terrible dolor a la Gryffindor tal vez tan terrible como cuando veía a Harry y Hermione juntos, (que para su desgracia cada vez era más seguido), pero sin embargo otras veces Malfoy la insultaba y la humillaba como nunca, pero también cuando lo encontraba sola se le insinúa, ¿quién entendía a los hombre? Se preguntaba Ginny cada vez que aguantaba cada una de las facetas que Malfoy tenía con ella.
Y para acabarla, estaban Melva y sus malditas amigas Hufflepuff, que cada vez que veían a Ginny no hacían otra cosa más que gritarle cosas como Donde dejaste a tu rubio o Tu novio te extraña, por eso esta de mal humor y para desgracia uno de estos comentarios había llegado a los oídos de Ron, por suerte Ginny había podido calmarlo diciéndole que ellas simplemente la molestaban por que había un chico rubio en Hufflepuff que según ellas le gustaba Ginny. Ron había quedado satisfecho por la excusa pero, por la mirada de Hermione, sabía que ella no estaba del todo satisfecha.
Pero sabía que lo peor de todo no era eso, si no la reacción que ella tenía cuando veía a Malfoy, era una reacción involuntaria, sus piernas temblaban y su corazón se aceleraba a un grado que temía que el rubio lo escuchará latir. Cada vez que eso pasaba Ginny tenía que regañarse así misma las estúpidas reacciones de su cuerpo que según ella eran producidas por sus hormonas.
**** Ginny se dirigía hacia al lago con un libro que llevaba abrazado a su pecho, se sentí liberada, la noche anterior había sido la última noche de castigo con Snape. Llegó hasta el lago y se sentó bajo un gran árbol que estaba muy cerca de la orilla. Contempló como el agua se movía lentamente casi al mismo compás que el viento cuando movía los árboles; recostó su cabeza sintiendo una tranquilidad tan anhelada, una tranquilidad que había perdido por el beso de un rubio, Ginny decidió que solo por ese día, solo por esa tarde, no pensaría en él. Era un domingo caluroso y casi todos los alumnos estaban dirigiéndose al gran Comedor para la cena. Ginny dejó su libro a un lado, no tenía ganas de leer así que solamente se dedicó a ver el agua. Vio con emoción como la noche empezaba a caer sobre ella, respiró profundamente antes de levantarse, era prefecta y tenía que llegar a su Sala Común antes de que se hiciera más tarde.
-Ginny-la aludida volteó a ver quien le hablaba, era Melva y Karina que corrían hacia ellas.
-¿Qué pasa?-preguntó suavemente Ginny aunque algo desconfiada.
-Tienes que ver algo-dijo rápidamente Karina.
-Es importante-terció Melva mientras trataba de no sonreír. -¿Qué es?-preguntó Ginny mientras las miraba enigmáticamente.
-eh, es sobre... algo...-empezó Melva, parecía muy nerviosa.
-importante-terminó Karina.
-Creo que eso ya me lo habían dicho-murmuró Ginny.
-Eh... si, pero es que-
-¿Vas a venir o no?-le cortó Karina.
-No, si no me dicen a donde, no voy-respondió con prontitud Ginny.
-Es que es un pequeño secreto, y es muy importante, en serio Ginny no es nada malo, solo que... bueno queremos hacerte participe de nuestro... secreto y bueno el lugar no te lo puedo decir por que solamente sé llegar y no sé como explicártelo...-dijo rápidamente Karina.
-Pero...-
-Y si eres lo suficientemente valiente como para ir te esperamos cerca de las puertas del gran comedor a las 12 de la noche- y sin decir nada más Karina se dio la vuelta y se fue arrastrando a Melva con ella.
Ginny apretó los dientes enfurecida, ¿por qué tenían que chantajearla poniendo de por medio su valentía? Karina sabía usar bien sus palabras y para su desgracia sabía su debilidad, nunca negaba un reto.
Ginny llegó a la Sala Común más enfurecida de lo que ya estaba antes de ir al lago, y estuvo a punto de descargar su furia con unos Gryffindor de primer año pero para suerte para ellos Hermione intervino.
