CAPITULO 2

"Sola"

CARCEL CLANDESTINA

NORTE DE RUSIA.

Un grupo de soldados rusos arribo a la cárcel que se encontraba en medio de la nada.

-ESTO SE ACABO! DE ACUERDO CON EL REGLAMENTO DE DERECHOS HUMANOS, ESTO ATENTA CONTRA TODAS LAS REGLAS DEL CÓDIGO DE RECLUSOS! – gritaba un soldado mientras tiraban la puerta principal, y se dirigían a las oficinas administrativas.

-que pasa aquí! – grito el jefe de la cárcel.

-estamos cerrando este horrible lugar, tiene 24 horas para entregar a los prisioneros de manera pacifica, de lo contrario se usara la fuerza – el soldado ruso le entrego un documento que contenía toda la orden que acaba de decirle.

-bien, no quiero problemas con el gobierno, yo le entrego en este momento las llaves de los prisioneros, pero déjeme decirle que los guardias que vigilan el lugar no se rendirán tan fácilmente... – el jefe del lugar le entrego las llaves de las celdas.

-créame señor que ese no será problema para nosotros...

Los soldados empezaron a recorrer toda la cárcel, las condiciones sanitarias eran las peores, que ellos habían visto, todos los presos estaban encerrados en celdas de aprox. 2x 4 metros, en celdas individuales, solo los sacaban a caminar 10 minutos diarios, les daban de comer una vez al día, y normalmente era lo de lo peor.

-esto es terrible como es que no nos enteramos de esto antes – dijo el soldado una vez que habían tomado por completo el control de las instalaciones,

-así es señor.

-dígame, cuantos presos hay aquí... – pregunto entrando a un nuevo conjunto de celdas, estas estaban peor que las anteriores, la puerta era de acero de 10 cm y esas celdas solo tenían una pequeña rendija que proveía de luz natural.

-hasta hace un mes, según los datos... hay 35 hombres y... 2 mujeres..

-Dios sumando esos mas los anteriores suman mas de 100, como es posible que haya tanta gente aquí, que fue recluida sin ningún juicio justo...

-señor es que esta cárcel operaba clandestinamente, cualquiera podía meter a quien quisiera, tan solo pagaba la cuota y ya..

-que horrible... pero que diablos hacían aquí! – ambos hombres seguían caminando por el pasillos que de ambos lados tenían celdas

-al parecer es un lugar donde hacen pruebas de nuevos medicamentos o tratamientos experimentales en humanos...

-Dios mío... entonces no sabremos que podremos encontrar.

-así es señor, la cárcel tenia un promedio de mortandad de 3 reos a la semana.

-que les hagan pruebas tanto psicológicas como de salud para comprobar que están todos en condiciones de ponerlos en libertad de inmediato.

-si señor.

Gabrielle había estado en ese horrible lugar por casi 10 años, después que las capturaron en Siberia las mandaron a encerrar ahi. Su celda era de 2x3 metros, no tenia una gran ventilación de aire puro, y solo tenía luz 5 horas al día, todo lo demás se la pasaba a oscuras, y sola... tan solo con su pensamiento.

Al paso de los años ella junto con su amiga que estaba en la celda de al lado habían logrado hacer un pequeño agujero por donde ambas podían platicar un poco a lo largo del día. Pero no podían hablar muy fuerte porque si los guardias se enteraban les iba muy mal.

Todos los días no hacia otra cosa que pensar en el hombre que amaba, en su familia y en la vida que dejo atrás, todo por no poner en peligro a Willy, a veces por su mente pasaba la idea de que si el precio había sido muy caro... pero rápidamente ella se apartaba de esa idea, cuando sentía que ya no quería vivir en esas condiciones tomaba entre sus manos la W que Willy le había entregado antes de irse y la esperanza de un día volver a verlo regresaba. Ella estaba sumida en sus pensamientos, que no oyó cuando los soldados pasaban por las celdas hablando.

-psstt... psst ... – Vicky le hablaba por el pequeño agujero que habían logrado hacer en la pared – Gabby! Ahí alguien ahí afuera y no son los animales de siempre!

-que dices? – ella se acerco a la pared para escucharla mejor.

-si... no son los de siempre... eso es raro... – ambas solo se podían ver los ojos por ese agujero.

-que mas da... quienes sean... jamás saldremos de aquí... – ella se dejo caer en el suelo.

En ese momento la puerta de su celda se abrió y vio a dos soldados uniformados.

-Gabrielle Guiver... el gobierno ruso ha declarado que todo aquel en esta cárcel debe ser puesto en libertad – la luz proveniente del exterior le lastimaba la vista, tanto tiempo en la oscuridad, había afectado a sus ojos.

-como? – dijo ella poniendo la mano frente a sus para poder ver mejor.

