Aclaraciones preliminares:
Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;
Este fanfic se realiza sin fines de lucro
Las acotaciones son
/Lo que el personaje piensa/
oooooooo Cambio de escena
Lo que yo digo
(Algún comentario)
/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/
CAPÍTULO 19
LAS DESPEDIDAS
Gotas de lluvia caían, un chico intentando conducir con una chica en el asiento del copiloto. Estaba preocupado por ella y, ¿Cómo no estarlo? Es decir, era la hermana de su mejor amigo y, por encima de todo, era su amiga, aunque hasta hace unas horas era amigo. Conducía con cuidado puesto que, además de que era su primera vez tras el volante, estaba lloviendo y no quería provocar un accidente, aunque su lentitud ya había provocado un embotellamiento.
Pronto vió su objetivo, para su alegría y todos los que venían detrás de él. Lentamente se acercó a la orilla para intentar estacionar el carro. Lo logró sin mayores complicaciones. Lo dejó en la puerta principal, ahora no era momento de preocuparse por un simple carro. Tomó a la chica en sus brazos y tomó el paraguas. Con todas las fuerzas que sus piernas le daban, corrió hasta la mansión, debido a que esta estaba muy lejos de donde había dejado el carro.
Después de algunos minutos pudo llegar. Tardó alrededor de media hora en llegar, en un trayecto que era de quince minutos, así que ya era la una y media. Dejó el paraguas tirado en el suelo mojando la alfombra y subió corriendo hasta el último piso. Cuando estuvo ahí primero observó que nadie estuviera fuera de su habitación, después siguió su camino. En el trayecto se detuvo, era la puerta de su vieja amiga.
Era muy extraño, aunque se sonrojó por su intromisión. De aquella habitación provenían gemidos y gritos de excitación, su sonrojo subió más de volumen cuando aquella a la que él consideraba una niña, dijo el nombre de quien le provocaba tales sensaciones. Era Lee, el líder de su ex-equipo.
Ray – Un tanto asombrado – Al menos ahora es feliz. Espero que Lee le pueda dar lo que yo no pude. Suerte – Siguió su recorrido.
No se extrañó ahora del silencio proveniente del cuarto de Hilary, de cualquier forma él ya sabía dónde estaba. Tampoco le sorprendió que los ruidos que provenían de la habitación de Tyson fueran iguales a los que provenían de la de Mariah, demasiadas sorpresas para un día. Lo que sí le sorprendió es que con tanto ruido ni Kai ni Kenny hubieran salido a investigar. Llegó a su objetivo. Se paró frente aquella puerta y tocó. No recibió respuesta.
Ray – Tocando de nuevo la puerta – Kai, soy yo Ray, por favor abre – Silencio total, después el sonido de la manija girando – Gracias
Kai – Con un tono frío y por un espacio entre la puerta - ¿Qué quieres?
Ray – Sin intimidarse – Te traje un regalo – Se inclina un poco para dejarle ver a Aiko inconsciente
Kai – Te lo regalo
Ray – Un tanto molesto – Vamos Kai
Kai – Ella se fue, en lo que a mi respecta yo ya no tengo ninguna obligación – Comienza a cerrar la puerta
Ray – Colocando su pie para impedir que Kai cierre la puerta – Y si te digo que está ardiendo en fiebre
Kai – Sin cambiar su actitud – Fue su culpa
Ray – Kai, por favor. – Sintió que la presión de la puerta disminuía – Gracias – Entró al cuarto el cual estaba totalmente oscuro. Caminó hasta la cama y la colocó en ella – Las sábanas están mojadas
Kai – Recargado sobre la puerta y con los brazos cruzados – No las he cambiado, ahí la había recostado.
Ray – Muy bien, entonces la colocaré en la otra cama mientras cambio las sábanas de esta
Kai - ¿Cómo sabes dónde está cada cosa?
