Hermione no cabía en si misma de la alegría que le provocaba el haber recibido las cartas. Aún estaba en el mismo sitio en el cual las había recibido, y de eso ya había pasado una media hora. Aún no las había abierto, estaba demasiado nerviosa como para hacerlo así como así.

-¿Hermione?-le preguntó una voz detrás de ella, lo que la hizo sobresaltar.

-¿Eh?

Delante de ella, tras voltearse, había un chico más alto que ella, rubio y con unos hermosos ojos azul claros. Era atlético y tenía una mueca de extrañeza en su cara mientras observaba a la chica.

-¿Qué haces?-le preguntó.

-Alan...pues...verás...jeje- decía algo nerviosa-es que...pues...he recibido estas cartas...jeje...

El chico de 22 años de edad, levantó una ceja, en señal de incredulidad sarcástica. Alan era compañero de trabajo de Hermione, y solía ir a verla, ya que la chica, aparte de trabajar con él, en su casa trabajaba una tía suya y la iba a ver de vez en cuando.

-Hace un rato que te estoy observando, Hermione...llevas como veinte minutos con las cartas en la mano...

-...-la chica miró las cartas algo avergonzada, bajó la mirada y dijo, algo sonrojada- es que...son cartas de Harry y Ron...

El joven pareció comprender entonces, y esbozando una suave sonrisa, le dijo:

- Ya entiendo...estás demasiado emocionada como para abrir unas cartas que llevas esperando des de hace mucho tiempo...y también demasiado emocionada como para darte cuenta que gracias a el aire fresco que hay aquí y –dijo mirando la ropa de la chica- yendo tan fresca...podrías coger una pulmonía...lo comprendo perfectamente, eso le pasa a todo el mundo, hasta a los más inteligentes...-dijo con un deje de sarcasmo.

Al darse cuenta Hermione de lo frío que era el viento mientras éste le acariciaba el cuerpo detrás de las suaves telas lilosas de componían su vestido de finos tirantes, la chica empezó a tener escalofríos, y, mientras se abrazaba a si misma, contestó con amabilidad irónica, algo enfadada:

-Idiota...-dijo mientras se dirigía hacia la casa, seguida de las lechuzas.

-Es la verdad, Hermione...-y mirándola acusadoramente, le dijo- ¿no estarás intentando ponerte gravemente enferma para no tener que ir a trabajar? Porque tendría que ser muy grave para no ir, nuestro trabajo es algo...

-Te he entendido a la primera, Alan, gracias por tu aclaración, pero soy lo suficiente inteligente para saber ponerme falsamente enferma en un momento para no tener que trabajar, sin la necesidad de ponerme enferma de verdad...-decía irónicamente, para después, sentir cómo una suave tela se posaba en sus hombros fríos. Hermione paró en seco y se quedó mirando al chico rubio, con una mirada muy seria y algo amenazadora.

-Te agradezco que te preocupes, pero soy lo suficiente mayor para aguantar todo tipo de cosas y no necesito que nadie esté por mi...-dijo la chica mirándole- te lo agradezco, de verdad, pero no necesito la ayuda de nadie.

Hermione le tiró la capa que Alan le había dado en la cara y con cara enfadada, se dirigió con más rapidez hacia la puerta del Castillo de los halcones, seguida de las dos lechuzas.

Alan suspiró con resignación y una triste sonrisa pintada en sus ojos.

-Justamente lo que te falta es eso, Hermione, necesitas que alguien te ayude, no tienes por qué ser tan autosuficiente...pero eso puede solucionarse...-dijo con una sonrisa, antes de irse tras la chica.

Hola, Hermione,

No se si te acordarás de tu amigo Ronald Weasley, porque tu nunca has tenido buena memoria, ni has sacado buenas notas...ni siquiera lo intentabas...eras un desastre en Hogwarts...y las normas...es que no respetabas ninguna...y encima nos obligabas a Harry y a mi a hacerlo también, para nuestro descontento, como lo de entrar en el lavabo de las chicas del segundo piso...

