Aclaraciones preliminares:

Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;

Este fanfic se realiza sin fines de lucro

Las acotaciones son

/Lo que el personaje piensa/

oooooooo Cambio de escena

Lo que yo digo

(Algún comentario)

/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/

Como anotación preliminar he de decirles que en general este capítulo es como un flash back entero, si salgo de él se los haré saber. Cuando Aiko piensa en Kai, o lo recuerda, es cuando era niño.

CAPÍTULO 15

RECORDANDO EL PASADO

Una habitación grande, está totalmente iluminada por el sol que comenzaba a ser fuerte. Dentro, había una chica, en realidad no era tan grande, tal vez tenía 14 años. No tenía preocupaciones, después de todo era hija de uno de los hombres más ricos del lugar, además de su tío a quien adoraba. Es cierto, la única preocupación que tenía era que su tío no pasaba el suficiente tiempo con ella, o con su hermano. Estaba totalmente mojada, acababa de tomar un baño. Pensaba en lo ocupado que debía estar su tío.

No lo culpaba, después de todo tenía cosas que hacer, tenía que dirigir un equipo deportivo, algo de unos trompos, no le interesaba mucho, le interesaba su tío Stanley. Perezosamente se levantó de su reconfortante cama y se dirigió al balcón, había rogado tanto a su tío para que le diera aquel cuarto. Después de todo ella no vivía ahí, ese no era su hogar, pero era como su segundo hogar y ella, era la sobrina favorita de Stanley Dickenson, su tío favorito (Si se contaba que era el único que tenía y ella era la única sobrina que tenía, era cierto, su sobrino favorito era su hermano menor)

Estaba muy emocionada, su tío regresaría aquella noche debido a que el equipo que representaba había ganado el campeonato mundial y regresarían todos a Japón, su hermano menor cumpliría años aquella misma noche. Vería a su tío después de tantos meses. A veces sentía que odiaba al equipo ese porque tenía la mayor parte del tiempo a su tío querido pero, ese era su trabajo y ella lo respetaba.

En realidad en ocasiones se sentía muy extraña es decir, su madre por ejemplo, era una hermosa mujer a sus treinta años. Tenía una mirada tierna, muy dulce y cariñosa, su cabello rubio y ojos de un azul tan intenso como el cielo, era esbelta, de muy buenos modales y sobre todo una madre esplendorosa, siempre atenta y nunca estaba cansada para jugar con su hermano pequeño.

Ahora, su hermano menor también era muy diferente a ella. Él tenía el cabello castaño claro, sus ojos habían sido como los de su madre, de un azul muy hermoso, tenía la misma mirada de ternura. Él era muy pequeño aún, tenía apenas ocho años, ese día los cumpliría. Su padre, por último, era un hombre fornido, serio, sus ojos eran de un azul oscuro, como la noche, su cabello color castaño claro (De ahí había sacado el color del cabello su hermano), era muy duro con las personas pero, con su familia, parecía mantequilla derretida.

Siempre atento a lo que su familia quería, aún que estuviera muy ocupado, con ellos esa mirada dura que tenía para los que estaban bajo sus órdenes, se volvía tan tierna que parecía un corderito. Con él esa fuerza que poseía servía para levantarlos en brazos, aún ella a su edad. Ella amaba a su padre. Ella amaba a su madre. Ella amaba a su hermano. Era la persona más feliz del mundo.

Sin embargo, ella era el problema. Sus ojos eran un rojo rubí, nadie en su familia tenía ese color de ojos, ni sus abuelos, ni su tío, ni los parientes más lejanos que tuviera. Además su cabello era muy extraño, presentaba un doble color, su fleco era de un azul fuerte, mientras que el resto se mantenía de un azul claro. No le disgustaba, se sentía única y especial, además así se quitaba las ganas de que, cuando fuera más grande, deseara pintarse el cabello. Era especial pero por lo mismo, se sentía diferente en su propia familia.

¿? – Señorita – Alguien tocaba a la puerta - ¿Puedo entrar?

Aiko – Pase – Dijo con una sonrisa en los labios - ¿Quién es usted?

Hanna – Mi nombre es Hanna señorita – Era una chica de unos 20 años, su cabello era corto y de color castaño, sus ojos eran verde esmeralda, se veía muy jovial – Sus padres me envían a decirle que se apresure, y a ayudarle con su vestimenta

Aiko – Muchas gracias, pero no te preocupes, yo puedo alistarme sola – Dijo sin borrar esa sonrisa de sus labios

Hanna – Pero sus padres…

Aiko – Si lo que te preocupa es que te vayan a llamar la atención no te preocupes, te puedes quedar, así me ayudas a elegir qué tono de vestido me queda mejor ¿De acuerdo?

Hanna – Muy bien señorita

Así entre las dos sacan decenas de vestidos y zapatos, al cabo de media hora ya había decidido cual. Era un vestido azul celeste, pero tenía sobrepuesto una especie de malla de varias tonalidades que iban desde el rosa clarito, hasta el morado, pasando por el azul. Combinaba perfecto con su cabello. Si tenía algún defecto ese era, siempre debía combinar su ropa con su cabello. Los zapatos fueron más fácil una vez preparado el vestido, fueron también de un color celeste claro, pero eran unas sandalias. La hacían ver joven y fresca. No llevaba maquillaje, no lo necesitaba, era muy hermosa a su edad. Y su cabello suelto completaente.

