Hola, hola. Volvemos con un nuevo capítulo de esta historia de humor... Sí, esta vez sólo con uno, pero si aún tenéis más ganas de leer, pasaros por mi mini fict "el primer beso", y de paso me dejáis RR.
Y hablando de RR, ahora mismo contestó a los que me habéis dejado hasta ahora.
AnnaTB. Ay, no, Oliver no es cateto, sólo ingenuo e inocente... Aunque Lee también es una ricura de chaval. A Cho no la voy a defender, porque no tiene defensa: es torpe la chica y no hay más. Estoy animada, pasa que de momento, esta semana prefiero subir uno. Besos.
Caperucita Roja. Siento darte la mala noticia, pero Draco de cuerpo presente (y atractivísimo) no sale en este fict. Otra que se decanta por Lee, no vale, tiene que haber alguien que apoye a Oliver. ¡Yo también soy Escorpio¿De que día? Yo del 18. Besazos de mi tarta de tiramisú.
PadmaPatilNaberrie. ¿Qué tal la nariz, preciosa? Espero que ya no este tan amarilla. Gracias por felicitarme, preciosa. Muakis de mi tarta de tiramisú.
Gerulita Evans. Es que Oliver es una persona ingenua e inocente, y Hermione una mentirosa profesional. Mala combinación, aunque no para ella, claro. Besos.
Dark-Tsubasa. Pues sí, chica, yo también me pasaba los capis de JAG preguntándome a que venía lo de la hora zulú, pero sigo sin averiguarlo y con ganas de escribirlo. Oye, que esta vez la que ha liado las cosas es Hermione, ella solita sin mi ayuda. La culpa es de Ron y Harry, la dejan sola y la niña se nos revoluciona. Chaos.
Jamesandmolly. La verdad es que no sé si has visto la película, es la típica que ponen en las tardes tontas de fin de semana, lo más seguro que si y no te acuerdes. Uf, y lo que me queda con la firma, me aumenta por segundos. Bye.
Hermiwg. Me encanta que te encante.
Marghi. Déjate las uñas un rato, que ya te he dado dos capis de dos cosas distintas este fin de semana. Veo que tu firma aumenta, cuidado que la mía empezó canija y no veas que hermosa y fuerte esta ahora. Muaks.
Ginny84. Gracias, sufrida beta mía. Eres la mejor. Besos de mi tarta de tiramisú. (Es que aún hay mucha, y hay que gastarla.)
Mangalina-Li. De momento capis de este tendréis, porque ya esta escrito. El de PAAA, ya tengo cinco hojas del nuevo capi, es un avance... Pero está costando. Gracias por tus ánimos.
Kairi Akade. Ya ves la Hermione, con lo lista que es y no se da cuenta del bombón que tiene al lado... Aunque es normal que Oliver la tenga enamorada. El que es victima inocente es sin duda alguna Antoin, que no se entera de nada y todo el mundo le tiene por pervertido. Besotes.
Moniii. Sí, tienes razón, esta basado en esa película de Gerard Depardie, ya lo advertí en el primer capítulo, pero supongo que en ese momento no caíste. ¡Qué crueles sois todas con Oliver! Dadle una oportunidad al chico.
Bars-9. Gracias, guapa. Tienes razón estas cosas siempre animan. Besines de tiramisú.
MaDe. De verdad que Antoin me da mucha pena. Si se decide a matar a su hija, nadie se lo criticaría. Bueno, igual el resto de la isla sí, pero nosotras que sabemos la verdad, no. No sé como, pero en todas mis historias término metiendo un triángulo... En fin, ya veremos que pasa con Lee/Hermione/Oliver. Muchos besos.
Iraty Rowling. No me acuerdo la edad que tenía, como veinte o veintiuno. De todas maneras, esta retocadísimo. Antes de subirlo lo arreglo un poco, tengo a Ginny84 de beta, pobrecita mía. Mira, una que quiere que Hermione termine con Oliver, para quedarte tu con Lee, pero algo es algo. Ira, cielo, si Antoin entendiera a las mujeres, no estaría como esta con Mónica. Besito de tiramisú.
Tania Stratman. Mm. La verdad es que no sé de qué chantaje hablas... Bueno, de todas maneras me alegro de haber logrado que vuelvas a escribirme. No sé, me suena tu nick de los últimos capis de La Profecía. Si que Hermione está graciosa, pero vaya peligro que tiene la niña. Un beso.
