Ginny llegó a San Mungo segundos después de haberse despedido de Sirius. en el fondo y muy a su pesar, le hacía gracia la idea de volver a empezar de cero. Creía que empezando todo de nuevo, sus sentimientos cambiarían. Por más que juraba y perjuraba a Hermione que ya no sentía nada por Draco, ella sabía que no era así. Todavía podía sentir los mismos nervios en el estómago cada vez que pensaba en él, como hacía 5 años en Hogwarts y se sentía estúpida. Volviendo la vista atrás se dio cuenta de lo estúpida que había sido. Era cierto que estaba muy enamorada de Draco, pero el intento de suicidio no había sido la mejor manera de recuperarlo. Solamente había servido para amargarse ella misma y amargar a su familia y amigos.

Quitándose los recuerdos de la cabeza y sonriendo por haber sido capaz de

superarlo, recorrió un par de pasillos en donde los niños esperaban

pacientemente al lado de sus madres y pronto estuvo en la habitación de Draco.

Sin poder evitarlo, volvía a sentir los estúpidos nervios en su estómago y una

sonrisa boba se forjó en su cara.

- Hola a todos!- saludó sin darse cuenta de que sólo Ron estaba allí

sentado. Y Draco?

- Ha bajado a ver a su madre.- contestó Ron en tono lúgubre.

- Qué pasa, Ron? Dónde está Hermione?

- Ha ido con él. Tranquila, Gin. No pasa nada. Los medimagos han

preferido que alguien le acompañara, nada más. Y como tú no estabas

pues ha bajado Hermione.

- Tan mal está la Sra. Malfoy?- preguntó Ginny alarmada, mientras se

sentaba en una esquina de la cama.

- Por lo que sé, no parece querer recuperarse. Ayer por la noche,

Dumbledore estuvo aquí visitándonos y ni siquiera él pudo descifrar que le

pasa a la Sra. Malfoy.- contestó Ron. No sé, Gin. Esta vez Lestrade no

anda con tonterías. Esto ha sido un aviso para todos los que él considera

"traidores", y si no me equivoco, la caza acaba de empezar.

- Crees que Harry estará en peligro? Lo crees?

- Ginny, Harry está y estará siempre en peligro. Siempre tendrá alguien

detrás de él, quizás por envidia o admiración, pero él sabe bien lo que

hace. Es un gran auror y un gran mago.

- Ron, te pasa algo?- contestó Ginny fijándose en su hermano. Estás raro.

- Raro? Qué tengo yo de raro?

- Tranquilo! Sólo digo que estás un poco melancólico, nada más. No sé, te

noto raro.

- Y dale con que estoy raro! No sé lo que me pasa, Gin. Creo que estoy

demasiado cansado como para saber lo que me pasa.

- Tenéis problemas, Hermione y tú?

- No, claro que no. Vamos, yo no y creo que ella tampoco.

- Pues si no tienes problemas con Hermione...

- Gin, no seas pesada. A Hermione y a mi nos va muy bien, nos queremos.

- Y qué tal en el trabajo? Ron, sé que tienes algún problema.- contestó

Ginny sentándose en sus piernas. Siempre he sido tu mejor amiga, así que

no me engañes y dime de una vez qué te pasa.

- Es... Dios, qué pesada! Es mi trabajo.

- No te gusta?- volvió a decir Ginny sin entender nada. Creía que te

encantaba tu trabajo.

- Sí! Me gusta trabajar allí, de hecho era lo que quería, pero necesito

volver a ser auror. Necesito sentirme útil.

- Entonces, por qué lo dejaste? Si aún querías ser auror, por qué te

fuiste?

- Por Hermione.- contestó cabizbajo. No estoy diciendo que ella tenga la

culpa, ni mucho menos, pero con los viajes y las horas de más en el

Ministerio, no tenía tiempo para estar con ella.

- Ron, creo que es lo más bonito que has hecho por ella en toda tu vida.

- La quiero, Gin. Siempre lo he hecho y siempre lo haré.- contestó con una

sonrisa enorme. Pero necesito volver a lo mío. Además si llegamos a ser

padres, tendrá que dejarlo, no?

- No sé yo si Hermione...- empezó a decir Ginny.

- Si yo qué?- contestó un voz desde la puerta. Qué andáis hablando de mí

vosotros dos?

- Nada, cariño.- se apresuró a decir Ron rojo como un tomate. Cosas de

hermanos.

- Ron, sabes que no me trago ese cuento, así que por qué no empiezas a

contármelo?

- Perdonad, chicos, pero antes de que os pongáis a discutir, me podrías

decir dónde está Draco?- interrumpió Ginny.

- Está abajo con su madre.- contestó Hermione medio enfadada. Yo subí a

ver si habías llegado y a avisarte de que creo que se quedará allí

bastante tiempo. Creo que deberías ir con él.

- Bien, luego me paso por vuestra casa y hablamos.- contestó Ginny

levantándose. Id a dormir. Os hace mucha falta.

- Sí, creo que será lo mejor.- volvió a decir Hermione. Cualquier cosa, nos

avisas.

- No te preocupes.- dijo Ginny sonriendo y dándole un abrazo. Estaremos

bien.