Jeje, ahora mismo, hace unos años, o, si estuviéramos cara a cara, estaríamos discutiendo, o puede que riendo, Herms, pero reconoce que por lo menos una cosa es verdad, no eras una santa con las normas, no se ahora, pero bueno, solo en casos extremos y con lo de el baño de Mirtle la llorona...que recuerdos. Te hemos echado mucho de menos, este tiempo que no nos hemos podido escribir. Seguro que tú no nos has echado nada en falta, conociéndote cómo te conocemos...y nosotros sufriendo por ti...Esta misión ha sido especialmente difícil y con mucho riesgo y, hay que reconocerlo, acción (algo que tanto a Harry como a mi nos hacia falta). Pero bueno, hace ya tiempo que no nos vemos, a pesar de nunca haber perdido el contacto vía lechuza...pero tenemos ganas de verte, y sabemos que te sigues viendo con Ginny y Luna, y que en mas de una ocasión has ido a mi casa a desayunar...pero como era por la mañana sólo mi madre y en alguna ocasión mi padre te han visto...ya te vale...por cierto, en la carta de Harry colaboramos los dos, solo te escribía esta para que sepas que no soy un insensible y que me acuerdo de ti, aunque Potter a veces hable en plural...jeje, tendrías que ver lo mosca que se pone cuando lo llamo por el apellido...está leyendo por encima del hombro...jeje...la verdad, es que Pig necesita hacer ejercicio, ya lleva muchas semanas sin hacer nada y se está engordando...estas galletas que le doy deben tener unas calorías...bueno, pues la carta de Harry, será más detallada, por que yo solo lo hacia por la broma del principio, y porque Potter no me dejaba ponerla en su carta, que si no Pig se queda en casa...bueno, Herms, espero que estés bien y que nos veamos pronto, tenemos un montón de cosas que contarte. Besos y recuerdos de parte de toda mi familia menos de mi parte...jeje, bueno, hasta otra!

Adiós y cuídate, intenta resistir sin nosotros un poco más, pero no mucho..sabemos que te cuesta esfuerzo, pero aguanta ni que sea un poco más...jeje

Ron Weasley

Hermione no podía menos que sonreír ante cada palabra de su amigo escrita en la carta. ¡Por supuesto que los había echado de menos! Mucho...

-Por lo que me contaste, ese Ronald, era con quien te discutías tanto, ¿verdad?-le preguntó Alan, sentado en uno de los cómodos sillones de piel negra en el salón, en frente de unas llamas que parecían danzar entre ellas, con una copa a medio llenar de un líquido rojizo cristal.

-Si...aunque con Harry también tenía mis riñas, pero eran menos frecuentes que entre Ron y yo...-respondió la chica de hermosas orbes castañas, que se hallaba sentada en un sillón contiguo al del atractivo rubio. Un pulcro silencio, sólo cortado por algunos sonidos de la cocina, sacaron de las cavilaciones mentales de la chica. El chico, sosteniendo la copa y mirándola con atención, le preguntó con apariencia desinteresada.

-¿No te queda la carta de la otra lechuza? La de Harry, supongo...-decía mientras miraba de reojo a la chica que aún tenia en sus manos la carta de Ron. Al escuchar el nombre de su amigo, la joven reaccionó sonrojándose un poco mientras ponía la carta en la mesa de madera que tenían en frente, mientras cogía el sobre aún sin abrir de al lado. Mirando el remitente con ensoñación, la chica se descalzó de su suave calzado oscuro y se arropó de cuerpo entero en el sillón. Con cuidado, la chica rasgó el sobre y de él, extrajo una carta, algo más larga que la anterior, y, tras la mirada atenta del chico de orbes azules, empezó a leerla en voz alta, como la anterior.

Hermione,

¿Cómo estás? ¿Has conseguido lo que te proponías? Y lo más importante... ¡¿Dónde diablos estás! No veas el susto que nos pegamos Ron y yo...menos mal que después Ginny nos lo explicó, que si no ya nos estás viendo en El Profeta, con la noticia de "Hermione Granger desaparece" en grandes titulares, en primera plana. No nos vuelvas a hacer eso...Bueno, pues, tras cinco meses sin contacto, al fin podemos escribirte...te lo juro, en cuanto nos veamos, si quieres te cuento más, pero de momento, no puedo decirte nada por carta, podrían interceptarla...ya sabes que el trabajo me lo tomo muy en serio y, aunque no me lo crea aún, Ron también...ahora es él el que me mira con mala cara...bueno...pues, tenemos muchas ganas de verte, hace ya dos años que no nos vemos en carne y hueso, aunque Ginny y Luna sí...siempre surgía algo de última hora, en nuestros respectivos trabajo nunca tenemos horarios...Herms, tú tenias madera de Auror, podías haber estado con nosotros...pero si preferías ese trabajo que escogiste y que nos ha distanciado (muy poco, eso lo he de decir)..Por lo menos espero que te vaya bien...