Hanna – Luce muy hermosa señorita

Aiko – Sonrojándose – Mu… Muchas gracias Hanna. Además agradezco que me ayudaras a escoger el vestido

Hanna – No se preocupe señorita, para eso estoy

Aiko – Hanna ¿Por qué trabajas tan joven? Es decir, no creo que tengas arriba de veinte años

Hanna – Sorprendida ante la observación – Eso es muy cierto, tengo veinte años, pero trabajo por necesidad, no tengo a nadie en el mundo y el Sr. Dickenson hizo el favor de contratarme aún siendo yo tan joven y sin experiencia

Aiko – Mi tío es muy bueno ¿No es cierto? – Dijo con una mirada tierna

Hanna – Si, lo es. Es el hombre más bondadoso que jamás haya conocido – Silencio total - ¡OH DIOS! – Dijo tomando sus mejillas con sus manos y asustando a Aiko

Aiko - ¿Qué… Qué pasa? – Dijo con una mano en su pecho

Hanna – Lo siento – Dijo un tanto apenada – Lo que ocurre es que me enviaron para apresurarla y mire la hora que es

Aiko – No te preocupes tanto Hanna – Dijo ahora más tranquila – Si me apresuraste, generalmente tardo más de dos horas en arreglarme. – A Hanna le escurrió una gota por la cabeza – Muy bien, es hora de bajar

En el pasillo, toda la servidumbre estaba ocupada arreglando la mansión. Tenían globos, serpentinas, confeti en el piso (más al rato estarían peleando contra este para recogerlo), en fin, todo para que un pequeño se divierta. No iba a haber mucha gente, todos iban a ser niños y sus padres, conocidos, sobre todo por parte de su papá, su madre solamente tenía a su hermano, su tío Stanley y este no tenía hijos.

Caminaba por el pasillo observando con detenimiento cada labor de los sirvientes, de pronto se detuvo en una pintura realizada hace ya mucho tiempo. Recordaba el día que la elaboraron., su padre no había querido salir, dijo que no quería arruinar el cuadro y ella, simplemente dijo que era hermoso tener una foto de ellos dos solos. Era su madre y, sobre su regazo, estaba su hermano, con apenas un mes de nacido.

Esto le hizo recordar que, en realidad, su madre no tenía ni un cuadro a esa misma edad, ni siquiera fotografías, todas comenzaban después de los seis años. Tampoco podía recordar muy bien antes de los seis años, sus recuerdos eran borrosos, nublosos, de cualquier forma no le importaba ¿Quién podía recordar antes de los seis? Esto es por experiencia propia, yo tengo muy vagos recuerdos de mi niñez, así que no estoy inventando el que pueda suceder De pronto algo hizo esfuerzo sobre su espalda haciéndole balancearse hacia el frente y casi cayendo de bruces

¿? - ¡Hermana! – Gritó un pequeño al momento que se sujetaba del cuello de ella

Aiko – Kohaku, casi me matas de un susto

Haku – No soy Kohaku, soy Haku – Dijo aparentando molestia el pequeño Así le digo yo a mi mamá y bajando de su espalda

Aiko – Pues para mi eres Kohaku, además – Se giró para tomar a su hermano – Hoy cumples años y ya sabes lo que pasa – Dijo mientras se acercaba amenazante a él – Es día de… - Se abalanza sobre él – ¡Cosquillas!

Haku – Jajaja, no… es… espera… por favor… jajajaja… no… por favor… jajaja… ya basta

Aiko – Esta bien – Dijo deteniendo su acción

Haku – Con lágrimas en los ojos de tanto llorar - ¿Viste la final?

Aiko - ¿De qué? – Incorporándose del suelo

Haku – Hay hermana, de Beyblade

Aiko – No, no me interesa de cualquier forma

Haku – Deberías verla, estuvo genial, fueron tres días seguidos. El equipo de mi tío Stanley ganó, todo gracias a Tyson, él fue el mejor, peleó estupendamente contra Tala. También estaba ese chico llamado Ray, él resultó muy herido en su batalla, pero si no hubiera ganado, los BladeBrakers habrían estado perdidos.

Aiko - ¿Por qué?

Haku – Por que la primera ronda la compitió Kai, pero como él había estado con los Demolition Boys, pues me imagino que ya sabían todas sus técnicas, y perdió.

Aiko - ¿Kai?

Haku – Sí, eso dije

Aiko – Su nombre me suena muy familiar

Haku – Tal vez lo hayas escuchado antes, porque él era el líder del equipo

Aiko – No, te equivocas, todo lo que tenga que ver con los bladecomosellamen no me importa aún así, ese nombre me es sumamente familiar – Dijo muy pensativa

Haku – Que raro – Dijo serio – ¡OH LO HABÍA OLVIDADO! – Aiko lo observa extrañada – Mi tío ya está aquí, ya llegó

Aiko - ¿¡QUÉ POR QUÉ NO ME LO DIJISTE ANTES?

Haku – Lo lamen… – Pero su hermana ya se había ido

oooooooooooooooooooooooooooooooooo

En la sala principal se encontraba un grupo de personas reunidas, hablando amenamente, eran el Sr. Dickenson, Hitomi y Fuma Perdón, se me terminaron los nombres U, los padres de Aiko, en eso estaban cuando de pronto la puerta se abrió de par en par dejando ver solamente una nube de polvo, que rápidamente se colocó en medio de ellos. Detrás de aquella nube venía un pequeño niño a todo lo que daban sus cortas piernas, era Haku, persiguiendo a su hermana.

Aiko - ¡Tío Stanley! – Dijo al tiempo que saltaba a sus brazos y lo abrazaba

Sr. Dickenson – Hija mía, ¿Cómo has estado?

Aiko – Tío, te extrañé mucho, estoy muy bien – Decía con una tremenda sonrisa en sus labios

¿? – Aiko

¿?2 - ¿Qué te hemos dicho jovencita?

Aiko – Con una gota en su cabeza – Pues… yo… - Contestaba sumamente nerviosa

Hitomi – Sabes muy bien que es de mala educación entrometerse en medio de las personas

Aiko – Bajando del cuello de su tío – Lo lamento mucho – Dijo con cara de arrepentimiento

Fuma – No digas mentiras jovencita, sabes bien que tú no lo lamentas, ¿Cuándo crecerás? – Dijo mostrando un aparente enfado – Primero debiste saludar con cortesía a tu tío princesa – Dijo ahora con un semblante más tranquilo

Aiko – Con una sonrisa – Lo lamento papá, es que tenía ganas de ver a mi tío.

Fuma – Muy bien, solamente a la próxima trata de no partirle el cuello

Hitomi – ¿Estás bien hermano?

