Aclaraciones preliminares:

Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;

Este fanfic se realiza sin fines de lucro

Las acotaciones son

/Lo que el personaje piensa/

oooooooo Cambio de escena

Lo que yo digo

(Algún comentario)

/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/

CAPITULO 14

LA VERDAD

¿? – Así que esto era lo que tanto escondías

Aiko – K... Kai– Dijo sumamente asombrada al momento que sus manos caían a los costados y la toalla caía al suelo, dejando ver su cuerpo desnudo ante el intruso

Kai – Y veo que era un secreto muy grande – Dijo con burla al momento que pasaba su vista de abajo para arriba sobre el cuerpo de Aiko

Aiko – Sin salir de su asombro - ¿Qué... qué haces aquí?

Kai – No estás en posición de preguntar. Di quién eres – Dijo con voz autoritaria

Aiko - ¿Qué no lo ves? – dijo reponiéndose poco a poco del asombro y recogiendo la toalla para cubrir su cuerpo – Soy Alex, ¿Nunca te enseñaron a no entrar a la habitación de una chica?

Kai – Da la casualidad de que tú eras un chico

Aiko – Las sorpresas que nos dan la vida ¿No crees?

Kai – Quiero respuestas y las quiero ahora. ¿Quién eres?

Aiko – Bien – Dijo haciendo de nuevo el nudo de la toalla y sujetándolo fuertemente, para que no volviera a caérsele – Mi nombre, en realidad, es Aiko

Kai - ¿Aiko?

Aiko – ¿Te quedaste sordo de la impresión?

Kai – No juegues conmigo niña boba. ¿Para qué nos trajiste aquí?

Aiko - ¿Podrías darte media vuelta? Desearía vestirme en privacidad

Kai – Ni lo sueñes. Contesta

Aiko – Primero quisiera vestirme. No me gusta que me observen mientras lo hago, mucho menos si es un chico

Kai – No me importa, si quieres vestirte tendrás que hacerlo con mis reglas

Aiko - ¡Claro que no, no quiero vestirme frente tuyo!

Kai – He dicho

Aiko – Caminando hacia su cama – Nunca cambiarás. Desde niño has sido así – Decía al tiempo que bajaba las cortinas que protegían su cama – No tendrás inconveniente si me cambio aquí ¿Cierto? Son casi transparentes, así podrás ver mi silueta y te cerciorarás de que no escape

Kai – Contesta mi pregunta

Aiko – Tomaré eso como que si puedo hacerlo – Subió su cuerpo a la cama y comenzó a cambiarse – Bien, como ya te dije mi nombre es Aiko, Aiko Sumeragi y en verdad soy la sobrina del Sr. Dickenson, pero detrás de eso hay mucha verdad. Los traje aquí para poder revelar esa verdad Kai. Tú y yo ya nos conocíamos, hace ya muchos años. Pero tu no me recuerdas – Sale del lugar donde estaba – Los traje aquí porque quería verte Kai

Kai – ¿Para qué?

Aiko – Pues... – Comenzó a dudar – Yo... verás no sé como vayas a tomar esto – Vio que Kai se comenzaba a impacientar – Kai yo... Mejor comienzo desde el inicio.

Kai – Mi paciencia tiene un límite, y estás llegando a él

Aiko – Muy bien aquí vamos. Hace años, la abadía hizo algo sin precedentes, es decir, nunca había actuado bajo la ley, pero no estaba relacionado con eso. El lugar era una especie de instituto de continuo entrenamiento para preparar a los mejores beyluchadores del mundo sin importar las consecuencias. Claro que esto ya no sabías. El punto es que, ahí aceptaron a alguien singular, la abadía era para hombres, los creían los mejores, sin embargo me aceparon a mí. Yo estuve en la abadía, entrenando incansablemente, buscando ser la mejor, buscando la aceptación. No me importaba que Boris me maltratara, me lanzara a los calabozos o que me insultara, todo era por poder demostrar que podía. Era para demostrarte que podía hacerlo Kai, era para pagarte el favor que me hiciste, para demostrarle a mi padre que no era un pecado que hubiese tenido una chica, para demostrarles a todos que yo podía ser tan fuerte como tú. Para demostrarle a mi abuelo que podía confiar en mí también – Llegado este punto calló

Kai – Un tanto confundido - ¿Qué intentas decirme?