Ahora no tendrás excusa para no vernos, ya hemos acabado esa misión, y nos han dado unos días para descansar...supongo, que algún día de fiesta tendrás y si no...bueno, ya te pillaremos en algún momento. Además...a Ron y a mi nos han puesto de fijos, por muy buenos suplentes que fuéramos...al final algunos Aurores, aún estando activos, se han jubilado y nos han dejado cartas de recomendación...ya no tienes excusa, Herms, no ya, ya que, trabajando en misiones más importantes (me refiero, a tener en ella un papel de mayor importancia), podremos coincidir supongo, por los pasillos del Ministerio...y si no te buscamos y listos... Por lo que he visto, tú trabajo es bastante peligroso, cómo el nuestro, pero...hace unos días fuimos a tu "supuesto" apartamento. Picábamos y no abrías, nos preocupamos, y entramos...destrozamos la puerta, pero la dejamos como nueva, no te preocupes...te empezamos a buscar allí dentro, nos asustamos al ver algunos muebles rayados, y con quemaduras, las figuras destrozadas y todo muy desordenado...pensamos que te habían secuestrado...llamamos a Ginny y cuando se lo contamos todo lo que había pasado, se puso a reír. Supongo que en cuanto vio nuestras caras de preocupación, pensó que era mejor decirnos la verdad que tu no nos habías dicho antes...nos dijo que ése piso, que para todo el mundo era tuyo, resultaba ser una tapadera. Nos dijo que tú en realidad nunca habías vivido allí, y que vivías en un sitio bastante alejado de ese apartamento, pero que utilizabas ese para capturar a tus "presas" cuando, algunas enfadadas, o con sed de venganza, venían a por ti.

Para hacer eso supongo que trabajarás en un sitio peligroso, y nos preocupa. Ginny nos contó que ella si sabia dónde vivías, y Luna también, pero que te tenía que pedir permiso a ti para que nos dijera donde vivías. No te lo habrá pedido, supongo, pero bueno, algún día de estos, nos veremos ,Herms, y tendrás que explicarnos lo que haces, cosa que se ve que esas dos también saben...creo que estoy algo celoso y Ron también, ellas saben muchas cosas de ti...lo que hace una misión de seis meses, o más bien, el trabajo...bueno, me despido, espero que respondas o si más no, que por lo menos des señale de vida, Hermione, estábamos preocupados...ya te vale, menudo susto. Espero que nos veamos pronto y que te vaya todo muy bien. Hasta muy pronto, besos de

Harry Potter

PD: Herms, por lo menos, ves de vez en cuando. Ves a tu supuesto apartamento y ordénalo un poco, así no creo que tus "presas" se traguen que sea tu casa, y más sin libros... (Tampoco nos dimos cuenta cuando estuvimos en ella). Adiós.

Cuando terminó, se escuchó la risa ahogada del chico de al lado, y, Hermione, tuvo que reconocer que tenía su gracia, pero no era su culpa...se sentía algo culpable por lo que les había pasado, y sin poder hacer ningún comentario sobre la carta, le preguntó a Alan:

-Hace tiempo que no me paso por el apartamento, tendré que ir algún día...debe estar hecho un asco...lo que me extraña-dijo mientras hacia una mueca de interrogación, mirándolo a los ojos directamente- es que la alarma silenciosa del apartamento no hubiese sonado...

-¿La que avisa que hay gente en el apartamento?

-Si...es extraño, siempre ha funcionado...-se dijo la chica con la mirada ahora baja hacia la carta. Alan la siguió observando, divertido por la estrena.

-Supongo que sí sonaría...pero le dará vergüenza explicarlo...a mi si me hubiese pasado, por lo menos a mi, si que me daría...-se dijo, llevando se la mano al mentón, pareciendo que estaba pensando, lo que causó la risa en la chica- ¿Les dirás algo?