Sr. Dickenson – Por supuesto – Hurgó en sus bolsillos – Kohaku – Dijo mostrándole un paquete – Felicidades hijo

Haku - ¿Es para mí? ¿Puedo abrirlo?

Hitomi – Mejor espera a que tengas todos juntos

Sr. Dickenson – No, no haya problema, es mejor que lo abras ahora

Haku se apresuró a abrir el regalo que le había traído su tío, rompiendo la envoltura como si estuviera desesperado. Al final, pudo ver un montón de cajas, era su sueño, lo que quería (Y probablemente recibiría por parte de otras personas), pero sobre todo, porque su tío era el que se lo había dado. De seguro eran los últimos modelos. Eran Beyblades, como diez paquetes para él solo, además de un beyestadio para jugar.

Haku - ¡Wow, gracias tío! – Dijo con una gran sonrisa en sus labios

Hitomi – Lo concientes demasiado

Sr. Dickenson – Es mi sobrino favorito

Fuma – Es tu único sobrino

Haku – Hermana toma – Dijo mientras le aventaba algo

Aiko - ¿Pero qué…? ¿Un Beyblade?

Haku – No puedo jugar yo solo ¿O sí?

Aiko – Claro que sí, y lo sorprendente es que perderías

Haku – Con cara de reproche – Muy graciosa, veamos si puedes ganarme, antibeyblade

Aiko – Pues lo intentaré

Así, dentro de aquel miniestadio, ambos soltaron sus Beyblades a la cuenta de tres, más cuál no sería la sorpresa de todos al ver que, aún sin pensarlo, Aiko había ganado, sin ningún problema, como si toda su vida lo hubiera hecho, como si fuera algo natural, más tardaron en empezar que en terminar. En realidad hasta ella misma se veía muy pálida ante el hecho, ella que en vida jamás había tomado un blade, o al menos, eso creía. Todo era un silencio sepulcral, hasta que el Sr. Dickenson habló.

Sr. Dickenson – Hijo ven, tengo algo más para ti – Decía al tiempo que le entregaba un video.

Haku – Saliendo del asombro y caminando hacia su tío - ¿Qué es tío?

Sr. Dickenson – Con una sonrisa en los labios – Sé que te gusta mucho el Beyblade, así que pedí como un favor especial que me dieran una copia de la final, las tres batallas

Haku - ¡¿En verdad tío!

Sr. Dickenson – Claro

Haku – Hermana, vamos a verla en mi habitación

Hitomi – Alto ahí jovencito – Dijo deteniendo a Haku en medio de su carrera – Dentro de poco empezará tu fiesta – Haku se dio media vuelta para ver a su madre - ¿Qué te parece si mejor esperas a que todos lleguen y la ven en la televisión grande?

Haku - ¡Claro! – Recogió todas sus cosas y las subió a su habitación.

La habitación de Haku era de color azul, tenia una consola de videojuegos con una montaña de cd's, además de una colección de Beyblades y los BladeBrakers, era su admirador. Las sábanas de su habitación eran también de un color azul, pero claro, de seda, y su habitación tenía un pequeño balcón. Después de dejar sus nuevos juguetes, salió de ahí, pero llevando consigo el video que le acababa de dar su tío.

Alrededor de las cuatro, los invitados empezaban a llegar, la mayoría eran familia, aunque por parte de su padre, algunos eran amigos, claro esta que la familia era de una "buena" posición económica pero, los que eran amigos de Haku no, era un niño muy modesto, nunca le gustaba presumir de lo que tenía. Así era como se ganaba a sus amigos. Debido a que sus amigos estaban muy lejos de donde estaba la casa de su tío, le pidió que si alguien podía ir por ellos, a lo cual, por supuesto, no se negó.

Sus amigos llegaron después de las cuatro y media, la fiesta transcurrió muy alegre, Haku se divertía mucho, su hermana en todo instante lo acompañaba, eran unos excelentes hermanos, transmitían felicidad al ser ellos tan felices, eran una excelente familia. Hubo un payaso, también un mago, alberca, globos, serpentinas, confeti, helado, en fin, el cumpleaños perfecto. Después de las siete partieron el pastel y, con esto, se fueron a la sala principal todos para ver aquel video tan esperado. La primera pelea era de Kai.

Haku – Hablando hacia sus amigos – Miren, mi tío me trajo este regalo, pero deseo compartirlo con todos. Es la final de los BladeBrakers, las tres peleas – Hubo aplausos – Pues bien – Introdujo el video – Vamos a verlo

El video comenzó tranquilamente, Aiko estaba sentada en un sillón junto a su padre y su madre. Pronto el video comenzó, poco a poco la escena se fue tornando en una pesadilla para Aiko, sus padres la observaban detenidamente, esperaban que algo así pasara. La cara de Aiko se fue tornando pálida y este aspecto se acrecentó al escuchar el grito de Kai alentando a Dranzer. Ella lo conocía, ella conocía a Dranzer. Miró el blade que su hermano le había dado. Empezaba a recordar

Aiko – Con la mirada agachada – Díganme – Dijo a sus padres - ¿Quién soy?

Hitomi – Eres nuestra hija

Aiko – Mentira

Fuma – Princesa, tú eres nuestro mayor tesoro, al igual que tu hermano, eres nuestra hija

Aiko – Eso es… una mentira. Puedo recordar a Kai Esta es la voz de Kai pero niño ¡Vamos Dranzer/ Puedo recordarlo /Ataca/ ¿Quién es él? ¿Quién soy yo? – De pronto escucha los gritos de Kai en el televisor y esto le hace gritar - ¡HERMANO! – Todos la observan – Discúlpenme – Dijo llorando y corriendo a su habitación

Haku – Caminando hacia sus padres - ¿Qué sucedió? ¿Por qué me llamó mi hermana?

