Aclaraciones preliminares:
Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;
Este fanfic se realiza sin fines de lucro
Las acotaciones son
/Lo que el personaje piensa/
oooooooo Cambio de escena
Lo que yo digo
(Algún comentario)
/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/
CAPÍTULO 18
UN NUEVO AMOR
Una chica corría desesperadamente por un largo pasillo, incesantes lágrimas corrían en sus mejillas, producto de una dolorosa confesión pero, aún más doloroso rechazo. Esa mañana había despertado con un objetivo y determinación pero, el chico al que amaba, le había roto su corazón claro, que ella nunca le dejaría verlo, era fuerte pero, ahora no estaba tan segura. Corría lo más rápido que podía a su habitación, debía hacer algo y era urgente. Pasó de largo junto a un rubio, el rubio que ahora odiaba.
Hilary – Pasando junto a Max - /No puedo odiarlo, es mi amigo pero, también es la persona que Tyson ama. Debo irme, debo salir de aquí/
Max – Quien regresaba con un sándwich y un jugo en las manos – Oye Hilary ¿qué te sucede? – Pasó al lado de ella pero no recibió respuesta - ¿Qué raro?
Max – En la habitación de Tyson - ¿Qué le sucede a Hilary?
Tyson – Sin prestarle atención a la pregunta – Qué amable, ¿esa comida es para mí?
Max – Eh, si U /¿Cómo decirle que no/
Tyson – Devorando el sándwich – Gracias #
Max – Comenzando a besarle el cuello a Tyson – Tyson
Tyson – Medio ido - ¿Qué… sucede?
Max - ¿Qué le sucede a Hilary?
Tyson – Sin pensar la respuesta Aunque en realidad nunca lo hace – Esta triste
Max – Sin dejar de besar su cuello - ¿Podrías decirme el porqué?
Tyson – Comenzando a dar pequeños gemidos y suspiros – Pues… porque… me dijo que me quería
Max - ¿Nada más por eso?
Tyson – Empezando a excitarse – No… también porque yo la rechacé… y… le dije que era un estorbo… además de que me preguntó si tu me gustabas y yo le dije que sí
Max – Deteniéndose de pronto - ¿Eso le dijiste? O/O
Tyson – Sí, ¿Qué tiene de malo? Anda sigue por favor
Max – Sentándose en el suelo – Pero Tyson ¿Se lo dijiste así nada más? Es decir, sin prestar atención a sus sentimientos
Tyson – Sí, ya te lo dije. Además ella se lo buscó, siempre es tan brusca conmigo.
Max – Ya te había dicho que era porque tú le gustas, o al menos le gustabas.
Tyson – Deja de preocuparte. De seguro para mañana estará como siempre
Max – Un tanto pensativo – Eso espero
Tyson – Max – Lo ve a los ojos - ¿Podrías seguir en lo que te quedaste?
Max – De acuerdo :3
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Una hermosa habitación, las cortinas corridas, una chica corriendo alrededor de ella buscando sus cosas de forma desesperada. Afuera la lluvia no tenía intenciones de amainar pronto, seguía con la misma fuerza que la noche anterior, como si acabara de comenzar. La chica colocaba sus cosas en una maleta lo más ordenada y rápidamente posible. De pronto de uno de sus pantalones salió un papel, pronto lo recordó.
Hilary - /Es muy cruel no haberle llamado y, ahora le llamo solamente por conveniencia. Espero no se enoje. Pero… primero debo salir de aquí/ - Guardó el papel en su bolsillo
Así, siguió recogiendo todo, no tardó más de media hora. Faltaban quince minutos para las once. Todo estaba en silencio, unos minutos antes escuchó un sonido en el pasillo, ella se había quedado en silencio y luego fue a revisar pero, no había nadie. Después volvió a escuchar algo, pero esta vez no le prestó atención y siguió con lo suyo. Ahora estaba a punto de terminar. Dejó una carta para Alex en su cama y salió. En verdad se había divertido, lástima que el final no fue el que ella esperaba.
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Se escucha agua, aunque no puede saber de dónde proviene exactamente. Parece ser que parte viene de afuera, la lluvia seguía, tal vez esto ya era un presagio de que ese día, estaba destinado a la tristeza y soledad, tal vez así sería el resto de su vida. Lentamente fue abriendo los ojos, una habitación oscura, nada la iluminaba, sus ojos como acababan de abrirse estaban acostumbrados a la oscuridad así que podía ver lo que en esa habitación había.