Ray – Viendo a Kai – Fácil, puedo adaptar mi visión a la oscuridad con gran facilidad. Una habilidad de todos los de mi pueblo… además, si no recuerdas estuve aquí cuando tuviste que quedarte en cama – Caminó hasta donde habían unas sábanas
Kai – Ya veo – Dijo sin cambiar de actitud - ¿Por qué la trajiste?
Ray – Comenzando a quitar las sábanas mojadas – No lo sé, creí que por ser tu hermana, lo más conveniente era traerla contigo.
Kai – Y ¿Por qué no contigo?
Ray – Colocando las sábanas secas – Lo mejor es que esté contigo, no creo que estuviera muy conciente cuando la vimos hace rato, así que debe de seguir con la idea de que yo creo que es hombre.
Kai – Yo no quiero que esté cerca de mí
Ray – Colocando a Aiko en la cama de Kai – Mentiroso
Kai – Un tanto molesto - ¿Qué dices?
Ray – Con tranquilidad – Mentiroso. Tal vez sea verdad pero, yo creo que sí quieres que esté cerca de ti. Debe preocuparte.
Kai - ¿Por qué estás tú aquí?
Ray – Esto si sorprendió a Ray – Pues… - Comenzó a sonrojarse – Ella es mi amiga, se ha ganado ese título, además de nuestra compañera de Beyblade, es una Bladebraker también – Dijo intentando convencer a Kai
Kai – Y… - No lo había logrado
Ray – Y, pues, también me preocupas tú – Dijo con resignación – Piénsalo Kai, tú solo no podrás cuidarla, ya se te escapó una vez, seguro está confundida e intentará hacerlo de nuevo. Además su fiebre es muy alta, no podrás cuidarla de día y de noche y… creí que tal vez… podrías contar con mi ayuda… que yo la cuidara de noche y tú de día.
Kai - ¿Por qué… me ayudas?
Ray – Viendo a Aiko – Tú sabes la respuesta – Provocó un leve sonrojo en el chico bicolor, aunque no lo notó
Kai – Como quien se resigna - ¿Qué hay qué hacer?
Ray – Viendo a Kai - ¿Para qué?
Kai – Para bajarle la fiebre
Ray - ¿En verdad no sabes? – Kai le mira con cara de "si lo supiera no te estaría preguntando" – Hay que disminuir la temperatura de su cuerpo. Llena tu jacuzzi con agua fría, yo iré a la cocina
Kai - ¿Qué tienes pensado?
Ray – Ya verás – Sale de prisa de la habitación
Kai – Viendo a Aiko – Esperemos que al menos muestres ser parte de los Hiwatari – Ve a Aiko con una respiración agitada pero, por lo que se notaba, luchado – Tendrás que demostrarme que lo eres – Entró al cuarto de baño para hacer lo que Ray le había dicho
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Un chico de lentes está en su cuarto, está cansado y, a la vez, preocupado. Tecleaba fuertemente en su computadora. Vió el reloj y se dio cuenta de la hora, era tarde, su amiga ya debía haberse despertado, iría con ella. Dicho esto cerró su laptop y la llevó consigo. Eran ya las dos de la tarde Necesito decirles la hora, si no apuesto a que ya estarían con los ojos de espiral
Caminó despacio hasta el inicio del pasillo, tocó la puerta de la chica un par de veces pero, no recibió respuesta alguna. Esto comenzaba a extrañarle, ella era muy puntual y no era usual que durmiera mucho o que se levantara tarde, o que se quedara dormida. Tocó de nuevo la puerta pero nadie contestó, dio media vuelta para volver a su cuarto pero vió a uno de sus compañeros, lo preferible y lógico era preguntar.
Kenny – Oye Ray – Detiene al chico que iba a toda velocidad - ¿Has visto a Hilary?
Ray – Recordando lo sucedido – Eh… si Jefe, ¿Para qué la necesitas?