Mi padre. Mi héroe. ¡Qué ligue! 5
La gente de esta isla está loca.
Es domingo por la mañana. Estoy de muy buen humor. Tanto es así que estoy en la ducha cantando una canción de los BSB, y eso que no me gustan nada.
¿Por qué no voy a ser feliz? La vida es bella. Sobre todo porque en estos momentos, Cho está tomando un traslador hacia Londres. Con suerte se equivocarán y la dejarán caer encima del cráter del Etna. O tal vez en esas islas griegas donde hace poco hubo un terremoto. Sí, chicas/os, la vida es bella.
Sin embargo, la belleza del día es nublada cuando Antoin se levanta del sofá anunciando que Misi le ha recomendado un deporte fascinante, el SWEPAC, y que va a ir a practicarlo esta misma mañana.
A mí casi me da algo con este anuncio. Trato de disuadirlo, pero nooo, el señorito ya ha tomado su decisión y no escucha a nadie. De verdad, odio a la gente tan cabezota. (NA: y el carbón le llamó negra a la sartén).
Os estaréis preguntando qué es el SWEPAC. Es un deporte acuático. Concretamente es la versión mágica del esquí acuático.
Se sustituyen los esquíes por una escoba en la que el estúpido de turno trata de mantenerse en pie. La escoba lleva un encantamiento para que los pies se queden pegados a ella y no se despegan hasta que para la lancha. Otra variación es que la escoba tiene personalidad, lo cual implica que se comporta como un caballo desbocado cuando está tranquila. Cuando le caes mal es como un Colacuerno húngaro cabreado. Muy cabreado.
Hay una especie de leyenda urbana en mi escuela sobre un chico que practicó este deporte y al que la escoba "decidió" que iba a tirar como fuera.
En cuanto se puso en marcha la lancha, la escoba subió todo lo que permitía la cuerda de seguridad (15 metros) y se puso a girar en plan hélice a 1000 revoluciones por minuto, como las sillas voladoras, pero a lo bestia.
Puede que el chico se asustara, tal vez fue una de esas cosas que te manda el instinto en caso de extremo peligro o simplemente era un estúpido total (dado que se dice que es primo de Goyle, yo me decanto por esta última), el caso es que nuestro intrépido personaje tuvo la feliz idea de cortar la cuerda de seguridad que le unía a la lancha. Fue una caída libre de 15 metros de cabeza contra un mar poco profundo.
Actualmente está en San Mungo, no tiene dientes y es incapaz de recordar su propio nombre. La buena noticia es que es físicamente incapaz de procrear, así que su estupidez congénita no pasará a la siguiente generación.
Comprenderéis que no quiera ver a Antoin practicando este deporte, soy demasiado mayor para ser huérfana. Además, como uno de mis amigos ya lo es, no quedaría original...
Espera, acabo de recordar que Lee trabaja en la escuela de SWEPAC. Por lo menos él procurará que la escoba se porte bien.
&·&·&
Mientras, en la escuela de SWEPAC, Lee se disponía a interrogar a Oliver.
- Hola, Oli. ¿Ya se ha ido a Cho?
- Sí –el rubio lanzó un suspiro de alivio–. Estaba más pesadita...
- Pues no te caía tan pesada cuando anoche comprobaste el pH de su estómago con la lengua. ¿Lo tiene muy ácido?
- Vamos, no se la metí tan al fondo. La lengua, claro.
- ¿Qué piensas que estaba pensando? No seas malo y cuéntame qué te pasó. Lo de anoche no era tu estilo.
- Bueno, Cho estaba muy rara. Parecía borracha en plan "te quiero mucho, vamos a enrollarnos" –eso debe de ser por la poción, que cuando actúa parece un pedo, pensó Lee–. Además, quería ver la reacción de cierta chica... Pero la que quiso comprobar el pH estomacal fue Cho, yo sólo la dejé.
- Esa "cierta chica". ¿Llevaba vaqueros?
- Puede ser.
- ¿Camiseta negra de un sólo tirante?
- Tal vez.
- ¿Cuerpo esbelto pero curvoso?
- Desde luego.
- ¿Es la amante de un hombre maduro? –En este momento, la sonrisa de Oli se convirtió en una mueca amenazante.