Una luz, de algún lugar provenía una luz, era una habitación. No reconocía dónde estaba, poco a poco comenzó a recordar. Claro, era la habitación de Kai. Le dolía el cuerpo, la cabeza y su orgullo, tal vez este último era el que más dolía. Reconoció el segundo lugar de donde provenía el sonido a agua, era el cuarto de baño, seguro Kai estaría tomando uno. Pronto se escuchó cómo se iba llenando el jacuzzi, de seguro tardaría más tiempo en salir.
Poco a poco se fue reincorporando, tenía que salir de esa habitación y, si le era posible, de la mansión, a cualquier costo, no importando si su cuerpo ya no tenía fuerza. Primero se sentó en la cama y su cabeza parecía que le diera vueltas, esperó apenas unos segundos y se levantó, casi cayendo al suelo debido a las débiles fuerzas que tenía. Se apoyó en la mesa de noche y caminó hasta la puerta dando tambaleos.
Cuando estuvo ahí, abrió la puerta con sumo cuidado y se dirigió a la suya. Abrió su puerta y entró, lo primero que hizo fue cambiarse de ropa y cepillar un poco su cabello, el cual lucía terrible, se lo recogió y se puso una gorra, aún con el cabello empapado. Cambió sus tenis por otros, se puso un nuevo jeans y una playera sin siquiera secarse. Caminó hasta su peinador y notó lo pálida que se veía. De pronto escuchó una clase de zumbido de su anterior pantalón. Caminó hasta el y sacó su celular
Aiko – Viendo su celular y con voz muy baja – Me sorprende que aún funcione aunque… no en vano mi tío gastó mucho dinero para que me diseñaran un celular resistente, digo, después de haber destruido tres y por la misma razón. Todos los mojé por accidente, así pues mandó a diseñarme uno con los chips resistentes al agua. Gracias tío, algún día te diré que en verdad funcionó tu diseño – Contestó el celular al fin – Diga… No, no estoy ocupada… claro que puedo ir… no, no te disculpes, es comprensible… Si, estaré ahí lo más rápido posible… Adiós – Colgó el teléfono y lo metió a su pantalón, junto con Kaizer – Ahora, tendré qué pensar en cómo llegar. Iré en el carro, de cualquier forma ya había pensado salir – Dio media vuelta y el mareo volvió al punto de tener que sujetar su cabeza – OK, solamente basta con caminar despacio – Caminó hasta la puerta y se devolvió – Pero… lo más conveniente es que no me vea en este estado – Tomó algunos cosméticos de su peinador y salió – Es hora
No había pensado en el hecho de si alguien le veía pero, en esos instantes, en realidad no le importaba mucho. Tenía que apoyarse en la pared al caminar, su estado era muy deplorable, alguien a quien usualmente se le veía con mucha energía ahora parecía a punto de morir pero, dicen que hierva mala nunca muere y ese era su caso. Cuando llegó al inicio del pasillo, al ir bajando las escaleras estuvo a punto de caerse pero, por suerte, esto no sucedió. Llegó hasta donde estaba su carro y lo encendió, llegaría en quince minutos, si la suerte le acompañaba.
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Un chico tenía las ventanas corridas, le gustaba ver la lluvia caer pero, ahora veía el techo de su habitación, su amigo le había dado ese hermoso detalle, pintar un efecto de cielo con nubes para que se sintiera a gusto y, con estrellas que brillaban en la oscuridad. Un amigo que ahora resultaba ser chica, eso si que resultaba extraño aunque, en cierta forma ya se lo esperaba, lo que no se esperaba es que fuera hermana del ser a quien amaba.
Él le había pedido dejarle a solas con su hermana pero, no podía, necesitaba saber que él estaba bien, y que ella también, ambos le preocupaban. De pronto escuchó una puerta abrirse y cerrarse, sus sentidos eran muy agudos. Otra vez escuchó lo mismo y, después de algunos instantes volvió a escucharlo, esta vez se levantó a ver quién o qué era lo que provocaba tal sonido, su sorpresa fue mayúscula al ver a Aiko recargándose en la pared del pasillo para poder caminar, se dirigía a algún lado.
Ray – Viendo por un espacio pequeño de su puerta para que Aiko no le viera y hablando en bajo - ¿Qué está haciendo? ¿A dónde pensará ir y en esas condiciones? – De pronto se percató de algo - ¿Qué hace fuera de la habitación de Kai? De seguro no sabe nada. Será mejor que la siga.
Siguió a Aiko con la vista hasta el inicio del pasillo, en este punto se dispuso a seguirla, decidió dejar ese espacio para que no le viera, no era conveniente. Poco a poco fueron bajando hasta el primer piso y luego le siguió hasta lo que parecía una chochera. Como pudo entro a este lugar sin ser visto y casi suelta un grito al ver el carro que tenía y que, por lo que veía, estaba dispuesta a conducir.
