hola! Como ya dije, el fic está llegando al final. por fin! lo cierto es que me está costando mucho escribir los capítulos finales, así que perdonadme por el retraso. pero es que no soy capaz de sentarme a escribrir. en fin, que como no creo que publique antes de que termine el año, espero que tengais una feliz navidad y un próspero año 2006. y recordad sed buenos para que papa noel se porte bien! un besazo y hasta pronto.
por cierto, libe-patil, muchas gracias por el review. espero que me digas que tal este. un besito.
Los rayos del sol penetraron en la habitación de Ginny, en donde ya llevaba un par de horas despierta. No le apetecía nada volver al hospital y encontrárselo, después de lo que había pasado el día anterior, pero ese día le daban el alta y sabía que tenía que estar allí si quería que sólo Hermione supiera todo lo que había pasado, así que, sin muchas ganas, se levantó y se metió en la ducha.
Quince minutos después y ya vestida con su jersey favorito, regalo de Hermione, y unos vaqueros, bajó a la cocina de su casa y se preparó un buen café, que se tomó tranquilamente antes de salir hacia el hospital. Odiaba la idea de tener que pasarse el día allí, pues ese hospital todavía le traía malos recuerdos, desde que su padre había estado allí ingresado, hasta cuando Fred y George tuvieron que permanecer allí dos semanas por una intoxicación, pues uno de sus maravillosos inventos les había explotado en la trastienda de Sortilegios Weasley, obligándolos a pasarse las dos semanas en el hospital esperando a que los medimagos lograsen curarles, lo que era angustioso y gracioso a la vez, pues tuvieron un color verdoso en la cara durante ese tiempo, lo que los hacía reír, pero también se pasaron las dos semanas vomitando cada cosa que los medimagos le suministraban.
Riéndose del recuerdo de sus hermanos, se encaminó al callejón desde donde aparecería en el hospital. Cuando llegó, segundos después, vio salir y entrar a un montón de miembros de la Orden, lo que no le dio muy buena espina, y apresuró el paso para llegar a la habitación de Draco lo antes posible. Corriendo, tardó tan sólo unos segundos en llegar, para encontrarse a Hermione charlando con Sirius, muy bajo, para que el resto de la gente que andaba por allí no se enterase de nada, lo que aún gustó menos a Ginny. Sabía que si charlaban en voz baja y tenían esa cara de preocupación no era nada bueno.
- Hola!- gritó Hermione al verla y haciendo callar a Sirius con la mirada. Pensaba que tardarías más en venir.
- Ya, yo también. Pero no podía seguir durmiendo, así que me levanté. Hola Sirius.- contestó abrazándoles. Tú por aquí?
- Venía a ver como están los enfermos.- contestó Sirius devolviéndole el abrazo. Veo que los tenéis bien cuidados.
- Se intenta, Sirius. Por cierto, qué hacía la Orden aquí?
- Nada, Gin.- contestó éste bastante nervioso. Sólo es una visita rutinaria.
- Todos juntos? Sirius, yo también formo parte de ella y me gustaría saber qué pasa.
- Está bien, está bien.- dijo Sirius sentándose y obligando a Ginny a hacerlo también. Nos informaron ayer de queLestrade podría andar por Londres y han venido a por órdenes.
- Qué! Qué Lestrade está en Londres?
- Ginny!- gritó Hermione. Se trata de pasar lo más desapercibido posible, recuerdas?
- Lo siento, lo siento.- contestó Ginny enrojeciendo. Pero, pero, no intentará atacarnos en el hospital, no?
- No te preocupes, Gin.- dijo Sirius en tono amable. Draco y tú estaréis muy bien protegidos, al igual que tus padres yNarcisa. Hablando de ellos, será mejor que vaya a verlos. Después nos vemos.
- Adiós.- contestaron las dos a la vez.
- Tengo algo que decirte, Gin.
- Qué pasa?- contestó ésta palideciendo todavía más.
- Ron ha vuelto a ser Auror.
- De veras? Oh, qué bien! Debe estar súper feliz!
- Lo está, la verdad.- contestó Hermione con una sonrisa. Sólo espero que eso no nos impida vernos.
- Ya verás como no, Herm. Encontrareis la manera de veros y de pasar tiempo juntos.
- Lo sé, y para no variar ya llega veinte minutos tarde.
- Es Ron, Herm.- contestó Ginny sonriendo. Por cierto, qué sabes de Harry?
- No mucho. El otro día me dijo Ron que había quedado con tu prima.
- Con Gabrielle? Volverán?
- Eso espero. Lo cierto que siempre me gustó esa chica para él.
- Sí, es muy buena. Y la verdad me dio mucha pena cuando murieron mis tíos el año pasado. Mi padre estuvo muy mal.
- Lo recuerdo, Gin. Pero bueno, a ver que pasa con ellos.
- Veremos. Cómo ha pasado la noche?
- Harry? Y yo que sé!
- Draco!- gritó Ginny rodando los ojos. En que mundo estás, Hermione?
- Lo siento, lo siento. Digamos que pasó una noche un poco ajetreada. Consiguió quedarse dormido hace nada.
- Mejor. Así cuando despierte ya nos iremos de aquí.
- Qué te parece si hoy llevo la cena y cenamos los cuatro? Podría decírselo a Harry también.
- Por mi, estupendamente.- contestó Ron apareciendo. Ya sé que es muy tarde, cariño.
- A buenas horas! Ronald, estoy cansada, lo sabías?
- Lo sé, lo sé. Por eso ahora mismo nos vamos a ir a casa a dormir, vale?
- Vale.- contestó Hermione dándole un beso. A las seis en tu casa, Gin.
