Core:"Para empesar soy una tarada por que me olvide de contestar las Reviewes"
Saga: "si sos media tonta por asi decirlo"
Core: "callate esquizofrenico"
Ahora si con ustedes las respuestas:
Goddess:Gracias amiga, recuento que llegue hasta el 17 del tuyo me re gusta.
Abby Lockhart: es que era hora, o que se pensaban, pobre Shaka que tiene la culpa parcial. Y seguire escribiendo no se van a librar de mi. Wuajajajaja
Elena(Shadir): la que me amenazo de muerte por terminar de tal amnera el cap 6, perdon quizas no vuelva a suceder.
Bueno ahora si lean tranquilas, yo por mi parte me voy con mi bebe (saga n.n)
CapituloVIII:
"La melodía del Olvido, Recuerdos del Pasado
Sentada sobre una roca, la niña, aguardaba. Hacia tres horas que el sol había asomado ya y los rayos de este le daban un tono mas claro a los cabellos de la niña. Miraba impaciente hacia el bosque, vio un movimiento, una persona salió de entre los arbustos y se reunió con la niña. Era un chico pero mayor que esta, la niña lo miro con una gran sonrisa.
"Hola pequeña" La saludo el chico y se sentó a los pies de la roca.
"Hola" Le respondió la niña con entusiasmo.
Ella apenas tenia siete años, sus ojos eran color miel y su cabello era rubio oscuro; un tono mas oscuro que la miel; apenas le llegaba a los hombros y estaba despeinado. Se bajo de la roca y se sentó al lado de su amigo.
"Has tardado hoy" Le inquirió la niña
"Es que estaba ocupado perdona" La miro con sus ojos verdosos; que tenían un toque de azul; y le dedico una sonrisa. Sus largos cabellos se mecían a causa del viento, eran de un azul intenso como el cielo, era tan solo ocho años más grande que la niña.
"Ven, vayamos a jugar me has prometido que hoy me enseñarías a usar el arco" La niña se levanto y le tomo las manos, como vio que el se resistía a medias le dedico una sonrisa de cordero degollado.
"Pequeña, que fea treta esa" Le respondió él "sabes que a esa mirada no me resisto" El se levanto y la niña sonreía por que había logrado su cometido. Por el bosque anduvieron todo el día hasta que se hizo de mediodía.
"Ya debo marcharme pequeña" Le dijo mientras acariciaba sus cabellos
"uff.." Exclamo "...creo que yo también, mi madre me empezara a buscar"forzo una sonrisa "Nos encontraremos mañana, aquí" Le dijo esperanzada
"No lo sé" Su mirada se torno triste "Espero que nos volvamos a encontrar pequeña"
La niña sintió una punzada en su pecho y lo abrazo "Me prometes que nos volveremos a ver"
"Palabra de honor, de caballero" Dijo medio en broma
"Bah...tu caballero niño desgarbado" Se mofo
"Shhh, calla, enana" Le desordeno los cabellos "Debo partir"
"Adiós"
"Adiós, Aralea" Se despidió y se dirigió hacia el bosque, antes de desaparecer se dio vuelta; La niña no sabia si era su imaginación; pero los cabellos de su amigo se tornaban grises, y sus ojos pasaban de un verde fuerte a un rojo intenso.
Él la miro, sabiendo que seria la ultima ves que vería a su pequeña amiga, aunque ignoraba el futuro funesto que se cernía sobre ellos. Se dio vuelta y se interno en el bosque, Aralea lo vio desaparecer.
"Adiós, Saga" Susurro sintiendo un gran vacío en su interior. Giro sobre sus talones y se fue al pueblo.
"¡Madre!" Exclamo la niña al entrar a su casa
"¡Mi niña!" Le dedico una cálida sonrisa y abrazo a su hija "Te has divertido hoy"
"Si, mamá" Miro a su madre, sus cabellos eran rubios y estaban atados en una trenza que le llegaba a la cintura, sus verdes ojos miraban con ternura a su hija.
"Mamá, ¿dónde esta Briseida?" Pregunto Aralea
"Tu hermanita esta en el campo con tu tía Helena" Le contesto
"umm...que lastima"
"Ve a limpiarte no te sentaras en mi mesa con esa mugre" Le dio una palmada en el trasero. Aralea fue a su habitacion.afuera se escuchaban gritos y gente que corría.
"¡Aralea!" Su madre entro corriendo a la habituación "Escondete mi niña" Le ordeno
"Pero mamá ¿ qué sucede?" Le dijo asustada Aralea
"¡OH!" Exclamo su madre con pesar y la abrazo "Escóndete debajo de la cama y prométeme que por nada del mundo saldrás de ahí" Forzó una sonrisa, Aralea asintió "Ve" la niña se escondió debajo de la cama y su madre volvió a la cocina. Se escucho un golpe, era la puerta que se había abierto de golpe, su madre comenzó a gritar y entro a la habitación, un hombre entro detrás de ella y le gritaba, Aralea observaba todo escondida debajo de la cama, dos hombres mas entraron a la habitación uno le pego a su madre, esta trastrabillo y cayo al suelo.