Ray – Escondido para que no le viera Aiko - /¿Qué está loca? Si conduce en esas condiciones puede chocar. En definitiva es pariente de Kai --U/
Sigilosamente caminó hasta la parte trasera del carro, como era de cuatro puertas no le fue difícil entrar y quedarse atrás. Así podría vigilarla y, en caso de que necesitara ayuda, él estaría cerca. Aiko encendió el carro sin que se percatara de la presencia del intruso, en verdad estaba muy debilitada, de estar en óptimas condiciones de seguro le hubiera atrapado. Pisó el acelerador y se dirigió a su destino.
Ray – Escondido en el asiento trasero - /Solamente espero que Kai no se de cuenta de su ausencia, o que a ella le pase algo/
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En un lugar muy grande, con aire acondicionado que, en esos instantes, daba un aire tibio debido al clima que prevalecía afuera. Una chica estaba sentada en una banca con una maleta a un lado, parecía que estuviera a punto de salir a algún lado pero, en realidad regresaba. Esperaba a alguien, estaba muy sumida en sus pensamientos. Lágrimas amenazaban con salir de sus ojos, en verdad estaba muy triste.
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Un carro deportivo se estacionó fuera de un gran edificio, para algunos de los que ahí trabajaban no era desconocido pero, antes de que la persona que conducía se bajara, tomó algo que había dejado en el asiento del copiloto. Era al parecer un poco de maquillaje líquido y polvo, tomó un espejo y se lo aplicó en la cara. No le gustaba usarlo pero, en este caso, era imprescindible.
Aiko – Aplicándose el polvo – Me alegro que Hanna me haya regalado esto en mi cumpleaños, debo recordar agradecerle – Ahora habló en bajo y con una triste mirada – Si es que regreso
Ray – Sin dar a conocer su presencia - /¿Sí es que regresa? Debo hacer algo/
Aiko bajó del carro y, cuando se alejó un poco, Ray hizo lo mismo sin que nadie le viera, seguía lloviendo así que ambos se mojaron. Aiko iba con paso lento, en verdad parecía no importarle nada más ahora, y como consecuencia Ray también se estaba mojando. Cuando al fin entró al centro comercial, Ray apresuró su paso para no mojarse más de lo que ya estaba, entró al lugar mojando todo el piso, pero no importaba, debía seguir a Aiko.
Aiko caminaba despacio, tratando de aparentar fuerza que, en realidad, no tuviera. Caminaba lo más firmemente posible, con algunos tropiezos de vez en cuando, su cabeza no dejaba de darle vueltas y esto hacía que en ocasiones pisara mal. Aún así daba su mejor esfuerzo. Detrás de ella iba Ray, siguiéndole muy de cerca el paso, las veces que le vió tropezar quería correr a ayudarla pero no podía, no debía. Parecía que buscaba algo, y pronto sabría que era.
¿? – Aiko
Aiko – Volteando a ver donde le llamaban – Sí – Reconociendo a la persona – Buenos días señora Hikary Escasez de nombres
Sra. Hikary - ¿Te encuentras bien hija? – Dijo acercándose a ella
Aiko – Dando un paso hacia atrás – Si, por supuesto, estoy muy bien – Dio la mejor sonrisa que pudo en ese instante
Sra. Hikary – Relajándose un poco – Muy bien. Hace mucho que no venías. Me alegra que hayas vuelto
Aiko – He estado muy ocupada
Sra. Hikary – Entiendo. Entonces ahora estás ocupada ¿cierto?
Aiko – Un poco apenada – Sí, vengo a ver a una amiga
Sra. Hikary – Alegre por la noticia – Entonces no te entretengo, otro día que tengas más tiempo me visitas.
Aiko – Con sonrisa fingida – Sí señora Hikary, lo haré – Se aleja del lugar.
Ray – Detrás de Aiko – Parece que hace mucho que no venía, y mucho más que no le veían tan feliz. Esto es muy extraño – Siguió a Aiko
Aiko seguía caminando y con Ray cerca de ella para no perderle de vista entre aquel mar de gente que estaba en el centro comercial. Aiko en verdad se veía cansada, y también lo dejaba ver por el ritmo de respiración que tenía, era rápido y forzado. Lo más probable es que sus fuerzas se estuvieran agotando. Por suerte para Ray y para Aiko, parecía que esta había encontrado lo que buscaba. En una banca, con la mirada gacha y triste, se encontraba una chica a la que Ray conocía.
