Aclaraciones preliminares:
Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;
Este fanfic se realiza sin fines de lucro
Las acotaciones son
/Lo que el personaje piensa/
oooooooo Cambio de escena
Lo que yo digo
(Algún comentario)
/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/
CAPÍTULO 17
UNA DURA CONFESIÓN
Lluvia incesante, gotas de lluvia que caían como si en realidad fuera un río que no dejaba de mojar a quien estuviera debajo de él, dos cuerpos en un bosque, en medio de la lluvia, parados uno en frente del otro, unos minutos antes habían estado discutiendo, sin embargo algo les había interrumpido, escucharon un grito, alguien estaba en problemas y, desgraciadamente conocían de quién provenía aquella voz.
Se pusieron en marcha, siguiendo el camino que los había llevado ahí y el mismo por el que había desaparecido Aiko. De pronto lograron ver a Rayo corriendo alrededor de la orilla del río, con muchas dificultades puesto que intentaba no caer al agua, sin embargo había en aquella escena algo muy extraño, Rayo no dejaba de ver el agua y no se alejaba de la orilla, permanecía lo más cerca que podía de esta. Pronto Ray y Kai supieron el porqué así que Kai apresuró el paso
Ray - ¡Kai espera! ¿Cómo piensas ayudarle? – Gritó
Kai – No tengo idea
Aiko – Gritando y manteniéndose a flote lo mejor que podía - ¡Ayúdame Rayo! ¡Por favor! – Decía al tiempo que "nadaba" contra la corriente, tratando de mantenerse en un mismo lugar
Kai – Exasperado - /Demonios, ¿Cómo puedo ayudarla/ - De pronto sintió cómo incesantes imágenes iban y venían en su cabeza. No podía retenerlas pero tampoco podía evitarlas. Alguien ahogándose. Alguien que había tirado a una persona al agua. Él sin poder hacer nada. De pronto todas esas imágenes fueron teniendo un orden. Ahora recordaba. Esa escena le era familiar – Desata las correas de los caballos y átalas entre sí – Le dijo a Ray
Ray – Sí Kai pero…
Kai – Rápido – Grito a Ray
Ray se acercó a Tigre y le quitó su correa, después hizo lo mismo con Trueno. Corrió hasta donde se encontraba Rayo, lo detuvo y, con un gran esfuerzo, logró quitarle su correa. Después las ató entre sí. Mientras tanto, Kai había entendido las imágenes que veía. Era cierto, pero no podía aceptarlo, era su hermana y tuvo que pasar algo repetido para poder recordarlo, para poder recordarla.
Estaba perdido en su mente. Recordó a su abuelo, cuando eran apenas unos niños. Ella estaba con él. Siempre entrenaban juntos, eran los mejores, pero su abuelo solamente lo veía a él. Para su abuelo ella no importaba, ni siquiera existía. Salió del estado en el que estaba y se echó al río, para intentar alcanzarla. Cuando las correas estuvieron atadas Ray se las arrojó a Kai, y este como pudo las sujetó a su mano.
Kai – Gritándole a Ray - ¡Sujétalas fuerte! ¡Átalas a un árbol!
Ray - ¡De acuerdo! – Corrió hasta el árbol más cercano y ató las correas - ¡Listo! – Corrió hasta cerca de la orilla y sujetó las correas con sus manos dispuesto a jalar a Kai cuando le dijera
Kai – Muy bien – Dicho esto nadó lo mejor que pudo para alcanzar a Aiko
Kai nadaba fervientemente pero, debido a que la lluvia seguía aún, no le preemitía la facilidad que requería y, de un momento a pronto, la perdió de vista. Se había hundido y, debido a que el agua estaba muy turbulenta, no alcanzaba a verla, se estaba desesperando. Debajo del agua, Aiko ya no podía y tampoco quería luchar. Su fuerza estaba sumamente debilitada, su cuerpo no le respondía y, sinceramente, ella tampoco hacía algo por evitar lo que parecía su inevitable muerte.
