Disclaimer: Los personajes de Rurouni Kenshin no me pertenecen, solo la idea de la historia es mía.

CAPITULO 8

Habían pasado ya tres semanas de que se llevará a cabo la boda que uniera las vidas de Aoshi y Misao. Los miembros del Aoiya se encontraban tranquilos trabajando en el restaurante, esperando el regreso de la estimada pareja.

- Dios mío, ¿ hablas en serio ... ? – decía gritando una mujer con voz emocionada.

- Así es ... con esta cara de guapo que tengo ¿ Crees qué te mentiría Okon? – decía un hombre de cabellos lacios , oscuros sujetados en una coleta baja.

- Yo... realmente no me lo esperaba ... yo ... – decía nerviosa la mujer que se mantenía abrazando al apuesto hombre.

- Anda mi bella dama... responde antes de que me arrepienta... – decía el hombre mirando fijamente a Okon.

- Yo... aceptó ser tu esposa Seijuro ... – respondió Okon besando tiernamente los labios del hombre, una forma dulce de sellar la propuesta que era aceptada.

- Entonces no pasarán más de dos meses para que seas mi esposa – dijo el apuesto hombre abrazando a su prometida.

- Espera a que todos se enteren de esto ... será genial debemos esperar a que regresen Aoshi y Misao... me muero de ganas de ser la Señora Hiko – dijo Okon sonriendo.

Una segunda boda se llevaría acabo en poco tiempo, los preparativos se iniciaron lo más pronto que fue posible para que Okon hiciera su sueño realidad, se casaría con el hombre que le había robado su corazón a primera vista.

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Aoshi y Misao habían regresado de su luna de miel.

Una pareja extraña a decir verdad, un complemento raro entre esos dos jóvenes era lo que les mantenía como un matrimonio ejemplar, no perfecto... Puesto que la primera discusión entre ambos vino cuando se ponían de acuerdo en que lugar iban a vivir...

- Vamos Cariño, lo mejor es que vivamos en Tokio, allá están nuestros amigos, podemos abrir una sucursal del Aoiya- decía Misao insistente a su esposo.

- He dicho que no Misao – se escuchó la voz fría y serena del Okashira.

- Pero ... Okina puede hacerse cargo de todo... Nuestras relaciones con los demás líderes de otros clanes es buena... no hay nada de que preocuparnos ... – dijo Misao haciendo puchero.

- No cambiaré de opinión Misao – dijo Aoshi sabiendo que le costaría una buena riña con su esposa.

- Aoshi no lo puedo creer... – La chica le miró incrédula - ¿ Acaso quieres qué sea infeliz en mi matrimonio? - preguntó curiosa Misao con sus ojos llenos de lagrimas, estaba consciente que exageraba poniendo en juego su felicidad, por el hecho de vivir en ese lugar, pero debía hacer uso de todos sus recursos, con tal de conseguir ir a vivir a la misma ciudad donde Kaoru y Megumi vivían. Todo sería más fácil si sus amigas vivieran en el mismo lugar que ella.

- El que vivamos en Kyoto no te hará infeliz... estamos juntos... Pensé que eso te hacia feliz – dijo Aoshi con su voz segura.

- Eres un insensible Aoshi... antes cuando no era tu esposa me cumplías todos mis deseos ... – dijo Misao acercándose a mirar hacia la ventana.

- Tú lo has dicho Misao... tus deseos... y los sigo cumpliendo... pero no tus caprichos – dijo Aoshi mirando fijamente a dirección donde estaba su esposa.

- ¿ Caprichos...? – le miró indignada - ¡Santo cielo Aoshi ! – exclamó en voz baja - ... Estas diciendo que soy una chiquilla aún... que no he madurado... Para tu información soy una mujer ... de pies a cabeza... – le dijo molesta, le apuntó con un dedo para luego señalar su cuerpo de pies a cabeza como lo había dicho, mostrándole que no era el de una niña - y no soy caprichosa ... y tú eres un aprovechado... Te aprovechas de que eres mi esposo para decidir por mi vida ... No soy tu esclava Aoshi ... no eres mi dueño ... soy tu esposa ... te lo deletreo ... E–S–P-O-S-A ... ESPOSA –dijo Misao dirigiéndose a la puerta para salir de la habitación.