Aiko – Poniendo su mejor cara, toda su fuerza y ánimo - ¡Hilary!
Hilary – Volteando a verle y dándole una pequeña sonrisa – Viniste Aiko
Aiko – Claro que sí, ¿Cómo te iba a dejar sola? – Se sienta en la banca. No ve que Ray le sigue y se coloca detrás de un muro para escuchar la conversación y vigilar a Aiko
Hilary – Siento mucho no haberte llamado en tanto tiempo
Aiko – Ya te dije por teléfono que no importaba – Decía poniendo su mejor sonrisa – Ahora, dime de qué querías hablar. ¿Qué te pasó?
Hilary – Sorprendiéndose - ¿Cómo sabes que algo me sucedió?
Aiko – Los ojos son el reflejo del alma. Y además se te notan llorosos
Hilary – Sonrojada – Vaya, no sabía que podía ser tan predecible.
Aiko – Estoy aquí para escuchar así que, cuéntame.
Hilary – Me apena mucho llamarte nada más por esto
Aiko – No hay problema, para eso estamos los amigos
Hilary – Gracias – Se relaja un poco - ¿Conoces a los BladeBrakers?
Aiko – Sí, conozco algo de ellos. Fueron los campeones mundiales ¿no?
Hilary – Sí
Ray – Detrás del muro - ¿Hilary? Ella conocía a Aiko, pero, le acaba de preguntar que si nos conoce entonces, ella no debe saber que ella es Alex
Hilary – Bueno, entonces debes conocer al Sr. Dickenson – Vio que Aiko le asentía – Tal vez no debería decírtelo pero él tiene un sobrino – Vio que Aiko le prestaba toda la atención – Él invitó a los BladeBrakers a su casa para entrenar, con una treta que, ahora que lo pienso, fue muy graciosa. Es un gran luchador. Pero no es de él quien voy a hablar. Supongo que si conoces a los BladeBrakers debes conocer a Tyson
Aiko – Sí, si lo conozco aunque…para mi gusto es algo engreído
Hilary – Engreído, egoísta, gritón y… el chico que me gusta
Aiko – ¿El chico que te gusta? – Dijo aparentando una sorpresa
Hilary – Sí, hemos estado juntos desde que estábamos en la primaria. Siempre he pensado lo mismo de él, nunca llegaba a tiempo a clases y siempre se quedaba dormido en ella, me disgustaba mucho pero… dicen que los polos opuestos se atraen – Dijo dando una pequeña sonrisa – Hoy, se lo dije, le dije que lo amaba pero, en realidad, su reacción no fue la que me esperaba – Soltó sin siquiera pensarlo, Aiko y Ray seguían escuchando, aunque nadie supiera de este último – Me dijo que yo debía estar loca, que nadie se puede enamorar de mí, que soy gruñona y regañona, que todo lo quiero hacer a mi modo y que nunca respeto mis propios límites – Decía mientras lágrimas brotaban de nuevo de sus ojos
Aiko – Sabes, tal vez tenga razón – Captó la atención de Hilary y Ray – Tal vez seas así pero, eso es lo que te hace tan especial, tu forma de ser. A eso se le llama personalidad, es lo que nos hace diferentes unos de los otros y, aunque sus palabras te hayan herido, debes tomarlo como una piedra en el camino que te hizo caer y volverte a levantar. No debes dejarte abatir por eso. Tal vez él no era el chico apropiado para ti, tal vez él no era tu destino. Quién sabe, tal vez el chico que te ame por encima de todas las cosas aún está esperándote y esperando una oportunidad para confesártelo y, ahora que tú ya dejaste a Tyson, ahora te lo hará saber. Todo ocurre por una razón. Es algo que solía decirme mi padre.
Hilary – Secando las lagrimas de sus ojos – Gracias. Es cierto. No debo dejarme abatir por esto
Aiko – Además… el no reconocer tus propios límites no es algo malo, de hecho es una cualidad, porque así siempre das lo mejor de ti, y mucho más. Algún día alguien reconocerá eso en ti.
Hilary – En verdad te lo agradezco. Aiko… ¿te puedo confesar algo y no se lo revelarías a nadie?
Aiko – Poniendo una sonrisa, aunque su condición decaía a cada instante – Soy como una tumba
Hilary – Tyson también me dijo por que me rechazó – Hizo una pausa – Max, también parte del equipo de los BladeBrakers, está enamorado de Tyson y, por supuesto, Tyson lo está de Max, ambos se corresponden.
Aiko – Sin sorprenderse – Ya veo
Hilary - ¿No te sorprende?
