Aclaraciones preliminares:
Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;
Este fanfic se realiza sin fines de lucro
Las acotaciones son
/Lo que el personaje piensa/
oooooooo Cambio de escena
Lo que yo digo
(Algún comentario)
/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/
CAPITULO 13
LA TORMENTA SE AVECINA
Todos estaban en la entrada principal, muy asombrados por la llegada de los nuevos invitados que, en realidad, nadie esperaba, y menos estando ahora ellos solos. La verdadera pregunta era ¿Qué hacían ahí? Alguien debía estar detrás de todo esto. Y no se equivocaban.
Mariah – Bien Ray ¿Tienes alguna explicación? – Decía con un tono de voz que demostraba que en verdad estaba enfadada – ¿Ray?
Ray – Pues… Mariah… yo – Nuestro querido nekojin no encontraba palabras - ¿Qué hacen aquí?
Mariah – No desvíes el tema. Me tenías muy preocupada – Dijo cambiando su semblante a uno de preocupación
Ray – En verdad lo siento, Mariah. Sucedieron tantas cosas y, pues en verdad, lo olvidé – Dijo tratando de disculparse
Mariah - ¡Lo olvidaste? – Dijo notablemente alterada y consternada - ¡Pero cómo pudiste?
Ray – Calma Mariah
Mariah – ¡Nosotros estábamos muy preocupados por ti¡Dijiste que volverías, que nos avisarías si había alguna emergencia pero, nunca llamaste¡Ray hace más de un mes que dejaste nuestro pueblo!
Ray – Mariah por favor, estás exagerando
Mariah - ¡Exagerando?
Alex – Si me permiten… - Dijo interrumpiendo la "entretenida" conversación de sus invitados – Creo que por ahora lo más conveniente es que se instalen
Mariah – Bajando su tono de voz y volteando a verlo – No gracias, preferimos no causar más molestias. Además debemos volver antes de que nuestro avión salga
Alex – Un tanto confundido - ¿Salga? – Da una pequeña sonrisa - ¿No vieron sus boletos de avión?
Mariah – Si claro, es un boleto redondo
Alex – Si eso es cierto pero además, no tiene expiración – Mariah lo observa confundida – Pueden usarlo cuando gusten, no tienen que regresar necesariamente hoy. Todos los demás tienen uno. Espero que no lo hayan tirado
Tyson - ¡OH NO, YO YA TIRÉ MI PASAJE DE AVIÓN! – Dijo exasperado
Hilary - ¡TYSON CABEZA DE CHORLITO, TU NO VINISTE EN AVIÓN, TU VIVES AQUÍ EN JAPÓN!
Tyson – Ya más tranquilo – Ah, es cierto, lo había olvidado – Ve que todos tienen una gota en su cabeza – Perdón amigos
Max – Eso no nos lo habías dicho
Alex – Lo olvidé
Mariah – Gracias, pero estoy segura que si nos quedamos el Sr. Dickenson se molestará
Alex – Yo no creo. Además él no está
Mariah – Entonces no debemos abusar de su ausencia
Alex – No creo que tenga inconveniente. Yo no lo tengo
Lee – Finalmente hablando - ¿Y se puede saber quién eres tú?
Ray – Él es el sobrino del Sr. Dickenson, su nombre es Alex
Mariah - ¡Qué¡Discúlpeme por molestarlo, de haberlo sabido no habría aceptado el boleto de avión!
Alex – Un tanto apenado – No es necesario tanta formalidad. Además lo hecho, hecho está. Ahora no tendrán inconveniente en quedarse unos días, pueden entrenar con nosotros
Lee - ¿Entrenar?
Ray – Es por eso que olvidé llamarles, entrenamos desde hace más de un mes
Mariah – Y ¿Para qué entrenan?
Kai – Hablando desde una esquina recargado en la misma posición de siempre – Por que teníamos que cumplir el deseo del niño mimado
Mariah - ¿Kai¿Tú también estás aquí? – Ve que Kai le lanza una mirada de ¿Me estás viendo no? – Pero…
Alex – Por favor síganme, les proporcionaré unas habitaciones. Después podrán platicar a solas y más tranquilos
Kenny – Saliendo de su silencio – Creo que nosotros deberíamos ir a entrenar
Alex – Adelántense Jefe, yo los alcanzo en un instante – Pasa junto a Kai y le habla en bajo – Creo que nuestra pelea se adelantará hoy
Kai – También hablándole en bajo – Tú lo hiciste
Alex - ¿Qué cosa? – Haciéndose el que no sabe
Kai – Tú los trajiste, tú los invitaste, tú les diste la idea
Alex – Y si así fuera ¿Qué¿Acaso te molesta que estén aquí¿Acaso te molesta que Mariah esté aquí? – Dijo esto último con tono desdeñoso
Kai – Eso no te incumbe
Alex – Entonces sí te molesta la presencia de Mariah
Kai – Claro que no. No tengo nada contra esa niña.
