Capítulo 3. Visitas y más visitas

Severus se acercó rápidamente a Petunia y, con una dulzura de la que Harry nunca le hubiera creido capaz, la tomó del codo y la condujo suavemente hacia el sofá, mientras Vernon se ponía cada vez más rojo.

-¡No toque a mi mujer!

Sin embargo, una desagradable mirada no le silenció.

-¡¿No me ha oído! Usted es otro de esos...

-¡¡¡Cállate!

Todos miraron a tía Petunia, asombrados ante el agudo grito de la mujer, incluido Vernon, quien con la boca abierta no podía creer lo que estaba ocurriendo.

- Pero, Petunia, queridita...

-Vernon, por favor.- pidió la mujer más suavemente, aunque serena.

El hombre por fin guardó silencio y se dejó caer abatido en el sillón más cercano. La mujer se volvió hacia el profesor.

-¿Cómo estás, Severus?

-Ha pasado mucho tiempo.- Contestó él encogiéndose de hombros.- Supongo que lo mejor que puedo estar dadas las circunstancias.

-Vienes a... – Petunia echó una temerosa mirada a su sobrino, quien, junto a Beatriz, asistía asombrado al intercambio de frases.

-Sí. Dumbledore me ha pedido que le lleve a un lugar seguro.

La mujer asintió con la cabeza antes de ordenar:

-Harry, sube a tu habitación y recoge tus cosas. Te irás con ellos.

- Pero...-trató de protestar el joven ante la despectiva mirada de su profesor.

- Beatriz, por favor, ayúdale.- Le cortó Severus.

La joven agarró a Harry del brazo y tiró de él fuera del salón. Rápidamente subieron las escaleras y entraron en el cuarto del joven.

-Muy bonito.-comentó ella con una fría sonrisa.

El chico, sonrojado por el caos imperante en la habitación, comenzó a recoger sus cosas y a amontonarlas descuidadamente en su baúl.

-¿Qué haces?

- Estoy recogiendo.

Ella le miró unos instantes y luego pareció caer en la cuenta.

- Es verdad, no puedes hacer magia fuera de la escuela hasta que seas mayor de edad. Apártate.- ordenó.

Y levantando una mano, todos los útiles del colegio del chico, junto con su ropa y demás, flotaron en el aire y se introdujeron ordenadamente en el baúl del joven.

-Ya está.- Comentó.

-Gracias.- Sonrió él.

Cuando bajaron por la escalera, con el baúl de Harry y la jaula de Hedwig flotando tras ellos, una escena insólita apareció ante sus ojos. Petunia y Severus se encontraban en el vestíbulo, y el hombre sostenía cariñosamente el mentón de la mujer, que tenía lágrimas en los ojos. Sobresaltados al oír el ruido, se separaron rápidamente.

Beatriz le echó una indefinible mirada al hombre y comentó:

-Deberíamos irnos.

En ese momento, un fuerte chasquido procedente de la cocina les alarmó. Aunque no tenían por qué, tan sólo era...

-¡¡Harry Potter, señor!- chilló el pequeño elfo doméstico, abalanzándose sobre el joven y abrazándolo con fuerza.

-Hola, Dobby, yo también me alegro de verte, pero... ¿podrías abrazarme menos fuerte?- pidió el joven tratando de respirar.

- Dobby lo siente mucho, señor.- se disculpó el ser contrito, separándose.- El profesor Dumbledore mandó a Dobby, señor, con un mensaje para el profesor Snape.

Severus, con cara de pocos amigos, cogió el pergamino que el elfo le tendía y, tras comprobar que el lacre estuviera intacto, lo rompió y comenzó a leer. Su expresión se fue ensombreciendo a medida que lo hacía, para terminar estrujando airadamente el pergamino, mirando a Harry con cara asesina.

-¿Qué ocurre?- inquirió Beatriz.

- ¿Que qué ocurre?- explotó el hombre.- Que Dumbledore se ha vuelto loco si cree que voy a hacerlo. Sabía que ese hombre estaba mayor, pero es que ahora delira...

Ella, sin hacerle ningún caso, sujetó con una mano a Harry, que parecía a punto de abalanzarse sobre el profesor de Pociones por insultar a su querido director, y con la otra le quitó a Severus la bola en la que había convertido el pergamino de Dumbledore, la estiró y la leyó.

