Una brisa fresca se filtró por las suaves cortinas de la oscura habitación, haciendo que éstas se hincharan momentáneamente antes de ponerse a bailar un vals oscuro y silencioso. Unos segundos después, la ventana se abrió con un suave chirriar unos poco centímetros, haciendo que el ser que se hallaba tumbado en la cama se moviera un poco, sin llegar a despertar.
La suave brisa pasó por encima del cuerpo humano tapado por finas sábanas de seda oscura, que se enroscaron entre ellas. Un suave gemido salió de entre las suaves sábanas, mientras un cuerpo cansado se incorporaba.
-... ¿Es ya de día...?-se preguntó ella misma con cansancio.
La persona se incorporó de nuevo, estirándose, mientras se ponía en pié, andando por la suave moqueta aterciopelada que le relajaba los descalzos pies de la muchacha. La chica se dirigió con ojos dormidos hacia la ventana de dónde provenía el suspiro de la naturaleza y abrió las cortinas con cuidado, pero solo un poco. Después de eso, sin mirar al exterior, se dirigió, rodeando de nuevo la cama, con parsimonia, hacia el otro lado de la grande cama, donde había un gran espejo de pie, pero pasándolo de largo y traspasando una puerta a si lado, de gran marco estilo gótico blanco. La chica entró en el blanco y amplio baño y se dirigió, andando entre las frías y suaves baldosas hasta llegar a la bañera, donde, sentándose en el gran y blanco mármol, ponía en marcha el grifo, con agua caliente, acompañada de fría. La chica dirigió su bonita mirada hacia unas cortinas inmóviles y blancas, situadas al lado, por la parte superior de la bañera. Se alzó y poniéndose de puntillas, consiguió abrir la pequeña ventana de oscura madera, dónde entonces, con pequeñas ondulaciones se pusieron a bailar las cortinas.
Al rato, tras sentarse nuevo, la chica paró el grifo con cuidado, cerró la puerta del baño y se quedó mirando la superficie del agua, inmóvil y cristalina.
-A pesar de la brisa fresca, parece que hoy no va a ser un de sol-se dijo mientras se desvestía y se quitaba el blanco camisón, para introducirse en la bañera, dónde, después de hacer aparecer con diferentes mezclas de jabones y sales, mucha espuma, se relajó.
-Acabo de levantarme y ya estoy cansada...no hay derecho, esto sólo me pasa a mi..
Pasó un rato hasta que la puerta del baño se abrió, dejando aparecer tras ella a una chica rodeada por una toalla blanca y el vaho detrás de ella. Ella se dirigió hacia su gran guardarropa, que estaba al final de la habitación, al lado de unas cortinas que impedían que la oscuridad se disipase. Sin decir nada, ella abrió las robustas puertas del armario de color caoba y buscó prendas de ropa. Tras cambiarse y ponerse calzado, la chica, con el pelo medio seco, abrió las grandes cortinas del final de la habitación, dejando ver, tras ellas, una gran vidriera transparente, donde, en el centro estaban unas puertas de cristal, que daban a una pequeña terraza redondeada de fría y blanca piedra. Abrió ella la puerta, dejando que el aire le diese en la cara y haciendo ondear sus largos cabellos y sus delicadas ropas.
Hermione Granger se apoyó en una columna de su terraza, mirando el paisaje. Delante de ella, grandes explanadas de verde pasto y de verdes y profundos bosques, con un pequeño lago en uno de ellos de alzaban ante ella, al igual que esas verdes y altas montañas, acompañadas de misteriosa niebla que aún las cubría. El cielo estaba tapado por nubes violetas y azuladas, don algún destello dorado que se escapaba de vez en cuando por alguna nube poco resistente, yendo a parar al pequeño lago. Hermione esbozó una pequeña sonrisa ante sus pensamientos y el paisaje. Ese descuido por parte de la nube...
