Aclaraciones preliminares:
Los personajes de Bayblade no son míos ni nunca lo serán;
Este fanfic se realiza sin fines de lucro
Las acotaciones son
/Lo que el personaje piensa/
oooooooo Cambio de escena
Lo que yo digo
(Algún comentario)
/Un pensamiento de un tercero pensando dentro de la cabeza de alguien, es decir, como cuando alguien recuerda un evento y escucha esas voces en su cabeza o alentándolo/
Antes de empezar quiero disculparme por un GRAVE ERROR que cometí. Es que yo decía que el abuelo era Biovolt y era Voltaire. Lo siento mucho pero, como los dos empiezan con "B" o "V" pues, me confundí, era lo único que recordaba. Gomen Nasai. En serio. Ahora sí, comenzamos
CAPÍTULO 21
SENTIMIENTOS
Las horas pasaban, la tormenta del día anterior había cesado por completo y, en su lugar, intensos rayos de sol entraban por pequeños espacios de la cortina que, a petición del dueño de la habitación, permanecía siempre cerrada. Dos chicos atentos a una chica que, al pareces, había recuperado la salud física pero, no estaban tan seguros de la mental, aunque el de aspecto chino demostrara más atención que el de cabello bicolor.
La tarde desaparecía y la noche ser comenzaba a hacer presente. La chica no había vuelto a despertarse por sí misma, más bien por el constante llamado del chino para que tomara la medicina y que la bebía sin chistar o prestar atención. Parecía que había perdido el deseo de vivir pero, si quería que el bicolor la respetara, debía luchar y pelear. Él también tenía una pelea y estaba dispuesta a ganarla. La noche llegó.
Ray – Levantándose de la silla y estirándose – Voy a preparar algo para comer
Kai – Aún molesto por la atención de Ray a Aiko – De acuerdo
Ray – Viendo a Kai a los ojos - ¿Estás bien?
Kai – No te importa
Ray – Sin apartar la vista de esos ojos rubí - ¿Hice algo mal?
Kai – Cerrando los ojos – No te importa
Ray – Resignándose – De acuerdo. Vuelvo en unos minutos – Salió de la habitación
¿? – Deberías decírselo
Kai – No te importa niña
Aiko – Parece que esa es tu palabra preferida – No abría los ojos o volteaba a verle, seguía acostada
Kai – Por lo visto te encuentras mejor. Así podré irme
Aiko - ¿Y en verdad es lo que quieres?
Kai – Sí
Aiko – Mentiroso. Lo que quieres es tenerlo para ti. Le temes a la persona equivocada. Te traje aquí para que pudieras verlo. Mi objetivo era ese, que Ray te dijera lo que siente y que tú también se lo digas.
Kai – Métete en tus asuntos
Aiko – Este es ahora mi asunto. Ray es mi amigo – Un reproche por parte de Kai - ¿Por qué no regresaste?
Kai – Habla claro
Aiko – Dijiste que irías por el BlackDranzer, así tu me darías a Dranzer y ambos tendríamos nuestras bestias bit y seríamos invencibles pero… nunca volviste
Kai – Tratando de sonar frío – No lo recuerdo
Aiko – Fui a hablar con el viejo pero no hizo más que alegrarse de que el blackdranzer hubiera sido recuperado, no le importabas tu ni yo
Kai – Eso no es novedad.
Aiko – Según escuché dijeron algo de que hubo una explosión y tú huiste, que no recordabas qué hacías ahí y esa fue la oportunidad del viejo para deshacerse de mí. ¿Qué pasó?
Kai – Lo que escuchaste. Perdí la memoria. No recuerdo nada antes de ese incidente.
Aiko – Entonces no me recuerdas. Por eso nunca me buscaste
Kai – Comenzando a creerle – Sí – Silencio total. La chica se volvió a dormir. Pasaron unos minutos y Ray volvió.
Ray – Espero que todo esto termine pronto. Se ve mal
Kai – Está luchando – Dijo en bajo
Ray y Kai comieron algo, después el cansancio comenzó a caerle a Kai, aunque no se explicaba el porqué, si aunque estuviera cansado nunca le hacía decaer su ánimo. Lentamente se recostó en la cama y comenzó a sentir que sus ojos le pesaban. Se sentía sumamente cansado. Demasiado para muy poco tiempo
Ray – Viendo a Kai – Lo lamento pero… es necesario que descanses más
Kai – Intentado mantener la compostura - ¿Qué me hiciste?
Ray – Nada en realidad, es un relajante. Tu cuerpo está liberando la tensión, así dormirás más tranquilo – Kai se durmió – Espero que no me mate --U – Eran apenas las diez de la noche.
La noche avanzó tranquila, sin contratiempos, con Kai dormido profundamente, en verdad se le veía tranquilo, más que la noche anterior, Ray se fascinaba viéndolo pero, en un espacio de su mente estaba el problema de que no quería terminar muerto por Kai. La madrugada había llegado, eran como las dos de la mañana. Aiko se movió intranquila y finalmente despertó.
Aiko – Abriendo lentamente los ojos y acostumbrándose a la poca luz - ¿Dónde estoy? – Estaba desorientada
Ray – Apareciendo frente a los ojos de Aiko – Hola
Aiko - ¿Ray? - Se incorporó en la cama - ¿Dónde estoy?