Alex - ¿En verdad? Yo creo que ella tiene algo que tú no, y eso te molesta
Kai – Estás imaginando cosas
Alex - ¿En verdad? Eso ya lo veremos
Kai – Te arrepentirás
Alex – Tal vez
Kai – Cuida tus espaldas niño, porque nunca sabes cuando pueda atacarte
Alex – Te recomiendo lo mismo
Todos veían la extraña conversación de Alex y Kai, se podía sentir la tensión en el ambiente, pero nadie quería interrumpirlos. Fue hasta que Alex siguió con su camino y que Kai se fue al gimnasio que todo regresó a la normalidad. Max, Tyson, Hilary y Kenny se fueron detrás de este último, mientras que Ray, Mariah y Lee seguían de cerca de Alex, estos dos últimos para no perderse en tan enorme casa. Así subieron hasta el último piso, donde todos dormían.
Alex – Disculpen, pero no tuve el tiempo suficiente de arreglar sus habitaciones como es debido. Cada uno tiene una habitación de acuerdo a su gusto, sus preferencias y su personalidad, pero con las suyas no pude hacerlo. Justamente cuando Mariah me llamó, acababan de salir toda la servidumbre a unas bien merecidas vacaciones. Así que estaremos nosotros solos, haciendo los deberes y preparando la comida. Aunque esta ultima tarea es de Ray. Él la pidió primero y nosotros no pusimos objeción – Decía al momento que avanzaban por el largo pasillo – Aquí dormirás tú Lee – Abre la puerta de una habitación, del mismo lado donde están las de Kai y Ray – La tuya es contigua a la de Ray – La habitación no tenía mucho, una cama, una mesita de té, una mesita de noche junto a la cama, un clóset y un baño con bañera – Espero que te agrade
Lee – Si, no hay problema. De cualquier forma no nos quedaremos mucho
Alex – Lástima, espero que cambien de actitud y nos acompañen hasta finalizar las vacaciones – Le entregó la llave a Lee y se dirigió hacia Mariah – La tuya está al inicio de este pasillo
Mariah - ¿Por qué al inicio y no junto a la de Lee?
Alex – Por privacidad, también la de Hilary está al inicio de este pasillo
Mariah – Oh, ya veo – Así siguió a Alex hasta el inicio de aquel enorme pasillo
Alex – Este es – Abrió la puerta, estaba del mismo lado que la habitación de Kai, Ray y Lee – espero te agrade – Dijo mientras entraban. El cuarto era igual de sencillo que el de Lee, una cama, una mesa para el té, una mesita de noche, un baño con bañera – Lo lamento, de haber venido antes o me hubieran avisado con anticipación habría pintado tu cuarto de rosa y le habría puesto un peinador, como en el de Hilary
Mariah – No hay problema, luce muy acogedora
Alex – Muy bien – Comienza a caminar hacia la puerta – Me retiro, los dejo para que puedan platicar y aclarar esta confusión – Dicho esto salió de aquella habitación, dejando a los tres amigos solos
Ray – Mariah¿Qué hacen aquí?
Mariah – Ya te lo dije estaba muy preocupada por ti. No llamaste, prometiste hacerlo
Ray – Ya te dije que lo había olvidado. Lee
Lee – No pude detenerla, insistió tanto, llamó a la oficina del Sr. Dickenson y ahí le dieron el teléfono de su casa. Habló con alguien y henos aquí
Mariah – Fuiste muy desconsiderado Ray
Ray – No crees que si hubiera tenido algún problema los habría llamado – Vio cómo Lee miraba a Mariah con una cara de te lo dije – Nos divertimos tanto, han pasado tantas cosas que, simplemente, perdí la noción del tiempo. Ni siquiera yo puedo creer que ya haya pasado un mes desde que vine
Mariah – Pero así es y... yo me he sentido muy sola sin tu compañía Ray. Te extraño – Dijo sin poder ocultar su tristeza y formándose un incómodo silencio en aquella habitación
Lee – Yo iré a desempacar mis cosas – Dijo tratando de romper aquel silencio y a la vez de salir de aquella habitación. Conocía a Mariah, conocía sus sentimientos, y eso le enfadaba – Vengo después – Dicho esto salió de aquella habitación rumbo a la suya
Ray – Mariah
Mariah – Lo siento – Dijo sumamente deprimida – Es que yo... solamente... quería saber que estuvieras bien – Vio cómo Ray enterneció su mirada
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En la sala principal, el resto de los BladeBrakers entrenaba arduamente. Tyson y Max se enfrentaban con coraje y Kai y Alex, pues, ellos seguían molestos porque después de diez intentos, no lograba haber un vencedor. Esto a Alex parecía ya no molestarle tanto pero por otro lado, Kai parecía que hechaba chispas Si ya saben, como cuando algo no le sale o simplemente ya se hartó de Tyson Cuando finalizó el entrenamiento todos fueron a la cocina, prepararon algo ligero y subieron a sus habitaciones.