-Les contestaré, si a eso te refieres...-le dijo la chica con los ojos algo entrecerrados, acurrucándose más en el sillón.

-Aparte de eso... ¿les dirás donde vives?

-...de momento, creo que no...

-Hermione, en cuanto los veas, no podrás evitarlo, tendrás tantas cosas para explicar, que esto se te escapa, recuerda que esos dos son de los mejores Aurores que hay hoy en día, Hermione...además de tus mejores amigos...si no les dices tú en que trabajas o cualquier cosa que quieran saber, ellos lo averiguarán...

-No pienso permitir que sepan en que trabajo...son muy sobre protectores, a pesar de que saben que se cuidarme sola...se preocuparían y estrían todo el día encima de mi...no quiero que eso pase...-dijo la chica girando la cara.

Un silencio se apoderó del gran salón en el que se encontraban. En la entrada del salón, en el vestíbulo, para separa la habitación, en vez de puertas, tenían unas grandes y largas cortinas color sangre oscura, de terciopelo, muy elegantes, aparte de unos escalones, puesto que la habitación estaba algo más elevada que el vestíbulo. En los grandes ventanales que daban al jardín, había unas bonitas cortinas color también sangre. Cuadros antiguos de retratos adornaban la habitación, a parte de la mesa de madera de en frente de la gran chimenea, rodeada de dos sofás a los lados y en frente de dos sillones, todo negro. A un lado de la chimenea, había un mueble bar, donde también había vinos, y uno de los cuales se hallaba encima de la mesa de oscura madera.

Alan posó en silencio su copa medio llena de delicado vino, sin haberlo tan siquiera olido, sobre la mesa. Hermione lo miró con reprobación.

-Siempre haces igual, no se como aun te ofrezco alguna cosa de beber. Siempre me pides algún vino o licor y después no bebes nada. No vale la pena abrir botellas sólo por capricho...

Alan le miró incrédulo.

-¿Te lo ha enseñado el señor Carter?

-Si...-dijo Hermione aún con algo de pena en la voz-...hoy me e encontrado a la señora Gellar y me ha dicho el por qué del nombre del castillo...

-¿A sí?-dijo Alan, intentado mostrar interés, pues se había dado cuenta que la chica quería cambiar de tema.

-Si...pensaba que era una imitación, y resulta que no...me han regalado un castillo en un lugar precioso...donde puedo tener la tranquilidad que deseo...

-Mientras no té llamen al trabajo...-acabó el chico de azules orbes.

-Si...

-Hermione...sólo dime una cosa...respóndeme a esta pregunta que te hago...-el chico rubio se giró y miró a la chica muy seriamente, cosa que la hizo extrañar, el chico muy pocas veces se ponía así de serioso, ni siquiera en el trabajo...

-¿El qué?-preguntó con interés.

-¿Serás tú misma, cuando llegue el momento de encontrarte con él? ¿Serás como el te recuerda?

La joven se extrañó mucho, y se sonrojó brutalmente ante la pregunta, que intentó responder de la manera más normal que le salía de la voz.

-Querrás decir ellos...no he cambiado, sigo siendo la misma de siempre...no tengo nada que ocultar ni nada para cambiar...¿por qué todos os empeñáis en qué he cambiado? No es cierto, soy la misma Hermione Granger de siempre...-decía ceñuda, mientras se ponía las zapatillas en sus delicados pies y se ponía en pié. Ante esa contestación, el joven Alan pareció enfadarse por algo, se puso también él en pié y, cogiéndola de los hombros con fuerza, sorprendiéndola, la obligó a volver a sentarse en el cómo sillón.

-¿Pero qué...?-dijo la chica mientras eso pasaba.

-Pero nada, Hermione. Ahora no me vas a interrumpir, Hermione, cállate por una vez y déjame halar, por favor- Hermione asintió, algo impresionada, y inclinó un poco la cabeza para que hablara- muy bien. Primero, no quería decir ellos, bueno, si, pero más no que sí...Hermione, si que has cambiado, hace tiempo que te conozco, cuatro años para ser más exactos...a medida que iba pasando el tiempo, te volvías más fría y más callada...no se cómo serias antes...las cartas no muestran la frialdad de las palabras con la que las escribes...tienen que estar preparados, para cuando te vean, has cambiado...Creo que todo por culpa del trabajo...

