¡Aquí está la segunda parte! Para esta parte me basé en la cancion "Goodbye To You" de Michelle Branch.
II Parte
El aeropuerto de Los Ángeles era enorme. Ella solo había estado ahí una vez, cuando había llegado. Y ahora todo eso llegaba a su cabeza como dardos, la mareaban los recuerdos de cuando había llegado ahí sola, echando de menos a todo su mundo. Y la única carta de Harry que le había llegado… Y que ella nunca había respondido.
Sacudiendo su cabeza en un vano intento de sacar esos recuerdos de su cabeza, fue al mesón de la aerolínea y dejó sus maletas. Su vuelo saldría en una hora y media, según lo que le había dicho la mujer de la aerolínea.
Fue al área de Policía Internacional y pasó su pasaporte. Dentro de poco más de X horas volvería a su mundo… Sin que nadie supiera de eso. Nadie la esperaría, nadie la recibiría sonriendo después de tanto tiempo. Suspiró.
La voz del agente de aduanas la sacó de sus pensamientos de golpe. Con una sonrisa a modo de disculpa, se fue a mirar las tiendas que había en esa parte de enorme aeropuerto.
La primera tienda, como no, era de fotos y cosas de artistas Muggles. Dentro, al menos, había diez chicas más jóvenes que ella soltando risitas mientras señalaban varios objetos que había en las estanterías de la tienda.
Siguió caminando y se encontró con una tienda de juguetes. Sonrió al recordar como ella rogaba a su papá que le trajera un oso de felpa del aeropuerto. Como tenía al menos una hora para seguir paseando, entró a la tienda.
Los estantes se rebalsaban de peluches y juguetes de todos los tipos, colores y tamaños existentes. Desde osos hasta flamencos. Había varios niñitos dentro de la tienda. Tomó un hipopótamo de felpa morado y un extraño pensamiento pasó por su cabeza. ¿Qué pasaría dentro de ella si sus amigos, especialmente Harry, tenían hijos? Ella caería en una depresión enorme, ella lo quería…lo amaba. Pero su parte lógica le decía que era lo más probable y dentro de su mente se había armado una batalla campal entre esa parte y la parte que estaba completamente enamorada de Harry.
Salió de la tienda casi a la carrera y de las demás no se preocupó mucho. Los pensamientos, lógicos e ilógicos, se agolpaban en su mente y no la dejaban tener completa noción de la realidad.
"Pasajeros del vuelo 786 con destino a Londres, por favor dirigirse a la puerta 5"
Casi con alivio, tomó rumbo a la puerta de embarque para su vuelo y abordó el avión. Ya acomodada sonrió. Seguramente, dormiría todo el viaje, leería un poco y permanecería despierta las últimas horas de vuelo, igual que siempre.
"¡Hola! Ese es mi asiento¿Sabe?" Una vocecita la atrajo a la realidad. Era una niñita, tendría unos 4 o 5 años, llevaba una mochila de Winnie Pooh en la espalda y apretaba un oso de felpa entre sus brazos.
"¿Uh?" Confundida, miró hacia todos lados para ver si alguien podía ayudarla. "¿Estas segura?" Le preguntó. La niñita asintió.
"Sipis. La señora que está en la puerta me dijo que mi asiento era aquí, contigo. Y que era el de la ventana, pero tu estas ahí…"
"¿Hay algún problema?" Preguntó una azafata mirándolas a ambas. La niña negó y Hermione se dispuso a explicarle que pasaba.
"Si, lo que pasa es que ella dice que este es su asiento y en mi pasaje dice que este es mi asiento. Parece que sobre vendieron nuestro lugar…" Su tono de voz tipo enciclopedia interactiva no había cambiado en todos estos años.
"Lo siento. Mmmm…" Revisó unos papeles que tenía en las manos y les sonrió. "¿Sería mucho problema que la niña se sentara en el lugar junto a la ventana y usted, señorita, en el asiento junto al pasillo?" Hermione negó, sonriéndole, y se corrió. La pequeña se sentó junto a la ventana y puso su mochila y su oso en el asiento que quedaba entre Hermione y ella. "Gracias"
Hermione no pudo evitar quedarse mirando a la niña. Se veía tan independiente que llegaba a asustarla.
"Me llamo Alison¿Y tu?" Preguntó la niña volteando a verla con una sonrisa.
"Me llamo Hermione. Te ves muy tranquila ¿Vuelas seguido?" Le preguntó la castaña.
"Si. Mamá y papá viven en lugares distintos y este año me toca pasarlo con mamá. Viajo a Londres para estar con él. ¿Tú por qué viajas¿Tus papás también viven en lugares distintos?" Hermione pudo ver claramente la tristeza en los ojos de la niña pero no dijo nada.