- No me lo recuerdes, cada vez que pienso en esa pobre chica con ese vejestorio tengo naúseas. Me dan unas ganas inmensas de golpear a ese hombre –Lee estaba impresionado, la única persona a la que Oli odiaba hasta el punto de querer golpearlo era Marcus Flint, y con razón: el muy capullo le lanzó la Bludger a… una zona bastante delicada.
La nuca. A ver qué pensábamos...
- Creo que estás celoso –Lee sonreía con diversión, su chica estaba muy solicitada. Lejos de estar celoso, sentía que Hermione era realmente especial.
- No son celos. Esa chica es de nuestra casa, una hermana. A las hermanas hay que protegerlas de esos... cerdos asaltacunas.
- ¡HOLA! –la voz de un cliente les sacó de su discusión.
- Hablando del ruin de las Bahamas –dijo Lee al ver que se trataba de Antoin y Hermione. Su chica llevaba un bikini rojo con pareo a juego. El color de Gryffindor le quedaba genial.
- ¿Qué quiere? –Oliver se comportaba muy borde para estar tratando con un posible cliente.
- Pues me han hablado de este deporte y quiero probar.
En ese instante, una sonrisa maligna apareció en el rostro de Oliver. Aquella era su oportunidad de darle una lección a ese malnacido.
- Por supuesto, señor… yo mismo llevaré la lancha.
- No –Hermione había visto la sonrisa de Oliver e inmediatamente captó lo que estaba pensando… Y no le gustó nada–, creo que es mejor que lo hagas tú, Lee. Si no te importa.
Lee estaba apunto de replicar que por ella iría hasta el infinito, y si se lo pedía con ese tono, hasta el más allá, pero Oliver y Antoin se le adelantaron.
- Lee no puede, tiene que ir a estudiar.
- Hermi, cariño, no te preocupes. Si te quedas más tranquila puedes venir en la lancha. ¿No hay problema?
- Ninguno.
- Pero yo creo...
- Tranquila, preciosa. Luego nos vemos –Lee le dio un beso en la mejilla y en el oído le musitó–. Oliver es un profesional, no pasará nada.
- Espero que tengas razón –contestó ella en un susurro–. Sí, luego nos vemos –como despedida le obsequió con una sonrisa de esas que hacen que fallen las rodillas. Dicha sonrisa le valió ser fulminado por un Antoin cada vez más mosqueado y un Oliver que no sabía que fueran tan amigos.
Cuando se fue Lee, Oliver le dijo a Antoin que se fuera preparando mientras que él iba a por la escoba.
Se dirigió al personalizador de escobas. Era una especie de programa informático que hacía que la escoba se comportara de una forma determinada. Había 7 niveles:
1 – Soy una escoba muy bueeeena.
2 – Soy una escoba buena
3 – Intentaré ser buena, pero no prometo nada.
4 - ¿Estás seguro de lo que haces?
5 – ¿Realmente sabes lo que haces?
6 – Definitivamente no sabes lo que haces.
7 – De acuerdo, haré que parezca un accidente.
Oliver lo puso a 6´5 y se dirigió a la playa, donde Antoin esperaba la escoba y Hermione estaba mordiéndose las uñas en la lancha.
Antoin llevaba puesto el salvavidas suizo, especialmente diseñado para este deporte, que contenía: paracaídas, flotador, hélice, paraguas, comida energética, casco y compresas con alas.
La única explicación para esto último era que el mago que lo inventó no tenía ni idea de nada pero oyó la palabra alas y empezó a desvariar.
Oliver montó en la lancha y vio a Hermione con cara de pocos amigos.
Yo también me alegro de verte.
- Por favor, no seas muy duro con él –el tono era de auténtica preocupación, tanto que a él le atacaron de nuevo los celos.
- Seré más blando con él de lo que se merece –antes de que ella pudiera replicar, arrancó la lancha y la puso a 250 kilómetros por hora.
En cuanto arrancó, la escoba se puso a hacer de las suyas, es decir, nada más arrancar hizo siete looping consecutivos hacia delante y luego hizo otros siete hacia atrás (para compensar). El pobre Antoin gritaba suplicando que pararan la lancha pero ellos no le oían porque estaban ocupados gritándose mutuamente.
