Disclaimer: Harry Potter no me pertenece.

Capítulo 3

A la mañana siguiente Draco despertó sobresaltado, había tenido el mismo sueño una y otra vez durante la noche. Soñaba con una hermosa niña de cabellos ondulados y ojos achocolatados que le gritaba papá y le alargaba los brazos para que él la cargara, pero cuando Draco la intentaba cargar la pequeña desaparecía dejándolo solo en la oscuridad y rodeado de dementores que le quitaban todos los sentimientos y recuerdos bonitos, dejándole sólo la desesperanza y desolación.

"Mi princesa" susurró Draco, restregándose la cara con sus manos.

Se levantó de la cama y se dirigió a la ventana. Hacia un día muy soleado y la brisa fresca movía suavemente las blancas cortinas de su cuarto. Suspiró profundo y caminó hacia los ventanales franceses que llevaban a la terraza de la habitación. Sintió con mayor fuerza la brisa por todo su cuerpo. Observó que un rico desayuno había sido servido, pero nada de lo que había le apetecía, hacía muchos días que no comía bien. Se acercó a la baranda y descubrió a su amigo de toda la vida agachado entre los rosales del jardín. Como sintiendo que alguien lo observaba, Blaise Zabini, se volteó para buscar a su espía. Una gran sonrisa adornó sus oscuras facciones al darse cuenta que Draco estaba despierto y lo saludaba desde la terraza.

"¡Draco!" Exclamó Blaise, apareciendo detrás de su amigo en un abrir y cerrar de ojos. Draco sonrió al volver a ver a su amigo después de tanto tiempo.

"Blaise" dijo Draco, desmoronándose en los brazos de su mejor amigo.

"Cálmate, Malfoy" dijo abrazando con fuerza al rubio "ya verás que todo saldrá bien, solo hay que tener fe"

"¿Fe¿En qué, Zabini?" dijo Draco, con ironía separándose de su amigo.

"En los milagros"

"que yo sepa yo no fui el que asistió a una escuela católica cuando era muy pequeño" respondió Draco

"Algo tenía que aprender de los tanto esposos que mi madre a tenido en su vida" respondió Blaise, sonriendo.

Draco comprendió la broma de su amigo y se sentó en una de las sillas sin dejar de sonreír. Blaise era uno de los pocos seres que lo podían hacer olvidar sus problemas con un simple comentario.

"Ya hablando en serio, Draco. Tienes que tener un poco de esperanza o al menos tomar las cosas con calma. Carlo me explicó la situación de la pequeña y por lo que pude entender lo que más necesita ella ahora, es sentirse amada. Debes olvidarte de tu dolor y pensar en ella"

"Ella es en todo lo que pienso, ella es todo lo que tengo en esta vida" respondió Draco, sollozando.

Blaise estaba sorprendido de ver al antiguo príncipe de Slytherin, siempre tan frío y distante, que muchos pensaban que no tenía corazón, deshecho en llanto y sin poder ocultar la tristeza que le causaba la enfermedad de su hija.

"Eso no es cierto, nos tienes a nosotros, Theodore y Pansy, siempre estaremos junto a ti, al igual que Adrian y Marcus. Nunca dejaremos de ser amigos, Malfoy" dijo empujando un plato con frutas hacia Draco. Éste lo rechazó pero Blaise no estaba dispuesto a aceptar un no.

"Estas muy delgado y más pálido que nunca¿cómo piensas ayudar a tu pequeña si te enfermas? Piensa en ella, y en que si Pansy te mira así de pálido y esquelético es capaz de desmayarse y después de volver en sí, te va obligar a comer cada dos segundos, aunque sea ella la que te tenga que hacer avioncitos para que te comas la comida"

Draco soltó una carcajada al imaginarse a su amiga correteándolo para hacerlo comer.

"hablando de amigos ¿dónde están?" preguntó Draco, mientras comía

"En este momento vienen en camino, de seguro esta tarde los tendremos aquí" respondió Blaise, robándole una uva de su plato. "¿A qué horas vas ir al hospital?"

"Después de bañarme ¿Tu madre esta en casa?"

"No, y yo te voy acompañar. Quiero conocer a mi ahijada" dijo Blaise

"Aún no he elegido un nombre para mi princesa" dijo Draco, muy triste

"¿Quieres que te preste un libro de nombres y sus significados?"