Solamente se dejó ir y hundir en aquel lugar que una vez, le había ayudado a encontrar la paz, ahora la encontraría nuevamente pero para siempre. Kai buscaba por todas partes en la superficie pero, simplemente no podía verla, estaba por hacer algo que nunca hubiera imaginado, darse por vencido.
Kai - /Demonios, no puedo encontrarla. Probablemente ya murió. ¿Por qué ahora/ - Algo distrajo su atención
Debajo del agua, un suceso que ya había pasado con anterioridad estaba aconteciendo nuevamente, el blade de Aiko comenzaba a brillar pero, a diferencia de la última vez, se veía sumamente débil, el estado de su dueño le afectaba, solamente tenía la energía necesaria como para indicar dónde estaban. En la superficie, Kai logró divisar un haz de luz muy débil que provenía debajo del agua y, sin pensarlo dos veces, se sumergió hasta encontrar de dónde provenía.
Ray – Viendo la acción de Kai - ¡Kai, espera! – Estaba muy preocupado y sostenía el otro extremo de las correas lo más fuerte que podía.
Mientras tanto, el tiempo pasaba, Kai no salía, Ray estaba sumamente preocupado y Rayo solamente alzaba las patas en señal de desesperación al no ver a su dueño. De pronto, el haz luminoso que se había visto desapareció y, ante esto, Ray pensó lo peor y estuvo a punto de soltar las correas. De la nada, Kai salió con Aiko en los brazos, haciendo un esfuerzo sobre humano por no hundirse y no soltarla, era un trabajo muy duro, pero él era la persona indicada para realizarlo.
Ray por su parte, sujetó las correas y comenzó a halarlos hacia la orilla pero, lo que no sabía era que el extremo atado al árbol se estaba soltando. Kai, con Aiko en las manos, nadaba hasta donde estaba Ray pero, en un momento, esta estuvo a punto de soltársele. De pronto Ray sintió que las correas se le resbalaban de las manos y que Kai, con Aiko, se alejaban cada vez más.
Ray – Volteando a ver las correas amarradas al árbol -¡Oh no, se están soltando! – Sujetó más fuerte las correas - ¡No permitiré que mueran!
El último trozo de la correa estaba en sus manos, estaba a punto de soltársele debido también a que ya no tenía las fuerzas necesarias. En un instante sintió que algo le jalaba hacia atrás sujetándolo de la cinta que siempre llevaba a la cintura, volteó para ver qué o quién era y se llevó una grata sorpresa al ver que su, ahora amigo y salvador, caballo Tigre, era quien le estaba ayudando a no darse por vencido.
Pronto el peso de halar a Aiko y Kai se hizo más ligero, alguien le estaba ayudando y, al igual que Tigre, Rayo y Trueno hacían su esfuerzo jalando con los dientes la correa que antes Ray estaba teniendo problemas para sujetar. Con todos sus esfuerzos unidos, y entre los cuatro, jalaron a Kai y Aiko hasta la orilla, justo a tiempo debido a que las correas estaban a punto de romperse Esto pareció misión imposible
Cuando al fin todos estuvieron a salvo, descansaron unos instantes en el suelo pero, este no duró mucho, debido a que Aiko estaba en muy malas condiciones. Se veía pálida, debilitada y, si no la cambiaban de ropa pronto, tendría fiebre. Así pues, cabalgaron a sus caballos y se dirigieron de nuevo a la mansión, estaban en silencio, no sabían que decir. Kai llevaba a Aiko en brazos. Las gotas de lluvia seguían mojándolos incesantemente. Al fin, Kai fue el que decidió romper el silencio
Kai – Hablando sin ver a nadie – Tenias razón
Ray – Quién no entendió a qué se refería Kai - ¿Qué? ¿A qué te refieres?
Kai – La recordé... pude… recordarla
Ray – Te refieres a...
Kai – No lo sabía, no lo recordaba, no recuerdo nada de la abadía y, el mismo hecho de que ella estuviera conmigo ahí, implica que lo haya olvidado.