-Estás bien, Ginny-preguntó Hermione. Ginny contestó con un bufido antes de subir las escaleras.
**** Eran ya las 11, una gran incógnita atormentaba a Ginny, iba o no iba, era el dilema, ¿qué habrán planeado las Hufflepuff? Faltaban 15 minutos para las doce de la noche y Ginny aún no había decidido si iba o no, estaba sola en la Sala Común, todos ya se habían subido a dormir, y ella seguía ahí sentada frente a la chimenea, con su pijama ya puesta.
Iba a ir, no permitiría que la llamaran cobarde. Sin siquiera agarrar su capa salió sigilosamente por el retrato de la Dama Gorda que le dio una reprimenda por haberla despertado. La Gryffindor llegó hasta el lugar acordado casi sin ningún contratiempo, el recorrido había sido bastante tranquilo, cuando llegó ya la esperaban Melva, Karina y Katherin, ellas sonrieron satisfechas al verla, ahí es cuando Ginny supo que se iba a meter en un gran problema.
-¿A dónde vamos?-preguntó Ginny al llegar junto a ellas.
-Es muy importante, es algo que descubrimos y que de verdad pensamos que te servirá de algo, ya vas a ver que nos lo vas a agradecer-dijo en susurros Karina sonriendo.
-¿A dónde?-volvió a preguntar Ginny sin tomarle importancia al comentario de Karina.
Melva hizo un gesto de impaciencia con su mano antes de tomar la mano de Ginny y llevarla cerca de las escaleras. Subieron hasta el tercer piso y luego entraron a un pasillo que Ginny no había visto jamás.
De pronto se detuvieron, habían llegado a un pasillo sin salida.
-Vaya, para ver la pared me trajeron-se quejó Ginny, empezaba a sentir un poco de frío y se arrepintió de no haber llevado una capa.
-No te impacientes-murmuró Katherin.
-Pero antes que nada Ginny, tienes que jurar que no le dirás nada a nadie y que.... luego nos contarás todo de todo-dijo Karina volviéndose hacia ellas, Ginny alzó una ceja como preguntando el por que.
-Pero....- empezó a decir Ginny.
-Júralo-le dijo imperiosamente Karina apuntándola con un dedo amenazadoramente, Ginny asintió vagamente, con esto las jóvenes compartieron una mirada de complicidad.
-Y ahora que te veo bien.... Vistes adecuadamente para la ocasión-murmuró Katherin tocándose la barbilla.
-¿Adecuada, para que?-preguntó Ginny mirando su camisón de dormir que estaba un poco más escotado que los demás. Katherin no respondió, Ginny observó en silencio como Karina examinaba la pared en busca de algo, sorprendentemente un pequeña puerta se abrió. Las 4 entraron (aunque Ginny lo hizo por la insistencia de las Hufflepuff) eran escaleras que guiaban hacia abajo.
Siguieron el camino, que parecía nunca acabar hasta que se toparon con un muro de piedra, donde lo único que había era una pequeña palanca en la parte superior.
-Y ahora que- preguntó Ginny volteándolas a ver.
-Como que ahora que, tienes que entrar Ginny- murmuró Melva señalándole la palanca- ah y no tienes por que darnos las gracias-
-Por que debería darles las gracias-preguntó confusa Ginny.
-Ya lo verás- contesto mordazmente Karina mientras sonría abiertamente.- Ahora jala de la palanca-
-¿Por qué no la jalan ustedes?-
-Por que la que tiene que entrar eres tú- le dijo como si pareciera obvio.
-Pero...-
Ginny no pudo terminar por que Melva había jalado de la palanca mientras las otras la empujaron. Ginny se mantuvo de pie de milagro, volteó a ver la pared, no había ni rastro de la puerta, Ginny se sintió horrorizada al verse en territorio desconocido.
Volteó a ver la habitación, era muy grande, tenía varios sillones de cuero y había una chimenea, detuvo su mirada al encontrarse con unos fríos ojos grises que la miraban intensamente.