-Venga, profesor Snape, que no es para tanto.- le dijo con una suave sonrisa.

Él la miró furioso, ella le ignoró y se volvió hacia Harry.

- A ver, te cuento, ha habido problemas, varios miembros de la Orden han sido atacados cuando llevaban a Draco y a su madre a Grimmauld Place...

-¡¿Qué!

La joven no supo si la expresión horrorizada del chico era por que habían atacado a Draco o por que éste iba a ser llevado a Grimmauld Place, aunque supuso que sería lo último. Decidió ignorarlo y continuó.

-...Así que el lugar ya no es seguro, por lo que Dumbledore le pide amablemente a Severus dos cosas. La primera de ellas es que te acoja en su casa hasta el final del verano...

-¡¡NO! – las voces de Harry y de Severus se pudieron oír en todo el barrio, mientras ambos se miraban con odio.

- Tengo que contárselo a Dumbledore, por fin ha conseguido que os pongáis de acuerdo en algo.- comentó ella con una peligrosa sonrisa de advertencia, lo que no evitó que ambos la miraran enfadados. – Mirad, ¿conocéis un plan mejor? Por que si es así, soy toda oídos.

-¿Dejar que el señor oscuro se lo cargue de una vez?- comentó Severus sarcástico.

Sin embargo, la joven pudo notar cómo empezaba a ceder.

-Dumbledore se lo pide como favor personal, profesor.

-Creo que va a deberme mucho más que un favor personal después de esto. Está bien, supongo que Draco podrá vigilarle.

-¡¿Qué!- volvió a exclamar Harry, aún más asustado que antes.

- Es que la segunda cosa que Dumbledore le pide al profesor Snape es que también acoja a Draco y a su madre hasta el final de las vacaciones. Pero ellos no llegarán hasta dentro de una semana.

Harry sintió que el suelo se tambaleaba bajo sus pies. ¿Encerrado todo lo que quedaba de verano con Draco en casa de Snape? Qué horror...

Sintió que le tiraban de la manga.

-Dobby ha sido encargado por el profesor Dumbledore, señor, para que ayude al profesor Snape en su casa, señor. Dobby irá con ustedes, señor.

Sintiéndose un poco mejor, el joven miró a Beatriz, quien comentó:

-¿Nos vamos?

-Creo que será mejor que nos aparezcamos en mi casa.- afirmó Severus.

-Está bien, yo llevaré a Harry.- afirmó la joven, agarrando al chico del brazo.

Tras despedirse, los tres desaparecieron.

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPH

Casi una semana había pasado, una semana en la que Harry y Beatriz, ayudados esporádicamente por Severus, habían trabajado duro. Ahora, a la suave luz del atardecer admiraban el resultado, un montón de pergaminos que la joven había terminado de pasar a limpio tan sólo unos momentos antes. Gizeh les observaba, con su enigmática sonrisa, desde un sillón situado junto a una pesada armadura.

-Esto es impresionante.- Comentó Beatriz con una nota de asombro en la voz.

Lo que habían descubierto iba más allá de todas sus esperanzas. En esas páginas había hechizos, recetas de pociones y... un acertijo.

Un suave aleteo les distrajo. Corvus, el negro e inteligente cuervo de Severus entró por uno de los grandes ventanales y atravesó la biblioteca para posarse en la mesa, al lado de los pergaminos. Soltó el paquete que traía en el pico y graznó alegremente:

-¡Noticias!

Beatriz alargó la mano, desenrolló "El Profeta", el periódico del mundo mágico y no pudo evitar una exclamación ahogada ante la foto y el titular.

- ¡Severus!- llamó.

Harry no pudo evitar menear la cabeza. Aún no se había acostumbrado a la familiaridad que tenía su amiga con su odiado y vilipendiado profesor de pociones. Le parecía increíble que ella pudiera encontrar algo agradable en él, pero sobre gustos no había nada escrito.

El profesor entró en la biblioteca, mientras el cuervo aleteaba suavemente hasta posarse en su hombro.

-¿Qué ocurre?