Ray - ¿Qué acaso no lo recuerdas? Es el cuarto de Kai
Aiko – Kai – Su rostro palideció de pronto – No puedo estar aquí
Ray – Tranquila. Estás aquí desde ayer. De hecho tú y yo hablamos.
Aiko – Recobrando el color y la compostura – Ahora lo recuerdo – Se relajó - Te iba a hablar sobre la abadía ¿cierto?
Ray – Sonriendo – Cierto
Aiko – Tengo sed
Ray – Sirve té en una tasa y se lo da – Toma
Aiko – Gracias – Bebe el contenido rápidamente – Bien… - Le dio la tasa a Ray – Comenzaré…
Aiko comenzó relatándole a Ray lo que recordaba de la abadía, cómo era, qué entrenamientos hacían, el trato hacia ella y hacia Kai, cómo este último se encargaba de entrenarla. En fin de todo. También le dijo lo del blackdranzer y de cómo murieron sus padres con lujo de detalle, lo que hizo después y cómo se enteró de todo lo que sabía acerca de los BladeBrakers. La noche avanzó con este relato. Eran alrededor de las cinco de la mañana.
Ray – Asombrado – Ya veo
Aiko – El dolor, nunca desapareció. Creí que sí pero… me equivoqué
Ray – Yo se… que Kai te aceptará
Aiko – Ha dormido muy tranquilo
Ray - ¿Kai? Es por un relajante que le di
Aiko – Te va a matar
Ray – Lo sé U
Aiko – Tengo sueño
Ray – Descansa
Aiko – Con pequeñas lágrimas brotando de sus ojos y diciendo en un susurro – Tengo miedo
Ray – Acercándose a ella y acurrucándola en sus brazos – Lo sé y… no hay nada de malo en tenerlo
Aiko – Su mirada era sombría – Los Hiwatari son fuertes. No tenemos miedo de nada. Debemos ser los más fuertes y poderosos. No perdemos ante nadie – Las órdenes de la abadía persistían en su mente. Ojos llenos de odio, rencor y temor.
Ray – Arrullándola – Duerme – Los ojos de la chica se fueron cerrando.
El resto de la noche transcurrió tranquila, la chica no volvió a despertarse. Al parecer al fin había descargado lo que llevaba años cargando. Se veía tan tranquila como el otro ser. El chino daba calor al cuerpo de la chica, y esta se dejaba querer, su cuerpo lo necesitaba, su alma lo necesitaba y su mente lo necesitaba. En esa posición Ray descansó un rato. Eran las cinco y media de la mañana.
La mañana avanzaba, un chico de cabello bicolor comenzaba a abrir los ojos. No esta muy seguro de la hora, se acercó a la ventana, el sol ya tenía mucho tiempo de haber salido. Eran las ocho de la mañana. Se volteó y vió algo que no deseaba. El nekojin estaba acostado junto con la chica de cabello bicolor, acurrucados pero, había algo diferente. La chica estaba tranquila.
Se acercó hasta ella, recordó sus palabras, se tranquilizó lo mejor que pudo pero, el coraje, odio, el rencor, todos esos sentimientos, también la envidia se le aunaba, no quería que estuviera con él, no quería que estuviera así. Salió de aquella habitación y fue a la cocina, tomó un vaso con jugo y volvió. Para ese entonces el chino ya se había levantado.
Ray – Medio adormilado – Buenos días Kai
Kai – Duerme
Ray – Medio zombi – Sí – Caminó con tropiezos a la segunda cama y sin pensarlo se quedó dormido
Para Kai esta era la oportunidad de ver a Ray sin que este lo notara pero, ahora también tenía a la chica. Era confuso. Lo comenzaba a aceptar pero no porque él quisiera sino porque, aunque no lo fuera, se estaba ganando el título. Parecía una verdadera Hiwatari además, su familia fue la culpable de la muerte de la familia de ella. No se lo dijo a Ray pero, esa era la forma de trabajar de su familia cuando se quería deshacer de alguien.
Kai miraba a Ray atentamente, lo quería pero… ¿De qué forma? ¿Cómo él le quería? Tal vez sí, si no ¿Cómo explicar lo que sentía cuando le prestaba atención a su hermana? ¿Hermana? ¿Él dijo eso? Las palabras de la chica comenzaban a afectarle y eso no era conveniente. Observó a la chica, ahora dormía relajada. Era extraño. Volvió su vista a Ray, otra vez el deseo de tenerlo en sus brazos, se acercó a la cama y se sentó en ella, pasó su mano por su frente para retirar algunos cabellos que caían rebeldemente. Se quedó observándolo
La tarde pasó, Ray despertó alrededor de las doce, al medio día. Era temprano pero, también había dormido con Aiko. Lentamente despertó y… sucedió lo mismo, su mundo se hundió, esto comenzaba a hacérsele costumbre caerse de la cama estando despierto A mi me sucede a menudo --U
Kai – Con cara de "otra vez" – Deberías ver dónde está el borde de la cama
Ray - Es para despertarme bien
Kai - ¿Te dijo algo?
Ray - ¿Aiko?
Kai - ¿Quién más?