-Ellos también...

-Sh! Si, ellos también habrán cambiado, pero, hasta Ginny te lo dice...

-Escúchame tú ahora, Alan...soy fría con la gente que me viene de nuevo, lo aprendí en el trabajo, no tengo que ir siempre por ahí sonriendo, sólo me muestro como verdaderamente soy con los que conozco bien...

-Hace dos años que no los ves...

-Me he escrito cada semana con ellos...

-Eso no basta...además, de tu empeño con que no sepan en que trabajas...cuando los vayas a ver me los vas a presentar...y si no...ya me presentare yo...-la joven le miró algo incrédula.

-Pobre de ti que hagas o les digas algo...

-Tranquila, no les diré nada de tu vida sentimental, que se pondrán celosos...y menos a Harry..-dijo justo antes de dejarla ir de los hombros y sacarle la lengua, tras irse corriendo hacia la puerta de cortinas.

-Eh! Tú, espera!-le gritó Hermione, poniéndose en pié rápidamente, algo sonrosada, corriendo tras él, travesando las cortinas hacia el vestíbulo.

-Tía, me voy!-gritó Alan a su tía, mientras se dirigía hacia la puerta de entrada, mirándose en el espejo y sonriendo cuando Hermione también se vio reflejada en él.

-Espera! ¿Cómo que no les vas a contar nada de mi vida sentimental? Pero si no hay nada que ocultar! Pero si no he salido con nadie des de hace tiempo!-le gritaba furiosa mientras le perseguía cuando el cogía el pomo con la mano.

-Ya, pero eso él no lo sabe...-dijo con retintín.

-¿Y por qué...por qué tendría que importarle a Harry eso? ¿Pro que no le explicarías nada a él especialmente?- le preguntó mientras el chico abría la puerta.

-Pues no sé...-y tras una sonrisa de burla, le soltó- dímelo tú...

-¿El que le has de decir, Herms? –preguntó una dulce voz.

Los dos jóvenes se voltearon para descubrir en la entrada a Ginebra Weasley, parada en el marco de la puerta.

-Ginny! no sabía que venias hoy, quiero decir...que...¿no venias mañana?-le preguntó la chica, concentrando su atención en la pelirroja y atractiva chica.

Ginny había crecido también, era toda una mujer, y para que ocultarlo, tenía cierta fama entre los hombres, era hermosa y muy perspicaz, sus cabellos encendidos y largo hasta los hombros enamoraba a muchos hombres, sabía lo que buscaba con cada hombre con el cual salía y estudiaba para ser sanadora. Era, junto a Luna, una de las mejores amigas de Hermione y sabía muchas cosas que la chica ignoraba sobre ella misma, le daba consejos cuando lo necesitaba, aunque la mayor parte de esos consejos no eran tomados en cuenta...Iba vestida con una falda por encima de la rodilla azul marino y un jersey de cuello alto sin mangas.

-Ginny!-dijo Alan también, contenta de verla- gracias por venir, has sido muy oportuna! La que me quitas de encima...bueno, Hermione, me voy, adiós Ginny, ya hablaremos en otro momento, adiós!- y se fue corriendo dejando a la chica de largos cabellos castaños con la palabra en la boca. Se quedaron así, en la puerta del castillo, mirando como, a lo lejos, el chico rubio desaparecía cuando estaba a unos metros de el enorme jardín.

-Bueno... ¿Puedo pasar?-preguntó Ginny, mirando con duda a su amiga. Hermione pareció despertarse y le dejó paso.

-Vamos a hablar a tu habitación...pero llevate las cartas que te han enviado...-le dijo la chica de rojos cabellos. Hermione se quedó algo atónita al ver que ella sabía lo de las cartas, y con algo de enfado, entró en el salón en el cual había tenido una pequeña discusión con el muchacho de ojos azules y cogió las cartas a contraactor. Cuando pasó por las escarlatas cortinas y bajó los pocos escalones del salón, se encontró con una sonriente chica en el pié de la escalera principal.

-Ya he preguntado por tu habitación. Ya está acabada hace rato y por lo que me han dicho, hoy les has dado su verdadero trabajo, Herms...-dijo mientras subía escaleras, seguida de la castaña que sonreía leyendo el remitente de las dos cartas, en especial la de cierto moreno.