¡Estaba en la Sala Común de Slytherin!, Ginny se dio cuenta de que era verdad al ver un gran estandarte con el escudo característico de Slytherin, y Draco Malfoy, la persona que menos deseaba ver era la que precisamente estaba ahí.
El tenía una pose que lo hacía ver irresistible, tenía la playera de la pijama abierta unos botones, tenía cruzadas las piernas en un porte muy elegantemente, sostenía un libro de pasta verde; y su pijama negra contrastaba con su piel blanca a la perfección, y tenía unos mechones de cabello cayendo sobre su rostro.
Ginny pensó que todo hubiera estado perfecto si no hubiera sido por la mirada de infinito odio que le dirigía a ella.
-Vaya Weasley...- Draco se levantó del sillón-.. nunca pensé que fueras de esas-
Voy a matarlas, si, eso les haré, mataré a las que se hacen llamar mis amigas, las mataré lentamente pensaba Ginny mientras controlaba el temblor de sus rodillas y apretaba los puños.
-¿Perdón?- contestó por fin Ginny alzando su rostro orgullosamente, tenía pensado salir de esa situación lo más decentemente posible.
-¿Quién te lo dijo?, ¿a caso fue, Melany o fue Anny?- preguntó Malfoy acercándose peligrosamente a ella mientras aventaba su libro al sillón.
A caso Malfoy estaba perdiendo al razón, ¿quién diablos era Melany? se preguntó Ginny frunciendo el entrecejo.
-De que hablas- preguntó Ginny.
-Vamos Weasley- murmuró Malfoy mientras sonreía fríamente.
-Creo que estás perdiendo la razón- soltó Ginny de golpe.
-Por favor Weasley, ahora no te hagas la inocente-murmuró fríamente mientras la agarraba por las muñecas, Ginny trató de sajarse pero le resultó imposible por la diferencia de fuerzas.-No me digas que viniste aquí por casualidad-Draco acercó su rostro al de Ginny, y ella pudo distinguir un brillo en sus ojos que nunca había visto.
Ginny se quedó callada mientras apartaba la vista, ¿cómo decirle a Malfoy que estaba ahí por una maldita trampa de sus supuestas amigas?
-No sabes, ah, o acaso no te acuerdas de quien te dijo como llegar hasta aquí-Ginny lo miró a los ojos confundida. – ¿quieres que te lo recuerde?- murmuró maliciosamente Malfoy-La verdad Weasley pensé que eras diferente, y que no me andarías buscando como las demás, ¿quién de todas las que han venido aquí te dijo como entrar?-preguntó amenazadoramente.
-Yo.... En verdad...-
-Esta bien, veo que no vas a decir nada- dijo Malfoy soltándola bruscamente, Ginny lo miró extrañada por las reacciones que tenía Malfoy. ¿Por qué Malfoy se comportaba tan extrañamente? ¿y por qué su traicionero corazón no dejaba de latir con fuerza? Ginny estaba más que confundida.
-Sabes Weasley, muchas mujeres han venido aquí para pasar una noche conmigo- Ginny sintió sus palabras como una bofetada, se sintió irremediablemente ... ¿celosa?-Y son pocas las que llegan a mi cama..- Malfoy hablaba suavemente pero su tono de voz no tenía nada que ver con la mirada fría que tenía fija en los ojos de la Gryffindor- Sin embargo, debo admitir que .... Nunca se me había presentado una oportunidad tan tentadora- murmuró mirándola de arriba a bajo, Ginny sintió que se sonrojaba, apenas en ese momento se había acordado que lo único que llevaba puesto era su camisón de dormir que no era lo suficientemente largo para cubrirle las piernas (le llegaba un poco más debajo de la rodilla) y tenía un escote que dejaba al descubierto el inicio de sus senos. Ginny se tapo con los brazos el pecho y con ese gesto Malfoy sonrió burlonamente.
-Ni te atrevas a tocarme- murmuró rápidamente Ginny. Una suave pero profunda risa salió de la boca del Slytherin. Ginny sabía que si Malfoy la tocaba, su cuerpo y su cerebro la traicionarían igual que la habían traicionado sus amigas.