Kenny – Quiero hablar con ella sobre algo de la escuela – Mintió
Ray – Pues… verás Jefe – Decidió decirle la verdad – Verás Jefe, tú sabías que ella estaba enamorada de Tyson – El pequeño asintió – Bueno, al parecer hoy se lo dijo y Tyson la rechazó de la forma menos sutil que te puedas imaginar Y luego dicen que las mujeres somos las chismosas – La cara del pequeño palideció – Tyson le dijo que él quería a Max y, pues Hilary se entristeció tanto, que decidió irse para su casa
Kenny – Su cerebro funcionando a mil por hora - ¿Cómo sabes todo esto?
Ray – Nerviosos – Pues… yo pasaba por ahí por casualidad y escuché la conversación y luego vi como Hilary salía – Mintió
Kenny – Corriendo a su cuarto – Me tengo que ir
Ray – Confundido - ¿A dónde?
Kenny – Gritándole – A mi casa, olvidé que debía ayudarle a mi padre en el restaurante – Entró a su cuarto y sacó la cabeza – Despídeme de los chicos y Alex, que me disculpen – Entró de nuevo
Ray – No creo que haya sido esa la razón – Dijo como en shock - ¡Es cierto! – Comenzó a correr de nuevo a la cocina. Cuando estuvo ahí sacó algo del congelador, los puso en dos botes y corrió con ellos a la habitación de Kai, encontrándose con Kenny en las escaleras
Kenny – Con una maleta en sus manos - ¿Para qué es eso?
Ray – Nada en particular – Dijo restándole importancia
Kenny – Bueno – Saca algo de su pantalón – Me harías el favor de dárselo a Alex – Era una carta
Ray – Tomando la carta – Claro Jefe
Kenny – Despídeme de todos – Decía mientras se despedía con la mano
Ray – Claro – Vió al pequeño alejarse, tomó de nuevo los botes y caminó hasta el último piso, pero se detuvo de nuevo, frente al cuarto de Hilary - /Es muy extraño que no se haya despedido, tal vez dejó algo en su habitación/ - Sacó algo de su bolsillo - /Por suerte no le devolví a la ama de llaves esta llave/ - Dijo con una gran sonrisa en sus labios. Metió la llave y abrió la puerta. El lugar estaba iluminado por la poca luz que provenía de afuera, las cortinas estaban abiertas y, en la cama, vió lo que buscaba, una carta para Alex, la tomó y volvió a salir del lugar. Ya afuera tomó de nuevo los baldes y ahora sí, caminó hasta el cuarto de Kai – Kai – Hizo un intento de tocar la puerta - ¿Puedes abrirme? – Se abre la puerta – Gracias
Kai – Viendo lo que Ray cargaba - ¿Me puedes explicar qué es todo esto?
Ray – Muy bien, estas son cartas para ella – Dijo burlándose de Kai - ¿No las conocías?
Kai – No juegues conmigo
Ray – Con una sonrisa en sus labios – Lo siento no pude evitarlo. Una es de Kenny y otra de Hilary, ambos se fueron. Y esto – Cargó uno de los baldes – Son hielos – Caminó hasta el jacuzzi y los vertió – Es para que el agua esté más fría – Fue por el otro balde y lo llevó hasta el jacuzzi – Así le bajará la fiebre pero… - Bajó el balde – El problema está en ¿Cómo la cambiaremos de ropa? O ¿Cómo la sumergiremos? No hay problema con esto, puede ser con su ropa pero, al cambiarla, ¿No te molestarás?
Kai – Para mí ella es tan extraña como para ti.
Ray – Sólo espero que ella no se enoje cuando se recupere – Dijo en bajo – Bien – Salió del cuarto de baño y caminó hasta la puerta – Voy por ropa para ella – Al pensar en eso se sonrojó, era una chica y su amiga, no podía evitarlo aunque su corazón perteneciera a Kai
Kai – Y ¿Cómo se supone entrarás a su cuarto?
Ray – Deteniéndose en plena carrera – Ya verás – Salió y, en un par de minutos volvió – Aquí está – Dijo sonriéndole – Creo que esta es su pijama
Kai – Sin prestarle atención – No me importa. Hagamos lo que tenemos que hacer y olvidémonos del asunto
Ray – Dejando la ropa en la cama – De acuerdo – Carga a Aiko en su espalda – Esto va a ser duro – Dijo caminando al cuarto de baño - /Sería un buen momento para reflexionar mi oferta/
Kai - ¿Por qué te muestras tan temeroso?