-Si, me e despertado con unas pocas ganas de ordenar...me sabe mal haberle dejado la faena...-decía la castaña mientras seguía a la pelirroja por un pasillo lleno de retratos y puertas. Se pararon en una de las puertas, una gran puerta, compuesta por dos de éstas, Ginny abrió una de ellas y entró en unos aposentos grandes e iluminados.

-Demasiada claridad...-decía la chica, mientras la otra más joven se sentaba en la cama, con los doseles corridos, oscuros y las sábanas de seda también oscura. Esa habitación era algo oscura, y cuando no, contenía un fuerte color.

-Hermione, no entiendo el por que lo ves todo tan negro...-dijo de pronto la chica de mirada marrón.

-¿Negro?-repitió la chica, corriendo alguna de las cortinas que daban a la cristalera de la terraza.-No lo veo negro...

-Lo que pasa, es que tu trabajo es algo negro...cómo el de Harry y Ron, pero de otro tipo, puede que incluso hasta más peligroso...-continuaba ella.

-No lo creo...por cierto, ¿les explicaste lo del apartamento a Harry y a Ron, no?

Ginny se quedó unos segundos en silencio, para después explotar en sonoras carcajadas. Hermione se giró apara encararla, y tuvo que esbozar una sonrisa al ver a su amiga reír tan a gusto.

-Es...es que...fue...que risa...-decía mientras intentaba hablar-...me avisaron...jajaja...perdón...estando muy preocupados, que cara! Llevaban una cara! Tenías que haberlos visto...y se quedaron alucinando cuando les expliqué sobre lo del falso apartamento...jaja, hablando antes de responder, ¿les responderás a las cartas?-dijo poniéndose seria de golpe. Hermione, se quedó algo sorprendida. Su amiga podía ser así cuando se lo proponía. La chica de suaves y castañas ondas en el cabello abrió la puerta de la terraza y ando hasta apoyarse en una de las blancas columnas. Oyó el sonido de las sábanas lo que indicaba a la chica que su amiga iba hacia ella.

-Esto está muy soso...-oyó quejarse a la chica.

De pronto, la joven de veintiún años notó algo extraño cruzándole la espalda, se giró, y descubrió a una plata enredadora, subiendo en espiral por la columna. Eso pasaba con todas las columnas de la terraza de Hermione, quedando al final un contraste de blanco y verde precioso, parecían cuerdas con algunas hojas. Hermione miró a Ginny con cara de interrogación.

-¿Saldrán algún tipo de flores?-le preguntó.

-Si, rosas rojas, y si no las quitas, le cambio el color...-la chantajeó la joven.

-Cámbialas.

Con un movimiento circular y suave de la varita de la muchacha del jersey de cuello alto, los capullos empezaron a salir a lo largo de la espiral de la columna, como en las otras, y entonces se abrieron todas las rosas. Algunas eran negras, pero otras, en contraste, blancas.

-Hubieras servido como decoradora, Ginny...—le dijo, maravillada Hermione.

-No creas que no me lo planteé, Herms-la pelirroja miró a la chica con una mirada inquisidora, y le preguntó- ¿Piensas responder a las cartas?

-Es verdad...-dijo la chica calmadamente, mientras miraba el paisaje que se extendía delante de ella. Al ver que su mejor amiga no se movería del sitio, la chica pelirroja fue hacia la habitación y salió de esta con un trozo de pergamino, una pluma, y un tintero, y se lo puso en una pequeña mesa redonda que tenia la chica, apartada de la vista. Con resignación y emoción, Hermione escribió, con la ayuda de Ginny, una contestación.

Harry y Ron,

Lo que tenga que deciros, os lo diré mejor personalmente, podríamos quedar un día de estos, no tengo mucho trabajo...bueno, es sábado, pero, como en vuestro trabajo, el mío tampoco tiene horarios fijos. Espero veros pronto, no tengo nada que hacer de momento, espero veros pronto para poder volveros a ver. Besos.

Hermione Granger

-Ginny!-le reprendió Hermione-¿Cómo que no tengo nada que hacer de momento?

-Es la verdad...-dijo con autoridad la pequeña pelirroja.

-Bórralo! Ginny, bórralo, por favor, no creo que esté preparada para verlos!