- ¿Por qué siempre haces una tormenta en un vaso con agua ? – se preguntó Aoshi en voz alta, sin pensar que sus palabras podían seguir hiriendo a su Misao.

- Aoshi no tienes tacto para decir las cosas... lo sabías... Todos tienen razón eres un cubo de hielo... me equivoque al pensar que era la indicada para derretirlo ... sabes algunas veces puedes ¡ SER UN BRUTO! – dijo Misao sin pensar ... era cierto cuando las personas están molestas dicen cosas que no desean y que después al reflexionar en ellas se da el arrepentimiento... La joven salió de la habitación con su rostro lleno de lagrimas que recorrían sus rosadas mejillas.

Aoshi se quedó perplejo al escuchar las palabras de Misao. Nunca se hubiera imaginado que alguien pudiera llegar hacerle daño con sus palabras... estaban cargadas de enojo y sinceridad ... quiso ir detrás de Misao para aclarar las cosas... pero algo era seguro en el estado en que su esposa se encontraba ... más que llegar a un arreglo... obtendría una ruptura de su matrimonio apenas a 8 semanas de haberse casado.

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Misao llegó corriendo hasta el jardín, dejó caer su cuerpo cerca de la fuente, comenzando a llorar liberando su temor ante la idea de que su matrimonio fuera un fracaso, pensó que sería fácil compartir su vida con Aoshi día y noche , pero ahora, todo se volvía confuso y muy difícil. Primero decidir en que lugar del futón dormiría, ella siempre dormía a la mitad , pero su Aoshi prefería el lado derecho, bien... eso no fue mucho problema... aunque ahora que se daba cuenta había ciertas diferencias entre ellos. Aoshi acostumbraba a levantarse más temprano que ella, lo cual le permitía salir a caminar un poco y ya para cuando ella despertaba él amablemente había pedido a alguien hiciera el desayuno para ambos... era injusto... Ella quería hacerse cargo de todo lo que implicará atender a Aoshi, nada había cambiado ahora que regresarán... Si ella quería mudarse lejos del Aoiya era por una simple razón... Quería alejar el Templo donde su esposo podía pasar horas meditando y la cocina del Aoiya donde Okon y Omasu se encargaban de atenderle a su marido y luego a ella. Las cosas debían cambiar, no seguiría toda su vida llevando el té a Aoshi y observarle meditar... para después regresar al Aoiya comer... charlar un poco y luego ir a dormir ... o pasar la noche demostrándose lo mucho que se amaban... en ese aspecto no se podía quejar el poco tiempo que tenía de casada con Aoshi le había hecho sentir como una reina ... noche tras noche... aunque era un hecho que con lo que había pasado entre ellos ese día habría una excepción.

- ¿Qué te ocurre comadreja? ... No es común observar tus ojos sin ese hermoso brillo que hacen el verde de tu iris, esmeraldas – dijo la voz de un hombre que se sentaba a un lado de ella.

- No es nada ... – dijo Misao mirando hacia otra dirección para evitar que el hombre se diera cuenta que lloraba.

- Vamos comadreja ... dime que te pasa ... ¿ acaso Shinomori te lastimó...? Anda ten confianza conmigo... cualquier cosa que sea... Si ese Cubo de hielo te hizo algo... lo haremos pagar ... no dudo que Okina me lo impida... cualquier otro miembro del Aoiya pensaría igual que yo- dijo el hombre buscando el rostro de la joven.

- Pues ... tuve una discusión tonta con Aoshi, dije cosas que no quería... ahora que lo pienso... tiene razón soy caprichosa... soy una chiquilla... – la mirada de Misao era triste, empezaba a cristalizarse - Seijuro tengo miedo de perderlo – dijo Misao echándose a llorar a los brazos del apuesto maestro de Himura.

- Bueno Misao, en algo tienes razón eres una chiquilla caprichosa ... pero muy linda... eso debe saberlo Aoshi y si me permites que te diga algo... tuvo que haber una muy buena razón para que Shinomori te dijera que eres una caprichosa –dijo Seijuro abrazando a la chica.