Sin creer mucho en sus palabras, salió de la habitación seguida de Ron y Hermione que, abrazados, se dirigieron a la salida del hospital, desde donde llegarían a su casa. Volviendo a recorrer los pasillos anteriores, en donde los niños seguían jugando mientras sus madres les pedían una y otra vez que estuvieran quietos, llegó a área del hospital en el que estaba la Sra. Malfoy. Sin poder evitarlo, volvió a verse a ella misma en esa zona, con su camisón blanco, y las lágrimas volvieron a brotar de sus ojos. Sintió pena por todo lo que había

pasado y sobre todo, por lo que había pasado toda su familia.

Recordó como su madre pasaba horas y horas delante suya contándole lo bien que le iban las cosas a sus hermanos, que seguían visitándola día tras día, o a Fred y a George gastándole bromas sin conseguir que una sonrisa se asomara a su cara. y, sin quererlo empezó a preguntarse el por qué de su depresión, como había hecho tantas veces en los años anteriores. Era cierto que estaba muy

enamorada de Draco, pero ahora, mirando hacia atrás se preguntaba que era lo que la había llevado a tomar aquella decisión, pero lo único que podía recordar era la sensación de frío contínua que sentía en todo su cuerpo cada vez que abría los ojos. Recordó con pesar, lo buena amiga que se había hecho de su almohada una vez que había dejado Hogwarts. Hogwarts, cada vez que volvía su cabeza sólo recordaba lo espantoso que había sido el último año allí, aunque con la ayuda de Luna, su gran amiga que ahora estaba en la impresionante Italia, había conseguido sacar el curso. Entonces, cuándo empezó todo? Cuándo decidió mandarlo todo a la mierda por un estúpido sentimiento? Y era un estúpido

sentimiento?

Sin darse cuenta, abrió los ojos y se encontró delante de la puerta de la habitación de la Sra. Malfoy y sus ojos se centraron en Draco. Estaba sentado en una silla mirando fijamente a su madre y agarrándole la mano. Sin mediar palabra, se sentó al lado de su madre que miraba preocupada la escena. Y entonces, Ginny entendió por lo que debía estar pasando Draco en ese momento, viendo a su madre tumbada en aquella cama. Sintió el horror de imaginar que su madre era la que estaba allí tumbada y la impotencia de no poder hacer nada

por ayudarla, y sin querer se abrazó fuertemente a su madre, dándole gracias a todos los magos por todavía poder tenerla a su lado.

La Sra. Weasley, en cuanto sintió el abrazo de Ginny la apretó contra sí, feliz de tenerla con ella, pero preocupada por todo lo que había pasado su niña, y que sin duda sabía que estaba recordando.

- Mamá, no te preocupes, sí? Estoy bien. Y Draco también lo estará.

- Lo sé, mi niña. Pero no puedo evitar pensar que estás recordando cosas

que te duelen, a la vez que sé que...

- Mamá, no volveré a caer.- contestó Ginny volviendo a abrazarla. Te lo

prometo. Y Draco tampoco caerá.

- Oh, cariño!- contestó Molly empezando a llorar. No podría volver a verte

en ese estado. No podría.

- No me llores, eh? Todo va a salir bien. Todo va a salir bien.

Por primera vez en muchos años, creyó en lo que ella misma estaba diciendo sin que le sonara falso. Sabía perfectamente que esta vez había superado todo lo que había pasado y que ya era fuerte, muy fuerte. Y también sabía que su familia estaría a su lado, como siempre, para todo aquello que necesitase y que jamás dejaría que la pena la invadiese. Entendió que en la vida no todo sale bien, pero que abandonarse al dolor en vez de luchar contra él era una pérdida de tiempo.

Se recostó en la silla, apoyando la cabeza en el regazo de su madre y en seguida la invadió el sueño, mientras su madre acariciaba su pelo, haciéndole unas agradables cosquillas.

Cuando despertó, dos horas después, su madre todavía estaba allí sentada acariciándole el pelo y mirando con cara de preocupación a Draco, que seguía sentado en la misma posición, aunque bastante más cansado ya. Se levantó y sonriendo a su madre, se recogió el pelo en una cola de caballo, mientras esperaba a encontrar las fuerzas suficientes para entrar en la habitación.

- No se ha levantado de ahí?- preguntó cuando su voz pareció encontrar

las palabras.

- Creo que deberías entrar, cariño.- contestó su madre con voz apagada.

No es bueno que esté solo tanto tiempo. Por cierto, ha venido Fred por

aquí y ha dicho que volverá esta noche.

- Bien. Ahora vuelvo, mami.- contestó levantándose y yendo hacia la

puerta.

Tocó y esperó unos segundos antes de entrar. Cuando entró, Draco levantó la cabeza y se quedó mirándola un buen rato, mientras Ginny acercaba otra silla. Sin mediar palabra, se sentó a su lado y sonriéndole le cogió la mano. Quería decir muchas cosas, pero sabía que en ese momento era mejor dejar que Draco empezase a hablar y que se desahogase, pero Draco sólo podía mirarla. Y en esa mirada, Ginny distinguió el miedo a la soledad que en esos momentos envolvía a Draco, y entonces lo abrazó, mientras dejaba que Draco llorase y sacase de dentro toda la presión que sentía, intentando que entendiese con ese abrazo que

ya no estaba solo y que nunca más lo estaría.