-Pero si ni siquiera has enviado la carta! No sabes si ellos podrán verte...-decía con vehemencia Ginebra.

-Están de vacaciones...

-Puede que tengan una cita con sus novias...-dijo la pelirroja, mirando de reojo a su amiga, que se había quedado estática y atónita

-.¿Los.? ¿Los dos tienen...?-empezó Hermione, algo anonada. Ginny la miró fijamente y viendo la cara de sufrimiento de ella, le dijo con una sonrisa de burla.

-Era broma-después le sacó la lengua-están solteros...¿Están Hedwig y Pig por aquí?

Con cara de enojo, la chica le respondió que si y la más joven las llamó, y después de eso, ató la nota a la pata de la lechuza blanca y las mandó volar. Hermione veía con preocupación como se iban volando.

-Venga, no te preocupes, tengo hambre, vamos a comer-decía la Weasley. Se pasaron la hora de comer hablando de otro tipo de cosas y a media tarde, mientras estaban comentando una cosa sobre una película muggle que había visto Ginny, un sonido de aleteo las paró. Ginny extrañada giró el rostro, como Hermione, y en ese momento, una lechuza blanca como la nieve traspasó el umbral del enorme porche como si de un fantasma se tratara, y aterrizó en la mesa que estaba frente a la chica de orbes castañas.

-Harry ya ha respondido...-decía Hermione, algo nerviosa.

-Venga, no te va a morder la carta...-la animaba Ginny. Con las manos algo temblorosas, la chica desató y abrió la carta, mientras Ginny iba a por una pluma y un tintero.

Hermione,

Estamos muy contentos de tener fiesta y de que sea sábado...nosotros tampoco tenemos nada que hacer. A nosotros nos iría bien verte mañana, cuanto antes mejor, en el Caldero chorreante, a las once de la mañana, ¿te parece bien? (es que Ron es un dormilón, y no se levantará a las nueve si es un domingo), tenemos muchísimas ganas de verte.

Harry Potter

Con la mano temblorosa, bajo esa nota de Harry, Hermione escribió un pulcro:

Hasta mañana a las once, entonces.

Hermione Granger

-Muy bien, Hermione...-le dijo Ginny, con una gran sonrisa, mientras veía como la muchacha enrollaba y ataba la nota a Hedwig, que salió volando de inmediato. Tras unos momentos de silencio y emoción contenida, Hermione decidió hacerle a Ginny una pregunta que le rondaba en la cabeza des de su discusión con Alan.

-Ginny...-dijo sin mirarla.

-¿Si?

-...

-¿Hermione?-le preguntó la joven mujer pelirroja, al ver que no respondía.

-¿Realmente crees que e cambiado?-le preguntó de sopetón.

Ginny se quedó algo incómoda al notar la mirada castaña de su amiga sobre ella.

-Ginny, me gustaría que me respondieras hoy...

-¿Mañana como muy pronto te vale?-le preguntó con esperanza.

-La preferiría hoy, y de poder ser, ahora...

La chica no respondía y eso empezaba a poner nerviosa a Hermione, pues tampoco era capaz de mirarla a los ojos.

-Ginny, dime la verdad...

El viento sopló en eso momento suavemente, dejando a las chicas en un silencio frío y unos rayos del sol que se habían escabullido a punto de acariciar la suave piel de cada muchacha.

-Por favor, Ginny, necesito saber la verdad...-suplicaba Hermione, un poco dolida, pues su amiga parecía haber perdido la capacidad de hablar y de mirarla a los ojos.

-Hermione, a pasado mucho tiempo de de que dejasteis Hogwarts, ellos han crecido, tu también, aun que te parezca raro, han madurado, cada uno a su manera, eso hay que decirlo-dijo esbozando una sonrisa- y tu también. A través de tus estudios...has construido una máscara, Hermione, no se ni yo ni nadie que estas pensando en ese momento, ni siquiera si estas triste o no, te guardas las lagrimas cuando algo va mal y no nos dejas consolarte...

-Lo necesito para el trabajo, Ginny...

-Pero es que te quitas la máscara esa, muy pocas veces, no podrás evitar que Harry y Ron no se den cuenta en cuanto te vean. Ellos te conocen muy bien, espero que puedan cambiarte algo...pero eso solo podrá ser si consiguen averiguar que es lo que te pasa, el porque, que estas diciendo con la mirada...