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Kai simplemente después del entrenamiento se fue a su habitación, no quería estar con los demás. Estaba muy molesto, aunque no sabía exactamente por que. No, sí lo sabía, le molestaba el hecho de que esa chica hubiera llegado, que hubiera impuesto sus caprichos y que Ray siempre cediera a ella. Seguramente se irían a la mañana siguiente pero ¿Por qué le molestaba el hecho de que Ray se fuera? Es cierto, Ray le había cuidado como un gran amigo, aunque para él no existía la amistad.
Era increíble cómo algo tan simple podía llegar a molestarlo. Además estaba el hecho de ese chico, no poder ganarle en verdad lo estaba perturbando, iba a descubrir el por qué no podía ganarle, iba a descubrir el por qué sus estilos de pelea eran tan similares, iba a descubrir el por qué sentía que los hechos se volvían a repetir, como un dejavú. Iba a descubrirlo esa misma noche.
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En su cuarto Aiko estaba descansando, había sido un día muy pesado, primero vivir sin ninguna servidumbre, prepararse la comida ella misma, limpiar la casa, limpiar su alcoba, entrenar, por un instante creyó que era preferible dejar de lado el entrenamiento, con la limpieza de su casa era más que suficiente para entrenar. Caminó hasta la ventana de su habitación y corrió las cortinas. Abrió la ventana y se recargó en el barandal de aquel balcón.
Era un muy hermoso atardecer, como de un sueño o de una pintura, pero todo indicaba que no iba a durar, inmensas nubes de lluvia se acercaban dando la noticia de que esa noche habría una intensa tormenta y, que al parecer, seguiría por varios días. Salió de su habitación y al cabo de cinco minutos regresó con una charola de té. Presentía que lo iba a necesitar y, generalmente no fallaba en sus presentimientos. La noche ya había caído, los truenos comenzaban a escucharse a lo lejos. Deseaba tomar un baño y así lo hizo.
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En su habitación, Mariah y Ray siguen hablando amenamente sentados uno frente al otro en la cama. Toda la plática había sido tranquila, poco a poco la habitación se volvía más oscura, indicando que la luz del día se estaba apagando y haciendo necesario encender la luz de noche de aquella habitación. Ray había pasado toda la tarde disculpándose por su descuido para con Mariah y esta, disfrutando de su compañía. Estaban solos, era necesario decir la verdad. Era imprescindible y lo haría.
Ray – Mariah – Dijo al notar que su compañera no prestaba atención
Mariah - ¿Qué? – Saliendo de sus pensamientos
Ray - ¿Qué te ocurre, has estado muy pensativa?
Mariah – Oye Ray. Dime ¿Eres feliz?
Ray – Claro que sí. Tengo a mis amigos y tengo a Drigger
Mariah – Pero ¿Eres feliz con nosotros, conmigo? – Dijo queriendo plantear bien la pregunta
Ray – Claro que sí Mariah
Mariah – Ray¿Me quieres?
Ray - ¿Por qué haces estas preguntas?
Mariah – Contesta por favor
Ray – Claro que sí, sabes que te quiero mucho
Mariah – Levantándose y dándole la espalda a Ray – Tanto como para quedarte conmigo para siempre
Ray – Pues yo... – No sabía que contestar
Mariah - ¿Ray?
Ray – Mariah yo... – Ve que está haciendo algo porque sus manos se están moviendo – Mariah, no sé que contestar, nunca me lo había preguntado – Ve que Mariah deja caer su blusa china al suelo y se asusta - ¡Mariah qué estás haciendo! – Ve que la chica comienza a bajar sus pantalones y se quita los zapatos - ¡Mariah deja de estar jugando! – Dice completamente sonrojado y alarmado al ver que la chica se quita la cinta de su cabello y voltea a verlo - ¡Mariah! – Baja la mirada
Mariah - ¿Por qué no me miras Ray?