- Gracias, Gin.- dijo Draco un rato después. Gracias por todo.

- Por? Sabes que no tienes que darme las gracias.

- Sólo quería, es decir, siento que es lo que tengo que hacer. Daros a

todos las gracias, pero en especial a ti.

- Cómo te encuentras?

- Bien. Algo cansado, pero bien.

- Y cómo estás?

- No, no sé.- contestó Draco volviendo a mirar a su madre. No lo sé, Gin.

- No crees qué deberías ir a tu habitación e intentar dormir un poco? No

sé, creo que es lo mejor para ti. Debes estar agotado y bueno, tu

madre...

- Qué, Ginny?. Mi madre qué!- gritó Draco.

- Lo siento, Draco. Sé que te duele y que tiene que ser muy duro todo lo

que estás pasando, pero tu madre no va a despertar hoy, Draco y tú no

estás bien.- contestó Ginny. Cariño, sé que en estos momentos lo único

que te preocupa es tu madre, pero tu salud también es importante. Si

mañana no estás bien, no podrás venir a verla. Deja que la cuiden los

medimagos y tú ven conmigo a descansar un rato. Te irá bien.

- Tienes razón, Gin. Siento haberte gritado.- se disculpó Draco. Pero no

quiero separarme de ella.

- Por qué no hacemos una cosa? Vamos a tu habitación, comes algo para

recuperar fuerzas, duermes un poco y después volvemos. Te parece bien?

- Creo que es lo mejor, no?- contestó Draco. Vamos antes de que me

arrepienta.

Ayudándolo a levantarse, pronto estuvieron de camino a la habitación, que para Draco no daba llegado nunca, lo que hacía reír a Ginny y por consiguiente a él también, lo que dificultaba el camino. Siguieron riéndose y bromeando hasta que llegaron a la habitación en la que con sumo cuidado, Ginny acostó a Draco en la cama, mientras Draco le contaba una historia que su madre le recordaba continuamente de un viaje que habían hecho años atrás a la Toscana Italiana, lo que hacía que Ginny se riese un montón con las ocurrencias de Draco.

Y Draco sentía que Ginny iluminaba su vida y que su compañía cada vez se hacía

más necesaria. Pero, no podía evitar sentir miedo al pensar que algo malo pudiera

pasarle. Le hubiera gustado haber gritado a los cuatro vientos que todavía

seguía enamorado de Ginny e incluso vencer el miedo que tenía a que ella no lo

estuviera, aunque algo en su interior le decía que ella también seguía enamorada

de él, pero el miedo a que Lestrade y compañía se enterasen y decidiesen

hacerle algo a Ginny, era superior.

Un rato después de que la enfermera le llevase la comida y que Ginny le leyera las noticias más relevantes de "El Profeta", empezó a sentir que el sueño lo invadía y en un abrir y cerrar de ojos se quedó dormido, para tranquilidad de Ginny, que observaba como el niño de sus ojos dormía placidamente en la cama de ese horrible hospital.

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No voy a poner ninguna excusa por el retraso, pero si es cierto que han pasado muchas cosas por las que no he podido subir el capítulo. Pero bueno, después de un montón de meses este es el resultado, y espero que os guste. Muchas gracias a todos los que hayáis llegado hasta aquí, y en serio que intentaré terminar la historia lo antes posible, pues ya queda poco.

Un besazo.

Y ahora respondo a mis niñas, que han sido muy amables al dejarme un review, pero haber si se animan y me dan ideas para continuarla!

OHJUOTAKU: Me he aprendido tu nick de memoria! Ya puedo escribirlo sin

tener que mirar una y otra vez como hacerlo! xD... Tonterías a parte, muchas,

muchas, muchas gracias por leer mi mierda historia y dejarme reviews. Ya sé que

tardo mucho corazón, pero no puedo hacer nada. Me ha pasao de to! Perdí toa la

historia y tengo que sacar mucho tiempo para escribirla otra vez y claro, le he

cambiado el giro de la historia, y como no... ahora no sé que hacer! Pero bueno,

a ver como hago para que todo salga bien... Y si ahora le doy otro giro y la

enamoro de Harry?... Tu qué dices? Espero tu opinión! Pero creo que es

bastante difícil que lo consiga. Wno corazón, ya no te doy más la lata y te dejo

para que sigas con tus cosas. Gracias, en serio, y hasta pronto. Un bicazo moooi

grande.

FABISA: A ti también darte mil gracias por seguir leyendo, aunque esta cafre

tarde siglos en actualizar. Espero que todavía te acuerdes de esta historia y

que me sigas enviando reviews. Qué te pareció? Qué te parecería si en vez de

terminar con Draco termina con Harry?...Qué malvada soy! Por mi mente

perversa ahora está pasando de to! Jajajaja... Bueno, niña, que espero tu

opinión ansiosamente. Repito, mil gracias y hasta pronto. Besazos mil.