Aiko – Cayendo en cuenta de su error – Soy de mente abierta. Yo creo que no importa el mundo, mientras estés con el ser que amas.
Hilary – Eres muy madura
Aiko – Las situaciones nos hacen madurar – Dijo un poco sumida en su mundo – Ten por seguro que lo de Tyson te hará madurar a ti también.
Hilary – Levantándose de la banca y estirándose – Muy bien
Aiko – Sentada aún - ¿Ya te vas?
Hilary – Sí, discúlpame – Le entrega un papel
Aiko - ¿Y esto?
Hilary – Dando una hermosa sonrisa – Es el número telefónico de mi casa. Cuando necesites a alguien con quién hablar, no dudes en llamarme. Ahora tengo que irme a mi casa
Aiko – Si quieres te llevo – Se reprendió mentalmente
Hilary – No, no te preocupes – Recoge su maleta – Espero nos veamos de nuevo
Aiko – Sí, te llamaré cuando pueda.
Hilary – De acuerdo – Camina alejándose de Aiko - ¡Nos vemos! – Gritó alejándose de ella
Aiko – Parándose y también gritando - ¡Adiós, me dio gusto verte otra vez! – Agitó su mano en señal de despedida – Se ha ido – Bajó su mano – Me siento mal – Poco a poco su mundo se fue oscureciendo hasta quedarse sumida en un mundo de oscuridad, no escuchaba ni sentía nada. Simplemente se había ido
Ray – Viendo a Aiko – Oh por Dios – Corre hasta donde está ella – Te tengo – Dijo mientras la atrapaba en el aire – Se ha desmayado – Toca su frente – Está ardiendo en fiebre. Debo llevarla pronto a la mansión – Sacó algo del bolsillo del pantalón de Aiko. La cargó en su espalda y se dispuso a salir de ahí pero, algo le detuvo
¿? - ¡Oh Dios! ¿¡Hija te encuentras bien? – Decía a una chica desmayada
Ray – Reconociendo a la persona – No se preocupe señora Hikary, ella está bien, simplemente se ha desmayado
Sra. Hikary – Viendo a Ray - ¿Y tú quién eres jovencito?
Ray – Sumamente nerviosos – Pues… yo… soy… /No puedo decirle que soy su hermano, de seguro sabe que es hija única, tampoco su primo, ¡Ya sé/ Soy su novio U– Dijo sumamente sonrojado
Sra. Hikary – ¿Su novio? – Ahora más alegre - ¡Que bueno que al fin tiene novio! Estaba muy preocupada porque después de lo que sucedió con sus padres había cambiado su forma de ser. Espero que tu traigas de vuelta a la Aiko que todos queríamos
Ray – Avergonzado y confundido – Haré lo posible – Caminó a la salida
Sra. Hikary – Espera – Dijo a Ray – Afuera continúa lloviendo – Le entregó un paraguas – Toma esto, así no se mojarán
Ray – Gracias – Así caminó hasta el carro. Cuando estuvo ahí hizo malabares para que Aiko no cayera, sujetar el paraguas y abrir la puerta del carro. Cuando estuvo hecho puso a Aiko en el asiento del copiloto y el se subió en el asiento del chofer – Muy bien – Dijo nerviosos – Esperemos que no sea tan difícil conducir – Vió las palancas del carro – Al menos es automático
Así se puso en marcha, encendió el carro y pisó el acelerador, pronto emprendió el camino de regreso a la mansión, iba lento, tanto que por poco y le dan una multa por detener la vialidad pero, ¿Qué podían esperar de alguien que apenas acababa de aprender a conducir? Además tenía que ir revisando a la hermana de… ¿Cómo le podía llamar? Su mejor amigo. Su respiración era forzada y sus mejillas estaban rojas, tenía fiebre. Una muy alta, y a cada segundo empeoraba. Era la una de la tarde.
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Dos chicos estaban en una habitación, todo estaba a oscuras, la chica estaba recargada en el pecho del chico y ambos estaban recostados en la cama, aún seguía llorando aunque, ya no era por la razón del inicio. Odiaba a Ray, y odiaba a la persona que él amaba. Apretó los puños sujetando el chaleco del chico moreno con facciones de gato como ella. El simplemente le soportaba todo, sabía que estaba dolida, sabía lo que le ocurría y, en verdad sentía en carne propia lo que ella sentía, tenía un gran aprecio por aquella chica de cabellos rosados.
Lee – Me puedes decir ¿Por qué estás enfadada ahora?
Mariah – Por Ray y por ese maldito
Lee - ¿A quién te refieres?