Aiko – Kai, yo soy... tu hermana. Tu hermana gemela más exactamente – Encendió la luz de su habitación. Un haz de luz cruzó el cielo iluminándolo completamente en medio de la noche y con él, la tormenta se desató. Vestía ahora una blusa muy pegada a su cuerpo, que dejaba ver claramente la silueta de una hermosa adolescente, casi mujer. Un pantalón de mezclilla hacía forma con su cintura, su cabello suelto y largo, llevaba unos tenis y parecía traer algún objeto de oro en el cuello.

Kai no lograba comprenderlo ¿Una hermana, gemela? No lo creía. Con la luz de noche y sin esa gorra, pudo ver su cabello claramente. Era cierto, su fleco era azul fuerte, como siempre había dejado ver pero, el resto que llegaba hasta la cintura, era de color azul claro, como el de él Colores invertidos Sus ojos siempre los había visto, bueno en realidad no, no le gustaba hacer eso, pero ahora lo hacía.

Eran un rojo rubí inconfundible, iguales a los de él. Debo dejar de ver digimon, en definitiva Se creó un silencio entre aquellos seres. Se podía escuchar el viento fuertemente azotando a los árboles, meciéndolos con fuerza y sin piedad. Intensos rayos con truenos. Gruesas e incesantes gotas de lluvia caían sin piedad mojando todo a su paso de forma inmediata.

Kai – Sin mostrar asombro alguno, pero lo sentía – No juegues, ya te dije que mi paciencia se está agotando

Aiko – Sumamente apesumbrada - ¡Es verdad creeme! ¡Tu no lo recuerdas, pero yo sí! ¡Lo recordé cuando mis padres me lo dijeron!

Kai – Tonterías – Se dio media vuelta para salir del lugar

Aiko - ¡Es cierto! ¡Creeme! – Dijo casi a gritos - ¡Tu camafeo! – Dijo recordando - ¡Tu camafeo tiene la respuesta!

Kai – Sin voltear a verla – Ese camafeo no sirve. Nunca lo he podido abrir

Aiko – Ni yo el mío – Sacó algo de su cuello que, con la oscuridad, Kai no había visto – Es porque necesitan estar juntos. El mío sirve de llave para el tuyo.

Kai – Explícate

Aiko – Cuando vi que no podía abrirlo, usé todos los recursos que tenía a mi disposición, para saber quién lo había fabricado. Un camafeo así es único. Pregunté en todas las joyerías del mundo si alguien lo había fabricado, hasta que di con el creador. En una parte de Rusia. Él me dijo que una mujer le había llevado piezas de oro para que los fabricara, quería que se pudieran abrir si solo estaban los dos juntos, para cada uno de sus hijos.

Kai – Mientes, en lo que a mí respecta, pudiste robarlo.

Aiko – Pero hermano yo...

Kai – Yo no tengo hermanos – Caminó hacia la puerta, pero algo lo empujó

Aiko – Corriendo hasta perderse - ¡Eres un idiota! ¡Ya no eres el que conocí! – Decía mientras bajaba las escaleras corriendo

Kai – Hermanos – Rió ante el pensamiento. Caminó de nuevo hacia su cuarto y cerrando la de Aiko, pero una voz lo detuvo

¿? - ¿Kai?

Kai - ¿Ray? – Sintió su corazón latir de prisa – Creí que estarías con Mariah

Ray – Encogiendo los hombros – Algo pasó. Dime ¿Qué era todo ese ruido? – Vio que Kai también encogió los hombros – Bueno, no importa – Dio media vuelta para entrar a su cuarto

Kai – Ray – Vió a Ray verlo – Supongo que te vas a ir después de que tu amiguita vino – Dijo un tanto molesto

Ray – Un tanto apenado y decaído – Pues... en realidad no... Ya no voy a volver a mi pueblo

Kai - ¿Qué quieres decir?