Ray – Incorporándose y sentándose en la cama – Sí
Kai – Y bien
Ray – Parándose y comenzando a caminar – Te lo diré… - Camina hacia el cuarto de baño – Cuando termine de bañarme – Se metió - Resulta cómico verme a mí en pijama y a ti vestido – Saca solamente la cabeza – Sobre todo si yo no estoy enfermo – Se mete de nuevo
Kai – Hmpf. De acuerdo
Kai se sienta en la cama y espera lo más pacientemente posible la salida de su compañero. Resulta incómodo tener que esperar una simple respuesta. Vió a la chica, estaba muy relajada. Relajada. Ahora recordaba que Ray lo drogó o algo por el estilo, y lo había olvidado en cuanto los vió juntos. Le reclamaría cuando saliera del baño.
Ray – Saliendo con el cabello mojado y sin la banda de su cabello – Me refrescó el día
Kai – Sonrojado – Me debes una explicación
Ray – Sin comprender - ¿Explicación? – Se pone la banda en su cabeza. Cae en la cuenta – Pues… verás… yo… - Decía nervioso
Kai – Autoritario – Habla
Ray – Sin salida – Como estabas muy tenso preparé una mezcla de té que relaja los músculos del cuerpo, el efecto secundario es que, de tanto relajarse, el sueño se hace insoportable
Kai – Muy ingenioso. Ahora lo siguiente. ¿Qué hacías dormido con ella?
Ray – Un tanto confundido por la pregunta – Me estuvo contando algunas cosas, de pronto se puso muy tensa así que para tranquilizarla hice lo mismo que hacía cuando Mariah tenía pesadillas, la arrullé y dormí en mis brazos
Kai – Molesto por esto - ¿Qué te dijo?
Ray comenzó a relatarle todo lo que recordaba sobre lo que Aiko le había dicho acerca de la abadía, sobre Voltaire, Boris, la muerte de sus padres, su vida con ellos, todo lo que ella le dijo. Sin omitir nada. Terminó, era tarde, entre la plática y las distracciones por parte de Ray para revisar a la chica, se había pasado la tarde, estaban cansados. Ray por cuidar a su amiga y Kai por no caer en la tentación de cometer alguna estupidez con Ray, la noche se hacía presente. Eran las ocho y media de la noche.
Ray – Eso fue todo
Kai – Ya veo – Escucha a Aiko sollozar y tratar de detener su llanto. Estaba soñando
Ray – Colocándose como estaban en la noche – Tranquila – La chica se tranquilizó – Parecieran pesadillas – Vió como el bicolor salía de la habitación y, con la chica ya tranquila, decidió seguirle, dejando a la chica a solas. – Kai – Llamó al chico quien acababa de salir de la habitación - ¿qué te pasa?
Kai – Sumamente molesto – No te importa – Dijo intentando no mostrar su enojo y a la vez de no gritar
Ray – Colocándose en frente de Kai para que ya no continuara caminando – Por dios Kai, ¿Qué te tiene tan molesto?
Kai – Quitándolo de su camino – Nada me está molestando
Ray – Ya basta – Empujó con todas sus fuerzas a Kai
Era un enorme forcejeo, Kai intentaba apartar al nekojin sin querer quitárselo de encima, finalmente en un mal paso que dio Ray logró ponerlo contra la pared, o al menos eso pensó porque pronto, el lugar donde estaba recargado, cedió ante el peso y presión que el nekojin hacía al cuerpo del bicolor. Escuchó que algo se cerró. Sintió como sus piernas daban pasos hacia atrás tratando de no perder el equilibrio y también sintió como chocaron contra algo haciéndole sentarse sin siquiera proponérselo
Kai – Muy (remarcado) molesto - ¿Qué pretendes?
Ray – También alterado – Eso mismo te pregunto a ti
Kai – Te lo advierto Ray, no estoy de humor
Ray – Últimamente no estás de humor, quiero saber el porqué – Dijo intentando controlar el volumen de su voz
Kai – Tú no me ordenas
Ray – Ahora sí lo hago
Kai – Nada te da derecho – Comenzó a gritar
Ray – Tengo todo el derecho del mundo – También gritó
Kai – Claro que no. No eres nadie – Ya no disminuían el volumen de su voz
Ray – Claro que sí, soy tu amigo
Kai – Eso no me importa
Ray – Dime ¿Por qué estás molesto?
Kai – No lo haré
Ray – Deja de evadirme
Kai – Déjame salir
Ray – No lo haré – Empujó a Kai de tal forma que quedó acostado. Hasta entonces Kai cayó en la cuenta de dónde estaban, era el cuarto de Ray. De seguro lo que sintió que cedió era la puerta. Las cortinas estaban abiertas y la luna llena le había proporcionado la suficiente luz para reconocer el lugar.
Kai – Aléjate de mí
Ray - ¿Por qué? ¿A qué temes?
Kai – No temo nada
Ray – Mentira, tus ojos dicen lo contrario
Kai – Te arrepentirás
Ray – Dime el ¿Por qué estás molesto?
Kai - ¿Para qué quieres saberlo?
Ray – Me preocupas
Kai - ¿Por qué?