-Ese descuido de la nube, por dejar pasar al rayo de sol y el lago azul me recuerda tanto a Ronald...-decía la chica en voz baja- Ron...tan despistada como tú.
Dirigió la mirada hacia la niebla que se espesaba en las montañas cercanas y en algunos bosques, y sonrió con melancolía.
-Esa misteriosa y mística niebla...junto a esas verdes montañas, me recuerda tanto a...Harry...tan misterioso como él y esos ojos...-decía la chica con melancolía-...Ginny, Luna, Remus, Tonos...papá, mamá...os hecho de menos...
Una fuerte bocanada de aire la empujó fuertemente contra la columna. Cuando se volvió a incorporar bien se dirigió hacia la baranda fría y se apoyó en ella.
-Buenos días, señorita Granger!-le gritó alguien debajo suyo. La chica miró y allí vio a un señor, de unos cincuenta años de edad, algo rechoncho y con cara afable, que lo saludaba con la mano en alto.
-Buenos días, Jack!-le respondió con una sonrisa- no me llames así, llámame como siempre!
El hombre sonrió aún más y le hizo un gesto con la mano, mientras se iba hacia dentro de la puerta de debajo de la chica.
Hermione se giró con intención de ir hacia su habitación, y entonces, se vio en una de las cristaleras de un saliente de su misma planta, la habitación contigua. Una chica de hermosos ojos castaños le devolvió la mirada con melancolía en los ojos. La muchacha entró en la habitación a paso lento y después, fue abriendo las cortinas de la estancia. Su cama estaba desecha y la habitación con algo de desorden, cosa poco habitual en ella.
-Empiezo a tener hambre...-se decía ella. Unos suaves golpes en la gran puerta de la habitación la hicieron sobresaltar.-¿Quién es?
-Señorita...-empezó una voz femenina detrás de la gran puerta. Hermione suspiró con alivio, y sonrió suavemente a la puerta.
-¿Puedo pasar? He de limpiar su habitación, señorita Granger...
Hermione se quedó delante de la puerta con los brazos cruzados, mirando a la pared de madera de delante suyo con sus castaños y bellos ojos, travesando la puerta con la mirada.
-Señorita Granger, por favor, se me hace tarde y aún me quedan cosas para hacer...
-No, Mirelle.
La chica notó cómo Mirelle se quedaba extrañada y sorprendida detrás de la puerta.
-¿Porqué?
-Ya se que llevas unos días aquí, Mirelle, pero yo no soy ningún ogro, no me trates de usted, que tengo tú misma edad...ya sabes des del primer día que me has de llamar por mi nombre, ¿Para qué lo tengo, si no?
La chica de castaño cabello abrió la puerta con una suave sonrisa, desconcertando aún más a Mirelle.
-¿Está claro? Además recuerda, si tienes algún problema, te falta algo o lo que sea, me lo dices...pero sobretodo, trátame como a una amiga...vives en mi casa, lo natural es eso, tú imaginate que compartimos casa...auque la verdad-decía la castaña-..compartimos casa...bueno, es igual, tú como si nos conociéramos de toda la vida.
Mirelle, era una chica algo más baja que la castaña, con el pelo rubio y ojos verdes azulados, de piel blanca y buen cuerpo. La chica iba vestida con una falda negra, algo mas baja de la rodilla y una camisa beige de tres cuartos. En las manos llevaba su varita y parecía algo avergonzada.
-Esta bien...Hermione.-Ante eso, la de limpia mirada castaña sonrió más pronunciadamente.
-Tengo mucha hambre...¿ya has desayunado?-le preguntó.
-Si, a primera hora...
-Pues yo la verdad es que tengo mucha hambre, por lo que no me entretendré ni te entretendré a ti...por cierto, Mirelle, siento decirte que hoy tienes un poco más de faena en mi habitación...
-Mirelle ya había entrado en la habitación y se quedó mirando la cama y el baño, sorprendida también del desorden, poco, pero al fin y al cabo, desorden, de la habitación.