Ray – Puedo saber ¿Cómo la recordaste?
Kai – La abadía es para hombres, mi abuelo era un fiel creyente de que las mujeres no sirven para nada más que para ser esposas y buenas madres. Desde el inicio odio a mi madre y a mi hermana por parecerse tanto a ella. Sabes muy bien como soy, si quieres conseguir algo de mí, tendrás que hacerlo a mi forma, así se lo planteé a mi abuelo, si me quería entrenando día y noche en la abadía lo haría, pero solamente si estábamos los dos juntos. No tuvo otra opción más que aceptar – Hizo una pequeña sonrisa – Sin embargo – Su sonrisa desapareció – Tanto mi abuelo como Boris la despreciaban, la aborrecían. Boris solía abusar de nosotros en la abadía, no importaba quién fuera, simplemente con satisfacer su apetito sexual le manteníamos feliz. Sin embargo, nunca me tocó a mí o a ella. A mí porque no le convenía, era el nieto de su jefe y, aunque en realidad esto no importaba, yo era y soy sumamente poderoso, podía matarlo si quería y, en cuanto a ella, pues porque era muy similar a mí, tiene su carácter, o al menos lo tenía
Ray - ¿Todo eso pasaba en la abadía?
Kai – Eso y mucho más – Se detuvo un instante, en realidad ni él mismo podía creer de lo que estaba hablando, sobre todo porque acababa de recordarlo y, de hecho, eran solamente fragmentos – Tala, el resto de los Demolition Boys y yo, recibimos lo que se podría llamar un entrenamiento exhaustivo, según Boris, teníamos un talento especial. Puras estupideces de él. Mientras tanto, yo le ayudaba a ella a mejorar en el blade debido a que ninguno quería entrenar con ella, y en realidad, pensaban que era incapaz de hacerlo. Aún así yo me dediqué a entrenarla. No permití que Boris se le acercara nunca, sabía el riesgo que corría, aún así ella fue la que decidió entrar en la abadía
Ray – Se parece a ti, en lo obstinada
Kai – Tienes razón. Pero aún así, aunque su nivel era el mismo que el mío, mi abuelo no creyó que fuera lo suficientemente buena.
Ray – Entonces, ¿Cómo es que la recordaste?
Kai – No me lo creerás. Parte de nuestro entrenamiento era soportar las inclemencias del clima. Yo podía hacerlo con suma facilidad, debido a que cuando Boris estaba de mal humor, nos hacía entrenar fuera de la abadía donde la temperatura siempre era por debajo de los cero grados pero, ella rara vez lo hacía, aún así podía soportar el frío pero, en aquella ocasión, mi abuelo se sobrepasó con ella.
FLASH BACK
Se puede observar una piscina, en el exterior de un gran edificio, pero había algo extraño con el lugar, primero ese no era un lugar apropiado para una piscina y el segundo estaba ligado con el anterior, debido a que el agua de la piscina estaba congelada. De pronto, se observan unos hombres que comienzan a romper la gruesa capa de hielo y a quitar los trozos de ahí. Cuatro personas están paradas en la orilla, dos eran unos niños y los otros dos eran unos adultos.
¿? – Bien, aquí está tu prueba. Recuerda que con esto conseguirás tu bestia bit
¿?2 – Sí abuelo
Voltaire – Ya te he dicho que no me digas así, soy tu jefe y debes llamarme señor
¿?2 – Sí señor, disculpe mi insolencia
¿?3 – Si me permite opinar no creo que esta niña pueda hacerlo, Aiko es muy débil
Voltaire – Pero no he pedido tu opinión Boris. Kai
Kai – Sí señor
Voltaire – Toma el tiempo
Boris – Muy bien niña, debes nadar a lo largo de la piscina en menos de cinco minutos aunque, en realidad es mucho tiempo, que sean dos minutos.
Aiko – Hablándole en bajo – Calma Boris, que si sigues ladrando pronto vendrán los lobos a comerte
Boris – A punto de golpearla – Insolente...