Fuma – No era a ti, hijo

Haku – Pero me dijo hermano

Hitomi – Vuelve con tus invitados hijo, después arreglaremos lo de tu hermana

Haku – No muy convencido – De acuerdo

Aiko se fue a su habitación corriendo, se sentía muy confundida, no sabía por qué había gritado así al ver a Kai en problemas, y por si fuera poco, le había dicho hermano. La fiesta terminó a las nueve, todos los invitados se fueron, los sirvientes se encargaban de recoger todo y Haku se fue a su habitación, esto por orden de sus padres, ya que él quería ver a su hermana mayor, saber qué le pasaba.

¿? – Tocando la puerta - ¿Podemos pasar?

¿?2 – Por favor hija

¿? - ¿Princesa? – Giró la perilla de la puerta - ¿Princesa? – Todo estaba oscuro, pero se adaptó pronto a esto. Aiko estaba boca abajo en su cama – Princesa por favor.

Aiko - ¿Quién soy? – Volteó la cara - ¿Quiénes son ustedes?

Fuma – Dio un suspiro – Tú eres nuestra hija, aunque no por sangre

Hitomi – Te adoptamos

Aiko – Pero… ¿Por qué? ¿Mi verdadera familia era pobre? ¿No me quería? ¿Por qué?

Fuma – Para ser honestos, no, no te querían pero, ellos no eran pobres. Eres parte de la familia Hiwatari.

Aiko – Levantándose de golpe - ¡¿Qué!

Fuma – Verás, hace ya unos ocho años, yo trabajaba para la familia Hiwatari en Rusia, me acababa de casar con tu madre y, pues me ofrecieron un excelente empleo. En un lugar llamado la abadía. Yo tenía extenso conocimiento acerca de la tecnología, y de armas militares, apenas estaban comenzando con el Beyblade, apenas se estaba adentrando al mundo y, al parecer, lo que más influyó fue el hecho de que tu madre era la hermana de tu tío Stanley, su principal rival.

Cuando llegamos allá simplemente no lo podíamos creer, centenares de niños entrenando como si fuera en un campo militar, para ser los mejores, ese era su objetivo en la vida. No tenían otro lugar a dónde ir, y ese era el único lugar que los aceptaba pero, había un sujeto, llamado Boris, siempre maltrataba a los niños, tuve la desgracia de verlo por mis propios ojos. Era un lugar lleno de tristeza, soledad. Un lugar digno de mi jefe, Voltaire.

Era un hombre rudo, dirigía el lugar junto con su hijo, la esposa de este había muerto hacía muchos años, creo que seis, ahora, catorce. Voltaire tenía a su nieto ahí, entrenando, ponía especial interés en él, que sus habilidades se desarrollaran. Que fuera el mejor, después de todo su objetivo era heredarle a él su compañía, según sus propias palabras. Pero lo que pocos sabían y muchos olvidaron era que, detrás de su nieto había otra persona, su nieta.

Era un hecho sin precedentes, además de ser la nieta de Hiwatari, eras la única mujer, o niña, de aquel lugar, dabas lo mejor de ti, tu hermano te ayudaba siempre y, en lo que estuve allá, no vi que Boris se te acercara a ti, nunca te tocó, a comparación de cualquier otro niño o de Kai, en el cual si llegue a ver los maltratos que aquel despiadado hombre le hacía, por ambos, por ti por no entender la lección, y a él por entrometerse. Eras su adoración. Era feliz contigo.

Kai Hiwatari era el mejor, después de todo era el nieto de Voltaire, su juguete, hacía con él todo lo que quería con tal de volverlo un verdadero líder sin embargo, Kai tenía a alguien más que, para consideración de su abuelo, le entorpecía. Kai tenía una hermana menor, pero solamente por algunos minutos, era su hermana gemela. Siempre la protegía, era su adoración y la pesadilla de su abuelo. Un día escuché algo por error, lo que terminó con mi trabajo en la abadía

FLASH BACK

Voltaire – Esa niña es un problema

Boris - ¿Y qué piensa hacer?

Voltaire – Si yo interfiero, Kai se revelará hacia mi.

Boris – Entonces…

Voltaire – Tú serás el encargado

Boris – Y qué desea que haga

Voltaire – No me importa, puedes matarla si quieres, eso estaría perfecto

Boris – Pues entonces… - Fue interrumpido por alguien que entró de golpe a la oficina - ¿Qué deseas Fuma?

Fuma – No lo permitiré – Boris y Voltaire no entendieron – No permitiré que maten a esa niña

Voltaire – Eso no te incumbe. Aléjate de mi vista antes de que te despida

Fuma – No me importa, pero no permitiré que hagan esa atrocidad

Boris – Y ¿Qué piensas hacer? Estás en desventaja – Vió que Fuma se hincó frente a él - ¿Qué pretendes?

Fuma – Por favor, no la maten. Yo… Yo me haré cargo de ella

Voltaire – Imposible, ella buscaría a Kai

Fuma – No lo permitiré, le prometo que si me deja, me la llevaré lejos de aquí, me regresaré a Japón.

Boris – Pero tú… - Fue interrumpido, uno de los científicos entró de golpe

Científico – Señor – Decía agitado

Boris - ¿Qué sucede? ¿No sabes que no debes entrar de esa forma? Tu vida corre peligro, será mejor que lo que tengas que decir sea importante.

Científico – Sí señor – Recuperando el aliento y parándose recto – Señor, el BlackDranzer, ha sido probado sin autorización, al parecer fue Kai Hiwatari señor, su nieto.

Voltaire - ¿Qué pasó con el BlackDranzer?

Científico – El BlackDranzer fue recuperado señor, y puesto de nuevo en su contenedor

Voltaire – Muy bien, puedes retirarte

Científico – Pero señor… – En eso algo interrumpió, era una pequeña que venía gritando

Aiko - ¡Abuelito! ¡Abuelito! – Decía mientras entraba a la oficina

Voltaire – Con cara de enfado – Niña, ya te he dicho que no me digas así

Aiko – Pero…

Voltaire – ¿Qué quieres? Habla rápido

Aiko – Mi hermano… - Decía mientras empezaba a sollozar

Voltaire – No llores y habla

Científico – Señor, creo sé a qué se refiere.