-Por fin puedo hacer la faena por la cual fui contratada...-le dijo la criada a la muchacha, des de dentro de la habitación- cada día, cuando venía aquí, estaba prácticamente todo hecho...
-Pues hoy tendrás más faena...-se oyó por el pasillo.
Hermione Granger bajaba en esos momentos por las escaleras de mármol blanco que la gran casa. Hermione tenía 21 años recién cumplidos, y, para que mentir, era una chica francamente hermosa, aunque ella no lo reconocía. Su cabello, antes enmarañado, eran ahora mares de ondas castañas hasta un poco más de media espalda en los cuales, más de un hombre había deseado ahogarse en ellos. De estatura media, la chica tenía un cuerpo envidiable. Unas finas y largas piernas, un vientre liso y un busto digno de su hermosura. Tenía las facciones de su rostro finamente marcadas, unos ojos castaños con algunos destellos dorados, que hacían ver la dulzura y nobleza de su corazón, eran cálidos, pero, en cualquier momento, podían volverse fríos como el hielo.
Hacia un año que trabajaba, y era muy buena en su trabajo.
-Buenos días, Hermione-le dijo una mujer algo rechoncha pero con rostro agradable, de ojos azules y cabellos negros, mientras ella bajaba los últimos escalones.
-Buenos días, Katie.
-Tu almuerzo está en la cocina.
-Gracias.
Hermione se dirigió a paso acelerado hacia la gran cocina estilo rústico de su "pequeña" casa. Cuando entró, vio dentro Jack, un hombre mayor de ojos casi negros al que ya había saludado por la mañana.
-Aquí tienes, lo de siempre, un café poco cargado con una tostada untada en mantequilla del pueblo.
-Hoy me he levantado con hambre...-decía la chica mientras se sentaba en una silla, para luego arrimarse a la mesa circular de la cocina. La chica empezó a comer rápido, por el hambre que tenía, mientras el hombre la miraba con una sonrisa en la cara.
-No tienes prisas, hoy es sábado, no trabajas...
-Nunca se sabe, mi trabajo prácticamente no tiene horarios...
.Eso es lo malo de ser una de las mejores, Hermione...
Ante ese comentario, la chica no pudo hacer menos que sonrojarse mientras aminoraba el ritmo de comida. Una media hora después, la chica salió de la cocina para dirigirse hacia el vestíbulo, un gran vestíbulo.
-Demasiado, para mi gusto...-solía decir la chica ante algunos comentarios.
La joven, al llegar al vestíbulo, de donde una de las paredes, colgaba un gran espejo, en el cual no se miró, abrió una de las dos puertas pesadas de madera y se escabulló hacia fuera. Estando en el porche de piedra, la chica pudo notar el frescor del ambiente y la humedad de la niebla. Con paso a modo de paseo, la chica se dirigió hacia detrás de su casa, más parecía a un castillo, rodeándola por un lado.
-Y pensar que esta casa es mía...si me lo hubieran dicho hace dos años, me hubiera reído en toda su cara...-se decía la chica mientras recorría con la mirada la casa.
-El señor Carter hizo bien en dejarle la casa, señorita-le dijo una voz a sus espaldas. La chica se giró y vio a una mujer mayor, pero con aires de vitalidad, que la miraba sonriente con sus ojos marrones.
-No lo se, es muy grande para mí...-dijo Hermione con tristeza.
-Ya se acostumbrará, señorita...
La mujer y la joven fueron hablando hasta que acabaron de rodear la casa y quedaron en la parte trasera, dónde, tras unas explanadas de verde pasto, se hallaba un bosque algo profundo. Las mujeres se sentaron en un banco de pierda y siguieron hablando.
-A esta casa la llaman el castillo de los halcones...me lo dijeron el otro odia...y con razón...es muy grande...-comentó Hermione, mirando la casa.