Ray - ¿Te importa si te lo digo luego? Ahora, en verdad estoy muy cansado – Kai solamente encogió los hombros – Buenas noches Kai – Volvió a su cuarto

ooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Incesantes gotas de lluvia caían, una sombra en la oscuridad corriendo desesperadamente, se dirige al bosque, a la parte profunda, una vez ahí, se pierde. Un chico observa todo desde una ventana en lo alto, se queda pensando, analizando lo que había visto. No estaba solo, ni siguiera esa era su habitación. Otro chico de cabello largo y color azul oscuro lo acompañaba. Era Tyson.

Tyson - ¿Max?

Max - ¿Eh? – responde como quien sale de un trance

Tyson – Te acabo de decir que ya perdí, tú eres el que sigue

Max – A... si – Dice no prestando mucha atención

Tyson - ¿Qué te sucede? – Dice ante la notoria falta de interés de su amigo a seguir jugando videojuegos

Max – Me... pareció ver a alguien... bajo la lluvia – Señala un punto lejano – Iba al bosque, hacia donde Alex nos prohibió ir pero... No pude reconocerlo

Tyson – Restándole importancia – Tal vez era él. Si él es el único que puede ir, es lo más probable

Max – Volteando a ver a Tyson – Si, tal vez tengas razón

Tyson – Bien, tú eres el siguiente

Max – De acuerdo – Dijo al tiempo que caminaba a la consola

Max se entretenía jugando mientras que Tyson se quedó detrás de él, observándolo detenidamente. No sabía cuanto tiempo podría soportar todos esos deseos que se aglomeraban en su corazón, y en otras partes. La tormenta había empezado, así que Max había dejado de asustarse cuando escuchaba un trueno. Lentamente su cuerpo comenzó a moverse mecánicamente hacia donde estaba el pequeño.

No sabía exactamente que estaba haciendo, se movía sin pensarlo, era como estar hipnotizado. Eso era, estaba hipnotizado por aquel pequeño ser rubio. Lentamente se colocó detrás de él, sin ser percibido por el que miraba fijamente la pantalla del televisor. Acerco su cara al cabello del rubio y aspiró lentamente el aroma que este desprendía. Poco a poco fue bajando su cabeza hasta colocarla entre hombro y el cuello. El rubio se percató de la presencia del peliazul. Era el momento de la verdad.

Max - ¿Tyson? – Dijo sumamente sorprendido al sentir a Tyson recargado en él - ¿Qué haces?

Tyson – Max... yo... – Dijo vacilante al inicio

Max – Tyson, dime qué sucede – Dijo al tiempo que se volteaba para verlo directo a los ojos

Max – Max yo... – Era el momento – Me gustas – Dijo finalmente sin rodeos

Hubo un ruido repentino indicando que el juego había terminado después, silencio total. El rubio no daba cabida a lo que acababa de escuchar. Estaba muy asombrado pero... no sabía lo que él sentía. No sí lo sabía. El peliazul lentamente acercó su rostro al del rubio, primero rozando los labios y después besándolos tiernamente. Max no podía responder al beso, aún estaba en shock, pero no le importó a Tyson.

Lentamente Max comenzó a responder el beso, haciéndolo cada vez más profundo, más apasionado, más frenético, al punto que tuvo que recargarse en sus manos para no caer de espaldas. Como pudo, Tyson logró hacer que Max abriera la boca y cuando el trabajo estuvo hecho, introdujo su lengua dentro de ésta explorando cada rincón. Max solamente pudo ahogar un gemido en aquella posición. Pronto la necesidad de respirar se hizo presente, haciendo imprescindible que se separaran. Ambos respiraban agitados. Ambos estaban asombrados