Ray – Pues… porque en cuanto su cuerpo toque el agua fría… ella va a intentar salir y… si es tan fuerte como tú, estamos en problemas
Kai – Restándole importancia – No digas estupideces
Entre Kai y Ray cargaron el cuerpo inconsciente de Aiko y poco a poco lo fueron colocando en el agua, hasta que en un momento, lo sumergieron totalmente y, tal como había dicho Ray, Aiko despertó intentando por todos los medios posibles salir de ahí aunque en realidad no sabía ni dónde ni con quién estaba. Mientras Ray hacía lo posible por no caer al agua helada y Kai simplemente se concentraba en ejercer presión sobre la chica. Ambos terminaron empapados cuando, al cabo de cinco minutos, la chica dejó de forcejear.
Ray – Empapado de pies a cabeza, con gotas cayendo de su cabello y congelado hasta los huesos – Te lo dije – Dijo a Kai sonando como si lo reprendiera
Kai – No te hagas el importante
Ray – De acuerdo – Se paró del suelo donde estaba descansando y se acercó a Aiko – Debemos esperar a que baje la fiebre – Checó su temperatura – Dejémosla aquí unos quince minutos, tal vez con eso le baje la temperatura – Estornudó – Y será mejor que nos cambiemos si no queremos terminar igual
Kai – Con su mismo tono frío y cruzado de brazos – Yo no me enfermo
Ray – Pero yo sí, así que si me disculpas, voy a mi cuarto por ropa
Kai – Con un leve sonrojo en sus mejillas – Si quieres puedo prestarte un pijama
Ray – También sonrojado – No, ya me has dado una, mejor voy por la mía
Kai – No… tengo… inconveniente
Ray – Extrañado por la insistencia de Kai – De acuerdo, acepto
Kai – Caminando hacia la gaveta y sacando dos – Ambas de color azul, solo que una más fuerte que la otra – Toma – Le dio la de tono menos oscuro
Ray – Gracias – Comenzó a desabotonar su playera y recordó a Kai – Será mejor… que yo me cambie afuera – Dijo con un sonrojo en sus mejillas
Kai – También sonrojado – Sí
Así, ambos chicos se cambiaron en lugares diferentes. Kai en el cuarto de baño, y Ray en la habitación. Estaban nerviosos, no lo ocultaban y, en realidad, parecía que no lo evitaban. Después de algunos instantes ambos volvieron a juntarse en el cuarto de baño, ya estaban cambiados y, ahora el problema era cambiar a la chica, la habían dejado más tiempo debido a que su fiebre no disminuía, desde que entró habían pasado cuarenta y cinco minutos. Como Ray era el que conocía el cuerpo de una chica y era menos tímido, le tocó a él el trabajo, aunque su experiencia no fuera adquirida por las buenas.
Ray – Tomando la ropa de Aiko – No sé porqué tengo que hacer esto yo, es tu hermana
Kai – Con un tono burlón y sosteniendo una toalla con la que ambos intentaban tapar a la chica – Tú fuiste el que insistió en esperar a que se recuperarla, tu fuiste el de la idea de refrescarla y además tú eres el único que conoce el cuerpo de una mujer
Ray – No porque yo quisiera – Reprochó
Kai – Disculpa si no lloro
Ray – Muy gracioso, a ver si cuando te toque a ti eres tan cómico
Kai – Nunca va a ser mi turno.
Ray – Nunca digas nunca – Terminaron de cambiarla. La llevaron a la cama – Listo – Silencio total – Eh, creo que debería ir por algo de comer para los dos y un té para ella
Kai – Sí – Volvió a su tono frío
Ray – Caminando a la puerta – ¿Quieres vino?
Kai - ¿Qué?
Ray – Siempre comes con vino ¿Quieres?
Kai – No, no tengo ganas
Ray – Entonces ¿Qué prefieres?