Entonces, Oliver enfiló la lancha por un canal y la escoba tuvo una feliz idea: empezó a hacer movimientos laterales a lo ancho del canal a gran velocidad, (NA¿habéís montado alguna vez en el barco pirata? Es como un columpio pero a lo bestia. Pues igual, pero lateral). (NB: Sí, lo mejor es la jaula, ahí vuelas) Nuestro intrépido héroe estaba a punto de vomitar hasta las uñas de los pies.
Mientras, Hermione y Oliver seguían con su discusión.
- No entiendo qué haces con él. Eres una chica joven, inteligente y guapa, podrías tener a quien quisieras. Supongo que es que le tienes miedo.
- Perdona, guapito de cara, yo sólo le tengo miedo a una persona y esa persona no es ni tú ni él.
- Eres una cabezota, yo sólo te quiero ayudar.
- Pues no me será de ninguna ayuda que lo mates, así que para la maldita lancha.
- Vale –y frenó en seco la lancha. Habían salido a mar abierto.
Tan absortos estaban consigo mismos que no vieron a Antoin pasar volando por encima de ellos, gritando "voy a morir".
- ¿Contenta?
- Sí. ¿No lo ves? Me refería a que pararas en tierra firme, no en medio del mar.
Tampoco ahora vieron a Antoin pasar volando por encima de ellos de vuelta a la parte trasera de la lancha.
- Estás tan ciega que no ves que él se merece lo peor.
- Tú no eres nadie para decir lo que él se merece. Te aseguro que no soy ninguna damisela en apuros que necesita tu ayuda. Vete a ayudar a Cho, aunque es obvio que no necesita la ayuda de nadie para olvidar a Cedric.
- No la metas en esto, tú no sabes lo mal que lo está pasando.
Entre tanto, la escoba estaba haciendo algo raro: Estaba quieta. Pero no quieta debajo del agua o en lo más alto que permita la cuerda boca abajo.
No.
Estaba quieta en superficie, lo que tenía a Antoin muy mosqueado. Aunque pronto vio la razón: era el barco Princesa del Caribe, que salía del puerto y que estaba a punto de pasar por encima de él.
- Sí, lo estaba pasando fatal anoche en la fiesta cuando te mordía en la oreja. A lo mejor lo pasó peor luego en la intimidad. ¿Me perdí algo emocionante?
- Lo mismo que yo cuando te fuiste con Antoin a la habitación. Tal vez algo francés.
- Vete a la mierda. No eres más que un crío –la joven empujó la palanca hasta el fondo. Justo a tiempo. 30 segundos más tarde y hubiera heredado un estupendo ático en el barrio bohemio de París. Aunque primero hubiera tenido que buscar pedacitos de Antoin por todo el Caribe.
Finalmente, llegaron a la orilla, vivos y enteros, aunque la escoba quería despedirse como se merecía, así que salió disparada por encima de la lancha haciendo que Antoin chocara de cabeza con lo alto de una palmera. Luego fue resbalando por el tronco, abrazado a ella con brazos y piernas como si fuera un Koala, para finalmente caer de culo al suelo. Entonces, Antoin se puso de rodillas y besó la tierra, ya que había llegado a dudar volver a pisarla. En cuanto se calmó estuvo a punto de ir a matar a Oliver, pero Hermione se lo impidió. Lo agarró del brazo y le obligó a dirigirse hacia la habitación.
- Ya te dije que no era buena idea, pero como nunca me haces caso.
- Vale, tenías razón. Y eso que ese chico parecía más formal que Liberto. Mira esa pobre niña.
En la playa estaba una niña de ricitos rubios llorando porque había perdido su pelota.
- Tranquila, preciosa. Yo te ayudo.
- ¡APÁRTESE DE ELLA! –la madre apareció haciendo una imitación perfecta de Belén Esteban en plan "No sin mi hija".
- Pero yo sólo quería…
Ya sé lo que quería. Vergüenza debería darle. Cada vez las busca más jóvenes.
- ¿Pero qué dice? .¡La gente de esta isla está loca! –y se fue siguiendo a su hija, que había seguido hacia delante.
&·&·&
Antoin se levantó el lunes con todos los huesos del cuerpo doloridos, normal, teniendo en cuenta la paliza que le había dado aquella escoba asesina. Si a eso añadimos que llevaba cuatro días durmiendo en aquella mierda de sofá, estaba claro que su columna vertebral parecía una zeta.