Ray – Con la mirada gacha sin ver a Mariah – Mariah, no sé lo que pretendes con este juego, pero no me agrada
Mariah - ¿Quién dijo que estaba jugando? – Decía al tiempo que se acercaba a un ya más rojo que un semáforo Ray
Ray – Sin ver todavía a Mariah – Por favor Mariah, detén esto y vístete
Mariah – No quiero – Se sienta junto a Ray – Ray... yo te amo
Ray – Volteando a ver por reflejo los ojos de Mariah - ¿Pero qué...? – Su pregunta había quedado inconclusa. Algo le impedía hablar. Mariah lo había besado
Ray en realidad estaba en shock, no respondía al beso, no sabía que hacer. Este juego, según él, no iba por buen camino. Era imposible que aquella niña con la que se había criado le estuviera confesando un sentimiento tan profundo, era imposible. Debía ordenar sus pensamientos, no prestaba atención a lo que aquella "niña" le hacía. Debía pensar, debía aclarar todo ese mar de confusiones que se había formado por aquel simple beso.
Mariah por su parte comenzaba a desabrochar la camisa de Ray Dos pequeñas aclaraciones, por sino había quedado claro Ray y los demás BladeBrakers tienen la misma ropa con la que aparecieron en la primera serie; La segunda es que Mariah no está desnuda, está en ropa interior y metía sus manos por la segunda. Estaba totalmente extasiada por el cuerpo de su "amado"
Como pudo introdujo su lengua dentro de la boca de Ray, quien seguía sin captar nada de lo que ella le hacía pero, o Mariah no le importaba o creía que Ray estaba demasiado asombrado por su confesión que todavía no podía responderle. En todo caso no le importaba. Mariah comenzó a besar el cuello de Ray y, al poco rato quitó la camisa azul de este. Ella por su parte, ya se había quitado el sostén, para poder sentir su piel pegada a la de él. Su sueño hecho realidad.
Cuando hubo hecho esto, siguió con la tarea de besar el cuello de Ray, este por su parte comenzaba a reaccionar ante las caricias pero sin responderlas, su respiración iba en aumento. Mariah, como pudo, quitó los zapados y los pantalones de Ray, dejándolo solamente en boxers. Al ver un bulto en ellos, no pudo disimular una sonrisa. Así empezó a acariciar el miembro excitado de Ray por encima de los pantalones. Eso hasta que un susurro salió de la boca del nekojin
Mariah se paró en seco, no podía creer lo que salía de su boca. Era ella la que estaba haciendo todo el trabajo, no se había molestado ni siquiera porque Ray no le respondía las caricias y todavía tenía el descaro de decir su nombre con ella enfrente. Pequeños truenos se alcanzaban a oir a lo lejos. Simplemente no lo podía creer. Había quedado en shock. Ray por su parte, al ya no sentir ninguna caricia, pudo despertar sus sentidos, medio recordando qué era lo que pasaba.
Al ver a Mariah casi desnuda, a no ser por sus pantaletas, y a él también en la misma posición a no ser por sus boxer, no pudo más que pararse de la cama, donde se podría decir que ya estaba acostado. Su shock había sido tan grande, que se puso muy pálido, se podría decir que era una hoja de papel en blanco. ¿Qué había estado a punto de hacer¿Y ante Mariah?
Ray – Mariah yo... – Dijo intentando buscar una disculpa
Mariah – Dime por qué Ray – Ray no entendió la pregunta – Yo siempre he estado contigo en las buenas y en las malas, he crecido contigo, hemos convivido tantos buenos momentos. Te apoyé cuando dejaste el aequipo de los White Tigers, a pesar de que todos te dieron la espalda. ¿Por qué no me quieres¿Por qué no me amas, si yo te amo? – dijo esto último al borde de las lágrimas - ¡Y todavía tienes el descaro de mencionar a esa persona enfrente de mí¡Yo era la que te daba esas caricias, con tanto amor, y dices su nombre! – Decía a punto de gritar, con lágrimas corriendo por sus mejillas y notablemente consternada - ¿Por qué? – Dijo casi en un susurro
Ray – Mariah yo... – Decía mientras recogía su ropa de donde había ido a parar – No sé que contestarte – Decía mientras se comenzaba a vestir – Mariah, yo no te amo – Dijo ya sin rodeos al fin – Mariah, es cierto, tu me apoyaste en todo momento, no importando lo difícil que fuera, no importando si los demás te odiaban, tu siempre estuviste a mi lado pero... – Dijo ya terminando de vestirse y amarrando su cinto – Pero yo no te puedo ver más que como a una hermana
Mariah – Primero en un susurro - ¿Una hermana? – Luego gritando - ¿Una hermana¿Cómo puedes ser tan desconsiderado? No té entiendo¿Crees que en realidad se va a fijar en ti? Piénsalo bien Ray¿Y si te rechaza?