Tyson – Con la mirada oculta – Max yo... – Se quedó sin palabras

Max – Tyson yo... – No sabía qué decir. Se quedaron en silencio

Tyson – Discúlpame – Dijo finalmente, Max se sobresaltó – Sé... que probablemente tú no sientas lo mismo por mí... que tal vez tu estés enamorado de otro... como Ray... pero tenía que decírtelo... creí que podría ocultarlo, mantenerlo o ignorarlo, cuando volviste me sentí muy feliz sin embargo... cuando te vi con Ray... supe que no tendría oportunidad... pero al menos debía intentarlo – Dijo notoriamente triste – Solo... quería que lo supieras... lo... – Sus palabras fueron suspendidas, no podía hablar. Max lo había besado

Max – Rompiendo el beso y sonrojado - ¿Quién te dijo esa mentira? – Vio que Tyson no le entendía – Yo no quiero a Ray, bueno si lo quiero pero sólo como un buen amigo, tal como a Kenny, a Hilary o inclusive a Kai y Alex

Tyson – Eso quiere decir...

Max – Te amo Tyson – Finalizó

Tyson no pudo hacer más que besarlo, tan suavemente como lo había hecho la primera vez, pero con más amor. Poco a poco se fueron recostando, Tyson estaba encima de Max, ejerciendo presión pero sin aplastarlo. Sus lenguas se mezclaban, jugaban, cada uno la metía en la boca del otro, al mismo tiempo que daban gemidos leves y escuchaban los de su compañero.

Poco a poco Tyson comenzó a bajar los tirantes del overol chicoché, pechera, no sé cómo le digan, más fácil, el que se ponen los pintores o jardineros y cuando estuvieron abajo, metió sus manos dentro de la playera de Max. Éste por su parte le había quitado ya la gorra a Tyson y había desamarrado su cabello, dejándolo suelto.

Tyson apresuró a quitarse la camisa sobrepuesta que llevaba y sus guantes y comenzó a meter de nuevo sus manos por debajo de la playera de Max, quien cuando sintió las manos de Tyson, no pudo evitar soltar un gemido, el contacto lo hacía estremecerse, su cuerpo templaba sin que él tuviera frío. De hecho tenía calor, mucho calor. Su cuerpo comenzaba a subir de temperatura y este se veía reflejado en sus mejillas.

Las caricias eran frenéticas, Tyson poco a poco sacó la camisa de Max dejándolo al descubierto. Los besos que antes se encontraban explorando la boca, lentamente fueron descendiendo al cuello, luego al pecho, besaba todo su cuerpo con deleite. Max simplemente intentaba reprimir los gemidos que su boca quería sacar. Gemidos de placer a lo que Tyson le hacía.

Tyson era quien tenía el control, tenía las riendas, rápidamente se quitó la playera amarilla y juntó su cuerpo con el de Max, estaba sumamente extasiado, excitado por el cuerpo del pequeño norteamericano que estaba frente a él. La ropa se fue convirtiendo en un obstáculo no deseado, y sin siquiera darse cuenta se vieron desnudos uno frente al otro. Estaban en el suelo, desnudos, excitados.

Tyson tomó el cuerpo de Max entre sus brazos y lo depositó en la cama. Ahí siguieron las caricias. Tyson tomó el miembro de Max entre sus manos y lo comenzó a masturbar lentamente. Éste por su parte no podía mas que gemir, gritar, sudar, su espalda se curvaba sin poder evitarlo, lentos movimientos de arriba a abajo eran realizados en su pene por Tyson. De un momento, Max ya no pudo resistirse y eyaculó en las manos de Tyson. Estaba cansado, extasiado, sudando y sumamente sonrojado.

Tyson - ¿Te encuentras bien? – Dijo con respiración agitada

Max – Respirando entrecortadamente – Sí, eso fue... grandioso

Tyson – No fue nada – Paró de pronto y lo miró a los ojos seriamente – Podemos detenernos

Max - ¿Bromeas? No te lo permitiré

Tyson – Muy bien, tú lo has pedido. Acuéstate boca abajo. Esto dolerá

Las caricias comenzaron nuevamente, Tyson lentamente metió un dedo en Max, quien ante el contacto no pudo evitar una ligera mueca de dolor, le molestaba, pero debía soportarlo. En unos instantes se hubo relajado, su mueca de dolor había desaparecido pero, cuando esto sucedió, un segundo dedo había sido introducido en él, haciendo que el dolor regresara pero más fuerte, cuando el dolor pasó un poco un tercer dedo se introdujo en él haciendo que un pequeño grito escapara de su boca.