Kai – Será mejor que te alistes
Aiko – Sí – Comenzó a desvestirse
Boris – Espera – Dijo a la niña – Con un traje de baño será muy sencillo, mejor déjate el uniforme puesto – Ni Aiko ni Kai reprocharon – Entonces, así será
Aiko – Pasa por el lado de Kai
Kai – Hablándole en bajo – Ten cuidado – La niña asiente
Boris – Entonces... tres... dos... uno... – Se escuchó el disparo de una pistola
Aiko se echó al agua, comenzando a nadar lo mejor que podía puesto que, en cuanto su ropa tocó el agua, comenzó a absorberla y, si a esto le aunaban el hecho de que la temperatura era menor a los 25 grados centígrados y que el agua comenzaba a congelarse otra vez, cualquiera podría decir que aquel ser no era humano. Llegó a un lado de la piscina y emprendió su recorrido de regreso, pero sus piernas y brazos ya comenzaban a entumírseles.
El pequeño Kai veía sin expresión alguna sin embargo, por dentro estaba muy preocupado por el único ser al que en verdad consideraba un pariente. Boris, al igual que Voltaire, estaban sumamente alegres, debido a que no lograría el reto impuesto. Cuando iba a la mitad del regreso Boris le informó que su tiempo había terminado, dio media vuelta y desapareció del lugar.
Voltaire – Viendo a Kai – Te dije que no lo lograría
Kai – Viendo la piscina – Aún no se ha dado por vencida – Decía porque la niña aún continuaba en su lucha por terminar el recorrido
Voltaire – Ha terminado
Kai – Claro que no – Pronto algo llamó su atención
Aiko había detenido su nado, en realidad, se estaba ahogando, sus piernas y brazos ya no le respondían en absoluto y, aunado al hecho del peso de su ropa, el mantenerse a flote en realidad era todo un suceso, poco a poco comenzó a hundirse, ya no podía más, aunque estuviera dando todo lo que le quedaba. De pronto Kai se acercó a la orilla, estaba dispuesto a salvarla
Voltaire – Viendo las intenciones de Kai – Si te acercas a ella te quitaré a Dranzer
Kai – Parándose en seco - ¿Qué has dicho?
Voltaire – Me escuchaste
Kai – Corriendo a su objetivo – No me importa – Algo lo detuvo
Aiko – No te acerques – Dijo lo más alto que pudo – Puedo hacerlo yo sola – Poco a poco comenzó a dar pequeños avances hasta la orilla, Kai por su parte estaba desesperado – Yo puedo lograrlo y así, lograré obtener mi propia bestia bit – Con un último esfuerzo alcanzó la orilla y con lo último de sus energías logró salir de aquella congelada agua, quedando recostada en la orilla – Lo... logré – Dijo sin aliento
Voltaire – Acercándose a ella – Fallaste
Aiko – Levantando su cabeza y dándole una mirada de odio - ¿Qué?
Voltaire – Te di dos minutos y tardaste mucho más. Eres una deshonra para la abadía y para mí – Dijo con desprecio y se dio media vuelta para desaparecer de ahí, detrás de él le siguieron aquellos hombres que sirvieron para romper el hielo
Aiko – Tratando de alcanzarlo e intentando pararse – Maldito yo... – Cayó al suelo, el frío había hecho sus estragos – Me vengaré – Dijo en bajo. Sintió unas manos cálidas en sus hombros
Kai – Vamonos al cuarto – Dijo cargándola en su espalda
Aiko – Intentando safarse – Déjame, si te ve conmigo te castigará y te hará hacer un entrenamiento doblemente difícil – Dijo intentando no titiritar de frío
Kai – Perfecto, mejoraré mi técnica y luego te la mostraré
Aiko – Kai
Kai – Volteándola a ver a la cara – Sí
Aiko – Dándole una hermosa sonrisa – Eres el mejor hermano que tengo
Kai – Sonriendo como sólo él sabe hacerlo – Soy el único que tienes – Sintió un peso mayor en su espalda, se había dormido – Descansa, lo mereces. Lo haz hecho mejor que nunca
FIN FLASH BACK
Ray – Totalmente asombrado - ¿Tu abuelo hacía eso?