Kai – Té
Ray – Bien, traeré algo ligero – Salió de la habitación. Kai vió el reloj, eran ya las tres y media, seguía lloviendo.
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Una chica con cabello rosado abría lentamente los ojos, poco a poco ajustaba su vista a la poca luz que había. Afuera no había dejado de llover. Unos brazos rodeaban su cintura. Pudo divisar en un reloj que eran las tres de la tarde con quince minutos. Había dormido poco. En abrazo se hizo más fuerte y se dio cuenta de que su acompañante se había despertado. Volteó a verlo a los ojos. Su mirada era llena de amor.
Lee - ¿Descansaste?
Mariah – Sí, mucho
Lee – Empaca tus cosas. Nos vamos
Mariah - ¿Tan rápido?
Lee – Hagas lo que hagas, Ray no va a volver con nosotros. Creo que es mejor así.
Mariah – De acuerdo – Se levantó y comenzó a vestirse – Pero… - Se puso la blusa y la abotonó – No tengo nada que empacar, en realidad nunca desempaqué – Volteó a ver a Lee con una hermosa sonrisa
Lee – Colocándose el pantalón – Bien, así ahorraremos tiempo – Se puso el chaleco y la cinta de su pantalón. Se acerca a Mariah y le da un beso – Debemos irnos ¿Tienes el pasaje?
Mariah – Con la mirada triste – Sí
Lee – Si él quiere volver, lo hará. Ten por seguro que esta despedida no es para siempre
Mariah – De acuerdo – Dijo ahora más feliz
Lee – Completamente vestido – Termina de vestirte, iré por mi maleta
Mariah – Sí
Lee salió de su cuarto, todo estaba en completo silencio, no había un alma ahí. Entró a su habitación y tardó un momento en salir. Dejó todo tal y como lo había encontrado. Al salir se topó con una sorpresa. Ray salía del cuarto de Kai en pijama, no sabía cuál sorpresa era mayor, el que haya salido de ahí o su vestimenta o, tal vez era, que estaba mojado. No sabía. Se vieron frente a frente
Ray – Lee
Lee – Ray
Ray – Yo…
Lee – Nos vamos Ray
Ray – Lo entiendo
Lee – Escucha, yo sé que no quieres herir a Mariah pero, estoy seguro de que si decides volver, ella te recibirá con los brazos abiertos
Ray – Lo sé pero, por ahora no volveré. Es lo mejor. Además ustedes necesitan tiempo
Lee - ¿Qué?
Ray – Caminando a la cocina – Simplemente te pido que le des lo que yo no puedo darle
Lee – Entendiendo a Ray – Lo haré amigo. Te prometo nunca hacerla sufrir
Ray – No me lo prometas a mí, yo no valgo nada. Mejor díselo a ella, quien es a quien amas
Lee – De acuerdo
Ray – Adiós amigo. Estaré en la cocina hasta que salgan – Camina hasta perderse
Lee – Gracias – Camina al cuarto de Mariah - ¿Mariah? – Toca la puerta y abre - ¿Estás lista?
Mariah – Sí ¿Por qué tardaste tanto?
Lee – Tomando la maleta de Mariah también – Tenía que arreglar algo, pero ya está todo listo
Mariah – Tomando un bocado de aire – Muy bien, es hora de irnos – Abre la puerta de la habitación y detrás de ella sale Lee – Sólo espero que… vuelva a ver a Ray
Lee – Tenlo por seguro – Le dedicó una hermosa sonrisa
Lee y Mariah caminaron por las escaleras, sin ningún apuro. Lentamente se dirigieron a la puerta principal y, cuando salieron, se perdieron de la vista de un chico que los observaba a escondidas. Tenía sentimientos encontrados, estaba feliz por su amiga, aunque también triste porque ya no le vería pero, todo era para su bien, afuera la lluvia seguía. Les dio una sonrisa cuando los vió salir de la mansión, después regresó a lo que estaba haciendo.