"No, ya se me vendrá algo a la cabeza"

Media hora más tarde Blaise y Draco cruzaban las puertas del pequeño hospital. Carlo les salió al encuentro en uno de los pasillos.

"¡Vaya! Ustedes dos no podían ser más oportunos" dijo Carlo al verlos.

"Carlo" saludó Blaise

"¿Qué sucede?" preguntó Draco, asustado

"No te aflijas, Draco. Sólo quiero hablarte de cierta teoría que he tenido desde hace días en la cabeza. Pero vengan a mi oficina, los pasillos no son lugares para hablar de estos temas" Draco y Blaise lo siguieron muy intrigados de lo que Carlo podía estar planeando.

"Bien ¿Qué querías decirnos?" dijo Draco, muy impaciente

"¿Recuerdas ayer que cuando estábamos en la habitación de tu hija escuchamos una hermosa melodía?" Draco asintió "Pues bien, yo te conté que quien tocaba era una paciente que había despertado de su coma unos días antes que tu hija naciera de un coma de tres meses"

"¿Qué tiene que ver eso con la hija de Draco?" interrumpió Blaise

"No seas impaciente, Blaise" lo reprendió Carlo. "esta paciente llevaba casi tres meses en coma, y lo sorprendente es que no perdió ni un ápice de sus habilidades en el piano. Generalmente, los pacientes se debilitan por la falta de actividad, especialmente en sus músculos, pero este no es el caso de ella. Es como si nunca hubiera estado en coma, simplemente dormida, esperando algo que la motivara a despertarse"

"Déjate de rodeos y dime ¡Qué diablos tiene que ver con mi hija!"

"Esta bien, ustedes dos son imposibles. Cuando ella llegó a este hospital, estaba muy enferma y solo traía consigo algunas prendas de vestir, una gran cantidad de libros y su piano. Había sido trasladada deotro hospitaly su diagnóstico era incierto. Nadie sabía que era lo que la estaba enfermando, claro además de la tristeza que traía en su corazón, no había indicio de otro factor causante. Con el pasar de los primeros meses se me ocurrió una idea. Me dispuse a investigar todo lo que pude, pero mi investigación se vio truncada cuando ella cayó en coma hace casi tres meses"

Carlo se levantó de su asiento. Draco estaba cada vez más perdido pero no quiso interrumpir.

"Y hace exactamente dos semanas ella despertó. Y empezó a tocar el piano el día después de su despertar. Todo el hospital se llenó de sus dulces notas y con ello el personal y sus pacientes entraron como en un ambiente mágico, por así decirlo. Cuando tu hija vino al mundo ella estaba tocando. Es como si con su música ella estuviera arrullando a tu pequeña. Dándole la bienvenida a este mundo y, sin saberlo, protegiéndola e instándola a ser valiente y a luchar contra la adversidad"

"¿Le da su valor?" dijo Draco en voz baja

"¿Alguna vez esta paciente ha visto a la niña?" preguntó Blaise

"No, nunca. Y eso es sobre lo que te quería hablar. Parece que con su música ella la estuviera sanando, y yo me pregunto que podría resultar si ellas dos se encontraran, si ellas entraran en contacto una con la otra"

"¿Estás queriendo decirme que tal vez esta mujer pueda ser capaz de darle el amor que mi hija necesite para sobrevivir?" dijo Draco, sintiendo como una nueva esperanza nacía en su corazón "Pero ¿Por qué no me lo dijiste ayer, Carlo?"

"Porqué hasta ayer pude terminar de comprobar mi hipótesis. Ayer fui testigo de la reacción de tu hija ante estas melodías"

"Si eso fuera cierto ¡Oh Dios santo! No me atrevo ni a soñar en la posibilidad por temer a que sea un sueño" exclamó Draco

"Si tú me das el permiso, desde esta noche puedo arreglar todo para que la niña duerma con ella o pase el tiempo que tú no estés junto a ella"

"No tienes ni que pedírmelo, Carlo ¡Claro que accedo! Cualquier cosa por salvar a mi pequeña"

"yo sabía que la vida no podía ser tan cruel" dijo Blaise, sonriendo.