Voltaire – Habla

Científico – Cuando escuchamos la explosión del poder del BlackDranzer corrimos lo más rápido posible al laboratorio, estaba totalmente destruido. Sin embargo, no encontramos a Kai por ningún lado, creemos que huyó de la abadía.

Voltaire – Eso es imposible – Dijo un tanto enfadado – Nunca dejaría a esta mocosa

Científico – Señor, creo que no la recuerda – Captó la atención de su jefe – Según el video de seguridad, después del incidente se mostró un tanto aturdido y confundido, su rostro denotaba no saber exactamente qué estaba haciendo ahí

Voltaire – Así que, perdió la memoria

Científico – Si no es completa, al menos una parte

Voltaire – Búsquenlo y tráiganlo de vuelta

Científico – Sí señor – Salió de la oficina

Voltaire – Muy bien – Se dirigió a Fuma – Parece que se dio tu oportunidad. Llévate a la niña, no quiero que jamás se vuelva a acercar a mí, a la abadía o a Kai, si lo hace, date por muerto, tú y toda tu familia. Te mandaré los papeles hoy mismo, quiero que para mañana estén fuera de Rusia.

Aiko – Llorando – No abuelito, yo no me quiero ir, yo te quiero, quiero estar cerca de mi hermano y tuyo

Voltaire – Totalmente serio y con cara de desprecio – Entiende esto niña, yo ya no soy tu abuelo, tu ya no eres una Hiwatari, Kai no te necesita solamente le estorbas, tú tuviste la culpa de todo, incluyendo la muerte de tu madre, esa estúpida que "enamoró" a mi hijo, si hubiera tenido solamente a Kai todo estaría bien, pero se le ocurrió tener gemelos y, uno de ellos, era niña, igual que ella. Las mujeres no sirven, tu no sirves, tu estorbas en este mundo, tú…

Fuma - ¡Basta! – Gritó con exasperación, Aiko lloraba desconsoladamente – Me la llevaré pero deje de torturarla. Nunca más la volverá a ver – Cargó a Aiko en brazos

Aiko - ¡Abuelo! Por favor, seré más fuerte, te prometo entrenar más duro

Voltaire – Llévatela antes de que cumpla mi idea inicial

Fuma – Solamente espero que usted se arrepienta y que su nieto la recuerde, así ambos tomarán venganza, por que, tenga por seguro de que, aunque yo le haga olvidar, ella algún día lo recordará – Consoló a la niña

Aiko – Con rabia en la mirada – Te arrepentirás viejo idiota, ten por seguro que lo harás. Me vengaré de lo que me hiciste y no estaré sola, mi hermano estará conmigo, somos invencibles

Fuma - Vamonos princesa – Dicho esto, salieron del lugar

FIN FLASH BACK

Aiko – Lo recuerdo… ahora… lo recuerdo

Fuma - ¿A qué te refieres?

Aiko – Recuerdo ese día, recuerdo la abadía, para mi nunca fue triste estar ahí, porque mi hermano estaba conmigo y él, aunque pareciera frío y cruel con los todos, a mi me dejaba ver una sonrisa suya de vez en cuando, además siempre me protegía, y me decía que no me diera por vencida. Trataba de que Boris no me dañara, aunque en ocasiones no podía evitarlo.

Hitomi – Ese día recibimos todas tus cosas y, en la noche, salimos rumbo a Japón, lo último que supimos era que tu hermano no había podido ser capturado sin embargo, cuando supimos que él estaba en el equipo de tu tío, nos preocupamos, por que eso quería decir que ellos estaban en Japón.

Fuma – Parece que tu abuelo tomó en serio el papel de olvidarte, por que ni siquiera recordó que nosotros también vivíamos aquí.

Aiko – Pero… ¿Y Kai?

Fuma – Pues, para que nunca te haya buscado, eso quiere decir que no te recuerda.

Aiko – Recuerdo… - Empezó a hablar con la mirada perdida – Recuerdo que ese día, Kai vino a mi muy contento, había visto algo que le fascinó, era el BlackDranzer

FLASH BACK

Kai – Hermana – Venía corriendo – Hermana, adivina qué

Aiko - ¿Qué pasa? ¿Nos van a poner otro entrenamiento?

Kai – No, no es eso. Acabo de ver algo

Aiko - ¿Algo? ¿Qué es?

Kai – Tu blade no tiene bestia bit ¿Cierto?

Aiko – Un tanto triste – Cierto, por eso mi abuelo me odia

Kai – Pues tengo la solución

Aiko - ¿Cuál es?

Kai – Acaban de mostrarnos un nuevo blade llamado el BlackDranzer, es muy poderoso y tiene su propia bestia bit, estoy seguro de que podré manejarlo y, si lo obtengo, yo te daré a Dranzer, ten por seguro que te obedecerá

Aiko – Pero, ¿dónde está?

Kai – Ese es el problema, está en uno de los laboratorios, muy bien vigilados – Dijo con el tono que lo caracteriza – No importa, ya revisé todos los sistemas de vigilancia y sé cómo entrar sin problemas. Para esta tarde será mío y tú tendrás a Dranzer. Seremos invencibles – Dijo con un brillo en sus ojos – Nadie nos vencerá

FIN FLASH BACK

Aiko – Sin embargo, él no volvió, algo salió mal. Fue entonces cuando te vi papá

Fuma – Juré que jamás lo volverías a ver. Tardaste más de un año en reponerte pero, cuando lo hiciste, difícilmente te acordabas de él. Así que decidí guardar esto – Saca un camafeo de su bolsillo

Aiko - ¿Qué es?

Fuma – Un camafeo

Aiko - ¿Qué trae dentro?

Fuma – No lo sé. Lo traías contigo cuando te traje, estaba en tu cuello y, era lo que no te permitía olvidar a Kai por completo, por eso te lo quité.

Aiko – Sin esto, olvidé a Kai. ¿Por qué? – Dijo sollozando - ¿Por qué no me lo dijeron antes?

Hitomi – Entiéndenos hija, Kai no te recuerda, será más doloroso para ti, porque no es el mismo que conociste

Aiko – No importa

Fuma – Princesa, vamonos a casa ¿De acuerdo?