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Un chico rubio y uno peliazul están en una misma habitación, acababan de llevarse una gran impresión, una amiga de ellos le había dicho al peliazul que lo amaba y este, sin el menor tacto le rechazó. El rubio como pudo le sacó la verdad aunque, tuvo que pagar un precio puesto que, ahora, ambos yacían en la cama desnudos, con una ligera capa de sudor en sus cuerpos y con respiración agitada. Era alrededor de las tres y media de la tarde. Habían pasado mucho tiempo en su "juego"
El silencio reinaba en esa habitación, a no ser que se tomara en cuenta el hecho del ruido de su respiración que cortaba el silencio que había. Ligeros besos eran compartidos entre aquellos dos seres y amantes. Eran felices, demasiado. Los ojos del peliazul se clavaron en los del rubio, haciéndole sonrojarse de nueva cuenta, ya que solamente unos minutos antes había recuperado su color habitual.
Tyson – Oye Max
Max – Sonrojado - ¿Qué ocurre?
Tyson – ¿Y si nos vamos de aquí?
Max - ¿A qué te refieres?
Tyson – Alex y Kai están locos, lo único en lo que piensan es en entrenar. Si permanecemos aquí lo más seguro es que no nos den tiempo para estar a solas, siempre pasamos todo el día entrenando así que…
Max - ¿Cuál es tu idea?
Tyson – Que vengas a pasar lo que quedan de vacaciones en mi casa. Mi abuelo siempre se va por estas fechas a una cabaña lejos de aquí así que tendremos la casa para nosotros solos – Le dijo guiñándole un ojo
Max – Pues – Dudó un instante – De acuerdo :3 Si eso te hace feliz estoy de acuerdo.
Tyson – Muy bien además… - Se detuvo un instante y se puso serio – Lo más probable es que después de esto te vayas de nuevo con tu madre
Max – Hablando en bajo – Tal vez, aunque no estoy seguro
Lentamente Tyson y Max recogieron sus cosas y las fueron poniendo en sus maletas, Max tuvo que ir por su ropa a su cuarto y, para su fortuna o desgracia, no vió a nadie Me encanta cuando esto pasa, todos en un mismo lugar y ninguno se topa Regresó sin problema al cuarto de Tyson. Dejaron todo en su lugar, aunque Max tuvo problemas para que Tyson no cargara con la consola de juego y los cd's
Después de alrededor de media hora, ya tenían todo preparado. Salieron juntos de aquella habitación, mirando por última vez lo que por más de un mes fue su hogar, o al menos intentó ser su hogar. Lo único que lamentaban era no poder despedirse pero, si lo hacían, lo más probable es que no pudieran cumplir su objetivo. Lentamente caminaron por el pasillo y bajaron las escaleras.
Hicieron el mismo recorrido que Mariah y Lee minutos antes y, al igual que con estos últimos Ray logró verlos salir pero, como no quería interrumpir, decidió no hablar. Observó cómo se alejaban sus otros dos amigos de aquel lugar. Afuera la lluvia no dejaba de caer, así que los dos chicos apresuraron el paso, se perdieron cuando atravesaron la puerta de entrada principal. Ray solo observaba, al perderlos de vista, se dirigió de nuevo al cuarto de Kai Qué metiche no
Lentamente subía aquellas escaleras, pensando y analizando lo que había visto. Hilary fue la primera en irse, después Kenny, le siguieron Mariah y Lee aunque de estos ya esperaba algo por el estilo no podían quedarse después de lo que pasó entre Mariah y él. Por último Tyson y Max, si no hubiera sido por la conversación que escuchó de Hilary y Aiko, le hubiera dado un ataque cardiaco verlos salir juntos así como lo hicieron (dándose besos)
Llegó hasta el último piso y caminó por aquel largo pasillo, todo era silencio. No le parecía raro, todavía no caía en cuenta. Su cerebro le dio un choque eléctrico y pronto recordó, no había sirvientes, no estaban los demás integrantes, los únicos que quedaban eran él, Aiko y Kai y, si contaban que la chica estaba inconsciente y con fiebre, se resumía a que, en aquella enorme mansión, estaban Kai y él… solos. Un sonrojo en sus mejillas, llegó al cuarto de Kai, tocó la puerta y trató de disminuir su nerviosismo. La puerta se abrió
Ray – Con una bandeja en manos – Traje algo para que comiéramos – Dijo algo nervioso
Kai – Recargado en el marco de la puerta del cuarto de baño – De acuerdo – Caminó hasta la segunda cama y se sentó. Silencio
Ray – Acercándose hasta donde estaba Kai y dejando la bandeja – Aquí está la comida – Destapó la charola – Espero te guste – En aquella bandeja había algunos emparedados, fruta cortada, sopa, algo de verdura para acompañar y el té – No tuve tiempo de preparar algo mejor
Kai – No tengo inconveniente – Tomó uno de los emparedados y se lo llevó a la boca
Ray – Tomando un emparedado y volviendo su nerviosismo – Oye Kai… - Kai le miró – Los demás…
Kai – Sin tomarle importancia - ¿Qué con ellos?