- Hai ... en realidad dijo que él cumplía mis deseos y no mis caprichos ... tiene razón no hay nada a lo que me haya dicho que no... hasta ahora... Aoshi no quiere que nos vayamos a vivir a Tokio, allá con los Himura, los Sagara – dijo Misao fingiendo una sonrisa.

- Vaya ... entiendo ahora por que Shinomori te ha dicho que no cumple tus caprichos... sabes comadreja... Shinomori no puede irse así como así... él es el Okashira de los Oniwabanshu... a pesar de no haber problemas... su deber es estar en el lugar donde están los miembros de su grupo, no puede abandonarlos, dime algo Misao... ¿ tú los abandonarías, sabiendo que tu familia te extrañara si pones distancia de por medio – dijo Seijuro mirando a la joven tiernamente como cuando un padre aconsejaba a su hija.

- Yo ... dije cosas que no quería... que lastimaron a Aoshi... a pesar que no lo demuestra, sé que mis palabras fueron duras... estaba molesta – dijo Misao bajando la mirada clavándola en el suelo.

- Bueno... nunca es tarde para ofrecer una disculpa... Que te parece si hablas con Shinomori y le dices la razón por la que quieres ir a vivir a Tokio. Estoy seguro que él lo entenderá y una buena solución podrá encontrar – dijo Seijuro levantando el rostro de la chica... posando su mano delicadamente en el mentón de la joven.

- Gracias Seijuro... eres muy amable... Okon es muy afortunada – dijo Misao sonriendo, poniéndose de pie se dirigió a la habitación en busca de su esposo... no pasaría ese día sin que se reconciliarán.

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Aoshi salió de su habitación para caminar hacia el despacho. Necesitaba algo que le mantuviera la mente ocupada o que le trajera una buena solución a la causa de su discusión , en el camino se encontró con Okina quien al ver el rostro del joven le ofreció conversar sobre lo que le inquietaba o preocupaba, era raro ver alguna expresión en su rostro.

- Buenas tardes muchacho, te gustaría tomar el té conmigo y así me cuentas el por que de esa cara, es raro ver en ti ese tipo de expresión... en realidad es raro ver expresiones en tu rostro – dijo el anciano invitando a pasar al Okashira en al despacho.

Aoshi asintió como respuesta positiva a su invitación, Okina era el hombre indicado para aconsejarle que debía hacer en esos casos, era la primera vez que estaba casado y necesitaba un buen consejo, sin duda alguna el anciano sabría que decirle, conocía muy bien a su Misao, él sabría como debía actuar, lo último que el ninja quería era echar a perder su matrimonio.

- Y bien, Aoshi dime que te ocurre – dijo el anciano mirándole interesado.

- Pues ... tuve una discusión con Misao – dijo Aoshi con su tono frío y sin rodeos.

- Ya veo mi ángel se ha puesto difícil, cuéntame... ¿cuál fue la razón de la discusión entre ustedes ? – dijo Okina sin perder de vista el rostro del ninja.

- Misao quiere que nos mudemos a Tokio – dijo Aoshi sin expresión alguna.

En el momento en que Okina escuchaba lo que el Okashira le decía, fue el anciano quién perdió el control.

- ¿Qué?, ¿Acaso mi ángel se ha vuelto loca?... Por supuesto que le dijiste que no y fue la razón por la que se molestó... Muy bien hecho muchacho... así se hace ... Misao necesita que la hagan entran en razón... que pasa con esa pequeña – decía Okina gritando y con lagrimones en los ojos... se puso de pie para caminar de un lado a otro.

-- Aoshi guardó silencio observando el escándalo que Okina armaba, en ese momento pensó que no había sido muy buena idea que le compartiera lo que había ocurrido entre Misao y él.

- Necesitas hablar con ella, ahora que lo pienso... una buena razón debe tener mi ángel para querer irse a vivir lejos de Kyoto ... sabes muchacho búscala y aclara las cosas – dijo Okina parando su alboroto.

- Hai – asintió Aoshi, Okina tenía razón... en ningún momento le había preguntado a su esposa la razón por la que quería mudarse... una buena razón debía haber.