Aiko – No quiero, no quiero volver, quiero quedarme aquí.

Hitomi – Pero hija…

Aiko - ¡No soy su hija! No soy hija de nadie – Dijo esto último en un susurro

Fuma - ¡Claro que eres nuestra hija! Eres mi princesa

Aiko – Quiero estar sola, por favor

Sr. Dickenson – Que acababa de entrar al lugar - ¿Por qué no la dejan aquí y vienen por ella mañana?

Hitomi – Pero hermano

Sr. Dickenson – Hitomi, entiende por favor. Ella necesita pensar ahora, lo que le ha pasado. Una vida que ella creía perfecta se acaba de derrumbar. Déjala aquí

Aiko – Tío… - Dijo interrumpiendo la conversación - ¿Aún están aquí los BladeBrakers?

Sr. Dickenson – Si hija, ¿Por qué?

Aiko – Mañana buscaré a Kai

Hitomi – Pero hija…

Fuma – No puedes

Aiko – Dije que lo haré, no tienen opción – Dijo adoptando un tono que nunca había usado

Fuma – No me hables así jovencita

Aiko – Él también tiene el derecho de saberlo

Hitomi – Y ¿Qué pasará si no logras convencerlo?

Aiko – Lo haré

Sr. Dickenson – Será mejor que se vayan, Kohaku ya casi está dormido, si quieren también lo pueden dejar

Hitomi – No, nos lo llevaremos. Cuídala por favor hermano

Sr. Dickenson – No te preocupes

Todos salieron de esa habitación. Aiko no lloró, pero se quedó pensando mucho, miraba detenidamente el blade que le había dado el que creía su hermano. Sus padres, o a los que consideraba sus padres, se habían marchado a su hogar, estaba un poco retirado de la casa de su tío, pero aún así se frecuentaban mucho No que yo, tengo a mi tía a una cuadra y casi no la veo Era tarde, muy entrada la noche. Estaba parada en el balcón de su habitación, viendo la luna llena Se nota que me gusta la luna llena, toda la mansión estaba en silencio, toda la mansión estaba a oscuras.

Ese blade, era muy extraño, todo comenzó con ese pequeño aparato. Se aferraba a él como tratando de encontrar una respuesta. Vestía un jeans y una playera, sus tenis y una gorra con su cabello suelto. Así se sentía mejor. De pronto escuchó un sonido fuera de su habitación, no quería ver a nadie, así que abrió solamente un poco la puerta para ver quién hacía tanto escándalo. Vio a su tío a la mitad del pasillo, hablando con el mayordomo, su nombre era Mitzuku, era un hombre mayor. De seguro había atrapado a su tío camino a la habitación de ella.

Mitzuku – Señor

Sr. Dickenson - ¿Qué sucede? ¿Por qué tanto alboroto?

Mitzuku – Le traigo muy malas noticias señor.

Sr. Dickenson – Asumiendo un semblante serio - ¿Qué pasó?

Mitzuku – Señor, su hermana… - Dudó en continuar – La policía acaba de llamar, su hermana, el Sr. Fuma y el joven Kohaku, tuvieron un accidente, parece que alguien los sacó del camino, el auto en el que viajaban se volcó, todos murieron señor. Nada pudieron hacer.

Sr. Dickenson – Totalmente pálido - ¿Estás seguro?

Mitzuku – Sí señor. Lo lamento mucho

Sr. Dickenson – Oh, Dios, tenemos que…

Aiko – Saliendo de su habitación – Mis padres… - Dijo totalmente pálida (Si es que se podía más) – Y mi hermano… han muerto ¿Eso es cierto?

Sr. Dickenson – Lo lamento hija, creo que es cierto

Aiko – No puede ser, ellos dijeron que vendrían por mí mañana, lo prometieron. Me lo prometió papá – Decía mientras apretaba más el blade que le dio su hermano

Sr. Dickenson – Hija yo…

Aiko – Es mi culpa

Sr. Dickenson – No hija

Aiko – Mi padre me lo dijo, dijo que si mi abuelo descubría que yo quería buscar a Kai los mataría, mataría a todos – Decía con la mirada perdida – Yo tuve la culpa…

Sr. Dickenson - /Lo recuerdo, Hitomi me lo dijo ¿Cómo pude olvidarlo? Pero lo que es más importante ¿Cómo supieron que Aiko recordó a Kai? ¿Es que acaso los espiaban/ Mitzuku registren toda la casa, quiero que me digan si hay alguna cámara, micrófono o algo por el estilo. También reúne a todo el personal, alguien debe estar detrás de todo esto.

Mitzuku – Sí señor – Se dio media vuelta pero algo se le adelantó – Señorita

Sr. Dickenson - ¡Hija, vuelve por favor!

Aiko salió corriendo de la mansión, a todo lo que sus piernas le daban, corría sin rumbo fijo, solamente trataba de huir de aquella cruda realidad. En un solo día había descubierto su pasado, que no era de la familia Sumeragi, que en realidad era una Hiwatari. Su hermano biológico no la recordaba, su abuelo biológico la odiaba, su familia adoptiva había muerto por su culpa. Parecía que todo lo que le rodeaba estaba destinado a ser infeliz y a ser destruido.

Se internó inconscientemente en el bosque, su tío le había dicho que no lo hiciera, porque era muy profundo y probablemente se perdería, pero eso era precisamente lo que ella deseaba en ese instante. En su cabeza y pensamientos solamente cabía la culpabilidad, que ella era la responsable de toda esa infelicidad y desgracia. Más profundo, más adentro, se perdía en aquel bosque.

Así como estaba corriendo, no se dio cuenta de cómo llegó hasta dar con un claro, donde estaba un hermoso lago, donde se podía ver la luna llena reflejada. Era hermoso, pero no podía quedarse admirando y tampoco le había puesto mucha atención. Algo le había hecho girar la cabeza, en medio de aquel bosque había un haz luminoso que parecía llamarle, que parecía guiarle. Sin saber por qué, corrió hasta este.