Draco se acercó lentamente a ella, Ginny empezó a caminar de espadas, algo aterrada. Cada vez que tropezaba se ganaba una mirada burlona de Malfoy.
-Vamos Weasley, no es eso a lo que venías-
-No- exclamó horrorizada. Draco la tomó de nuevo por las muñecas y la acercó a él bruscamente.
-No mientas-susurró a su oído con voz ronca antes de besarla, la pelirroja no pudo resistirse, sentía el cielo y el infierno al mismo tiempo, besarlo era lo que más había añorado; fue un beso muy apasionado, llenó de emociones encontradas para ambos. Cuando Draco hizo ademán de separarse, Ginny lo atrajo hacia ella jalándolo suavemente por el cuello para que inclinará la cabeza, ese beso fue más tierno, ese beso no fue por pasión, si no que fue producto de las mezcla de extraños sentimientos encontrados.
**** Draco la apretó más contra él, mientras acariciaba lentamente la espalda de la Gryffindor, él estaba extasiado, nuca en su vida lo habían besado con tanta ternura, y para su sorpresa, no le desagradaba en lo más mínimo. Acarició suavemente su mejilla, estaba caliente y su piel era tan suave y tersa como había pensado, Draco se maravilló unos segundos dejando que el olor de Ginny se mezclara con el suyo y le embriagara sus sistemas, haciendo que su mente se nublara, solamente estaba consiente que en es momento Ginny era de él y de nadie más, la abrazó con más fuerza, mientras la guiaba a un sillón, se sentó sin dejar de besarla y la sentó a ella en su regazo, ahí en su brazos sentía a Ginny como si fuera un pequeña muñequita de porcelana que debía proteger.
-Draco- un suave gemido había salido de los sonrosados labios de la Gryffindor mientras él le besaba el cuello, Draco se sintió ridículamente feliz, ella lo había llamado por su nombre por primea vez, sonrió mientras la volvía a besar suavemente.
De pronto se detuvo en seco y se paro bruscamente, haciendo que por poco Ginny cayera al suelo.
No esto no puede ser, soy un Malfoy y los Malfoy no se juntan con los Weasley pensó Draco evitando la mirada interrogante de Ginny.
Tenía que tener presente que por más que le gustaba besar a la Gryffindor, no debía hacerlo, ella era el fruto prohibido. Draco recuperó la compostura, alzó su cabeza orgullosamente poniendo la mirada más fría que pudo, aunque parecía el mismo chico arrogante su corazón aún no se había controlado y latía rápidamente.
-Ya tuviste lo que querías ¿no?-murmuró maliciosamente, a pesar de que lo dijo con bastante indiferencia en su interior se quería matar por ser tan insensible. Ginny lo miró como si aún no había asimilado las palabras-¿Qué esperas para irte?-
La suave y delicada mano de Ginny que hace solo unos instantes lo había acariciado, golpeó con fuerza la mejilla del Slytherin antes de salir corriendo en busca de la salida. Draco tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no salir tras ella.
Se desplomó en un sillón sintiéndose el ser más miserable del mundo. Cerró los ojos con fuerza tratando de olvidar los ojos de la Gryffindor inundados de incredibilidad cuando le había dicho esas estupideces. Ahora la pregunta era ¿Ginny había sentido lo mismo que él? Y ¿A caso se estaba enamorando por primera vez en su vida?
***** Notas de la autora: HOOOOOLAAAA gracias a todos por sus REWIES. Espero que me sigan enviando sus rewies que la verdad me animan a continuar la historia con más prontitud. Me hubiera gustado haberla actualizado antes pero me safé la mano y me dolía mucho escribir.
DEJEN REWIES, Y BESOS A TODOS.
Era el peor comienzo de clases que Ginny hubiera podido desear, y eso que solo iban 3 semanas. Si, solo tres semanas y todavía estaba castigada por haber llegado tarde la primera clase de pociones del ciclo escolar, bueno, a decir verdad, seguramente ya no tendría que limpiar las mazmorras por las noches si no hubiera tenido el atrevimiento de responderle a Snape la última noche que tenía de castigo, pero ver el rostro de Snape escandalizado habían valido las dos semanas más de castigo. Una pequeña sonrisa de triunfo apareció en el rostro de Ginny al recordar como el labio inferior de Snape había temblado cuando ella le había dicho que era un amargado.