"No, yo voy a volver a Londres porque ahí está mi casa. Aquí viví sola durante un tiempo y ahora vuelvo…" Explicó ella.
"Ah… Me caes bien. ¿Cuántos años tienes?" La niña era curiosa, eso ya estaba claro.
"Tengo 21 ¿Y tu?"
"Seis. Me dan miedo los aviones pero mamá dice que no pasa nada. ¿A ti no te dan miedo?"
"Un poco, pero estoy tranquila porque se que todo va a estar bien. ¿Quieres tomar mi mano mientras despegamos?" De dónde había salido ese ofrecimiento, no tenía idea, pero la niña asintió y corrió sus cosas para sentarse junto a Hermione. La castaña la ayudó con el cinturón en el preciso instante en que las azafatas daban las indicaciones de seguridad. Alison le tomó la mano izquierda con sus dos manitos y le sonrió nerviosa.
Hermione le correspondió la sonrisa y le dio un ligero apretón en la mano. Por alguna extraña razón ella también se sentía mas tranquila
El avión ya había despegado hacía unas cuantas horas y Alison iba durmiendo en el asiento junto a Hermione. La castaña, aprovechando el tiempo, estaba leyendo. Pero por alguna razón no lograba concentrarse del todo. Cada vez que leía una línea su mente volaba a algún recuerdo de sus amigos. La ansiedad por llegar allá la consumía lentamente, sin dejarla tranquila.
Los recuerdos se mezclaban y quedaban a medias casi siempre. Sacudió la cabeza en un vano intento de alejar esos recuerdos y siguió leyendo.
"Los enamorados son muy especiales, no hay duda…"
"Harry…" Murmuró Hermione. Cerró los ojos con fuerza. Los recuerdos que tenía con el ojiverde llegaban a su cabeza tan de golpe que comenzaba a marearse. Harry salvándola del troll con ayuda de Ron… Harry en el Gran Salón después de lo del basilisco… Harry y ella sobre Buckbeak… Harry ella viajando con el giratiempo…Harry saliendo del lago tras la segunda prueba del Torneo de los Tres Magos… Harry tirándola de la túnica en el Departamento de Misterios… Un extraño y vago recuerdo de Harry gritando su nombre ese mismo año en el Departamento de Misterios, nunca había tenido claro si eso había pasado… Harry con ella… Ella con Harry…Harry…. "Harry…" Una lágrima traidora resbaló por la mejilla de Hermione que la secó con rabia. Lo echaba mucho de menos.
"¿Qué te pasa?" Alison había despertado y la miraba entre curiosa y preocupada. Hermione le sonrió con tristeza.
"Nada… Me acordé de alguien…" Susurró ella. El nudo en la garganta le quebraba la voz.
"¿De tu novio?" Alison sonrió con picardía. Hermione soltó una risa que más parecía un bufido.
"Mmmm…Algo así. Lo hecho de menos…"
"Pero lo vas a ver cuando lleguemos…"
"Eso espero…" Sonrió intentando tranquilizarse.
"Voy a dibujar" Anunció Alison sacando crayones y papel de su mochila y poniéndolos sobre la bandeja que salía del asiente de enfrente. Hermione sonrió, sinceramente, y volvió a su lectura.
"Yo creí que tenían tanto que decirse, que les faltaría tiempo para hablar y, sin embargo, ahí se quedaron los dos mirándose en silencio."
"Maldito libro…" Pensó Hermione cerrándolo con rabia. "Lo único que provoca es que yo me acuerde de Harry…."
Tomando una de las frazadas que les habían pasado, se acomodó en el asiento y durmió el resto del viaje.
"Señorita, señorita…" Alguien intentaba despertarla moviéndola por el hombro. Abrió los ojos con pesar y se dio cuenta de que era una de las azafatas. Sentándose y tratando de aparentar compostura, sonrió. "Estamos prontos a aterrizar. Por favor, ponga su asiento y el de la niña en la posición vertical y abróchese el cinturón."
Hermione hizo lo que le había indicado la mujer y Alison se tomó de la mano de la castaña.
"¿Ya vamos a aterrizar?" Preguntó asustada. Hermione asintió y Alison se apretó más contra la mano de Hermione. La castaña suspiró y le dio un apretoncito tranquilizador a la niña.
Ya había llegado y ahora los nervios la ahogaban. Los vería de nuevo…
¡Hola de nuevo¿Les gustó esta parte¡Dejen RR! Los fragmentos de lo que leía Hermione son de un libro que se llama "Nuestras Sombras" de María Teresa Budge. Me encanta ese trozo