Seguía al haz de luz y al río, iba en contra de la corriente, corría a todo lo que podía, después de haber hecho tremendo esfuerzo para llegar hasta ahí, por un instante pareció olvidar lo que sentía y por otros, el dolor volvía más intenso. Poco tiempo después, pudo llegar hasta el lugar, su sorpresa fue mayúscula cuando vió que de donde provenía la luz, era de un árbol. Era enorme, tuvo que rodearlo para ver lo que, en su caso, se podía considerar el frente.

En aquel tronco se encontraba una especie de escudo, tal vez de alguna familia, no lo sabía ni le importaba saberlo en esos momentos. Era muy hermoso, era un león, con unas espadas al frente cruzadas pareciendo que querían evitar que el león saliera o que lo protegieran. Poco a poco caminó hasta aquel escudo, y lo tocó, repasando cada uno de los bordes con la yema de sus dedos. El dolor volvió, y esta vez las lágrimas se hicieron presentes. Apretó el blade que tenía en su mano y lo llevó a su pecho. Le dolía tanto saber que ahora si ya no tenía a nadie.

El escudo brilló poco a poco, haciéndose más intenso y segador. Pronto, ese haz de luz salió de aquel árbol y voló por el cielo, el escudo ya no tenía a aquel león, había quedado vacío. Esto alarmó a Aiko, quien por miedo o sorpresa, soltó el blade en el suelo. Aquel rayo de luz se mantuvo flotando unos instantes más, hasta que halló el camino y se introdujo dentro del blade, era una bestia bit.

Aiko recogió el blade del suelo, sentía un inmenso calor salir de ahí que la reconfortaba. Era un calor de amistad, de confort, de compañerismo, con esto supo que esa bestia bit había esperado por ella, especialmente por ella y se sintió querida una vez más. No sabía qué hacer, estaba confundida. La confusión y desesperación creció al darse cuenta que no sabía dónde estaba.

Decidió caminar río abajo, donde había terminado la primera vez. Cuando estuvo ahí, pudo apreciar más claramente el lago, en verdad era hermoso y era para ella. Sus padres siempre le enseñaron a no ser egoísta, pero esta era una ocasión especial en que ella misma se lo permitiría. Aún quedaba un pequeño detalle, no sabía cómo llegar ahí. Se sentó a la orilla del lago a pensar, aclarar su mente y sus pensamientos, sus sentimientos, su vida.

Pronto un caballo, al parecer salvaje, hizo su aparición en el lugar, había ido a beber agua de aquel hermoso lago. Era hermoso y se veía tranquilo. Aiko se paró de donde estaba y se acercó al caballo, quería acariciarlo, necesitaba hacerlo pero, no sabía si el caballo le dejaría hacerlo. Fue una grata sorpresa aunque muy grande, el ver que el caballo le permitiría hacerlo, debido a que este se comenzó a acercar a ella también.

Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, Aiko levantó su mano y acarició la cara del caballo, este se dejó y se acerco más a ella. Los dos lo necesitaban, un ser a quien amar y un ser que los amara. Pronto se vieron en un reconfortante abrazo (esto más por parte de Aiko porque el caballo no tenía brazos, solamente acercaba y acomodaba su cara de tal forma que estuviera cómoda)

Poco a poco Aiko fue sintiendo la pesadez de su cuerpo al saber que se relajaba. Había pasado lo peor. Había quedado en claro qué era lo que haría y los primeros rayos empezaban a asomarse. Primero vería por el descanso eterno de sus padres, es decir, se ocuparía de su velorio y su entierro. Para esas horas su tío ya debía saber dónde estaban y cuando podrían ir por ellos. Le dolía mucho aún, pero era su responsabilidad.

Después entrenaría arduamente. Día y noche, hasta que ya no pudiera más y fuera tan buena o mejor que Kai. Por lo que había visto, Kai era muy serio y frío, bueno siempre lo había sido, pero parecía más, tal vez ella lograra cambiarlo un poco. Debía mostrarle primero lo buena que era y después le diría quién es, para que así, al menos se sienta orgulloso de ella. También debía espiarlo un poco mientras permaneciera en Japón.

Su tío, antes de que toda esa pesadilla comenzara, había comentado que todo su equipo se quedaría en Japón una semana o más en la casa de Tyson, mientras se reorganizaban y decidían qué hacer sobretodo Kai, quien al desobedecer a su abuelo, ahora no sabía que iba a pasar con él. Debía saber qué le pasó, qué había sucedido. Cómo era y cómo eran con los que estaba. Debía saberlo todo. Su cuerpo imploraba descanso, Rayo, como le había puesto al caballo, se había recostado junto a ella, proporcionándole calor y, con esto, durmió.

Cuando despertó ya era tarde, cerca de las diez, subió a Rayo y le dijo que si podía ir fuera del bosque, el caballo caminó. Su cuerpo le dolía, aunque no estaba segura si era a causa del cansancio provocado por no haber dormido en toda la noche, por la larga carrera que emprendió o porque simplemente estaba destrozada internamente. Al poco tiempo salieron a otro claro, era la entrada del bosque, donde su tío ya la esperaba.

Cuando bajo de Rayo sus piernas casi no la sostuvieron, así que unos sirvientes se encargaron de meterla. Le pidió a su tío que no corriera al caballo, que la había ayudado, así el Sr. Dickenson dio la orden de que el caballo fuera aseado, que le dieran de beber y comer y que lo trataran bien, ya que ahora ese era el caballo de Aiko, el primero de muchos que vendrían. La cara de Aiko era pálida, demacrada, todo por una pesadilla vivida en carne y hueso.

Como Aiko había pensado, su tío ya había comenzado los preparativos para el velorio y el entierro, ambos serían esa misma tarde. Aún sin ánimos (aunque en realidad nadie los tenía) fue a este. No quería ver a nadie. No quería la lástima de nadie, lástima que nadie sentía. Entrada la noche se fue a descansar. Pero muy temprano se levantó. Cumpliría su plan y sería sin su tío. La noche anterior le había quitado la dirección del tal Tyson que su hermano siempre hablaba.