Ray – Viviré con eso
Mariah – Yo puedo darte todo lo que esa persona te dé y mucho más
Ray – Pero no sería amor. Te estaría engañando
Mariah – No me importa. Por favor
Ray – Mariah no puedo. Para mí siempre serás aquella pequeña niña con la que solía entrenar, aquella amiga incondicional que me apoyó hasta en los peores momentos, aquel ser con el que siempre contaré no importando el lugar, la hora ni la distancia. Por favor tú Mariah, no quiero perder tu amistad
Mariah – Pero a mi no me basta la amistad. Yo quiero tu amor. Yo te amo
Ray - ¡No! – Dijo ahora alzando la voz – Tú no sientes amor por mí Mariah, es simplemente una admiración profunda. Piénsalo bien, desde siempre te he ayudado, desde siempre me has visto entrenar, te enorgullecías de ser mi amiga porque jamás me daba por vencido. Siempre dando lo mejor de mí. Siempre buscando ser el mejor. Siempre buscando perfeccionarme junto con Drigger. Recuérdalo, hasta tú misma lo dijiste.
Mariah – Pero ese sentimiento fue creciendo...
Ray – Al punto que lo confundiste – Finalizó
Mariah seguía sentada en la cama, con sus senos al aire, sin ninguna protección para su cuerpo. Se sentía estúpida, un verdadero fracaso. Había sido rechazada, por la persona que amaba o creyó amar. Se sentía vacía, sola, se ahogaba y no había nadie a quien pudiera pedirle ayuda, alguien que le lanzara un salvavidas. Mares de lágrimas caían por sus ojos sin poder contenerlas, sin querer contenerlas. Los truenos que antes sonaban distantes ahora eran más fuertes, dejando ver ases de luz desde fuera que parecían querer romper el cielo y acompañar a aquella chica cuyo corazón había sido destrozado.
Mariah - ¿Qué harás si te rechaza¿Volverás a nuestro pueblo?
Ray – No
Mariah - ¿Qué?
Ray – Sería provocarte un dolor constante y una vergüenza total si alguien llegara a descubrir esto. No podría, no quiero herirte más de lo que he hecho esta noche. Por favor Mariah, discúlpame – Dicho esto se da media vuelta y sale de la habitación, dejando a una desconsolada Mariah llorando inconteniblemente - /Espero que algún día me puedas perdonar/ Qué dramático me salió, debo dejar de ver telenovelas
Ray salió de aquella habitación abatido, confundido, no por lo que su "amiga", al menos hasta hace algunos instantes, le acababa de confesar sino, también por el hecho de haber dicho su nombre mientras Mariah le hacía todas esas caricias. En verdad le debía a Mariah el hecho de haberse dado cuenta de sus sentimientos hacia esa persona hasta el punto en que le deseaba, con locura. Con esto entró a su habitación para quedarse sumido en un mar de confusiones.
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Una chica se encontraba en su habitación descansando, era Hilary, durante toda su estancia (o al menos la mayor parte) en esa mansión, había entrenado con los demás chicos, solamente en el gimnasio, no podía competir con ellos porque simplemente ella no tenía un Beyblade, no lo entendía y no tenía una bestia bit. Además, si intentaba algo por el estilo Tyson se burlaría. Tyson, volvió a pensar en aquel chico.
Su cuerpo le reclamaba un descanso, en verdad estaba agotada pero, el esfuerzo había valido la pena. Era delgada, esbelta y había bajado de peso. Su cuerpo había adquirido una condición y resistencia envidiable, aunque las consecuencias eran que terminaba absolutamente cansada. Se dirigió al baño y se dio un merecido baño con agua caliente. Después de diez o quince minutos estaba afuera, sus músculos ya se habían relajado, pero no así sus pensamientos. Seguía pensando en aquel obstinado, engreído, enojón chico peliazul y en lo que le hacia sentir.
No estaba muy segura si lo que le decía cuando estaba enfadado lo hacía con toda la intención de herirla o simplemente lo decía sin tomar en cuenta el impacto de sus palabras. El punto era que la lastimaba. Aún así, ella lo quería. Más aún, ella lo amaba. Tenía que decírselo, tenía que tomar el paso inicial. Tenía que armarse de valor y confesarle sus verdaderos sentimientos pero, aún no podía.