Para animarse decidió llamar a Mónica. Le saltó el contestador, pero como estaba un poco desesperado empezó a hablar con él como si fuera un ser humano:
- Hola, contestador de Mónica, he pasado unos días horribles. Ayer casi me mato, Hermione me llama Antoin, hay una loca peliteñida que no para de acosarme, la gente de la isla me trata como si fuera Hannibal el Caníbal, me he quemado y las zapatillas me han hecho ampollas. Bueno, saluda a tu dueña si la ves.
La dueña del contestador estaba tumbada en la cama viendo unas películas que había alquilado: "Thelma & Louis", "Sólo ellas, los chicos a un lado", "Los ángeles de Charlie", "Alien" y "Leyendas de pasión"...
Esa última no pegaba, pero Brad Pitt es Brad Pitt.
Cuando colgó, Antoin estaba algo confuso respecto al comportamiento de Mónica. Se dio cuenta de que le estaba enviando un mensaje en código femenino y que el motivo de su enfado era que él no era capaz de descifrarlo. Necesitaba un decodificador. Decidido, salió a buscar a Misi.
A la hora de la cena Antoin estaba frustrado. Se había pasado todo el día buscando a Misi y no la había encontrado, lo cual era irónico, teniendo en cuenta que casi todo el tiempo se lo había pasado tratando, sin éxito, de evitarla.
- ¿Te pasa algo? –Hermione distrajo sus pensamientos con esta pregunta. No era que le interesara realmente, pero se sentía algo culpable por el susto del SWEPAC y le preocupaba que le hubieran quedado secuelas.
- No. Bueno, sí, pero… Tal vez tú puedas ayudarme.
- Lo intentaré –dijo la chica con evidente desgana.
- Porque tú eres una mujer. Bueno, casi. O tal vez no. ¿Lo eres?
- Antoin,. ¿qué me preguntas: si tengo menstruaciones o si ya he mantenido relaciones sexuales? –la frase fue dicha con un volumen normal, o sea, lo bastante alto para que sus vecinos de mesa, los Dursley, lo oyeran.
Resultado: Vernon sacó la sopa por la nariz, Dudley se atragantó, Petunia se tiró el té por encima y Marge se cayó de la silla.
- No, ninguna de las dos cosas. Prefiero no saberlo... Es sobre Mónica. Tuvimos una pelea muy gorda antes de ir a buscarte y ahora no me habla. Creo que trata de mandarme un mensaje, pero no sé que es.
- Quiere casarse contigo –la voz de Hermione era tan fría como el hielo, no parecía de ella.
- No quiere casarse… sí, quiere casarse, debí darme cuenta. Pero yo aún soy muy joven para comprometerme. (NA¿joven? Sin comentarios)
- Pero te casarás con ella –repitió Hermione en tono más gélido que antes.
- Bueno, aún no se lo he pedido. Cariño, tienes mala cara.
- Estoy cansada. He estado todo el día haciendo el loco con Lee –la chica tenía la vista fija en el plato, por eso no vio la cara asesina de su padre al nombrar a Lee–. Me voy a descansar.
- ¿Quieres que te acompañe?
- No, termina de cenar. Buenas noches –con un movimiento elegante y ágil, la joven bruja se levantó de la sala y abandonó el comedor.
&·&·&
Pero no voy hacia la habitación, sino que ando sin rumbo fijo por la playa.
Comprender que Antoin esta prácticamente camino del altar ha desatado una tormenta de emociones que jamás pensé experimentar.
Por un lado, está la típica emoción de hija de un hogar roto que sueña que sus padres vuelvan a unirse. Con la boda de Helena y Paris el objetivo era bastante improbable, pero con la de Mónica y Antoin será casi imposible. Siempre he sabido que a mi padre le costaría casarse, pero que cuando se decidiera a ello sería para siempre.
Pero no es el tema que más me asusta. Lo que más miedo me da es el tema "hijos".
Paris es estéril y mi madre dice que conmigo ya tiene bastante (quiero pensar que es un piropo).
Desconozco la opinión de Antoin sobre el tema, pero sí sé la de Mónica: quiere tener hijos. Se casarán, tendrán un montón de niños y Antoin pasará de la bastarda que tuvo cuando era demasiado joven e idiota para usar preservativo.
- ¿Hermione? –me giro y veo a Oliver, pero estoy tan agobiada que ni si quiera soy capaz de ofrecerle mi sonrisa más irresistible. ¿Pero qué estoy diciendo? No voy a permitir que esto me arruine las vacaciones, el destino ha puesto a Oliver en mi camino y no voy a devolvérselo tan pronto.