"¡Aprenderás a obedecer perra!" Le grito uno de los hombres
Frente a sus ojos y con horror, Aralea vio como violaban a su madre, tuvo que taparce con fuerza la boca para no gritar, pero las lagrimas fluían sin cesar de sus ojos, los gritos de su madre retumbaban en su cabeza, observo el rostro sin vida de su madre; su dulce madre; ya no sonreiría, su rostro se había hinchado a causa del golpe que le había quitado la vida.los hombres se marcharon, reían entre ellos.Aralea seguia agazapada debajo de la cama cuando sintió que alguien entraba, un hombre se arrodillo donde yacía su madre.
"¡Oh! Mi dulce Pelagía, dios mío" Gritaba entre sollozos el hombre
"¿Papá?" Mándras volteo, debajo de la cama había una pequeña figura
"¿Hija eres tu?" Aralea salió de su escondite y abrazo a su padre; un hombre robusto, de cabello rubio oscuro; sus ojos color miel estaban llenos de lagrimas "Hija" la abrazo con mas fuerza.
"¡Papá, papá!" Sollozaba Aralea
"Debemos salir de aquí" le dijo
"Pero mamá..."
"Yo volveré por ella y te alcanzare" mintió "Ahora ve y por nada del mundo te vuelvas" Mandras abrazo con fuerza a su hija, esa seria la ultima ves que Aralea vería a su padre "Que los dioses estén contigo, mi, pequeña" Le sonrío "¡VE!" Le ordeno.
Aralea salió por la ventana de la habitación y hecho a correr. Pero antes de entrar en el bosque un grito la hizo volverse, su padre que protegía su vida era atacado por cinco hombres.Su padre, el forjador de armas del santuario, luchaba por la vida de su hija, era atravesado por las lanzas y espadas una y otra ves. Vio caer el cuerpo sin vida de su padre y aun así seguían clavándole las lanzas. Grito, no pudo contenerse, un hombre la vio y la señalo. Aralea corrió y corrió a mas no poder adentrandoce cada ves mas en el bosque. Una roca la hizo tropezar, se cayo de boca al piso y comenzó a llorar. Lentamente se puso a llorar. Comenzó a temblar y las imágenes de sus padres acudían a su mente, tan pendiente estaba de sus pensamientos que no oyo al hombre que se le había acercado.
"¡MUEREEE!" Aralea se dio vuelta y vio como una espada descendía hacia ella, el acero rasgo su pecho y su vientre; no pudo ver mas; sus ojos se nublaron y cayo en las sombras.
"Vamos arriba"Grito una vos femenina
Aralea abrió los ojos de apoco, estaba todo tan oscuro. Miro a su alrededor, parecía una enorme caverna, todo era muy lúgubre y a lo lejos se divisaba una especie de rio. Volvio su mirada hacia delante y vio una fila de personas que caminaban en línea recta.
"Si no te formas mi hermana se enojara" Una niña de cabellos negros como la noche y ojos azules le hablo, una túnica negra le cubría todo el cuerpo y no parecía tener mas de nueve años. "Por favor, fórmate" Le rogó, Aralea se levanto y se formo en la fila.Camino durante una hora y llego a la orilla del río, una enorme barcaza se movió a causa de las olas.
"Niña, ¿subirás?" Le dijo el hombre que conducía la barcaza, su rostro y su cuerpo estaban cubiertos por una túnica negra "Tienes el pago, sabes que sin dinero no puedes cruzar" Aralea miro al hombre y negó con la cabeza, no entendía lo que pasaba.
"Si no tiene el dinero deberá quedarce de este lado" Dijo hostil la mujer que había visto antes.No parecía tener mas de quince años, llevaba el cabello; negro como la noche; atado en una cola alta y sus ojos azules la miraban con desdén. Al lado de ella estaba la niña que había hablado.
"Eres odiosa" Le dijo el barquero
"Tu te callas, viejo" Rugió la mujer
"No me importa que seas de mayor rango que yo, en mi barcaza subo a quien quiero"
"Que viejo necio eres, Caronte" Le dijo en tono despectivo
"Y tu eres una jovencita grosera, Cloto"
"Haz lo que quieras, vámonos Láquesis" Le dijo a la niña y ambas se marcharon
"Ven niña te dejare subir gratis, eso es para que no anden diciendo que el viejo Caronte no es bondadoso" Aralea subió y se sentó en un rincón, observo a las demás gente que iba con ella, todas estaban heridas y a algunas le faltaban partes del cuerpo, ¡oh dios! Penso y un dolor agudo le cruzo del pecho al vientre. Se toco y al mirarse la mano la encontró llena de sangre. Se miro el cuerpo, tenia una herida profunda que comenzaba en el pecho y terminaba en el vientre, la sangre manaba sin cesar.