La joven le tendió el periódico. Severus lo cogió y leyó:

Malfoy Reaparece

El conocido Lucius Malfoy, que como todos nuestros lectores recordarán, fue ingresado en San Mungo víctima de una inexplicable enfermedad tras ser acusado de colaboración con Aquel-que-no-debe-ser-nombrado, y que más tarde desapareció, también inexplicablemente, del citado hospital, ha sido encontrado. Según sus propias palabras: "Me desperté desorientado, no recordaba quien era y no sabía dónde estaba. Pero ya me encuentro bien."

La posibilidad de una pérdida de memoria ha sido completamente admitida por los médicos, que en este caso...

Beatriz le miró directamente a los ojos y sólo pronunció una palabra:

-Voldemort.

El hombre asintió. De pronto, su expresión se crispó en una mueca de dolor, al tiempo que se agarraba el antebrazo izquierdo en el que la marca había empezado a quemarle, y miraba a la joven con aprensión.

-Yo no he sido.- Apuntó ella mientras sacaba de uno de los bolsillos de su túnica una bolita de cristal, del tamaño de una canica, dentro de la cual se podían ver unos vapores verdes y, flotando en medio de ellos, una calavera negra, con ojos rojos y una lengua en forma de serpiente.

-¿Tenéis que iros?- inquirió Harry.

La joven asintió.

-Quédate aquí hasta que volvamos, ni se te ocurra salir de la casa. Si viene alguien que no seamos nosotros, enciérrate en tu habitación y deja que la casa actúe.- Ordenó Severus con una torva sonrisa.- ¡Dobby!- El elfo apareció con un suave plóp.- Vigílale, si llega a salir de la casa, será culpa tuya- amenazó, mientras el elfo se encogía con un gemido.-Voy a cambiarme, en seguida vuelvo.

Y dicho esto, salió de la biblioteca.

-Será...-barbotó el chico.

-Todo lo que tú quieras, Harry, pero yo que tú le haría caso.-Aseveró la joven, al tiempo que chasqueaba los dedos y súbitamente aparecía vestida con una ancha túnica negra y una capa también negra sobre los hombros. Una careta de mortífago descansaba entre sus manos.- Voy a buscarle.- Indicó al ver que el hombre tardaba.-Pórtate bien.- Y con una sonrisa salió de la biblioteca.

Con un bufido, Harry se sentó y cogió la traducción.

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPH

Al llegar, llamó a la puerta, que se abrió sola. Entró en la estancia para ver a Severus vestido con una túnica negra semejante a la que ella llevaba. Sobre la cama descansaban su careta de mortífago y una bolsa de tela con frascos que la joven supuso eran de pociones. El hombre cogió la careta y se la puso, sin que la joven pudiera evitar una mueca de disgusto. La miró interrogantemente.

- No me gusta verte así vestido.

-Esto es lo que soy.- Respondió él sarcástico.

Pero ella no se arredró.

-Lo que eras.

Él no pudo evitar una fría sonrisa.

- Me haces mejor de lo que soy. Es normal, aún eres muy joven.

-¿Y porque sea joven tengo que ser inocente?- Sus ojos llamearon con un incipiente enfado.- A pesar de mi "edad" he visto cosas que pondrían los pelos de punta al más pintado.- No pudo evitar un escalofrío. Se pasó la mano por la cara tratando de alejar los malos recuerdos y añadió – Vámonos antes de que se haga más tarde.- Se volvió y se dispuso a salir cuando Severus la agarró del brazo.

-A mí tampoco me gusta verte así vestida.

Sus ojos negros a través de la máscara se lo dijeron todo sin necesidad de palabras. Ella, por el bien de ambos, decidió ignorar la reacción que su cuerpo acababa de sufrir ante la mirada del hombre y se limitó a comentar en tono jocoso:

-Lo sé, pero...¿te imaginas la reacción de Voldemort si me presento ante él vestida con vaqueros, como una vulgar "sangresucia"? Le daría un patatús.

-Tal vez deberías hacerlo. Eso nos ahorraría un montón de tiempo y de trabajo.

Y con una malvada sonrisa, ambos desaparecieron

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPH

Aparecieron en uno de los salones de la mansión Ryddle, y con un suspiro cansado, se dirigieron por innumerables pasillos hacia el salón donde el señor oscuro recibía a sus "visitas". Al llegar ante la puerta de madera labrada, la joven la empujó sin mayor ceremonia y los dos entraron, avanzando hasta el centro de la sala e inclinándose frente a Voldemort, mientras este terminaba de añadir unas alas de hada al caldero hirviendo que tenía delante.