Antes de que Max se acostumbrara a esta sensación y al dolor, Tyson introdujo su miembro en él. Max gritó ante esto y una lágrima salió de sus ojos, quienes no pudieron detenerla. Tyson se quedó inmóvil unos instantes y con un beso secó la traviesa lágrima que se había escapado. Se mantenían escuchando las gotas de lluvia que golpeaban la ventana, el sonido de los truenos, la luz de los rayos, todo estaba tranquilo. Ninguno dijo nada.

Ninguno se movía, ninguno hacía nada, hasta que fue el propio Max quien dejó salir pequeños gemidos de sus labios, sin ser fuertes, indicando que el dolor había pasado dejando un intenso placer. Tyson, al notar esto, comenzó a hacer movimientos metiendo y sacando su pene, aunque no completamente. Los gemidos lentamente se volvían más fueres, más insistentes, más continuos.

Las embestidas que, en un momento eran suaves, comenzaron a ser cada vez más fuertes. Tyson sujetó a Max de la cintura y se sentó con él en la cama es decir, era como si Max estuviera sentado sobre su miembro. Ahora era Max el que ayudaba, dando pequeños movimientos hacia el frente, empujando su cuerpo. Las manos de Tyson que, en un principio estaban en la cadera de Tyson, no resistieron estar ya sin una labor qué hacer

Tomó el miembro de Max entre sus manos y comenzó a masturbarlo nuevamente, los que en un principio eran gemidos, ahora eran gritos de placer, de éxtasis total. No intentaban callarlos ni retenerlos, se escuchaban por toda la habitación. Las embestidas se hicieron más fuertes, Tyson y Max se movían al uni-solo, parecía que estaban hecho el uno para el otro.

Pronto la sensación de querer estallar se hizo presente en ambos, ninguno de los dos podía aguantar mucho tiempo más. El primero fue Max, eyaculó sobre las manos de Tyson y este, al sentir la eyaculación de Max, no pudo resistir más y se dejó ir dentro de Max, dejando su esencia en él. Tyson se dejó caer sobre el cuerpo de Max. Los dos estaban agotados, pero felices. Con pereza, Tyson retiró su cuerpo para colocarse al lado de Max. Aún respiraban agitadamente

Tyson - Eso fue grandioso

Max - Lo mismo digo

Tyson - Max… - Dijo rompiendo el silencio - Te amo

Max - Yo también te amo Tyson

Lentamente los ojos azules del rubio fueron cerrándose ante la mirada incesante del peliazul, quien solamente le miraba con ternura. El ejercicio había sido duro, mucho más que cuando practicaban Beyblade. Necesitaban reponer energías, probablemente a la mañana siguiente Kai y Alex les harían trabajar mucho, últimamente lo hacían, todo por esa obsesión loca que tenían de que debían ser el mejor.

El pequeño Max no tardó en irse al mundo de los sueños, y al poco tiempo Tyson lo siguió. Durmieron abrazados, en la misma cama, amándose, dándose calor mutuo. El miedo se había ido, el amor era correspondido por el otro, estarían juntos por siempre y nada los separaría. Tyson sintió un ligero movimiento en sus brazos, Max estaba temblando, jaló las sábanas y lo tapó, volvió a dormir. Mañana sería otro día, pero ahora sería diferente. Ahora Max sabía lo que Tyson sentía por él, y este era correspondido.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooo

En otra habitación, una chica de cabello largo lloraba desconsoladamente. Era Mariah, y estaba destrozada, momentos antes le había dicho al chico que le gustaba la verdad y este, la había rechazado. Todo por la culpa de esa persona, de aquella persona. No podía creerlo, ella podía darle muchas más cosas y prefería a esa persona sobre ella, que la conocía de toda la vida y que ella lo conocía de igual forma.