Tenía que apresurarse eso lo sabía, tenía miedo. Estaba temerosa, aunque no sabía el porqué. No podía guardar más estos sentimientos, necesitaba decirle lo que sentía y así lo haría. Necesitaba fuerzas pero, lo haría lo más pronto posible. No por nada erala más lista y fuerte chica de todo el equipo, además de ser la única. Kenny ya se lo había dicho cuando Tyson la lastimó. Ella era fuerte, no se dejaba abatir por nada, esa era una cualidad que cualquiera le envidiaría. Además del coraje y determinación que poseía y, por esas cualidades le diría sus sentimientos. Pensando todo esto, no se dio cuenta cuando se quedó dormida en aquella reconfortante cama escuchando los truenos que se escuchaban a lo lejos, arrullándola.
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En otro cuarto, dos chicos se encuentran jugando videojuegos. Últimamente habían formado un lazo de amistad incomparable. No es que no lo tuvieran con el resto del equipo, solamente que entre ellos dos este se había hecho más fuerte. No por nada su amistad había sobrevivido a eternas peleas, discusiones y conflictos varios, la mayoría provocado por el peliazul. El rubio no podía causar tales alborotos, era demasiado tierno, demasiado infantil, demasiado lindo, demasiado apetecible.
Todos estos pensamientos se acumulaban dentro de la cabeza de ese chico con cabello largo y azul oscuro. El chico rubio se concentraba en seguir jugando, sin prestar mucha atención a su alrededor, sin notar que el otro chico le observaba detenidamente cada una de sus facciones, cada uno de sus movimientos, cada una de sus miradas, su forma de respirar, de hablar, en fin, de todo. En verdad adoraba a aquel chico rubio y de mirada color del cielo Que... cursi... qué diablos me pasa
Recordó como una ocasión estuvo a punto de besarlo, claro sin que este se diera cuenta, pero la suerte ese día no estaba de su lado. La tarde iba desapareciendo, su cuarto se hacía cada vez más oscuro pero era iluminado por la pantalla del televisor. A lo lejos lograba escuchar pequeños truenos, muy distantes, no había nada por qué alarmarse. Siguió viendo al pequeño, a aquel ser que le hacía permanecer en vela pensando solamente en su sonrisa. A aquel ser que le volvía loco. No supo cuanto tiempo había pasado.
Truenos. Cada vez más cerca, los podía escuchar y a la vez no sabía que existían. Simplemente seguía su mirada fija en el rubio. Poco a poco se levantó de la cama donde estaba recostado y se aproximó con paso sigiloso al de su compañero. Lentamente, como un león que quiere atrapar una presa. Pasos lentos, no hace ruido. Se encuentra detrás del pequeño y se inca, acerca su rostro a su cuello, intentando así despertar el deseo del otro y a la vez calmar el suyo propio. Más cerca, más deseo, más desesperación, más... Un trueno que retumba por todo el lugar alarmando al más chico y haciéndole pararse de golpe
Max - ¿Tyson? – Ve que su amigo se soba la cara - ¿Qué haces?
Tyson – Tu cabeza está muy dura ¿Qué te pasó?
Max – Me asusté con el trueno, no me lo esperaba ¿Tú que hacías detrás de mí?
Tyson – Notablemente nervioso al no saber que contestarle al que, momentos antes, había estado a punto de besar – Pues... yo... verás... – Suelta una risita nerviosa – Verás amigo, la verdad yo quería asustarte, pero veo que el trueno se me adelantó – Volvió a reír nerviosamente
Max – Ya veo – dijo sin estar muy seguro de creer las palabras del peliazul.
Aún con cierta desconfianza el rubio volvió a su juego, mientras el peliazul maldecía en silencio su estúpida suerte, su mala fortuna y al maldito destino que estaba en su contra. Regresó a la cama donde había estado observando al chico en silencio, para volverlo a hacer. Por el momento tendría que conformarse con eso. Le confesaría su amor al rubio, no importando quién se interpusiera en su camino. No permitiría que nadie se le adelantara, ni siquiera Ray.
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Otra habitación, otra vida. Un chico tecleaba fervientemente en su computadora. Preocupado notoriamente, por una chica. Una chica que en ese transcurso de los años, aunque al principio la encontraba irritable, había aprendido a apreciar. Admiraba su forma de ser, su coraje y determinación sin embargo, le preocupaba sus sentimientos. Ella misma, al ganarse su confianza, le había confesado sus sentimientos por cierto chico peliazul.