-Habéis tardado – Gruñó.

-Hemos venido lo antes posible, papá.- exclamó la joven levantándose, quitándose la careta y acercándose hasta el borde del caldero.- ¿Qué preparas?

-La poción final.- Siguió removiendo unos segundos antes de continuar.- Hasta ahora, ese maldito mocoso ha conseguido escapar gracias a la suerte y a una protección especial.

-Pero conseguiste traspasar esa protección cuando añadiste su sangre en el ritual que te devolvió el cuerpo.

-Sí, pero la sangre no contenía la protección completa.- Sacó un pañuelo y lo abrió, para revelar un mechón de pelo moreno. Hizo una seña a Severus, quien se acercó al caldero y le tendió la bolsa de tela. Voldemort sacó una redoma, comprobó que fuera la poción correcta y vertió el contenido en el caldero, junto con el mechón de pelo.- Ahora, gracias a la poción de Muerte en Vida, la protección existente en su cabello pasará a mí, ya que podrá actuar el tiempo suficiente sin matarme.

-Si tomaras la poción que has preparado con su cabello sin la poción de Snape...

-La protección que hay en su cabello actuaría contra mí.

-Mejor prevenir que curar.- Aseveró la joven con una fría sonrisa.

Unos pasos se oyeron en el corredor y la puerta se abrió, dejando paso a Lucius Malfoy.

-Supongo que ya sabréis que volvemos a tener a Lucius entre nosotros.

-Ha sido portada del profeta.- Exclamó la joven.- Bienvenido.

Lucius se inclinó sin poder dejar de mirarla.

-Mi señora.

-¿Sabéis algo del hijo de Lucius?- inquirió Voldemort.

-No, no hemos vuelto a tener noticias de él, Dumbledore le escondió bien.- mintió Beatriz convincentemente.

- Bien, antes de que os vayáis, en tu habitación tienes un regalo.

La joven sonrió, se acercó a Voldemort y le besó en la mejilla.

-Gracias, papi.

Y con un elegante movimiento, salió de la sala, siendo seguida por la penetrante mirada de Malfoy. El deseo que ambos leyeron en los ojos del hombre incomodó a Severus e hizo aparecer una cruel sonrisa en los labios del señor oscuro.

- ¿Lucius?- Éste se volvió sobresaltado al oír su nombre. Tragó saliva.

-Los encontramos cuando los trasladaban de sitio, pero nos superaban en número.- Trató de disculparse, sin poder evitar mirar hacia la puerta por donde ella había salido.

Voldemort siguió su mirada.

- Si la quieres, ya sabes lo que tienes que hacer. Ahora, vete.

Con una inclinación de cabeza, el hombre salió.

-Bien, Severus - comenzó el señor oscuro -, cuéntame, ¿cómo se porta mi hija?

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPH

Beatriz entró en su habitación tras subir unas empinadas escaleras y adentrarse por un amplio corredor. Sobre el tocador cercano a una de las ventanas descansaba un paquete de unos veinte centímetros de longitud. La joven lo desenvolvió y halló una daga de plata, con el mango bañado en oro con incrustaciones de piedras preciosas. La sostuvo en la mano, sopesándola, admirándola, sintiendo el poder que emanaba de ella y con la otra mano cogió un trozo de pergamino que aún reposaba en la mesa.

Esta daga perteneció a Slytherin, espero que te guste.

Voldemort.

Con una sonrisa, la guardó entre los pliegues de su túnica, a tiempo de ver cómo Lucius entraba en su habitación sin llamar.

-¿Qué haces aquí?- inquirió ella imperiosa.

- ¿No te alegras de verme?- preguntó él burlón.

-¿Debería?

Lucius se acercó suavemente a ella, quien retrocedió.

- Vamos, guarda las uñas, soy tu futuro marido.- pidió agarrándola por la cintura y atrayéndola hacia él.

Un momento después, la joven sostenía la daga contra el cuello del hombre.

-Pues si quieres dejar de serlo, sólo tienes que continuar por ese camino.- siseó ella.

-Ummm, además fogosa, me encanta.- Y sin que ella pudiera evitarlo, la arrebató el cuchillo en un rápido movimiento y la empujó contra la pared, sujetándola por las muñecas. Acercó sus labios a los de la joven y susurró:

-Liria...