Simplemente no sabía que hacer, lágrimas incontenibles corrían por sus ojos y, al parecer, el cielo sabía el dolor que sentía, porque afuera no dejaban de caer intensas gotas de lluvia. También parecía saber de su coraje, porque los rayos y truenos eran cada vez más fuertes. Estaba sola, y lo peor es que, nunca volvería a ver a Ray. Él mismo se lo había dicho, él ya no regresaría a su pueblo. Algo la llama. Alguien llama.

¿? - ¿Mariah? - No escucha respuesta - ¿Mariah?

Mariah - Vete

¿? – Mariah por favor

Mariah – No quiero hablar contigo Lee

Lee – Mariah – Gira la perilla de la puerta y ve que se abre. Entra - ¿Mariah? – Ve a Mariah en su cama, totalmente deprimida

Mariah – Vete…. Por favor – Dijo casi en un susurro

Lee - ¿Qué pasó?

Mariah – No quiero hablar sobre eso

Lee - ¿Le dijiste a Ray?

Mariah – Sobresaltándose un poco - ¿Qué?

Lee – Le dijiste… que te gusta – Dijo con extraña tranquilidad y dulzura

Mariah – Tú… lo sabías – Dijo sin siquiera levantar la vista y permaneciendo acostada en su cama - ¿Lo sabías Lee?

Lee – Sí – Se creó un incómodo silencio - ¿Qué te dijo? –Ante esta pregunta Mariah se soltó a llorar más fuerte – Ya veo – Caminó hacia donde estaba la chica y la abrazó – Tranquilízate, estoy aquí

Lee abrazaba a Mariah en sentido fraterna, cálidamente. Sus brazos parecían querer protegerla intensamente. Mariah por su parte solamente lloraba inconteniblemente, más ahora que el chico que, antes creía muy rudo por haber odiado a lo que ella consideraba su amor, le consolaba de tal forma, tan cariñosa y hermosamente. Aquel chico frío que conoció cuando Ray se separó del equipo, ahora volvía a ser tierno. Se dejó consolar y querer, lo necesitaba. Pasó la noche entera llorando mientras la lluvia seguía sin parar.

ooooooooooooooooooooooooooooooooooo

Una chica corría a toda velocidad, bajando las escaleras. Estaba dolida, quería alejarse de todo, quería olvidad que aquella persona por quien había esperado tanto tiempo, tantos años, no le creía. Que la rechazaba sin más ni más. Llegó a la puerta principal y la abrió, quería alejarse de aquel lugar, quería olvidar si se podía pero, la experiencia le había enseñado que, a diferencia de su hermano, ella no podía olvidar.

Estaba bajota lluvia, su cuerpo inmediatamente se mojó, llovía demasiado fuerte, pero ella si apenas lo sintió. Su ropa se pegaba a su cuerpo como una segunda piel. Sus tenis estaban mojados, su jeans estaba ahora muy pesado, había absorbido mucho agua. No le importaba nada, ahora ya no. No sabía qué hacer. Estaba desesperada. Corría sin ver pero, era ya tan conocido ese lugar para ella que en realidad no necesitaba saber por dónde iba.

Había entrado al bosque, al lugar que les prohibió entrar a los demás y lo hizo por una razón. Corriendo sin cesar, tratando de dejar las penas atrás, aún sabiendo que es imposible. Poco a poco se adentraba más y más, sus piernas corrían a más de lo que podía, haciéndola tropezar en ocasiones y caer pesadamente al suelo lodoso, levantándose inmediatamente para seguir su camino.

Pronto llegó a su objetivo, la lluvia que antes caía más ligeramente debido a que los árboles otorgaban cierta protección, ahora caía nuevamente de golpe en su cuerpo. Su objetivo un claro donde frente suyo había un hermoso lago, que ahora se veía sumamente crecido y con todo su contorno lodoso. Era obvio que ese no era su mejor momento. Cuando llegó ahí dio una vuelta a su derecha y comenzó a correr lo que era río arriba, siguiendo el camino que el río debía hacer para llenar ese hermoso lago, sólo que ella hacía lo contrario.

