Lo siento! Siento muchísimo haber tardado tanto, pero entre una cosa y otra no encontraba un momento para poder subir… bueno, espero que este capítulo les guste. Para mí no es de los mejores, pero no se me ocurría otra cosa.

Muchas gracias a todos los que me habéis dejado un review. Me han hecho mucha ilusión…jejejeje… aunque, sinceramente y un poco egoístamente, esperaba recibir muchos más, pero bueno, espero que a partir de ahora se animen a escribirme…

Por cierto, estoy deseando que me comenten alguna cosita del fic… es decir, las críticas!!! Siempre que se hagan con respeto son bien recibidas…jajajaja…

Bueno, no os molesto más y os dejo con el capi… Moitos bikos!!!(muchos besos en mi tierra, Galiza!!!!)

Por cierto, Giovanna cómo llevas la traducción? Estoy muy emocionada por ello. Me alegro mucho de que hayas decidido traducir la mía… Es un honor y un placer!!

Bueno, que soy una pesada, una petarda…etc, etc, etc… Que lo disfruten!!!

-Capítulo Cinco: El borrador y la Cerveza-

Ginny llegó a su casa pasadas las doce de la noche, y se encontró a Nille durmiendo en el sofá. Le quitó los zapatos, le puso una manta por encima y se acostó en su cama.

Cuando despertó se dio cuenta de que o espabilaba o llegaría tarde al trabajo, lo que no le hacía mucha gracia. Así que se levantó a toda prisa, se duchó, se vistió, tomó un café rápidamente, y se dirigió a su lugar de trabajo.

El día se le pasó volando y Draco apenas se asomaba por su cabeza, aunque todavía sentía un

cosquilleo en su estómago, cada vez que pensaba en que esa tarde Draco aparecería con

su sonrisa arrogante en su despacho. Aunque sólo fuese por trabajo, la sola idea de volverlo a ver la ponía muy pero que muy nerviosa.

Y a las seis de la tarde, puntual como de costumbre, Draco apareció en el despacho.

- Buenas tardes, Srta. Weasley- le dijo una voz ya conocida.

- Virginia, si no le importa. Buenas tardes, Sr. Malfoy.

- Draco, por favor. No me gustan las formalidades Virginia. Además tú y yo, nos

  conocemos de hace tiempo.

- Bien, Draco. Supongo que ha venido por lo de la presentación. Así que si es tan

  amable, cojo la carpeta y pasamos a la sala de presentaciones.

- Supones bien, Ginny. Pero no solo he venido a eso.

- Entonces?- preguntó Ginny levantando la vista de su mesa.

- He venido para invitarte a tomar una cerveza, después de la reunión.

- Mi nombre es Virginia. Y para qué quieres ir a tomar una cerveza con la pobre

  Weasley?

- Para poder pedirte disculpas por lo que te dije el otro día.

- Para eso no hace falta ir a tomar nada.

- No es solo por eso Gin. Quiero intentar que volvamos a ser amigos.

- Ahora? A buenas horas! Te acuerdas de mí 5 años después, y llegas aquí como si

  nada, como si entre tú y yo no hubiese cosas que olvidar.

- Solo te estoy pidiendo que me permitas ser tu amigo y quizás una explicación.

- Explicación? Y yo que te tendría que explicar a ti?

- Ven esta noche y lo sabrás. Bien, qué dices?

- No lo sé. Al acabar la reunión te lo digo. Pero no te prometo nada.

Salieron del despacho y se dirigieron a la sala de presentaciones. Cuando llegaron, el equipo de Ginny ya tenía todo preparado, y esperaban al Sr. Malfoy para presentarle la idea. No era algo que a Malfoy le interesase, porque, aunque la idea fuese mala, que no lo era en absoluto, hubiese aceptado cualquier cosa, con tal de estar con Ginny.

La reunión transcurrió con Draco y Ginny totalmente sumergidos en sus pensamientos. Ginny

pensaba si sería buena idea ir con Draco a tomar la dichosa cerveza. Tenía miedo de volver a pasar por lo que había pasado. Recordar los 4 años anteriores le hacía daño, porque a pesar de que ya lo había superado, todavía sentía que le pertenecía a Draco, y enterarse de que estaba con la mayor estúpida que pasó por Hogwarts, había sido un palo para ella.

Draco, por su parte, pensaba en si Ginny aceptaría la propuesta, porque necesitaba sentarse a hablar con ella y que le explicase todo. Necesitaba que Ginny le contase lo que ya sabía. Todavía le dolía ese recuerdo, y a pesar de sus esfuerzos por olvidarse de la pelirroja, estos eran en vano. Cada noche soñaba con ella y deseaba estar con ella.