- Hola, Oliver –ahí está mi súper sonrisa.
- ¿Qué haces por aquí?
- Es que me he peleado con Antoin. Como una vez dijiste que si necesitaba hablar contara contigo… Pues bien, necesito hablar.
- Vamos a mi casa.
- Entramos en la casa.
- Bien. ¿Qué ha pasado exactamente?
- Para ser sincera, no quiero hablar del tema.
Veo que él sacude la cabeza incrédulo mientras dice "mujeres", pero creo notar cierta nota de ternura en su voz. Hermi, cariño, tienes que dejarte de todas esas fantasías. Para empezar, dile la verdad.
- Oliver.
- ¿Sí? –el chico está preparando unas Coca Colas con mora. Allá voy. Seré 100 por cien sincera.
- Antoin quiere que tengamos un hijo –mientras oigo cómo a Oliver tira la botella al suelo, empiezo a preocuparme. Esto de mentir es adictivo.
&·&·&
Entre tanto, Antoin también estaba empezando a preocuparse, había llegado a la habitación y Hermione no estaba.
Ya se había planteado avisar a todas las autoridades en la búsqueda de desaparecidos: FBI y CIA (aunque últimamente no eran capaces de encontrar a nadie); Paco Lobatón… primero habría que encontrarle a él; Isabel Gemio no, porque antes tenía que recibir la carta; los de CSI, pero esos sólo encuentran asesino, el equipo de "Sin Rastro"...
Entonces se acordó de que en la cena había mencionado a ese amigo suyo de la escuela. ¿Cómo se llamaba? Era el nombre de una marca de vaqueros que empezaba por L.
¿Liberto? No.
¿Lois? Tampoco.
¿Levis? Eso era, Levis. (NB: Joé, sí que hay marcas de vaqueros con L)
Ahora sí que le iba a arrancar las rastas a ese pervertido.
Tomó el teléfono y llamó a información de la isla.
- ¿Síiii? –la voz que contestó correspondía a una señorita de 40 y tantos, mascando chicle y bastante molesta por aquella interrupción en la difícil tarea de pintarse las uñas.
- Necesito una dirección.
- Nombre y apellidos de la persona que busca.
- Levis... – ¿Apellido? Era el nombre de un río. ¿Rhin? No. ¿Tajo? Tampoco. ¿Hudson? Si eso es– Hudson, Levis Hudson.
- Aquí está. Tome nota.
30 minutos más tarde, Antoin estaba en la puerta de una residencia barata de cinco plantas. La eficaz telefonista le había dado la dirección pero no el número de habitación. El recepcionista estaba en pleno coma etílico y no había manera de despertarle, además de que esperar que esa ballena apestosa hubiera hecho algo parecido a un registro era como pretender que Ben Affleck sea un buen actor.
- ¡Chicos! –Antoin llamó a unos chicos estilo Bob Marley que pasaban por allí y que se acercaron a él un poco asustados: Habían oído que en la cárcel se bañaba en gasolina y se ponía a encender cerillas. Así había quitado de en medio al anterior amante de su joven pareja–. ¿Sabéis dónde vive Levis Hudson?
- Sí –al ver que no los buscaba a ellos, se relajaron un poco–. Vive en la habitación 17, pero ahora está con una tía buena, no le moleste.
- ¿Tía buena? No será mi hija.
- ¿Usted tiene una hija?
- Claro, la chica que va conmigo.
- Por supuesto –replicaron irónicos. Viendo que no le iban a decir nada más (obviamente estaban emporrados) fue a la habitación 17. Estaba al final del pasillo, enfrente de la 18.
Llamó a la puerta. Para ser sincero, no se fijó mucho en el chico antes de empujarlo contra la pared, sólo vio que estaba en calzoncillos y que tenía un condón en la mano. También se fijó en la chica con pelo de color nuez que tapaba su desnudez con la sábana.
- Vamos, Hermione, nos vamos a casa –la agarró del brazo y al voltearla vio que no era su hija–. Tú no eres Hermione.
No, me llamo Candy. Jiji –la tal Candy tenía dos neuronas unidas por hilo dental.
- ¿Señor Antoin? –una voz familiar venía del otro lado del pasillo. Antoin se volvió y vio que el amigo de Hermione estaba en la 18. Había salido fuera al oír el escándalo–. Vaya, siento la interrupción. Me voy y seguid a lo vuestro –¡Qué palo!