Esas tres semanas había sido terribles, Malfoy la confundía cada vez más, a veces, la ignoraba causándole un terrible dolor a la Gryffindor tal vez tan terrible como cuando veía a Harry y Hermione juntos, (que para su desgracia cada vez era más seguido), pero sin embargo otras veces Malfoy la insultaba y la humillaba como nunca, pero también cuando lo encontraba sola se le insinúa, ¿quién entendía a los hombre? Se preguntaba Ginny cada vez que aguantaba cada una de las facetas que Malfoy tenía con ella.
Y para acabarla, estaban Melva y sus malditas amigas Hufflepuff, que cada vez que veían a Ginny no hacían otra cosa más que gritarle cosas como Donde dejaste a tu rubio o Tu novio te extraña, por eso esta de mal humor y para desgracia uno de estos comentarios había llegado a los oídos de Ron, por suerte Ginny había podido calmarlo diciéndole que ellas simplemente la molestaban por que había un chico rubio en Hufflepuff que según ellas le gustaba Ginny. Ron había quedado satisfecho por la excusa pero, por la mirada de Hermione, sabía que ella no estaba del todo satisfecha.
Pero sabía que lo peor de todo no era eso, si no la reacción que ella tenía cuando veía a Malfoy, era una reacción involuntaria, sus piernas temblaban y su corazón se aceleraba a un grado que temía que el rubio lo escuchará latir. Cada vez que eso pasaba Ginny tenía que regañarse así misma las estúpidas reacciones de su cuerpo que según ella eran producidas por sus hormonas.
**** Ginny se dirigía hacia al lago con un libro que llevaba abrazado a su pecho, se sentí liberada, la noche anterior había sido la última noche de castigo con Snape. Llegó hasta el lago y se sentó bajo un gran árbol que estaba muy cerca de la orilla. Contempló como el agua se movía lentamente casi al mismo compás que el viento cuando movía los árboles; recostó su cabeza sintiendo una tranquilidad tan anhelada, una tranquilidad que había perdido por el beso de un rubio, Ginny decidió que solo por ese día, solo por esa tarde, no pensaría en él. Era un domingo caluroso y casi todos los alumnos estaban dirigiéndose al gran Comedor para la cena. Ginny dejó su libro a un lado, no tenía ganas de leer así que solamente se dedicó a ver el agua. Vio con emoción como la noche empezaba a caer sobre ella, respiró profundamente antes de levantarse, era prefecta y tenía que llegar a su Sala Común antes de que se hiciera más tarde.
-Ginny-la aludida volteó a ver quien le hablaba, era Melva y Karina que corrían hacia ellas.
-¿Qué pasa?-preguntó suavemente Ginny aunque algo desconfiada.
-Tienes que ver algo-dijo rápidamente Karina.
-Es importante-terció Melva mientras trataba de no sonreír. -¿Qué es?-preguntó Ginny mientras las miraba enigmáticamente.
-eh, es sobre... algo...-empezó Melva, parecía muy nerviosa.
-importante-terminó Karina.
-Creo que eso ya me lo habían dicho-murmuró Ginny.
-Eh... si, pero es que-
-¿Vas a venir o no?-le cortó Karina.
-No, si no me dicen a donde, no voy-respondió con prontitud Ginny.
-Es que es un pequeño secreto, y es muy importante, en serio Ginny no es nada malo, solo que... bueno queremos hacerte participe de nuestro... secreto y bueno el lugar no te lo puedo decir por que solamente sé llegar y no sé como explicártelo...-dijo rápidamente Karina.
-Pero...-
-Y si eres lo suficientemente valiente como para ir te esperamos cerca de las puertas del gran comedor a las 12 de la noche- y sin decir nada más Karina se dio la vuelta y se fue arrastrando a Melva con ella.