Ray – Porque te amo – Gritó con exasperación – Por que te amo – Bajó el tono de su voz y se relajó un poco – Me preocupas mucho, me tienes intrigado, intenté ayudarte con Aiko para pasar un tiempo contigo pero, lo único que haces es evadirme – Dijo casi en un susurro
Kai - ¿Por qué le prestas tanta atención? – Dijo ahora en un tono bajo
Ray – Primero no comprendió, pero pronto lo hizo - Ya te lo dije, es mi amiga, es tu hermana. También la quiero como si fuera mi hermana
Kai – Eres muy afectivo con ella
Ray - ¿Eso es lo que te molesta? – Lo vió a los ojos, pero sin retirarse de encima de él ni dejar de ejercer presión
Kai – No te importa
Ray – Estás celoso
Kai – Yo no tengo celos de nadie
Ray – Al fin parándose – Entonces… no te importa – Comenzó a caminar hacia la puerta – Te dejaré con ella – Sintió que alguien le sujetaba de la cintura por su espalda y el calor en sus mejillas no se hizo esperar - ¿Kai?
Kai – Hablándole al oído a Ray – No tengo celos de nadie, porque tú ya eres mío. Ella nunca te apartará de mí – El sonrojo de sus mejillas era admirable.
Permanecieron así unos instantes, Kai al fin lo había comprendido, al fin su cabeza y cerebro comprendieron lo que su corazón sabía desde hace años. Sentía celos, es cierto, tenía miedo, también era cierto, temía perder al nekojin. Sin querer entender, Aiko le había dicho la verdad. Lo reconocía, al fin lo reconocía, quería a Ray, le gustaba pero… ¿Lo amaba? Su cabeza dejó de pensar, solamente hizo caso a su corazón. Recargó su cabeza en el espacio entre el cuello y el hombro del chino.
Kai – En un susurro – Me gustas
Ray – Sumamente rojo y hablando en un susurro – Kai…
Kai volteó a ver los ojos del nekojin. Esos ojos que tantas veces había visto y le habían dejado hipnotizado. Adoraba ese color dorado y esos rasgos felinos que tenía. No permitiría que su mente razonara en esos instantes, ahora sólo haría caso a su corazón. Le haría caso a algo que nunca había prestado atención nunca. Nada los interrumpiría ahora, no importaba lo que sucediera.
Lentamente su rostro se fue acercando a los labios del nekojin, lenta y sigilosamente, este por su parte no hacía más que estar en shock, en verdad no se lo esperaba. Cuando notó las intenciones de Kai cerró los ojos y decidió dejarse llevar, ya no había nada qué perder, solamente había por ganar. Kai se acercó lentamente a los labios de Ray, muy despacio, los rozó, pasó su lengua por ellos unos instantes, esto volvía loco a Ray y, sin que este lo supiera, también al mismo Kai. Después de unos instantes presionó sus labios con los del nekojin
El beso era tranquilo, pausado, delicado. Ray estaba en la gloria mientras que Kai estaba dedicado en proporcionar y adquirir todo el placer posible. El beso, que en un principio era solamente la presión de sus labios, se fue haciendo más profundo, poco a poco, Kai se las ingenió para abrir la boca de Ray y poder introducir su lengua en ella, al logarlo no dudó en explorar todos los rincones de aquel virgen lugar.
Ray estaba extasiado, lo había imaginado en ocasiones anteriores pero, la realidad era mucho mejor que cualquier otra cosa. Ray no se quedó atrás e hizo lo mismo, comenzó a jugar con la lengua de Kai, era una pelea entre ellas, se topaban, se enredaban y cada uno luchaba por meter más la lengua en la boca del otro. Kai pronto se sintió atraído por aquellos hermosos colmillos y, con la punta de su lengua acariciaba aquellos afilados colmillos, por alguna razón le excitaba.
Eso es, se estaba excitando, sentía cómo su miembro comenzaba a endurecerse pero, en realidad no le importaba, daría rienda suelta a su deseo. La necesidad de aire se hizo imprescindible, así que ambos tuvieron que separarse. Respiraban agitados, sus pulmones no podían más pero, su deseo sí. Se miraron a los ojos, Ray tenía un hermoso toque rosado en sus mejillas y Kai también.
Ray – Kai – Rompió el silencio - ¿Qué te sucede?
Kai – Sin pensar sus palabras – Estaba celoso, te acercabas mucho a ella, esto hizo que me hirviera la sangre. Creí que tal vez te alejaría de mí
Ray – Muy rojo - ¿En verdad… pensabas eso? – Kai asintió – Pero… no tenías razón… yo te había dicho que te amaba
Kai – Y qué, lo pensé. Yo no te había respondido pero… ahora lo hago – Se acercó de nuevo a Ray.
Kai volvió a besar aquellos deliciosos labios y Ray, solamente se dejaba llevar cerrando los ojos. Poco a poco Kai comenzó a deslizar sus manos por los brazos de Ray, subiendo y bajando por ellos, hasta que se cansó y colocó sus manos en la cintura de Ray. Estuvieron un buen tiempo besándose, saboreándose y disfrutándose mutuamente. El tiempo no existía ni el resto del mundo, ni siquiera la chica que yacía en la habitación contigua.
La temperatura de sus cuerpos iba en aumento, sus mejillas de color carmín y sus manos sin permanecer quietas ni un solo segundo. Sus lenguas se mezclaban entre sí, poco a poco Kai empezó a empujar a Ray hasta la cama, llegando ahí, hizo que las piernas de este tropezaran y quedara acostado, debajo de él. Deseo, pasión, amor, cariño, una vida sin estos sentimientos y ahora los descubría.