- Sabes Aoshi, una vez que conozcas la razón debes ser muy sabio en lo que le dirás para persuadirla de querer irse a vivir fuera de Kyoto. Recuerda eres el Okashira y es importante que vivas en donde se encuentran los miembros de tu clan – dijo Okina aconsejándole al Okashira – Estoy seguro que Misao entenderá – terminó diciendo el anciano.

Toc, toc, toc – se escuchó que llamaban.

- Adelante – dijo Okina dando permiso a la persona a entrar.

- Okina... ¿ Disculpa has visto a Shinomori? - preguntó un hombre.

Okina señaló con su mano a la dirección donde el ninja se encontraba sentado.

- Shinomori hay una hermosa mujer que te esta buscando ... sabes no es de caballeros hacer esperar a una Dama – dijo el hombre mirando retadoramente al Okashira.

Aoshi asintió poniéndose de pie, caminando hacia la salida.

- Creó que después de buscarte en su habitación, salió del Aoiya ... Okon dijo que iba al Templo ... – dijo Seijuro viendo que el Okashira salía sin decir una sola palabra a dirección donde le había dicho.

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El Okashira caminó lentamente hacia el Templo, pensaba como abordar el tema con su esposa... estaba cansado... estaba herido ... Recordó las palabras que Misao le había dicho – algunas veces puedes ¡ SER UN BRUTO!retumbaron las palabras en su mente. Era la primera vez que Misao le faltaba al respeto y le respondía de una manera grosera ... sus palabras le habían dañado... no estaba seguro de querer verle y comenzar una nueva discusión o peor aun continuar la que había quedado inconclusa. Siguió su camino automáticamente que cuando levantó su mirada se dio cuenta que había llegado a su destino; subió las escaleras con sumo silencio... con pasos sigilosos como si tuviera una misión y estuviera por encontrarse con su presa... Entró al templo mirando de un lado a otro buscando a Misao... no podía pasar un día más y seguir con el mal sabor de boca que le había dejado la discusión ... La encontró hecha una bolita en un rincón del lugar, estaba sentada y con sus manos abrazaba sus piernas cerca de su pecho... Aoshi la observó con su cabeza baja recargaba su frente en sus rodillas... dudó en acercarse ... tal vez seguía molesta ...

Misao tenía más de una hora en esa posición, después de conversar con Hiko San, había salido en busca de su Aoshi para arreglar las cosas... pero parecía que las cosas no podían empeorar... No había podido encontrarlo en su habitación y pensó que lo más probable era que su esposo estuviera meditando para encontrar un momento de paz después de lo que ella le había hecho pasar; después de todo lo que le había dicho, pero no había tenido éxito... Así que sentó allí a ¿meditar?... tal vez un tiempo a solas le vendría bien...

¿Que voy hacer ahora? – se preguntó en voz baja la joven.

- regresar a casa... – dijo Aoshi al escucharla susurrar.

Misao no podía creer que su esposo estuviera allí con ella... Después de lo ocurrido pensó que ya no querría verla... Ella había sido la culpable... era una mujer impulsiva debía pensar más antes de decir algo...

- Cariño – dijo Misao lazándose a los fuertes y cálidos brazos de su amado esposo.

Aoshi no dijo nada... no quería arruinar el momento, correspondió al abrazo y depositó un tierno beso en la frente de su ninja favorita... de hecho la única que le pertenecía en cuerpo, alma y pensamientos... aquella mujer que podía hacer cálido su frío corazón con sólo mirarle...

- Yo... no debí decirte todas esas palabras sin sentido ... perdóname Aoshi ... – dijo Misao escondiendo su rostro en el pecho del Okashira.

Aoshi interrumpió las palabras de su esposa, reclamando sus labios, le besó dulcemente para después profundizar el besó que le dejaba sin aliento a la joven que sentía perder sus fuerzas cada vez que le abrazaba y le besaba de esa manera... como si no quisiera perderla nunca y se aferrará a nunca terminar con el momento...

- Aoshi ... necesito que hablemos... quiero que sepas la razón por la que quiero mudarme a la ciudad de Tokio... No es un capricho ... – dijo Misao bajando su mirada para clavarla al piso.

Aoshi tomó delicadamente el mentón de la joven y levantando su rostro le brindó una sonrisa que sólo ella era quien tenía la dicha de contemplar.