Mariah – A Kai – Lee se sobresaltó – Ray, me dijo que amaba a Kai… no de frente pero, cuando lo estaba acariciando, dijo su nombre.
Lee – Fue por eso que quedaste destrozada
Mariah – Más enojada y soltando algunas lágrimas de rabia – Ese maldito, es tan frío como el hielo, no sé que le ve Ray. Yo soy más bonita y más cariñosa
Lee – Pero… no se puede mandar en las cosas del amor – Mariah lo ve a los ojos más tranquila – Veo que ya te tranquilizaste – Le dijo a los ojos – Sabes Mariah, este solamente ha sido un desamor, no tienes que arruinarte la vida por eso – Ve al techo de la habitación – Tal vez, sin darte cuenta, alguien llegue a amarte pero, tú no le has dado la oportunidad por estar enamorada de Ray
Mariah – No te entiendo
Lee – Mariah, eres muy hermosa pero, todos en el pueblo saben que estás enamorada de Ray, o al menos lo suponen y, por esto mismo, nadie se te acerca. Solamente nosotros, los White Tigers. Nadie niega tu belleza, has dejado a más de uno embelezado pero, ninguno ha tenido la oportunidad. Tal vez… ahora, puedas ver más allá de Ray.
Mariah – No te entiendo Lee. En realidad no entiendo tu actitud hoy, siempre he creído que eres un chico frío y calculador, aunque no tanto como Kai – Dijo esto con desprecio – Y ahora te muestras tan amable conmigo
Lee – Eso es a lo que me refiero. Tu mundo se cerró con Ray. Nunca viste a nadie más y yo… sin embargo… sí vi a alguien especial que para mi suerte, Ray no vió – Mariah lo veía sin comprender – Sé que es muy precipitado pero, tal vez pueda con esto aliviar tu dolor Mariah – Se va acercando lentamente al rostro de Mariah – Debes entender que no estás sola – Sus alientos se mezclan – Yo siempre estaré ahí – Rosa los labios de Mariah – Por que te amo – La separación se hizo nula y sus labios se juntaron
El beso primero era tierno, con miedo, pronto este fue desapareciendo. Mariah cerró sus ojos, no quería pensar, quería sentir aunque, no estaba segura si era con esa persona la que deseaba presionar sus labios. Lee poco a poco fue profundizando el beso, sin mucho esfuerzo pudo hacer que Mariah abriera la boca para que él pudiera introducir su lengua, así ambos estuvieron un buen rato.
Lee exploraba los rincones de la boca de Mariah, sin poder creer que al fin estaba besando a la chica que él amaba aunque, no estaba seguro si ella sentía lo mismo por él. No le importaba, era su sueño vuelto realidad. Mariah por su parte besaba a Lee sin prestar atención al mundo, sus manos poco a poco se fueron volviendo inquietas, no querían estar sin hacer nada. Comenzó quitando el chaleco de Lee
Lee, por su parte, comenzaba a quitar la blusa de la chica, no tenía su cinta de cabello, así que no podía quitársela. Comenzó desabrochando los botones, sin dejar de besar esos deliciosos labios que para él eran. Mariah por su parte acariciaba el fornido pecho de Lee, sin dejar un espacio en blanco. Lee ya había terminado de desabrochar los botones de la blusa de Mariah y acariciaba sus pechos por encima de la tela de su brasiere.
Besar sus labios ya no fue suficiente, así que se aventuró a besar su cuello, con delicadeza y a la vez con desesperación, los pechos de Mariah eran no muy grandes ni muy pequeños, según él, eran del tamaño exacto, se ajustaban perfectamente a sus manos. La boca de Mariah empezaba a dar pequeños gemidos de excitación, mientras Lee le hacía aquellas caricias que poco a poco le hacían perder los sentidos. Esto era perfecto, pero algo lo tenía que arruinar.
Mariah – Hablando en un susurro y, en realidad, sin pensar sus palabras – Ray
Lee – Deteniéndose ante las palabras de Mariah - ¿Qué has dicho?
Mariah – Sintiendo que las caricias cesaban – Yo… pues yo… - Decía muy nerviosa – Lo siento Lee, simplemente estoy confundida – Finalizó
Lee - ¿Estás… confundida? – Dijo sin creer sus palabras
Mariah – Entiéndeme por favor. Apenas ayer le dije a Ray lo que sentía y él me rechazó, y ahora tú me dices que me amas cuando yo aún no he olvidado a Ray
Lee – Al menos ahora sé lo que tú sentiste cuando él dijo el nombre de Kai – Dijo triste
Mariah – Cayendo en la cuenta – Es cierto pero, también es cierto que él no me corresponde. No debo dejarme abatir, ese no es el espíritu de los White Tigers ¿Cierto?