- Antes de nada. ¿Cómo te llamas? –Antoin entró en la habitación de Lee.
- Lee Jordan –bueno, en lo del vaquero y el río había acertado.
- ¿Has visto a mi hija?
- Sí, antes de cenar, me ha recomendado un libro para Pociones. Es que nuestro profesor es lo peor... Desde entonces, nada.
- ¿No sabes dónde puede estar?
- Tal vez en casa de Oliver.
- ¿Quién es Oliver?
- El que le dio la vuelta en la lancha... ¿Antoin? Vaya, se ha desmayado. Es el momento de probar la poción reanimadora que he estudiado toda la tarde –Lee se fue a buscar los ingredientes más feliz que los niños de "Sonrisas y lágrimas" en plenos Alpes suizos.
&·&·&
- He tratado de explicarle que soy demasiado joven para tener hijos, pero él no me escucha nunca.
- Déjale.
- Ya, claro. ¿Y adónde se supone que iría?
- Conmigo –Oliver empieza a enumerar toda una serie de cosas que haríamos juntos. Es bastante tierno, pero yo no soy de las que huye de sus problemas. Para empezar, porque estos antes o después te alcanzan.
- ¡HERMIONE! –por ejemplo, ahora mis problemas acaban de entrar al jardín. ¿Cómo me ha encontrado?–. Aquí estás. Te he buscado por todas partes. Vamos a nuestra habitación.
- Ella no se va con usted –Oliver se acerca a él amenazadoramente. Creo que se impone pasar a la acción.
- No pasa nada, tranquilos –me pongo entre ambos.
Oliver me agarra de un brazo, Antoin del otro y empiezan a agitarme de un lado a otro al grito de "se viene conmigo", "no se irá", "que sí", "que no". ¡Que yo no soy un vaso de Cola Cao para que me agiten tanto!
- Se acabó, no me iré con ninguno de los dos –me libero de ambos y corro hacia la playa. (NA: esta chica corre más que Forrest Gump).
- ¿Ve lo que ha conseguido? –dice Oliver.
- ¿Qué dices? .¿Que es culpa mía?. ¡La gente de la isla está loca! –y se fue persiguiendo a su hija.
La verdad es que la única razón por la que Antoin llegó a alcanzar a Hermione es que ésta llevaba zapatillas de piscina, de esas que se sujetan por el dedo pulgar, y se le soltaron, haciendo que la chica cayera sobre la arena. Fue el momento que él aprovechó para alcanzarla. Estaban a 5 metros de su casa.
- Cariño, por favor, dime lo que te pasa –la chica estaba llorando, otra vez.
- Que te vas a casar con Mónica, tendrás hijos y pasarás de mí.
- ¿Hijos? No me digas que ella te ha dicho que está embarazada –palideció de pensarlo.
- No, pero lo estará.
- Bueno, pero aunque tenga seis docenas de hijos jamás pasaré de ti.
- Pues ya lo hiciste una vez, por Mónica. Y aún no teníais ningún hijo.
- ¿Cuándo?
- Hace cuatro años, cuando recibí la carta de Hogwarts. Estaba tan feliz, era bruja y tú estabas en la ciudad. Llamé al hotel, pero me dijeron que estabas enfermo, así que fui con un plato de sopa.
- ¿Sopa? Me encanta.
- Lo sé. Pero no me dejaron subir a tú habitación, así que espere toda la tarde en el vestíbulo hasta que apareciste. Ibas del brazo de Mónica y no parecías enfermo. Lo peor es que luego hice el ridículo con mi vecina. La muy perra me tiró toda la sopa por encima, decía que era una bruja bastarda. Todos los niños del barrio se reían de mí, por eso no tengo amigos en el bloque –concluyó mientras sorbía ruidosamente por la nariz.
- Lo siento mucho, cariño. Me gustaría poder hacer algo.
- No hay nada que puedas hacer o decir para cambiarlo.
- ¿Y para que me perdones?
- No. A no ser que…
- ¿Qué? Haré lo que sea.
- ¿Lo que sea?
- Lo que sea.
- Bien –la joven esbozó una sonrisa diabólica.
Lo siguiente que supo Antoin es que estaba en el escenario del bar del hotel, donde se celebraba la noche del Karaoke.