De pronto sintió que las manos le quemaban y la soltó, siendo impelido hacia atrás por una fuerza misteriosa y cayendo al suelo.

-Y si tanto la querías, ¿por qué te casaste con Narcisa?- inquirió la joven totalmente seria.

- Porque Voldemort lo ordenó.- contestó él mientras se levantaba y se miraba las manos doloridas.

- Y el leal mortífago le obedeció sin poder evitarlo, como una oveja que va al matadero. Y mientras tanto, su señor le quitaba a la mujer de sus sueños. Qué tierno- se burló ella.- Parece mentira que seas un Slytherin.

Él simplemente la miró.

Ella se acercó a él, sujetó las manos del hombre por el dorso, y sopló encima de las doloridas palmas, sanándolas.

-Yo no soy mi madre.- Susurró con una sonrisa.

El hombre volvió a abrazarla por la cintura, atrayéndola hacia él.

-Eres aún mejor.- Sonrió él con deseo, mirándola a los ojos.

Ella pasó sus brazos por los hombros del hombre y le acarició la mejilla, mientras acercaba sus labios a los de él.

-Hay una cosa que tienes que aprender, y es que tú también eres un peón en juego, mientras que yo soy la reina negra. Y que en esta partida de ajedrez, yo no soy tu premio.

-¿Ah, no?-susurró él.

Ella sonrió perversa.

- No. TÚ eres MÍ premio. Y soy yo la que manda.

Se pegó a él y le besó apasionadamente, mientras él bajaba sus manos y le acariciaba las caderas. Se separó de él mientras le acariciaba con una mano el cuello y la bajaba por el pecho hasta la cintura con una perversa sonrisa, dejándole con ganas de más.

-Nunca lo olvides.-Advirtió, dándose la vuelta y saliendo de su habitación, mientras el hombre se sentaba en la cama.

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPH

Se reunió con Severus en el exterior de la mansión Ryddle.

-¿Qué ha pasado?- preguntó el profesor de Pociones al ver la expresión de la joven.

-Malfoy.

-Ese desgraciado...

Ella le sujetó por el brazo.

-No me ha hecho nada. Por favor, vámonos.

Él asintió y ambos desaparecieron. Aparecieron en el jardín que rodeaba la casa de Snape, y la joven se sentó en un banco.

-¿Vas a contarme lo que ha pasado?

Ella negó con la cabeza.

-No hasta que tú me cuentes qué relación tienes con Petunia Dursley.- Se lo había preguntado varias veces durante la última semana, pero el hombre no había soltado prenda.

-¿Estás celosa?- se burló él, sentándose a su lado.

Ella le miró intensamente a los ojos.

-Eso es lo que tú quisieras. No, sólo siento curiosidad.

-¿Sólo?

La joven asintió traviesa, mientras se recostaba contra él, haciendo que Severus la abrazara, sintiéndose alegre.

- Realmente entre Petunia y yo no hay nada. Supongo que sabrás que es la hermana de la madre de Potter.

-De Lily Evans.

-Sí. Y que yo, cuando era más joven...

-Estabas enamorado de ella.

-Sí. Eramos buenos amigos, a pesar de Potter padre y compañía. Unas navidades en que mis padres se fueron de viaje, creo que fue en cuarto, me invitó a su casa para que no me quedara solo en Hogwarts. Entonces conocí a Petunia. Nos caímos bien en seguida, y ella se enamoró de mí, pero había un problema.

-Tú estabas enamorado de Lily.

-Exacto. Hablé con Petunia, se lo dije, y ella entendió. Se dio cuenta que el amor que ella sentía por mí era igual al que yo sentía por su hermana: un amor condenado al fracaso. Supongo que esa es una de las razones por las que siempre detestó a su hermana, aunque en el fondo la quería muchísimo.

-Muy en el fondo.

- No seas mala. Se quedó con Potter y le ha criado todos estos años, mejor o peor, pero lo ha hecho. No lo hubiera hecho si la odiara tanto como dice.

-Cierto. Sigue.

-Nos escribimos durante un tiempo, pero luego yo me hice mortífago y las cosas cambiaron.

-¿Y ahora?

-Ella está felizmente casada, tiene un hijo.