"En este momento me dirijo a visitar a nuestra pianista, si quieres puedes ir a ver a tu hija y quedarte con ella hasta que el tiempo de visitas termine, tú también eres indispensable en este tratamiento. Esta noche trasladaremos su cuna al cuarto de al lado, si es que la otra paciente acepta" dijo Carlo.

Draco rogó a los cielos que todo saliera como Carlo decía, por su bien y el de su hija. Quien quiera que fuese la mujer que tocaba el piano, su hija la necesitaba. Cuando entró en la habitación de la pequeña, su corazón se le volvió a estrujar de dolor al mirarla tan frágil y delicada en aquella cuna.

"Hola, mi vida" dijo, acariciándola.

Blaise que lo había seguido en silencio Tuvo que contener un sollozo al ver a la niña por primera vez. Era tan pequeñita y se miraba tan débil.

"Aún no puedo creer que Emma la haya abandonado tan fácilmente" dijo Draco, haciendo aparecer dos sillas al lado de la cuna para él y para Blaise. Introdujo sus manos entre las tablas para no perder el contacto con las manitas de su pequeña.

"La vida le hará pagar a Emma su abandono" dijo Blaise, muy severo.

"No puedo perdonarme el no haber estado con ella cuando pasó, tal vez no se hubiera enfermado" se reprochó Draco

"El hubiera no existe, Malfoy; y tampoco podías adivinar que Emma traicionaría tu confianza de esta manera. Nadie se imaginó que haría esto"

"Yo debí imaginarlo, ella la quiso abortar desde el primer momento en que supo que esta esperando un bebé"

"Aún así, no fue tu culpa. Mejor piensa en que tu hija es muy valiente, Carlo me dijo que ella esta intentando luchar, con debilidad pero esta tratando. Eso conlleva mucha fuerza de corazón"

"¿Sabes? Eso me da una idea para su nombre: Valentine" dijo Draco

"Valentine Malfoy"repitió Blaise "Me gusta, suena bien"

"Pues esta decidido, le pondré Valentine Hermione Malfoy" dijo Draco

"¿Hermione?" preguntó Blaise, intrigado

"En honor a una gran mujer. Si mi hija tiene que luchar contra este raro síndrome, llamarse como esa extraordinaria persona la ayudará" explicó Draco sin dejar de acariciar a su hija

"¿Qué fue de ella, Draco?" preguntó Blaise

"No lo sé. Después de la guerra no la volví a ver más. Bueno en realidad no volví a ver a nadie, excepto a Harry." respondió con sinceridad.

"¿San Potter?" preguntó Blaise, con ironía

"Una vez. El día antes que dejé Londres lo vi por casualidad en el Callejón Diagon. ¿Puedes creer que se casó con la chica Weasley?" Blaise soltó una carcajada "De veras, sino hubiese sido porqué la carta de Carlo me tenía preocupado le hubiese dicho que estaba loco"

"Ellos fueron novios. Es lógico" opinó Blaise

"En fin, eso es lo único que sé del famoso trío dorado. Durante este año he vivido en las sombras, alejado del mundo mágico y sus noticias. Sólo me ha preocupado mi padre y mi hija"

"¿Cómo está Lucius?"

"mejorando cada día más" respondió Draco, con una gran sonrisa.


"si tú crees que yo puedo ayudar a esa bebé, entonces lo haré con gusto, Carlo" respondió la mujer

"No sólo lo creo, estoy seguro que puedes. Además, ella puede tener el mismo efecto en ti"

"Si me hubiesen dicho eso hace unos meses me habría alegrado mucho, pero ahora ya no tengo por quién luchar, o al menos, no recuerdo mucho" respondió la mujer con lágrimas en los ojos.

"¿Cuál es tu historia, Nina¿Quién te hizo tanto daño?" preguntó Carlo, tomando asiento en la cama.

"Ya te dije que no recuerdo mucho, únicamente muerte y abandono. Antes del coma estoy segura que todo era más claro, ahora sólo tengo imágenes repentinas que me asaltan a cualquier momento. Por eso es que toco el piano, porqué con cada nota que le arrebato a sus teclas el dolor se hace más leve"

"tal vez con la ayuda de esa pequeña inocente podamos salvarte a ti también. La maldición debe tener una cura y si estoy en lo correcto sólo tiene una: el amor" dijo Carlo, levantándose de la cama y dirigiéndose a la puerta "Esta noche cuando el padre de la niña se haya ido vendré por ti para que la conozcas"

"Estaré esperando con ansias ese momento" respondió Nina.