No sabía todavía el por qué exactamente, pero le molestaba esto. Para él su amiga merecía a un chico mejor. Conocía perfectamente a Tyson y él no era lo mejor para ella. No es que odiara a Tyson, simplemente era que él era tan cerrado en su mundo, en lo que quería y deseaba, que a veces llegaba a lastimar a sus amigos y a las personas que le rodeaban por conseguirlo, por su obstinación, su orgullo y su estupidez.
Exactamente, Tyson era un estúpido Lo bueno es que es su amigo ¿eh? Y ella era inteligente. Hilary era muy inteligente, desperdiciaría su vida y su potencial al lado de él. Aún así tenía una esperanza, y esta era que Tyson la rechazara, así él podría estar ahí para consolarla ¿Consolarla¿Por qué? Es cierto, eran amigos, pero él era muy tímido y nunca sabía que decir. Aunque ya lo había hecho una vez, y le había salido bien.
Deseaba que el peliazul la rechazara, para que ella viera que en verdad no estaba perdiendo nada, para que viera que existen mejores chicos, para que se fijara en otros chicos, para que se fijara en... Sus pensamientos se detuvieran al momento de encontrarse en un callejón sin salida y, al mismo tiempo, dejó de teclear No pregunten cómo le hace, yo no puedo Este acto repentino hizo alarmar a una de sus mejores amigas, aunque en primer lugar fuera una computadora y en segundo lugar fuera una bestia bit que encerró ahí por error.
Logró escuchar truenos que poco a poco comenzaban a ser más fuertes. No los había escuchado antes por estar pensando, eso siempre le pasaba, cuando estaba reflexionando el mundo externo desaparecía para él, pero, cuando ella le hablaba, era como si tuviera una llave especial que lo sacaba de cualquier ensimismamiento al instante. Ella tenía el poder. Su amiga estaba preocupada, le llamaba constantemente desde la pantalla de su laptop, tenía miedo que a su amigo le hubiera ocurrido algo.
Descartó los temores de esta y comenzó a teclear nuevamente. Sus pensamientos eran un mar de confusión Pobrecitos todos, los dejé bien confundidos, les va a doler la cabeza Apreciaba a Hilary, la quería mucho, a pesar de lo irritable que puede ser a veces. Pero cuando está irritable es cuando está con Tyson, tal vez si la alejara de él, su carácter sería más calmado, más alegre, como sólo él la conocía. Sus esperanzas estaban puestas en algo que le destrozaría el corazón a la chica pero, por el bien de la misma, ese dolor debía pasar.
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Un chico estaba recostado boca arriba en su cama, utilizaba el techo para pensar. Escuchaba cómo los truenos que hace rato se escuchaban lejos, ahora se escuchaban potentes, indicando que la tormenta no tardaría en comenzar. Había tomado una determinación, si quería descubrir qué era lo que tanto escondía ese chico, qué era lo que tramaba, lo haría esa misma noche, aún si tuviera que encararlo, aún si tuviera que amarrarlo y obligarlo. Esa noche no pasaría otra noche cuestionándose.
Salió de su habitación a aquel pasillo que ya había memorizado y vió la puerta de lo que él consideraba era su enemigo. Caminó hacia esa puerta con la determinación de que si no le abría, la tiraría, no importando si los que habitaban ahí se daban cuenta, sin embargo su asombro fue mayúsculo (sin demostrarlo) al ver que aquella puerta estaba abierta. No tuvo la precaución de cerrarla. Grave error.
Entró a la habitación sin hacer el menor ruido, todo con el propósito de sorprenderlo y no darle tiempo a escapar, aunque estaba en desventaja porque era terreno desconocido. Todo estaba a oscuras, no había ninguna luz que iluminara aquel lugar. Poco a poco su vista se fue acostumbrando a la oscuridad. Ases de luz iluminaban momentáneamente la habitación entrando por la ventana, la tormenta no tardaría en comenzar en cualquier instante.
Una vez que su vista se acostumbró a aquella oscuridad, su asombro fue mayor al anterior al poder ver detenidamente la habitación. No había nadie ahí pero, aquella habitación no era lo que uno esperaría de un sujeto como él. Tonos claros para las paredes, cortinas de gasa que caían delicadamente sobre unos postes para dar privacidad a la cama. Muñecos de felpa de toda clase. Un peinador. Tranquilidad. Armonía. Esa en definitiva era una habitación extraña, y más extraño iba a ser lo que iba a encontrar.