Lee – Un tanto sumido en sus pensamientos – Sí, es cierto
Mariah – Acercándose a Lee – Entonces – Se acerca a sus labios – Déme intentar olvidar a Ray – Besa los labios de Lee – Contigo
Lee – No es justo que me utilices solamente para eso Mariah
Mariah – No te estoy usando. No sé lo que siento por ti. Yo creí que amaba a Ray y me equivoqué, tal vez te ame a ti y yo no lo sepa.
Lee – No debes utilizar a las personas
Mariah – Un tanto alterada - ¡No te estoy usando! Simplemente… quiero que me permitas… intentarlo… yo sé que es muy cruel primero darte alas y luego cortártelas pero… tal vez, esta sea la única forma. Permíteme olvidar a Ray… contigo… te prometo… que te corresponderé
Lee – No quiero esa promesa. No está bien obligar a nadie a sentir algo que no siente. Si me llegas a amar lo aceptaré y si tu corazón no es para mí, también lo aceptaré.
Mariah – Entonces ¿Me permites intentarlo?
Lee – Sé que esto me dolerá al final pero, mi amor por ti es mayor. Te dejaré intentarlo Qué cursi me salió
Mariah – Gracias – Vuelve a besar sus labios.
Lee continuó donde se había quedado, besaba los labios de Mariah con desesperación, ya que sabía que, probablemente o seguramente, esta sería la primera y única ocasión en que tendría oportunidad. Mientras sus manos recorrían los pechos de Mariah por encima del sostén, de la boca de Mariah salían pequeños gemidos al sentir las manos de Lee en aquellos lugares. Ella tampoco se quedaba atrás, sus manos recorrían el pecho de Lee siguiendo la línea de sus marcados músculos.
Lee no estaba mal, es decir, era casi tan fuerte como Ray, Ray, debía dejar de pensar en él. Debía disfrutar el momento. Lee bajó sus labios y besaba el cuello de Mariah, al tiempo que le quitaba la blusa ya desabrochada, dejando solamente el sostén, cuando estuvo así sus labios pasaron de su cuello a los huesos de su pecho que resaltaban. Mariah se dejaba querer y acariciar. Las mujeres mayores le decían que debía permanecer virgen hasta el matrimonio pero, ella no podía resistirse.
Mariah retiró el chaleco de Lee para estar a mano, según ella. Lee estaba excitándose a pasos enormes, así que quitó el pantalón de la chica, mientras ella le quitaba la cinta que sujetaba el pantalón de Lee y este se quitaba los zapatos. Cuando el trabajo estuvo hecho los pantalones fueron a dar a destinos desconocidos. Lee se colocó encima de Mariah, apoyando su peso en sus brazos, para no aplastarla.
Lee estaba en boxers y Mariah en ropa interior. Lee comenzó a bajar su boca y a besar los pechos de Mariah por encima de la tela del brasiere, sus pezones estaban completamente excitados, así que resaltaban. Lee no podía soportar tal separación así que como un experto, quitó este incómodo obstáculo dejando los pechos de Mariah al aire, percibiendo esta al instante el aire frío pero, rápidamente eliminado por la boca de Lee.
Lee se sentía en el cielo, aunque dentro de su cabeza no desaparecía la idea de que Mariah amaba a Ray. Chupaba, succionaba y daba pequeños mordiscos a los ya excitados pezones de Mariah con tal fuerza y concentración, que la chica no podía más que dar pequeños gemidos y sujetar los hombros de Lee. Se sentía en la gloria, empezaba a tener un sentimiento nuevo hacia el líder de su equipo.
Las manos de Lee no soportaron estar quietas y, poco a poco fue recorriendo el vientre de la chica, hasta topar con la pantaleta de esta. Lentamente fue introduciendo su mano, sintiendo el calor del lugar que estaba tocando y, que gracias a Ray, era el primero en tocar. Eso le reconfortaba, que era el primer hombre que tocaba a Mariah puesto que ni Ray lo hizo. Era feliz por esto.