- Te escucho ...- dijo Aoshi sentándose en el piso , sentando a Misao en su regazo, seguía abrazándola posesivamente.

- Aoshi yo me quiero mudar a Tokio, - Hizo una pausa, mirándole dudosa - por que quiero llevar acabo mi papel de esposa... – sus mejillas se sonrojaron - no es justo que Okon o Omasu te preparen de comer ... o que ellas te preparen el baño y yo siga siendo la niña que te lleva el té al templo, te observe meditar y después dormir juntos... de hecho es lo único que ha cambiado... antes cada uno dormía en su habitación... – sus dedos jugaban con la parte inferior de su trenza nerviosa- Estoy consciente de que lo que dije estuvo muy mal... pero me dolió escuchar que pensarás que era caprichosa sin antes preguntarme por que me quería mudar... igual fue la forma en decirlo que sonó como que se me había ocurrido de la nada mudarme... igual y me duele alejarme de los chicos, y de Jiya. Los quiero mucho como para poner distancia de por medio... pero creí que era necesario alejarnos de ellos para que podamos estar más tiempo juntos... - La joven seguía hablando - Seamos realistas si seguimos viviendo en el Aoiya por más que yo les diga a Okon y Omasu que quiero hacer tus cosas... lo que me corresponde como tu esposa... no me van a dejar hacerlo... sentirán que las hago a un lado... – clavó su vista esmeralda en los ojos azul hielo de su marido - Aoshi reconsidera mi propuesta de irnos de Kyoto ... se que como Okashira necesitas estar en el Aoiya... pero... – Aoshi interrumpió a Misao en su monólogo con un beso.

- Entiendo – dijo Aoshi mirando fijamente a los ojos a su esposa.

Misao guardó silencio al escuchar a su esposo hablarle cálidamente… un tono que sólo reservaba para ella, cualquiera que le escuchará no creía que era el Okashira quien hablará. La joven se acurrucó en los fuertes brazos del ninja recargando su cabeza en su hombro se relajó… Había pasado un día lleno de emociones poco placenteras y con temores… lo último que esperaba era seguir discutiendo o iniciar una nueva discusión.

Aoshi le abrazo con ternura dándole la seguridad que necesitaba… indicándole que los malos entendidos eran cosa del pasado… Ahora debía preocuparse por la decisión que tomaría… su esposa tenía buenas razones para querer mudarse… alejar el Templo de él, y hacerse cargo de los deberes que le correspondían como su esposa… le señalaba que Misao era una mujer madura que lo único que buscaba era agradarle a él.

- Lo que decidas estará bien para mí – susurró Misao dándose por vencida ante el tema de donde iban a vivir.

- No viviremos en el Aoiya… ni en Tokio… Viviremos aquí, compraremos una casa que este cerca del Aoiya… me alejaré por un tiempo del Templo… y tú serás la dueña y señora de nuestra nueva casa… - dijo el Okashira con voz fría y serena, muchas palabras en una sola oración dichas por él.

Lentamente levantó su rostro Misao para encontrarse con los bellos ojos azul hielo de su Aoshi, obsequiándole una sonrisa le besó la frente y asintió dando por concluida la conversación… Se acomodo nuevamente en los brazos del ninja para dormir profundamente... abandonando los temeros que reprimía en su corazón.

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Continuará…

Gracias por su apoyo y por sus reviews …

Rinoa Shinomori ( Hola amigui, te extraño… este capi esta dedicado a ti) AkikoSamaN( Gracias por tu apoyo amiga… sobre el Lemon, lo lamento no escribo lemon, inicio el ambiente tal vez y lo demás lo dejo a imaginación de las lectoras… gomen) ceres( Gracias por tu apoyo y felicitaciones… espero este también te guste…)Usagi Akagi ( Hola … Gracias por tus comentarios… sobre los padrinos fueron Saito y Tokio) ali-chan6 (Gracias por leerme amigui… igual te extraño y espero verte pronto por msn) Tao Jun Shinomori ( Vaya, me halagan tus comentarios… me alegra que sigas mi fic )…

Bien chicas espero que este capi EXTRA… haya gustado… el matrimonio no es color de rosa… y son ese tipo de crisis que mantiene y fortalece una relación de pareja…

Atte: Alis Chan.