-esta libre – los 2 soldados se acercaron a ella y la ayudaron a ponerse de pie.

-de verdad? – ella estaba completamente feliz, no podía creer lo que le acaban de decir.

Junto con ella pusieron también en libertad a su amiga, dado que eran mujeres les dieron preferencia a salir primero. Las llevaron a un campamento provisional que habían armado, en donde las examinaron para saber si estaban bien.

Tanto a Gabby como a Vicky les tomo varias horas volver a acostumbrase a la luz de día, les dieron uniformes del ejercito de Rusia para que se cambiaran y se quitaran ese horrible uniforme gris que las identificaba como presas de aquella cárcel.

-no puedo creer que vayamos a irnos de verdad... – dijo Gabrielle abriendo los ojos y observando todo a su alrededor, veía a los soldador rusos que ayudaban a todos los reos, algunos estaban bien otros mas no sabían ni quienes eran debido a los experimentos.

-podremos regresar a casa! – le dijo ella totalmente feliz,

-podré regresar con Willy! – en ese momento una mujer soldado se acerco a ellas y les entrego sus papeles.

-bien, es una fortuna que no hayan tenido efectos secundarios graves debido a los experimentos...

-bueno en realidad solo nos pusieron un par de inyecciones en la base de la nuca... – dijo Vicky – no es así? – ella volteo a ver a su amiga.

-si, es extraño jamás nos hicieron nada mas...

-bueno, porque si tuvieron efectos secundarios..

-QUE?.. cuales.. – dijeron ambas.

-al parecer al ser ustedes las únicas mujeres ahí, les inyectaron una droga que aumenta el flujo sanguíneo en la cabeza...

-para que hicieron eso... – pregunto Vicky

-tratamiento contra arrugas...

-no es posible... fuimos conejillos de indias... pero bueno cual fue el efecto secundario, porque recuerdo que me ardieron y dolieron los ojos por semanas... – dijo Gabrielle.

-si a mi también...

-bueno, pues modificaron el color de sus ojos, pero al no examinarlas con detenimiento jamás se dieron cuenta... – la mujer soldado les paso un espejo y ambas se vieron al espejo.

-yo no veo nada... – dijo Vicky

-ni yo tampoco...

-es que solo se ve con la luz directa... – ella saco una pequeña lámpara y apunto a los ojos de ellas.

-Vaya! Mira es cierto... los míos son como color rojo pero muy oscuro... – casi no se alcanza a percibir – dijo Vicky.

-los míos son... azules? O púrpura... es difícil decirlo... – ambas seguían auto examinándose los ojos.

-afortunadamente según los estudios el efecto terminara en un par de años, la droga se disolverá por completo y volverán a la normalidad.

-bueno eso es lo de menos... – dijo Gabby.

-eso es todo, un camión las llevara al aeropuerto donde tomaran el primer vuelo a casa, y también me corresponde decirles que el gobierno ruso lamenta que haya tardado tanto en dar con este lugar.

Ambas se pararon y caminaron hacia el camión militar que las esperaba. Se subieron y pudieron sentir como no solo su cuerpo estaba libre, ahora también se habían reunido con su espíritu y alma que habían dejado fuera desde el momento que las encerraron.

En un par de horas ambas estaban en el avión que las llevaría hasta su país, Vicky dormía en su asiento mientras Gabrielle veía por la ventanilla del avión.

"pronto Willy, pronto estaré contigo..." pensaba mientras veía las nubes que había debajo del avión.

Al anochecer el avión había aterrizado, ambas se despidieron a las afueras del aeropuerto.

-a donde iras? – le pregunto Gabby.

-voy a ver a mi familia... y tu... ay creo que es tonto preguntar verdad?

-jaja... no lo podrías haber dicho mejor.

-después te hablo.

-ok, nos vemos después.

Gabby tomo un taxi y le dijo que la llevara directamente a la fabrica. El taxista se la quedo viendo extraño... después de todo ella aun seguía vistiendo el uniforme militar.

Ella ya no podía esperar mas tiempo para llegar a la fabrica, el viaje iba a ser largo y el taxista comenzó a hacerle la platica. Solo que ella no tenia ganas de platicar.

-y que... va a la fabrica porque encontró un sexto billete dorado?

-que? De que esta hablando...

-nunca se entero del concurso?... pues en que planeta vive! – el taxista le hablo como si ella estuviera tonta.

-no, no se nada porque he estado encerrada en una maldita prisión durante 10 años! – esas fueron las palabras mágicas que hicieron que el taxista guardara silencio.

Ella vio en el calendario digital del taxi la fecha... "hoy es la celebración anual del cacao!" pensó ella, seria genial darle una opresa a Willy en ese día tan especial.