Ginny apretó los dientes enfurecida, ¿por qué tenían que chantajearla poniendo de por medio su valentía? Karina sabía usar bien sus palabras y para su desgracia sabía su debilidad, nunca negaba un reto.
Ginny llegó a la Sala Común más enfurecida de lo que ya estaba antes de ir al lago, y estuvo a punto de descargar su furia con unos Gryffindor de primer año pero para suerte para ellos Hermione intervino.
-Estás bien, Ginny-preguntó Hermione. Ginny contestó con un bufido antes de subir las escaleras.
**** Eran ya las 11, una gran incógnita atormentaba a Ginny, iba o no iba, era el dilema, ¿qué habrán planeado las Hufflepuff? Faltaban 15 minutos para las doce de la noche y Ginny aún no había decidido si iba o no, estaba sola en la Sala Común, todos ya se habían subido a dormir, y ella seguía ahí sentada frente a la chimenea, con su pijama ya puesta.
Iba a ir, no permitiría que la llamaran cobarde. Sin siquiera agarrar su capa salió sigilosamente por el retrato de la Dama Gorda que le dio una reprimenda por haberla despertado. La Gryffindor llegó hasta el lugar acordado casi sin ningún contratiempo, el recorrido había sido bastante tranquilo, cuando llegó ya la esperaban Melva, Karina y Katherin, ellas sonrieron satisfechas al verla, ahí es cuando Ginny supo que se iba a meter en un gran problema.
-¿A dónde vamos?-preguntó Ginny al llegar junto a ellas.
-Es muy importante, es algo que descubrimos y que de verdad pensamos que te servirá de algo, ya vas a ver que nos lo vas a agradecer-dijo en susurros Karina sonriendo.
-¿A dónde?-volvió a preguntar Ginny sin tomarle importancia al comentario de Karina.
Melva hizo un gesto de impaciencia con su mano antes de tomar la mano de Ginny y llevarla cerca de las escaleras. Subieron hasta el tercer piso y luego entraron a un pasillo que Ginny no había visto jamás.
De pronto se detuvieron, habían llegado a un pasillo sin salida.
-Vaya, para ver la pared me trajeron-se quejó Ginny, empezaba a sentir un poco de frío y se arrepintió de no haber llevado una capa.
-No te impacientes-murmuró Katherin.
-Pero antes que nada Ginny, tienes que jurar que no le dirás nada a nadie y que.... luego nos contarás todo de todo-dijo Karina volviéndose hacia ellas, Ginny alzó una ceja como preguntando el por que.
-Pero....- empezó a decir Ginny.
-Júralo-le dijo imperiosamente Karina apuntándola con un dedo amenazadoramente, Ginny asintió vagamente, con esto las jóvenes compartieron una mirada de complicidad.
-Y ahora que te veo bien.... Vistes adecuadamente para la ocasión-murmuró Katherin tocándose la barbilla.
-¿Adecuada, para que?-preguntó Ginny mirando su camisón de dormir que estaba un poco más escotado que los demás. Katherin no respondió, Ginny observó en silencio como Karina examinaba la pared en busca de algo, sorprendentemente un pequeña puerta se abrió. Las 4 entraron (aunque Ginny lo hizo por la insistencia de las Hufflepuff) eran escaleras que guiaban hacia abajo.
Siguieron el camino, que parecía nunca acabar hasta que se toparon con un muro de piedra, donde lo único que había era una pequeña palanca en la parte superior.
-Y ahora que- preguntó Ginny volteándolas a ver.
-Como que ahora que, tienes que entrar Ginny- murmuró Melva señalándole la palanca- ah y no tienes por que darnos las gracias-
-Por que debería darles las gracias-preguntó confusa Ginny.
-Ya lo verás- contesto mordazmente Karina mientras sonría abiertamente.- Ahora jala de la palanca-
-¿Por qué no la jalan ustedes?-
-Por que la que tiene que entrar eres tú- le dijo como si pareciera obvio.
-Pero...-
Ginny no pudo terminar por que Melva había jalado de la palanca mientras las otras la empujaron. Ginny se mantuvo de pie de milagro, volteó a ver la pared, no había ni rastro de la puerta, Ginny se sintió horrorizada al verse en territorio desconocido.