Kai siguió con su trabajo, lentamente fue bajando su boca al cuello de Ray, este solamente podía dejar escapar pequeños gemidos, su mente razonaba aún, y sabía que no debían despertar a Aiko. La mente de Kai se había ido de vacaciones, y en realidad en esos instantes no le interesaba recuperarla. Estaba deleitado por el cuello de Ray, lo besaba, chupaba y daba pequeños mordiscos. Sus manos estaban en la cintura del chino, podía escuchar los pequeños gemidos pero, quería escucharlo gritar.
Con manos traviesas y juguetonas, comenzó a desatar la cinta de la cintura de Ray, lentamente, mientras su boca seguía con el trabajo de su cuello. Cuando la desató, la quitó con un movimiento un tanto sensual, sus manos se aventuraron a introducirse dentro de su camisa, para poder acariciar su suave torso, ante el contacto, Ray dio un pequeño grito de sorpresa y al mismo tiempo de placer. Estaba extasiado, sus sentidos estaban al máximo y su mente decidió acompañar a la de Kai.
Lentamente Kai comenzó a quitar la parte superior de su traje, dejándolo con su camisa y su pantalón, él mismo se quitó sus tenis y Ray hizo lo mismo con sus zapatos. Se acomodaron mejor sobre la cama. Kai decidió dejar el cuello de Ray y comenzó a morderle suavemente el lóbulo de su oreja, esto provocaba una especie de pequeñas descargas en el cuerpo del chino, el cual trataba, sin éxito alguno, de contenerse. Su excitación era muy grande, y su deseo también.
Kai dejó este lugar y volvió a bajar al cuello, quitó su bufanda de su cuello por sí mismo, en verdad disfrutaba esto. Quitó la banda del cabello de Ray y comenzó a subir la camisa de este. Ray decidió tomar partido en el juego, comenzó a desatar el cinto del pantalón de Kai, aunque lo hacía más inconsciente que concientemente. Kai por su parte estaba fascinado tanto por el cuerpo que tenía en frente, como de su inocencia y timidez, seguro fue más valiente que él al confesarle sus sentimientos, pero ahora era un inocente gatito, tímido.
Kai quitó completamente la camisa azul de Ray y se aventuró a besar el torso de este, cada rincón que encontraba, cada lugar del chino, él era suyo y lo sería por siempre. Su boca se deslizaba lentamente por su pecho, bajando a su torso, y subiendo de nuevo. Sin previo aviso, comenzó a besar una de las tetillas de Ray, haciendo que este abriera los ojos y diera un grito, la sensación era increíble, era esplendorosa y estaba excitado.
Kai escuchó el rito de Ray, y se excitó más (si es que esto era posible). Mordió, succionó y saboreo este trozo de carne de Ray hasta el cansancio. Cuando se sació, siguió con el otro, provocando otra marea de sensaciones en Ray. Después siguió bajando hasta el ombligo, quedándose un rato jugando con él, provocaba cosquillas pero, también excitación. Ray estaba en la gloria y… haría que Kai sintiera lo mismo.
Sin previo aviso dejó a Kai debajo de sí mismo, presionando suavemente su cuerpo con el del chico bicolor, este por su parte estaba sorprendido, al parecer el cerebro del chino había regresado, o tal vez solamente se estaba dejando llevar por su deseo. Ray comenzó a besar lentamente el cuello de Kai, provocando que este tuviera que cerrar los ojos. Le quitó los protectores de sus brazos dejándolos al desnudo. Un frío viento se sintió en ellos, pero el calor que su propio cuerpo emanaba, lo compensó rápidamente.
Ray seguía con su trabajo en el cuello de Kai, en ocasiones sus colmillos llegaban a rozar la piel del bicolor, pero esto hacía que la sensación fuera más excitante aún. Con poco trabajo, Ray quitó la camisa de Kai, dejándolos en iguales condiciones. Ahora llegaba la venganza del chico chino. Besó el pecho de Kai, provocándole sensaciones similares a las que hacía unos instantes le había hecho sentir al nekojin. Los ojos amarillos se posaron sobre la cara del bicolor y, lentamente, acercó su rostro y labios a una de las tetillas del bicolor. En verdad que la venganza era dulce. Y deliciosa.
Kai daba suspiros de placer inconscientemente, y pequeños gemidos salían de sus labios, emociones nunca antes descubiertas estaban aflorando y, de no ser por el chino, nunca las hubiera descubierto. Su mente, o lo que quedaba de ella, se concentraba en maximizar las sensaciones. Ray tenía el control y, en verdad, Kai lo disfrutaba pero, él siempre tenía el control y, era hora de retomarlo. Volteó a Ray y volvieran a quedar como al principio, Kai sobre Ray.
Las manos de Ray estaban posadas en los hombros del Kai y, las manos de este en el pecho del nekojin, lentamente las fue deslizando, suavemente, delicadamente, hasta llegar al pantalón del chico, lo bajó con sutileza hasta que se deshizo del mismo, Ray estaba en boxers solamente y, para opinión del nekojin, esto era injusto así que, deslizó sus manos desde los hombros del bicolor hacia su cintura, dándole una sensación de escalofríos al bicolor, de ahí bajó hasta el pantalón, lo deslizó lentamente y quedaron nuevamente en las mismas condiciones.