Kai – Y ese día estaba feliz
Ray - ¿Qué pasó después?
Kai – Por ahora no lo recuerdo, esto pude recordarlo por lo que acaba de pasar
Ray - ¿Por qué la olvidaste? ¿Por qué olvidaste la abadía?
Kai – No lo sé. No sé qué haya pasado
Ray – Tal vez... – Voltea a vera a Aiko – Ella te pueda ayudar
Kai – Voltea a ver a Ray – Habla claro
Ray – Si ella te recuerda, es posible que recuerde más que tú de la abadía – Hace una pausa – El problema es... ¿Estás tú preparado para recordar?
Kai – No temo a nada
Ray – Dando un suspiro de resignación – Kai, si olvidaste la abadía fue por algo. Algo debió pasar.
Kai – Da tu punto
Ray – El punto es... que tal vez no te agrade lo que vas a recordar – Hizo otra pausa – Aún así... – Agachó la cabeza – Quiero que sepas que yo... – Se sonroja un poco – Si me necesitas estaré ahí Kai
Un silencio se formó de nuevo. Kai estaba sumamente confundido, acababa de recordar que tenía una hermana, acababa de recordar un incidente que en realidad no sabía que había pasado, recordó lo feliz que le hacía competir con ella ya que era la única que estaba a su nivel y el odio profundo hacia su abuelo y, lo que lo confundía más, era el hecho de los sentimientos de Ray hacia él.
Era lo que más le dolía. Pasó de ser un ser que creía ser el más poderoso y único al que todos temían, a ser alguien que, en realidad tenía personas a quien amar, y una persona que lo amaba sin condiciones. Un ser a quien amar y un ser que lo amara. Era todo tan nuevo, en realidad siempre se jactaba de ser el más poderoso pero, esto se salía por completo de sus manos.
Pronto divisaron la mansión y, un nuevo sentimiento les invadió. ¿Cómo pretendían entrar sin ser vistos? No sabían que hacer. Pronto Ray se apresuró a entrar a la mansión, dejando a un confundido Kai en la puerta principal, con su hermana en brazos y a los caballos los dejó correr hasta la caballeriza. En esos instantes a solas, Kai se dedicó a observarla, en el recuerdo que tuvo la vió llena de energía pero, la chica que veía ahora, parecía que estuviera a punto de morir.
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Un chico con una coleta larga corría por todo el pasillo principal, mojando todo a su paso. Estaba buscando algo, o a alguien. No podía saberlo con exactitud. Subió las escaleras que daban a su habitación, llegó hasta ella y luego se paró en seco. Se detuvo a escuchar a su alrededor. El cuarto de Max estaba vacío, Tyson estaba jugando videojuegos y, por lo que escuchó, Max estaba con él.
Caminó hasta el inicio del pasillo y escuchó otra vez, en el cuarto de Hilary no se escuchaba ningún sonido, lo más probable es que siguiera dormida, tal vez Kenny le dijo que hoy no habría entrenamiento y decidió descansar más. En el otro lado en el cuarto de Mariah se escuchaban todavía sus sollozos, ahora que lo pensaba no estaba Lee en su habitación. Sintió un enorme remordimiento pero, no tenía tiempo de esperar. Corrió de nuevo hacia la puerta principal, donde Kai le esperaba.
Ray – Totalmente agitado por la carrera – Limpio
Kai - ¿Qué?