- Bien, entonces hasta esta noche.- contestó Ginny abrazándoles. Descansad.
Entró en la habitación en la que Draco dormía tranquilamente y, sin hacer mucho ruido, se sentó en la silla, en donde empezó a leer El Profeta, que hablaba de tonterías que le habían hecho un par de graciosos a unos muggles de un pequeño pueblo del norte, pero lo que más le había llamado la atención era un artículo que hablaba sobre los posibles sitios en los que Lestrade podría estar oculto. Y pensar que seguramente estría más cerca de lo que ellos podían imaginar! Y entonces fue cuando volvió a entrarle el pánico. Y si los cogían? Y si les volvían a hacer daño? Y empezó a tener una sensación de agobio horrible. Le asustaba la idea de que los atacasen en plena noche y no poder defenderse, aunque pensándolo bien, Sirius había dicho que estarían bien protegidos, al igual que sus padres. Pero, qué pasaba con Nille, Ron, Hermione, Harry y sus hermanos? Harry seguramente estaría hiperprotegido, pero los demás? Después de darle muchas vueltas llegó a la conclusión de que Sirius y Dumbledore ya se habrían preocupado de que todos estuvieran bien protegidos y a salvo. O eso era lo que quería creer.
Dos horas después, Draco al fin despertaba, lo que hizo que los medimagos aparecieran en la habitación para examinarle y por fin darle el alta. Después de ayudarle a vestir, lo acompañó a la habitación de su madre, mientras le esperaba tomando un café con Molly fuera de allí, lo que la relajó un montón.
Un buen rato después, y sin dirigirse la palabra, salían del hospital, desde donde llegaron a su nuevo hogar. Sonriendo, Ginny le dio la bienvenida y poco a poco fueron viendo cada habitación de la casa, hasta llegar a la de Draco, que estaba al lado de la de ella.
- Qué te parece?- preguntó Ginny ayudándole a entrar. Te gusta?
- Está muy bien, Ginny. Gracias.- contestó Draco sentándose en la butaca de al lado de la cama.
- No sé si es lo suficientemente grande, pero es la más grande de la casa.
- Está bien. No te preocupes. He estado en sitios peores, así que, esto me parece un palacete.
- No te burles!- contestó Ginny riendo. Espero que estés a gusto aquí.
- Y por qué no iba a estarlo?
- No sé, quizás porque estarás acostumbrado a otro tipo de casas.
- Me encanta tu casa, Gin. Me encanta estar aquí contigo.
- Me alegro.- contestó Ginny sonriendo y levantándose. Voy a hacer té.
- Cariño, tenemos que hablar.
- De qué?- contestó Ginny dando la vuelta y acercándose a él. Hay algún problema?
- No, tranquila. No hay ningún problema.
- Entonces? Qué es lo que hay que hablar?
- Cállate un segundo y te lo diré.- contestó Draco riendo.
- Oh, lo siento. Pero dime.
- Sólo quería hablar de lo que pasó ayer.
- Draco, no hay nada que hablar. Fue una tontería.- contestó Ginny incómoda.
- Tontería?- contestó Draco extrañado. Tontería? A mi no me pareció eso.
- Entonces? Por qué te apartaste? Por qué me dijiste que no querías hacerme daño?
- Ginny, me persiguen! Quieren verme muerto!
- Qué tiene que ver eso con nosotros?
- Cómo que qué tiene que ver? Y si te hacen daño? Y si se enteran que eres lo que másfeliz me hace en este mundo? Irán a por ti, Gin. Te harán daño.
- No crees que eso nos tendría que importar poco?
- Ginny, no podría soportar que te hicieran daño. Y menos por mi culpa.
- No crees que eso debería decidirlo yo? No crees?- contestó Ginny sonriendo. Draco, te quiero. Te he querido siempre, sin importarme las consecuencias, y ahora aún me preocupan menos. Te perdí una vez y no quiero volver a hacerlo. Pero si tú estásdecidido a sacrificar lo que sentimos, lo entiendo.
- Ginny, jamás sacrificaría lo nuestro porque lo único que quiero es estar contigo. Te quiero como nunca he querido a nadie y por eso tengo demasiado miedo a perderte.
- Entiendo que tengas miedo, Draco. Yo también lo tengo, pero soy miembro de la Orden y amiga de Harry, así que siempre estaré en peligro. Siempre.
- Tienes razón, siempre estaremos en peligro.
- Entonces, cállate y bésame de una maldita vez.- contestó Ginny acercándose a él.
No supieron cuanto tiempo estuvieron besándose mientras el sol, a sus espaldas, desaparecía de sus vistas. Solamente te dieron cuenta de lo que hacían cuando Ron y Hermione gritaron sus nombres desde el salón, a lo que tardaron un rato en contestar.
Sonriendo y ayudando a draco a sentarse, le dio dos besos y un abrazo a su hermano y a su cuñada en el salón, y después de dejar a los chicos hablando de sus cosas, las dos se dirigieron a la cocina en donde, entre risas, empezaron a preparar la cena.
Un rato después, con la comida ya preparada, se sentaron en el sofá a esperar a Harry y a Gabrielle, que no tardaron en aparecer con una botella de vino, que fue muy bien recibida. Segundos después, empezaban a cenar, mientras Ron hablaba de lo emocionado que estaba por volver a ser auror. Ginny se fijaba en su hermano y en Hermione, a la cual veía muy orgullosa de su marido, y su mirada se encontró con la de Draco. Esa mirada estaba llena de alegría y Ginny supo en ese momento que todo lo mal que lo habían pasado, a partir de ahora no se repetiría, tuviera Lestrade los planes que tuviera.