Volteó a ver la habitación, era muy grande, tenía varios sillones de cuero y había una chimenea, detuvo su mirada al encontrarse con unos fríos ojos grises que la miraban intensamente.
¡Estaba en la Sala Común de Slytherin!, Ginny se dio cuenta de que era verdad al ver un gran estandarte con el escudo característico de Slytherin, y Draco Malfoy, la persona que menos deseaba ver era la que precisamente estaba ahí.
El tenía una pose que lo hacía ver irresistible, tenía la playera de la pijama abierta unos botones, tenía cruzadas las piernas en un porte muy elegantemente, sostenía un libro de pasta verde; y su pijama negra contrastaba con su piel blanca a la perfección, y tenía unos mechones de cabello cayendo sobre su rostro.
Ginny pensó que todo hubiera estado perfecto si no hubiera sido por la mirada de infinito odio que le dirigía a ella.
-Vaya Weasley...- Draco se levantó del sillón-.. nunca pensé que fueras de esas-
Voy a matarlas, si, eso les haré, mataré a las que se hacen llamar mis amigas, las mataré lentamente pensaba Ginny mientras controlaba el temblor de sus rodillas y apretaba los puños.
-¿Perdón?- contestó por fin Ginny alzando su rostro orgullosamente, tenía pensado salir de esa situación lo más decentemente posible.
-¿Quién te lo dijo?, ¿a caso fue, Melany o fue Anny?- preguntó Malfoy acercándose peligrosamente a ella mientras aventaba su libro al sillón.
A caso Malfoy estaba perdiendo al razón, ¿quién diablos era Melany? se preguntó Ginny frunciendo el entrecejo.
-De que hablas- preguntó Ginny.
-Vamos Weasley- murmuró Malfoy mientras sonreía fríamente.
-Creo que estás perdiendo la razón- soltó Ginny de golpe.
-Por favor Weasley, ahora no te hagas la inocente-murmuró fríamente mientras la agarraba por las muñecas, Ginny trató de sajarse pero le resultó imposible por la diferencia de fuerzas.-No me digas que viniste aquí por casualidad-Draco acercó su rostro al de Ginny, y ella pudo distinguir un brillo en sus ojos que nunca había visto.
Ginny se quedó callada mientras apartaba la vista, ¿cómo decirle a Malfoy que estaba ahí por una maldita trampa de sus supuestas amigas?
-No sabes, ah, o acaso no te acuerdas de quien te dijo como llegar hasta aquí-Ginny lo miró a los ojos confundida. – ¿quieres que te lo recuerde?- murmuró maliciosamente Malfoy-La verdad Weasley pensé que eras diferente, y que no me andarías buscando como las demás, ¿quién de todas las que han venido aquí te dijo como entrar?-preguntó amenazadoramente.
-Yo.... En verdad...-
-Esta bien, veo que no vas a decir nada- dijo Malfoy soltándola bruscamente, Ginny lo miró extrañada por las reacciones que tenía Malfoy. ¿Por qué Malfoy se comportaba tan extrañamente? ¿y por qué su traicionero corazón no dejaba de latir con fuerza? Ginny estaba más que confundida.
-Sabes Weasley, muchas mujeres han venido aquí para pasar una noche conmigo- Ginny sintió sus palabras como una bofetada, se sintió irremediablemente ... ¿celosa?-Y son pocas las que llegan a mi cama..- Malfoy hablaba suavemente pero su tono de voz no tenía nada que ver con la mirada fría que tenía fija en los ojos de la Gryffindor- Sin embargo, debo admitir que .... Nunca se me había presentado una oportunidad tan tentadora- murmuró mirándola de arriba a bajo, Ginny sintió que se sonrojaba, apenas en ese momento se había acordado que lo único que llevaba puesto era su camisón de dormir que no era lo suficientemente largo para cubrirle las piernas (le llegaba un poco más debajo de la rodilla) y tenía un escote que dejaba al descubierto el inicio de sus senos. Ginny se tapo con los brazos el pecho y con ese gesto Malfoy sonrió burlonamente.