Su mano se introdujo más en aquel lugar hasta alcanzar su objetivo, un pequeño orificio en el cual sin dudarlo introdujo un dedo haciendo que Mariah gritara de excitación. Lee hacía un movimiento hacia dentro y hacia fuera provocando pequeños espasmos en el cuerpo de la chica, además se le aunaba el hecho de que estaba mordiendo sus pezones, era como estar en la cima del mundo. De dónde saco todo esto… No tengo ni la más remota idea
La espalda de Mariah se arqueaba con cada movimiento, hasta que Lee se detuvo. Descendió con sus besos hasta el vientre, el cual subía y bajaba debido al ejercicio hecho, pero aún no terminaba, lentamente quitó su último obstáculo. Ya no le importaba nada. Cuando hubo realizado el trabajo, bajó hasta el lugar que anteriormente su mano había estado trabajando. Estaba húmedo, no era para menos.
Lo primero que hizo fue darle una lambida, ante lo cual Mariah volvió a gritar, después su lengua ocupó el lugar de su dedo, introduciéndose y sacándola, Mariah no podía aguantar, pronto su clítoris estuvo totalmente excitado, así que Lee procedió a morderlo, provocando más espasmos y gritos por parte de la chica, esto le hacía que Lee se excitara más. Pronto pudo probar un delicioso líquido que provenía de Mariah.
Lee ya no podía resistir más, se detuvo un instante y vió a los ojos a Mariah, preguntándole si continuaban, Mariah le dio un beso en los labios y procedieron. Lee se acomodó sobre ella para no lastimarla y, al mismo tiempo, que él estuviera cómodo. Se quitó los boxers y dejó notar su miembro completamente excitado. Dirigió con una mano su miembro hasta aquel preciado lugar y, con un suave movimiento, comenzó a introducirlo.
Mariah hacía pequeñas muecas de dolor pero, lo peor, estaba por venir. Lee pronto sintió cómo un obstáculo se hacía presente, era su trofeo, su premio por la espera y por su sacrificio al ser el método de olvido de Mariah. Con un movimiento algo brusco, introdujo todo su miembro dentro de Mariah, la cual no pudo hacer más que abrazar fuertemente a Lee, mientras pequeñas lágrimas rodaban por sus mejillas. Lee se detuvo, debía pasar el dolor.
Mariah – Hablándole al oído a Lee y después de que el dolor pasó – Sabes Lee, creo que ya olvidé a Ray. Yo también te amo, solamente que no me había dado cuenta.
Lee - ¿Qué dices?
Mariah – Es cierto – Lo vió a los ojos – Te amo
Esto fue como un motor de arranque para Lee, quien al escuchar las palabras de la persona a quien más amaba, comenzó a embestirla con fuerza aunque con un gran cariño y amor. Mariah por su parte no podía hacer nada más que gritar el nombre de su ahora amado, con todo lo que podía y, al mismo tiempo, intentando no ser tan fuerte temiendo que los demás se enteraran. El tiempo seguía, Mariah estaba extasiada y ambos estaban cansados.
Lee – Con la respiración entrecortada – Ya… no puedo… más
Mariah – Abrazándose al cuello de Lee – Yo estoy lista
Lee dio un grito, indicando que había terminado, dejando su esencia dentro de Mariah y, esta, estaba agotada. Quedaron recostados, Lee encima de Mariah, sus respiraciones eran fuertes, estaban cansados, pero felices. Sin saber en qué momento, Mariah se durmió, en el reconfortante abrazo de Lee. Con cuidado este salió de ella provocando un ligero estremecimiento en el cuerpo de la chica.
Con cuidado la acomodó debajo de las sábanas, y la tapó, estaba feliz. Miró un instante por la ventana y vió un carro en la entrada principal. No importaba quien fuera, no le importaba nada pues ahora tenía a Mariah. Volvió hasta donde ella estaba y la vió dormida. Era hermosa. Se recostó a su lado y se durmió también. Se irían, ella necesitaba estar lejos de Ray, ni siquiera se despedirían. Eso harían, en cuanto despertaran. Lentamente él también partió al mundo de los sueños
NOTAS DE LA AUTORA
:3 No pude resistirme. Les dije que en mi fic nadie estaba triste por mucho tiempo. Ahora, no crean lo que no es, leo muchos libros de medicina y, pues lo demás, lo que platican los adolescentes de ahora. Yo ni siquiera tengo novio. Aunque existe un dicho que dice (OO apoco) quien nada debe nada teme. No me crean es más no me hagan caso, tengo uno de esos días en los que mi mente piensa en todo y a la vez en nada.
De cualquier forma sigan mi fic, y yo les seguiré dando misterios (bueno, ya no más misterios) pero si más momentos de amor, estoy en mi etapa de ver novelas (mentira) Pero si tengo mi etapa de "atrapa mi mente porque se me va a escapar" Ven, estoy loca. Bueno, sigan enviándome reviews y yo los seguiré leyendo.
Mata nee :3