Llevaba una peluca negra hasta los pies, una bata violeta de lunares amarillo canario y un abanico a juego con el que se podría abanicar un tiranosaurio. Encima del pelo se había puesto una maceta y encima de la maceta una palmera enorme. Además, dos pollos enormes de goma (no confundir con pollas) colgaban de sus orejas a modo de pendientes. Como colofón, estaba cantando el mayor éxito de Melody (NB: Alias "soy la doble de Emma Watson") hasta la fecha, coreografía incluída:
Las manos hacia arriba
(Y levantaba las manos como si hiciera pesas)
Las manos hacia abajo
( Y bajaba las manos)
Como los gorilas
u u
Todos caminamos
Soy una rumberaaaa
Rumberaaa
Rumberaaa
(En esta parte no cantaba, aullaba)
Vamos a bailar.
La idea era que sí él hacía el ridículo ante tanta gente como su hija lo hizo aquel día, ella lo perdonaría. La verdad es que la parte de hacer el ridículo iba bien, sólo que lo hacía ante un selecto grupo de personas.
Concretamente tres, el resto se había largado, porque una cosa es que uno sea un corruptor de menores y otra es que sea un Drag Queen imitador de la Pantoja.
Las tres personas que estaban eran: 1) su hija, que estaba tirada por el suelo de la risa (lo de la rumbera fue demasiado para ella). 2) Lee con una cámara de vídeo mágica (Hermione le había avisado). 3) Misi, cada vez más convencida que era su media naranja puesto que, según las runas mayas, a su verdadero amor no le importaba actuar en público.
Antoin iba a atreverse con el "Aserejé", pero Hermione le empezó a hacer señas.
- ¿Quieres algo, mi arma? –ella trataba de decir algo pero como no podía parar de reír, lo hacía por señas y silbidos–. Cariño, es como hablar con Flipper.
- Dice que pares –intervino Misi–, que ya es suficiente.
- ¡Vaya! .¿Es que lees el pensamiento o algo? –dijo Lee desde detrás de la cámara.
-No, pero hablo delfínico.
-¿Me perdonas? Pero si no he hecho el ridículo ante mucha gente.
-Aún –contestó Hermione, que se había calmado lo bastante como para hablar–. Prepárate. En todas las reuniones familiares pienso poner esta cinta –blandía amenazadoramente la cinta que acababa de sacar de la cámara.
-Vale, está bien.
-Y cuando me enfrente a un boggart ya sé en qué voy a pensar para destruirle.
-Ya te digo –intervino Lee–. Yo voy a ponerle los pollos y la palmera a Snape, porque la peluca a él no le hace falta. Va a quedar mejor que con el bolso de la abuela de Neville. ¿Hermione? Me parece que le ha vuelto a dar…
La chica estaba otra vez por los suelos de la risa. Entre el recuerdo de Snape con el bolso y el vestido de la abuela de Neville y ahora imaginarlo con la bata de lunares, los pollos y la maceta. (NA: por favor, imaginadlo un segundo.)
La verdad es que pasó mucho, mucho tiempo y perdió muchos, muchos puntos, hasta que la chica pudo volver a mirar a su profesor de Pociones sin ponerse a reír descontroladamente.
Pues eso es todo por esta semana.
En el próximo capítulo, el momento más esperado: Hermione la ve a confesar la verdad a su padre... ¿Sobrevivirá la castaña a su ataque de sinceridad?
En cuanto a si subiré dos o sólo uno, depende. Si tengo listo el nuevo capítulo de "Por amor al arte" subiría sólo uno, pero si no lo tengo listo, os subiría dos. Espero que os parezca bien, de todas maneras, sino es esta semana que entra, estará listo para la siguiente, pero por favor, sin presiones.
Un beso de tiramisú y cava para cada uno/a.
Carla Grey.
Orgullosa Lupina. MOS. Hermana de Mya, Paula & Maru Malfoy. Tía de Azi Black. Paciente de Serenity. Hija política de Veronika. Emperatriz consorte de Alonning. Ahijada del hada madrina Noriko. Prima de Miss Molko e Inna. Miembro de las 15 de Mey. Amiga por correspondencia de una miembro de LODF. Pariente de Anvy Snape. Casi pariente de Libertad, la amiga de Mafalda. Chica del espejo de lujuria de Dreaming. Hermana Escorpio de Moony Gabriela. Musa de Mika Granger.