Las caricias no cesaban, las manos de ambos recorrían enteramente el cuerpo del otro, sus bocas permanecían en una pelea constante, uniéndose sin compasión. Kai bajó sus manos hasta donde estaba el bóxer de Ray y, sin que el chino se diera cuenta, puso su mano en su miembro, dándole caricias a través de aquella tela, Ray por su parte, estaba en las nubes y, no tenía intenciones de bajar de ahí. Su espalda se arqueaba ante las sensaciones, Kai lo estaba torturando y lo peor era que éste lo sabía.
Sus manos se deslizaban de abajo a arriba, dándole un mar de sensaciones al nekojin. Poco a poco Kai se fue deshaciendo de esta "estorbosa" tela dejando a un hermoso cuerpo desnudo frente a él y, a su merced. Ray no se quedó quieto, también con movimientos ágiles logró dejar desnudo a Kai, sin que este se diera cuenta. En verdad era muy hábil, de eso no había duda. Kai estaba embelezado, si antes con solamente su cara y ojos había quedado hipnotizado, ahora estaba totalmente perdido ante aquella visión.
Sus cuerpos estaban bañados de una ligera capa de sudor, provocada por las ardientes caricias. Kai vió a los ojos a Ray, ambos respiraban agitados. La luna les daba un toque romántico, la luna llena era la que les daba la oportunidad de verse y admirarse en medio de aquella noche, de aquella penumbra y oscuridad eterna que reinaba tanto en la mansión como en el corazón de Kai. Oscuridad que ahora se marchaba lentamente. Los ojos dorados veían cautelosamente a los de color rojo rubí. Eran hermosos. Eran perfectos.
Pasaron unos instantes admirándose mutuamente, tal vez fueron minutos, tal vez segundos, no lo sabían con exactitud, no importaba. Kai volvió a besar esos labios que tanto le llamaban pero, antes de que pudiera hacer algo más, sintió como Ray volvía a darle la vuelta y a dejarlo a él, debajo de su cuerpo. Ray era el que continuaría el juego. Bajó lentamente por el cuello, por el pecho, por el trozo y… siguió adelante, se quería aventurar más pero, aún le faltaba valor, sus mejillas adquirieron más color, si es que se podía. Volvió sus ojos buscando los de color rubí. Estaba pidiendo permiso con la mirada y, al ver los ojos de su amor, se animó a seguir.
Tomó el miembro de Kai con sus manos, comenzó a acariciarlo lentamente, esto provocaba pequeños suspiros en el bicolor, sus sentidos se agudizaban y nuevamente su mente se iba de paseo. Ray estaba muy concentrado, tal vez demasiado, estaba nervioso pero, pronto esto pasó al escuchar a Kai decir su nombre muy en bajo pero, con sus habilidades, alcanzó a escucharlo, la timidez iba desapareciendo y, la intensidad de las caricias aumentaba, sus manos hacían un movimiento de abajo hacia arriba a lo largo del miembro de Kai, el cual comenzaba a dar gemidos.
Kai mantenía sus ojos cerrados y sus mejillas continuaban con el color carmín provocado por la sangre acumulada que no hallaba forma de salir de su cuerpo, su concentración estaba completamente en sentir las caricias de Ray. Al ver el estado de Kai, Ray se aventuró a más, acercó su rostro al miembro de Kai y, lentamente posó sus labios en la punta de este, la espalda de Kai se arqueó inevitablemente y sus ojos luchaban por mantenerse cerrados. Ray daba pequeños besos a todo el ya muy erecto miembro de Kai, sacó su lengua y con esta recorrió totalmente al miembro de Kai.
Los antes ligeros gemidos de Kai comenzaban a ser más fuertes, de vez en cuando se le escapaba el nombre de Ray entre gemido y gemido. Esto provocaba una alegría inmensa en el nekojin. Tenía al poderoso Kai Hiwatari en su poder. Dejó su labor y el cuerpo de Kai recibió una relajación momentánea aunque en realidad, su cuerpo deseara más. Su respiración era forzada y agitada. Su descanso no duró mucho. Ray lamió sus labios antes de seguir con su acción y, de un solo bocado, metió el miembro de Kai en su boca. Esto provocó un grito por parte de Kai que resonó en toda la mansión.
Ray escuchó el gemido de Kai, así que comenzó un movimiento de arriba hacia abajo con su boca, la espalda de Kai se arqueaba inconteniblemente. Los colmillos de Ray en ocasiones rozaban el miembro de Kai, provocándole un ligero dolor pero, aunque pareciera para él increíble, también un grado de excitación mayor. Ray estaba concentrado en su trabajo y Kai en sentir a Ray. Los movimientos eran cada vez más rápidos, la respiración de Kai era cada vez más agitada, sentía como si llevara todo el día entrenando sin descanso pero, era una sensación muy agradable.