-Ginny... ¿tanto he cambiado?

-Herms...ni conmigo ni con Luna, ni con Mirelle, Jack...a veces con Alan, somos muy pocos con los que te comportas como eras antes...

-Harry y Ron son mis mejores amigos...

-Hace ya más de un año que no los ves en persona, más concretamente, dos años, Hermione...creo que ya te lo han dicho...

-Si, lo se, se notará...pero... ¿Que puedo hacer, entonces?-le preguntó la chica, algo asustada.

-Compórtate como eres, Herms, no como quieres que te vean...además, ellos, al estar aquí y más cerca, podrán cambiarte, aunque sea algo,...además...

-¿Si?-preguntó la chica curiosa, al notar el tono misterioso y picardía que había empleado en la última palabra.

-Acuérdate de que con Harry, no hacían falta ni palabras, cuando te sentías mal y no decías ni pío, Harry lo sabia...y viceversa...

Hermione se sonrojó violentamente y decidió mirar a la columna más cercana de blanco mármol, ya que parecía haber ejercido un gran interés sobre ella. Ginny sonrió.

-Estoy nerviosa...-confesó la chica de bellos cabellos castaños.

-Es normal...después de dos años...además, al estar todo planificado, la hora, el lugar...es normal...

-Si...tienes razón...

Sin que Hermione se diera cuenta, a Ginny se le iluminaron los ojos con una mirada algo traviesa, característica sacada de los gemelos.

-Tienes mucha razón...tengo mucha razón...-dijo en un susurro que la otra joven no escuchó.

Gracias! Muchísimas gracias a los que me habéis dejado reviews! La verdad es que no me esperaba más de uno o dos, como mucho tres...es una pasada, muchas gracias!

Vangie McDermott: Muchas gracias por dejarme review y espero que este capitulo te haya gustado.

LadyAmatista: pues eso eran lo que decían las cartas, espero no haberte decepcionado demasiado U

Clea everlasting: Hola! Pues ya ves que si, aunque no lo sabia, lo sé des de hace unos días que lo empecé, espero que tenga futuro, este fic y que te guste... yo creo que entre Ron y Hermione pasará algo, pero que se quedará verdaderamente con Harry, JK Rowling los pone mucho juntos...además, que sino, me cargo a la autora XD ( ahora la gente pensando...vete tu a saber que) adiós, guapa espero que te haya gustado el capitulo! Actualiza los tuyos que me encantan!

Olga: gracias, espero que siga teniendo buena pinta a medida que avance el fic, gracias por el comentario

Sauron13: Intentaré actualizar más rápido, pero esta semana la tengo plagadita de exámenes...lo intentaré, espero que te haya gustado.

Hermionedepottergranger: me alegro que te gustara tanto! Besos guapa, adiós!

pottergirl2491: Harry aparecerá en el próximo capitulo...jeje...

anonimot: me alegro que te gustara aún no siendo demasiado fanática de la pareja

ELENA: enganchado? . ya me gustaría que eso pasara, seria un sueño...-Hermione ha cambiado...ya se irá viendo cuando se encuentre con Harry y Ron, pero más cuando esté en el trabajo...jeje, ya lo veras! Que mala soy! Besos!

Marie: gracias, espero que con el segundo capitulo te hayas hecho mas o menos una idea de por donde voy la sinceridad es lo mejor!

Elma: Aquí esta actualizado! ¿El nombre de la casa? Puede que si...puede que no...jeje, para averiguarlo, siento decirte que tendrás que soportar el resto del fic...jeje otra fan de HHr - que bien...me alegro que te guste como describo...aunque supongo que al final se te hará pesado...T.T algunos dicen que me enrollo mucho...gracias por todo, guapa!

Sarahh4ever: he aquí la continuación! Espero que te haya gustado... espero que hasta otra!

Espero no haberos decepcionado demasiado...espero que os haya gustado de todo corazón! Espero aunque solo sea un review! Gracias por leerlo!

¿Qué pasará en el próximo capitulo? ¿Ginny planea algo? Quien sabe...si queréis saber del reencuentro del trío dorado, tendréis que leer el próximo capitulo... hasta la próxima, espero!