-Es un castillo e verdad, señorita...-dijo la anciana, sorprendiendo a la joven.
-Pensaba que era una imitación de algún castillo famoso...
-No, verá, señorita, este castillo fue antiguamente habitado y construido por un hombre, más bien, brujo. Le encantaban los castillos, y como era buscado por aquellos entonces, por la caza de brujas, decidió venir para esta zona medio deshabitada, donde se juntaban unos cuantos magos y construir aquí un castillo...
-¿Sabe usted el porque le llaman "el castillo de los halcones"?
-La anciana sonrió, mirándola con avidez.
-Por supuesto. El mago se llamaba Line Carter, pero, para no levantar sospechas decidió cambiarse el nombre al de Survoir Carter. Tras esta máscara, el joven gobernante, se enamoró de otra bruja. Al principio no se llevaban nada bien. Ella era tan rápida y elegante como un halcón. Al final, la chica cayó bajo sus encantos, y, cuando se casaron, dicen que como regalo de bodas, Line le dejó una habitación a la novia lleno de halcones para demostrar su amor, ya que era al animal preferido de la chica...La dinastía Carter ha seguido en pié des de hace hasta mas o menos...dos meses...
Hermione estaba muy sorprendida ante la declaración de la anciana.
-Entonces, mi mentor, el señor Carter era descendiente de Line Carter...-se dijo más para si misma que para la anciana-...vaya...pero...¿Porqué me ha dejado a mi esto?
-Te ha legado su castillo, porque, aparte de no tener herencia, para él eras como una hija, y además, dijo que no pensaba dar ni dejar que nadie que no conociera pusiera un solo mueble suyo en su casa- dijo la anciana riéndose. La muchacha se había quedado muda, no sabia que decir, pero miraba el castillo con melancolía.
-Haré lo mejor que pueda con él...está en una zona apartada de la humanidad, del estrés de la cuidad...aquí se está tranquilo, y con la Red Flu llego al trabajo en un momento...es un lugar muy agradable...bueno, muchas gracias por la información, señora Gellar, tengo ganas de probar uno de sus deliciosos panes recién hechos, a ver cuando viene usted a verme más a menudo...
-Entre tu trabajo y que yo ya no estoy para dar saltos...adiós, Hermione.
-Adiós, señora Gellar-dijo Hermione, levantándose del asiento, dejando a la anciana reposar en el blanco banco. Hermione fue andando, mirando melancólica, recordando, el cielo tapado, a su amigos.
-Tengo ganas de veros...
En ese momento, como si sus palabras fueran escuchadas, oyó el sonido de un ave, el aleteo de de dos aves, más bien. La chica se giró extrañada. Sus padres y el trabajo se comunicaban por Red Flu.
Al instante reconoció a las dos aves que se iban acercando cada vez mas.
-Hedwig! Pig!-exclamó la chica, contenta. Cuando las aves llegaron a su altura, planearon hasta un banco cercano, donde pararon. Hermione se dirigió ante ellas y vio que llevaban dos cartas. Extrañada y emocionada, cogió la carta de la pequeña y inquieta lechuza, y la de Hedwig también. Mirando las dos, con ojos muy abiertos, por la sorpresa causada, leyó los remitentes en voz alta.
-..Ron Weasley...-y, abriendo aún más sus hermosas orbes castañas, pronunció el nombre del siguiente-...y Harry Potter...
Bueno...Hola! soy nueva, pero llevo unos cuantos años leyendo magníficos fics por aquí jeje, bueno, so digo ya por adelantado, que será un Harry/Hermione...
Espero haberos entretenido -...y si podéis dejarme algún review, mejor que mejor es mi primera historia de Harry Potter y me hace mucha ilusión esta historia...
Por si a alguien le interesa, ya digo que el trabajo de Hermione será algo clave para la historia...no se, lo digo por aclararlo...bueno, espero no tardar en actualizar, hasta el próximo capitulo! Espero Reviews, aunque sean malos...