Kai gritaba inconteniblemente el nombre de Ray, no lo podía evitar y no hacía algún esfuerzo por evitarlo. Pronto Kai no pudo contenerse más, ya había aguantado lo suficiente y, sin siquiera pensarlo, eyaculó dentro de la boca de Ray, quien en lugar de retirarse, comenzó a beber todo el líquido que podía, aunque dos ligeras líneas se formaron en las comisuras de sus labios al no lograr su objetivo, era demasiado. Kai cuando eyaculó creyó haber llegado al cielo pero se equivocó puesto que Ray seguía succionando su esencia y esto, era otra sensación increíble, estaba extasiado, estaba fascinado. El sentir a Ray succionando su miembro después de eyacular, era algo increíble.
Cuando pasó Kai seguía con la respiración agitada, estaba acostado. Ray terminó de succionar el líquido blanco y sintió como dos líneas recorrían a través de las comisuras de su boca hasta su pecho. Se miró a sí mismo, su estado, su condición y su desnudez, se sintió confundido por un instante, no supo lo que hizo y, por increíble que pareciera, por extraño que luciera aquel cuadro de pasión, se sintió desorientado y apenado.
Kai se incorporó y se arrastró con las fuerzas que conservaba hasta el cuerpo de Ray, el cual estaba hincado a un lado del cuerpo de Kai. Kai tomó las manos de Ray y las llevó hasta su rostro, lentamente se acercó hasta el rostro de Ray y comenzó a besar sus labios, probando su misma esencia, su propio semen, su propio sabor. Era extraño pero, reconfortante. Pasó su lengua por las líneas que el semen había dejado en la boca de Ray, y se lo tragó. Bajó su boca hasta el pecho de Ray y lo limpió de la misma forma. Después regresó a su boca.
Estaban hincados sobre la cama, uno en frente del otro, besándose, las manos de Kai se deslizaron hasta la cintura de Ray, era tiempo de proporcionarle placer al nekojin. Tomó el miembro erecto de este y comenzó a acariciarlo, haciendo de Ray arqueara la espalda y aventara su cabeza hacia atrás para sentir más placer, mientras Kai besaba su cuello con delicadeza y deslizaba su lengua por sus hombros. Los movimientos comenzaron pausados pero, conforme los gemidos de Ray subían, el movimiento subió también. Ray decía el nombre de Kai en susurros, en verdad lo disfrutaba. Pronto sintió como espasmos recorrían por todo su cuerpo, dio un grito y sus mejillas se sonrojaron todavía más, eyaculó sobre el torso de ambos. Era cálido.
Ray terminó fatigado, sin proponérselo se recostó en la cama y Kai hizo lo mismo sobre él. Bajó su boca hasta donde había quedado esparcido el semen y lentamente lo comenzó a lamer. La respiración de Ray era agitada. Cuando terminó volvió su rostro a la boca de Kai para que también probara su propia esencia. Con esto sus cuerpos parecían relajarse. Con cada beso su respiración volvía a la normalidad.
Ray – Kai – Dijo entre un beso y otro
Kai – Si quieres me puedo detener – Dijo no muy convencido de sus palabras
Ray – Viendo a los ojos a Kai – No Kai… - Se detuvo un instante y sus mejillas tomaron un color rojo tan intenso que, a la luz de la luna, le hacían ver sumamente apetecible – Quiero que me tomes – Bajo su vista con vergüenza ante lo que acababa de pedir – Hazme tuyo
Kai – Besándole el cuello y susurrándole en el oído - ¿En verdad es lo que quieres? – Escuchó a Ray gemir – Entonces cumpliré tu deseo
Con manos hábiles tomó la coleta de Ray y comenzó a desatarla lentamente y, sin que Ray se percatara, hasta que estuvo su cabello totalmente suelto. Le gustaba el olor que despedía, y amaba sentirlo en su piel desnuda. En verdad era una visión digna de los dioses. Si él fuera un dios y Ray un humano, estaba seguro de que renunciaría a su vida y a su divinidad por tenerlo consigo una noche entera. Tomó un mechón del cabello de Ray y lo enredó entre sus dedos, era suave.
Kai subió su mano hasta la boca de Ray y este, instintivamente comenzó a lamerlo con sensualidad y pasión. Cuando estuvo completamente húmedo Kai lo dirigió hasta su cavidad, lentamente lo introdujo, en la cara de Ray se formó una mueca de incomodidad, pero lo bueno fue que pronto pasó, lo malo fue que, apenas se había acostumbrado cuando ya Kai le metía un segundo dedo, provocando una sensación más profunda, era de incomodidad y, al mismo tiempo dolor, no bien se había acostumbrado cuando Kai le metió un tercer dedo provocando un grito de dolor por parte del nekojin.
No dejó que el chico se acostumbrara a esta sensación mucho tiempo, levantó a Ray y lo hincó sobre sus piernas, lentamente fue introduciendo su miembro (muy erecto, palpitando y doliendo de la excitación) en la cavidad de Ray. Primero fue lentamente, el chino no podía evitar las muecas de dolor que hacía. En un movimiento rápido, Kai introdujo su miembro en su totalidad dentro de Ray, este lanzó un grito que resonó en todo el lugar e, inclusive, afuera. Su cabello caía por toda su espalda y, algunos mechones caían por el frente, cubriendo su pecho y el de Kai.