Ray – No hay nadie fuera de su habitación, podemos pasar sin ser vistos
Kai – Perfecto
Kai entró en la mansión con Aiko en sus brazos seguido de Ray, a pesar de lo que el nekojin había dicho, ambos estuvieron atentos de cualquier ruido o movimiento que consideraran fuera de lo normal, aunque la actitud que ellos tenían fuera considerada anormal. Llegaron hasta el último nivel y su carrera comenzó al tener que pasar por los cuartos de los demás. Con el de Hilary y Mariah no hubo problema, pronto llegaron al de Tyson, tampoco hubo problema con este, al parecer estaba jugando. Al fin llegaron al cuarto de Kai.
Ray – No fue tan difícil – Kai no contestó – Bien, ahora ¿Qué sigue?
Kai – Con voz autoritaria – Déjame solo
Ray – Asombrado - ¿Qué?
Kai – Hablando en bajo – Por favor
Ray – Cambiando su cara a una más comprensiva – Muy bien Kai, si es lo que prefieres te dejaré solo con ella – Dijo caminando a su habitación, pero de pronto se detuvo y vio de nuevo a Kai – Pero.. Si necesitas algo, cualquier cosa, recuerda que siempre tendrás mi apoyo Kai – Entró a su habitación.
Kai vio como Ray entró a su cuarto y se quedó parado frente a su puerta unos instantes, al cabo de unos segundos, la abrió. Su habitación estaba a oscuras, aún podía escuchar el incesante golpeteo de las gotas de la lluvia en su ventana. Se acercó a su cama y recostó el cuerpo inerte que llevaba en brazos y lo colocó ahí. Después se dio media vuelta y caminó con paso decidido al cuarto de baño.
Salió de ahí y en sus manos llevaba una toalla, se acercó a ella y le secó un poco la cara y el cabello, después le cubrió con una sábana. No le había cambiado la ropa, no se atrevía ver su cuerpo al desnudo, aunque fuera su hermana, no podía. Pronto se encontró con un sentimiento nuevo, demasiados sentimientos se le estaban revelando de pronto, y todos sin un control y al mismo instante. Este nuevo sentimiento era la angustia. No saber qué hacer.
Caminó de nuevo al cuarto de baño y no salió. Comenzó a desvestirse y abrió la llave del agua, cerró la puerta, se dispuso a darse un baño caliente para recuperar el calor de su cuerpo, tal vez después le daría uno a ella, aunque seguía existiendo el problema de la ropa. Era algo tarde, después de las diez y media. Tal vez Ray supiera qué hacer con aiko. Su cuerpo estaba desnudo, se colocó debajo del agua y se quedó ahí, dejando que esta mojara su cuerpo y dándole de nuevo calor. No es que lo necesitara con urgencia pero, necesitaba pensar y, este era lo único que se le ocurrió.
Gotas calientes, vapor a su alrededor, su cuerpo mojado y su mente divagando. Kai no sabía qué hacer. Nuevos sentimientos después de una vida donde se le había negado a presentársele. El primero fue el amor, una persona le amaba, pero no sabía si él podía corresponderle. El segundo fue el cariño, amor de hermanos al recordar a aquel ser que una vez estuvo con él en buenas y malas.
El tercero fue confusión al no saber qué hacer ahora que todo estaba hecho. El cuarto se presentó con el tercero, desesperación al no saber cómo reaccionar. Y por último la angustia al no saber qué pasaría con él, con ella o con Ray. Ya conocía los sentimientos de este hacia él pero, además de que no sabía qué sentía él por Ray, no podía dejarlo a su suerte ahora que sabía que no regresaría a su pueblo.
La segunda angustia era hacia Aiko, ahora que sabía la verdad no podía odiarla, o tal vez sí podía, pero no como quería. Necesitaba que recuperara el calor, la energía y la fuerza pero, no sabía cómo hacerlo. Por último necesitaba aclarar todo ese mar de confusión que se había creado en su mente. Tal vez estaría mejor si esto no hubiera sucedido pero... el hubiera no existe, solamente existe el presente.