Al acabar la reunión, el equipo de Ginny salió de la sala dejando a Ginny y a Draco solos.

- Y bien? Qué te pareció?

- Creo que está muy bien. Tienes un buen equipo, Gin.

- La verdad es que sí. Son muy ocurrentes, verdad?

- Si, la verdad que sí. Bueno, te parece si seguimos hablando en la cervecería? Es que

  tengo sed.

- Está bien. Pero sólo una cerveza.- contestó Ginny saliendo de la sala.

Diez minutos después, salían del despacho de Ginny rumbo a la cervecería. Esta era, un lugar muy pequeño y acogedor, en donde se servía la mejor cerveza de mantequilla de la ciudad. Se sentaron en una mesa y pidieron sus cervezas a un camarero que no tardó en ponérselas delante. Estuvieron un rato callados, mientras degustaban la cerveza, pensando en que iban a decirse.

- Está bien este lugar, verdad?- preguntó Draco, intentando romper el hielo.

- La verdad es que está muy bien. Hacía mucho que no aparecía por aquí.

- Antes venías siempre, no?

- Si, venía muy a menudo. Cómo lo sabes?

- Bueno, es que yo también solía venir. Me sentaba en una de las mesas del final y

  bueno, un día apareciste y desde aquella empecé a venir para verte. Siempre te

  sentabas en esta mesa, con una cara muy triste, abrías una carpeta y te sumergías.

  Pero, hará un año más o menos, dejaste de venir y yo también.

- O sea, que estabas aquí espiándome no?

- Sólo te observaba y me preguntaba porque siempre estabas tan triste. Pero ahora,

  te veo tan feliz...

- La verdad es que no me puedo quejar. Me va muy bien la vida. Tengo unos

  amigos estupendos, un trabajo que me apasiona y una ratonera que adoro.

- Sabes una cosa, Gin? Siempre te envidié. Bueno a ti y a tus amigos. Ellos te han

  demostrado que son amigos de verdad, siempre han estado ahí cuando los has

  necesitado, y bueno tu vida siempre ha estado llena de alegría y amor.

- Draco Malfoy tiene envidia? Envidia de una pobretona como yo?

- Nunca pensé que fueses una pobretona. Sólo te lo decía porque sabía que te

  fastidiaba, y porque me daba rabia que estuvieses enamorada de Potter. Yo...yo te

  quise siempre. Desde el primer día que te vi en el Expreso de Hogwarts, tan

  pequeña y con esa carita de niña buena.

- Las cosas han cambiado mucho desde aquel día. Ya no tengo esa carita y ya no soy

  la niña indefensa enamorada de Harry. Si te digo la verdad, siempre supe que entre

  Harry y yo nunca pasaría nada. Siempre fuimos amigos y con el tiempo aprendí a ser

  solo su amiga. Luego apareciste tú y pasó lo que pasó. Creo que los dos hemos

  cambiado mucho.

- Tú crees? Yo sigo viendo a la Ginny de Hogwarts.

- No Draco. En Hogwarts me pasé los dos últimos años llorando por ti, ahora ya no

  lloro.

- Y porque llorabas?

- Por qué crees qué lloraba? Yo te quería y ni si quiera me diste la oportunidad de

  explicar lo que pasó.

- Qué pasó con ese patán, Ginny?

- Cómo?

- He venido para pedirte una explicación. Hace tiempo, 5 años, que me lo pregunto.

- Ahora quieres la explicación? Te recuerdo que no la tienes porque no me quisiste

  escuchar.

- Lo sé, pero ahora que te tengo en frente, quiero que me lo expliques.

- Ahora? Te preocupas por saber ahora lo que pasó hace 5 años! Pues lo siento mucho

  pero no estoy por la labor de recordar los peores 4 años de mi vida. Además estás

  con la Parkinson esa, y te va muy bien la vida. Y ahora si no te importa, me voy,

  que estoy muy cansada. Cuando tenga la presentación definitiva, le dejaré un recado

  en su despacho. Hasta luego, Sr. Malfoy.

Ginny salió corriendo de la cervecería y pronto llegó a su casa. Había un mensaje en el contestador de Nille, diciéndole que  no iba a aparecer a cenar. Se sentó en el sofá y las lágrimas empezaron a correr por su cara. Se sentía otra vez indefensa, como cuando Draco la hacía sentir lo peor del mundo, por su supuesta infidelidad.  Se acurrucó en el sofá y se quedó dormida recordando cada una de las veces en que Draco la hacía sentir así.

Nille llegó bastante tarde esa noche y cuando llegó se encontró a Ginny dormida en el sofá. La tapó con una manta, le dio un beso en la frente y susurrando un "Buenas noches, Gin" se dirigió a su habitación a dormir.