Silencio total. Pequeñas lágrimas recorrieron su rostro, producto del dolor causado pero, no quería hacer sentir mal a Kai, no después del trabajo que le costó admitir lo que sentía por él, así que ocultó su rostro en el espacio que había entre el hombro y el cuello de Kai. Este por su parte, esperaba pacientemente a que SU nekojin se acostumbrara al dolor. Sabía que le dolía mucho, aunque él no se lo dejara ver, además lo sabía porque a él también le dolía su miembro. Era su primera vez, era la primera vez de ambos. Pequeños gemiditos se oían. Kai podía sentir las lágrimas en su cuello, pronto el dolor pasó para Kai y, casi al mismo tiempo, pasó para Ray.
Esto lo supo porque el pequeño minino le estaba dando pequeños besos en el cuello y en los hombros, además de que ya no se oía el lloriqueo sino que, ahora se oían gemidos de placer ante la sensación del miembro de Kai dentro de Ray. Lentamente Kai comenzó un movimiento de vaivén, entrando y saliendo de Ray, el cabello de este seguía los movimientos de sus cuerpos y los cubría a ambos al mismo tiempo. Los gemidos iban en aumento, las sensaciones también, todas las sensaciones y todos los sentimientos se agolpaban al mismo tiempo.
Ray suspiraba agitadamente, sus gritos de placer recorrían la habitación, la mansión entera y se extendían hasta afuera de esta, en verdad era una ventaja que fuera una mansión tan grande, de no ser así hubieran alertado a los vecinos. La respiración iba en aumento, sus mejillas se sonrojaban cada vez más. Kai tomó el miembro de Ray entre sus manos y comenzó a masturbarlo nuevamente, esto hizo que Ray diera más gemidos y gritos de placer. Todos los recuerdos daban vuelta en su cabeza, desde que era un niño, cuando conoció a Kai, lo que había pasado en ese mes juntos, la confesión de Mariah hasta llegar a ese momento actual.
Kai estaba muy concentrado en hacer sentir placer a Ray y, al mismo tiempo, recibir todo el placer posible. Masturbaba a Ray rápidamente, los gemidos de él se mezclaban con los suyos, estaba en la gloria. Todo era excitación, gritos, gemidos, sus nombres mezclados provocados por una noche de pasión. Sus cuerpos cubiertos de sudor, al desnudo, cubiertos por la luz de luna que les daba luz para poder admirarse en la oscuridad. El movimiento de Kai cada vez era más brusco, y Ray pronto no resistiría más.
Kai – Agitado, con esfuerzo – No puedo… aguantar más
Ray – También muy agitado – Estoy… listo
Kai – Hablándole al oído – Te amo – Lo había dicho, lo había admitido, lo había comprendido y lo mejor lo había comprobado
Ray – Yo también te amo Kai
La presión se hizo insoportable, aunque quería detenerlo por un instante más, Kai ya no podía resistirlo, con un grito inmenso, dejó a su cuerpo relajarse, eyaculando dentro de Ray y teniendo un orgasmo muy placentero, Ray por su parte, dio un grito entrecortado, era un orgasmo provocado por sentir a Kai eyacular dentro de él y, al mismo tiempo, por haber él eyaculado, su espalda se arqueó de una manera asombrosa, y echó su cabeza hacia atrás. Ambos quedaron llenos de semen, en sus vientres. Eran felices, se tenían uno a otro.
Lentamente Kai fue saliendo de dentro de Ray, provocando un último escalofrío en el cuerpo del nekojin. Lo recostó en la cama y Kai se acostó junto a él. Con sus últimas energías, Ray se colocó encima de Ray y, se puso a hacer lo que él le había hecho antes. Lamió su vientre saboreando su propia esencia, comiéndose su semen mezclado con la pasión que acababan de demostrar. Cuando terminó abrazó a Kai por su cintura, y ahí descansó.
Ray – Hablando con la respiración aún entrecortada – Te amo Kai
Kai – Lo sé – Sonrió – Yo también te amo
Ray – Sintiendo a Kai incorporándose e impidiéndoselo - ¿A dónde vas?
Kai – Voy a verla
Ray – Sujetándolo con fuerza – No lo hagas – Siente a Kai dejar de forcejear – Ella es fuerte. Lo logrará. No hay de qué preocuparnos, después de todo…
Kai – Ella es…
Ray/Kai – Una Hiwatari
Kai se volvió a acostar y Ray le abrazó fuertemente por la cintura, su cabello los cubría a ambos, estaban sucios pero eso no importaba, sin saber cuando, Ray se quedó dormido. Kai miraba fijamente al techo, por primera vez no tenía nada que pensar. La luna seguía reluciente. Miró a Ray y lo vió bañado en sudor, ahora frío, profundamente dormido. Se acercaba lo más que podía al cuerpo de Kai en busca de calor. Este por su parte lo cargó en brazos con cuidado, quitó la sabana mojada, fue por otra al ropero y la colocó sobre ellos.
Kai se volvió a acostar junto a Ray, el cual ante el contacto del cuerpo de su ser amado, se acurrucó en él, Kai lo vió tiernamente y le dio un último beso en la frente, Ray dejó escapar un sonido que, según Kai, sonó como un ronroneo. Acercó más el cuerpo de Ray al suyo, para darse calor mutuo. Lo continuó viendo unos instantes más y, también sin saber cuando, se quedó dormido. Ahora no tenía miedo, ni se sentía sólo, esa noche, durmió como nunca en su vida. Aunque seguía sintiendo que le faltaba algo. Eran las once de la noche.