Salió desde temprana hora y corrió hasta la dirección, estaba muy lejos de la casa de su tío pero se las ingenió para llegar. Llevaba un pantalón deportivo, una blusa sumamente holgada, tenis y una gorra con su cabello recogido dentro de esta, sólo dejaba ver su fleco. Cuando llegó a su objetivo eran después de las diez de la mañana. Todos los BladeBrakers estaban despiertos, un niño rubio jugando con un peliazul. Un chico con cabello largo estaba riéndose de las boberías de estos y el peliazul se quejaba de la frialdad de uno bicolor.

Este último llamó la atención de Aiko. Su cabello era igual al de ella, era de dos colores, aunque eran inversos a los de ella, ese era Kai. El chico en verdad era frío, pero siempre lo había sido. Observó durante toda la mañana y parte de la tarde cómo se comportaba, como se comportaban todos. En el transcurso de la mañana vió llegar a una chica y a un pequeño niño con gafas encima de su cabeza y una laptop.

La chica se llamaba Hilary y el pequeño era Kenny, el peliazul era Tyson, el rubio era Max y el que tenía facciones de gato era Ray. Cuando regresó a su casa su tío le dijo que estaba preocupado por ella, sin embargo Aiko le dijo que solamente quería estar sola. Así se deshizo de su tío, durante la semana que estuvieron los BladeBrakers Aiko salía muy temprano y regresaba tarde. Sin embargo su tío decidió darle tiempo.

Durante ese tiempo, Aiko pudo observar claramente las costumbres, gustos y preferencias de cada uno, los fue memorizando y apuntando, no sabía cuando los podía utilizar, pero se aseguraría de tenerlos presentes. También pudo notar algo que, a su consideración, era muy lindo. La chica estaba enamorada del peliazul, pero este no le hacía ni el menor caso. Más bien parecía que el peliazul estaba enamorado del pequeño rubio, por la forma en que se comportaba y le prestaba atención.

El pequeño de lentes parecía todavía muy joven para enterarse de esto o inmiscuirse con alguien. Lo que sí le sorprendió fue su propio hermano, actuaba muy extraño frente al que parecía gato, si este le decía algo y le pedía que parara una pelea iniciada con el peliazul, le hacía caso, aunque no quisiera que pareciera eso. Pero ella lo conocía, era su hermano y tenerlo frente le hacía recordar poco a poco.

El nekojin o no le hacía caso o sabía disimular mucho mejor que su hermano. Optó por la segunda opción una ocasión que lo vió sonrojarse por un acercamiento brusco entre ellos dos, provocado sin intención. Fue en ese instante cuando también se dio cuenta de los sentimientos de su hermano hacia el nekojin.

Después de esa semana Kai volvió a Rusia, su abuelo lo había aceptado de nuevo, el chico rubio se fue a Estados Unidos con su madre, por lo que escuchó y el nekojin volvió a su pueblo. Solamente quedaron el peliazul, la chica y el de lentes. Después de esto, Aiko ya no desapareció de su casa. Se quedaba hasta tarde en su habitación, hasta que un día se decidió a hablar con su tío.

Aiko – Tío, necesito hablar contigo – Dijo seria

Sr. Dickenson - ¿Qué sucede hija?

Aiko – Los días que estuve saliendo desde temprano fueron porque fui a espiar a mi hermano – Esto alarmó al Sr. Dickenson – Nadie me vió, ninguno me vió – Dijo para tranquilizarlo – Cuando sucedió el accidente de mis padres, tomé la determinación de decirle a mi hermano quién era yo y qué había pasado conmigo y con su pasado. Estuve investigando también de dónde es este camafeo que me dio mi padre antes de morir y descubrí que existen dos, si se juntan se pueden abrir ambos. Kai debe tener el suyo, o al menos eso espero. El punto es que, he decidido que no le diré la verdad hasta que sea tan poderoso como él.

Sr. Dickenson – Pero hija, él cuenta con la ayuda de Dranzer

Aiko – Y yo con la de Kaizer – Le muestra su blade – Vino a mi el mismo día que perdí a mis padres.

Sr. Dickenson - ¿Qué necesitas? – Dijo con resignación

Aiko – Necesito varios beyestadios, una habitación para entrenar bajo techo, y dos más grandes afuera de la casa. Uno normal y el otro como mostraron en el campeonato, que no existía fricción.

Sr. Dickenson – Si es lo que deseas, muy bien, pero ten en cuenta de que no será fácil

Aiko – Nadie dijo que lo sería. Tengo que hacer que valga la muerte de mi hermano y mis padres. Además, si voy ahora con Kai, lo más probable es que te maten a ti también tío – dijo con una cara sombría

Sr. Dickenson – Ahora no lo creo. Encontramos varios micrófonos instalados en la casa y en la de tus padres, sobre todo en tu habitación, fue el chofer de tus padres, se encargaba de mantener a tu abuelo informado de que tú no intentaras acercarte a Kai. Mandé llamar a las autoridades y ellos lo arrestaron. Ahora estás a salvo

Aiko – Y también tú. Lástima que fue muy tarde para ellos.

Sr. Dickenson – No te pongas triste, ni a tus padres ni a tu hermano les hubiera gustado.

Aiko – Tienes razón, debo ser fuerte. Kai lo es y si me ve débil, se reirá de mí. Le demostraré que puedo ser buena, que puedo competir contra él. Le haré entender que soy su hermana, no importa si él no quiere – Su mirada era diferente, distante, determinada. Aquella niña que una vez vivió, ahora había muerto, junto con sus padres. Ahora tenía una determinación, ser la mejor, inclusive que Kai, y lo llevaría a cabo.

NOTAS DE LA AUTORA

¡Qué largo! ¿Le entendieron? Necesitaba explicarlo, es como parte de un sueño y recuerdos, primero empecé con diálogos y luego me cansé, así que lo hice con relato. Después de aquí creo que se entiende qué pasó ¿cierto? Bueno, esto ha sido el capítulo más largo que he hecho y en mi vida lo volveré a intentar.