-Lo sé. Mi pregunta es... ¿te arrepientes?

Él la miró a los ojos.

-No. Ahora amo a otra mujer.

-¿En serio?- preguntó ella juguetona.

-Sí, y espero que esta vez no sea un amor condenado al fracaso.

-Eso se lo tendrías que preguntar a ella.

-¿Lo es?

-No.- Ella levantó suavemente la cabeza y le besó, al tiempo que él la abrazaba tiernamente.

De pronto, un timbre sonó en el jardín.

-¿Qué ha sido eso?

-Alguien ha entrado en la casa.- Respondió Severus levantándose y sacando su varita.

HPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPHPH

¡¡¡Hola!¿Qué tal estáis? ¿Qué os ha parecido? ¿Quién será quien ha entrado en la casa sin permiso? ¿Qué habrá hecho la casa con él/ella/ells? ¿Qué os ha parecido la historia de Sev? ¿Y el doble juego de Beatriz?

Ya sabéis: dudas, tomatazos, howlers, felicitaciones y demás, todo a los reviews. Por cierto, ya tengo msn, así que el que quiera puede agregarme, pero mandadme un mail diciendo que lo habéis hecho, porque si no luego no sé por donde me ando (cabecita loca la mía... J) La dirección es kitty guión bajo 5308 arroba hotmail punto com (todo seguido) espero que así salga, porque las otras veces que lo he intentado, fanfiction lo corta.

Ahora, a responder reviews:

Haruko: ¡¡Hola wapetona! ¿Sabes una cosa? Estoy taaaan roja que parezco un pimiento morrón (Umm, qué ricos, me acaba de entrar un hambre... Pero no, tengo que contestar todos los reviews antes de comer). Supongo que decir que mi cara y un faro son semejantes no aportaría nada nuevo, ¿no? Te cuento una cosa si prometes no decírselo a nadie. Shhh, acércate, y ahora que nadie nos escucha, te diré que no me lo curré tanto, la historia de Sev, eso de que desciende de Arturito y todo eso sí es mía, pero la historia de Arturo la saqué de una revista de Historia que tiene mi hermano y de varios libros de cuando yo era joven e impresionable. Sí, ¡qué le vamos a hacer! Pero tendrá relación con algo que pasará más adelante...

Me alegro mucho de que te guste tanto la historia, me hace muy feliz el que a alguien le guste, pero, sinceramente, no te la leas tantas veces, a ver si te va a dar algo (no me hagas caso, tú lee, lee... J ) Y ya que estamos, entre lectura y lectura me podías dejar un review, y eso...

¡A seguir leyendo!

Amsp14: Lo digo, lo repito y lo diré siempre: NOOOO voy a dejar el fic. Sí es cierto que soy un poco tardona ( vale, vale, ¡un mucho!) pero es que me cuesta horrores enlazar el fic (es que algunas partes ya las tengo escritas, y me falta lo que va en medio), y otras veces me quedo completamente en blanco y no sé cómo seguir. De todas formas, lo terminaré.

La historia de la familia de Severus sí tendrá transcendencia en el fic, me alegro que lo digas, porque, verás, para acabar con Voldie necesitan algo de un lugar que nadie sabe que existe (bueno, ahora hay 2 personas que saben que sí existe, 3 si contamos a Dumbledore), y...¡Calla boca loca, que se te escapa! Es que no me podéis tirar de la lengua, porque se me escapa y nos quedamos sin historia.

Ya has visto que a Severus no le ha sentado nada bien el que Harry vaya a vivir con ellos, pero ya te adelanto que no se quedará mucho tiempo. Algo pasará, un cambio temporal, y dentro de dos o tres capítulos a más tardar nos encontraremos de nuevo en Hogwarts (menos mal, ¿te imaginas a Harry y a Draco obligados a vivir juntos en la misma mesa? Además, la madre de Draco tratará de hacer nuevas "amistades" con Severus, lo que provocará los celos de Beatriz y...¡que no cuento más! Bxitos wapa!

Gabriella Snape: Hola! Me alegro mucho que te haya gustado tanto, wapa, aquí tienes un nuevo capítulo, espero que lo disfrutes! J

Crissy: Sí, la verdad es que he tardado un poquito en actualizar, pero aquí estoy de nuevo!