Corrió largo rato, sus piernas pedían un descanso pero ella no se los proporcionaba. Más y más rápido, más y más lejos. El río también había crecido, y su orilla estaba sumamente resbalosa por el lodo. Pronto lo divisó, veía su nuevo objetivo al frente. Era un árbol pero, no era un árbol cualquiera. Era un árbol especial, el más especial de todos. Cuando ya estaba cerca su velocidad fue disminuyendo y cuando llegó a él, se detuvo.

Estaba tan cerca, caminó lentamente. Lo que realmente quería ver estaba de espaldas al río. Así pues, caminó hacia el árbol, hacia aquel grabado. Lo tenía enfrente suyo. Lo recordaba. Recordaba el primer día que lo vió. Fue por circunstancias similares, quizá igual de dolorosas, no podía comparar el dolor. Simplemente parecían tan iguales y a la vez tan diferentes.

El árbol tenía una especie de escudo grabado en su tronco, era muy hermoso, tenía dos espadas cruzadas formando una "X", como protegiendo o impidiendo que algo cruzara, pero no había nada. No sabía si era el escudo de alguna familia pero, ahora era suyo. Kaizer era suyo. Sacó su blade de su bolsillo y lo observó detenidamente, de ahí vino Kaizer, uno de sus mejores amigos.

Recordaba haber corrido igual que ese día, sólo que sin tormenta. Corría desesperadamente sin saber en realidad a dónde se dirigía, solamente quería alejarse de aquella mansión, de su tío, de lo que creía su vida. Era sólo una niña que comenzaba a crecer, pero lo suficientemente inteligente. Aún así no podía soportar el dolor de saber dos terribles noticias, una seguida de la otra, no había sanado la primera herida cuando el destino le estaba haciendo otra.

Recordó que no había conocido solamente a Kaizer aquel día, sino también a su fiel amigo Rayo. Los dos parecía que habían aparecido para brindarle un cariño que había perdido. Para no dejarla sola nunca. Nunca más. Ese momento fue inolvidable, cuando creyó que ya no tenía fuerzas para continuar con vida, para seguir el objetivo que una vez quiso emprender pero le negaron, aparecieron.

Primero fue Kaizer, quien parecía guiarle él mismo hacia donde se encontraba, veía un haz luminoso en medio de la noche, corrió hasta este para poder saber de dónde provenía y, cuando llegó, le asombró el hecho de que era un árbol el que despedía esa luz, e igual de sorprendente era el escudo grabado en aquel árbol, tan detalladamente. Cada rasgo era muy fino, muy delicado, quien lo hubiera hecho, se había tomado su tiempo.

De pronto ese haz luminoso se intensificó, al punto que se hizo segador. Salió disparado rumbo al cielo y luego hacia ella, incrustándose en su blade. Era muy curioso, puesto que ese mismo día había decidido iniciarse (o reiniciarse) en ese deporte. No sabía por qué ella, solamente sabía que se sentía feliz de poder estar con alguien nuevamente, que la quería a su lado, aparte de su tío.

La tranquilidad, tan rápido como había llegado se fue, al momento de darse cuenta de que estaba perdida. Caminó siguiendo el río para ver a dónde llegaba y su asombro fue mayúsculo al encontrar un hermoso lago en ese bosque, un lago que nadie conocía excepto ella, en donde podría ir y ahogar sus penas cuando quisiera. La luna se veía reflejada en aquel lado, dando un toque tan romántico que cualquier poeta querría usar para su inspiración, pero no lo permitiría, ese sería su secreto.

El problema era que, no sabía ni como salir ni como volver a llegar a ese lugar. Fue entonces cuando apareció Rayo, junto a ella, no tenía miedo, ni el caballo ni ella. Se acercó lentamente al caballo para poder acariciarlo y fue sorprendente el hecho de que este no se alejara corriendo temeroso, al contrario se dejó querer ambos necesitaban lo mismo, ser amados y a quien amar.