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Una hermosa habitación con las cortinas abiertas para dejar que asomara el sol, sin embargo este no aparecía. En su lugar las gotas de lluvia golpeaban con fuerza el cristal de la ventana. Una chica estaba acostada en su cama, sin ganas de despertar, el clima no era de su agrado y por esto le costaba despertarse. De hecho lo había hecho a temprana hora pero, un amigo suyo le dijo que no tendrían entrenamiento ese día y decidió darse un merecido descanso.
No estaba muy segura de la hora, sin el reconfortante sol no podía saberlo con exactitud. Vió un reloj que tenía al alcance de su mano, pasaba de las diez de la mañana. En verdad había dormido mucho. Lentamente se levantó y se dirigió al baño. Tomó una ducha rápida y se arregló lo más hermosamente que pudo colocándose un delicado perfume a rosas. Cumpliría su objetivo hoy, y nadie se lo iba a impedir. Salió con paso decidido al cuarto de Tyson.
Hilary – Tocando la puerta - ¿Tyson estás ahí? – No escucha respuesta – Por favor ábreme, tengo que hablar contigo
Tyson – Dentro de la habitación y con cara de fastidio - ¿Ahora qué querrá?
Max – Debajo de Tyson y sin su playera – No me mires a mí, ¿Por qué no le preguntas?
Tyson – No tengo ánimos para que me esté regañando
Max – Tal vez sea algo importante. – Se escuchó que tocaron de nuevo la puerta – Vamos, contéstale
Tyson – Levantándose del suelo y poniéndose la camiseta y la gorra – Solamente porque tu me lo pides
Max – Gracias :3 – Dijo al tiempo que se ponía su playera
Tyson – Abriendo la puerta - ¿Qué quieres Hilary? ¿El Jefe no te dijo que hoy no habría entrenamiento?
Hilary – Algo sonrojado – Si me dijo pero yo... – Se detuvo al ver a Max - ¿Max?
Max – Buenos días Hilary
Hilary – Buenos días Max
Tyson – Algo fastidiado – Habla rápido Hilary
Hilary – Notablemente nerviosa – Pues... yo... ¿Podemos hablar?
Tyson - ¿Y qué crees que es lo que estamos haciendo?
Hilary – Muy sonrojada – Lo lamento, ¿Podemos hablar a solas?
Max – Interrumpiendo la conversación – Iré a prepararme algo a la cocina Tyson, vuelvo en un rato
Tyson – Con una gran sonrisa – Claro – Sigue a Max con la vista hasta que se pierde
Hilary – Ante el extraño comportamiento de Tyson - ¿Sucedió algo bueno?
Tyson – Saliendo de su trance - ¿A qué te refieres?
Hilary – Tienes una increíble cara de felicidad, como si hubieras ganado la lotería
Tyson - /Gané algo más que eso/ ¿De qué querías hablar Hilary?
Hilary – Sonrojándose otra vez – Ah, si... bueno... yo... ¿puedo pasar a tu cuarto?
Tyson - ¿Ahí me dirás qué diablos de sucede? – Ve a Hilary asentir – Bien, pasa
Hilary – Pasando a la habitación de Tyson – Tyson... yo quiero decirte que... – Hizo una pausa larga – Nos conocemos desde hace mucho, somos compañeros desde la primaria – Volteó a ver a Tyson – Siempre peleamos, siempre discutimos pero... – Volvió a detenerse
Tyson – Con cara de "no comprendo nada" Cuando no - ¿Qué diablos tratas de decirme Hilary?
Hilary – Muy nerviosa, sonrojada y viendo a los ojos a Tyson – Pues.. Tyson, lo que intento decirte es que...yo... quiero decirte que tu... que tu me... gu... tas – Dijo muy en bajo – Me gustas Tyson – Dijo ahora con más énfasis
Tyson – Totalmente sorprendido - ¡¿Qué! ¿Estás bien Hilary? ¿Acaso te golpeaste la cabeza?