"Yo..." Dijo con voz temblorosa y comenzó a llorar, Caronte la miro.
"Niña no tienes por que temer, mi amo no es malo, solo justo" Le dijo Caronte, de pronto Aralea comprendió, estaba muerta y sus padres...al recordar lloro con mas fuerza.
"Niña, harás desbordar al Estigía" Trato de hacerla sonreír pero ese comentario aumento el caudal de lagrímas.
Llegaron a la otra orilla del río, todos caminaron en fila. Unas enormes puertas de hierro se veían a lo lejos. A media que se acercaban Aralea distinguió a un perro, pero este tenía tres cabezas y tres colas. El can detecto a Aralea y empezó a correr en su dirección, la niña lo vio y comenzó a correr pero el perro la alcanzo y se abalanzo sobre ella, pero no la ataco como la niña se pensaba sino que la lamió y meneaba sus tres colas.
"¡¡¡Cerberus!!!" Se escucho un grito que era como un rugido, el can salió corriendo y se sentó la lado de las puertas.
Aralea; junto con las demás personas; atravesó un largo pasillo hasta llegar a una habitación, allí se detuvieron.
El lugar era enorme, había un estrado y tres personas lo ocupaban, al lado de esto había dos tronos que eran ocupados por un hombre; de negros cabellos, largos hasta la cintura, unos ojos grises que todo lo observaban adornaban un hermoso rostro; el otro lugar era ocupado por una mujer; de rubios cabellos que caían con gracia mas abajo de la cintura y sus ojos celestes observaban a Aralea.
Cada persona era juzgada y se le imponía castigo o premio por las cosas hechas en vida.
El turno de Aralea llego, temblorosa se paro delante del estrado. Un hombre llamado Minos enumero los actos de la pequeña y la forma en la que había muerto; el otro Aikos; dictaría el veredicto, mientras que el tercer hombre la observaba.
"Espera Aikos" Le dijo el tercer hombre
"Radamanthys ¿Qué es lo que pasa?" Le pregunto Aikos, pero Radamanthys solo miraba a su señor.
"Por favor, esposo mío permíteme quedarme con la niña" Le pidió la mujer de rubios cabellos
"Mi querida Persefone, sabes que todo te daría pero..."
"Es solo una niña, Hades" Le grito
"Esta bien formara parte de tu cortejo" Accedió Hades
"OH! Querido no te arrepentirás" Lo beso y luego miro a Radamanthys, este dicto el veredicto por Aikos.
"El alma de esta niña pertenece ahora a nuestra señora Persefone"
las horas pasaron; Aralea espero sentada en un rincón, acurrucada contra la pared.
"Ven pequeña" Le dijo dulcemente la mujer que se hacia llamar Persefone "Acompáñame"
Aralea la siguió caminaron a lo largo de un pasillo y se detuvieron delante de una puerta. Persefone la abrió y hizo un ademan para que Aralea la siguiera. Dentro del cuarto había cuatro personas, la niña que le había hablado, la mujer que seguía mirándola hostil y en el fondo había un bebe con una anciana.
"Siéntate aquí" Le señalo Persefone a Aralea "Ahora estas a mi cargo, ya no tienes por que temer" la niña extendio la mano para tocar el brazo de Persefone pero la traspaso, era un fantasma, esto la hizo volver a llorar.
"No, no llores, cierra los ojos, cuando los abras todo abra pasado" Aralea le hizo caso. Al ver que la niña dormía Persefone empezó a impartir ordenes.
"Quiero que le den vida a esta niña"
"Pero mi señora es un simple humano" Protesto Cloto
"Aquí se me obedece, Cloto" La parca callo
"Láquesis"
"Sí, señora" La pequeña niña se acerco
"Tu te encargaras de unir los hilos del viejo telar con los del nuevo telar que Antropo comenzara a tejer"
"Sí" La niña esboza una gran sonrisa, estaba complacida a diferencia de su hermana que no podía creer como dejaban a un sucio humano pisar un lugar sagrado destinado para los dioses. "Este telar..." Señalo Láquesis "...fue cortado abruptamente, fue asesinada y también vio como mataban brutalmente a sus padres"
"Pequeña Láqesis, tu te encargaras de sellar esos recuerdos ya que no pueden ser borrados, ya que si esa niña recordara eso no podría ser feliz, ¿comprendes?" Láquesis asintió "muy bien, Cloto tu has cortado los hilos de su vida así que ayudaras a unirlos, avísenme cuando hayan terminado.
"Sí, señora" Respondieron las parcas, Persefone salió de la habitación.