Pensó que si había podido llegar al lago sabía el camino de memoria, como lo comprobó después. Un día que se sentía decaída había salido con Rayo a la entrada del bosque, y le pidió que fuera a donde se habían conocido, como si fuera un ser humano el caballo entendió y le llevó ahí, desde entonces, ambos van cuando quieren compartir un rato a solas, un rato tranquilos. Pero ahora, todo volvía a pasar y nadie vendría en esta ocasión.

Lentamente se acercó al tronco del árbol y lo acarició, dio media vuelta y se recargó en él dejando caer su peso completamente al suelo. Se sentó en aquel mojado suelo. Era un frondoso árbol y en primera instancia proporcionó un excelente cobijo pero, debido a que ya había pasado mucho tiempo lloviendo y las hojas ya estaban sumamente mojadas, el cobijo se había ido y ahora la lluvia también caía donde ella estaba sentada. Mojándose incesantemente. De cualquier forma no le importaba. Veía perdidamente su blade

Aiko - ¿Lo recuerdas Kaizer? – Dijo sin importar su condición y observando su blade – Aquí nos conocimos, mejor dicho aquí te conocí. Me brindaste ese apoyo que necesitaba aquel día y ahora, lo necesito de nuevo. Más sin embargo me siento tan sola – Pequeñas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos – Estaba preparada sin embargo, nunca pensé que si me rechazara me dolería tanto – Las lágrimas se agolparon en sus ojos saliendo inconteniblemente – No, no puedo entenderlo. Él no era así. Cambió tanto. Quiero a mi hermano – Dijo casi en un susurro – Lo quiero de vuelta, quiero aquel niño que me protegía, que hacía todo lo que le decían con tal de que a mi no me hicieran daño, aquel que insistió para que yo también pudiera ser un beyluchador, para que mi padre no me odiara, para que mi abuelo viera que yo también podía ser buena en algo. Quiero aquel niño que un día dijo que me cuidaría de Boris, que no dejaría que me tocara. Quiero a Kai de vuelta

Sus lágrimas corrían por su rostro, incontenibles y a la vez sin ser contenidas. Había esperado tantos años para poder decirle la verdad y ahora él simplemente le decía mentirosa, si tan solo le hubiera dejado mostrarle por medio del medallón, no estaba completamente segura de que funcionaría, pero tenía un presentimiento. Horas pasaban, y ella seguía mojándose. Poco a poco el cansancio se fue haciendo insoportable al igual que el sueño y, ahí en medio de la lluvia, se durmió, siendo únicamente custodiada por su bestia bit, su amigo.

Aiko – Kai – Dijo en un último susurro antes de perderse en el mundo de los sueños, donde reviviría una vez más, lo acontecido hace años, hace ya casi cinco años

NOTAS DE LA AUTORA

¿Les gustó? ¿Se lo esperaban? ¿Qué tal quedó? Si se preguntan o piensan que el momento de Tyson y Max estuvo un poco desabrido, pues eso es porque estoy guardando mi imaginación (Que no es mucha), para otro momento, ahí si quiero desatarme completamente. ¿Quién será? Pues, eso tendrá que esperar. Pero les prometo de que "Todos vivieron felices por siempre" Eso sonó a cuento de hadas. Bueno, hasta aquí me despido. No dejen de leer mi fic (que al paso que voy será el único que haga) y de dejarme reviews y aquí los dejo con algo

El gato así hizo

El gato es hizo

El gato como hizo

El gato se hizo

El gato mantiene hizo

El gato a hizo

El gato un hizo

El gato idiota hizo

El gato entretenido hizo

El gato por hizo

El gato cuarenta hizo

El gato segundos hizo

Ahora lean la tercera palabra de cada oración únicamente ¿Qué tal?

¿Me pueden culpar? A Mi también me lo hicieron

Mata nee