Ray – Pues verás… - Se detuvo para analizar qué iba a decir - ¿Sabes por qué salió de aquí?
Kai – No y no me interesa
Ray – Pues aún así te lo diré – Se relajó y comenzó a hablar – Cuando los dejé a solas me preocupé, estaba intranquilo, tres veces escuché cómo una puerta se abría y cerraba, a la tercera ocasión no pude resistirme más y salí a investigar. Vi claramente cuando ella iba caminando con muchos esfuerzos a la salida, creí que tal vez iría de nuevo a escaparse o a donde la encontramos, pero me equivoqué – Hizo una pequeña pausa – Fue hasta una chochera, tiene un carro, subió a este y yo también, aunque sin que se diera cuenta. Se puso en marcha y llegamos hasta un centro comercial, ahí se encontró con alguien
Kai – Comiendo aún – Apresúrate que no tengo todo el día
Ray – De acuerdo ¬¬ - Volvió a tomar aire – Bien, la razón por la que salió es porque se iba a encontrar con Hilary – Kai volteó a verlo – Pero ella no sabe que Alex y ella son la misma persona – Kai volvió a comer – Ahí supe que Hilary le había dicho a Tyson sobre lo que sentía por él
Kai – Sin ninguna preocupación - ¡Qué novedad!
Ray – Y Tyson la rechazó, estaba destrozada
Kai – Qué estupideces
Ray – Insensible ¬¬. Estuvieron platicando un rato y también ahí me enteré que Tyson y Max son pareja – Kai hace un ademán de que se está atragantando pero con disimulo – Después de que se fue, es cuando ella perdió el conocimiento.
Kai - ¿Y qué?
Ray – Aún no termino. Regresé y cuando salí por los hielos el Jefe me pregunto dónde estaba Hilary, le dije y él se fue de la mansión. Después cuando fui por la comida vi como Mariah y Lee se iban – Se notó un movimiento de relajación por parte de Kai – Y por último vi cómo salieron Max y Tyson a la casa de Tyson
Kai – Tu punto. Me estoy aburriendo de esta estúpida telenovela.
Ray – De acuerdo. No hay nadie más en la mansión que nosotros tres.
Kai - ¿Y?
Ray – Nada, creí que deberías saberlo.
Kai – No tenías que relatar la vida de todos para decirlo
Ray – Sonriendo – Lo sé pero… es divertido ver cuando te exasperas
Kai – Con un leve sonrojo – Cuida tus palabras Kon
Ray – Extrañado - ¿Kon? ¿Por qué me llamas por mi apellido?