Hilary – Caminado hasta donde estaba Tyson – No Tyson, te estoy diciendo la verdad. Me gustas, al principio te odiaba, siempre tan egocéntrico, siempre pensando en ti, que eras el mejor, siempre llegando tarde a clases y rodeado por gente que creía que eras genial por ser el campeón mundial pero... aún así... con el paso del tiempo, con todas las aventuras, con todas tus batallas, poco a poco me fuiste gustando. En un principio creí que era Kai, en verdad es muy guapo pero, su actitud fría me bajó los humos, después, tú con tu determinación a no darte por vencido, fue lo que me convenció
Tyson – Con cara de "no te creo nada" – Hilary, ¿En verdad estás bien?
Hilary – Un tanto exasperada - ¿Qué no me estás escuchando? Me gustas, me he enamorado de ti
Tyson – Al fin comprendiendo el peso de las palabras – Estás loca. No puedes estar hablando en serio
Hilary - ¿Por qué no?
Tyson – Por que tú no me gustas.
Hilary – En estado de shock - ¿Qué?
Tyson – Con toda la calma de mundo – Debes estar bromeando, dime ¿Quién se puede enamorar de ti? Siempre estás enojada, siempre reprendes a los demás, debe ser a tu modo o a ninguno. Tú siempre quieres tener el control Hilary. Eres una molestia, además también me estorbas en mi entrenamiento, siempre crees que puedes hacer todo lo que los demás hacen, deberías tomar en cuenta tus límites. No puedes ser la mejor en todo – Soltó aquellas hirientes palabras sin siquiera pensarlo
Hilary – Con la cabeza agachada – Así que... eso es lo que piensas de mí. ¿No es cierto?
Tyson – Prestándole poca atención - ¿Qué? Pues sí.
Hilary – Sin levantar la cabeza – ¿Por qué me dices palabras tan hirientes? Si no te agrado, bastaba con decírmelo, no tenías que lastimarme
Tyson – No digas estupideces. Creí que ya lo habías notado
Hilary – Dime algo Tyson… - No quería levantar la cabeza – Max, estaba aquí, contigo y, tú lo viste de forma muy tierna. Acaso él… te gusta. Es por eso… que me dices cosas tan crueles – Decía mientras pequeñas lágrimas empezaban a caer por sus sonrojadas mejillas a causa de la vergüenza
Tyson – Nervioso – Pues… yo… verás – Al fin se decidió hablar – Si, así es y sabes qué, él me corresponde. Por eso no te presto atención, por eso nunca te presté atención y por eso siempre me molestas. No te entiendo Hilary, si en verdad te gusto ¿Por qué te la pasas molestándome?
Hilary - ¿No lo sabes? En verdad eres ingenuo. Los niños siempre molestan a la niña que le gusta, en mi caso fue así, te molestaba porque quería tu atención pero… veo que no conseguí mi objetivo. Eres cruel e insensible, no sé cómo me enamoré de ti, pero, siempre aprendo de mis errores – Se da media vuelta para salir
Tyson – Oye Hilary – Dijo antes de que saliera – Sabes, aún así fuiste muy buena amiga
Hilary – Sin voltear a verlo – Mentiroso, para ti siempre ha sido el primero y el único Max, apuesto a que ni siquiera me notabas cuando te apoyaba en las peleas. Adiós Tyson
Tyson – Fastidiado - ¡Pues entonces has lo que quieras niña tonta! ¡Nadie te necesita aquí! ¡Puedes regresar a tu casa! ¡De cualquier forma nadie te extrañará!
Hilary – En un susurro y sin que Tyson la escuchara – Tienes razón – Cerró la puerta de la habitación y echó a correr a la suya
NOTAS DE LA AUTORA
¿Qué tal? Eso de seguro ya se lo esperaban. De cualquier forma tenía que ponerlo, pobrecita, la dejé como novia de pueblo, vestida y alborotada pero, en mi fic nadie sufre… demasiado tiempo . Esto está en la recta final, trato de escribir lo más seguido y rápido que puedo pero, ya saben como son los padres, que ellos mandan y nosotros obedecemos --U Así es la ley de la vida. Ni modo, pero les prometo terminar el fic cueste lo que me cueste :3
Mata nee