Las parcas comenzaron con el trabajo, Láquesis bloqueo los turbios recuerdos de Aralea. Para unir el viejo telar con el nuevo se necesitaban unas gotas de sangre para infligir vida en el cuerpo, Láquesis le dijo esto a su hermana y esta mando a un sirviente a que las buscase. A los quince minutos volvía el sirviente con las gotas de sangre.
"¿De quién es?" Pregunto Cloto
"No lo sé" le respondió el sirviente que le entrego el frasco y se fue. LA preocupación de Cloto devenía en, que si la sangre era de alguno de sus dos amos esa sucia humana tendría la categoría de semidiosa, ya que su sangre se mezclaría con la de un dios, pero eso era imposible, sí imposible, se dijo la parca.
Vertieron la sangre en las uniones del telar y este resplandeció con una luz dorada que se convirtió en un púrpura violáceo. El telar quedo unido, la niña había vuelto a la vida.
Aralea de a poco fue abriendo los ojos, ¿dónde estaba?, se sentó en el mullido sofá donde estaba recostada, la habitación en la que se encontraba era en extremo lujosa.
Una señora con una bandeja repleta de comida entro en la habitación.
"Niña deberás comer algo..." le decía la señora mientras depositaba la comida en la mesita que había al lado del sofá "...esta comida a sido preparada especialmente para ti"dicho esto se marcho. Aralea comenzó a comer ya que su estomago estaba empezando a protestar. Recordaba que había muerto, pero no como; recordaba que sus padres habían muerto; pero no como; tratar de recordar le hacia doler la cabeza.
"Ya has despertado" Persefone entro en la habitación y se sentó en el sofá, Aralea se alejo "No tengas miedo" le acaricio la mejilla "Serás como una hija para mí" Sentó a la niña sobre su regazo y la acuno. Aralea se sentía segura y querida, dejo que el sueño la venciera.
"¿Se ha dormido?" Pregunto Hades mientras se sentaba al lado de su mujer.
"Sí" Le dijo con una sonrisa, Hades abrazo a su mujer con ternura "gracias esposo mío" lo beso
"En realidad esta niña me causaba mucha ternura, es tan pequeña..." Persefone miro a su esposo, y apoyo la cabeza en su hombro este a su ves le beso los cabellos. "¿Le has puesto un nombre? A todo niño que nace se le debe poner uno"
"Core" Respondió con convicción Persefone "Así me llamabas tu, ¿lo recuerdas?"
"Por supuesto que lo recuerdo mi florecilla" Hades le sonrío y la beso con ternura.
Aralea, ahora Core, había vuelto a nacer sin recuerdos, para empezar de nuevo.
Ya había comenzado a amanecer cuando Shaka termino de contarle todo a Saga.
"Yo no quise..."comenzó Shaka pero Saga lo interrumpió
"Lo hecho, hecho esta"
"Tu no te acordabas de ella ¿verdad?" le pregunto
"Creo que al convertirme en patriarca varios recuerdos fueron olvidados en un rincón de mi mente"
"Si puede ser"
"Yo sentía que la conocía hace mucho y ahora lo recuerdo, todas las tardes me escabullía de mis obligaciones para encontrame con ella.El destino nos volvió a juntar pero no nos volverá a separar.Yo no he sido el culpable de su muerte..."Dijo dudando Saga.
"Según recuerdo ese día nos habían mandado a capturar a unos soldados rebeldes y habías sido tu el que dio la orden así que creo que no tienes nada que ver; pero nosotros llegamos tarde" dijo afligido "Bueno ahora me iré creo que ambos necesitan descansar, volveré luego" Shaka se levanto "Dile que me perdone" Dicho esto se marcho.
Saga se dirigió a la habitación de Core y entro.
Core estaba acurrucada en la cama parecía un ovillo de hilo, Saga se acerco y se sentó en el borde de la cama, la observo "Será mejor que duermas" Saga se levanto pero algo lo detenía, era Core que lo mantenía agarrado del brazo.
"Quédate por favor" le dijo Core le temblaba la voz "Tengo miedo, mucho miedo"
Saga se sentó en la cama "No te dejare sola" Se recostó en la cama con la cabeza contra el respaldo, abrazo a Core y la estrecho contra su cuerpo "Ahora duérmete" Core apoyo la mejilla en el hombro de Saga y cerro los ojos. Su respiración ¿se normalizo y se le relajo el cuerpo, se había quedado dormida.
Saga le acaricio la mejilla, pobre todo lo que había sufrido.nunca mas volvería a angustiarse y el se encargaría de eso. Le miro el rostro, estaba completamente relajada y dormida.Le beso la frente "Te Amo" Le susurro Saga aunque sabia que ella no lo escucharía pero sentía la necesidad de decircelo.
Entrelazados en un abrazo ambos se quedaron profundamente dormidos.