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Un cuarto con azulejos blancos, un denso vapor blanco no dejaba ver claramente el lugar. Había una bañera y un jacuzzi. Dentro la bañera había alguien, cubierto por espuma, relajando su cuerpo por lo que se conjeturaba agua caliente. Se sentía bien. Ese día había sido muy agotador. Ya no soportaba la presión. Metió su cuerpo entero a la bañera dejando que su largo cabello se mojara.
Escuchaba los truenos, le encantaba escucharlos, le traían dulces y a la vez amargos recuerdos que, en realidad, en ese instante no valía la pena decir ni profundizar. Alejó aquellos recuerdos. Su cuerpo se relajó completamente. Terminó su baño. Salió del agua con una finísima capa de esta cubriendo aún adherida a su cuerpo. Su cabello escurría el agua que le sobraba. Comenzó a secar su cuerpo
Le fascinaba sentir el agua sobre su piel. Le encantaba poder aclarar sus pensamientos en un relajante baño. Añoraba los años con aquel chico a quien tanto quiera, aunque hubieran sido pocos. Tendría que decírselo, antes de que se fuera. Después de todo esa era la razón por la que los hizo venir. Su cuerpo estaba seco, se envolvió en la toalla. Tomó otra para secar su cabello, así salió de aquel cuarto.
Pudo ver su habitación a oscuras, le gustaba estar a oscuras cuando se sentía abatida, pero ahora esa no era la razón. La razón era que quería ver los rayos y escuchar los truenos surcando y rasgando el cielo, queriendo partirlo en dos. Pasaba una toalla por su muy mojado cabello intentando secarlo, mientras iba dejando un rastro de agua en la alfombra. Caminó lentamente a su cama y se sentó en ella, fijando su vista en aquella gran ventana.
De pronto algo le hizo sobresaltarse. Algo estaba fuera de lugar, conocía su habitación de sobra para saberlo. Algo no estaba bien. Se paró de donde estaba y comenzó a caminar por aquella habitación, manteniendo una mano sobre el nudo de la toalla que cubría su cuerpo desnudo. Lentamente pasó su vista por todos los rincones de la habitación, hasta que pudo ver.
La puerta del cuarto de baño hacía escuadra con la principal. La segunda estaba totalmente cerrada, no había problema en ello pero, la puerta del baño lentamente se estaba cerrando, no era acción del viento, porque ahí no había, no era un fantasma porque simplemente ella no creía en eso. Era algo mucho pero. Lentamente algo se acercó a ella, poco a poco distinguía esa figura.
? – Así que esto era lo que tanto escondías
Aiko – K... Kai– Dijo sumamente asombrada al momento que sus manos caían a los costados y la toalla caía al suelo, dejando ver su cuerpo desnudo ante el intruso
Kai – Y veo que era un secreto muy grande – Dijo con burla al momento que pasaba su vista de abajo para arriba sobre el cuerpo de Aiko
NOTAS DE LA AUTORA
Wow, este me gustó. Ha sido uno de los que más me ha gustado. Empecé un poquito lento pero el resultado fue estupendo. ¿Qué les pareció el momento entre Ray y Mariah? Apuesto a que los asusté. ¿Creyeron que se lo iba a quedar? Pues no. En un principio, cuando idee este fic, esa era la idea principal, pero después cambié de idea. Mejor que sufra, al menos por un tiempo.
¿Les gustó el susto¿Entendieron la trama¿Los maree¿Ya saben lo que va a pasar¿Saben a quién se refería Ray caundo Mariah lo acariciaba¿Paquita la del barrio, de qué barrio será¿Volveré a hacer un fic largo? Esperen, conozco la respuesta a esta última: Ni en broma (Aunque yo nunca cumplo mis promesas XD)
Ah si ya me acordé los reviews para que nadie se me enoje de que no respondo (y ahora que si recibo )
H.fanel.K: Bueno primero lo primero, lo que pasa es que como ya lo había dicho este lo volví a subir, ya lo tenía desde antes, desde hace como un año pero me lo borraron TT y ahora para que vean que hierva mala nunca muere pues he aquí de nuevo mi fic. Lo subo por trozos porque así como que es más emocionante ne? Y segundo no pasa lo que me pediste me gustaría cambiarlo pero técnicamente tendría que cambiar totalmente la trama y son como 13 capítulos los que faltan y... te imaginas volver a escribir tantos capítulos. Por último... darte consejos me encantaría aunque te voy a decir algo, cada uno tiene un estilo único de escritura y lo plasma en cada cosa que hace, yo creo que también tienes un buen estilo, pero si quieres ayuda solamente dime en que y yo con gusto te la brindo
ArIaNa/////// Este... eh bueno ya verás que pasa XD
Minna Arigatou
Mata nee