Kai – Por que me dio la gana
Ray – De acuerdo – Ve a Aiko - ¿Cómo sigue su fiebre? – Ve a Kai encoger los hombros – De verdad que no sabes nada sobre esto – Se acerca a Aiko y toca su frente – Ya bajó pero, aún sigue con fiebre – Ve la luz del baño encendida y camina hasta el cuarto – Oh Cielos – Da un suspiro – Será mejor que recoja aquí
Kai – No tienes que hacerlo
Ray – No tengo – Recoge una prenda – Pero quiero – Comienza a recoger la ropa de Kai y de Aiko que había en el suelo, y además que estaba empapada. Cuando recoge el pantalón de Kai cae de este un objeto dorado, haciendo un sonido de metal en el suelo. lentamente se agacha para recogerlo y, al reconocerlo, se acerca a Kai dejando la ropa tirada dentro del jacuzzi – Oye Kai – El chico bicolor le presta atención - ¿Qué es esto? – Le muestra el objeto
Kai – Un tanto asombrado – Es un camafeo
Ray – Eso ya lo sé pero… ¿Por qué tienes uno?
Kai – Con cara de disgusto – Que yo sepa no tengo que pedirte permiso para tener algo
Ray – No lo digo por eso, sino porque cuando cambiábamos a Aiko vi uno igual, bueno casi igual
Kai – Habla claro
Ray – Mira – Muestra una parte, una hendidura en el camafeo de Kai – Aquí, en el de ella, es una parte que resalta
Kai – Entonces era verdad – Dijo en bajo
Ray - ¿Qué cosa?
Kai – Cuando dijo que éramos hermanos me dijo algo del camafeo, que podía probarlo con eso pero no le creí, sigo sin creerlo.
Ray - ¿Por qué no lo pruebas?
Kai – No eres nadie para darme órdenes
Ray – Caminando hasta donde estaba Aiko – No es una orden, es una sugerencia – Se acerca al cuello de la chica y le quita algo – Aquí está – Le muestra el camafeo a Kai
Kai – No quiero
Ray – Tú no, pero yo sí – Se acerca a Kai y le quita su camafeo
Kai – Devuélvemelo
Ray – Con suma tranquilidad – Seguro que lo haré, después de ver que tienen
Kai – No se pueden abrir
Ray – De seguro algo te dijo
Kai – Algo de que si los juntaba
Ray – Entonces si sabes
Kai – Te lo advierto Ray
Ray – Juntando los camafeos - ¿Y qué? – Se escuchó un clic – Si yo no lo hago, tú nunca lo harás – Abre ambos camafeos y queda sorprendido – Vaya, esto si que no lo esperaba
Kai – Arrebatándole su camafeo a Ray – Dámelo
Ray – Si querías pruebas aquí está la más evidente
Kai – Viendo el camafeo – No prueba esto nada
Kai observaba fijamente el camafeo, más exactamente las fotos que ahí adentro estaban. Una era de una hermosa mujer con ojos color rubí, exactamente como los de él y Aiko, además, tenía su cabello largo y de un tono azul claro como el de Aiko, además sus facciones eran muy similares a las de la chica, delgada y con rasgos finos. Del otro lado estaba una niña, de unos tres años de edad con ojos también color rubí, su flequillo color azul oscuro y el resto del cabello largo hasta la mitad de la espalda color azul claro. Estaba sonriendo
Ray – Kai, si crees que eso es extraño ven a ver el de Aiko.
Kai se acercó a Ray para ver el camafeo que él sostenía, en el de ella se encontraba la misma hermosa mujer pero, del lado contrario se encontraba un hermoso niño cuyo flequillo era color azul claro y el resto de su cabello de un color azul oscuro, sus ojos también eran rojo rubí, pero él estaba serio, como siempre se le había conocido, aún así sus ojos demostraban ternura e inocencia.
Ray – Ese eres tú Kai
Kai – Asombrado – Imposible
Ray – Pero… ¿Quién es ella?
Kai – Mi madre
NOTAS DE LA AUTORA
Me encanta esto. No fue grandioso que ahora los deje solitos con una moribunda dentro. No, es broma. No duden que ya voy a terminar (Ajá y tu limonada de qué, llevo diciendo esto desde que voy en el capítulo cinco)
Ahora no es broma, tengo el final preparado, soy como J. K. Rowling escribo primero el final y luego el resto. Ténganme paciencia, tengo que terminarlo de cualquier forma. Sigan enviándome reviews y si ya no les gustó una crítica.
Sayonara
