-Capítulo Dos: Reencuentro-
Viernes por la noche. -Llego a casa por fin!!- pensó, dejando su maletín al lado de su ordenador y el bolso en una silla. Diez minutos después su compañero, Nille, aparece por la
puerta. La mira y le dedica una sonrisa.
- Hola cariño! Cuánto tiempo!!
- Oh cielos! Pero si sólo estuve tres días fuera.
- Han parecido años. Bueno, y qué tal te ha ido por Madrid?
- Pues...muy bien. Creo que dentro de poco conseguiremos el anuncio. Por lo menos,
están encantados con la idea que les hemos propuesto.
- Y pensar que eres tan mala en dibujo?
- Jaja. Idiota!. Además sabes de sobra que yo solamente hago las presentaciones, no
los dibujos. Para eso ya tengo a mi equipo. Cambiando de tema. Qué tal Angelina?
- Bueno, ella está bien, supongo.
- Cómo que supones?
- Me dejó ayer. No me mires así. Esta vez no fue culpa mía. El domingo se va
definitivamente a América y cree que lo mejor es que nos separemos.
- Y tú que crees?
- Creo que soy un gilipollas, eso creo. Yo sabía que ella, tarde o temprano, se iría y
seguí con esto, pero bueno, ya se me pasará.
- Sabes qué creo? Que hoy es un buen día para pillarnos una borrachera, así que, ahora
mismo nos vamos a cenar y luego de juerga. Hace mucho que tú y yo no salimos, así
que levántate que nos vamos.
- Está claro que cuando se te mete algo en la cabeza, no hay quien te diga que no.
- Lo sé. Además eres incapaz de negarme nada...jajajajaja. A qué esperas? Mueve el
culo!!
La cena no estuvo muy mal, y la borrachera fue de impresión. Llegaron a casa a las seis de la
mañana, completamente borrachos y cansados. Se fue directa a su cama, dispuesta a dormir lo
que no había dormido en días. Pero para su desgracia, la alegría le duró muy poco. A las once y
media Herms me llamó al móvil.
- Buenos días, dormilona!
- Qué hora es?
- Hola eh? Creo que no has tenido un buen despertar. Son las 11:30, Ginny.
- Lo siento cariño. Buenos días. Qué pasa?
- Nada, me preguntaba si te apetecía quedar para comer.
- Claro. A la una no?
- Por supuesto. A la una en donde siempre no? X cierto, saludos de tu hermano.
- Dale un beso de mi parte.
El resto del fin de semana, transcurrió como de costumbre. Tirada en el sofá viendo la tele,
extraño aparato muggle, y deseando que no llegase el lunes. Pero el lunes llegó, y con él una
sorpresa para ella.
Llegó a su despacho preparada para afrontar el largo día que le esperaba, y su secretaria
apareció poco después.
- Ginny, el director mando un correo hace un momento. Tienes que presentarte en su
despacho en 15 minutos.
- Muy bien, Sally. Tengo que tener preparado algo?
- No. Solamente dijo que te presentaras en su despacho en 15 minutos.
Encendió el ordenador, y se puso a leer el correo de esa mañana. Desde que tenían internet
todo se había hecho mucho más fácil, puesto que era mucho más rápido que el correo por
lechuzas, y le dio la hora de presentarse en el despacho del Sr. Doyle.
Su secretaria, una chica un poco más joven que yo, me hizo pasar a una pequeña sala en donde
esperé la llegada del director, que no se retrasó demasiado.
- Oh, Señorita Weasley, ya está aquí. Quiero presentarle al Sr. Draco Malfoy, dueño de
Malfoy&Co. Sr. Malfoy, quiero presentarle a una de las mejores publicistas del país.
- Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras le saludaba.- Encantada de conocerle.
- Lo mismo digo.
- Bien, si me esperan un segundo, estaré encantado de dar comienzo a nuestra
pequeña reunión, pero antes necesito resolver un par de asuntos. Si me disculpa,
Sr. Malfoy.
- Faltaría más. Así que la pequeña Weasley ha conseguido salir de su ratonera.
- Hace mucho que salí de mi ratonera. Sigues sin cambiar eh, Malfoy. O debería
llamarle Sr. Malfoy?
- Llámame como quieras, Weasley. Y dime, qué se siente al tener un poco de dinero?
- Perdón? A mí no me falto nunca nada en esta vida, Malfoy. Aunque supongo que a ti
unas cuantas.
- Señorita Weasley, de usted depende que firme el contrato con su empresa, así que
por su bien y por el de su empresa, mida sus palabras.
- Disculpe, Sr. Malfoy! Pero, afortunadamente, a esta empresa le sobran los contratos
y si ha venido aquí, es porque esta es la mejor empresa de publicidad de todo
Londres, así que, si me disculpa la expresión, no me toque lo que no puede tocar.
- Bien, creo que podemos empezar a trabajar en lo que habíamos hablado- dijo el Sr.
Doyle, mientras entraba alegremente en la sala.
-Mierda!! Por qué de todas las agencias publicitarias de todo Londres, tuvo que escoger esta?
Además para que querrá él el anuncio? Su empresa no necesita demasiada publicidad, ya
sólo porque es de él, la gente compra sus artículos, sin necesidad de mirar el precio o la
calidad. Por algo había sido elegido el hombre más atractivo del momento por tercer año
consecutivo. Pero, todo había que reconocerlo, estaba más guapo que nunca-.
La voz de Sally, la sacó de sus pensamientos. Contestó al teléfono, y siguió con su día, con la
imagen de Draco en su mente, y con una sonrisa permanente en sus labios.