Carlo contempló sus maravillosos ojos miel por unos momentos, preguntándose quién era aquella belleza que estaba al borde de la muerte.

Cuando Carlo se hubo ido Nina se dirigió al su armario y sacó una hermosa bata blanca de encajes y seda para estar presentable cuando Carlo viniera por ella. Sonrió sin poder evitarlo, estaba nerviosa y muy inquieta por conocer a la niña que según Carlo era su medicina perfecta. Colocó la primorosa bata en su cama y se sentó en su ventana para esperar a la enfermera que todos los días la ayudaba a bañarse y a cambiarse. Cada día su cuerpo estaba más débil y su mente iba perdiendo lucidez y recuerdos. Ya casi no recordaba nada de su vida, únicamente su nombre: Nina Cordetto.

Cuando la enfermera entró la encontró recostada en la ventana, casi desfallecida. La reanimó y la condujo hasta la tina. La bañó con suma delicadeza y le habló acerca de la niña que estaba en la otra habitación. Le explicó los arreglos que se habían hecho y que el padre de la niña había puesto todas sus esperanzas en ella para salvar la vida de su hija. Nina escuchaba la voz de la enfermera muy lejana y casi no entendía nada, sólo quería dormir.

"Duerme, Nina" dijo La enfermera mientras la acostaba en su cama "Esta noche conocerás a Valentine" dijo antes de marcharse.

Carlo entró en la habitación de Nina unos minutos después que Draco y Blaise se habían marchado. Nina estaba esperándolo sentada junto al piano y con sus manos empuñadas con fuerza. Al verlo entrar se levantó de un salto, quiso ir a su lado pero estaba tan débil que sus piernas la traicionaron apenas después de haber dado dos pasos, el salto había sido mucho para su cuerpo.

"Nina" dijo Carlo corriendo para evitar su caída "no olvides que aún estas muy delicada"

"Lo siento" dijo, ruborizándose. Carlo apartó su profusa cabellera ondulada de su rostro, y la ayudó a sentarse de nuevo junto al piano. "gracias, Carlo"

"De nada, Nina. Lucy, es mejor que traigamos a la niña hasta aquí, Nina no puede caminar hasta allá" dijo Carlo, dirigiéndose a la enfermera que lo acompañaba. La dulce enfermera dio la media vuelta y desapareció por la puerta que comunicaba ambas habitaciones. Minutos más tarde regresaba con la niña en brazos.

Carlo notó el nerviosismo de la hermosa mujer al ver entrar a Lucy con la niña. Se apresuró hasta la enfermera para tomar a la niña entre sus brazos. Se volteó para encarar a Nina, quien se había puesto en pie esperando ansiosa conocer al fin a la pequeña.

"Nina Cordetto" dijo Carlo alargando sus brazos hacia la mujer "Valentine Hermione Malfoy"

Nina tomó a la niña entre sus brazos e inmediatamente la apretó contra su pecho. En ese momento, Sintió como una calidez la llenaba de pies a cabeza, reconfortando su herido corazón. Por su parte, Valentine, se movió buscando estar más cerca de Nina. Fue un momento verdaderamente mágico.

Carlo miraba con ojos llenos de lágrimas y su corazón henchido de esperanza, la hermosa imagen que formaban aquella mujer y la hija de su viejo amigo. Desde el primer momento en que ambas habían entrado en contacto una hermosa aura las había cubierto, haciéndolas ver iluminadas. Nina sonreía como nunca antes la había visto y la niña había abierto sus ojos al sentirse cerca de ella.

En silencio Carlo les dijo a las enfermeras que salieran de la habitación para dejar a solas a aquellas dos personas que con tanta urgencia se necesitaban. Antes de cerrar las puertas, quiso volver a ver aquella tierna imagen que desde ya, se había grabado en su mente. Sonrió al ver que Nina ahora estaba parada junto a la ventana, y con su dedo le señalaba la luna a la pequeña que seguía el sonido de su voz como si fuera el único sonido del mundo. en ese momento el mundo eran únicamente ellas dos.

"Gracias a los dioses" susurró Carlo, cerrando la puerta.