-Ni te atrevas a tocarme- murmuró rápidamente Ginny. Una suave pero profunda risa salió de la boca del Slytherin. Ginny sabía que si Malfoy la tocaba, su cuerpo y su cerebro la traicionarían igual que la habían traicionado sus amigas.
Draco se acercó lentamente a ella, Ginny empezó a caminar de espadas, algo aterrada. Cada vez que tropezaba se ganaba una mirada burlona de Malfoy.
-Vamos Weasley, no es eso a lo que venías-
-No- exclamó horrorizada. Draco la tomó de nuevo por las muñecas y la acercó a él bruscamente.
-No mientas-susurró a su oído con voz ronca antes de besarla, la pelirroja no pudo resistirse, sentía el cielo y el infierno al mismo tiempo, besarlo era lo que más había añorado; fue un beso muy apasionado, llenó de emociones encontradas para ambos. Cuando Draco hizo ademán de separarse, Ginny lo atrajo hacia ella jalándolo suavemente por el cuello para que inclinará la cabeza, ese beso fue más tierno, ese beso no fue por pasión, si no que fue producto de las mezcla de extraños sentimientos encontrados.
**** Draco la apretó más contra él, mientras acariciaba lentamente la espalda de la Gryffindor, él estaba extasiado, nuca en su vida lo habían besado con tanta ternura, y para su sorpresa, no le desagradaba en lo más mínimo. Acarició suavemente su mejilla, estaba caliente y su piel era tan suave y tersa como había pensado, Draco se maravilló unos segundos dejando que el olor de Ginny se mezclara con el suyo y le embriagara sus sistemas, haciendo que su mente se nublara, solamente estaba consiente que en es momento Ginny era de él y de nadie más, la abrazó con más fuerza, mientras la guiaba a un sillón, se sentó sin dejar de besarla y la sentó a ella en su regazo, ahí en su brazos sentía a Ginny como si fuera un pequeña muñequita de porcelana que debía proteger.
-Draco- un suave gemido había salido de los sonrosados labios de la Gryffindor mientras él le besaba el cuello, Draco se sintió ridículamente feliz, ella lo había llamado por su nombre por primea vez, sonrió mientras la volvía a besar suavemente.
De pronto se detuvo en seco y se paro bruscamente, haciendo que por poco Ginny cayera al suelo.
No esto no puede ser, soy un Malfoy y los Malfoy no se juntan con los Weasley pensó Draco evitando la mirada interrogante de Ginny.
Tenía que tener presente que por más que le gustaba besar a la Gryffindor, no debía hacerlo, ella era el fruto prohibido. Draco recuperó la compostura, alzó su cabeza orgullosamente poniendo la mirada más fría que pudo, aunque parecía el mismo chico arrogante su corazón aún no se había controlado y latía rápidamente.
-Ya tuviste lo que querías ¿no?-murmuró maliciosamente, a pesar de que lo dijo con bastante indiferencia en su interior se quería matar por ser tan insensible. Ginny lo miró como si aún no había asimilado las palabras-¿Qué esperas para irte?-
La suave y delicada mano de Ginny que hace solo unos instantes lo había acariciado, golpeó con fuerza la mejilla del Slytherin antes de salir corriendo en busca de la salida. Draco tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para no salir tras ella.
Se desplomó en un sillón sintiéndose el ser más miserable del mundo. Cerró los ojos con fuerza tratando de olvidar los ojos de la Gryffindor inundados de incredibilidad cuando le había dicho esas estupideces. Ahora la pregunta era ¿Ginny había sentido lo mismo que él? Y ¿A caso se estaba enamorando por primera vez en su vida?
***** Notas de la autora: HOOOOOLAAAA gracias a todos por sus REWIES. Espero que me sigan enviando sus rewies que la verdad me animan a continuar la historia con más prontitud. Me hubiera gustado haberla actualizado antes pero me safé la mano y me dolía mucho escribir.
DEJEN REWIES, Y BESOS A TODOS.
